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Bible Commentaries
1 Samuel 28

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

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Introducción

XXVIII.

( 1 Samuel 28:1 ) Los filisteos invaden la tierra con gran fuerza - el miedo de Sa�l - su visita secreta a la bruja de Endor, para consultar la sombra de Samuel.

EXCURSUS L: �SOBRE QU� PAS� EN EN-DOR? ( 1 Samuel 28 ).

En todo momento, la pregunta tomada como t�tulo de este Excursus ha despertado un profundo inter�s: �Qu� sucedi� en En-dor? Dividiremos nuestra pregunta general en tres partes.

(1) �Realmente apareci� Samuel, el profeta del Se�or? y si es as�, �qu� poder lo sac� del reino de los esp�ritus difuntos?
(2) Concediendo que algo apareci� y habl�, �podemos asumir que la apariencia no era Samuel, sino un demonio o esp�ritu maligno asumiendo el nombre de Samuel?

(3) �Es posible que no hubiera ninguna apariencia y que toda la escena fuera un malabarismo bien interpretado por parte de la mujer? o, en otras palabras, que toda la escena era simplemente un enga�o producido por la mujer, sin ning�n trasfondo.
Sobre el �ltimo (n. � 3), que asume que toda la escena de En-dor ha sido un malabarismo por parte de la mujer, podemos observar que es una hip�tesis adoptada por algunos grandes nombres, aparentemente por los ilustres El comentarista jud�o Maim�nides, que escribi� en el siglo XII despu�s de Cristo; por la mayor�a de los escritores modernos menos ortodoxas de la baja del siglo XVII, e incluso por tales te�logos verdaderos y acad�micos como Dean Payne Smith Es, sin embargo, una puramente moderna hip�tesis, y no recibe apoyo de los primeros escritores de la Iglesia.

Dean Payne Smith expone admirablemente los mejores argumentos empleados por los defensores de esta suposici�n en estas palabras: �No podemos creer que la Biblia nos presente un ejemplo de brujer�a empleada por la sanci�n divina para prop�sitos sagrados; pero podemos creer claramente que la mujer se vengar�a gustosamente amargamente del hombre que hab�a condenado cruelmente a muerte a todas las personas que, seg�n los informes, ten�an poderes como los que ella reclamaba.

... Ella le reproch� estos cr�menes, le anunci� lo que ahora todos estaban convencidos, que David ser�a su sucesor, y predijo su derrota y muerte. " - Dean Payne Smith, en Comentario del p�lpito sobre 1 Samuel 28:17 . El n�mero 2 supone que hubo una aparici�n, pero que lo que apareci� no fue Samuel, sino un esp�ritu maligno, que se manifest� en el car�cter de Samuel.

No pocos de los padres, junto con los grandes reformadores protestantes, como Lutero y Calvino, han preferido este punto de vista. Ephrem Syrus explica el fen�meno afirmando que "una aparente imagen de Samuel fue presentada a los ojos de Sa�l a trav�s de artes demon�acas". Lutero escribe claramente: �La resurrecci�n de Samuel por un adivino o brujo, en 1 Samuel 28:11 , ciertamente fue simplemente un espectro del diablo.

.. por lo que pod�a creer que las almas de los creyentes que est�n en la mano de Dios ( Eclesiast�s 3:1 ), y en el seno de Abraham ( Lucas 16:23 ), estaban bajo el poder de la espada y de los hombres simples? " - Lutero, Abusos de la misa, 1522.

Calvino nos dice de manera similar: �Es cierto que no fue realmente Samuel, porque Dios nunca habr�a permitido que Sus profetas estuvieran sujetos a semejante conjuro diab�lico. Porque aqu� hay una hechicera que saca a los muertos de la tumba ". - Calvin, Horn. 100, en 1 Sam. El n�mero 1 a�n permanece. �Se le apareci� realmente el esp�ritu del profeta Samuel a Sa�l en la casa de la bruja de Endor? Ahora, sin duda, el lector corriente entender�a as� la historia.

Todo antes y despu�s del incidente es sencillo y natural. La mujer misma est� horrorizada ante la vista, sea lo que sea, y lo describe como un vidente muerto. No se sabe si Sa�l vio el espectro o no, pero ciertamente escuch� la voz, que dec�a una profec�a demasiado verdadera y l�gubre: nada feroz o vengativo, como hemos notado en nuestros comentarios en la escena, m�s bien al contrario. Las palabras, tan sencillas y tiernas, y sin embargo indeciblemente tristes, no eran meras palabras de una anciana haciendo malabares; menos a�n eran las declaraciones de un esp�ritu maligno o malicioso.

Por lo tanto, confesamos nuestra plena creencia de que la mujer vio la sombra de Samuel (quiz�s Sa�l; pero esto es incierto de la narraci�n), y que su voz ciertamente fue escuchada por el rey Sa�l; y esta ha sido la creencia com�n en todos los tiempos. La nota del obispo Wordsworth aqu� es de lo m�s erudita y exhaustiva, y �l respalda plenamente este punto de vista (aqu� denominado No. 1). El obispo re�ne a una serie de testigos que apoyan esto, lo que me atrevo a llamar la interpretaci�n simple y de sentido com�n de la historia.

Comienza con la antigua Iglesia hebrea y cita a Sir. 46:20. El autor de ese libro evidentemente cre�a que el propio Samuel apareci�; y lo mismo hizo la LXX., quienes expresan claramente la creencia en su ap�ndice al texto hebreo en 1 Cr�nicas 10:13 . Josefo afirma lo mismo en Antt. vi. , 14, 2. Entre los primeros padres cristianos, Justino M�rtir, Trif�n, � 105; Or�genes, tom.

II., 490-495; San Ambrosio en Luc, 1 Samuel 1 ; San Basilio, Ep. 80; San Gregorio Naz., Orat. III .; Theodoret, Qu. 63, sostienen la misma creencia de que la sombra de Samuel apareci� en Endor y habl� con Sa�l. Entre los famosos escritores medievales que sostienen el mismo punto de vista, podemos mencionar a Cayetano, Lyra y � Lapide; m�s tarde, Waterland puede agregarse a la lista; en nuestros d�as, el obispo Hervey, en el Speaker's Commentary, y el obispo Wordsworth y los escritores alemanes, O.

von Gerlach y Keil. Asumiendo, entonces, que el alma de Samuel apareci� en la tierra esa noche en En-dor, todav�a tenemos que lidiar con la pregunta: � Con qu� poder fue sacado del reino de los esp�ritus difuntos? Aqu� la narraci�n, si se lee cuidadosamente, nos proporcionar� la respuesta correcta. Lejos de que ella misma, por cualquier conjuro que hubiera usado, trajera a Samuel de regreso a la tierra, la bruja es representada llorando con una voz fuerte por el mismo terror cuando apareci� la sombra del profeta, tan poco aparentemente estaba preparada para lo que vio. .

