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Bible Commentaries
2 Reyes 4

Comentario de ClarkeComentario Clarke

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Versículo 1

CAP�TULO IV

Una viuda de uno de los profetas, oprimida por un despiadado

acreedor, busca ayuda de�Eliseo, quien multiplica su aceite;�

del cual paga su deuda, y subsiste con el resto , 1-7.

Su hospedaje en la casa de una mujer respetable en

Sunem , 8-10.

Predice a su anfitriona el nacimiento de un hijo , 11-17.

Despu�s de algunos a�os, el ni�o muere y la madre va a Eliseo.

en el Carmelo; llega a Sunem y resucita al ni�o ,�18-37.

Viene a Gilgal e impide que los hijos de los profetas

sea�envenenado por calabazas silvestres , 38-41.

Multiplica una provisi�n escasa para hacerla suficiente

y dar de comer a cien hombres , 42-44.

NOTAS SOBRE EL CAP. IV

Vers�culo 2 Reyes 4:1 . Ahora clam� una mujer.��Esta mujer, seg�n los caldeos, Jarchi y los rabinos, era la esposa de Abd�as.

Hijos de los profetas.��?????? ????? talmidey nebiyaiya , talmidey nebiyaiya, "disc�pulos de los profetas": as� lo dice el Targum aqu�, y en todos los dem�s lugares en los que aparecen las palabras de forma adecuada tambi�n.

El acreedor ha venido.��Este, dice Jarchi , era Joram hijo de Acab, que prest� dinero a usura a Abd�as, porque en los d�as de Acab hab�a alimentado a los profetas del Se�or. El Targum dice que pidi� dinero prestado para alimentar a estos profetas, porque no los mantendr�a con la propiedad de Acab.

Para tomar�a mis dos hijos por siervos. �Los hijos, seg�n las leyes de los hebreos , eran considerados propiedad de sus padres, quienes ten�an derecho a disponer de ellos para el pago de sus deudas. Y en los casos de pobreza, la ley les permit�a, expresamente, venderse a s� mismos y a sus hijos; �xodo 21:7 y� Lev�tico 25:39 .�Fue por una extensi�n de esta ley, y en virtud de otra, que les autoriz� a vender al ladr�n que no pod�a hacer restituci�n, �xodo 22:3 , que a los acreedores se les permiti� tomar los hijos de sus deudores en pago. Aunque la ley no ha determinado nada precisamente sobre este punto, vemos por este pasaje, y por varios otros, que esta costumbre era com�n entre los hebreos.�Isa�as se refiere a ello muy evidentemente, donde dice: �A cu�l de mis acreedores os he vendido? He aqu�, por vuestras iniquidades os hab�is vendido a vosotros mismos ; Isa�as 50:1 . Y a ello alude nuestro Se�or, Mateo 18:25 , donde menciona el caso de un deudor insolvente, Por cuanto no ten�a para pagar, mand� su se�or VENDERLO, y su MUJER e HIJOS, y todo lo que ten�a ; lo que demuestra que la costumbre continu� entre los jud�os hasta el final de su rep�blica.

Los romanos, atenienses y asi�ticos en general ten�an sobre sus hijos la misma autoridad que ten�an los hebreos: los vend�an en tiempo de pobreza; y sus acreedores se apoderaban�de ellos como si fueran una oveja o un buey, o cualquier cosa de la casa . R�mulo otorg� a los romanos un poder absoluto sobre sus hijos que se extend�a a lo largo de toda su vida, en cualquier situaci�n en que se encontraran.�Podr�an encarcelarlos, golpearlos, emplearlos como esclavos en la agricultura, venderlos como esclavos , �o incluso quitarles la vida !- Dionys. Halicarno . liberaci�n ii., p�gs. 96, 97.�Numa Pompilio primero moder� esta ley, al promulgar que si un hijo se casaba con el consentimiento de su padre, ya no deber�a tener poder para venderlo por deuda.�Los emperadores Diocleciano y Maximiliano prohibieron que los hombres libres fueran vendidos por deudas:�Ob aes alienum servire liberos creditoribus, jura non patiuntur. - V�deo. lib. transmisi�n exterior. aes C. de obliga.

