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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés Comentario de Ellicott
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 1 Samuel 27". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/1-samuel-27.html. 1905.
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 1 Samuel 27". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/
Introducción
XXVII.
( 1 Samuel 27:1 ) David y su banda se refugian con Aquis, rey de Gat, quien lo recibe amablemente y le da Siclag como residencia: sus expediciones contra las tribus n�madas que se encuentran al sur de Cana�n.
Versículo 1
Y David dijo en su coraz�n. - La posici�n de David parece haberse vuelto cada vez m�s insostenible durante los �ltimos d�as del reinado de Sa�l. Probablemente los paroxismos de la enfermedad fatal del rey se hicieron m�s agudos y frecuentes, y sus jefes y favoritos, a quienes, como ya hemos visto ( 1 Samuel 26 ), hab�a elegido principalmente de la peque�a tribu de Benjam�n, tem�a y con buena raz�n: el advenimiento de David al trono, que vieron que era inminente en caso de que Sa�l muriera o fuera descalificado permanentemente para gobernar.
Estos hombres, cuya amarga hostilidad hacia David es m�s que insinuada en varios lugares, sin duda aprovechando el estado de �nimo del rey, lo incitaron contra David. Las palabras y las persuasiones de hombres como Cus el benjamita (v�ase Salmo 7 ), Doeg el edomita, probablemente Abner el capit�n del ej�rcito, los hombres de Zif y otros, r�pidamente borraron de la memoria de Sa�l las escenas que hemos presenciado. en la cueva de En-gedi y, m�s recientemente, en la colina de Hachilah, y m�s que contrarrestaron la devoci�n y la poderosa amistad de verdaderos guerreros como Jonat�n, que amaba y admiraba a David.
En las palabras de David, despu�s de haber tomado la lanza y la vasija del costado del dormido Sa�l, vemos algo de lo que pasaba por su mente: su constante temor a una muerte violenta; su conocimiento de que hombres poderosos y malvados conspiraban constantemente contra �l; y su determinaci�n de buscar un hogar en otra tierra, donde, sin embargo, esperaba encontrar una tumba lejos de la raza elegida, entre los id�latras y enemigos de Jehov� de Israel.
Ahora se da cuenta de una parte de estos dolorosos presentimientos. Pero en esta determinaci�n del hijo de Isa� nunca o�mos de la oraci�n, o de la consulta con el profeta o con el sacerdote. En ese momento, una triste desesperaci�n parece haber privado a David de la fe y la esperanza al mismo tiempo.
A la tierra de los filisteos. - David eligi� buscar refugio entre este pueblo belicoso, porque cre�a que all� estar�a en mayor seguridad que entre sus parientes amistosos, los moabitas, donde, en tiempos pasados, hab�a encontrado una bienvenida tan amable para su familia en los primeros tiempos. per�odo de la enemistad de Sa�l. Probablemente dudaba del poder de Moab para protegerlo.
Versículo 2
Los seiscientos hombres. - Este era el n�mero original. Todav�a formaban el n�cleo de la fuerza, pero el n�mero total ahora era mucho mayor. Estos "seiscientos" ten�an cada uno sus hogares, adem�s de los cuales, muchos grupos de guerreros, grandes y peque�os, ya se hab�an unido al ahora renombrado estandarte del futuro rey.
Aquis, hijo de Maoch, rey de Gat. - El mismo, creemos, que Aquis a quien David huy� antes (ver 1 Samuel 21:11 ), e id�ntico a Aquis, hijo de Maachah ( 1 Reyes 2:39 ). Esto implicar�a la necesidad de atribuir un reinado de cincuenta a�os a este pr�ncipe.
(Un reinado tan largo es bastante posible.) Posteriormente, toda Filistea cay� bajo el gobierno del rey David. Sin embargo, parece que permiti�, incluso despu�s de la conquista, que Aquis permaneciera en su antigua ciudad de Gat, probablemente como su tributario: as�, podemos suponer, pagando la antigua deuda de bondad a Aquis.
