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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Notas Explicativas de Wesley Notas de Wesley
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público y son un derivado de una edición electrónica disponible en el sitio web de la Biblioteca Eterna de Clásicos Cristianos.
Estos archivos están en dominio público y son un derivado de una edición electrónica disponible en el sitio web de la Biblioteca Eterna de Clásicos Cristianos.
Información bibliográfica
Wesley, Juan. "Comentario sobre Romans 9". "Notas Explicativas de Juan Wesley sobre Toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/wen/romans-9.html. 1765.
Wesley, Juan. "Comentario sobre Romans 9". "Notas Explicativas de Juan Wesley sobre Toda la Biblia". https://beta.studylight.org/
Versículo 1
En Cristo: esto parece implicar un llamado a �l. En el Esp�ritu Santo - Por su gracia.
Versículo 2
Tengo gran dolor - Un alto grado de dolor espiritual y de gozo espiritual pueden consistir juntos, Romanos 8:39 . Al declarar su dolor por los jud�os incr�dulos, que se excluyeron de todas las bendiciones que hab�a enumerado, muestra que lo que ahora estaba a punto de hablar, no les hablaba con ning�n prejuicio.
Versículo 3
Podr�a desear ... Las palabras humanas no pueden describir completamente los movimientos de las almas que est�n llenas de Dios. Como si hubiera dicho, podr�a desear sufrir en su lugar; s�, ser un anatema de Cristo en su lugar. �En qu� sentido deseaba esto, qui�n puede decirlo, a menos que se le hubiera preguntado a s� mismo y hubiera resuelto la pregunta? Ciertamente, entonces no se consideraba a s� mismo en absoluto, sino solo a los dem�s y la gloria de Dios. La cosa no pudo ser; sin embargo, el deseo era piadoso y s�lido; aunque con una condici�n t�cita, si fuera lo correcto y posible.
Versículo 4
De qui�n es la adopci�n, etc. - Enumera seis prerrogativas, de las cuales el primer par respeta a Dios Padre, el segundo a Cristo, el tercero al Esp�ritu Santo. La adopci�n y la gloria - Es decir, Israel es el primog�nito de Dios, y el Dios de gloria es su Dios, Deuteronomio 4:7 ; Salmo 106:20 .
Estos son relativos entre s�. Al mismo tiempo, Dios es el Padre de Israel e Israel es el pueblo de Dios. No habla aqu� del arca ni de ninguna cosa corp�rea. Dios mismo es "la gloria de su pueblo Israel". Y los pactos y la promulgaci�n de la ley: el pacto fue dado mucho antes que la ley. Se le llama pactos, en plural, porque se repet�a con tanta frecuencia y de manera tan diversa, y porque hab�a dos disposiciones, G�latas 4:24 , frecuentemente llamados dos pactos; uno prometedor, el otro exhibiendo la promesa. Y la adoraci�n y las promesas - La verdadera forma de adorar a Dios; y todas las promesas hechas a los padres.
Versículo 5
San Pablo a�ade ahora a lo anterior dos prerrogativas m�s. De ellos son los padres: los patriarcas y los santos hombres de la antig�edad, s�, el mismo Mes�as. Quien es sobre todo, Dios bendito por siempre - Las palabras originales implican el Ser independiente, autoexistente, que fue, es y est� por venir. Sobre todo - El supremo; como siendo Dios, y consecuentemente bendecido para siempre. No hay palabras que puedan expresar m�s claramente su divina y suprema majestad, y su graciosa soberan�a tanto sobre jud�os como sobre gentiles.
Versículo 6
No como si ... Los jud�os imaginaban que la palabra de Dios fallar�a si toda su naci�n no era salva. Esto San Pablo ahora refuta y prueba que la palabra misma hab�a predicho su ca�da. La palabra de Dios: las promesas de Dios a Israel. Hab�a ca�do al suelo - Esto no pod�a ser. Incluso ahora, dice el ap�stol, algunos disfrutan de las promesas; y de ahora en adelante "todo Israel ser� salvo". Esta es la suma de los cap�tulos noveno, d�cimo y und�cimo.
Porque ... Aqu� entra en la prueba de ello. No todos los que son de Israel son Israel - Los jud�os sosten�an con vehemencia lo contrario; es decir, que todos los que nacieron israelitas, y solo ellos, eran el pueblo de Dios. La primera parte de esta afirmaci�n se refuta aqu�, la �ltima, Romanos 9:24 , etc. La suma es que Dios acepta a todos los creyentes, y solo a ellos; y esto no es contrario a su palabra.