Los antiguos atenienses ten�an sobre sus hijos el mismo derecho que los romanos ; pero Sol�n reform� esta b�rbara costumbre. - V�deo. Plutarco en Solone .

La gente de Asia ten�a la misma costumbre, que L�culo se esforz� por controlar, moderando las leyes respecto a la usura.

Los georgianos pueden enajenar a sus hijos; y sus acreedores tienen derecho a vender las mujeres y los hijos de sus deudores, y as� exigir el m�ximo de su deuda. - Tavernier , lib. iii., c. 9. Y tenemos razones para creer que esta costumbre prevaleci� durante mucho tiempo entre los habitantes de las islas brit�nicas. Ver Calmet aqu�.

En resumen, parece haber sido la costumbre de todos los habitantes de la tierra. Todav�a tenemos algunos restos de ella en este pa�s, en la insensata y perniciosa costumbre de arrojar a un hombre a la c�rcel por deudas, aunque su propia industria y trabajo sean absolutamente necesarios para pagarla, y estos no pueden ejercerse su trabajo�dentro de los repugnantes y contagiosos muros�de una prisi�n

Versículo 2

Vers�culo 2 Reyes 4:2 . Guarda una olla de aceite. �El aceite se usaba como alimento , para ungir el cuerpo despu�s del ba�o y para ungir a los muertos . Algunos piensan que esta olla de aceite era lo que esta viuda hab�a guardado para su sepultura: ver Mateo 26:12 .

Versículo 6

Vers�culo 2 Reyes 4:6 . Y el aceite ces�.�Mientras hab�a una vasija que llenar, hab�a suficiente aceite; y s�lo ces� de fluir cuando no hubo vasija para recibirlo. Este es un buen emblema de la gracia de Dios. Mientras hay un coraz�n anhelante y vac�o, hay una fuente de salvaci�n que rebosa continuamente.�Si encontramos en alg�n lugar o en alg�n momento que el aceite deja de fluir, es porque all� no hay vasijas vac�as, ni almas hambrientas y sedientas de justicia. Encontramos fallas en las dispensaciones de la misericordia de Dios y preguntamos: �Por qu� los d�as pasados ??fueron mejores que estos? Si tuvi�ramos tanto fervor por nuestra salvaci�n como nuestros antepasados ??por la de ellos, tendr�amos las mismas provisiones y tantas razones para cantar en voz alta la misericordia divina.

Versículo 7

Vers�culo 2 Reyes 4:7 . Anda, vende el aceite, y paga tu deuda.��No arremete contra la crueldad de este acreedor, porque la ley y costumbre del pa�s le dio la autoridad con que obraba; y antes que permitir que una viuda pobre y honesta hiciera vender a sus hijos, o que incluso un filisteo sufriera p�rdidas por haber dado cr�dito a un israelita genuino, obrar�a un milagro para pagar una deuda que, en el curso de la providencia, estaba fuera de su poder anular.

Versículo 8

Vers�culo 2 Reyes 4:8 . Eliseo pas� a Sunem.�Esta ciudad estaba en la tribu de Isacar, al sur del arroyo Cis�n, y al pie del monte Tabor.

Donde hab�a una gran mujer. En Pirkey Rab. Eliezer, se dice que esta mujer era la hermana de Abisag, la sunamita, bien conocida en la historia de David.

En lugar de una gran mujer, el caldeo dice: una mujer temerosa del pecado; el �rabe, una mujer eminente por su piedad ante Dios. Esto la hac�a verdaderamente grande.

Versículo 9

Vers�culo 2 Reyes 4:9 . Este es un hombre santo de Dios.�Es decir, un profeta , como lo interpreta el caldeo.

Que pasa por nosotros continuamente. �Probablemente se encontraba en su camino hacia alguna escuela de profetas a la que sol�a asistir.

