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Bible Commentaries
1 Samuel 7

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

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Introducción

VII.

( 1 Samuel 7:1 ) el avivamiento de Israel. La obra de Samuel.

Versículo 1

El arca del Se�or. - Quiriat-jearim, el hogar del Arca durante casi cincuenta a�os, probablemente fue seleccionada como el lugar de descanso del emblema sagrado por ser la ciudad grande m�s cercana a Bet-semes que entonces estaba en manos de los israelitas. No era una ciudad sacerdotal ni lev�tica, pero sin duda hab�a conservado algo de su antiguo car�cter de santidad incluso entre los hijos de Israel.

En los viejos tiempos, antes de la invasi�n hebrea, era un notable "lugar alto" y un lugar de adoraci�n de Baal. Sin duda, esto tambi�n se tuvo en cuenta cuando se resolvi� ubicar el Arca all�. Las palabras "en la colina" nos recuerdan que el antiguo "lugar alto" todav�a estaba marcado, y sus asociaciones sagradas lo consideraban un lugar apropiado de descanso temporal para el tesoro sagrado de Israel.

Eleazar - Es muy probable que este Abinadab fuera un levita. Los nombres Eleazar y Uza, y Ahio de la misma familia ( 2 Samuel 6:3 ), son denominaciones lev�ticas. Samuel, quien, aunque no se menciona en esta transacci�n, era, sin duda, el director, por supuesto, se habr�a esforzado por encontrar a un hombre de la tribu de Lev� para el sagrado encargo.

"Este Eleazar no fue constituido sacerdote, sino centinela junto a la tumba del Arca por su cad�ver, hasta la futura alegre resurrecci�n". - Hengstenberg, citado en Lange. All� permaneci� el arca hasta que el rey David la trajo de "la casa en la colina", en la ciudad de los bosques, primero a la casa de Obed-edom, y luego a su propia Si�n real. ( 2 Samuel 6 V�ase tambi�n Salmo 132:6 )

Versículo 2

Y sucedi� que mientras el arca permanec�a en Quiriat-jearim, el tiempo fue largo; porque fueron veinte a�os. - Literalmente, Y sucedi�, desde el d�a que el Arca repos� en Quiriat-jearim, que el tiempo fue largo; porque fueron veinte a�os. Hay algo muy conmovedor en esta triste nota de tiempo. Creemos que leemos las propias palabras de Samuel aqu�. El incansable trabajador de Dios y de su amado pueblo encontr� los veinte a�os como un agotador per�odo de espera. Sin embargo, no debemos suponer de ninguna manera que el hambre de Israel despu�s de su Dios-Amigo s�lo comenz� despu�s de que terminaron los veinte a�os de dolor.

Hab�a sido una dura prueba. La gran victoria de Afec y la destrucci�n de Silo hab�an puesto a todo Israel a los pies de sus enemigos filisteos, y sabemos que hicieron sentir amargamente su supremac�a. La restauraci�n del Arca de ninguna manera signific� que perdieran su control sobre el pueblo conquistado. Este largo tiempo, cuando la mano de Filistea presion� tan fuertemente a Israel, fue el per�odo importante de la vida de Samuel.

Durante estos veinte a�os debe haber trabajado incesantemente para despertar el antiguo culto al Eterno y la vida pura amada por Dios entre la gente. Los primeros sue�os de sus d�as de ni�o, las esperanzas excitadas por su ardiente entusiasmo, se dispersaron por los vientos.
La batalla fatal de Afec, la toma del arca sagrada, la muerte de su anciano tutor, el gran sumo juez sacerdotal El�, el saqueo y la devastaci�n de Silo, el amado santuario, la terrible y continua opresi�n de Filistea, hab�an abierto los ojos. del joven inspirado de Dios.

