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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
La Biblia Anotada de Gaebelein Anotaciones de Gaebelein
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre Deuteronomy 6". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/gab/deuteronomy-6.html. 1913-1922.
Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre Deuteronomy 6". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-25
2. El primer mandamiento y lo que implica
CAP�TULO 6
1. �Oye, pues, Israel! ( Deuteronomio 6:1 )
2. El primer mandamiento ( Deuteronomio 6:4 )
3. El recuerdo de estas palabras y la obediencia pr�ctica ( Deuteronomio 6:6 )
��Escucha, Israel! El SE�OR nuestro Dios, el SE�OR uno es �. Los jud�os ortodoxos han hablado mucho de este vers�culo, y lo reverencian mucho. Lo llaman el "Shem�" despu�s de la primera palabra "Escucha". Los jud�os y los unitarios la utilizan a menudo para negar las tres personas de la Deidad. La palabra hebrea �echod� (uno), sin embargo, excluye para siempre tal negaci�n, porque significa una unidad compuesta. El hebreo tiene otra palabra que expresa exactamente lo que creen los jud�os y los unitarios, que rechazan a las tres personas en la Deidad. Es la palabra "yochid"; esto tiene el significado de uno solo.
�Jehov�, nuestro Elohim es un solo Jehov�, por eso el nombre de Dios se usa en este vers�culo. El vers�culo dice que s�lo a �l le pertenece el nombre de Jehov� (el que existe por s� mismo), �l es el que es absolutamente Dios. Es el testimonio contra el polite�smo (muchos y diferentes dioses) de los gentiles, que rodeaban a Israel por todos lados. Y por lo tanto, porque �l es el �nico Dios, y nadie fuera de �l, debe ser amado con todo el coraz�n, con toda el alma, con todas las fuerzas.
El coraz�n con todos sus afectos y energ�as debe pertenecerle. Creer en �l y conocerlo siempre debe resultar en darle el coraz�n. El esp�ritu, el alma y el cuerpo deben estar dedicados a �l. Este es el primero y el gran mandamiento ( Mateo 22:38 ; Marco 12:29 ).
Y conocemos a este Jehov� como nuestro Redentor, que vino y muri� en nuestro lugar. El Nuevo Testamento revela plenamente los derechos que �l tiene sobre aquellos por cuya redenci�n pag� el precio con Su propia sangre. �Lo amamos, porque �l nos am� primero� ( 1 Juan 4:19 ). �Y este mandamiento tenemos de �l: que el que ama a Dios, ame tambi�n a su hermano� (vers�culo 21).
�Este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos� ( 1 Juan 5:3 ). �Porque hab�is sido comprados por precio; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro esp�ritu, que son de Dios �( 1 Corintios 6:20 ).
Los vers�culos 6-9 ( Deuteronomio 6:6 ) son literalmente ejecutados por jud�os ortodoxos. Escriben estas palabras en pergamino y las guardan en cajitas, que atan con tiras de cuero en la frente y en la mano. Estas son las filacterias. Tambi�n las ponen en cajas de hojalata y las clavan en las puertas de sus casas.
Todas sus palabras son dignas de ser recordadas constantemente. La Palabra debe estar escondida en el coraz�n. Es estar en la familia. Nunca debe olvidarse, ya sea que nos sentemos en la casa, caminemos, descansemos o nos levantemos. Un recuerdo espiritual tan verdadero de Sus palabras aumentar� y producir� constantemente devoci�n y obediencia al Se�or. �Cu�n solemne es la advertencia de no olvidar a Jehov� en los d�as de bendici�n y prosperidad! ( Deuteronomio 6:10 ) Cu�n a menudo se olvidaron de Jehov� en los d�as de paz y bendici�n terrenal.
Deuteronomio 6:16 es de profundo inter�s. "No tentar�is al SE�OR vuestro Dios, como le tentaron en Mas�". La tentaci�n del Se�or en Mas� fue cuestionar Su presencia entre ellos ( �xodo 17:7 ). Nuestro Se�or hizo uso de esta palabra cuando el diablo exigi� que se arrojara desde el pin�culo del templo.
Entonces Satan�s cit� las Escrituras en su presencia. El enemigo sabe c�mo hacer eso; pero o deja algo fuera de la Palabra o le agrega algo. Al citar Salmo 91 , omiti� siete palabras, "para guardarte en todos tus caminos". Satan�s conoc�a la obediencia de Cristo y trat� de hacer que nuestro Se�or actuara en obediencia a la Palabra probando la Palabra de Dios.
Pero ese no era el camino de Dios; no estaba de acuerdo con su mandato de arrojarse desde el pin�culo del templo. Si lo hubiera hecho, habr�a sido un acto de voluntad propia y, por lo tanto, de desobediencia. Y es por eso que Satan�s omiti� esas siete palabras. Pero, �qu� hizo nuestro Se�or? No llam� a Satan�s a re�ir por mutilar las Escrituras, sino que cit� otra Escritura para mostrar Su obediencia inquebrantable. �Tambi�n est� escrito: No tentar�s al SE�OR tu Dios.
��l no tentar�a a Dios. Cit� el libro de Deuteronomio, porque es el libro de la obediencia, y no hab�a venido para hacer su propia voluntad, sino la voluntad del que lo envi�. Tambi�n cit� las palabras en 8: 3 y 10:20. C�mo este hecho confirma la inspiraci�n y autenticidad de Deuteronomio, ya lo hemos mencionado en nuestra introducci�n.