Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
advertisement
advertisement
advertisement
Attention!
Tired of seeing ads while studying? Now you can enjoy an "Ads Free" version of the site for as little as 10¢ a day and support a great cause!
Click here to learn more!
Click here to learn more!
Bible Commentaries
Sinopsis del Nuevo Testamento de Darby Sinopsis de Darby
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Estos archivos están en el dominio público.
Información bibliográfica
Darby, John. "Comentario sobre Job 3". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/dsn/job-3.html. 1857-67.
Darby, John. "Comentario sobre Job 3". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-26
Pero las profundidades del coraz�n de Job a�n no hab�an sido alcanzadas, y hacer esto era el prop�sito de Dios, cualesquiera que hayan sido los pensamientos de Satan�s. Job no se conoc�a a s� mismo, y hasta ese momento, con toda su piedad, nunca hab�a estado en la presencia de Dios. �Cu�n a menudo sucede que, incluso a lo largo de una larga vida de piedad, la conciencia nunca se ha puesto realmente delante de Dios! Por lo tanto, la paz, la paz inquebrantable, y la verdadera libertad, no se conocen todav�a.
Hay un deseo de Dios, hay una nueva naturaleza; se ha sentido el atractivo de su gracia: sin embargo, Dios y su amor, tal como es, no se conocen. Si Satan�s es frustrado (la gracia de Dios ha impedido que el coraz�n de Job murmure), Dios todav�a tiene Su propia obra que realizar. Lo que la tempestad que Satan�s hab�a levantado contra Job no pudo hacer, lo produce la simpat�a de sus amigos.
�Pobre coraz�n de hombre! La rectitud e incluso la paciencia de Job se hab�an manifestado y Satan�s no ten�a m�s que decir. Pero s�lo Dios puede buscar lo que realmente es el coraz�n ante �l; y la ausencia de toda voluntad propia, el acuerdo perfecto con la voluntad de Dios, la sumisi�n absoluta como la de Cristo, estas cosas s�lo Dios pod�a probarlas, y as� poner al descubierto la nada del coraz�n del hombre ante �l. Dios hizo esto con Job; revelando al mismo tiempo que obra en gracia en estos casos para el bien del alma que ama.
Si comparamos el lenguaje del Esp�ritu de Cristo en los Salmos, a menudo encontraremos la apreciaci�n de las circunstancias expresada en t�rminos casi id�nticos; pero en lugar de amargas quejas y reproches dirigidos a Dios, encontramos la sumisi�n de un coraz�n que reconoce que Dios es perfecto en todos sus caminos. Job era recto, pero empez� a hacer de esto su justicia; lo cual prueba evidentemente que �l nunca hab�a estado realmente en la presencia de Dios.
La consecuencia de esto fue que, aunque razon� m�s correctamente que sus amigos, y mostr� un coraz�n que realmente sent�a mucho m�s que ellos lo que era Dios, atribuy� injusticia a Dios y un deseo de hostigarlo sin causa (ver cap. 19; Job 23:3 ; Job 23:13 ; Job 13:15-18 ; Job 16:12 ).
Encontramos tambi�n en el cap�tulo 29 que su coraz�n se hab�a detenido en su andar recto y ben�volo con complacencia, encomend�ndose a s� mismo y alimentando con ello su amor propio. "Cuando el ojo me vio, dio testimonio de m�". Dios lo estaba llevando a decir: "Ahora mis ojos te ven y me aborrezco". Es con estos Cap�tulos (29, 30, 31), que expresan su buena opini�n de s� mismo, que Job termina su discurso; le hab�a dicho todo su coraz�n.
Estaba satisfecho de s� mismo: la gracia de Dios hab�a obrado en �l de una manera hermosa; pero el efecto presente a trav�s de la traici�n del coraz�n humano, y no estando en la presencia de Dios que lo detecta, fue hacerlo amable a sus propios ojos Si (cap. 9) confiesa la iniquidad del hombre (pues qui�n puede negarlo; y especialmente �qu� convirti� a los hombres?), es en amargura de esp�ritu, porque es in�til intentar ser justo con tal Dios.
El cap�tulo 6, as� como todo su discurso, prueba que, si fue el orgullo de su coraz�n lo que no pudo soportar ser encontrado en tal estado por aquellos que hab�an conocido su grandeza, un estado que el orgullo habr�a soportado en s�lo la terquedad, o la simpat�a que, al debilitarse que le hab�a dejado en pleno sentido, fue la presencia y el lenguaje de sus amigos el medio de sacar todo lo que hab�a en su coraz�n. Vemos tambi�n en el cap�tulo 30 que se detect� el orgullo de su coraz�n.