Ense�ado por las amargas lecciones de la adversidad, vio que no era con un golpe audaz de unos cuantos valientes patriotas que la naci�n pod�a salvarse; Todos esos esfuerzos que Samuel el vidente, despu�s de la aplastante derrota de Afec, vio solo hundir�an a la naci�n en profundidades a�n m�s bajas de degradaci�n y miseria. Se necesitaban otras cosas diferentes antes de que el estandarte del le�n de Jud� pudiera desplegarse con seguridad, o el grito de guerra de Efra�n se elevara en sus monta�as.

�No se nos dice qu� medios us�, o cu�l fue su modo de vida durante esos veinte a�os de espera y trabajo; pero probablemente la vida del joven profeta-juez fue la de un fugitivo, yendo sigilosamente de un lugar a otro para ense�ar y predicar, escondi�ndose en las cavernas en las sierras de piedra caliza de Judea, emergiendo de all� para visitar ahora una cuarta parte del pa�s. y ahora otro, siempre en peligro, pero que agita gradualmente, no solo aquellos distritos que eran contiguos a los filisteos, sino todo Israel, a un sentido de la grandeza de sus pecados, y a la necesidad de renovar la confianza y el retorno del antiguo amor. a su Dios. Y as�, poco a poco, surgi� una nueva vida espiritual entre la gente, y con ella lleg� la certeza de la futura restauraci�n de su independencia nacional �. - Dean Payne Smith.

Y toda la casa de Israel se lament� en pos del Se�or. - La versi�n en ingl�s es singularmente feliz aqu�. La palabra hebrea Englished por "lamentado despu�s" ha sido traducida y parafraseada de diversas maneras. El sir�aco traduce: "todos se postraron en pos de Jehov�". Gesenius y algunos traducir�an "estaban reunidos"; para otros, �el pueblo de Israel se calm� y sigui� a Jehov� con devoci�n silenciosa�, pero la versi�n en ingl�s es la mejor en todos los aspectos.

Este "lamentar" o "tener hambre del Se�or" fue un resultado gradual de las incansables labores de Samuel. La afirmaci�n de 1 Samuel 3:19, que �ninguna de sus palabras cay� al suelo�, sobre todo pertenece a este per�odo de actividad inquieta, cuando los peligros y dificultades aparentemente insuperables lo acorralaban; lentamente, pero con seguridad, el coraz�n del pueblo, despertado por sus llamamientos amorosos pero apasionados, volvi� a su Eterno Amigo; hartos del crimen y la locura, poco a poco empezaron a odiar su impureza y degradaci�n moral; poco a poco empezaron a odiar su idolatr�a; y cuando Samuel, despu�s de sus veinte a�os de fiel trabajo incansable entre ellos, los convoc� valientemente a declarar su aborrecimiento por los extra�os dioses filisteos, y la vida ense�ada y vivida por los pueblos filisteos, el coraz�n de todo Israel respondi� con gran alegr�a a la citaci�n.

Entonces, el sabio y patriota profeta-estadista vio que hab�a llegado la hora de la liberaci�n y la restauraci�n nacional. Ya no m�s aldeas solitarias y familias dispersas lloraban por el glorioso Eterno y Su pura adoraci�n y vida santa; pero el coraz�n de todo un pueblo se lament� por el Se�or, y tuvo hambre de Su presencia entre ellos una vez m�s.

Versículo 3

Los dioses extra�os. - Los dioses extra�os se describen en 1 Samuel 7:4 como "baales". Esta forma plural de Baal se refiere a las numerosas im�genes de Baal que exist�an, al igual que la forma plural Astarot a las de la diosa Astart�. Ambos eran deidades fenicias favoritas, conocidas con los nombres familiares de Baal, Bil, Bel y Ashtaroth, Astart�, Istar. Representaban el poder productivo de la naturaleza y, en general, eran adorados en todo Oriente, por lo general con un culto salvaje y desenfrenado.

