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Bible Commentaries
1 Timoteo 1

El Comentario del Púlpito de la IglesiaComentario del Púlpito de la Iglesia

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Versículo 5

EL AMOR Y SUS FUENTES

"Ahora bien, el fin del mandamiento es la caridad de un coraz�n puro, de buena conciencia y de una fe no fingida".

1 Timoteo 1:5

�Qu� se entiende aqu� por 'el mandamiento'? En el griego, la palabra para 'mandamiento' es la misma que se traduce como 'cargo' en el tercer vers�culo, y el significado es, 'el fin, el punto, del cargo que debes dar es caridad'. Ahora, "caridad" es s�lo otra palabra para "amor". Solo hay una palabra en griego para nuestras dos palabras en ingl�s, y los autores de la versi�n revisada correctamente sustituyeron la palabra m�s completa 'amor' por 'caridad'.

'El ap�stol Pablo est� exhortando a Timoteo, obispo de �feso, a c�mo tratar con ciertas personas que disputaban sobre cosas sin importancia en lugar de los principios m�s importantes de la fe cristiana. �Tienen entre ustedes�, dec�a el Ap�stol, �maestros, tal vez cl�rigos, que necesitan ser instruidos en las cosas que deben ense�ar; est�n haciendo que la gente acepte preguntas tontas y descuide las cosas m�s importantes.

Su ense�anza es un "tintineo en vano". Ahora bien, el motivo de su acusaci�n de que estoy tan ansioso de que los presione es el amor, "de un coraz�n puro, de buena conciencia y de una fe no fingida". En una palabra, el gran tema que san Pablo insta a los maestros cristianos a inculcar es el amor y sus fuentes.

San Pablo nos dice que hay tres fuentes del amor verdadero y bendito que Dios pide.

I. Debe fluir de 'un coraz�n puro'. �Hay una especie de amor que puede brotar de un coraz�n impuro. Eso es una burla del amor, algo bajo, mezquino y despreciable. �Un coraz�n puro! es una posesi�n invaluable. Guarda el tesoro, porque es f�cil perderlo y dif�cil recuperarlo.

II. El amor debe surgir de una 'buena conciencia'. �Entendamos claramente qu� es la conciencia. Es el poder o facultad dentro de nosotros lo que nos dice cu�ndo hacemos lo correcto o incorrecto, aprobando lo correcto y condenando lo incorrecto. La conciencia debe estar bien instruida y guiada por principios correctos. Pero es nuestra mejor gu�a, y es mejor errar con la conciencia que ir directamente en su contra.

III. El amor es el resultado de la "fe no fingida". �La fe es el poder en el alma que hace real lo invisible, que vive para otro mundo; es la facultad de darse cuenta. Sin duda, esta fe en lo invisible est� en la ra�z de toda religi�n. Pero debe ser 'sincero'. Debe ser real, no meras palabras, no mera profesi�n. Debe poner el alma en la presencia de Dios. Sobre todo, debe hacer real para el alma al Salvador viviente.

�Obispo Walsham How.

Ilustraci�n

�Qu� piensa del padre Dami�n, que, sabiendo perfectamente lo que significaba, se fue a vivir a la Isla de los Leprosos hasta que acept� la denuncia y muri�? Podr�a nombrar a hombres con grandes promesas y perspectivas en este mundo que, por puro amor, lo han entregado todo para vivir y trabajar entre los pobres y los marginados. Estos personajes pueden ser raros, pero no imposibles; pero, aunque fueran m�s raros, recuerde que se nos ha dado el ideal de Dios '.

(SEGUNDO ESQUEMA)

EL FIN DEL MANDAMIENTO

El fin del mandamiento no es el amor de una vez; requiere una cantidad no peque�a de formaci�n de suelo y colocaci�n de cimientos primero. El verdadero amor en el que pensaba el Ap�stol implica no poca cultura preparatoria y realizaci�n; es enf�ticamente el fin del mandamiento: el fin de la semilla sembrada y la obra realizada.

I. El verdadero amor no es en modo alguno lo muy simple y f�cil que se supone con frecuencia que es . No puedes decidirte a empezar de inmediato a amar; debes convertirte en mucho de lo que no eres, quiz�s, para serlo. Es cierto que no es mucho ser amable, amable y tierno en su mayor parte, regalar cosas y complacer a la gente y pensar s�lo en hacer que se sientan c�modos al instante; no es mucho, especialmente para algunas personas; no hay una puerta recta, sino un camino muy ancho y liso; es su instinto, su naturaleza, no pueden evitarlo.

A menudo se podr�a decir de ellos que no tienen la suficiente pureza, conciencia o fe como para ser de otra manera; porque hay un amor muy bonito y agradable, cuya influencia y ejercicio se debe a la ausencia de �stos. Pero esto no es 'el fin del mandamiento' o 'el cumplimiento de la ley'.

II. El amor que San Pablo pretende y desea es el amor .

( a ) Arraigado en la pureza.

( b ) arraigados en la conciencia, y

( c ) Arraigado en la fe, uno de los logros m�s altos y maduros de la vida cristiana.