Por lo tanto, podemos, junto con Teodoreto, descartar la idea como imp�a, e incluso imp�a, de que la bruja de En-dor, por cualquier poder o encantamiento del que fue maestra, conjur� al profeta Samuel; y podemos afirmar con considerable certeza que fue por mandato especial de Dios que vino esa noche a hablar con el rey Sa�l en Endor. Keil y los obispos Hervey y Wordsworth est�n de acuerdo en lo principal con esta teor�a.

Las conclusiones anteriores respecto a la realidad de la circunstancia detallada en este notable episodio de la historia de Saulo est�n, como hemos visto, en estricta armon�a con el juicio de la antigua Iglesia hebrea (comp. El pasaje mencionado anteriormente de Sir. 46: 20; la LXX. Adici�n a 1 Cr�nicas 10:13 ; Jos.

Antt. vi. 14, � 2, adem�s del sentido general de los comentarios m�s misteriosos en el Talmud), son una contribuci�n muy importante a nuestro conocimiento de la antigua ense�anza hebrea sobre el estado del alma despu�s de la muerte en las primeras Escuelas Prof�ticas, ya en el reinados de Sa�l, David y Salom�n.

Vemos, entonces, que estos antiguos hebreos sosten�an que despu�s de la muerte el alma continuaba en un estado de existencia consciente de s� misma; que era capaz de sentir y expresar dolor y tristeza; que conservaba la memoria de las transacciones en las que hab�a participado cuando estuvo en la tierra; que estaba - al menos, en el caso de un siervo de Dios como Samuel - en un estado de reposo, del cual evidentemente no ten�a ning�n deseo de ser convocado para compartir nuevamente el dolor y la fiebre de esta vida - ��Por qu� has �Me inquiet� que me trajera a colaci�n?

De la morada de las almas de los difuntos podemos recoger muy poco de este pasaje. Evidentemente no era el Cielo, el Cielo donde est� el trono de Dios y donde moran los poderes celestiales. El lenguaje utilizado, aunque popular, y adaptado a la concepci�n ordinaria del Seol, o Hades, el lugar o alojamiento invisible de las almas incorp�reas de los hombres, distingue claramente entre la morada de almas como Samuel y la morada de los poderes celestiales. A lo largo de la historia, el alma de Samuel se representa subiendo, en lugar de descender o descender, que ser�a el lenguaje popular usado por un �ngel de Dios.

El testimonio que da esta historia de la antigua creencia jud�a en la existencia del alma despu�s de la muerte explica plenamente la importancia que el compilador del libro ha dado a este episodio. Es, adem�s, una contribuci�n importante a nuestro conocimiento del complejo car�cter del primer gran monarca hebreo, tan espl�ndidamente dotado por Dios, probado y, �ay! encontrado deficiente. El incidente de Endor, adem�s, nos da clara e incisivamente el juicio de Dios sobre la nigromancia y, en general, sobre todos los intentos de conversar con las almas de los difuntos.


En todas las �pocas, estos intentos han tenido una fascinaci�n extraordinaria para los hombres. En nuestros d�as, la nigromancia, lamentablemente, no es un arte perdido entre nosotros. Los hombres y mujeres de educaci�n, como bien observa el Dr. Fraser en el Comentario del p�lpito, no se averg�enzan ni tienen miedo de practicar artes y consultar a los "m�diums" a los que se hace referencia en el Antiguo Testamento como aborrecibles para Dios y totalmente prohibidos para Su pueblo.

�Cu�n puro de coraz�n y sano de cabeza,
Con qu� divino afecto audaz,
deber�a ser el hombre cuyo pensamiento sostendr�a,
Una hora de comuni�n con los muertos.
�En vano llamar�s a
los esp�ritus desde su d�a dorado,
excepto que, como ellos, t� tambi�n puedas decir:
Mi esp�ritu est� en paz con todos.
"Acechan el silencio del pecho,
Imaginaciones tranquilas y hermosas,
El recuerdo como un aire sin nubes,
La conciencia como un mar en reposo". - TENNYSON.

Versículo 1

Los filisteos reunieron sus ej�rcitos para la guerra. - Esto fue evidentemente, como se�ala Jose-phus, un gran esfuerzo por parte de los filisteos. No fue una incursi�n ordinaria o una incursi�n fronteriza, como parece haber sido tan frecuente durante todo el reinado de Sa�l. Desde su derrota en el valle de Ela, que sigui� al combate singular entre Goliat y David, no se hab�a reunido tal ej�rcito filisteo.

Nos sorprende de inmediato la presencia del enemigo en el coraz�n de la tierra, que ya no elige las conocidas " Marchas" o distritos fronterizos, a menudo controvertidos . Los filisteos ahora son lo suficientemente fuertes como para asestar un golpe en el centro del reino y desafiar una batalla en la llanura de Jezreel. o Esdrel�n, al norte de Efra�n e Isacar. Probablemente marcharon a lo largo de la frontera mar�tima de Cana�n, reuniendo sus fuerzas a medida que avanzaban desde cada uno de sus conocidos centros militares, y luego, girando hacia el este, invadieron la tierra por el Valle de Jezreel o Esdrel�n.

Marcharon todav�a hacia el este, y tomaron una posici�n fuerte en las laderas de uno de los grupos de monta�as que rodeaban la amplia llanura de Jezreel hacia el este, cerca de la ciudad de Sunem. El rey Sa�l, reuniendo r�pidamente a los hombres de guerra de Israel, march� en su persecuci�n y, subiendo con ellos en la llanura de Esdrel�n, tom� su posici�n frente a los filisteos, a solo unas pocas millas separando a las dos huestes, en las laderas de otro grupo de monta�as. , conocido como Monte Gilboa, que se extiende al sur de la frontera filistea. (Hay un mapa de la llanura de Esdraelon en Stanley's Jewish Church, vol. Ii., Lecci�n 21, que ilustra esta escena final en la carrera de Sa�l, que vale la pena consultar).