Versículo 10

Vers�culo 2 Reyes 4:10 . Hagamos una peque�a c�mara.Jueces 1:3Jueces 3:20 . Como la mujer estaba convencida de que Eliseo era un profeta, sab�a que �l deb�a necesitar m�s privacidad de la que pod�a permitirse el estado general de su casa; y por eso le propone lo que sab�a que ser�a una gran adquisici�n para �l, ya que podr�a vivir en esta peque�a habitaci�n con tanta privacidad como si estuviera en su propia casa. La cama , la mesa , el taburete y el candelabro eran realmente todo lo que pod�a necesitar, a modo de alojamiento, en tales circunstancias.

Versículo 12

Vers�culo 2 Reyes 4:12 . Giezi su sirviente.�Esta es la primera vez que escuchamos de este personaje tan indiferente.

Versículo 13

Vers�culo 2 Reyes 4:13 .��Quieres que se hable de ti ante el rey? Eliseo deb�a tener una influencia considerable con el rey, por el papel que hab�a tomado en la �ltima guerra con los moabitas. Joram ten�a razones para creer que el profeta, bajo la direcci�n de Dios, era la �nica causa de su �xito, y por lo tanto no pod�a dudar de que el rey le conceder�a cualquier petici�n razonable.

O al capit�n del ej�rcito. Como si hubiera dicho: �Quieres que te consiga a ti y a tu marido un lugar en la corte, o que consiga a alguno de tus amigos un puesto en el ej�rcito?

Yo vivo entre los m�os. Estoy perfectamente satisfecha y contenta con mi suerte en la vida; vivo en los mejores t�rminos con mis vecinos, y estoy aqu� rodeada de mi parentela, y no siento ninguna disposici�n a cambiar mis conexiones o mi lugar de residencia.

�Cu�n pocos hay como esta mujer en la tierra! �Qui�n no desear�a ser recomendado a la atenci�n del rey, o conseguir un puesto para un pariente en el ej�rcito, etc.? �Qui�n no querr�a cambiar el campo por la ciudad, y los rudos modales de los habitantes de las aldeas por la pulida conversaci�n y las diversiones de la corte? �Qui�n est� tan contento con lo que tiene como para no desear m�s? �Qui�n se estremece ante la perspectiva de las riquezas o cree que hay trampas en un estado elevado, o en la compa��a y conversaci�n de los grandes y honorables? �Cu�n pocos son los que no sacrifican todo -la paz, el confort dom�stico, sus amigos, su conciencia y su Dios- por el dinero, los honores, la grandeza y el desfile?

Versículo 14

Vers�culo 2 Reyes 4:14 . �Qu� se debe hacer entonces por ella? �Parece que la mujer se retir� tan pronto como hubo dado la respuesta mencionada en el verso anterior.

Versículo 16

Vers�culo 2 Reyes 4:16 . Abrazar�s a un hijo. �Esta promesa , y las circunstancias de las partes, no son muy diferentes a la relativa al nacimiento de Isaac, y las de Abraham y Sara.

No mientas.�Es decir, Que tus palabras se hagan realidad; o, como lo entienden los rabinos, No te burles de m� d�ndome un hijo que pronto ser� arrebatado por la muerte; pero d�jame tener uno que me sobreviva.

Versículo 18

Vers�culo 2 Reyes 4:18 . Cuando el ni�o creci�.�No sabemos qu� edad ten�a, muy probablemente cuatro o seis , si no m�s a�os; porque pod�a ir a los segadores en el campo de cosecha, conversar, etc.

Versículo 19

Vers�culo 2 Reyes 4:19 . Mi cabeza, cualquier cabeza. �Probablemente afectado por el coup de soleil , o golpe de sol , que podr�a, en un sujeto tan joven, pronto ocasionar la muerte, especialmente en ese pa�s c�lido.

Versículo 21

Vers�culo 2 Reyes 4:21 . Lo acost� en la cama del var�n de Dios.�Ella sin duda hab�a o�do que El�as hab�a resucitado al hijo de la viuda de Sarepta; y ella crey� que quien hab�a obtenido este don de Dios para ella, podr�a obtener su restauraci�n a la vida.

