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Bible Commentaries
Deuteronomio 3

Comentario Bíblico Católico de HaydockComentario Católico de Haydock

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Versículo 1

Convertido. En lugar de avanzar a trav�s del Jord�n, dirigimos nuestros brazos contra Basan, en el norte. Ver N�meros xxi. 33.

Versículo 4

Pa�s. Hebreo, "la l�nea" con la que se midieron las tierras, cap. xxxii. 9. &mdash- Argob puede significar rico y f�rtil; "toda esa regi�n f�rtil, el reino de Og". Vatable piensa que Basan, Argob y Traconitis denotan el mismo pa�s. Pero Cellarius observa, que el �ltimo pa�s mencionado estaba mal cultivado y muy pobre, los habitantes viv�an mayoritariamente en las cavernas de las rocas, mientras que Argob o Basan estaba adornado con 60 ciudades.

Versículo 5

Paredes. T�cito comenta, que "una gran parte de Judea est� cubierta de aldeas, aunque tambi�n se pueden encontrar ciudades en el campo. (Hist. V. 8.) Ver 3 Reyes 4. eran muy numerosos. "(Calmet) &mdash- Los esp�as no hab�an viajado en este condado, cuando dieron un relato de que las ciudades amuralladas eran tan altas como el cielo. Pero aqu� Mois�s nos informa, que las ciudades en el lado este del El Jord�n no era muy inferior a los del oeste, y la tierra tambi�n estaba infestada de gigantes, ver. 13. (Haydock)

Versículo 6

Absolutamente. Sin embargo, de las ruinas pronto levantaron otras ciudades fuertes, N�meros xxxii. 26. Probablemente no se demolieron todos los muros (ver. 19), sino s�lo una parte, para que pudieran ser reparados sin gran trabajo o gasto. Todos los habitantes fueron destruidos para que no pervirtieran a los hebreos con su mal ejemplo; y porque Dios hab�a pronunciado la sentencia de muerte sobre ellos, en castigo por sus cr�menes.

El hebreo parece insinuar que las ciudades fueron destruidas solo por la muerte de los habitantes. "Los sometimos a anatema ... destruyendo por completo a los hombres", etc. (Haydock) &mdash- Nos dedicamos a arruinar a los hombres, mujeres y ni�os de las ciudades que tomamos. (Calmet)

Versículo 8

M�s all� de. Al este de la tierra prometida de Cana�n, que los escritores sagrados generalmente tienen a la vista. (Haydock) &mdash No es necesario, por tanto, suponer que este y otros pasajes similares han sido insertados por un escritor posterior. (Haydock) &mdash- Herm�n, al que los autores profanos com�nmente llaman Antilibanus, (Calmet) formaba parte de la cordillera de las monta�as de Galaad, con el nombre que recibe con frecuencia, aunque tambi�n se denomina Seon, o Sion, (cap.

iv. 48 .; Menochius) y las diferentes naciones ten�an otros nombres para ello, ver. 9. (Haydock) &mdash- No parece que Mois�s fuera mucho m�s all� del torrente de Jeboc. Pero �l sab�a que el territorio, hasta Herm�n y Emath, pertenec�a a los hebreos, y probablemente envi� algunas tropas para tomar posesi�n de �l. Sin embargo, no desterraron por completo a los hevitas, que habitaban desde Baal-Herm�n hasta la entrada a Emath. Estas y algunas otras naciones fueron dejadas por Dios para instruir a Israel, Jueces iii. 3.

Versículo 10

Sencillo. Hebreo Mishor, que la Septuaginta deja sin traducir. Quiz�s tenga el mismo significado que Argob, ver. 4. (Calmet)

Versículo 11

Gigantes Hebreo: "Raphaim". Og fue el �nico superviviente de esta familia en Basan, aunque hab�a otros gigantes dispersos por toda la tierra, 1 Paralipomenon xx. 6. (Tirinus) &mdash- Algunos de los linajes de Rapha tambi�n fueron vistos despu�s en Get, pero no reinaron en el pa�s de sus padres, como solo Og lo hizo en ese momento, Josu� xv. 14. y xvii. 15. En hebreo puede ser, "Ahora Og, rey de Basan, era un remanente de los Raphaim.

"(Calmet) &mdash- Septuaginta," porque, adem�s, Og ??.... fue dejado de los Raphaim. "&mdash- Su cama ten�a 13� pies de largo y 6� pies de ancho, tomando el codo por lo menos 18 pulgadas, con Arbuthnot; aunque Calmet permite 20 � pulgadas francesas, que son m�s grandes que las nuestras. Como las camas suelen ser m�s grandes que la persona que se acuesta en ellas, concluye que Og podr�a tener 14 o 15 pies de altura, a menos que estuviera pose�do por la misma vanidad que Alejandro Magno, que hizo que se dejaran camas de cinco codos de largo en su campamento, cuando regresara de su expedici�n india, para que la gente pudiera pensar que sus soldados eran de una estatura gigantesca.