Y Achish dijo. - David pronto se dio cuenta del grave error en el que hab�a ca�do al refugiarse con los enemigos hereditarios de su pueblo. La falta de fe y paciencia lo hab�a impulsado a dar este infeliz paso. Los diecis�is meses que hab�a pasado en Phihstia hab�an sido sin duda un �xito, ya que hab�an reforzado su posici�n como capit�n "aut�nomo", pero nada m�s. Hab�an sido manchados por el derramamiento de sangre y la crueldad.

Su vida tambi�n fue una vida de duplicidad y falsedad. Los resultados de su infeliz curso de acci�n pronto se manifestaron. Su naci�n sufri� una derrota aplastante y humillante, de la que escap� por poco de verse obligado a presenciar, si no a contribuir. Su propio reconocimiento general como rey se pospuso durante casi siete a�os, per�odo durante el cual una guerra civil obstaculiz� el desarrollo de la prosperidad nacional; Adem�s de lo cual, durante este tiempo de divisiones internas, las semillas fueron sembradas con demasiada seguridad de la futura y desastrosa separaci�n de Jud� y el sur de las tribus del norte, una divisi�n que finalmente tuvo lugar en la �poca de su nieto, cuando su brazo fuerte y la sabidur�a y el poder de Salom�n. eran cosas del pasado.

La convocatoria de Aquis a su gran vasallo militar fue perfectamente natural: de hecho, Aquis no ten�a ninguna raz�n para sospechar que una campa�a como la que los filisteos estaban a punto de emprender contra el rey Sa�l ser�a de alguna manera desagradable para el agraviado e insultado David. No es improbable que la presencia de David y su fuerza entrenada, incluidas, como bien sab�a el astuto filisteo, algunas de las almas m�s valientes de Israel, alentaron a Aquis y a los otros se�ores filisteos a realizar este gran y, como result�, supremo esfuerzo contra Israel.

El rey de Gat y sus colegas en Filistea vieron que, en el estado dividido de Israel, sus posibilidades de �xito eran muy grandes, y es muy probable que esperaran establecer a su amigo y seguidor David en el trono de Sa�l como un Rey vasallo filisteo.

Versículo 2

Y David dijo a Aquis. - Profundamente perplejo, David contemporiza. No se atreve a negarse; y, sin embargo, la idea de comandar una divisi�n filistea en una guerra con Israel era para �l una alternativa terrible.

Y Aquis dijo a David: Por tanto, te pondr� por guardi�n de mi cabeza para siempre. - El rey de Gat, como tantos otros con los que el hijo ganador de Isa� entr� en contacto en su carrera, parece haber sido completamente conquistado por su car�cter amable y generoso, y no ver�a ninguna ambig�edad en la respuesta de David, pero de inmediato. le ofrece en la pr�xima campa�a un nombramiento muy distinguido en el ej�rcito de Gat: el mando de la guardia personal, porque esto es lo que Ewald entiende que significa la oferta del rey Aquis.

Pero, como veremos, los jefes filisteos no compartieron plenamente la confianza ciega del rey; los celos del distinguido capit�n extra�o les abrieron los ojos a los verdaderos sentimientos de David. (V�ase 1 Samuel 29:3 ; 1 Samuel 29:11 .

) Tambi�n es bastante concebible, tambi�n, que los rumores sobre las expediciones de David durante el a�o pasado estuvieran presentes en algunos barrios filisteos. Los ojos del rey, pensaban estos nobles con m�s visi�n de futuro, estaban cegados por su parcialidad por su vasallo militar. (V�ase la nota sobre 1 Samuel 29:3 )

Versículo 3

Ahora Samuel estaba muerto. - Una declaraci�n aqu� repetida para presentar la extra�a y triste historia que sigue. La LXX., Seguida de la Vulg. y versiones sir�acas, lo omiti�, sin comprender la raz�n de su repetici�n.

Y Sa�l hab�a echado de la tierra a los que ten�an esp�ritus familiares y a los hechiceros. - Esta declaraci�n tambi�n se inserta explicativa de lo que sigue. En otras palabras, el compilador dice: �Ahora Samuel, a quien Sa�l estaba tan ansioso por ver, estaba muerto y enterrado, y los poseedores de esp�ritus familiares, cuya ayuda Sa�l estaba a punto de invocar para llevar a cabo su prop�sito, hab�an sido puestos fuera, por su propia orden, de la tierra.

�� Los que ten�an esp�ritus familiares �- los que ten�an a su disposici�n �ambos, traducidos como� esp�ritus familiares �, la forma plural de �b, una palabra que nunca ha sido explicada con certeza. Los eruditos creen que pueden conectarlo con �b, ser hueco, y �b es entonces "la cosa hueca" o "bolsa"; y as� lleg� a significar �alguien que habla con voz hueca.

�Por lo tanto, parece significar el vientre distendido del ventr�locuo, una palabra con la que la LXX. renderizar siempre �b. Por lo tanto, se usa para designar al ventr�locuo masculino o femenino, como en 1 Samuel 27:3 ; 1 Samuel 27:9 y Deuteronomio 18:11 , etc.

, y tambi�n el esp�ritu que se supon�a que hablaba desde el vientre del ventr�locuo; en este sentido se usa as� en 1 Samuel 27:8 e Isa�as 29:4 . �sta es la explicaci�n dada por Erdmann en Lange y el obispo de Bath and Wells en el Speaker's Commentary.

Los magos. - Literalmente, los sabios. Estos siempre est�n conectados con los " ambos " , "aquellos que ten�an esp�ritus familiares". El nombre parece haber sido dado con iron�a a estos comerciantes de artes ocultas y prohibidas. La orden mosaica respecto a estas personas fue clara y decisiva: �No permitir�s que un brujo (o mago) viva� ( �xodo 22:18 ; Lev�tico 20:27 ).

Sa�l, en su celo temprano, leemos, hab�a puesto activamente en vigor estos edictos de Mois�s, que aparentemente, en el estado laxo de cosas que hab�a prevalecido durante mucho tiempo en Israel, se hab�a dejado en suspenso.

Versículo 4

Y lanz� en Sunem. - Como ya se ha descrito en la Nota sobre 1 Samuel 27:1 , el ej�rcito filisteo hab�a penetrado en el coraz�n de Palestina y, marchando a trav�s del valle de Jezreel, tom� una posici�n fuerte en la ladera suroeste de �Little Herm�n �, cerca de la aldea o pueblo de Sunem, un poco al norte de Jezreel.