Versículo 23

Vers�culo 2 Reyes 4:23 . �Por qu� ir�s?�Era una mujer muy prudente; ella no acosar�a los sentimientos de su esposo inform�ndole de la muerte de su hijo hasta que hubiera probado el poder del profeta. Aunque la religi�n del Dios verdadero no era la religi�n del estado, sin embargo, hab�a sin duda multitudes de personas que continuaban adorando solo al Dios verdadero, y ten�an el h�bito de ir, como se insin�a aqu�, en lunas nuevas y S�bados , para consultar al profeta.

Versículo 24

Vers�culo 2 Reyes 4:24 . Conduce y avanza.�Es costumbre en Oriente que un sirviente camine al lado o conduzca el asno que monta su amo. A veces camina detr�s y aguijonea a la bestia; y cuando ha de volverse, dirige su cabeza con la larga vara del aguij�n. Es probablemente a esta costumbre a la que alude el sabio cuando dice: "He visto siervos a caballo, y pr�ncipes andando como siervos sobre la tierra".

Versículo 26

Verso 26. Est� bien. ��Qu� fuerte era su fe en Dios y su sumisi�n a su autoridad! Aunque la aflicci�n familiar m�s grave que pod�a ocurrirles a ella y a su esposo ya hab�a ocurrido; sin embargo, creyendo que era una dispensaci�n de la Providencia que en s� misma no era imprudente ni cruel , dijo: Todo est� bien conmigo , con mi esposo y con mi hijo .�Adem�s, podemos se�alar que, en sus d�as, la doctrina de los ni�os r�probos no hab�a deshonrado la religi�n pura del Dios de compasi�n infinita. No ten�a dudas sobre el bienestar de su hijo, incluso con respecto a otro mundo; y �qui�n sino un pagano o un estoico puede sostener una doctrina contraria?

Versículo 27

Verso 27. El Se�or me lo ha encubierto , y no me lo ha dicho. En referencia a este punto, no ten�a ahora el discernimiento de los esp�ritus . Esto, y el don de profec�a , fueron influencias que Dios dio y suspendi� cuando su infinita sabidur�a vio el bien.

Versículo 28

Verso 28. �Dese� yo un hijo de mi se�or? �No te expres� tal deseo; Yo estaba contenta�y feliz; y cuando me prometiste un hijo, �no dije yo: No me enga�es ? No te burles de m� con un ni�o que crecer� para ser atractivo y encantador, pero del cual pronto me ver� privada�por la muerte.

Versículo 29

Vers�culo 29. No lo salud�is.�Daos toda la prisa que pod�is, y pon�mi vara sobre el rostro del ni�o; probablemente pens� que podr�a ser un caso de mera animaci�n suspendida o un desmayo , y que colocar el bast�n sobre la cara del ni�o podr�a actuar como un est�mulo para excitar los movimientos del cuerpo.

Versículo 30

Verso 30. No te dejar�. �Parece que el profeta no ten�a intenci�n de acompa�arla; ten�a la intenci�n de esperar el regreso de Giezi; pero como la mujer estaba bien segura de que el ni�o estaba muerto , decidi� no regresar hasta que trajera al profeta con ella.

Versículo 32

Verso 32. He aqu�, el ni�o estaba muerto.�Entonces el profeta vio que el cuerpo y el esp�ritu del ni�o estaban separados.

Versículo 33

Verso 33. Or� al Se�or..��No ten�a poder propio por el cual pudiera restaurar al ni�o.

Versículo 34

Verso 34. Recu�stese sobre el ni�o.��Se esforz� por transmitir una parte de su propio calor natural al cuerpo del ni�o; y probablemente intent�, soplando en la boca del ni�o, inflar los pulmones y restaurar la respiraci�n. Utiliza todos los medios naturales a su alcance para restaurar la vida, mientras ora al Autor de la misma para que ejerza una influencia milagrosa. Los medios naturales est�n en nuestro poder; las que son sobrenaturales pertenecen a Dios. Siempre debemos hacer nuestro propio trabajo y rogar a Dios que haga el suyo.