Aqu� hay que hacer concesiones para un lecho real; y, en todo caso, no se demostrar� f�cilmente que un cuerpo humano no supere los 12 o 15 pies de altura, sin da�ar las proporciones justas, como Thomas Paine quiere hacernos creer. Sabemos que la diferencia de tama�o entre los habitantes de Shetland y de la Patagonia es todav�a muy grande; y la gente de la antigua isla actuar�a de manera muy irracional si no acreditaran la existencia del buey de Lincolnshire o de los grandes caballos de tiro en Londres, porque sus propios bueyes no son m�s grandes que los mastines.

V�ase Watson, p�g. 26. &mdash- Hierro. Las cabeceras de cama se hacen con frecuencia de hierro, lat�n, plata u oro, en los pa�ses c�lidos, en aras de la limpieza y la grandeza, Proverbios xxv. 11., Esther i. 6. Los reyes partos se reservaron el privilegio de acostarse en camas doradas. (Josefo, [�Antig�edades?] Xx. 20.) Los tebanos hicieron lechos de hierro y bronce con los despojos de Platea y los consagraron a Juno.

(Tuc�dides, iii.) &mdash- Amm�n. En hebreo: "He aqu�, su cama era de hierro; �no est� en Rabbath?" &C. Esta ciudad se llama Rabbatamana, por Polibio; y Ammana, de Eusebio, quien dice que despu�s tuvo el nombre de Astart�, hasta que Ptolomeo Filadelfo le dio el t�tulo de Filadelfia. Estaba al este de Jazer, no lejos del Arn�n. (Cellarius, iii. 14.) Es probable que el lecho de Og continuara en esta ciudad hasta que fue tomada por David, 2 Reyes xxii.

30. No sabemos c�mo los amonitas se apoderaron de ella. Parece que el relato de �l y de Jair (vers. 15) lo ha dado alguien que vivi� mucho tiempo despu�s de que ocurrieran estos acontecimientos. (Calmet) &mdash- Esta conjetura, sin embargo, no est� bien fundada, porque aunque Mois�s se estaba dirigiendo a los que hab�an sido testigos de estas transacciones no muchos meses antes, su apelaci�n les da la autoridad m�s fuerte a una narraci�n, que iba a ser transmitido a la �ltima posteridad.

Pudieron dar fe de la sorprendente estatura de ese gigante, al que hab�an matado, y sus vecinos guardaron su cama como prueba de su existencia, el terror de todo ese pa�s. Hasta el d�a de hoy, (ver. 14,) es una expresi�n que se usa a menudo en las Escrituras para denotar un evento que hab�a tenido lugar en una distancia de tiempo no muy grande, cap. xi. 4. As� dice San Mateo, (xxvii. 8), escribiendo unos ocho a�os despu�s de la ascensi�n de nuestro Salvador, que el campo se llamaba Haceldama.

... incluso hasta el d�a de hoy. Ver Josue viii. 29. (Haydock) &mdash Mano. Hebreo, "seg�n el codo de un hombre". desde el codo hasta las puntas de los dedos. (Calmet) &mdash- sir�aco, "de gigantes". Caldeo, "del rey"; de donde algunos han imaginado, que la cama era nueve veces m�s larga que el codo de Og, lo cual es muy improbable.

(Haydock) &mdash- Los Rabbins, que se deleitan con las f�bulas, dicen que esta cama fue utilizada por Og s�lo cuando estaba en su infancia: porque lleg� a tener 120 codos de altura; y algunos dicen que su pie era de esta longitud. Habr�a lanzado una monta�a para aplastar a todos los hebreos a la vez, solo un p�jaro, o algunas hormigas, hicieron un agujero en �l, y la monta�a cayendo sobre sus hombros, no pudo sacar su cabeza, Dios hizo que sus dientes crecieran diez codos, y en esta condici�n fue tomado y asesinado por Mois�s.

(Lyranus, etc.) &mdash Los poetas no han sido m�s extravagantes en sus descripciones de Typheus, o Typho, cuyo nombre significa quemar, as� como el de Og, (o cerdo, �l quem�) con quien probablemente se ha confundido. (Vossius en Idolat.) (Haydock)

Versículo 12

Galaad. Mois�s comprende bajo este nombre todo el pa�s conquistado. (Calmet)

Versículo 14

Jair. Algunos han supuesto que este era uno de los jueces de Israel, pero sin fundamento. Era hijo o descendiente de Manas�s, N�meros xxxii. 41., y Jueces x. 4. &mdash D�a. Si Esdras agreg� estas palabras, no lo hizo contra la ley, sino para explicarlo. (Worthington)

Versículo 15

La posteridad de Machir se estableci� en la misma parte de Galaad. (Menochius)

Versículo 16

Torrente. La otra parte pertenec�a a los moabitas, (Calmet) al sur y al este. &mdash- Amm�n. Ver el cap. ii. 37. Las dos tribus de Gad y Rub�n ocuparon el territorio que se extiende entre el Jeboc y el Arn�n, rodeado por las monta�as de Galaad, al este, y por el Jord�n y el mar m�s salado, y el de Ceneret, al oeste. . Gad ocup� la divisi�n norte de este pa�s. (Haydock)