Preparen sus corazones. - Fue, en verdad, una aventura aparentemente desesperada, esta, a la que el profeta convoc� a Israel desarmado e indisciplinado. Entonces estaban completamente a merced de sus enemigos victoriosos, que ocupaban los principales lugares fortificados del pa�s con sus guarniciones; y Samuel desafi� a Israel a desafiar las instituciones m�s queridas de sus opresores, les pidi�, si amaban al Eterno, que se apartaran de reverenciar lo que Filistea consideraba sagrado y todopoderoso.

Sab�a bien que lo que inst� a la gente provocar�a de inmediato lo que parec�a ser una competencia peligrosa y de lo m�s desigual. Si es derrotado, entonces Israel traer� sobre sus devotos cabezas una miseria absoluta y una ruina hasta ahora inimaginable incluso en su desdichada tierra. �Ten�an el coraje y la fe para sumergirse desarmados, indisciplinados, en una competencia tan peligrosa? Durante veinte a�os, el gran patriota-estadista hab�a trabajado con este fin.

Por fin hab�a logrado abrir los ojos de Israel para ver la verdadera causa de sus desgracias. Los hab�a hecho sentir como naci�n el hambre de la presencia perdida del Eterno, que los hab�a amado en d�as pasados ??con un amor tan grande; y ahora, despu�s de veinte largos y lentos a�os, �hab�a terminado por fin su trabajo? Realmente se entristecieron por sus pecados nacionales; pero, �ten�an fe y valor, todos desarmados como estaban, para levantarse contra los poderosos enemigos de la pureza y de Dios?

Versículo 4

Entonces los hijos de Israel repudiaron a los baales y a Astarot. - La respuesta del pueblo mostr� cu�n bien y minuciosamente el profeta-estadista hab�a hecho el trabajo de su Maestro. A trav�s de la tierra de Israel, las im�genes esculpidas de los �dolos fenicios fueron arrojadas, y su adoraci�n imp�a en todas partes fue deshonrada con valent�a, y una vez m�s, en audaz desaf�o a los filisteos adoradores de �dolos, el Invisible y Eterno fue reconocido en toda la tierra como el Un dios. Estos actos, por supuesto, fueron un acto abierto de rebeli�n contra ese pueblo belicoso que durante tanto tiempo los hab�a gobernado con una regla de hierro.

Versículo 5

Mizpeh. - O, como deber�a escribirse, Mizpah, un nombre com�n para situaciones elevadas. Significa una "torre de vigilancia", un lugar donde se puede mantener una perspectiva contra un enemigo que avanza.

Ahora, la asamblea de las tribus en Mizpa marc� una nueva partida para Israel. Fue el resultado de m�s de veinte a�os de trabajo realizado por el mayor reformador y estadista que la raza elegida haya conocido. La gran reuni�n pertenec�a tanto a la religi�n como a la guerra. Su primer objetivo fue asegurarle solemnemente al Se�or que el coraz�n de Su pueblo, tan lejos de �l, era nuevamente Suyo. El segundo fue para implorar que Jehov� pudiera restaurar nuevamente a un pueblo arrepentido y afligido a la tierra de su herencia.

Qu� m�s probable que el profeta-estadista, quien en esa solemne coyuntura represent� al sacerdote, juez y vidente de Israel, ide� en ese d�a trascendental nuevos ritos simb�licos, que significan la nueva dedicaci�n de Israel al Eterno para el futuro, el arrepentimiento de Israel por el triste pasado. ? El solemne derramamiento de agua ante el Se�or simboliz�, para un pueblo entrenado tan cuidadosamente para observar el significado y el significado de los s�mbolos y las im�genes, el coraz�n y toda la vida interior derramada ante el Se�or; el ayuno representaba al humilde pecador arrepentido, inclinado en dolor ante el �nico Dios verdadero.

