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Bible Commentaries
1 Corintios 16

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

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Versículo 1

XVI.

(1) Ahora con respecto a la colecta para los santos. - Este cap�tulo trata brevemente los siguientes temas: -

1 Corintios 16:1 . La colecta para los pobres en Jerusal�n.

1 Corintios 16:5 . El arreglo prospectivo del Ap�stol, en cuanto a su viaje.

1 Corintios 16:10 . Elogio de varias personas.

1 Corintios 16:19 . El saludo de la Iglesia.

1 Corintios 16:21 . El saludo del propio Paul.

Por el hecho de que exist�a la necesidad de una colecta para los cristianos pobres en Jerusal�n, es claro que la comunidad de bienes (ver Hechos 2:44 ) que se hab�a establecido al principio en esa Iglesia no hab�a tenido �xito. El cristianismo se reclut� en gran parte de las clases bajas, especialmente en Jerusal�n ( Santiago 2:6 ), y un fondo com�n no habr�a florecido por mucho tiempo con tan pocos contribuyentes y una multitud de participantes.

Adem�s, los muchos que estaban encerrados en prisi�n tal vez ya hab�an sido liberados en la pobreza abyecta y, naturalmente, ser�an objeto de solicitud ansiosa para alguien que era id�ntico a "perseguir a Saulo", que "hab�a dado su voz contra ellos, �Y contra otros ahora muertos. (V�ase Hechos 26:10 .) Debe notarse que el Ap�stol no habla de ellos como "los pobres", sino como "santos". Ese era el verdadero fundamento de su reclamo sobre sus hermanos.

Como he dado orden a las iglesias de Galacia. - Mejor, como di orden a las iglesias de Galacia. La orden definitivamente fue dada por el Ap�stol en persona cuando visitaba estas iglesias ( Hechos 18:23 ). No ocurre en su Ep�stola a esa Iglesia. En este pasaje, vale la pena citar la Nota de Bengel: �Propone a los g�latas como ejemplo a los corintios, a los corintios a los macedonios y a los corintios y macedonios a los romanos ( 2 Corintios 9:2 ; Romanos 15:26 ). Grande es el poder de los ejemplos ".

Versículo 2

El primer d�a de la semana. - La frase griega (como se da en el mejor manuscrito) es literalmente, en uno de los s�bados , que es, despu�s de un modismo hebreo, equivalente a "el d�a siguiente al s�bado". Ya el d�a de la semana en el que Cristo hab�a resucitado se hab�a convertido en un d�a adecuado para el trabajo y el culto cristianos distintivamente. Todav�a no parece haber sido designado por la frase con la que posteriormente se conoci� universalmente en la cristiandad: "el d�a del Se�or"; ese nombre aparece primero en Apocalipsis 1:10 .

Este ser�a un d�a conveniente y conveniente para que cada uno apartara, como hab�a propuesto, algo, y lo guardara hasta la llegada del Ap�stol; porque este ya era el d�a habitual para que los cristianos se reunieran ( Hechos 20:7 ). No puedo pensar con Stanley y otros que el Ap�stol quiere decir que cada uno deb�a descansar �en su propia casa� y no en alguna tesorer�a general.

Se dice expresamente que el objeto de esta instrucci�n es que el dinero est� listo a granel cuando venga el Ap�stol, para que su tiempo y el de la comunidad cristiana durante su visita no se ocupe de esto, sino de m�s provechoso. asuntos, cuyo resultado no se habr�a logrado si la ofrenda tuviera que ser recolectada de cada hogar cristiano.

Como Dios le hizo prosperar. - Mejor, sea ??lo que sea en lo que pueda prosperar. Estas palabras no implican que s�lo en casos de prosperidad excepcional un hombre pod�a contribuir, sino que cada hombre deb�a dar de los frutos que obtuviera de su trabajo.

Versículo 3

A quien aprobar�is con vuestras cartas. - Mejor, a quien aprobareis, lo enviar� por cartas para que traiga vuestros regalos a Jerusal�n. El Ap�stol no hab�a decidido finalmente si tomar�a el regalo �l mismo o lo enviar�a por mensajeros, a quienes acreditar�a con cartas, a la Iglesia de Jerusal�n. Probablemente estar�a influenciado por la cantidad recaudada y por la urgencia, o no, de las necesidades de los que estaban en Jerusal�n en ese momento.

El Ap�stol fue, en cierto sentido, el m�s humilde de los hombres; pero valoraba mucho la dignidad de su oficio apost�lico, y si tan solo una peque�a suma estuviera preparada para la Iglesia en Jerusal�n, habr�a sentido que estaba por debajo de la dignidad de su oficio, aunque no de �l mismo, ser el portador de tal ofrenda. El curso que finalmente se adopt� fue que el Ap�stol fue �l mismo y los hermanos seleccionados con �l ( Hechos 21:15 ).

