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Bible Commentaries
Romanos 12

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

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Versículos 1-21

CAPITULO 12

LOS DEBERES GENERALES Y PARTICULARES DE LOS CREYENTES. Despu�s de haber sido presentada la ense�anza doctrinaria de esta ep�stola ahora sigue una serie de exhortaciones tocante a los deberes pr�cticos. En primer lugar, tenemos el deber todo comprensivo:

1. As� que � os ruego�En vista de todo lo que ha sido expuesto en la parte precedente de esta ep�stola. por las misericordias de Dios�Aquellas misericordias, cuya naturaleza libre e inmerecida, cuya gloriosa mediaci�n, y cuyos frutos salvadores, han sido demostrados tan extensivamente. que present�is�V�ase nota, cap. 6:13, donde tenemos la misma exhortaci�n, y la misma palabra traducida �presentar,� como tambi�n en el cap. 6:19. vuestros cuerpos�Es decir. �a vosotros mismos en el cuerpo,� considerado como el �rgano de la vida interior. Como al trav�s del cuerpo sale todo el mal que hay en el coraz�n no regenerado, en acci�n manifiesta y palpable, as� tambi�n por medio del cuerpo todos los principios y afectos de los creyentes se revelan en la vida externa. La santificaci�n se extiende por todo el ser de cada persona ( 1 Tesalonicenses 5:23). en sacrificio vivo�Es decir, en glorioso contraste con los sacrificios legales, que eran sacrificios muertos. La muerte del �Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo,� ha barrido del altar de Dios todas las v�ctimas muertas, para dar lugar a los redimidos mismos como �sacrificios vivos� para aquel que �hizo pecado por nosotros;� mientras que toda expresi�n de alabanza de sus corazones agradecidos y todo acto impulsado por el amor a Cristo, es en s� un sacrificio a Dios de perfume dulce� ( Hebreos 13:15). santo�As� como las v�ctimas lev�ticas ofrecidas sin mancha a Dios se llamaban santas, as� los creyentes, �entreg�ndose a Dios como vivos de entre los muertos, y sus miembros como instrumentos de justicia a Dios�, son, en la estimaci�n de Dios, no ritual sino realmente �santos,� y as�agradable a Dios��No como las ofrendas lev�ticas que eran meramente s�mbolos de ideas espirituales, sino objetos intr�nsecamente de divina complacencia, en su car�cter renovado, y en su amorosa relaci�n con �l por su Hijo Jesucristo. que es vuestro racional culto�En contraste, no con la insensatez del culto idol�trico, sino con las v�ctimas irracionales que se ofrec�an bajo la ley. En este sentido la presentaci�n de nuestros cuerpos como monumentos vivos de la mis�ricordia redentora, se llama aqu� �nuestro culto racional;� y ciertamente es la ocupaci�n m�s exaltada de las criaturas racionales de Dios. As� lo leemos en 1 Pedro 2:5 : �para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo.�

2. Y no os conform�is a este siglo [ Efesios 2:2; G�latas 1:4, griego]; mas reformaos�o �transformaos� (como en Mateo 17:2; y 2 Corintios 3:18, griego). por la renovaci�n de vuestro entendimiento�No por una mera desconformidad exterior para con el mundo imp�o, muchas de cuyas acciones podr�n ser en s� virtuosas y dignas de alabanza; antes por una transformaci�n interior espiritual tal que haga nueva toda la vida: nueva en sus motivos y fines, aun cuando las acciones en nada difieran de las del mundo; nueva, considerada como un todo, y en tal sentido, inalcanzable salvo por el poder constre�idor del amor de Cristo. para que experiment�is�(V�ase la nota en cuanto al t�rmino �experiencia,� cap. 5:4, comp. 1 Tesalonicenses 5:10, donde el sentimiento es el mismo.) cu�l sea [�es�] la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta�Preferimos esta traducci�n [con Calvino, Versi�n Revisada, etc.] a la que muchos eruditos [Tholuck, Meyer, De Wette, Fritzsche, Philippi, Alford, Hodge] adoptan��que prob�is,� o �discern�is la voluntad de Dios, (o sea) lo que es bueno y agradable y perfecto.� Pero est� comprobado que la voluntad de Dios es �buena,� por cuanto demanda solamente lo que es esencial e inmutablemente bueno (cap. 7:10); es �agradable,� en contraste con todo lo que es arbitrario, por cuanto demanda solamente lo que goza de la eterna complacencia de Dios (v�ase Miqueas 6:8, con Jeremias 9:24); y es �perfecta,� por cuanto refleja la misma perfecci�n de Dios. Tal es pues el gran deber general de los redimidos: LA CONSAGRACION COMPLETA, de todo nuestro esp�ritu, alma y cuerpo, a aquel que nos ha llamado a la comuni�n de su Hijo Jesucristo. Luego siguen los deberes espec�ficos, principalmente los sociales, empezando con la humildad, la primera de todas las gracias.