�No es al menos probable que la extra�a y misteriosa costumbre de la que o�mos hablar en los d�as posteriores - el sumo sacerdote llenando la vasija de oro con las aguas de Silo� y luego derram�ndola en silencio ante el Se�or - fue el registro de uno de los recuerdos m�s sagrados del pueblo: �su reconciliaci�n con su Dios-Amigo en Mizpa? Ahora, despu�s de a�os de distanciamiento, se arrepintieron y fueron perdonados. El ayuno de Mizpa, una pr�ctica favorita, siempre muy observada por los adoradores en el templo y la sinagoga, no necesitaba un registro o recordatorio especial.

Versículo 6

Y Samuel juzg� a los hijos de Israel en Mizpa. - Durante un cuarto de siglo, Samuel hab�a sido el personaje principal del pueblo y, sin duda, hab�a ejercido durante mucho tiempo las diversas funciones de los "jueces" de Israel; pero las tribus estaban dispersas, sus fortalezas en manos de los enemigos, apenas hab�a vida nacional en ese per�odo sombr�o en el pueblo. En la primera asamblea general de las tribus se reconoce p�blicamente el rango y la posici�n que Samuel hab�a ocupado durante mucho tiempo.

Versículo 7

Los pr�ncipes de los filisteos subieron contra Israel. - Esto era lo que naturalmente se pod�a esperar. La repentina destrucci�n de los santuarios de los �dolos fenicios en todo el pa�s, seguida inmediatamente por la convocatoria de una vasta asamblea popular, celebrada en un lugar tan conspicuo como Mizpa en Benjam�n, despert� de inmediato a la naci�n belicosa que durante tanto tiempo hab�a mantenido a Israel en servidumbre. Los l�deres filisteos reunieron r�pidamente una fuerza poderosa y procedieron a interrumpir la reuni�n de Mizpa.

Versículo 8

No ceses de clamar al Se�or nuestro Dios por nosotros. - El miedo por parte de Israel era muy natural. Desarmados - o, al menos, muy mal armados y equipados - los israelitas reunidos vieron desde las alturas el avance del ej�rcito filisteo. �Qu� esperanza hab�a para sus masas indisciplinadas cuando se unieron a la batalla con esa hueste entrenada de combatientes? Pero recordaron los d�as pasados ??y c�mo, cuando Mois�s or�, �el �ngel de su presencia� los salv�.

�No ten�an entonces con ellos un vidente igual a Mois�s, mayor que Josu�, uno con quien el Eterno de los Ej�rcitos sol�a hablar, como un amigo habla con un amigo? De modo que en esa hora suprema de peligro se dirigieron a Samuel el vidente. Simplemente vamos, dijeron, todos desarmados a encontrarnos con ese ej�rcito armado; �No ceses de clamar a Jehov� nuestro Dios por nosotros�, y Samuel, leemos en el breve y gr�fico relato que tenemos ante nosotros, apresuradamente, porque el tiempo era corto y el enemigo al alcance de la mano, y con ritos algo diferentes a los ordenado en la Ley �porque la ocasi�n fue ciertamente cr�tica� ofreci� un sacrificio y lanz� ese extra�o grito penetrante que muchos en Israel hab�an escuchado antes cuando Samuel el vidente or�; y mientras el profeta-estadista sosten�a ese fuerte grito implorante, mientras el humo del cordero inmolado a�n ascend�a,

Una vez m�s, como en los viejos tiempos, el brazo glorioso luch� sin armas terrenales para el pueblo; una tormenta terrible estall� sobre las huestes combatientes, la tormenta probablemente golpe� en los rostros de los filisteos que avanzaban. Las tribus lo acogieron como la respuesta a la oraci�n de su profeta, y con un entusiasmo salvaje cargaron y rompieron las filas apretadas de sus opresores. Josefo nos habla de un terremoto, que a�adi� nuevos horrores al escenario de la batalla.