Ilustraci�n

Est� el amor a la incredulidad , del que el d�a de hoy nos ofrece algunos ejemplos. Un amor que, reconociendo en el hombre nada m�s que un resultado y desarrollo de la materia, nada m�s que un hijo pasajero y perecedero del polvo, sin un futuro inmortal ante �l y sin un Padre invisible que le pertenezca, dice: �Tratemos al menos de ministrar a �l mientras �l permanece ". Este es el amor, el triste y melanc�lico amor de la incredulidad.

Y es lo suficientemente amable y generoso; sus ojos tristes lloran con los que lloran; sus manos p�lidas se extienden para curar; pero muy diferente es el amor que contemplaba san Pablo y al que conduce el mandamiento. El mandamiento, con su declaraci�n de la Paternidad Divina, y la Hermandad humana de redenci�n e inmortalidad, y el llamado a la gloria eterna, nos ense�a el valor y la dignidad sublimes, la grandeza terrible y la santidad del hombre; nos muestra sobre �l, bajo toda su suciedad y desfiguraci�n, la imagen y la inscripci�n del cielo; nos presenta a �l en su estado m�s bajo, en su degradaci�n m�s profunda, como un hijo del Alt�simo a quien el Alt�simo ha venido a buscar mediante el sacrificio '.

Versículo 11

EL GLORIOSO EVANGELIO

'El evangelio glorioso (el evangelio de la gloria RV) del Dios bendito.'

1 Timoteo 1:11

Hab�a quienes en �feso sosten�an que la libertad del evangelio los liberaba de las obligaciones de la ley moral. San Pablo, que fue llamado a Europa, suplic� a Timoteo que permaneciera quieto en Asia Menor y los convenciera de que el dise�o mismo del evangelio era la caridad de un coraz�n puro y una buena conciencia y una fe no fingida. Lejos de que la ley moral sea abolida por el evangelio de nuestra salvaci�n, toda pretensi�n de santidad, en la que insiste esa ley, est�, argumenta el Ap�stol, en verdadera armon�a y conformidad con 'el evangelio de la gloria del Dios bendito que, 'con la m�s profunda gratitud y reverencia, agrega,' estaba comprometido con mi confianza '.

I. 'El Dios Bendito . � Este notable nombre del Jehov� Triuno, a Quien somos ya Quien servimos,' el Dios Bendito ', exige nuestra meditaci�n reflexiva y en oraci�n. La palabra "bendito" no significa aqu� principalmente alguien que recibe alabanza y bendici�n, sino que tiene su significado ordinario de feliz, feliz, dichoso. La recepci�n de alabanza y adoraci�n debe, podemos concebir humildemente, formar parte de la bienaventuranza de Dios, y se puede decir que hablar a la manera de los hombres aumenta esa bienaventuranza.

Pero el t�rmino en s� mismo simplemente significa feliz. Esto se desprende de su uso en otras partes del Nuevo Testamento. Ocurre cincuenta veces; pero s�lo aqu�, y en el vers�culo quince del sexto cap�tulo de esta ep�stola, donde leemos del Bendito y �nico Potentado, est� la palabra usada por Dios. En los otros cuarenta y ocho casos describe al hombre bienaventurado o feliz, como en las nueve bienaventuranzas del Serm�n de la Monta�a o en las siete bienaventuranzas del Apocalipsis.

Este uso es suficiente para establecer aqu� su significado. El Dios Bendito significa Dios que disfruta de la felicidad suprema y el deleite infinito. De hecho, no podemos captar ni siquiera contemplar esta gloria plena del gozo de Dios. Nos deslumbra. Es la luz a la que ning�n hombre puede acercarse. Pero podemos ponderarlo con reverencia fragmento a fragmento, podemos rastrear humildemente un reflejo roto de �l en nosotros mismos; y luego, porque estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, debemos confesar que tiene el testimonio en s� mismo, es autoevidente; s�, es una necesidad divina.

II. El evangelio de la gloria del Dios bendito � El ap�stol habla no solo del evangelio del Dios bendito, sino tambi�n del evangelio de la gloria del Dios bendito. Esto es m�s, mucho m�s. La gloria es la manifestaci�n de la excelencia. Podemos tomar esto como una clave segura para interpretar la palabra 'gloria' en las Escrituras. Siendo la felicidad del Dios Alt�simo como hemos visto tan grande, este excelente gozo debe ser derrocado.

Lo vemos en el firmamento de Su poder; los cielos cuentan la gloria de Dios. Lo vemos abajo en la tierra: la tierra est� llena de la bondad del Se�or. Tampoco nos sorprende que cuando �l cre� los cielos y la tierra, las estrellas de la ma�ana cantaran juntas y todos los hijos de Dios gritaran de gozo. Breve, en verdad, fue ese amanecer despejado de la historia del hombre. El pecado entr� en el mundo y la muerte por el pecado.

La tierra era como el huerto del Ed�n delante de ellos, y detr�s de ellos un desierto desolado. Y ahora se dibuj� una densa nube entre la criatura y su Creador afligido y ofendido. Pero, �debe la oscuridad conquistar la luz? �Deber�a el infierno desconcertar al cielo? �Deber�an las artima�as del diablo frustrar los designios de Dios? Es m�s, nos leemos en silencio, sopesando cada s�laba, porque en ellas est� envuelto el destino de la creaci�n, las palabras del disc�pulo amado que hab�a bebido lo m�s profundo del esp�ritu de su Maestro.