3. Digo pues [autoritativamente] por la gracia que me es dada�como ap�stol de Jesucristo, ejemplificando as� su propio precepto, y apoy�ndose humildemente en aquel oficio que le autorizaba y le obligaba a usar tal franqueza para con todas las clases. a cada cual que est� entre vosotros, que no tenga m�s alto concepto de s� � etc.�Es imposible traducir en lenguaje correcto el enf�tico juego de palabras, por decirlo as�, que hallamos en este pasaje: �Ninguno tenga una mentalidad superior (altiva) a la que debe tener, sino que tenga la mentalidad que conduzca a una mentalidad sobria.� [Calvino, Alford.] Esto no es sino una manera fuerte de caracterizar todo indebido ensalzamiento ego�sta. conforme a la medida de fe que Dios reparti� a cada uno�La fe aqu� se contempla como la v�a de acceso a toda otra gracia, y por tanto, como la facultad receptiva del alma regenerada. En otras palabras: �As� como Dios ha dado a cada uno la capacidad particular de recibir los dones y las gracias que �l dispone para el bien general�.

4, 5. en un cuerpo tenemos muchos miembros�La misma diversidad y la misma unidad que hay en el cuerpo de Cristo, del que todos los creyentes son las partes generales, as� las hay en el cuerpo natural.

6-8. teniendo diferentes dones seg�n la gracia que nos es dada�Notemos aqu� que todos los dones de los creyentes se consideran asimismo como comunicaciones de pura gracia. si el de profec�a�Sea que tengamos el don de la profec�a: esto es, el don de la ense�anza inspirada, como en Hechos 15:32. Cualquiera que hablaba con autoridad divina�fuese con referencia al pasado, al presente, o al porvenir�se llamaba profeta ( �xodo 7:1. etc.). �sese conforme a la medida de la fe�M�s bien: �de nuestra fe.� Muchos expositores romanistas y algunos protestantes (como Calvino y Bengel, y aunque con mucha seguridad, Beza y Hodge) traducen esto de la siguiente manera: �en afinidad con la fe�, es decir, �seg�n el sentido general,� o �la regla de fe�, divinamente entregada a los hombres para que se dirijan. Pero esto es contrario al contexto, cuyo objeto es ense�ar que, como todos los dones son de acuerdo con las capacidades respectivas de cada uno para recibirlos, no han de sentirse orgullosos a causa de ellos, sino que deber�n usarlos fielmente seg�n el motivo de los mismos. O si ministerio [nos es dado, ocup�monos] en servir�La palabra empleada aqu� (�diacon�a�) significa cualquier clase de servicio, desde la dispensaci�n de la palabra de vida ( Hechos 6:4) hasta la administraci�n de los asuntos temporales de la iglesia ( Hechos 6:1). Este �ltimo parece ser el sentido aqu�, en distinci�n de �la profec�a,� �la ense�anza,� y la �exhortaci�n.� o el que ense�a�Los ense�adores, o doctores, se distinguen expresamente de los profetas, y se mencionan despu�s de �stos como para demostrar que ejerc�an una funci�n inferior ( Hechos 13:1; 1 Corintios 12:28). Probablemente su ocupaci�n consist�a en la exposici�n evang�lica de las Escrituras del Antiguo Testamento; y en este aspecto, aparentemente, Apolos demostraba su poder y elocuencia ( Hechos 18:24). en doctrina��en la ense�anza.� El que exhorta�Puesto que toda predicaci�n, ya fuese de parte de los ap�stoles, los profetas, o los ense�adores, era seguida por la exhortaci�n ( Hechos 11:23; Hechos 14:22; Hechos 15:32, etc.), muchos opinan que aqu� no se refiere a ninguna clase especifica. Pero si se conced�a libertad a otros para exhortar ocasionalmente a los hermanos en general, o a grupos peque�os de los menos instru�dos, puede ser que esta referencia se haga a los tales, el que reparte�en el ejercicio de la benevolencia privada probablemente, m�s bien que en el desempe�o de servicios diaconales. en simplicidad�Tal es el probable sentido de la palabra. Pero como parece que se recomienda la simplicidad en la frase que sigue, acaso el sentido aqu� es �con liberalidad,� como tambi�n en 2 Corintios 8:2; 2 Corintios 9:11. el que preside�ya sea en la iglesia, o en su propia casa. V�ase 1 Timoteo 3:4, donde la misma palabra se aplica a ambos casos. con solicitud�con un prop�sito sincero y con ardor, el que hace misericordia, con alegr�a�No sintiendo el molestarse o privarse, sino reconociendo que �m�s bienaventurada cosa es dar que recibir,� ayudar que ser ayudado.