Es m�s, ha declarado en su palabra, tanto por tipos como por testimonios expresos, que los creyentes son aceptados como "hijos de la promesa", mientras que los incr�dulos son rechazados, aunque sean "hijos seg�n la carne". No todos son Israel, no est�n a favor de Dios. Quienes son descendientes lineales de Israel.
Versículo 7
Ni por ser linealmente la simiente de Abraham, se deducir� que todos son hijos de Dios - Esto no se mantuvo ni siquiera en la propia familia de Abraham; y mucho menos en sus descendientes remotos. Pero Dios entonces dijo: En Isaac se llamar� tu descendencia; es decir, Isaac, no Ismael, ser� llamado tu descendencia; esa semilla a la que se hace la promesa.
Versículo 8
Es decir, no los ni�os, etc. - Como si hubiera dicho, este es un tipo claro de cosas por venir; mostr�ndonos que en todas las generaciones venideras, no los hijos de la carne, los descendientes directos de Abraham, sino los hijos de la promesa, aquellos a quienes se hace la promesa, es decir, los creyentes, son hijos de Dios. G�nesis 21:12
Versículo 9
Porque esta es la palabra de la promesa: por el poder del cual Isaac fue concebido, y no por el poder de la naturaleza. No, todo el que nazca de ti ser� bendecido, sino, en este tiempo - que ahora nombro. Vendr�, y Sara tendr� un hijo, y �l heredar� la bendici�n. G�nesis 18:10 .
Versículo 10
Y que la bendici�n de Dios no pertenece a todos los descendientes de Abraham, aparece no solo por este caso, sino por el de Esa� y Jacob, quien fue elegido para heredar la bendici�n, antes de que ninguno de ellos hubiera hecho el bien o el mal. El ap�stol menciona esto para mostrar que tampoco sus antepasados ??fueron aceptados por ning�n m�rito propio. Para que el prop�sito de Dios seg�n la elecci�n se mantuviera, cuyo prop�sito era elegir o escoger la simiente prometida. No por obras - No por ning�n m�rito precedente en �l que eligi�. Pero de aquel que llam� - De su propio agrado que llam� a ese privilegio a quien vio bueno.
Versículo 12
El anciano - Esa�. Servir� al menor - No en persona, porque nunca lo hizo; pero en su posteridad. En consecuencia, los israelitas sometieron a menudo a los edomitas. G�nesis 25:23 .
Versículo 13
Como est� escrito: con qu� palabra del G�nesis, hablada tanto tiempo antes, la de Malaqu�as concuerda. He amado a Jacob - Con un amor peculiar; es decir, los israelitas, la posteridad de Jacob. Y, comparativamente, he odiado a Esa�, es decir, a los edomitas, la posteridad de Esa�. Pero observe, esto no se relaciona con la persona de Jacob o Esa�, ni tampoco con el estado eterno de ellos ni de su posteridad.
Hasta ahora, el ap�stol ha estado probando su proposici�n, a saber, que la exclusi�n de una gran parte de la simiente de Abraham, s�, y de Isaac, de las promesas especiales de Dios, estaba tan lejos de ser imposible, que, seg�n el Escrituras mismas, en realidad hab�a sucedido. Ahora presenta y refuta una objeci�n. Malaqu�as 1:2 .
Versículo 14
�Hay injusticia con Dios? �Es injusto en Dios dar la bendici�n a Jacob en lugar de a Esa�? o aceptar a los creyentes, y solo a ellos. Dios no lo quiera, de ninguna manera. Esto es muy consistente con la justicia; porque tiene derecho a fijar los t�rminos en los que mostrar� misericordia, de acuerdo con su declaraci�n a Mois�s, pidiendo por todo el pueblo, despu�s de haber cometido idolatr�a con el becerro de oro. Tendr� misericordia de quien yo tenga misericordia - Seg�n los t�rminos que yo mismo he fijado. Y tendr� compasi�n de quien tendr� compasi�n, es decir, de aquellos que se someten a mis t�rminos, que los aceptan de la manera que he designado.
Versículo 15
�xodo 33:19 .
Versículo 16
Eso - La bendici�n. Por tanto, no es del que quiere ni del que corre; no es efecto ni de la voluntad ni de las obras del hombre, sino de la gracia y el poder de Dios. La voluntad del hombre se opone aqu� a la gracia de Dios, y el correr del hombre, a la operaci�n divina. Y esta declaraci�n general no solo respeta a Isaac y Jacob, y a los israelitas en el tiempo de Mois�s, sino tambi�n a todos los hijos espirituales de Abraham, hasta el fin del mundo.