Versículo 3
Y habit� David con Aquis en Gat. - Su recepci�n por parte de los filisteos parece haber sido muy amable. Hab�a una gran diferencia entre las circunstancias de esto y su anterior visita a Gat. Luego fue un fugitivo, casi desatendido; ahora estaba a la cabeza de un ej�rcito de soldados entrenados y devotos. Un invitado as� podr�a ser de gran utilidad para los filisteos en sus guerras perpetuas con Sa�l, con quien ahora se considerar�a que David hab�a roto definitivamente todas las relaciones, ya que hab�a buscado un hogar y refugio entre los m�s amargados de sus enemigos.
Versículo 4
Y le fue dicho a Saulo. - Esta breve declaraci�n nos dice claramente que hasta el momento en que Sa�l escuch� que David hab�a cruzado la frontera, no hab�a dejado de perseguirlo y buscar su vida. Ewald considera que fue durante la residencia en Gat cuando David se ejercit� como m�sico al estilo gitita, es decir, filisteo, que luego transfiri� de all� a Jud� y Jerusal�n.
(V�anse los t�tulos de los Salmos 8, 81, 84, �sobre el Gittith�). Gittith es un adjetivo femenino derivado de Gath; las palabras posiblemente significan, "a la manera de Gittith: alguna medida peculiar de estilo de la m�sica filistea, o de lo contrario la referencia puede ser a un instrumento musical filisteo".
Versículo 5
�Por qu� ha de habitar tu siervo contigo en la ciudad real? - La verdadera raz�n por la que David deseaba una residencia separada era para poder realizar sus incursiones y otros asuntos sin la supervisi�n de sus amigos filisteos. Ten�an un prop�sito al darle la bienvenida a �l y a su banda, �l ten�a otro prop�sito . Aquis confiaba en que mediante la ayuda de David se podr�an realizar poderosas demostraciones militares en los distritos del sur del reino de Sa�l.
En ese momento, la naci�n filistea se estaba preparando para ese gran esfuerzo nacional contra Sa�l que culmin� en la batalla del monte Gilboa. David, por otro lado, ten�a la intenci�n, desde un centro de operaciones relativamente seguro en alg�n lugar de Filistea, para acosar a los enemigos n�madas de Israel cuyo hogar estaba en los desiertos al sur de Cana�n.
Versículo 6
Ziklag. - En los d�as de Josu�, este lugar cay� en la suerte de Sime�n ( Josu� 19:5 ). Posteriormente fue capturado por los filisteos, no mucho antes de la �poca de David, y Keil cree que se qued� sin habitantes como consecuencia de esta conquista. Su situaci�n exacta nunca se ha determinado con claridad; ciertamente estaba muy al sur, cerca de las fronteras de Amalecita.
Por tanto, Siclag pertenece a los reyes de Jud� hasta el d�a de hoy. - Estas palabras nos proporcionan una doble nota de tiempo en la cuesti�n de la fecha de este Primer Libro de Samuel. Nos dicen que fue moldeado en su forma actual despu�s de la revuelta de Jeroboam, y ciertamente antes de los d�as de la deportaci�n de Israel a Babilonia.
Versículo 7
Un a�o completo y cuatro meses. - Keil llama la atenci�n sobre el enunciado exacto del tiempo aqu� como prueba del car�cter hist�rico de toda la narrativa. La expresi�n hebrea, traducida como �un a�o�, es singular: yamim - literalmente, d�as - un t�rmino colectivo, usado en Lev�tico 25:29 ; 1 Samuel 1:3 ; 1 Samuel 2:19 , etc.
, para significar un t�rmino o per�odo de d�as que equival�a a un a�o completo. Este a�o y cuatro meses estuvieron entre los d�as m�s oscuros de la vida de David. Fue probado duramente, es cierto; pero hab�a adoptado el mismo camino que sus enemigos m�s ac�rrimos hubieran deseado que eligiera. Con los brazos abiertos, aparentemente aliado con los enemigos m�s letales de Israel, como un condottiere italiano o un capit�n de lanceros libres de la Edad Media, se hab�a puesto al servicio y aceptado el salario de esa misma ciudad filistea cuyo campe�n hab�a matado una vez en la ma�ana de su carrera.