Versículo 5

Porque paso por Macedonia. - Una tergiversaci�n de estas palabras da lugar a la declaraci�n incorrecta de que esta ep�stola fue escrita en Filipos, que se encuentra en la suscripci�n al final de este cap�tulo en nuestra Biblia en ingl�s. El Ap�stol no se refiere aqu� a d�nde se encuentra en el momento de escribir, sino a su intenci�n con respecto a su camino. Ten�a la intenci�n de ir primero a Corinto (ver 2 Corintios 1:15 ), pero ha alterado ese plan, y dice que su intenci�n ahora es pasar primero por Macedonia y luego visitar Corinto. Luego dice: "Porque s� paso por Macedonia". A esta intenci�n se adhiere el Ap�stol. (Ver Introducci�n ) .

Versículo 6

Y puede ser que acate ... - Su plan anterior hab�a implicado s�lo una breve visita a la Iglesia en Corinto, pero el arreglo que ahora contempla permitir�a una estad�a m�s prolongada, y por eso agrega, con afectuoso �nfasis: "Para que me env�es en mi viaje". A�n no hab�a determinado ad�nde ir�a desde Corinto; y, de hecho, lo determin� posteriormente una conspiraci�n en su contra, que afortunadamente se descubri� a tiempo ( Hechos 20:3 ).

Permaneci� tres bocas en Corinto, durante el invierno, y, como eso lo llev� a una �poca del a�o en la que un viaje ser�a seguro, decidi� navegar hacia Siria. La conspiraci�n de los jud�os hizo que se abandonara este plan y se adoptara un curso diferente, a trav�s de Troas, etc. (Ver Hechos 20:6 ; Hechos 20:13 ; Hechos 20:17 .

) La frase �para que me env�es� implica no solo que Corinto deber�a ser el punto de partida de su viaje a Jerusal�n, sino que deber�a emprender ese viaje con los buenos deseos y la bendici�n de sus amigos corintios (como en Hechos 20:38 ; Hechos 21:5 ).

Versículo 7

Porque no te ver� ahora por cierto. - Aqu� de nuevo hay una referencia a su cambio de intenci�n. (Ver 1 Corintios 16:5 )

Versículo 8

Pero me quedar� en �feso. - En este vers�culo y en el siguiente, el Ap�stol vuelve a sus planes inmediatos en �feso. Probablemente ahora se trataba de la �poca de Pascua (ver 1 Corintios 16:7 ), y la hostilidad de los enemigos aumenta. (Ver Hechos 19:9 .

) Eso debe ser moderado. Se ha abierto una puerta de par en par para la difusi�n eficaz del evangelio ( Hechos 19:20 ). De eso debe valerse el Ap�stol. Por tanto, permanecer� donde est� hasta Pentecost�s. El deber que hab�a que cumplir y el peligro que hab�a que afrontar al hacerlo eran para un hombre como San Pablo indicaciones suficientes de d�nde deb�a ser encontrado.

Versículo 10

Ahora bien, si Timoteo viene ... - Timoteo y Erasto hab�an sido enviados (ver 1 Corintios 4:17 ) por San Pablo para recordar a los corintios su ense�anza anterior, y para reprender y controlar aquellos males de los cuales los rumores hab�an llegado a o�dos de el Ap�stol. Sin embargo, como viajar�an a trav�s de Macedonia, retras�ndose en el camino en las diversas iglesias para prepararlos para la visita que St.

Pablo, de acuerdo con su intenci�n en ese momento, se propuso pagarles despu�s de haber estado en Corinto, posiblemente no llegaran a Corinto hasta despu�s de esta ep�stola, que ser�a llevada all� por una ruta m�s directa. El Ap�stol evidentemente estaba ansioso por saber c�mo los corintios recibir�an a Timoteo. Era joven en a�os. Tambi�n era joven en la fe. Probablemente ten�a una naturaleza constitucionalmente d�bil y t�mida (ver 1 Timoteo 3:15 ; 2 Timoteo 1:4 ), y por supuesto estaba oficialmente muy subordinado a St.

Paul. En una Iglesia, por lo tanto, algunos de cuyos miembros hab�an ido tan lejos como para cuestionar, si no para repudiar la autoridad incluso del mismo Ap�stol, y para despreciarlo en comparaci�n con los Ap�stoles mayores, hab�a un peligro considerable para alguien como Timoteo. . Al recordar a los corintios la obra en la que est� comprometido Timoteo, y su identidad con su propia obra, el Ap�stol anticipa y protesta contra cualquier insulto que se le ofrezca a Timoteo, por lo que un gran estadista ingl�s una vez llam�, en referencia a s� mismo, "El crimen atroz de ser joven".