9. El amor sea sin fingimiento�Es decir, �Sea vuestro amor no fingido,� como tambi�n en 2 Corintios 6:6; 1 Pedro 2:22; y v�ase 1 Juan 3:18, Joel 3:18. aborreciendo lo malo, lleg�ndoos a lo bueno��Qu� expresi�n tan elevada de principios y sentimientos morales! No se dice: Absteneos de lo uno y haced lo otro; ni: Apartaos de lo uno y allegaos a lo otro; sino: Aborreced lo uno, y as�os, de la manera m�s armoniosa, de lo otro.

10. Am�ndoos � con caridad fraternal�Mejor dicho: �En el amor fraternal sed cari�osos los unos con los otros; y en cuanto a dar honor. procurando superarse los unos a los otros.� La expresi�n �Previni�ndoos� significa �yendo a la cabeza,� esto es, �dando buen ejemplo.� �Cu�n contrario es esto a la moral predominante en el mundo pagano! Y aun cuando el cristianismo ha cambiado el esp�ritu de la sociedad, de tal manera que se nota cierto desinter�s y cierta abnegaci�n de parte de algunos que est�n parcialmente. si acaso lo est�n, bajo el poder transformador del evangelio, son s�lo aquellos a quienes �el amor de Cristo los constri�e a no vivir a s� mismos,� los que son capaces de obrar del todo de acuerdo con el esp�ritu de este precepto.

11. En el cuidado no perezosos�La palabra traducida �cuidado.� significa �celo,� �diligencia,� �prop�sito;� y denota la energ�a de acci�n. sirviendo al Se�or�Jes�s ( Efesios 6:5). O, seg�n otra lecci�n��sirviendo al tiempo,� o �a la ocasi�n��que difiere en su forma, aunque muy poco, de la lecci�n recibida, la cual ha sido adoptada por cr�ticos buenos [Lutero, Olshausen, Fritzsche, Meyer]. Pero como la autoridad de los manuscritos est� decididamente en contra de ella, tambi�n lo est� la evidencia interna; y son comparativamente pocos los que la favorecen. Tampoco creemos que es muy cristiano el sentido de la misma.

12. Gozosos � etc.�Aqu� el pasaje ser�a m�s significativo si se retuviera el orden en que est�n los verbos en el original: �En la esperanza, regocij�ndoos; en la tribulaci�n, soport�ndoos; en la oraci�n, perseverando.� Cada uno de estos ejercicios ayuda al otro. Si nuestra �esperanza� de la gloria est� tan asegurada que es una esperanza que causa gozo, entonces, con naturalidad poseeremos el esp�ritu de �la constancia en la tribulaci�n�; pero por cuanto es la �oraci�n� la que fortalece a la fe que engendra esperanza y la eleva hasta una expectativa segura y gozosa, y por cuanto con esto se alimenta nuestra paciencia en la tribulaci�n, se ver� que todo depende de nuestra �perseverancia en la oraci�n.�

13. siguiendo la hospitalidad�Esto es, dando hospedaje a los extranjeros. En tiempos de persecuci�n, y cuando a�n no se hab�an generalizado las casas de hospedaje, la importancia de este precepto se entender�a en seguida. En el Oriente, donde son raras tales casas, este deber se consideraba como de un car�cter sagrado. [Hodge.]