Por fin, sus enemigos en la corte de Sa�l tuvieron raz�n cuando hablaron de �l como un traidor. A partir del breve relato de este cap�tulo, que trata de la parte m�s triste de la carrera de David, veremos que aunque aparentemente sigui� haciendo causa com�n con los enemigos de su raza, todav�a us� su poder para ayudar, y no para herir, sus compatriotas; pero el precio que pag� por su patriotismo fue una vida de falsedad, manchada tambi�n por hechos de feroz crueldad, impactantes incluso en estos tiempos duros y medio b�rbaros.
Versículo 8
Subi�. - La expresi�n es estrictamente precisa. Las tribus n�madas contra las que iban dirigidas sus expediciones habitaban en un terreno m�s alto que la casa de David en Siclag, aparentemente en la amplia extensi�n de la meseta monta�osa, esa meseta alta al noreste del desierto de Par�n.
Gesuritas, Gezeritas y Amalecitas. - Todas estas eran tribus "Bedaween", el azote de las familias israelitas que habitaban en el sur de Cana�n. No es f�cil identificar los dos primeros nombrados de estas n�madas contra quienes David dirigi� sus operaciones. O�mos de estos Gesuritas en las cercan�as de Bas�n ( Deuteronomio 3:14 ), y de otra tribu de ellos en Siria ( 2 Samuel 15:8 ).
Eran una raza muy dispersa de �rabes n�madas. Se ha supuesto que los gezeritas o gizrites eran los restos de una raza una vez poderosa despose�da por los amorreos. El tercero nombrado, los Amalecitas, eran el remanente de esa tribu que alguna vez fue poderosa destruida por Sa�l en su famosa guerra, cuando su desobediencia provoc� la ira de Samuel.
Porque aquellas naciones fueron desde la antig�edad los habitantes de la tierra, cuando vas a Shur, hasta la tierra de Egipto. - La gram�tica y construcci�n de esta oraci�n es confusa y dif�cil. En general, la traducci�n y explicaci�n de Erdmann en Lange parece la m�s satisfactoria: �David ... invadi� el ... y los amalecitas (porque estos eran habitantes de la tierra, que la habitaron en la antig�edad) hasta Shur y Egipto." As�, las incursiones de David se extendieron hasta la frontera del desierto de Egipto.
Versículo 9
Y no dej� ni a hombre ni a mujer con vida. - Estos actos de feroz barbarie simplemente no tienen excusa; la raz�n de ellos se nos dice en 1 Samuel 27:11 . Ning�n cautivo deb�a quedar con vida para contarle la historia al rey Aquis, quien estaba bajo el enga�o de que las haza�as de armas de David se llevaron a cabo a expensas de sus propios compatriotas, cuyas tierras estaba acosando.
Al o�r esto, el filisteo se regocij� cuando oy� que David estaba quemando as� su �nico puente de retirada: al enajenar con estas crueldades el afecto del pueblo de Israel, por medio del cual, en alg�n momento futuro, podr�a haber sido llamado a su tierra natal. . Hubo algunas ocasiones en la historia de la raza elegida en las que se elogi� una guerra de exterminio. Entonces Israel fue simplemente el severo instrumento de la ira, usado - como lo es a veces la pestilencia - para llevar a cabo la voluntad del Maestro de la tierra; pero David no ten�a tal cargo.
�No fueron estos actos de crueldad despiadada los que dejaron en las manos de este rey la mancha de sangre que los hizo incapaces en d�as posteriores para construir la Casa del Se�or que ansiaba erigir con tanta pasi�n? ( 1 Cr�nicas 28:3 ).
Y se llev� las ovejas, los bueyes, los asnos, los camellos y las ropas. - Luchar bajo la bandera de David ahora promet�a ser un servicio lucrativo, as� como una carrera aventurera y salvaje. Aqu� en Siclag, y durante alg�n tiempo antes, o�mos hablar de esp�ritus valientes y descontentos de todas partes de Israel que se unieron a �l. En 1 Cr�nicas 12 tenemos una lista larga y precisa de los h�roes que formaron esa banda de Ziklag.