Versículo 11

Porque lo busco con los hermanos. - Timoteo y Erasto ( Hechos 19:22 ) hab�an sido enviados a trav�s de Macedonia a Corinto alg�n tiempo antes de que se escribiera esta ep�stola, pero cuando fueron enviados, el conocimiento completo de la situaci�n en Corinto no hab�a llegado a San Pablo. Ahora que sabe cu�n mala es la condici�n de la Iglesia de Corinto, y qu� necesidad tiene de un tratamiento vigoroso, env�a no solo su Ep�stola, sino con ella a Tito y otros dos hermanos.

(Ver 2 Corintios 8:18 ; 2 Corintios 8:22 .) En energ�a y firmeza de car�cter, Tito contrastaba notablemente con Timoteo, al mismo tiempo que compart�a el esp�ritu y la confianza de San Pablo. (V�ase la Introducci�n y 2 Corintios 7:8 ) Por lo tanto, no solo era portador de esta ep�stola, sino que era plenamente competente y estaba dispuesto a tratar con energ�a el esp�ritu recalcitrante de algunas secciones de la Iglesia de Corinto. El Ap�stol expresa aqu� la esperanza de que Timoteo pueda unirse a Tito y su grupo cuando partan de Corinto.

Versículo 12

Como tocar a nuestro hermano Apolos. - San Pablo, libre de la m�s m�nima chispa de celos personales, hab�a deseado que Apolos, cuyo nombre hab�a sido usado como designaci�n de una facci�n en oposici�n al mismo Ap�stol, fuera con esta carta a Corinto. San Pablo hab�a plantado, Apolos hab�a regado esa Iglesia, y en ausencia del plantador, Apolos habr�a sido la persona m�s apropiada y adecuada para ejercer la autoridad all�.

La consideraci�n desinteresada de San Pablo es igualada por la reticencia reflexiva de Apolos, quien teme que su presencia pueda alentar a una facci�n y tal vez amargar a la otra, y se niega, por no considerar que es un momento "conveniente" para hacerlo. En el pensamiento de estos maestros, "conveniente" significaba el bien de la Iglesia de Cristo, y no la comodidad o comodidad de un hombre individual.

Versículos 13-14

Mirad, estad firmes. - Estas palabras de conmovedora exhortaci�n entran aqu� un tanto abruptamente. Es posible que hayan concluido la ep�stola hasta ahora; el Ap�stol tiene la intenci�n de agregar inmediatamente antes de enviarla, los vers�culos que siguen y que contienen mensajes o elogios de sus amigos que estaban con �l. San Pablo, que vive en una profunda conciencia de la incertidumbre de la vida, tal vez desee que no se agreguen tales referencias a sus amigos hasta el �ltimo momento junto con su propio aut�grafo (ver 1 Corintios 16:21 ).

La mente del Ap�stol est� llena de la esperanza de resultados beneficiosos que se derivan de esta carta y de los esfuerzos de Tito; sin embargo, despu�s de todo, todo depende de los mismos corintios. La Nota de Cris�stomo sobre estas palabras resalta bien su significado. �Ahora bien, al decir estas cosas, parece en verdad aconsejar; pero los reprende por indolentes. Por tanto, dice: Velad, como si durmieran; de pie, como si se balancearan de un lado a otro; dejarte como los hombres, como si estuvieran jugando al cobarde; que todas tus cosas se hagan con caridad, como en disensiones.

Y la primera advertencia se refiere a los enga�adores, es decir, velar, estar de pie; el pr�ximo a los que conspiran contra nosotros, dejados como hombres; el tercero a los que hacen fiestas y se esfuerzan por distraer, que todas sus cosas se hagan con caridad, que es el v�nculo de la perfecci�n, y la ra�z y la fuente de todas las bendiciones �.

Versículo 15

La casa de Stephanas. - El Ap�stol les recuerda a los corintios que la devoci�n de los maestros, y de todos los que sirven en el ministerio del evangelio, debe ser recompensada con un retorno de simpat�a y devoci�n por parte de aquellos a quienes sirven. En el original hay aqu� un juego de palabras caracter�stico que dif�cilmente se puede traducir adecuadamente en ingl�s: �Vosotros conoc�is la casa de Est�fanas, que se han ordenado al ministerio de los santos, ahora os exhorto, os ordeno ser sujeto a ellos.

Est�fanas ( 1 Corintios 16:1 ), Fortunato y Acaico hab�an venido de Corinto a �feso, probablemente con la carta de los Corintios ( 1 Corintios 8:1 ), y su presencia hab�a alegrado al Ap�stol. Ellos, �fieles entre los infieles�, hab�an compensado la falta de celo y amor de parte de muchos de los corintios.