Sunem es conocido en la historia b�blica como el hogar de Abisag ( 1 Reyes 1:3 ), y la morada de la mujer que entretuvo a Eliseo, y cuyo hijo muerto resucit� ( 2 Reyes 4 ).

Ha sido identificado por los viajeros modernos. Conder dice que en la actualidad es s�lo una aldea de barro, con setos de cactus y un manantial; pero la vista, dice, se extiende hasta el Monte Carmelo, a quince millas de distancia. Ahora se llama Sut�m.

Y reuni� Sa�l a todo Israel, y acamparon en Gilboa. - La posici�n de Sa�l estaba a solo unas millas de distancia del campamento de sus enemigos, en la ladera de las colinas frente a Sunem, pero separada por el profundo valle de Jezreel. Desde lo alto de su campamento, Sa�l pudo ver claramente a todo el ej�rcito filisteo. Mount Gilboa es el nombre que se le da a una cadena de colinas elevadas, que se elevan a 1.500 pies sobre el mar y consisten en tiza blanca.

Versículo 5

El ten�a miedo. - No hay duda de que Sa�l se desanim� al ver las filas enemigas desde la eminencia de Gilboa. Eran mucho m�s numerosos de lo que esperaba. Pero la verdadera raz�n de su temblor debe buscarse en la conciencia de que Dios lo hab�a abandonado. Muchos de los guerreros israelitas bien conocidos, durante los �ltimos acontecimientos, se hab�an puesto al servicio de su temido rival, David, y �l sab�a que David era ahora vasallo de Aquis, un rey filisteo.

Podemos imaginar a Sa�l, el desamparado de Dios, parado en la colina de tiza blanca de Gilboa, contemplando las largas filas de tiendas filisteas levantadas en la colina opuesta de Sunem, pregunt�ndose si su viejo amigo estar�a all�, con sus poderosos seguidores, en la divisi�n de Gat.

Versículo 6

Y cuando Sa�l consult� al Se�or. - - Se ha formulado la pregunta, �C�mo se realiz� la consulta? porque desde la masacre de Nob, el sumo sacerdote, o, al menos, el sacerdote en posesi�n del efod sagrado y el pectoral, con el Urim y Tumim, estaba, lo sabemos, en el campamento de David, y pronto escucharemos de un uso solemne de las gemas sagradas. (Ver 1 Samuel 30:7 .

) Se ha sugerido por eminentes eruditos b�blicos que despu�s del asesinato de Ahimelec y la huida de Abiatar a David, Sa�l removi� el santuario nacional del profanado Nob y lo estableci� en Gaba�n, donde, durante el primer a�o del reinado de David, encontramos el Tabern�culo, con Sadoc, hijo de Ahitub, de la casa de Eleazar, actuando como sumo sacerdote, probablemente colocado en ese oficio por Sa�l.

Esto explicar�a la referencia frecuente en la �poca de David a dos sumos sacerdotes, Sadoc y Abiatar: Sadoc, el sumo sacerdote designado por Sa�l, por un per�odo considerable solo a cargo del Tabern�culo; y Abiatar, que huy� de Nob con el efod y el sagrado Urim, reconocido por David como sumo sacerdote, cuando el reino finalmente fue restaurado bajo una sola cabeza. Estos dos parec�an haber dividido los honores y responsabilidades del sumo sacerdocio.

(Ver 2 Samuel 8:17 ; 2 Samuel 15:24 ; 2 Samuel 15:29 ; 2 Samuel 15:35 ; 1 Cr�nicas 15:11 ; 1 Cr�nicas 18:16 .)

Este Sadoc, podemos suponer, "pregunt�" por Sa�l: � algunos suponen por medio de un efod hecho a imitaci�n del antiguo pectoral con el Urim en posesi�n de Abiatar; pero, como se puede imaginar f�cilmente, no se recibi� respuesta. Tambi�n es bastante probable que algunos "profetas" - as� llamados - entrenados, no improbablemente, en la escuela de Samuel, estuvieran presentes con Sa�l. Estos, por supuesto, tampoco recibieron ning�n mensaje Divino, ni por voz ni en sue�os.

Versículo 7

B�scame una mujer que tenga un esp�ritu familiar. - Se qued� solo a s� mismo, y ahora la �ltima chispa de vida, el celo religioso que una vez hab�a mostrado hasta en exceso, luego tambi�n se desvaneci�; o mejor. como debe ser siempre el caso cuando as� se ha desviado del principio moral que es el �nico que puede guiarlo, se convirti� en una superstici�n salvaje y desesperada. Los magos y los esp�ritus familiares, a quienes en un ataque de justa indignaci�n hab�a expulsado de la tierra, ahora se convirtieron en su �nico recurso:

Flectere si nequeo supcros, Acheronte movebo.

STANLEY: Iglesia jud�a, vol. ii., Lect. 21

He aqu� una mujer que tiene un esp�ritu familiar en En-dor. - Una de estas mujeres, amante o poseedor de un �b , o esp�ritu familiar, que aparentemente era muy conocido, viv�a o se qued� en Endor. �Al este de Nain hay un pueblo de chozas de barro, con setos de tuna. Este es En-dor, famoso en relaci�n con la tr�gica historia de la muerte de Sa�l. El car�cter aventurero del viaje nocturno de Sa�l es muy llamativo, cuando tenemos en cuenta que para que el rey llegara a En-dor ten�a que pasar por el campamento hostil, y probablemente se arrastrar�a por la ladera oriental de la colina escondida por las ondulaciones del suelo. .

�- Conder: Tent Life in Palestina. La distancia desde el campamento de Israel en Gilboa hasta Endor era de unas diez millas m�s, debido quiz�s al circuito que tendr�an que hacer alrededor del campamento de los filisteos. La tradici�n jud�a habla de los "dos hombres" que acompa�aban a Sa�l como Abner y Amasa, y adem�s menciona que la bruja de Endor era la madre del gran Abner. Si esto es cierto, explicar�a que ella escap� de la persecuci�n general de las brujas mencionadas anteriormente en los primeros d�as de Sa�l.