14. Bendecid a [o invocad una bendici�n sobre] los que os persiguen�Palabras sacadas del Serm�n del Monte, el que, por las alusiones que se hacen al mismo, parece haber sido la fuente de la moral cristiana entre las iglesias.

15. Gozaos con los que se gozan: llorad con los que lloran��Qu� hermoso esp�ritu de simpat�a ante los goces y las tristezas ajenos se presenta aqu�! Pero es solamente una de las encantadoras fases del car�cter abnegado que posee todo aquel que practica el cristianismo vivo. �Qu� mundo tan feliz ser� el nuestro cuando �ste llegue a ser el esp�ritu dominante en �l! De las dos cosas, sin embargo, es m�s f�cil simpatizar con las tristezas de otro que con sus goces, porque en aquel caso �l necesita de nosotros; en �ste no. Pero por esta raz�n el segundo caso es m�s desinteresado, y por tanto, m�s noble.

16. Un�nimes entre vosotros�El sentir el v�nculo com�n que une a todos los cristianos unos a otros, sea cual fuere la diversidad de posici�n social, de erudici�n, de temperamento, o de dones que existiere entre ellos, es la cosa de m�s valor. Este pensamiento se considera en detalle en seguida: no altivosLit., [�Pensad lo mismo � no pens�is altaneramente�. Trad.] No alent�is prop�sitos y deseos ambiciosos. Como tal sentimiento nace de la separaci�n ego�sta de nuestros propios intereses y motivos de los de nuestros hermanos, as� es bastante incompatible con el esp�ritu recomendado en la frase anterior. Mas acomod�ndoos a los humildes��condescendiendo,� o (como otros vierten las palabras) �inclin�ndoos a las cosas humildes.� No se�is sabios en vuestra opini�n�Esto no es sino una recomendaci�n para aplicar lo que se dijo en contra de la altivez, al hacer una estimaci�n de nuestro propio car�cter.

17. No pagu�is (�No retribuyendo�), etc.�v�ase nota, v. 14. procurad [�procurando�] lo bueno [�lo honroso�] delante de todos los hombres�La idea (que se saca de Proverbios 3:4) comprende el cuidado que los cristianos deben tener para portarse de tal modo que reciban el respeto de todos.

18. Si se puede hacer [si os permiten hacerlo], cuanto est� en vosotros, tened paz [o �estad en paz�] con todos los hombres�Se insin�a la imposibilidad de practicarlo en algunos casos, para animar el coraz�n de aquellos que, habiendo hecho lo mejor posible para vivir en paz, sin tener �xito, cediesen a la tentaci�n de creer que el fracaso fuese debido necesariamente a ellos. Pero �con cu�nto �nfasis se expresa el mandamiento de no permitir que nada de nuestra parte lo evite! �Ojal� que fuesen los cristianos sin culpa en este respecto!