"Con este prop�sito se manifest� el Hijo de Dios para destruir las obras del diablo". Y el evangelio de la gloria del Dios bendito se revela ante nosotros en sus grandes y luminosos contornos.

(a) Una vez que comprenda la extraordinaria hermosura y perfecci�n de esta salvaci�n de Dios, no se sorprender� de que San Pablo en otro lugar escriba: `` Aunque nosotros o un �ngel del cielo les prediquemos cualquier otro evangelio que el que les hemos predicado ''. , sea maldito '( G�latas 1:8 ).

(b) Recordemos que el evangelio de la gloria del Dios Bendito es algo demasiado majestuoso para cargarlo con cadenas forjadas en cualquier yunque humano. Desde�a la peque�ez del partidismo.

Porque el amor de Dios es m�s amplio

Que las medidas de la mente del hombre.

No, este evangelio ha vivificado y es vivificante, ha fructificado y est� fructificando, muchas otras iglesias de la cristiandad m�s all� de la nuestra. Es el don de Dios al hombre. Nace del cielo y es tan libre como el aire que respiramos. Su pecado, quien lo reducir�a, es solo menor que el de ellos quien lo depravar�a.

�Obispo EH Bickersteth.

Ilustraci�n

El evangelio se declara a s� mismo como la mayor respuesta de Dios a la mayor necesidad del hombre. El evangelio no profesa ser una respuesta entre muchas. Afirma ser la �nica respuesta que Dios da al problema del pecado y la agon�a del dolor. El evangelio no habla con tono vacilante y t�mido. No se pone en actitud de excusa. No pide ser escuchado por tolerancia y ser juzgado por alguna ley de cr�tica modificada. Se destaca claramente a la luz del d�a. Dice, en lenguaje personal: "Si alguno tiene sed, venga a m� y beba". '

(SEGUNDO ESQUEMA)

�POR QU� 'GLORIOSO'?

�Por qu� fue que San Pablo, quien hizo m�s que cualquier otro hombre que haya vivido para dar a conocer este evangelio en el mundo, por qu� lo llam� un evangelio glorioso? Hubo muchas razones.

I. Debido a su antig�edad � Mir� hacia abajo a trav�s del largo panorama de las edades pasadas, y vio c�mo este evangelio del Dios Bendito estaba en la mente de Dios desde la eternidad.

II. Porque no cambiaba . Todo lo dem�s en nosotros cambia. Los sentimientos son transitorios, incluso los credos a veces se alteran, las doctrinas se alteran, el est�ndar de moralidad cambia seg�n los requisitos de la �poca, pero la vida de Jes�s es la misma, inmutable.

III. Debido a los triunfos que ya hab�a ganado en el mundo , en la Iglesia, en el coraz�n de los hombres, jud�os, gentiles y cristianos. Mire al peque�o grupo de hombres que avanzan hacia lo que parece una esperanza desesperada. Su estandarte es la Cruz, su grito de batalla es el evangelio glorioso. Pero dondequiera que van, los corazones duros se ablandan, las conciencias se remueven, los �dolos se tambalean y caen, e incluso la Roma imperial se ve obligada a reconocer el poder del glorioso evangelio.

IV. Porque sab�a por experiencia propia que el evangelio del Dios bendito les dice a los hombres lo que necesitan saber. Es a este respecto que la religi�n de Cristo est� muy por encima de cualquier otra religi�n que el mundo haya visto jam�s.

Obispo CJ Ridgeway.

(TERCER BOSQUEJO)

IMAGEN DE DIOS

'El evangelio glorioso del Dios bendito', o, como las palabras podr�an traducirse con m�s alegr�a, 'el evangelio glorioso del Dios feliz'. En esa palabra "feliz" encuentro mi mensaje.

Pero vendr� el pensamiento: est� muy bien que hables de un Dios feliz, est� muy bien que Dios sea feliz. Dios est� por encima de las inundaciones, pero yo estoy aqu� abajo en las olas. Ah, pero �eso es todo? Dios no pudo soportar ver al hombre infeliz aqu� abajo bajo las nubes, y as�, en la Encarnaci�n, el Dios feliz desciende y se hace Hombre, y viene para hacer feliz al hombre, desciende para reparar lo que el hombre ha estropeado. Ese es el glorioso evangelio del Dios feliz.

Ser� atrevidamente simple y dar� tres reglas breves:

I. Sea feliz � Es semejante a Dios ser feliz. Es un deber (y mucho m�s dif�cil) ser feliz que ser honesto; s� feliz en cuanto a tu pasado, no dejes que el pasado te quite el coraz�n. Entonces tu futuro; Abra los n�meros de la vida atrasados ??y lea las p�ginas felices que hay en eso. Reflexione sobre los brillantes fragmentos del pasado. Si no puedes ser feliz, inundado con el sol que proviene de la inocencia, entonces s� feliz con el brillo que proviene de la vida de penitencia.

S� feliz en el presente; esa es la gran diferencia entre el cristianismo y todas las dem�s religiones. Promete al hombre una felicidad presente. Cualquier religi�n, toda religi�n, puede prometer una felicidad futura, pero la uni�n con el Dios feliz promete al hombre la felicidad aqu�, ahora, hoy.

