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Sunday, May 12th, 2024
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La Biblia de las Americas

Jeremías 26

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Plan para matar a Jeremías

1 Al comienzo del reinado de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá(a), vino esta palabra del Señor, diciendo: 2 Así dice el Señor: "Ponte en el atrio de la casa del Señor, y habla a todas las ciudades de Judá(b) que vienen a adorar en la casa del Señor(c) todas las palabras que te he mandado decirles(d). No omitas ni una palabra(e). 3 "Tal vez escuchen y cada uno se vuelva de su mal camino, y yo me arrepienta del mal que pienso hacerles a causa de la maldad de sus obras(f)." 4 Les dirás: "Así dice el Señor: ‘Si no me escucháis(g), para andar en mi ley que he puesto delante de vosotros(h), 5 escuchando las palabras de mis siervos los profetas que os he enviado repetidas veces[a], pero no los habéis escuchado(i), 6 entonces pondré esta casa como Silo(j), y esta ciudad la pondré por maldición para todas las naciones de la tierra(k).'"

7 Y los sacerdotes, los profetas(l) y todo el pueblo oyeron a Jeremías decir estas palabras en la casa del Señor. 8 Cuando Jeremías terminó de decir todo lo que el Señor le había mandado que hablara a todo el pueblo, lo apresaron los sacerdotes, los profetas(m) y todo el pueblo, diciendo: De cierto, morirás. 9 ¿Por qué has profetizado en nombre del Señor, diciendo: "Esta casa será como Silo y esta ciudad quedará desolada sin habitante alguno(n)?" Y todo el pueblo se congregó(o) contra Jeremías en la casa del Señor.

10 Y cuando los jefes de Judá oyeron estas cosas(p), subieron de la casa del rey a la casa del Señor, y se sentaron a la entrada de la puerta Nueva de la casa del Señor(q). 11 Y los sacerdotes y los profetas hablaron a los jefes y a todo el pueblo, diciendo: ¡Sentencia de muerte para este hombre(r)!, porque ha profetizado contra esta ciudad, como habéis oído con vuestros propios oídos(s). 12 Entonces Jeremías habló a todos los jefes y a todo el pueblo, diciendo: El Señor me ha enviado a profetizar contra esta casa y contra esta ciudad(t) todas las palabras que habéis oído. 13 Ahora bien, enmendad vuestros caminos y vuestras obras, y oíd la voz del Señor vuestro Dios, y el Señor se arrepentirá del mal que ha pronunciado contra vosotros(u). 14 En cuanto a mí, he aquí estoy en vuestras manos(v); haced de mí como mejor y más recto sea a vuestros ojos. 15 Pero sabed bien que si me matáis, sangre inocente echaréis sobre vosotros y sobre esta ciudad y sobre sus habitantes(w); porque en verdad el Señor me ha enviado a vosotros para hablar en vuestros oídos todas estas palabras.

16 Dijeron los jefes y todo el pueblo a los sacerdotes y a los profetas: Que no haya sentencia de muerte para este hombre(x), porque en nombre del Señor nuestro Dios nos ha hablado. 17 Y se levantaron(y) algunos de los ancianos del país y hablaron a toda la asamblea del pueblo, diciendo: 18 Miqueas de Moréset[b] profetizó en días de Ezequías, rey de Judá(z), y habló a todo el pueblo de Judá, diciendo: "Así ha dicho el Señor de los ejércitos:

‘Sion será arada como un campo,
Jerusalén se convertirá en un montón de ruinas,
y el monte del santuario[c] será como los lugares altos de un bosque[d](aa).'"

19 ¿Acaso le dieron muerte Ezequías(ab), rey de Judá, y todo Judá? ¿No temió él al Señor y suplicó el favor del Señor, y el Señor se arrepintió del mal que había pronunciado contra ellos(ac)? Nosotros, pues, estamos cometiendo un gran mal contra nosotros mismos(ad).

20 Y hubo también un hombre que profetizó en el nombre del Señor, Urías, hijo de Semaías de Quiriat-jearim(ae), el cual profetizó contra esta ciudad y contra esta tierra palabras semejantes a todas las de Jeremías. 21 Cuando el rey Joacim y todos sus valientes y todos los jefes oyeron sus palabras, el rey procuró matarlo(af); pero Urías se enteró, tuvo miedo, huyó(ag) y se fue a Egipto. 22 Entonces el rey Joacim envió hombres a Egipto: a Elnatán, hijo de Acbor, y a otros hombres con él, a Egipto(ah). 23 Y trajeron a Urías de Egipto y lo llevaron al rey Joacim, quien lo mató a espada(ai) y echó su cadáver a la fosa común[e].

24 Pero la mano de Ahicam, hijo de Safán, estaba con Jeremías(aj), de manera que no fue entregado en manos del pueblo para que le dieran muerte(ak).

 
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