Cada trueno, cada r�faga salvaje y furiosa de granizo y lluvia, los hombres de Israel recibieron como un nuevo ataque por parte de un ej�rcito invisible que luchaba a su lado. Los filisteos consternados huyeron y la derrota fue completa; el ej�rcito derrotado corri� presa del p�nico por el mismo terreno en las cercan�as de Aphek, ilustre veinte a�os antes, por su se�al de victoria. La escena de la carnicer�a recibi� ahora el significativo nombre de Eben-ezer, o La Piedra de la Ayuda.

Versículo 11

Hasta que pasaron por Beth-car. - �Casa del Cordero�, o, como algunos dir�an, Casa del Campo. De este lugar no sabemos nada; era, sin duda, una fortaleza filistea, donde los restos esparcidos de la hueste vencida pudieron reunirse y defenderse.

Versículo 12

Entre Mizpeh y Shen. - La situaci�n de Ha-Shen, "El Diente", a�n no ha sido identificada. Probablemente denota un pico o pe�asco, una formaci�n rocosa prominente, llamada as�, como la abolladura francesa moderna , un nombre favorito para un pico en algunos distritos de los Alpes y los Pirineos: por ejemplo, Dent du Midi.

Versículo 13

Entonces los filisteos fueron sometidos. - El trabajo de Samuel hab�a sido minucioso. No fue una mera victoria solitaria este �xito de Israel en Ebenezer, sino que fue la se�al de un nuevo esp�ritu en Israel, que anim� a la naci�n durante la vida de Samuel y los reinados de David y Salom�n y los grandes reyes hebreos. Los mezquinos celos hab�an desaparecido y hab�an dado lugar a un gran deseo nacional de unidad.

En los diversos distritos tribales ya no era la gloria y la prosperidad de Jud�, Efra�n o Benjam�n, sino la gloria y la prosperidad de Israel a lo que se apuntaba. El antiguo culto a los �dolos de Cana�n, que corromp�a y degradaba a todas las nacionalidades que lo practicaban, fue en gran medida barrido del pueblo elegido, mientras que la religi�n pura del Eterno de los Ej�rcitos ya no se confiaba �nicamente al cuidado y tutela de la tribu de Lev�, que se hab�a mostrado indigna de la poderosa confianza.

Los levitas todav�a ministraban en el santuario, y cuando el templo tom� su lugar, solo oficiaron en sus atrios sagrados; y la raza escogida de Aar�n, en la familia primero de Itamar, luego de Eleazar, solo vest�a las joyas y el manto oficial del sumo sacerdote; pero en asuntos religiosos, el poder de la tribu sacerdotal nunca volvi� a ser supremo en la Tierra Prometida. Desde los d�as de Samuel, un nuevo orden, el de los Profetas, cuyas funciones exactas con respecto al ritual del culto al Eterno no estaban definidas, fue reconocido por el pueblo como el medio habitual de comunicaci�n con el rey jud�o de Israel.

La mano del Se�or estaba contra los filisteos. - Los filisteos nunca recuperaron por completo su supremac�a en Cana�n. Hab�a. es cierto, una larga y feroz lucha, pero con la excepci�n del corto per�odo que precedi� inmediatamente a la elecci�n de Sa�l, y los desastres temporales de los hijos de Israel que fueron los castigos de la desobediencia de ese rey - desde este momento en adelante el poder de los filisteos decayeron gradualmente. mientras que la fuerza de Israel aument� constantemente, hasta que el rey David los someti� por completo, y los antiguos opresores de Israel fueron absorbidos por las razas sometidas de Cana�n.

Versículo 14

Las ciudades. - El resultado inmediato de la gran victoria de Samuel en Eben-ezer, y el renovado esp�ritu nacional del pueblo, fue la recuperaci�n de las ciudades y aldeas que durante el desastroso per�odo tard�o hab�an ca�do en manos de los filisteos.