II. Luzca feliz � Las expresiones transmiten impresiones. Jes�s llam� a un ni�o. �Se habr�a ido ese ni�o si Jes�s hubiera parecido infeliz? No sabes nada de ni�os si crees que lo har�a. Verse feliz. �Por qu� se caricaturiza a la persona religiosa como siempre infeliz? �Por qu� debemos andar mirando como si nuestra religi�n siempre nos hiciera sentir mal? Mira lo que eres, en uni�n con el Dios feliz.

III. Trate de hacer felices a los dem�s � Negativamente, no estropee la felicidad de la vida de otra persona. Un hombre no tiene derecho a estropear la felicidad de la vida de una mujer; una mujer no tiene derecho a estropear la felicidad de la vida de un hombre. Un ni�o grande no tiene derecho a estropear la felicidad de la vida de un ni�o peque�o. Positivamente, ponga su hombro debajo de la cruz de otro, lev�ntelo. Empiece por casa. Contribuya con su cuota de felicidad a la vida hogare�a, a la vida del pa�s, a la vida del imperio y, por tanto, a la vida del mundo.

Rev. Canon Holmes.

Ilustraci�n

'Una naci�n mira la vida de la misma manera que una naci�n mira a Dios. Pregunte a la historia si no es cierto. Piense en Alemania, por ejemplo, en el siglo XVI. Mire Francia en el siglo XVIII. Mire Inglaterra, el imperio, como es hoy. �Es la concepci�n inglesa de Dios la concepci�n paulina? �Qu� es el Dios del ingl�s? �Es ese un Dios feliz? �No es un Dios que se mantiene cuidadosamente fuera de la vida que todos anhelan, que todos anhelan: la felicidad? �Es el evangelio de Inglaterra hoy el glorioso evangelio del Dios feliz? No creo que lo sea; y por tanto, dado que la concepci�n que tienen los hombres de Dios no es Dios como un Dios feliz, la concepci�n inglesa de la vida religiosa en Inglaterra no es una concepci�n que haga felices a los hombres �.

Versículos 11-12

CONFIANZA EN EL EVANGELIO

'El evangelio ... que fue confiado a mi confianza'.

1 Timoteo 1:11

El evangelio de la gloria del Dios bendito, dice San Pablo, fue confiado a mi confianza. Nada conmovi� al Ap�stol m�s profundamente que esto. Siempre que alude a �l, parece llevarlo al polvo. Es en conexi�n con esto que habla de s� mismo como el m�s peque�o de los Ap�stoles; y unos a�os despu�s, con una humildad cada vez m�s profunda, como menos que el m�s peque�o de todos los santos; y a�n m�s tarde, no mucho antes de que terminara su carrera, como el principal de los pecadores.

I. Usted admite esto en el gran Ap�stol de los gentiles , pero dice que fue un vaso escogido, diferente a todos los dem�s. Admiras, y con justicia, su m�ltiple educaci�n para el trabajo que fue llamado a realizar. Se�ala el hecho de que era un hebreo de los hebreos y, sin embargo, un ciudadano romano de Tarso, a la cultura de su saber, a la religiosidad de su juventud farisaica, al ardiente celo de su hombr�a, y cuando agrad� a Dios revelar a su Hijo en �l al amor supremo de Cristo, que le hizo considerar todas las cosas como p�rdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jes�s, su Se�or, si tan s�lo pudiera terminar su carrera con gozo.

Luego insiste en que San Pablo estaba vestido, como los guerreros de Israel en la antig�edad, con el Esp�ritu del Dios viviente. Y, por �ltimo, nos recuerda que las legiones de Roma hab�an preparado un camino para el evangelio en casi todos los pa�ses, y que el mundo cansado inconscientemente anhelaba ese maravilloso embajador de la Cruz.

II. Pero es demasiado decir que Inglaterra, y preeminentemente la Iglesia de Inglaterra, han sido entrenados por Dios para una embajada similar, una embajada de la misma promesa y de la misma esperanza, en estos �ltimos d�as? Cu�n maravillosa ha sido la educaci�n de Dios de la Iglesia de nuestros padres: la primera plantaci�n del Evangelio entre nosotros desde los d�as apost�licos; luego lecciones aprendidas bajo la f�rrea servidumbre de Roma, que quiz�s ninguna otra cosa podr�a tener tan profundamente grabada en nuestro coraz�n, hambre de libertad, sed de luz, anhelo de la pura Palabra de Dios; luego, despu�s del largo invierno, la fresca marea primaveral de la Reforma; luego, en medio de una calma bochornosa y tormentas salvajes, la consagraci�n de nobles poderes intelectuales a la defensa y promoci�n del evangelio; y luego acerc�ndose a nuestro tiempo el renacimiento de la vida evang�lica, seguido por el renacimiento del orden de la Iglesia;

Reflexionamos sobre estas cosas y nos preguntamos: �No ha estado Dios, quien entren� al Ap�stol de los gentiles en el primer siglo, entrenando a la Iglesia de esta raza anglosajona para Su obra misionera entre los paganos en estos �ltimos d�as?

