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Bible Commentaries
Zacarías 3

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

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Versículos 1-10

CAPITULO 3

LA CUARTA VISION. Josu� el sumo sacerdote ante el �ngel de Jehov�; acusado por Satan�s, pero justificado por Jehov� por medio del Mes�as, el Pimpollo que viene.

1. Josu� como gran sacerdote ( Hageo 1:1) representa a �Jerusal�n� (v. 2), o al pueblo elegido; es enjuiciado, y �arrebatado� a duras penas �del incendio.� Su actitud, �de pie delante del Se�or,� es la de un sumo sacerdote que ministra ante el altar, erigido �ste previamente a la edificaci�n del templo ( Esdras 3:2, Esdras 3:6; Salmo 135:2). No obstante, �l est� representado como en un enjuiciamiento de s� mismo y de su pueblo ( N�meros 35:12). Y mostr�meel �ngel int�rprete. Las �vestimentas viles� (�sucias�) de Jerusal�n (de Josu�: v. 3) son sus pecados, los que hasta ahora hab�an motivado los juicios de Dios. El cambio de �vestimentas� denota su restauraci�n al favor de Dios. Satan�s sugiri� a los jud�os que un sacerdocio y un pueblo tan conscientemente contaminados, no pod�an ofrecer un sacrificio aceptable a Dios, y que por tanto, ellos har�an bien en desistir de la edificaci�n del templo. Zacar�as los alienta, ense��ndoles que el desmerecimiento de ellos no los descalifica para la obra, ya que est�n aceptos en la justicia de otro, su gran Sumo sacerdote, el Pimpollo (v. 8), un V�stago descendiente de su propia l�nea real dav�dica ( Isa�as 11:1). La plena consumaci�n de la justificaci�n de Israel, y de la reprobaci�n final de Satan�s el acusador, es todav�a futura ( Apocalipsis 12:10). V�ase Apocalipsis 11:8, en donde �Jerusal�n�, como aqu�, se indica principalmente, aunque se incluye toda la iglesia en general (v�ase Job 1:9). Sat�n�el t�rmino hebreo significa �adversario� en el tribunal: como Diablo es el t�rmino griego que significa Acusador. Mes�as, por el otro lado, es �Abogado� por su pueblo en el tribunal de justicia celestial ( 1 Juan 2:1, Joel 2:1). Sat�n estaba a su mano derecha�la posici�n usual de un fiscal o acusador en el tribunal, as� como la mano izquierda era la posici�n del defensor (Salmo 109:6). El ��ngel de Jehov� tom� la misma posici�n justamente delante de otro sumo sacerdote, quien estaba casi por engendrar al precursor del Mes�as ( Lucas 1:11), y quien desaloja a Satan�s de su lugar de acusador. De aqu� que algunos explican Judas 1:9, como que se refiere a este pasaje: siendo �el cuerpo de Mois�s� de esta manera la Iglesia Jud�a, la cual Satan�s reclama como suya por raz�n de los pecados de ella�as� como �el cuerpo de Cristo� es la Iglesia Cristiana. Sin embargo Judas 1:9 habla claramente del cuerpo literal de Mois�s, a la resurrecci�n del cual en la transfiguraci�n Satan�s parece haberse opuesto en base al error de Mois�s en Meriba; la misma reprensi�n divina, �el Se�or (Jehov�) te reprenda,� le refren� a Satan�s al reclamar judicialmente el cuerpo de Mois�s, como lo reprimi� cuando demand� juicio contra la Iglesia Jud�a, a la cual corresponde el cuerpo de Mois�s.

