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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
El Comentario del Púlpito de la Iglesia Comentario del Púlpito de la Iglesia
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
Información bibliográfica
Nisbet, James. "Comentario sobre 1 Thessalonians 1". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cpc/1-thessalonians-1.html. 1876.
Nisbet, James. "Comentario sobre 1 Thessalonians 1". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/
Versículo 5
EL EVANGELIO PODEROSO
'Nuestro evangelio no les lleg� solo en palabras, sino tambi�n en poder'.
1 Tesalonicenses 1:5
La predicaci�n de San Pablo tuvo un �xito excepcional en Tesal�nica, y tambi�n all� los buenos resultados de su trabajo se vieron menos empa�ados por las malas influencias posteriores que en muchos otros centros de sus labores apost�licas. Con los tesalonicenses, decididamente, el evangelio no se ve como un mero encanto de juegos de palabras, sino como una influencia viva y poderosa.
I. El mundo necesita un evangelio poderoso � La gran necesidad de los hombres en todas las �pocas y climas es un poderoso impulso para sacarlos del letargo espiritual a la nueva experiencia de una nueva vida.
II. El evangelio de Cristo est� lleno de poder . El cristianismo no es simplemente un sistema religioso espec�fico que ocupa su lugar entre otros sistemas: egipcio, indio, griego, etc. No solo es un sistema mejor que todos los dem�s, superlativamente mejor en dignidad, pureza, etc. Es m�s que cualquier esquema de divinidad. No es simplemente la soluci�n incomparablemente m�s noble jam�s ofrecida al gran enigma del universo. Su peculiaridad sorprendente es que est� vivo mientras otros sistemas de religi�n y filosof�a est�n muertos.
III. Cristo es la fuente del poder del evangelio � El evangelio viene con poder, y no como una mera palabra, porque Cristo mismo est� con Su evangelio.
Ilustraci�n
Hay mucha verdad en las ideas ved�sticas de Dios, en la ense�anza zoro�strica sobre el pecado, en las teor�as egipcias del juicio futuro, en las opiniones del dramaturgo griego sobre el gobierno moral y en los pensamientos del fil�sofo griego sobre el bien principal. Pero todas estas grandes y muchas veces nobles concepciones carecen de poder para cambiar el coraz�n y el car�cter de los hombres. El cristianismo hace esto. Cristo dio la nota clave cuando obr� milagros: "se�ales poderosas". Sus milagros f�sicos fueron signos de su obra espiritual '.
Versículos 9-10
ESPERANDO AL HIJO DEL CIELO
'Os volvisteis a Dios de los �dolos para servir al Dios vivo y verdadero; y esperar a su Hijo del cielo, a quien resucit� de entre los muertos.
1 Tesalonicenses 1:9
Estas condiciones marcaron la vida de aquellos a quienes el Ap�stol escribi�:
( a ) El apartarse de los �dolos .
( b ) El servicio del Dios vivo y verdadero .
( c ) La espera del Hijo del cielo como aquellos que esperan el regreso de un Rey .
�Est�n estas condiciones grabadas profundamente en la vida de la gente de esta tierra? �Tienen un dominio reconocido sobre los corazones de j�venes y ancianos, ricos y pobres? �O diremos �haciendo todo lo posible por las grandes y benditas excepciones� que la superficialidad en la religi�n, la tendencia a presumir de la paciencia de Dios se encuentran entre las principales caracter�sticas de nuestro tiempo?
I. 'Esperar a su Hijo del cielo'. �La expectativa moment�nea, la calma y la preparaci�n paciente, marcaron esa espera en tiempos pasados. Los rostros una vez vueltos hacia arriba en el Monte de los Olivos a menudo deben haber escaneado el cielo para ver si hab�a alguna se�al del regreso de Aquel de quien se dijo: '�l vendr� de la misma manera en que lo hab�is visto ir al cielo'. Los primeros cristianos vivieron como los siervos de Aquel cuya venida, si se promet�a en ning�n momento, era posible en cualquier momento , como aquellos cuya existencia les promet�a prepararse a s� mismos y a los que los rodeaban para el regreso de un Rey, cuyo reino en la tierra deber�a mostrar. algunas se�ales de preparaci�n para anticipar y recibir su venida.