III. Desde dentro y m�s all� de nuestras dependencias coloniales, el grito de las tierras paganas y musulmanas, a veces un grito inarticulado de angustia y desasosiego, a veces un grito de s�plica distintiva, 'Ven y ay�danos', llega a nuestros o�dos por cada viento que sopla. .

�Obispo EH Bickersteth.

Ilustraci�n

'S t. Pablo se glori� solo en la Cruz de nuestro Se�or Jesucristo, y nuestros misioneros no han conocido nada entre los hombres sino a Jesucristo ya �l crucificado. San Pablo era un pastor vigilante, como cuando estuvo en �feso durante tres a�os, no dej� de advertir cada d�a y noche con l�grimas; y hay pastorados en nuestros campos misioneros, muchos de ellos ahora bajo cl�rigos nativos, que competir�an con las parroquias m�s favorecidas de Inglaterra.

San Pablo, aunque libre de todos, se hizo siervo de todos para ganar m�s; y una sociedad como la CMS, que se ha adaptado a los musulmanes arrogantes, los brahmanes cultos, los abor�genes sencillos de la India, los afganos natos como guerreros, los persas refinados, los chinos pacientes y los de mente abierta. pueblos de Jap�n, y los ni�os de coraz�n ardiente de �frica, y los generosos neozelandeses, y las tribus reflexivas y pensativas del noroeste de Am�rica, una Sociedad que ha hecho esto y ganado almas para Cristo en todos los campos de trabajo, puede tomar siga las palabras del Ap�stol y diga: �Para todos soy hecho de todo, para que de todos modos pueda salvar a algunos.

�Pero san Pablo no le ten�a en gran estima la vida para poder terminar su carrera con alegr�a: esto tampoco le ha faltado; durante largos a�os la costa de �frica fue conocida como la tumba del hombre blanco, pero los soldados de la Cruz nunca fallaron, otros siguieron adelante,

Cada uno de pie donde estaba su camarada,

El momento en que cay�.

Cuando el obispo Hannington fue martirizado, unos veintisiete voluntarios en Inglaterra se ofrecieron para el mismo puesto de peligro.

Versículo 15

'EL DICHO FIEL'

'Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jes�s vino al mundo para salvar a los pecadores; de quien yo soy el jefe.

1 Timoteo 1:15

�Por qu� las palabras 'Cristo Jes�s vino al mundo para salvar a los pecadores' deber�an ser una 'palabra fiel y digna de ser recibida por todos'?

I. Porque el dicho se compone claramente de las palabras del Se�or mismo � En dos ocasiones diferentes, nuestro Se�or se refiri� a los prop�sitos de Su venida al mundo, y eso en t�rminos que corroboran completamente las palabras de este dicho.

II. Por la luz que arroja sobre el car�cter de Dios � La tentaci�n de abrigar pensamientos duros de Dios es muy antigua y tambi�n muy moderna. "Te conoc�a, que eres un hombre austero". Este es el lenguaje que millones de corazones han mantenido en secreto en conversaci�n con el Creador infinitamente amoroso. El dicho del texto, una vez recibido por fe, es un fiel exponente de la verdad sobre Dios, y digno de nuestra aceptaci�n.

III. Porque nos recuerda la grandeza de la obra de Cristo � Nunca un ser moral puede decir, bajo ninguna circunstancia: 'Bueno es para m� haber pecado'. Se puede hacer que el mal f�sico, el dolor, la necesidad, la enfermedad conduzcan al bien moral, al mal moral o al pecado, nunca. Este pecado es la rebeli�n de la voluntad contra Dios. Si nuestro Se�or Jes�s hubiera dejado intacto a este maestro del mal, no habr�a salvado a los hombres, en el sentido correcto de esa expresi�n.

La salvaci�n del hombre es una cosa diferente a la mejora de la condici�n de la sociedad. Nuestro Se�or vino a salvar a los hombres haciendo tres cosas por voluntad humana. Le dio libertad; Le dio una direcci�n nueva y verdadera; Le dio fuerza. �l ha perdonado a los pecadores creyentes: los ha puesto por su gracia en el verdadero camino que el hombre debe seguir, y les ha dado la fuerza para seguirlo.

-Rvdo. Canon Liddon.

(SEGUNDO ESQUEMA)

EL DECIR Y SU SIGNIFICADO

Si en otros asuntos la verdad es lo que se necesita, en materia de religi�n es la suprema necesidad. No hay errores �tiles en la religi�n, no hay errores felices, no hay falsedades que ayuden a alguien a ser mejor.

I. La verdad m�s grande del mundo � �Es cierto que Cristo Jes�s vino al mundo para salvar a los pecadores? Si es as�, es la mayor de todas las verdades.

(a) San Pablo, viviendo en la luz , embellecido por la luz, caminando con Dios, inspirado, iluminado por �l, dice: Hermanos, he probado esta verdad, la he probado con el peso de mi vida, he aventurado todo en �l, p�ngalo a prueba; y vengo a ustedes y les digo que es un dicho fiel, algo que soportar� su peso, responder� a sus esperanzas y nunca defraudar� su confianza.

