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Bible Commentaries
2 Tesalonicenses 1

La Biblia Anotada de GaebeleinAnotaciones de Gaebelein

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Versículos 1-12

An�lisis y anotaciones

I. LA REVELACI�N DEL SE�OR JES�S DEL CIELO

CAP�TULO 1

1. Saludo y acci�n de gracias ( 2 Tesalonicenses 1:1 )

2. La revelaci�n del Se�or Jes�s desde el cielo ( 2 Tesalonicenses 1:5 )

3. La oraci�n ( 2 Tesalonicenses 1:11 )

2 Tesalonicenses 1:1

Las palabras iniciales de saludo son las mismas que en la primera ep�stola. Una vez m�s da gracias a Dios por ellos, porque su fe creci� sobremanera y abund� el amor, resultado de una fe creciente. A causa de este progreso y condici�n espiritual, escribi�: �Para que nosotros mismos nos gloriamos en ustedes en las iglesias por su paciencia y fe en todas sus persecuciones y tribulaciones que soportan.

�La paciencia de la esperanza, que fue mencionada en la primera ep�stola, es omitida por �l. Su esperanza se hab�a debilitado a trav�s de los falsos maestros y alarmistas, quienes les hac�an creer que se dirig�an a todas las tribulaciones del d�a del Se�or. Sobrellevaron persecuciones y tribulaciones por lo que se sintieron muy perturbados, a causa de la insinuaci�n de que estos eran los juicios del d�a del Se�or. Miraron m�s a lo que les estaba pasando que al Se�or. Estaban m�s ocupados con estas condiciones que con la bendita esperanza.

2 Tesalonicenses 1:5

Calma estos miedos. Satan�s los presionaba, aterrorizando sus mentes, y ellos tem�an todo, el enemigo aprovech�ndose de las persecuciones y sufrimientos que hab�a instigado para angustiarlos. El Ap�stol les dice que todas sus persecuciones y tribulaciones, lejos de tener un car�cter punitivo, fueron �una muestra manifiesta del justo juicio de Dios� con este prop�sito, �a fin de que se�is tenidos por dignos del reino de Dios, por causa de lo cual tambi�n vosotros padec�is �.

Eran hijos de Dios, herederos de Dios y coherederos con Cristo, y su camino era sufrir con �l, para que tambi�n ellos fueran glorificados juntamente ( Romanos 8:17 ). Una palabra similar que escribi� m�s tarde a los filipenses. �En nada atemorizado por vuestros adversarios, que para ellos es se�al evidente de perdici�n, sino para vosotros de salvaci�n y la de Dios� ( Filipenses 1:28 ).

Lo que les estaba sucediendo era un sello sobre ellos de que eran dignos del reino venidero. Las persecuciones que soportaron mostraron que estaban identificados con el Se�or, quien era "despreciado y rechazado por los hombres". Sus sufrimientos fueron los sufrimientos de Cristo.

Y luego el contraste. Cuando el d�a del Se�or venga con la revelaci�n del Se�or Jes�s desde el cielo, traer� el castigo de los malvados. Sus persecuciones ven�an de los imp�os, quienes les inflig�an sufrimiento porque cre�an en el Se�or. Pero cuando llegue el d�a del Se�or, Dios cambiar� todo al recompensar a los que los afligieron. �Viendo que es justo ante Dios recompensar la tribulaci�n a los que os afligen, ya vosotros que est�is atribulados, descansa con nosotros, cuando el Se�or Jes�s sea revelado desde el cielo con sus �ngeles poderosos.

�En otras palabras, en su d�a tendr�an descanso y paz, mientras que sus malvados enemigos sufrir�n el bien merecido juicio. De esta declaraci�n inspirada aprendieron que el d�a del Se�or no hab�a llegado.

El d�a del Se�or trae la revelaci�n del Se�or desde el cielo con sus �ngeles poderosos, �en fuego llameante, para vengarse de los que no conocen a Dios, y que no obedecen el evangelio de nuestro Se�or Jesucristo, quien sufrir� el castigo de la eternidad. destrucci�n de la presencia del Se�or y de la gloria de su poder, cuando venga para ser glorificado en sus santos, y para ser admirado en todos los que han cre�do (porque nuestro testimonio entre ustedes fue cre�do) en ese d�a.