II. Y as�, en el libertinaje e iniquidad paganos que los rodeaba, estos hombres se esforzaron por llevar el mensaje ennoblecedor de la libertad de Cristo. En la maldad cristiana y la oscuridad que nos rodea, tambi�n debemos llevar ese mismo mensaje, si queremos ser soldados fieles de la Cruz de Cristo. �Y se puede exagerar la necesidad? �Se pueden pintar los horrores con demasiada profundidad? �Pueden acentuarse con demasiada fuerza los inarticulados gritos de auxilio? Hay mucho que ver ahora que deber�a hacernos sentir esperanzados y muy agradecidos.
Y, sin embargo, la necesidad es grande, terrible y apremiante, con respecto a los males sociales de nuestro tiempo.
III. �Qu� estamos haciendo en estos asuntos? �Con demasiada frecuencia miramos impotentes a las masas. Dios individualiza. Decimos: ' Nosotros , �qu� podemos hacer?' Dios dice: "T�, �qu� est�s haciendo?" Arte t� usando tu libertad cristiana, y por precepto y ejemplo tratando de alegrar la vida de otros con el mensaje que ha hecho la vida de tu conexi�n con el yugo de Cristo? Porque la libertad cristiana no es licencia para vivir para nosotros mismos, sino poder para vivir para Dios.
No hay nada que unir� intereses en conflicto, que se unir� de coraz�n a coraz�n, que unir� clase y clase como un trabajo com�n para Dios, como una preparaci�n mutua y �til, mientras esperamos el regreso del Hijo del cielo, volvi�ndonos a Dios. de los �dolos para servir al Dios vivo y verdadero.
IV. En tal preparaci�n, el cielo y la tierra se encuentran � Cuando levantamos nuestras manos para trabajar, hay otras manos que parecen encontrarse y estrechar las nuestras. Levante los ojos al cielo y observe los preparativos que se llevar�n a cabo all� cuando sienta la tentaci�n de desanimarse. All�, 'en medio de las crecientes actividades que rodean el trono de Dios; all�, de donde surge el canto de alabanza inmortal; all�, hasta que llegue el cumplimiento del tiempo, se adelantan siempre los preparativos para el regreso triunfal de Cristo, el Rey de reyes.
Dentro del velo que �l representa, suplica, intercede. �Oh, alcen sus ojos a las colinas, de d�nde viene su ayuda, humildes seguidores de Dios, ustedes que, con una fuerza que no es la suya y atra�dos por la extra�a atracci�n de la Cruz, est�n tratando de mantener su propio coraz�n! de d�nde vienen los resultados de la vida y la muerte, y cuidar con diligencia la parte de la vi�a que el Se�or ha encomendado a ustedes.
Es la misma obra de Cristo que se les ha impuesto. Debe ser una carga para tu coraz�n, poner a prueba tus energ�as y hacerse sentir en tu vida. No temas esto; el que sigue a Cristo debe llevar una cruz, y el que lleva una cruz la encontrar� marcada en sus hombros. Sin embargo, si su causa es la de Cristo, es la que ha escrito mucho sobre ella la promesa y la potencia del �xito definitivo y asegurado. Une entonces a�n m�s perfectamente tu espera por el Hijo del cielo con Aquel que ahora espera dentro del velo; y permita que la misma marca de preparaci�n activa e incansable, de gran simpat�a, de amor inagotable, de paciencia incansable que caracterizan toda la obra de Cristo, tambi�n distinga en su medida sus fervientes esfuerzos en la causa del Maestro.
�Obispo ER Wilberforce.