Desde Ecr�n hasta Gat. - Es dudoso que estas palabras signifiquen que en este per�odo estas famosas ciudades filisteas cayeron en manos de Samuel. Esta expresi�n indica m�s probablemente del lado filisteo la direcci�n y los l�mites del espacio en el que los israelitas recuperaron su territorio perdido.

Los amorreos. - Se menciona especialmente a los amorreos aqu�, como representantes de la m�s poderosa de las antiguas tribus cananeas. Esta nota con respecto a ellos nos dice que en estos gloriosos d�as de la restauraci�n de Israel bajo Samuel, no solo los filisteos de la costa fueron controlados y gradualmente sometidos, sino que las tribus cananeas del interior de la tierra se sometieron silenciosamente a los viejos tiempos. condiciones impuestas por Josu� en el momento de la conquista.

Versículo 15

Y Samuel juzg� a Israel todos los d�as de su vida. - La influencia y el poder supremo de Samuel solo termin� con su vida. Durante un per�odo muy largo, probablemente durante al menos veinte a�os despu�s de la batalla decisiva de Eben-ezer, Samuel, como "juez", ejerci� la autoridad principal en Israel. Por fin lleg� el momento en que, convencido por una clara advertencia divina de que era mejor para el pueblo que un rey gobernara sobre ellos, Samuel el vidente, entonces avanzado en a�os, entreg� voluntariamente su alto cargo a favor del nuevo rey, Sa�l. ; pero su influencia permaneci�, y su autoridad, siempre que eligi� ejercerla, parece haber continuado sin disminuir, y en ocasiones trascendentales (ver, por ejemplo, 1 Samuel 15:33 ) encontramos al rey y a la naci�n someti�ndose a su consejo y expresando su voluntad. .

Versículo 16

A Bet-el, Gilgal y Mizpa, y juzgaron a Israel.- Estos centros, se puede observar, estaban todos situados en la parte sur de la tierra, en la tribu de Benjam�n. Esto nos lleva a la conclusi�n de que el poder de Samuel, si no exclusivamente, se ejerc�a principalmente entre las tribus del sur. Toda la historia posterior del pueblo elegido parece decirnos que la religi�n del Eterno en una fecha temprana se corrompi� en el norte de la Tierra Prometida, y que la restauraci�n de la fe y la purificaci�n de la vida, resultado de la gran obra de Samuel - estaba mucho menos marcado en las tribus del norte que en las del sur, que cuando se quit� la mano fuerte de Salom�n, se produjo de inmediato una secesi�n formal de la liga del sur. A esto le sigui� un r�pido deterioro tanto en la fe como en la pr�ctica en el reino norte�o de Israel.

Los lugares mencionados como los centros donde Samuel �juzgaba� eran todos lugares sagrados, y en diferentes �pocas del a�o, sin duda, estaban abarrotados de peregrinos de lugares lejanos de la tierra.

Versículo 17

Raman. - El mismo Ram� "de los Vigilantes" donde hab�an morado Elcana y Ana. Despu�s de la destrucci�n de Silo, Samuel parece haber fijado su morada en la ciudad de su padre.

Y all� construy� un altar. - Siguiendo as� la vieja costumbre de los patriarcas. Debe recordarse que en este per�odo no hab�a ning�n santuario nacional, ning�n lugar de culto formal, donde el sumo sacerdote y sus sacerdotes asistentes y levitas serv�an. Sabemos que el Arca estaba a salvo en la �ciudad de los bosques�, Quiriat-jearim, pero estaba bajo custodia privada; y no o�mos hablar de sacerdotes y levitas, de ninguna observancia ritual o religiosa, en relaci�n con la larga estancia del Arca sagrada en ese lugar. Es probable que Samuel hubiera salvado los vasos y muebles sagrados de la destrucci�n de Silo. Estos estaban, muy probablemente, bajo la custodia del profeta-juez en Bama.

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 1 Samuel 7". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/1-samuel-7.html. 1905.
 
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