(b) Encaja con todo lo que podr�amos esperar de Dios . Tenemos gusto por la verdad; las ovejas escuchan la voz y pueden distinguir la diferencia entre lo Divino y lo humano. Todo lo bueno en nosotros debe haber tenido su origen en algo mejor en Dios, y algo que responda m�s noblemente a nuestra piedad y nuestra compasi�n, y nuestro deleite en salvar, y nuestra angustia cuando miramos la angustia; algo que responda, pero de manera m�s noble, a todo esto debe estar en el coraz�n de Aquel que nos hizo.

II. Este evangelio es digno de toda aceptaci�n. � Hay una multitud innumerable que piensa, y cree que cree en esta afirmaci�n � piensa que s�, y se sorprender�a si se los clasificara entre esc�pticos o incr�dulos � pero que inmediatamente se apartan y piensan en algo de hace mil ochocientos a�os � un hecho de la historia sin importancia para ellos. Ahora bien, San Pablo, que hab�a visto mucha vida, dice que este evangelio merece la aceptaci�n de todos los hombres: que los m�s ricos deben tomarlo para aumentar su riqueza, y los m�s pobres para disipar toda su pobreza; que los afligidos deber�an tomarlo como la cura de todos los cuidados, y los tranquilos deber�an tomarlo como el preservador de todos los placeres; que los culpables lo tomen como el rayo de esperanza que les devolver� la paz, y los inocentes como aquello que preservar� su integridad.

Es digno de la aceptaci�n de todos los hombres: y algunos lo aceptan, uni�ndolo a su coraz�n, haciendo de ese hecho el principal punto de partida de los planes y prop�sitos de su vida; responder a ella, adorar a Cristo, abrir la puerta para dejarlo entrar, ayudarlo en su esfuerzo por salvarlos.

(TERCER BOSQUEJO)

ENCARNACI�N Y EXPIACI�N

Es del momento m�s profundo, especialmente en estos d�as de ansiedad, que nuestra fe en la Encarnaci�n sea distinta e inquebrantable.

I.Debemos creer sin vacilar que nuestro Se�or y Dios entr� en nuestra naturaleza por su camino habitual, y sujeto a todas sus limitaciones, pero, entrando as�, permaneci�, sin embargo, desde el primer momento en adelante de la vida humana que �l se comprometi� a vivir. Dios verdadero y eterno, dej� a un lado su gloria exterior, pero sus atributos no cambiaron. La vida de Jes�s fue as�, para usar la expresi�n de un gran pensador cristiano, siempre Dios-humano. Esta es la fe que se nos ha transmitido sin cambios e inmutables a trav�s de siglos de controversia.

II. El prop�sito divino de la venida de nuestro Se�or al mundo fue salvar a los pecadores � El gran Credo de Nicea reitera la misma declaraci�n. "Por nosotros los hombres y por nuestra salvaci�n", el Hijo eterno dej� a un lado Su gloria y descendi� del cielo. Fue por nosotros y por nuestra salvaci�n que �l descendi� y se encarn�; por nosotros y por nuestra salvaci�n que �l naci� como nosotros nacemos, sufri� �aunque con una intensidad mayor y m�s trascendente� mientras sufrimos, muri� como morimos.

Cuanto m�s nos detengamos en el prop�sito, la salvaci�n de la humanidad, m�s firme ser� nuestro aferramiento a la verdad y la realidad de la Encarnaci�n.

�Obispo Ellicott.

Ilustraci�n

'Por fin estamos volviendo a la creencia principal de la Iglesia cristiana primitiva de que Dios est� entre nosotros, bendiciendo y visitando a los hijos de los hombres. No un Dios fuera del mundo, o como durante siglos, ha sido la concepci�n predominante de Dios desde los d�as de Agust�n, trascendentemente por encima de �l, sino un Dios dentro del mundo, inmanente y permanente. Para los primeros escritores del cristianismo, la Encarnaci�n no era un principio nuevo en el desarrollo del mundo.

Creyendo firmemente en la inmanencia de Dios en el mundo que se hab�a comprometido a crear, y creyendo igualmente en Cristo, no meramente especulativamente, sino en la realidad m�s profunda y sentida como Dios verdadero y eterno, no les parec�a extra�o que el Dios deber�a finalmente revelarse al mundo e incluso entrar en �l en las condiciones y en consonancia con las leyes de la existencia y el desarrollo humanos �.

Versículo 18

UN BUEN SOLDADO DE JESUCRISTO

"La guerra es una buena guerra".

1 Timoteo 1:18

Todo verdadero hombre es un soldado. Su camino es de conflicto. Como Napole�n llev� a las naciones de Europa a punta de espada, el soldado cristiano debe conquistar el reino. Para hacer esto, debe ser un buen soldado; y notaremos algunas cosas que est�n involucradas en esto.

I. �l elige su profesi�n � Todos los verdaderos soldados son voluntarios. Los hombres presionados no suelen ser buenos soldados; rara vez lucen bien o luchan bien, y cuando los hombres se ven obligados a ejercer una profesi�n religiosa por motivos tan bajos como el temor servil o el temor a Dios, nunca honran mucho a Cristo y, con frecuencia, se vuelven hacia el mundo, sus alabanzas y placeres.

II. Ejerce una fe impl�cita en su Capit�n . �sta es la ra�z vivificante de su car�cter y servicio.

III. �l se ejercita -

( a ) En la fe .