Los corintios podr�an pensar que estos hombres le hab�an contado a San Pablo gran parte del mal estado de Corinto, y �l, por lo tanto, los recomienda cuidadosamente para que los consideren como si hubieran refrescado, no solo su esp�ritu, sino "el de ellos tambi�n". Hab�an venido en nombre de toda la Iglesia all�, no enemigos para contar historias, sino amigos bien intencionados para obtener ayuda y consejo apost�lico para todos. El Ap�stol no envi� su respuesta por los mismos mensajeros, sino por Tito, ya que probablemente su regreso a Corinto habr�a suscitado mucha controversia y resentimiento en cuanto a qu� relato le hab�an dado verbalmente de las diversas partes y su conducta en Corinto.

Versículo 19

Las iglesias de Asia te saludan. - Este y el siguiente vers�culo est�n ocupados con los saludos de las iglesias de toda Asia; de la iglesia de la casa de Aquila y Priscila; y finalmente, de "todos los hermanos". Aquila y Priscila hab�an sido amigos del Ap�stol en Corinto ( Hechos 18:1 ), y ahora estaba con ellos en �feso.

(Ver Romanos 16:3 ; 2 Timoteo 4:19 .) Probablemente por "la iglesia en su casa" se refiere a un grupo de extranjeros que entonces resid�an en �feso, y estaban acostumbrados a reunirse all� para adorar, a diferencia de los que ten�an convertido en �feso.

Versículo 20

Un beso santo. - El beso era la forma habitual de saludo afectuoso en Oriente. La Iglesia lo adopt�; y cuando as� se intercambiaba entre aquellos cuyo v�nculo de amistad no era terrenal, sino espiritual, se lo designaba como "el beso santo". (Ver Romanos 16:16 ; 1 Tesalonicenses 5:26 .) La pr�ctica fue abandonada en la Iglesia Latina en el siglo XIII, pero todav�a se usa en la Iglesia Griega en ciertas ocasiones importantes, como el D�a de Pascua.

Versículo 21

El saludo de m� Paul con mi propia mano. - Era costumbre del Ap�stol dictar sus Ep�stolas, pero agregar algunas palabras al final con su propia letra. (Ver 2 Tesalonicenses 3:17 .) Los vers�culos finales aqu� son, en consecuencia, aut�grafos de San Pablo. Las primeras porciones hab�an sido escritas por S�stenes. (Ver 1 Corintios 1:1 )

Versículo 22

Si alguno no ama al Se�or Jes�s. - De todo el argumento y controversia que forman la parte principal de la Ep�stola, el Ap�stol con su propia mano trae los pensamientos de los corintios a la verdadera prueba de su cristianismo. �Aman al Se�or Jes�s? La palabra que se usa aqu� para amor significa no solo consideraci�n afectuosa, sino devoci�n personal.

Que sea Anathema Maran-atha. - Mejor que sea Anathema. Maranatha. No hay conexi�n entre estas dos palabras. Anathema significa "maldito". La ausencia de amor a Cristo es condenaci�n. La palabra Maranatha es una expresi�n sir�aca: "el Se�or est� cerca" o "el Se�or ha venido"; probablemente el primero. La incertidumbre del momento en que vendr� el Se�or es el pensamiento m�s solemne para recordarles la importancia de ser uno con Cristo.

Stanley da la siguiente nota interesante: - �El nombre maronita a veces se explica por una tradici�n que los jud�os, en su expectativa del Mes�as, dec�an constantemente, Maran (Se�or). A lo que los cristianos respondieron, Maranatha (El Se�or ha venido), �por qu� lo esperan? De ah� que el nombre de ' maronita ' se aplique a los jud�os, especialmente a jud�os y moros espa�oles que confesaron a Mara, pero no a Maranata �.

Versículo 24

Mi amor sea con todos ustedes. Como un r�o que, despu�s de precipitarse, espumar sobre muchas rocas y atravesar muchas quebradas, finalmente emerge en una amplia calma en medio de prados iluminados por el sol, as� esta Ep�stola, despu�s de cap�tulos de l�gica incisiva y reprimenda ferviente, se cierra con palabras pac�ficas de ternura y amor.

[En referencia a la suscripci�n err�nea que sigue a esta Ep�stola en nuestra versi�n en ingl�s, vea Notas sobre 1 Corintios 16:5 ; 1 Corintios 16:8 ; 1 Corintios 16:10 .

Para la fecha de esta ep�stola, vea Introducci�n. ]

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 1 Corinthians 16". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/1-corinthians-16.html. 1905.
 
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