Entre estos valientes soldados que ahora, para usar el t�rmino del cronista, "d�a a d�a ven�an a David para ayudarlo", hab�a una tropa de benjamitas que se hab�a unido a �l alg�n tiempo antes: su l�der Amasai, al ser interrogado sobre el motivo de su muerte. uni�ndose a �l, respondi�: �Estamos de tu lado, hijo de Isa� ... porque tu Dios te ayuda� ( 1 Cr�nicas 12:18 ).
Las palabras de Amasai expresan el sentimiento que parece haber invadido Israel en ese momento en referencia a David. La gente de toda la tierra comenzaba a sentir que Jehov� ciertamente hab�a elegido a David. El cronista incluso habla de la banda de David en Siclag, despu�s de que los reclutas de todas partes de Israel hab�an llegado, �como una gran multitud, como la multitud de Dios� ( 1 Cr�nicas 12:22 ).
Versículo 10
Y David respondi�: Contra el sur de Jud�. - La respuesta de David a su se�or soberano, el Rey de Gat, porque ahora era, a todos los efectos, un pr�ncipe vasallo de Aquis, fue simplemente una falsedad. Hab�a estado involucrado en incursiones distantes contra los antiguos enemigos de Beda entre Israel, lejos en el desierto que se extend�a hasta la frontera de Egipto; y de estos n�madas - ricos en ganado y en otras propiedades, que hab�an obtenido durante a�os de exitoso saqueo - parece haber ganado mucho bot�n, una parte del cual llev� a su "soberano", Aquis.
Pero David afirma que el ganado y la ropa hab�an sido arrebatados a sus propios compatriotas, cuyo territorio estaba acosando. "Los jerahmeelitas eran descendientes de Jerahmeel, el primog�nito de Hezr�n ( 1 Cr�nicas 2:9 ; 1 Cr�nicas 2:25 ), y por lo tanto, una de las tres grandes familias de Jud� que surgieron de Hezr�n". - Keil, Se cree que habitaban en la frontera sur de la tribu de Jud�. Los ceneos eran una raza que viv�a en amistad y bajo la protecci�n de Jud�.
Versículo 11
Y David no salv� ni a hombre ni a mujer. - Este y el siguiente vers�culo (12�) dan la raz�n de estos atroces actos de asesinato. S�lo el salvaje e irresponsable jefe �rabe parec�a representado en David en esta oscura parte de su carrera. Este cap�tulo, el m�s triste de todos en la vida de David, sigue de cerca a la muerte de Samuel. Parece que el santo var�n de Dios hab�a ejercido, durante todo el tiempo que vivi�, una influencia grande y ben�fica sobre el hijo de Isa�; y cuando falleci�, otros consejeros menos sabios prevalecieron con David.
La falta de confianza en Dios y un miedo cobarde por su propia vida (v�anse sus palabras, 1 Samuel 26:20 ; 1 Samuel 26:24 ) lo llevaron a dejar la tierra de Israel y buscar refugio entre sus enemigos filisteos. Un pecado condujo a otro, cuando, en Filistea, para preservar esa vida suya, comenz� un curso de duplicidad, para llevar a cabo el cual se vio obligado a cometer estas terribles crueldades.
�Los prisioneros tomados naturalmente habr�an sido parte del bot�n; pero David no se atrevi� a llevarlos a Gat, para que no se descubriera su enga�o. Obviamente, estas tribus (Gesuritas, Gezeritas y Amalecitas) eran aliadas de los Filisteos ".
Diciendo: As� lo hizo David, y as� ser� su manera. - La versi�n en ingl�s de este pasaje est� de acuerdo con la puntuaci�n actual en la Biblia hebrea, y representa estas palabras como el dicho de los enemigos sacrificados. Esto es, en s� mismo, muy improbable. El hebreo tambi�n apenas soportar� esta interpretaci�n; porque el verbo "habitar" es un pasado, y no se puede traducir correctamente "mientras habita".
�La puntuaci�n masor�tica del presente texto hebreo es de fecha comparativamente reciente. Es mejor, entonces, en su lugar, con Maurer y Keil, la LXX. Y Vulg. Versiones, simplemente para poner un final despu�s de las palabras "as� lo hizo David", y luego comenzar una nueva oraci�n, que dir�: "Y as� fue su manera de ser todo el tiempo que habit� en la tierra de los filisteos" entendiendo estas palabras como un comentario del narrador de la historia.