Versículo 17
Adem�s, Dios tiene el derecho indiscutible de rechazar a aquellos que no aceptar�n las bendiciones en sus propios t�rminos. Y esto lo ejerci� en el caso de Fara�n; a quien, despu�s de muchos casos de terquedad y rebeli�n, dijo, como est� registrado en las Escrituras: Por esto mismo te he levantado, es decir, a menos que te arrepientas, esto seguramente ser� la consecuencia de que yo te levante, haci�ndote un rey grande y glorioso, para que mi poder se muestre sobre ti (como en verdad lo fue, al abrumarlo a �l y a su ej�rcito en el mar), y mi nombre sea declarado por toda la tierra, como es en este d�a.
Quiz�s esto pueda tener un significado a�n m�s amplio. Parece que Dios estaba resuelto a mostrar su poder sobre el r�o, los insectos, otros animales (con las causas naturales de su salud, enfermedades, vida y muerte) sobre los meteoros, el aire, el sol, (todos los que fueron adorados por los egipcios, de quienes otras naciones aprendieron su idolatr�a,) y al mismo tiempo sobre todos sus dioses, por ese terrible golpe de matar a todos sus sacerdotes y sus v�ctimas m�s escogidas, el primog�nito del hombre y la bestia; y todo esto con un plan, no solo para liberar a su pueblo Israel, (para lo cual un solo acto de omnipotencia hubiera sido suficiente), sino para convencer a los egipcios de que los objetos de su adoraci�n no eran sino las criaturas de Jehov�, y completamente en su poder, y para sacarlos a ellos y a las naciones vecinas, que deben escuchar todas estas maravillas, de su idolatr�a,
Para la ejecuci�n de este plan, (a fin de mostrar el poder divino sobre los diversos objetos de su adoraci�n, en una variedad de actos maravillosos, que eran al mismo tiempo castigos por la cruel opresi�n de los israelitas), Dios fue complacido de elevar al trono de una monarqu�a absoluta, un hombre, no a quien hab�a hecho malvado a prop�sito, sino a quien encontr� as�, el m�s orgulloso, el m�s atrevido y obstinado de todos los pr�ncipes egipcios; y quien, siendo incorregible, bien merec�a ser puesto en esa situaci�n, donde los juicios divinos cayeron con m�s fuerza. �xodo 9:16 .
Versículo 18
Entonces, es decir, en consecuencia, muestra misericordia en sus propios t�rminos, es decir, con los que creen. Y a los que quiere, es decir, a los que no creen. �l endurece - Deja a la dureza de sus corazones.
Versículo 19
�Por qu� todav�a encuentra fallas? La part�cula a�n expresa fuertemente el murmullo amargo y taciturno del objetor. Porque �qui�n ha resistido a su voluntad? La palabra su tambi�n expresa su hosquedad y aversi�n a Dios, a quien ni siquiera se digna nombrar.
Versículo 20
No, pero �qui�n eres t�, oh hombre? Peque�o, impotente, ignorante. �El que responde contra Dios, el que acusa a Dios de injusticia, fijando �l mismo los t�rminos en los que mostrar� misericordia? �Dir� la cosa formada al que la form�: �Por qu� me has hecho as�? �Por qu� me has hecho capaz de honra e inmortalidad s�lo por creer?
Versículo 21
�No tiene el alfarero potestad sobre el barro? �Y mucho m�s no tiene Dios poder sobre sus criaturas para nombrar a un vaso, a saber, al creyente, para honrar, y a otro, al incr�dulo, para deshonra?
Si examinamos el derecho que Dios tiene sobre nosotros, de una manera m�s general, con respecto a sus criaturas inteligentes, Dios puede ser considerado en dos puntos de vista diferentes, como Creador, Propietario y Se�or de todo; o, como su gobernador moral y juez.
Dios, como soberano Se�or y Propietario de todo, dispensa sus dones o favores a sus criaturas con perfecta sabidur�a, pero sin reglas o m�todos de procedimiento que estemos familiarizados. El tiempo en que existiremos, el pa�s donde viviremos, nuestros padres, nuestra constituci�n de cuerpo y mente; estas, y otras innumerables circunstancias, sin duda est�n ordenadas con perfecta sabidur�a, pero por reglas que est�n fuera de nuestra vista.
Pero los m�todos de Dios para tratar con nosotros, como nuestro Gobernador y Juez, se revelan con claridad y se conocen perfectamente; es decir, que finalmente recompensar� a cada uno seg�n sus obras: "El que creyere ser� salvo, y el que no creyere, ser� condenado".