( b ) Meditaci�n .

( c ) Oraci�n .

( d) En el uso de sus armas .

IV. Obedece �rdenes � Su religi�n o ser soldado comienza y contin�a obedeciendo, y su obediencia es pronta, minuciosa e impl�cita; obedece, sin hacer preguntas y con todo riesgo.

V. Es fiel a su Capit�n .

VI. Aguanta la dureza .

VII. Lucha hasta el final .

Ilustraciones

(1) �Se dice de un soldado de la Guardia francesa al que hab�an disparado, que cuando el cirujano estaba cortando, buscando la bala, dijo:� Una pulgada m�s abajo y encontrar�s al Emperador �. Sea esto un hecho o no, Cristo tiene el amor supremo de cada soldado; el lenguaje de su coraz�n es: "�A qui�n tengo yo en los cielos sino a ti, y no hay nadie en la tierra que desee fuera de ti?" '

(2) �Durante la �ltima guerra entre Francia y Alemania, se informa que en uno de los campos de batalla se encontraron filas enteras de hombres abatidos, tendidos de bruces con los dedos en el gatillo. As� ocurre con todos los buenos soldados de la Cruz. Ellos luchan con y por Cristo, hasta la muerte, y finalmente todos ellos recibir�n la corona de la vida. '

Versículos 18-19

LA CARGA A TIMOTEO

'Este encargo te encomiendo, hijo Timoteo, conforme a las profec�as que te han precedido, que con ellas pelees una buena batalla; teniendo fe y buena conciencia. '

1 Timoteo 1:18

Tal fue la comisi�n que San Pablo impuso a su hijo Timoteo cuando lo dej� a cargo de la Iglesia en �feso, en su lugar. �l estaba 'para la guerra una buena guerra; teniendo fe y buena conciencia. '

I. La imagen se repite m�s de una vez en estas Ep�stolas a Timoteo . �El Ap�stol le pide, en la Segunda Ep�stola, 'soporta las dificultades, como buen soldado de Jesucristo', record�ndole que 'ning�n hombre que lucha se enreda con el asuntos de esta vida; para agradar al que lo ha elegido para ser soldado �, y en sus palabras de despedida se aplica la misma imagen. 'Yo', dice, 'he peleado una buena batalla, he terminado mi carrera, he mantenido la fe.

'Su propio oficio, y el del disc�pulo a quien nombr� para la obra de un obispo en su lugar, fue el de la guerra, la guerra contra los males espirituales, morales y sociales, que denuncia en detalle. "Te mando", dice, "delante de Dios y del Se�or Jesucristo, que juzgar� a vivos y muertos en su aparici�n y en su reino: Predica la Palabra; sea ??instant�neo a tiempo, fuera de tiempo, redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. '

II. Tal, en algunas de las �ltimas palabras del ap�stol Pablo, fue el tipo que dej� para la Iglesia de un verdadero obispo, un verdadero Padre en Dios . La diferencia entre estas ep�stolas pastorales, como se las llama, y ??las otras de San Pablo est� determinado por este prop�sito. En otras ep�stolas est� revelando, explicando y haciendo cumplir las verdades cardinales de la fe cristiana, llev�ndolas a la conciencia y al entendimiento del cristiano individual.

En estas ep�stolas, a Timoteo y a Tito, est� instando a los obispos de la Iglesia al uso que deben hacer de estas verdades, la manera en que deben aplicarlas y hacerlas cumplir. En consecuencia, pasa revista a toda la sociedad, tanto en la Iglesia como en el mundo, con la que estos obispos tendr�an que tratar, y apenas hay una clase de la que no advierta los peligros y los deberes.

Comienza, inmediatamente despu�s del texto, hablando del deber del obispo para con toda la sociedad de su tiempo. Exhorto, dice, a que, ante todo, se hagan s�plicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que est�n en autoridad, para que podamos llevar una vida tranquila y pac�fica. con toda piedad y honestidad; porque esto es bueno y agradable a los ojos de Dios nuestro Salvador, quien quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. ' Con este esp�ritu comprensivo, procede a hablar de los deberes relativos de hombres y mujeres, de los diversos miembros de la Iglesia, de amos y servidores, ricos y pobres, maestros y ense�ados.

III. Este era el encargo de Timoteo , estar siempre al acecho de los males que amenazaban la vida, luchar contra ellos valientemente con las armas provistas por la fe cristiana y la organizaci�n de la Iglesia cristiana, y as�, con fe y buena conciencia. 'a la guerra una buena guerra'.

�Dean Wace.

Versículo 19

Fiel a Dios y fiel a uno mismo

'Manteniendo la fe y la buena conciencia; la cual algunos, habiendo desechado la fe, han hecho naufragio. '

1 Timoteo 1:19

San Pablo le explica a Timoteo su objetivo por escrito: animarlo y estimularlo en la batalla de la vida. En las responsabilidades que se le imputan; en las dificultades que tendr� que afrontar, sea fiel a las grandes esperanzas que se le han formado. Se�ala-

I. Dos condiciones de la mente y el coraz�n que deben ser la base de toda conducta verdadera y �til .

( a ) Fe . San Pablo habla de la fe en su sentido m�s amplio, incluida la fe hacia Dios, y la fe hacia el hombre y en el hombre como hecho a imagen de Dios y bajo Su gobierno moral.