Versículo 35

Verso 35. El ni�o estornud� siete veces.�Es decir, estornud� abundantemente . Cuando la influencia nerviosa comenzaba a actuar sobre el sistema muscular, antes de que la circulaci�n pudiera restablecerse en todas las partes, ciertos m�sculos, si no todo el cuerpo, sufr�an fuertes contracciones y escalofr�os, y los estornudos o espasmos eran una consecuencia natural; particularmente porque las obstrucciones deben haber tenido lugar en la cabeza y sus vasos , a causa del trastorno del que muri� el ni�o.�La mayor�a de la gente, as� como los fil�sofos y los m�dicos, han comentado cu�n beneficiosos son los estornudos para eliminar obstrucciones en la cabeza. Sternutamenta , dice Plinio, Hist. Nat ., lib. xxviii., cap. 6, gravedinem capitis enmienda ; "Estornudar alivia los trastornos de la cabeza".

Versículo 37

Verso 37. Ella entr� y cay� a sus pies.�Pocos pueden entrar en los sentimientos de esta noble mujer. �Qu� suspenso debe haber sentido ella durante el tiempo que el profeta estuvo empleado en el lento proceso mencionado anteriormente! porque lento en su propia naturaleza debe haber sido, y extremadamente agotador para el profeta mismo.

Versículo 38

Vers�culo 38. Vino de nuevo a Gilgal.��l hab�a estado all� antes con su amo, poco tiempo antes de su traslado.

Pon en la gran olla y hierve el potaje para los hijos de los profetas. �Fue en una �poca de escasez , y ahora todos podr�an necesitar un refrigerio; y parece que el profeta fue inducido a utilizar el poder que ten�a de Dios para hacer una abundante provisi�n para los que estaban presentes. El padre del c�lebre Dr. Young, autor de Night Thoughts , predicando un serm�n de caridad en beneficio de los hijos del clero , tom� las palabras anteriores para su texto; no puede decirse que sean inapropiadas.

Versículo 39

Verso 39. Calabazas silvestres.��Generalmente se piensa que es la coloqu�ntida , el fruto de una planta del mismo nombre, del tama�o de una naranja grande. Se trae aqu� desde el Levante, y se conoce a menudo con el nombre de manzana amarga ; tanto las semillas como la pulpa son intensamente amargas y violentamente purgantes. Se encuentra entre los venenos vegetales, como todos los amargos intensos; pero, juiciosamente empleado, es de considerable uso en medicina.

Versículo 40

Verso 40. Hay muerte en la olla.�Como si hubieran dicho: "Tenemos aqu� una mezcla mortal; si la comemos, todos moriremos".

Versículo 41

Verso 41. Trae comida. Aunque esto podr�a, en cierta medida, corregir la fuerte cualidad acre y purgante; sin embargo, fue s�lo un milagro el que pudo convertir un sorbo de esta fruta en un saludable potaje.

Versículo 42

Vers�culo 2 Reyes 4:42 . Pan de las primicias.�Esta era una ofrenda al profeta, como las primicias mismas eran una ofrenda a Dios.

Ma�z en c�scara.�Probablemente ma�z tostado o ma�z para tostar, alimento muy frecuente en Oriente; mazorcas llenas, antes de que maduren, resecas al fuego.

Versículo 43

Vers�culo 2 Reyes 4:43 . As� ha dicho Jehov�: Comer�n y sobrar�n. �Fue Dios, no el profeta, quien aliment� a cien hombres con estos veinte panes. Esto es algo as� como que nuestro Se�or aliment� a la multitud milagrosamente. De hecho, hay muchas cosas en este cap�tulo similares a los hechos en la historia de nuestro Se�or: y este profeta podr�a ser considerado m�s acertadamente un tipo de nuestro Se�or, que la mayor�a de las otras personas en las Escrituras que han sido as� honradas.

Información bibliográfica
Texto de la bibliografía=Clarke, Adam. "Comentario sobre 2 Kings 4". "El Comentario de Adam Clarke". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/acc/2-kings-4.html. 1832.
 
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