Por lo tanto, aunque "del que quiere tiene misericordia, y al que quiere endurece", es decir, sufre endurecimiento como consecuencia de su obstinada iniquidad; sin embargo, la suya no es la voluntad de un ser arbitrario, caprichoso o tir�nico. No quiere nada m�s que lo infinitamente sabio y bueno; y, por tanto, su voluntad es una regla de juicio sumamente apropiada. No mostrar� misericordia, como nos ha asegurado, a nadie m�s que a los verdaderos creyentes, ni endurecer� a nadie que no sea obstinadamente rechazado su misericordia. Jeremias 18:6
Versículo 22
�Qu� pasa si Dios est� dispuesto? Refiri�ndose a Romanos 9:18 . Es decir, aunque ahora era su voluntad, a causa de su obstinada incredulidad, mostrar su ira, que presupone necesariamente el pecado. Y para dar a conocer su poder - Esto se repite de Romanos 9:17 .
Sin embargo, aguant�, como hizo con el fara�n. Con mucha paciencia, que deber�a haberlos llevado al arrepentimiento. Los vasos de la ira - Aquellos que hab�an movido su ira al rechazar su misericordia. Preparados para la destrucci�n: por su propia impenitencia deliberada y final. �Hay alguna injusticia en esto?
Versículo 23
Para que �l pudiera dar a conocer - �Qu� pasar�a si al mostrar tanta paciencia incluso a "los vasos de la ira", mostrara m�s abundantemente la grandeza de su gloriosa bondad, sabidur�a y poder, en los vasos de misericordia; sobre aquellos a quienes �l mismo, por su gracia, prepar� para la gloria. �Es esto alguna injusticia?
Versículo 24
Incluso nosotros - Aqu� el ap�stol llega a la otra proposici�n, de la gracia gratuita para todos, sean jud�os o gentiles. De los jud�os - De esto trata, Romanos 9:25 . De los gentiles - tratado en el mismo verso.
Versículo 25
Amado - Como c�nyuge. Quien una vez no fue amado - En consecuencia, no incondicionalmente elegido. Esto se relaciona directamente con la restauraci�n final de los jud�os. Oseas 2:23
Versículo 26
All� ser�n llamados hijos de Dios, para que no tengan que salir de su propio pa�s y venir a Judea. Oseas 1:10
Versículo 27
Pero Isa�as testifica que (as� como muchos gentiles ser�n aceptados, as�) muchos jud�os ser�n rechazados; que de todos los millares de Israel, s�lo un remanente ser� salvo. Esto se habl� originalmente de los pocos que se salvaron del estrago del ej�rcito de Senaquerib. Isa�as 10:22
Versículo 28
Porque �l est� terminando o acortando su relato - Con rigurosa justicia, dejar� solo un peque�o remanente. Habr� una destrucci�n tan generalizada, que s�lo un peque�o n�mero escapar�.
Versículo 29
Como Isa�as hab�a dicho antes, es decir, Isa�as 1:9 , con respecto a los que fueron sitiados en Jerusal�n por Rez�n y Peka. A menos que el Se�or nos hubiera dejado una semilla - Lo que denota, La escasez presente: La abundancia futura. Hab�amos sido como Sodoma - De modo que no es nada sin igual que el cuerpo principal de la naci�n jud�a se rebele contra Dios y perezca en su pecado.
Versículo 30
�Qu� diremos entonces? �Qu� se puede concluir de todo lo que se ha dicho excepto esto, que los gentiles, que no siguieron la justicia, que hace un tiempo no ten�an conocimiento, no se preocupaban ni pensaban en ella? Han alcanzado la justicia - O la justificaci�n. Incluso la justicia que es por la fe. �sta es la primera conclusi�n que podemos sacar de las observaciones anteriores. La segunda es que Israel, los jud�os, aunque siguieron la ley de justicia, esa ley que, debidamente usada, los habr�a llevado a la fe y, por lo tanto, a la justicia. No han llegado a la ley de justicia - A esa justicia o justificaci�n que es un gran fin de la ley.
Versículo 32
�Y por qu� no lo han hecho? �Es porque Dios decret� eternamente que no deber�an hacerlo? No hay nada como esto que se pueda encontrar, pero que sea agradable a su argumento, el ap�stol nos da esta buena raz�n para ello, porque no lo buscaron por fe, solo por medio de lo cual podr�a lograrse. Pero por as� decirlo ... En efecto, si no profesamente, por obras. Porque tropezaron en esa piedra de tropiezo: Cristo crucificado.
Versículo 33
Como est� escrito: Predicado por su propio profeta. He aqu�, estoy en Si�n, expongo en mi iglesia lo que, aunque en verdad es el �nico fundamento seguro de la felicidad, ser� de hecho piedra de tropiezo y roca de esc�ndalo, una ocasi�n de ruina para muchos, debido a su obstinada incredulidad. . Isa�as 8:14 ; Isa�as 28:16