Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
Attention!
For 10¢ a day you can enjoy StudyLight.org ads
free while helping to build churches and support pastors in Uganda.
Click here to learn more!

Bible Commentaries
Job 29

El Comentario del Púlpito de la IglesiaComentario del Púlpito de la Iglesia

Buscar…
Enter query below:

Versículos 1-25

LA PROVINCIA DE SENTIRSE EN LA EXPERIENCIA RELIGIOSA

'Oh, si yo fuera como en los meses pasados, como en los d�as en que Dios me preserv�'.

Job 29:2

Job estaba, en verdad, terriblemente afligido. Hab�a perdido todas sus propiedades y hab�a perdido a todos sus hijos; su esposa lo hab�a tentado a maldecir a Dios, y sus amigos, que hab�an llegado a simpatizar con �l, se hab�an quedado para pronunciar su condena. Por lo tanto, naturalmente, por el momento hab�a llegado a pensar que Dios lo hab�a abandonado. Pero, por muy natural que fuera, esta opini�n no era cierta. Porque Dios estaba tan realmente con �l entonces como siempre lo hab�a estado, y �l mismo era tan buen hombre como siempre lo hab�a sido. Es m�s, ten�a tanta gracia de Dios como siempre lo hab�a favorecido, solo que mientras tanto hab�a ido en otra direcci�n que la emocional.

I. Primero, entonces, observe que el sentimiento sigue a la convicci�n inteligente y la creencia en la verdad de algo que nos concierne inmediatamente como individuos. �No es primero el sentimiento y luego la fe; pero es primero inteligencia, luego fe, luego inter�s personal directo e inmediato en lo que se cree, y luego sentimiento. Pero si este es un an�lisis correcto, ver�s de un vistazo cu�n equivocados est�n aquellos que hacen de la ausencia de sentimiento en ellos una excusa para no venir a Cristo, as� como los que est�n constantemente suspirando y llorando por m�s sentimiento de amor. a Cristo como prueba de la autenticidad de su religi�n. Su error no consiste simplemente en poner un valor demasiado alto al sentimiento, sino tambi�n en colocarlo en el lugar equivocado.

La emoci�n cristiana no debe buscarse directamente como un fin; pero vendr� a trav�s de nuestra comprensi�n y creencia en aquellas declaraciones que est�n adaptadas y dise�adas para producirlo, cada una en su propio orden; primero la inteligencia, luego la fe, luego el sentimiento.

II. No puede haber religi�n, en el sentido cristiano de esa palabra, sin sentimiento. �Debe ser evidente por la verdad ya establecida que el sentimiento sigue a la fe. Porque si no hay sentimiento, no ha habido fe, y donde no hay fe no hay religi�n, porque 'sin fe es imposible agradar a Dios'. Lo emocional es tan verdaderamente una parte de nuestra naturaleza como lo intelectual o lo moral, y como la regeneraci�n afecta a toda la naturaleza, debe transfigurar la parte emocional de ella tan realmente como las dem�s. El nuevo nacimiento no desarraiga ni corta ninguna parte de nuestra humanidad; solo le quita el pecado a todo. No erradica nuestros sentimientos, pero los cristianiza.

III. El sentimiento no es toda la religi�n. �Lo que el Esp�ritu Santo produce en nosotros mediante la fe en Jesucristo es una naturaleza completamente nueva, y esa naturaleza incluye lo intelectual, lo moral y lo volitivo, as� como lo emocional. La religi�n es car�cter y la emoci�n es solo un elemento del car�cter. La pregunta importante, por lo tanto, no es , �qu� o c�mo se siente un hombre? pero, �Qu� es �l? Tal como es el hombre, tambi�n lo son sus sentimientos.

El sentimiento se encuentra a medio camino entre el pensar y el actuar, transmitiendo uno al otro, por as� decirlo; pero no puede ser un sustituto de ninguno de los dos, y solo en la combinaci�n de los tres tenemos el car�cter genuino y santo que es el resultado de la regeneraci�n.

IV. El sentimiento que no conduce a la acci�n, sino que termina simple y solo en s� mismo, es siempre peligroso. �El sentimiento que no nace de la fe inteligente es el fanatismo; en cambio, lo que no conduce a la acci�n es el sentimentalismo, y es dif�cil decir cu�l de los dos es m�s pernicioso. Como lo ha expresado el obispo Butler en un pasaje muy sugerente en su Analog�a , "De nuestra propia facultad de h�bitos, las impresiones pasivas, al repetirse, se debilitan".

Si la emoci�n llega a ser considerada como la totalidad de la religi�n, y si no estimula la actividad santa, entonces poco a poco la emoci�n misma desaparecer�, y el coraz�n se endurecer� hasta la absoluta impenetrabilidad.

V. El sentimiento que conduce a la acci�n es precisamente por eso menos una cuesti�n de conciencia que de sentimiento. �Se transmuta en conducta; y as� como el vapor hace menos ruido cuando est� impulsando maquinaria que cuando se expulsa, as� el sentimiento se transmuta en acci�n con mayor frecuencia, menos se llega a ser consciente del sentimiento que hay en la acci�n. Un hombre puede estar avanzando en excelencia moral por ese mismo camino que adormece su conciencia a sus emociones.

Ilustraci�n

En este cap�tulo tenemos la descripci�n que hizo Job del pasado. Se introduce con un suspiro, ��Oh! que yo era como en los meses de edad ". Esa condici�n se describe primero en su relaci�n con Dios. Fueron d�as de compa�erismo en los que estuvo consciente de la vigilancia y gu�a divina. Luego, en una frase que tiene el sollozo de una gran agon�a en el coraz�n, recuerda a sus hijos: �Mis hijos estaban conmigo.

A continuaci�n, se refiere a la abundancia de prosperidad y, finalmente, a la estima que le ten�an todas las clases de hombres, incluso los m�s elevados. Entonces se declara que el secreto de esa estima ha sido su actitud hacia los hombres. Era amigo de todos los necesitados. Vestido de justicia y coronado de justicia, administraba los asuntos de los hombres para castigar al opresor y aliviar a los oprimidos. Luego describe su conciencia en esos d�as. Fue el de una sensaci�n de seguridad y de fuerza.

Información bibliográfica
Nisbet, James. "Comentario sobre Job 29". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/cpc/job-29.html. 1876.
 
adsfree-icon
Ads FreeProfile