Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
Attention!
Tired of seeing ads while studying? Now you can enjoy an "Ads Free" version of the site for as little as 10¢ a day and support a great cause!
Click here to learn more!

Bible Commentaries
1 Samuel 15

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Buscar…
Enter query below:

Versículos 1-35

SAUL ENVIADO A DESTRUIR A AMALEC.

1. Samuel dijo a Sa�l: Jehov� me envi� a que te ungiese por rey: oye pues la voz de las palabras de Jehov��Varios a�os hab�an pasado ya en pr�speras operaciones militares contra vecinos molestos, y durante esos a�os a Sa�l le hab�a sido permitido hacer cuanto hab�a querido por su propio criterio, como pr�ncipe independiente. Ahora se le somete a una nueva prueba para saber s� �l pose�a el car�cter de rey teocr�tico de Israel, y al anunciar el deber que se le exig�a, Samuel le hizo entender su condici�n como vicegerente de Jehov� y la obligaci�n peculiar bajo la cual era llevado a obrar en tal capacidad. Anteriormente �l hab�a hecho mal, por lo cual le fu� dada una severa reprensi�n y una amenaza. (cap. 13:13, 14). Ahora se le ofrec�a una oportunidad para reparar aquel error por una obediencia exacta al mandato divino.

2, 3. Amalec�La poderosa tribu que habitaba el territorio que estaba inmediatamente al oriente de los cusitas septentrionales. Su territorio se extend�a sobre toda la parte oriental del desierto de Sina� hasta Refidim�era el primer oponente ( Deuteronomio 25:18; �xodo 17:8), el enemigo hereditario de Israel ( N�meros 14:45; Jueces 3:13; Jueces 6:3) y no se hab�a arrepentido (cap. 14:48) de su amarga y profunda enemistad durante los 500 a�os que hab�an transcurrido desde que fu� pronunciada su destrucci�n. Siendo un pueblo de costumbres n�madas, eran tan saqueadores y peligrosos como los �rabes beduinos, especialmente para las tribus meridionales de Israel. Los intereses nacionales exig�an, y Dios, como Rey de Israel, decret� que este enemigo p�blico fuese quitado. Su destrucci�n tendr�a que ser sin reserva ni excepci�n.

2. Acu�rdome�me acuerdo de lo que hizo Amalec, tal vez por el trofeo o memorial erigido por Mois�s ( �xodo 17:15), que tal vez todav�a exist�a.

4. Sa�l pues junt� el pueblo�El ardor con que Sa�l empez� los preparativos necesarios para la expedici�n, eran una promesa favorable pero ilusoria, de fidelidad en su ejecuci�n.

4. Telaim�o �Felens�, entre las ciudades m�s remotas de Jud�, hacia el t�rmino de Edom ( Josu� 15:21, Josu� 15:24).

5. viniendo Sa�l a la ciudad de Amalec�probablemente su capital. puso emboscada en el valle�siguiendo el ejemplo estrat�gico de Josu� en Hai (Josu� 6.)

6. al Cineo�(V�ase Josu� 1:16). Debido tal vez al estado inestable de Jud�, ellos hab�an vuelto a sus regiones desiertas. Aunque actualmente estaban mezclados con los amalecitas, ellos no estaban complicados en las ofensas de aquella raza malvada; pero por amor de sus antepasados, entre los cuales y los de Israel hab�a habido un tratado de amistad, se les di� una oportuna advertencia para que saliesen del lugar de peligro.

7-9. PERDONA A AGAG Y LO MEJOR DE LOS DESPOJOS.

7. Sa�l hiri� a Amalec�Su propia opini�n fu� la regla que sigui� para su conducta y no el mandato de Dios.

8. tom� vivo a Agag�Este fu� el t�tulo com�n de los reyes amalecitas. Sa�l no tuvo escr�pulos acerca de la evidente crueldad de ello, pues hizo fiera y completa destrucci�n del pueblo. Pero perdon� a este distinguido cautivo, e igualmente las partes m�s valiosas del despojo, como el ganado. Por esta desobediencia obstinada y parcial a un mandato positivo, cumpli�ndolo en algunas partes y viol�ndolo en otras, seg�n su gusto. Sa�l demostr� su car�cter ego�sta y arbitrario, su amor al poder desp�tico, y su completa ineptitud para cumplir los deberes de un delegado rey de Israel.

10-35. DIOS LO RECHAZA POR DESOBEDIENTE.

10, 11. Fu� palabra de Jehov� a Samuel, diciendo: P�same de haber puesto por rey a Sa�l�En las Escrituras se atribuye a Dios arrepentimiento, cuando los hombres malos le daban motivo para cambiar sus planes y m�todos de proceder, y para tratarlos a ellos como si �l �se arrepintiera� de la bondad mostrada. Al coraz�n de un hombre como Samuel, el cual estaba por encima de toda consideraci�n de envidia, y que realmente amaba al rey, un anuncio tan penoso despert� toda su compasi�n, y le hizo pasar una noche sin dormir, en fervorosa intercesi�n.