Versículo 8

Y Sa�l se disfraz�. - El disfraz y el tiempo elegido para la expedici�n cumplieron un doble prop�sito. El rey, pens�, ser�a desconocido en la oscuridad y se disfrazar�a cuando llegara a la morada de la bruja, y tambi�n hab�a una probabilidad mucho mayor de que escapara de sus enemigos filisteos, cuyo ej�rcito se interpon�a entre �l y la aldea de En- insecto.

Divino para m� por el esp�ritu familiar. - Literalmente, divino para m� por el �b. La observaci�n de Keil es interesante: "La profec�a de la �b probablemente se llev� a cabo llamando a un esp�ritu difunto del Seol y obteniendo profec�as, es decir, revelaciones, sobre el propio destino por medio de tal esp�ritu". Ning�n otro comentarista toca el �b aqu�, y Keil deja en duda si consideraba que el �b era un esp�ritu especial dedicado al servicio de la due�a del �b, o el esp�ritu o alma de alguien ya muerto, quien, a trav�s de alg�n poder oculto, iba a ser devuelto por una temporada a esta tierra.

Por lo que podemos juzgar de estos viejos misterios, el hechicero o hechicera pose�a, o se supon�a que pose�a, un "familiar". Con la ayuda de este "familiar", el esp�ritu difunto fue obligado o inducido a volver a visitar este mundo ya someterse a ciertas preguntas. El hebreo traducido "divino para m�" es de origen sir�aco, como la mayor�a de esas palabras que describen vaticinaciones il�citas. - Comentario del orador.

Este miserable poder, si existi�, fue una de las cosas que los israelitas aprendieron de los habitantes originales de Cana�n. Estas artes �negras�, como se las ha llamado, han tenido siempre, en todas las �pocas, en todos los grados de civilizaci�n, una fascinaci�n extraordinaria por los hombres. Es bien sabido que incluso en nuestra propia "�poca culta" se plantean pretensiones similares, y los muertos todav�a son invocados, convocados e interrogados, como lo fueron en la �poca semib�rbara en la que Sa�l y sus compa�eros, en su desesperada situaci�n , busc� a la bruja de En-dor.

Y tr�emelo. - La idea popular siempre ha sido que el Seol, el lugar de los esp�ritus difuntos, est� en alg�n lugar bajo el suelo o la tierra en la que vivimos, as� como el cielo, la morada de Dios y Sus santos �ngeles, est� en una regi�n por encima de la tierra. San Pablo habla en este lenguaje popular ( Efesios 4:9 ), donde se refiere a las partes bajas de la tierra como la morada de los esp�ritus difuntos.

Por lo tanto, tenemos aqu�, "cr�ame". La Iglesia cristiana, nos recuerda el obispo Wordsworth, ha adoptado este lenguaje en sus credos, donde dice que Cristo en Su alma humana descendi� a los infiernos (Hades). Keil bien comenta esta idea humana de lo que est� �arriba� y �abajo�: �Con nuestros modos de pensamiento, que est�n tan ligados al tiempo y al espacio, es imposible representarnos de otra manera la diferencia y el contraste. entre la bienaventuranza con Dios y la sombra de la vida en la muerte �.

Versículo 9

Lo que Sa�l ha hecho ... - La ley, promulgada de nuevo por Sa�l en d�as anteriores, que convert�a la pr�ctica de estas artes oscuras en una ofensa capital, evidentemente todav�a estaba en vigor. Sin duda, los hechiceros y las brujas, como la mujer de En-dor, hab�an sido perseguidos a menudo por medio de informantes. Posiblemente la mujer sospech� al principio que ahora se pretend�a hacer algo por el estilo. Sin embargo, la antigua tradici�n, que representa a los dos compa�eros del rey como Abner y Amasa, excluir�a tal suposici�n.

Sin embargo, en cualquier caso, el acto de convocar a los muertos era un delito capital, y la mujer estar�a en guardia, incluso en presencia de sus parientes cercanos, como afirma la antigua tradici�n que fueron Abner y Amasa. Tambi�n es posible que ella, al aumentar el peligro en el que se encontraba, pensara que se extorsionar�a un regalo m�s grande al extra�o que buscara su ayuda.

Versículo 11

Tr�eme a Samuel. - Un pasaje notable en el Talmud de Babilonia muestra evidentemente que, en todos los eventos en las Escuelas Rab�nicas de una fecha muy temprana, se consideraba que la crianza de Samuel se deb�a al poder de la bruja.

�Un saduceo le dijo una vez al rabino Abhu: 'Vosotros dec�s que las almas de los justos est�n atesoradas bajo el trono de gloria; Entonces, �c�mo pudo la bruja del poder de Endor criar al profeta Samuel mediante la nigromancia? El rabino respondi�: 'Porque eso ocurri� dentro de los doce meses posteriores a su muerte; para que se nos ense�a que durante doce meses despu�s de la muerte del cuerpo se conserva, y el alma se eleva hacia arriba y abajo, pero que despu�s de doce meses, el cuerpo es destruido, y el alma se eleva, para no volver jam�s. '�- Tratado Shabat, fol . 88, Colosenses 2 .

Otra tradici�n rab�nica, sin embargo, parece limitar esta presencia cercana del esp�ritu difunto en el cuerpo a cuatro d�as: - �Es una tradici�n de Ben Kaphra. El colmo del duelo no es hasta el tercer d�a. Durante tres d�as, el esp�ritu deambula por el sepulcro, esperando que regrese al cuerpo. Pero cuando ve que la forma o el aspecto de la cara ha cambiado [en el cuarto d�a], ya no flota m�s, sino que deja el cuerpo solo.

Despu�s de tres d�as (se dice en otro lugar), el semblante cambia ". - De Bereshith R. , P. 1143: citado por Lightfoot, mencionado por el can�nigo Westcott en su comentario sobre San Juan 11:39 .

El estado de �nimo de Sa�l sobre esto, casi la v�spera de su �ltima pelea fatal en Gilboa, ofrece un estudio curioso. Se sinti� abandonado por Dios y, sin embargo, en su profunda desesperaci�n, su mente se vuelve hacia el amigo y gu�a de su juventud, de quien, mucho antes de la muerte de ese amigo, hab�a estado tan desesperadamente alejado. Debi� haber habido una lucha terrible en el coraz�n del orgulloso rey antes de que pudiera haberse rebajado a pedir ayuda a una de esa clase de mujeres detestadas y proscritas que profesaban tener tratos con esp�ritus familiares y demonios.