Versículo 17

Pie. Hebreo y Septuaginta Ashdoth-pisga. Eusebio parece haber tomado estos por dos pueblos diferentes. El primero estaba situado cerca de Phasga, Josue xii. 3. Este monte era el l�mite oriental de Rub�n. La llanura aqu� mencionada era donde Mois�s estaba hablando. (Calmet)

Versículo 20

Descansar. Abulensis dice que esto tuvo lugar solo 14 a�os despu�s. (Menochius)

Versículo 25

Voy a. Mois�s se enorgullec�a de que la negativa de Dios a permitirle cruzar el Jord�n fuera solo condicional; y por eso ruega, con toda humildad, que le dejen entrar en Chanaan, a la cabeza del pueblo. Pero, aunque Dios le hab�a perdonado la falta, no privar�a a Josu� del honor que, para cumplir el misterio, le estaba reservado, N�meros xx. 12. y xxvi. 64. (Calmet) &mdash- Mois�s podr�a desear leg�timamente contemplar un lugar, consagrado por la morada de los Patriarcas, y ser honrado a�n m�s por la presencia del Mes�as, una felicidad por la que hab�a estado trabajando ahora cuarenta a�os. .

(Du Hamel) &mdash- Y Libanus. Si esto y ser una explicaci�n de a qu� monta�a se refer�a, (Tirinus) es una cuesti�n de duda. Indudablemente deseaba ver y poner a su pueblo en posesi�n de todo el pa�s destinado a su herencia, en el que aparec�an varios montes fruct�feros. La de Betel era muy alta y muy deliciosa donde habitaron Abraham y Jacob. Moria y Sion, la futura sede del templo, tambi�n podr�an atraer su atenci�n, y las monta�as de Judea, as� como todas las otras altas colinas, que diversifican el pa�s desde Idumea hasta el L�bano.

(Haydock) &mdash- Egipto era un pa�s plano. A su vista se abren ahora perspectivas nuevas y m�s grandiosas. Libanus es llamado Antilibanus por la Septuatinta, y por los autores profanos, ya que se encuentra, en efecto, en la tierra de los hebreos. Detr�s se extiende C ?lostria, hasta el L�bano. Esta monta�a comprende cuatro colinas diferentes, que se elevan unas sobre otras y forman un circuito de 300 millas. El primero de estos cerros, Antilibanus, es notable por su fertilidad en ma�z; el segundo tiene abundancia de manantiales hermosos; pero el tercero se asemeja a un para�so terrenal, y est� constantemente adornado con frutas y flores.

Los cedros crecen principalmente en el cuarto, en medio de las nieves que permanecen all� perpetuamente, a pesar del calor abrasador de los pa�ses vecinos. L�bano significa tanto "blancura como incienso", por lo que es muy famoso. (Calmet) &mdash Serarius hace que estas dos monta�as corran hacia el este, casi desde el mar Mediterr�neo, como tambi�n parecen hacer Estrab�n (xvi.) Y Ptolomeo. (Bonfrere)

Versículo 26

Su cuenta. Mois�s no puede evitar recordarle al pueblo que ellos fueron la ocasi�n en que �l cedi� a la timidez y, por lo tanto, incurri� en el m�s sensato castigo de las manos de Dios. Su conducta lo hab�a provocado tanto, que dio algunas se�ales externas del problema con el que su mente estaba tan perturbada, cap. xx. 12. Sin embargo, Dios no admite excusa, particularmente en los pecados de aquellos que act�an en su nombre y que, por supuesto, deben protegerse contra la m�s m�nima desviaci�n de la virtud. Sed santos y perfectos, se dirige a los tales de una manera particular. (Haydock)

Versículo 27

Este. Parece que, si Fasga era el l�mite oriental de Rub�n (ver. 17), Mois�s no tuvo ocasi�n de mirar de esa manera. Se le ordena tener una visi�n completa de los pa�ses asignados por Dios a los hebreos; y si consideramos que el territorio, hasta el �ufrates, les fue prometido, si continuar�an siendo fieles, y que se hizo tributario, bajo Salom�n, no debemos extra�arnos si Mois�s se complacer�a al contemplarlo, Cap. I. 7. (Haydock)

Versículo 29

Phogor. En hebreo Beth pehor, "la casa, templo o ciudad de Phogor", donde ese �dolo era objeto de adoraci�n. La ciudad probablemente estaba al pie del monte Phasga y cay� en manos de Rub�n, Josu� xiii. 20. (Calmet) &mdash Quiz�s esto podr�a ocurrir antes de la derrota de los dos reyes. (Calmet)

Versículo 37

CAPITULO III.

Información bibliográfica
Haydock, George Leo. "Comentario sobre Deuteronomy 3". "Comentario Bíblico Católico de Haydock". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/hcc/deuteronomy-3.html. 1859.
 
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