19-21. No os vengu�is�v�ase nota, v. 14, antes dad lugar a la ira�Esto se entiende com�nmente en este sentido: �antes dad lugar, o tiempo, para que la ira se extinga.� Pero como el contexto ense�a que el mandamiento consiste en dejar la venganza a Dios, �la ira� aqu� parece significar, no la ofensa, la que somos tentados a vengar, sino la ira vengadora de Dios ( 2 Cr�nicas 24:18), la cual debemos esperar que se termine, o a la que debemos dar lugar. (As� opinan los mejores int�rpretes.) si tu enemigo tuviere hambre�Estas declaraciones se sacan de Proverbios 25:21, las que sin duda proporcionaron la base de aquellos sublimes preceptos sobre el mismo tema y que forman el punto culminante del Serm�n del Monte. que haciendo esto, ascuas de fuego amontonas sobre su cabeza�Como el amontonar �ascuas de fuego� es en el Antiguo Testamento la expresi�n figurativa de la venganza divina (Salmo 140:10; Salmo 11:6, etc.), el verdadero sentido de estas palabras parece ser: �Esa ser� la venganza m�s eficaz: venganza bajo la cual estar� obligado a doblegarse.� [As� Alford, Hodge, etc.] Esto lo confirma el vers�culo que sigue. No seas vencido de lo malo�pues en tal caso t� ser�s el vencido. Mas vence con el bien el mal�Entonces la victoria ser� tuya, habr�s vencido a tu enemigo en el sentido m�s noble.�N�tese: (1) La misericordia redentora de Dios en Cristo es, en el alma de los creyentes, la fuente viva de toda obediencia santa (v. 1). (2) As� como la redenci�n bajo el evangelio no es por medio de v�ctimas irracionales, como lo era bajo la ley, sino �por la preciosa sangre de Cristo� ( 1 Pedro 1:18) y por consiguiente, no es ritualista sino real, as� los sacrificios que los cristianos ahora han de ofrecer son todos �sacrificios vivos;� y �stos�resumidos en la consagraci�n de la persona al servicio de Dios�son �santos y aceptos a Dios,� y juntos componen �nuestro servicio racional� (v. 1). (3) En esta luz, �qu� hemos de pensar del as� llamado �sacrificio incruento de la misa, ofrecido continuamente a Dios como una propiciaci�n por los pecados, as� de los vivos como de los muertos,� el cual se ense�a a los adherentes de la corrupta fe de Roma, que es el acto supremo y m�s santo del culto cristiano�en oposici�n diametral a la ense�anza sublimemente sencilla que los primeros cristianos de Roma recibieron (v. 1)? (4) Los cristianos no deben sentirse libres para conformarse al mundo con s�lo evitar lo que sea manifiestamente pecaminoso; antes bien, entreg�ndose al poder transformador de la verdad como est� en Jes�s, debieran esforzarse por exhibir ante el mundo una entera renovaci�n de sus vidas (v. 2). (5) Lo que Dios quisiera que los hombres fuesen en toda su hermosura y grandeza, se aprende en verdad por vez primera cuando est� �escrito no con tinta, sino por el Esp�ritu del Dios viviente, no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne del coraz�n,� 2 Corintios 3:3 (v. 2). (6) La suficiencia ego�sta y la sed de poder, son especialmente desagradables en los vasos de misericordia, cuyos respectivos dones y gracias son todos un legado divino en bien del cuerpo com�n y de la humanidad en general (vv. 3, 4). (7) As� como el olvido de esto ha sido la causa de innumerables e indecibles males en la iglesia de Cristo, el ejercicio fiel, de parte de todo cristiano, de su propio oficio y de sus dones peculiares, y el amoroso reconocimiento de ellos por sus hermanos, quienes se consideran de igual importancia en sus respectivos lugares, dar�a a la iglesia visible un nuevo cariz, para el vasto beneficio y consuelo de los cristianos mismos y para el mundo que los rodea (vv. 6-8). (8) �Qu� ser�a el mundo si estuviese lleno de cristianos que no tuviesen sino un objeto en la vida, y que �ste fuese supremo sobre todo otro: el de �servir al Se�or,� y que pusieran en este servicio alacridad en el desempe�o de sus deberes, reteniendo �el calor del esp�ritu� (v. 11)! (9) �Ay, cu�n lejos est� a�n la iglesia viviente de exhibir todo el car�cter y el esp�ritu tan hermosamente descrito en los �ltimos vers�culos de este cap�tulo (vv. 12-21)! �Cu�nta falta hace un nuevo bautismo del Esp�ritu para que esto acontezca! Y �Cu�n hermosa cual la luna, brillante cual el sol, y terrible cual ej�rcito abanderado,� ha de ser la iglesia, cuando sea animada y movida por el Esp�ritu! �El Se�or apresure tal d�a!

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Romans 12". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/romans-12.html. 1871-8.
 
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