�Hay�, escribi� una vez el arzobispo Trench, �algo indeciblemente pat�tico en el anhelo del rey des ungido, ahora en su absoluta desolaci�n, de intercambiar palabras una vez m�s con el amigo y consejero de su juventud; y si debe o�r su condenaci�n, no o�rla de otros labios que no sean los suyos ".

Versículo 12

Y cuando la mujer vio a Samuel, llor� a gran voz. - Nada es m�s claro de la narraci�n que que la mujer de En-dor vio algo que nunca so�� ver. Lo que sea que apareci� esa noche era diferente a todo lo que hab�a visto antes. Poco nos importa si era una impostora o no. Por las severas promulgaciones del c�digo mosaico que respetan estas pr�cticas, parecer�a como si en el fondo hubiera algo oscuro y siniestro.

En todo caso, en esta memorable ocasi�n, la bruja estaba evidentemente asombrada y consternada por el �xito de sus encantamientos. Ewald supone que estall� en un fuerte grito al ver la sombra de Samuel, porque ascendi� con gestos tan terriblemente amenazadores, que s�lo podr�a haber usado contra su enemigo mortal, Sa�l; y entonces vio que el interrogador deb�a ser Saulo. Sin embargo, esto solo puede tomarse como una conjetura ingeniosa.

Hay un pasaje singular en el Tratado de Chaggigah del Talmud de Babilonia (citado a continuaci�n), que - contrariamente a la interpretaci�n habitual de la palabra traducida como "dioses" ( 1 Samuel 28:13 ) - asume que una segunda forma "surgi�" con Samuel; y una interpretaci�n jud�a nos dice que estos eran "jueces" - por lo que representa el Elohim de 1 Samuel 28:13 - jueces vestidos con sus mantos judiciales; y fue la visi�n de estos terribles ministros de justicia lo que horroriz� a la mujer conscientemente culpable.

Sin embargo, por muy interesantes que sean estas tradiciones y comentarios, probablemente heredados de una escuela de expositores que floreci� antes de la era cristiana, no necesitamos nada m�s para explicar el grito de terror que brot� de la mujer que esta aparici�n del venerable. vidente, evidentemente por ella bastante inesperada.

Y la mujer le habl� a Sa�l. - En esta coyuntura la mujer reconoci� en el desconocido al extra�o Rey Sa�l. Por un momento, recordando su procedimiento severo y despiadado en casos de hechicer�a como el que entonces estaba involucrada, se cree traicionada y entregada a una vergonzosa muerte de agon�a; y se vuelve hacia el rey y la mira con lastimera exposici�n: "�Por qu� me has enga�ado?" Ahora surge la pregunta: �C�mo lleg� a reconocer a Sa�l en lo desconocido? La ingeniosa sugerencia de Ewald se ha mencionado anteriormente.

Keil sugiere que la mujer hab�a ca�do en un estado de clarividencia, en el que reconoc�a a personas que, como Sa�l disfrazado, le eran desconocidas de cara. Josefo (6:14, 2), sin duda escribiendo de fuentes tradicionales, afirma que Samuel probablemente le hab�a revelado la presencia de Sa�l a la bruja. �Samuel vio a trav�s del disfraz de Sa�l, que hab�a enga�ado a la que Sa�l hab�a venido a consultar, mientras le hablaba a Sa�l como Sa�l.

As� que Ah�as el profeta, aunque ciego por la edad, vio a trav�s del disfraz de la esposa de Jeroboam ( 1 Reyes 14:2 ; 1 Reyes 14:6 ) �. - Obispo Wordsworth.

En general, la explicaci�n de Josefo es probablemente la verdadera. Fue alguna palabra - probablemente dicha por Samuel - no relacionada aqu� que traicion� la identidad del rey a la mujer. Hay otra suposici�n posible, pero, por supuesto, pertenece al �mbito de la fantas�a. Sabemos que era de noche y Sa�l estaba disfrazado; sin duda su rostro estaba parcialmente cubierto. �No es de imaginarse que con la aparici�n del bienaventurado profeta, con o sin compa�ero, una luz llen� el cuarto oscuro de la casa En-dor? Esto caer�a sobre el rostro del rey, quien, en la agitaci�n del momento, probablemente se habr�a quitado la capa o el manto que envolv�a sus facciones. Algo de la terrible "luz" sobrenatural que Tennyson describe cuando escribe sobre el Santo Grial:

��Un sonido suave, una luz espantosa!
Tres �ngeles llevan el Santo Grial:
Con los pies doblados en estolas blancas,
Con alas durmientes navegan ". - Air Galahad.

Versículo 13

( 13 ) Vi dioses que sub�an de la tierra. - El rey calma de inmediato los temores de la bruja por su vida, y con impaciencia, como parece, pregunta qu� vio que provoc� el grito de miedo y terror. �Dioses� - esta es la traducci�n de la palabra hebrea Elohim. Sin embargo, la versi�n en ingl�s sigue a la mayor�a de las versiones aqu�. El caldeo traduce la palabra por ��ngeles�.

"Corn, � Lapide y los mejores eruditos modernos, sin embargo, razonando a partir de las palabras de Sa�l que siguen inmediatamente:" �Cu�l es su forma? " - Supongamos que los Elohim significan, no una pluralidad de apariencias, sino una forma divina: algo majestuoso y augusto. Sin embargo, el sentimiento de antig�edad parece haber estado a favor de que m�s de una forma sobrenatural entrara en el En-dor y viviera en esa noche espantosa. Adem�s del testimonio de las Versiones mencionadas anteriormente, el pasaje del tratado del Talmud babil�nico Chaggigah, citado a continuaci�n, habla de dos formas espirituales positivas: Samuel y otra.

Versículo 14

Un anciano sube; y est� cubierto con un manto. - El "manto "; Heb .: mil. La prenda as� nombrada no era peculiar y no ten�a ning�n significado oficial; a�n as�, su menci�n aqu� en este lugar parecer�a como si la mujer reconociera el conocido m'il que el profeta sol�a llevar en vida.

Pero se ha preguntado: �C�mo podr�a un esp�ritu tener la apariencia de un anciano? y adem�s, �c�mo podr�a vestirse un ser as�? El rabino Mois�s Maim�nides de C�rdoba (siglo XII), apodado el "�guila de los Doctores" en su Yad Hachazakah, responde admirablemente a estas preguntas cuando habla de ciertas expresiones similares utilizadas con respecto al Santo, que es un Esp�ritu sin cuerpo o un cuadro.