�En aquel d�a� es una frase que encontramos muchas veces en la Palabra prof�tica del Antiguo Testamento. En la mayor�a de los casos, significa el d�a de la manifestaci�n visible de Jehov� para juzgar a Sus enemigos y liberar a los de Su pueblo terrestre Israel que lo esperan. �Y suceder� en aquel d�a que el Se�or castigar� al ej�rcito de los altos que son tan altos ya los reyes de la tierra sobre la tierra� ( Isa�as 24:21 ).

�Y se dir� en aquel d�a: He aqu� nuestro Dios, le hemos esperado y �l nos salvar� ( Isa�as 25:9 ).

El juicio del mundo siempre est� relacionado con ese d�a venidero. Nuestro Se�or, en Su ministerio terrenal, tambi�n habl� de ese d�a, el d�a de la venida del Hijo del Hombre. �Porque el Hijo del Hombre vendr� en la gloria de su Padre con sus �ngeles, y entonces recompensar� a cada uno seg�n sus obras� ( Mateo 16:27 ).

Su salida visible del cielo y traer juicio se describe a�n m�s completamente en Apocalipsis 19:11 . Ser� el d�a de la venganza despu�s de que termine el a�o aceptable del Se�or ( Isa�as 61:1 ). El testimonio del ap�stol nos dice lo mismo.

�l menciona dos clases. Los que no conocen a Dios, es decir, los gentiles id�latras y los pecadores en general, "y los que no obedecen al evangelio de nuestro Se�or Jesucristo". (El texto de la Versi�n Autorizada que ha omitido la palabra �esos� hace que parezca como si fuera s�lo una clase; pero eso es incorrecto.) Estos son los jud�os y tambi�n los cristianos nominales y ap�statas. La �ltima clase sufrir� el gran castigo.

La destrucci�n mencionada se ha explicado en el sentido de aniquilaci�n. Pero eso no es verdad. Es el destierro de la presencia de esa gloria a la que el hombre le ha dado la espalda y que despreci�, endureci�ndose a s� mismo en una �ltima y terrible incapacidad para ello y para la comuni�n con �l. �Qu� otra cosa es sino la destrucci�n "de uno que fue creado al principio a imagen de Dios"? Vivir�n en eterna separaci�n de Dios.

El ap�stol menciona algo m�s que no se encuentra en la Palabra prof�tica del Antiguo Testamento. Cuando el Se�or venga en ese d�a, ser� glorificado en sus santos y luego se maravillar� de todos los que han cre�do. Cuando �l viene as� para juzgar al mundo, la verdadera Iglesia ya no est� en la tierra, pero los santos, habiendo sido arrebatados previamente para encontrarse con �l en el aire, vienen con �l en gloria. Es el tiempo de la manifestaci�n de los hijos de Dios, transformados a Su imagen, cada uno reflejando Su gloria, quien es el l�der y el Primog�nito.

Y as� estos tesalonicenses pobres, perseguidos y despreciados ser�an entonces las maravillas de los habitantes de la tierra cuando aparecieran con �l. �Bendito futuro para que todos los redimidos vengan con el Se�or en la gloria y sean como �l!

Estas explicaciones concernientes al d�a de la manifestaci�n del Se�or trayendo juicio sobre sus enemigos y gloria sobre ellos, los libraron de la concisi�n a la que los falsos maestros los estaban conduciendo, y ahora estaban listos, despu�s de haber descansado en su mente, para recibir la instrucci�n adicional necesaria sobre el pr�ximo d�a. Una oraci�n concluye este cap�tulo para que, llamados con tal llamado, Dios los considere dignos de �l, para que su andar sea de tal naturaleza que corresponda con ese llamado y para que el Se�or sea glorificado en ellos por el poder de la fe. , y para que despu�s sean glorificados en �l, �seg�n la gracia de nuestro Dios y del Se�or Jesucristo.

Información bibliográfica
Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre 2 Thessalonians 1". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/gab/2-thessalonians-1.html. 1913-1922.
 
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