( b ) La conciencia obedeci� . La conciencia es la voz de Dios en el interior.

II. Afirma que se pueden renunciar a estas condiciones .

( a ) Uno puede desechar la fe en Dios , dudar de Su amor, renunciar a la fe en la perfecci�n y santidad de Su gobierno. Los hombres acusan a Dios de ser parcial, cruel e injusto. Como consecuencia, pierden la fe en la humanidad, en las posibilidades de la vida, etc. Tal estado conduce a la desesperaci�n, al antinomianismo, a la rebeli�n.

( b ) La conciencia puede ser sofocada , chamuscada con un hierro candente, pero en el peor y m�s endurecido la conciencia criminal permanece, como nada m�s, como un acusador. Pero la buena conciencia puede ser apartada. �Oh, qu� p�rdida! Implica p�rdida del respeto por uno mismo, p�rdida de la fe en uno mismo, p�rdida del poder, p�rdida de la paz. Rechazando la fe en Dios y desleal a la voz interior. �Qu� dif�cil es hundirse tan bajo! San Pablo usa una palabra fuerte: 'fe y buena conciencia; que algunos habiendo echado de ellos '(RV).

III. Habla del resultado que inevitablemente debe seguir .

( a ) Naufragio . En el gobierno moral de Dios y en Su Palabra revelada, �l nos ha dado las reglas para el viaje de la vida. Pero si uno renuncia a la fe en el Maestro, se ignora el cuadro.

( b ) Naufragio de la fe . Aunque haya una profesi�n exterior de cristianismo, en el coraz�n y en la vida es un naufragio en cuanto a Cristo.

Seamos leales a Dios y leales a nosotros mismos.

Ilustraci�n

'Ah, si nuestras almas pero se balancearan y se balancearan

Como la br�jula en su anillo de bronce,

Siempre nivelado y siempre cierto

Al trabajo y la tarea que tenemos que hacer,

Navegaremos con seguridad y llegaremos a salvo

Las Islas Afortunadas .'� Longfellow.

(SEGUNDO ESQUEMA)

FE Y VIDA

Con estas palabras, San Pablo advierte no solo a Timoteo, sino a todos los cl�rigos despu�s de �l; y no s�lo �stos, sino a trav�s de ellos todos los cristianos, de una gran verdad, demasiado olvidada en aquellos d�as, como demasiado olvidada en estos d�as: que una fe correcta y una vida buena y santa deben ir juntas en para nuestra salvaci�n. 'Manteniendo la fe'; all� habla de tener y mantener la creencia correcta y verdadera.

'Una buena conciencia'; y all� se�ala la necesidad de la santidad , sin la cual no podemos tener buena conciencia, sino mala , porque nos acusar� de nuestras malas acciones que hemos realizado.

I. Mucha gente ve la necesidad de una de estas dos cosas y descuida la otra � Hay muchas personas que aprueban la honestidad y la bondad en la vida, pero no piensan mucho en una fe recta. Ven que es bueno que una persona no debe robar, ni cometer asesinatos, ni vivir impuramente. Querr�an que todos vivieran honesta y respetablemente; pero (dicen ellos) eso es todo lo que se necesita. Lo que un hombre crea no importa mucho:

"No puede estar equivocado si su vida est� bien".

Y hay muchas cosas muy atractivas y plausibles acerca de tal ense�anza. Pero hay un error en ello; y el error radica en hacer la fe correcta por poco. Una fe verdadera siempre tiende a producir buenas acciones; y creer en lo que es falso inclina a la gente de alguna manera a hacer lo que est� mal. Es por eso que San Pablo tuvo tanto cuidado de ense�arle a Timoteo, y a trav�s de Timoteo, la iglesia sobre la cual fue puesto como obispo, que quer�an tanto la fe recta como la buena vida para mantener sus almas en el camino al cielo.

II. La fe es la ra�z de la acci�n � Lo que hacemos se deriva de lo que creemos, tan seguramente como un �rbol brota de su ra�z. No podr�as obtener la fruta sin el �rbol; no se puede obtener el fruto adecuado sin que provenga del �rbol adecuado ; 'El �rbol bueno no puede dar frutos malos, ni el �rbol malo dar frutos buenos'. Y esta gente no siempre ve.

III. Tambi�n existe un peligro en la otra direcci�n ; y por eso con fe menciona 'una buena conciencia'. El peligro es que, mientras mantenemos firme la fe, debamos sentirnos tentados a suponer que creer es suficiente; que una vida santa no es necesaria, o en todo caso no es esencial, para la salvaci�n. Este ser�a un error tan grave como el otro, y tambi�n peligroso. La fe cat�lica est� destinada a mostrarte a Dios en Cristo; para revelarte al Divino Salvador; y si no lo ve en la fe cat�lica, si su coraz�n no se vuelve sabio por sus ense�anzas, puede que lo retenga, pero no le servir� de nada; es in�til por tu propia culpa; y el mero hecho de sostenerlo no te salvar�.

Información bibliográfica
Nisbet, James. "Comentario sobre 1 Timothy 1". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cpc/1-timothy-1.html. 1876.
 
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