�Encontramos�, dice Maim�nides, �expresiones como 'debajo de sus pies', escritas con el dedo de Dios ',' el ojo del Se�or ', etc. De �l, un profeta dice: 'Que vio al Santo, �bendito sea! - cuyo vestido era blanco como la nieve '( Daniel 7:9 ); mientras que otro lo vio 'como un guerrero enfrascado en la batalla.

'Compare el dicho de los sabios en el Yad Joseph sobre �xodo 15:3 : -' En el mar fue visto como un �xodo 15:3 guerra, y sobre el Sina� como un lector de oraciones, envuelto (en una sobrepelliz); y todo esto aunque no ten�a ni semejanza ni forma, sino que estas cosas estaban en una aparici�n de profec�a, y en una visi�n.

'�- Yad Hachazakah, lib . I., cap. 1 �Dios dise��, dice el obispo Wordsworth, �que el esp�ritu de Samuel fuera reconocido por ojos humanos; y �c�mo podr�a haberse hecho esto sino por medio de objetos que son visibles para el sentido humano? Nuestro Se�or habla de la lengua del esp�ritu incorp�reo de Dives para darnos una idea de sus sufrimientos; y en la Transfiguraci�n present� la forma de Mois�s con un atuendo tal a los tres disc�pulos que les permitir�a reconocerlo como Mois�s �.

Y se inclin� ... y se inclin�. - Parece probable que en esta coyuntura el rey vio la forma ante �l cuando hizo una reverencia. Sin embargo, no queda claro, a partir del lenguaje aqu� utilizado, si este extra�o acto de reverente homenaje no sigui� de inmediato a la descripci�n de la mujer.

Versículo 15

Y Samuel dijo a Sa�l: �Por qu� me has inquietado para que me haga subir? - Erd-manu, en Lange, argumenta a partir de esto que el encantamiento de la bruja de En-dor hab�a producido el resultado, a saber, la invocaci�n de la sombra de Samuel, y que por lo tanto la aparici�n del profeta no se debi� al mandato de Dios. Sin embargo, Keil concluye acertadamente que estas palabras por s� solas no deciden la cuesti�n de qu� poder invoc� el �esp�ritu.

�Simplemente afirman que Sa�l hab�a interrumpido a Samuel de su descanso, y preguntan por qu�. En el Talmud de Babilonia hay un comentario notable sobre estas palabras de la sombra del profeta difunto. �El rabino Elazar dijo, cuando ley� este texto b�blico, '�Por qu� me has inquietado?' Si Samuel el justo tuvo miedo del Juicio (al que pens� que fue convocado cuando fue llamado as�), �cu�nto m�s debemos tener miedo del Juicio? �Y de d�nde inferimos que Samuel ten�a miedo? Porque est� escrito, 'Y la mujer dijo a Sa�l: Vi a los poderosos [o quiz�s jueces] - Elohim - ascendiendo de la tierra: olim, ascendente (una forma plural ), implica al menos dos, y uno de ellos era Samuel; OMS,entonces, fue el otro? Samuel fue y trajo a Mois�s con �l, y le dijo: 'Quiz�s estoy llamado a juicio, �Dios no lo quiera! T� est�s a mi lado; �he aqu�! no hay nada escrito en tu ley que yo no haya cumplido ". - Tratado Chaggigah, fol. 4, b.

Estoy muy angustiado. - ��Oh, el salvaje lamento de esta oscura miseria! Hay un patetismo profundo y una extra�a maravilla en este grito desesperado, pero no hay confesi�n de pecado, no hay suplica de misericordia, nada m�s que la ambici�n suprema de preservarse a s� mismo ". - Dr. WM Taylor, de Nueva York: "David".

Para el valiente guerrero Sa�l, desesperarse de este modo era ciertamente extra�o, pero su sombr�o presentimiento ante el campo fatal de Gilboa, donde iba a perder su corona y su vida, fue tristemente verificado por la secuela. Shakespeare describe as� a Ricardo III. pesado y sin esp�ritu, con un pavor desconocido, ante el campo fatal de Bosworth: -

"No tengo la presteza de esp�ritu
ni la alegr�a que ten�a que tener".

Rey Ricardo III.

As� que Macbeth est� lleno de un terror sin forma e inquieto en Dunsinane antes de la batalla:

�No hay vuelo de aqu�, no hay demora aqu�;
Me voy a cansar del sol ". - Macbeth.

Ni por profetas ni por sue�os. - �Por qu� Sa�l omite mencionar aqu� el silencio del �Urim�, especialmente mencionado en 1 Samuel 27:6 , y que parece haber sido tambi�n en estos d�as la forma m�s habitual de indagar sobre la voluntad del Rey Eterno; de Israel? El Talmud, tratado Berachoth, xii.

2, da la respuesta probable. Sa�l sab�a que el Urim ya no estaba en su reino. Se lo hab�a llevado uno a quien hab�a asesinado horriblemente: Ahimelec, el sumo sacerdote. La profunda verg�enza ante la idea de la masacre de Ahimelec, y luego de los sacerdotes en Nob, le impidi� pronunciar la palabra "Urim" ante Samuel.

Por eso te he llamado. - La palabra hebrea aqu� es una forma muy inusual, que aparentemente se us� para fortalecer la idea original, �te hice llamar�; en otras palabras, "De ah� este apremiante llamado urgente para ti desde tu descanso".

Versículo 16

Viendo que el Se�or se ha apartado de ti. - En otras palabras, si Jehov� te ha dejado, �por qu� vienes a consultarme a m�, su siervo y profeta? La palabra hebrea aqu� traducida como "enemigo" s�lo se encuentra en Salmo 139:20 y se ha asumido que es una forma aramea - ain para tsadde. Sin embargo, no hay otras formas arameas en este libro, que est� escrito en hebreo "cl�sico" puro.

La letra ain, o la primera letra en el texto aqu�, a trav�s de un error muy leve del copista, podr�a f�cilmente haber sido alterada de tsadde, la primera letra de la palabra habitual para "enemigo". La LXX. y Vulg. Aparentemente, las versiones ten�an otra lectura antes que ellos, porque traducen la �ltima cl�usula del vers�culo, "y est� con tus vecinos".