12. Sa�l ha venido al Carmel�En el sur de Jud� ( Josu� 15:55; cap. 25:2). �l se ha levantado un trofeo�es decir, un pilar ( 2 Samuel 18:18); lit. �una mano��lo que indicaba que, siendo cual fuera su forma, remataba en la figura de una mano, que seg�n la costumbre antigua, significaba poder y energ�a. La erecci�n de este trofeo vanaglorioso fu� un acto m�s de desobediencia. Su vanidad sobrepasaba su sentido de deber, primero en que levant� este monumento en su propio honor, y luego fu� a Gilgal para ofrecer sacrificio a Dios.

13. Sa�l le dijo: Bendito seas t� de Jehov�; yo he cumplido la palabra de Jehov��Sa�l estaba cegado por un amor propio parcial y enga�oso, o, en su declaraci�n a Samuel, hac�a el papel de un hip�crita atrevido y astuto. Profes� haber cumplido el mandato divino, y que la culpa de cualquier defecto en la ejecuci�n correspond�a al pueblo. Samuel, sin embargo, ve�a el verdadero estado del caso, y en cumplimiento de la comisi�n que hab�a recibido antes de emprender el viaje, procedi� a denunciar la conducta de Sa�l como caracterizada por orgullo, rebeli�n y desobediencia obstinada. Cuando Sa�l persisti� en afirmar que hab�a obedecido, alegando que los animales, cuyo balido era o�do, hab�an sido reservados para un liberal sacrificio de agradecimiento a Dios, su contestaci�n evasiva y mentirosa provoc� una reprensi�n dura de parte del profeta. Fu� merecida, porque el destino del despojo al altar fu� un pretexto f�til; fu� un enga�o grosero, un esfuerzo por esconder el ego�smo del motivo original bajo la apariencia de celo religioso y de gratitud.

24. tem� al pueblo, consent� a la voz de ellos�Este motivo era distinto del que hab�a alegado antes. Es el lenguaje de hombre llevado a medidas extremas, y aunque hubiera sido verdad, los principios explicados por Samuel, demostraron que no podr�an mitigar la ofensa. El profeta entonces pronunci� la irrevocable sentencia del rechazo de Sa�l y su familia. Fu� judicialmente exclu�do por su desobediencia.

24, 25. He pecado � vuelve conmigo para que adore a Jehov��El monarca, errado pero orgulloso y obstinado, ahora est� humillado. Moment�neamente se sent�a herido en su conciencia, pero su confesi�n proced�a, no de un arrepentimiento sincero, sino de un sentido de peligro y del deseo de librarse de la sentencia pronunciada en su contra. Para cubrir las apariencias, rog� a Samuel que no dejara translucir las serias diferencias que hab�a entre ellos, y le pidi� que lo acompa�ara en un acto de culto p�blico. Bajo la influencia de sus penosamente agitados sentimientos, �l propuso ofrecer sacrificios, en parte para expresar su gratitud por la reciente victoria, y en parte para pedir misericordia y la revocaci�n de su condena. Fu�, desde otro punto de vista, un proyecto pol�tico, para que Samuel fuese llevado enga�osamente a aprobar su plan de reservar el ganado para el sacrificio. Samuel se neg� a acompa�arlo.

27. ech� mano de la orla de su capa�El moil, t�nica superior, ropaje oficial. En la angustia de su excitaci�n mental, cogi� la ropa del profeta con el fin de detenerlo; la rotura de la capa fu� diestramente usada como una representaci�n significante y m�stica de la separaci�n de Sa�l del trono.

29. el Vencedor de Israel no mentiraHebreo, �el que da victoria a Israel�; una nueva reprensi�n a su orgullo en levantar el trofeo en Carmel, y una intimaci�n de que Israel no sufrir�a p�rdida alguna por su rechazo.

31. volvi� Samuel tras Sa�l�No para adorar junto a �l; sino, primero, para que el pueblo no tuviera ocasi�n, con pretexto del rechazo de Sa�l, de retirarle su lealtad; y, en segundo lugar, para reparar el error de Sa�l, mediante la ejecuci�n del juicio en Agag.

32. Agag vino a �l delicadamente�O, alegremente ya que se hab�a granjeado el favor y la protecci�n del rey.

33. Samuel cort� en pedazos a Agag�Este tirano cruel encontr� la retribuci�n de una providencia justiciera. Nunca ha sido extra�o que grandes personajes oficiales de Oriente ejecutaran justicia por sus propias manos. Samuel lo hizo �ante el Se�or� en Gilgal, mandando que el mismo castigo (hasta entonces desconocido en Israel) que Agag hab�a usado contra otros, fuera usado contra �l mismo.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 1 Samuel 15". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/1-samuel-15.html. 1871-8.
 
adsfree-icon
Ads FreeProfile