Versículo 17

Y el Se�or le ha hecho. - Render, como en el margen de la versi�n en ingl�s, el Se�or ha hecho o realizado por S� mismo. La LXX. y Vulg. aqu� cambia innecesariamente el texto por �el Se�or te ha hecho . "

Y se lo dio a tu pr�jimo ... David. - Un esp�ritu maligno que personifica a Samuel no habr�a hablado as�; no habr�a deseado ayudar a David, "el hombre conforme al coraz�n de Dios", al trono de Israel; ni un esp�ritu maligno habr�a hablado en t�rminos tan solemnes del castigo debido a la rebeli�n contra Dios. - Monse�or Wordsworth, quien se opone a la suposici�n de que la sombra de Samuel fuera un esp�ritu maligno.

Versículo 19

Adem�s, el Se�or tambi�n entregar� a Israel ... en manos de los filisteos. - Tres juicios aplastantes, que iban a venir directamente sobre Sa�l, est�n contenidos en las palabras del profeta relatadas en este vers�culo 19. ( a ) La derrota total del ej�rcito de Israel. ( b ) La muerte violenta del propio Saulo y sus dos hijos en el curso de la pelea inminente. (c) El saqueo del campamento israelita, que iba a seguir a la derrota, y que aumentar�a terriblemente los horrores y desastres de la derrota del ej�rcito del rey.

"Este derrocamiento del pueblo fue para aumentar la miseria de Sa�l, cuando vio que el pueblo se hund�a con �l en la ruina a causa de su pecado". - O. von Gerlach.

Ma�ana estar�is conmigo t� y tus hijos. - La palabra hebrea que aqu� se traduce "ma�ana", machar, no tiene por qu� significar "el d�a siguiente", sino alg�n tiempo futuro cercano. Al decir "t� estar�s conmigo", Samuel no pronuncia la condenaci�n final de Sa�l, porque no ten�a la misi�n de hacerlo, sino que lo atrae con su ternura a una mente mejor. Utiliza una expresi�n suave y caritativa, aplicable a todos, buenos y malos: �Ser�s como yo: no m�s entre los vivos.

En la visi�n del mundo de los esp�ritus, revelada a nosotros por nuestro bendito Se�or, se puede decir que las almas de Dives y L�zaro estaban juntas en la morada de los esp�ritus difuntos, porque Dives vio a L�zaro y convers� con Abraham, aunque all� Hab�a un abismo fijo entre ellos. �Si Samuel le hubiera dicho a Sa�l: 'T� estar�s entre los condenados', lo habr�a aplastado con un peso de desesperaci�n, y lo habr�a endurecido en su impenitencia; pero al usar esta expresi�n m�s suave, suavemente lo exhort� al arrepentimiento. Mientras hab�a vida hab�a esperanza: la puerta segu�a abierta �. - Obispo Wordsworth.

�T� estar�s conmigo� no se refiere a una igualdad en la dicha, sino a una condici�n similar de muerte. - San Agust�n. Agust�n aqu� quiere decir que ma�ana Sa�l ser�a "una sombra", como lo que era Samuel entonces; �l dice, sin embargo, nada con respecto al goce de Sa�l como el que sin duda �l (Samuel) estaba disfrutando entonces.

El anfitri�n. - "Anfitri�n" aqu� deber�a traducirse como campamento. El significado, entonces, de todo el vers�culo ser�a: primero, habr�a una derrota total del ej�rcito real; en segundo lugar, Sa�l y sus hijos caer�an; en tercer lugar, la derrota ser�a seguida por el saqueo del campamento de Israel y sus horrores concomitantes.

Versículo 20

Entonces Sa�l cay� en seguida sobre la tierra. - Hasta este per�odo debemos entender a Sa�l escuchando las palabras del profeta en esa actitud de humilde reverencia que asumi� cuando percibi� que estaba en presencia de Samuel ( 1 Samuel 28:14 ); pero ahora, al escuchar las palabras del terrible juicio, aplastado por el terror y la consternaci�n, y previamente debilitado por un largo ayuno y la fatiga de la dura caminata nocturna desde el monte Gilboa hasta En-dor, cay� postrado a tierra.

Versículo 21

Y la mujer. - La historia se completa en estos pocos vers�culos finales ( 1 Samuel 28:21 ) en un estilo muy natural y sin afectaci�n. La bruja, aunque grave pecadora, siente la compasi�n de una mujer por el rey herido, y con palabras amables y actos a�n m�s amables hace todo lo posible para recuperarlo del desvanecimiento mortal en el que hab�a ca�do el desventurado Sa�l.

Todo su comportamiento contradice la suposici�n de que un odio amargo contra Sa�l la movi� (ver Excursus L al final de este libro) a desear la aparici�n de Samuel e imitar su voz por medio del ventriloquismo. En primer lugar, ella misma estaba aterrorizada por la aparici�n; y en segundo lugar, se entristeci� por el efecto de las palabras del vidente muerto sobre el rey, e hizo todo lo posible por devolverle la compostura y la fuerza nuevamente. Leemos en el siguiente vers�culo c�mo la mujer, con los sirvientes de Sa�l, utiliz� incluso una compulsi�n suave para inducir al rey a tomar el alimento que tanto necesitaba.

Versículo 23

Y se sent� en la cama , es decir, en el div�n o asiento acolchado, que generalmente recorre las paredes de las habitaciones de las viviendas orientales. No hay nada en la narraci�n que apoye la idea com�n, representada con tanta frecuencia en la pintura, de que la escena anterior relacionada tuvo lugar en una cueva. La bruja probablemente viv�a en una vivienda propia en En-dor. Tampoco hay nada en la narraci�n que indique que ella viv�a en un lugar de ocultaci�n.

Versículo 24

Pan sin levadura. - No hab�a tiempo que perder; as� que no esper� a leudar la masa, sino que inmediatamente la horne� y la puso delante del rey.

Versículo 25

Se fue esa noche. - Esa misma noche volvieron sobre sus pasos y regresaron a Gilboa. �Saulo estaba demasiado endurecido en su pecado para expresar cualquier pesar o dolor, ya sea por su propia cuenta o por el destino predicho de sus hijos o su pueblo. Con impasible desesperaci�n, fue al encuentro de su destino. Este fue el terrible final de alguien de quien el Esp�ritu de Dios una vez tom� posesi�n y se convirti� en otro hombre, de alguien que hab�a sido singularmente dotado de dones divinos para permitirle actuar como l�der del pueblo de Dios �. - O. von Gerlach.

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 1 Samuel 28". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/1-samuel-28.html. 1905.
 
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