2. Y dijo Jehov��de este modo se le identifica con el, ��ngel de Jehov� (v. 1). te reprenda�dos veces lo repite para expresar la certeza de que las acusaciones de Satan�s y sus maquinaciones contra Jerusal�n son frustradas. En lugar de prolongado argumento. Jehov� silencia a Satan�s por el solo alegato, a saber, la elecci�n de Dios. ha escogido a Jerusalem�( Romanos 9:16; Romanos 11:5) La respuesta conclusiva. Si la decisi�n dependiera del m�rito o dem�rito de Jerusal�n, la condenaci�n deber�a ser la recompensa; pero la �eleci�n� de Jehov� ( Juan 15:16) refuta el cargo de Satan�s contra Jerusal�n ( Juan 1:17; Juan 2:1; Romanos 8:33, Romanos 8:37), representada por Josu� (v�ase la gran expiaci�n, Lev�tico 16:6, etc.), no para que ella contin�e en pecado, sino para que sea libre de �l (v. 7). tiz�n arrebatado del incendio�( Am�s 4:11; 1 Pedro 4:18; Judas 1:23.) Con esto Dios quiere decir que la absoluci�n de Jerusal�n no es que �l no reconozca el pecado de ella (vv. 3, 4, 9), sino que habiendo castigado a su pueblo por el pecado con un cautiverio de setenta a�os, �l en base a su elecci�n de amor, la ha librado de la prueba tan feroz; y que cuando una vez �l haya empezado una liberaci�n, como en este caso, la perfeccionar� (Salmo 89:30; Filipenses 1:6).

3. vestimentas viles�s�mbolo del pecado ( Proverbios 30:12; Isa�as 4:4; Isa�as 64:6). Probando que no es en base a la rectitud de su pueblo que �l los acepta. Aqui principalmente las �ropas sucias� representan el abyecto estado temporal del sacerdocio y del pueblo, a su retorno de Babilonia. Con todo, el sacerdote estaba �delante del �ngel.� Abyecto como estaba, ante el ojo de Jehov� estaba, quien bondadosamente acepta los servicios de su pueblo, aunque est�n mezclados con el pecado y la flaqueza.

4. los que estaban delante de s��los �ngeles administradores (v�ase la frase en 1 Reyes 10:8; Daniel 1:5). Quitadle esas vestimentas viles�en el v. 9 es: �quitar� el pecado de la tierra�; por lo tanto, Josu� representa la tierra. Quitadle:� lit., de sobre �l, lo que le oprim�a como una carga abrumadora. ropas de gala�ropaje de fiesta del sumo sacerdote, lo m�s costoso y vistoso; s�mbolo de la justicia imputada del Mes�as ( Mateo 22:11). La restauraci�n de la gloria del sacerdocio est� impl�cita: primero, parcialmente, en la terminaci�n del segundo templo; realizada plenamente en el gran sumo sacerdote Jes�s, cuyo nombre es id�ntico con Josu� ( Hebreos 4:8), el representante de Israel, �reino de sacerdotes� ( �xodo 19:6); una vez cubierto con las ropas sucias de nuestra vileza, pero siendo el escogido del Padre ( Isa�as 42:1; Isa�as 44:1; Isa�as 49:1) �l, por la muerte, ces� del pecado�; y con ropaje de gloria entr� en el lugar santo del cielo como nuestro Sumo sacerdote ( Hebreos 8:1; Hebreos 9:24). Entonces, como consecuencia ( 1 Pedro 2:5), es realizada la restauraci�n gloriosa en la iglesia de modo general ( Lucas 15:22; Apocalipsis 19:8), y en Israel en particular ( Isa�as 61:10; v�ase 3:6; 66:21).

5. Despu�s dijo��Y yo dije� (Versi�n Inglesa). Aqu� el profeta regocij�ndose por el cambio de vestimentas hecho hasta aqu�, se interpone para pedir la �ptima aseguraci�n de que el sacerdocio ser�a plenamente restaurado, a saber, la puesta de la mitra o turbante sacerdotal, sobre Josu�: cuyo hermoso color simboliza la pureza oficial de la orden restaurada. El no ordena, sino que suplica; no dice: Poned, sino: Que pongan. Las Versiones Vulgata y Sir�aca lo dicen as�: �El entonces dijo,� la cual hace la lecci�n m�s f�cil; pero la misma dificultad de la presente lecci�n del texto hebreo, hace menos probable que venga de un corrector de texto moderno. �ngel de Jehov� estaba en pie�El Angel divino hab�a estado sentado (la postura de un juez, Daniel 7:9); ahora �l �se pone en pie� para ver que la s�plica de Zacar�as sea ejecutada, y luego para dar el cargo (vv. 6, 7).

6. protest�procedi� solemnemente a declarar. Un t�rmino forense para una afirmaci�n juramentada ( Hebreos 6:17). Dios de este modo solemnemente declara el fin para el cual el sacerdocio es restaurado al pueblo, su propia gloria en la obediencia de ellos y la pureza de culto, y su consecuente promoci�n al honor celestial.

7. La elecci�n por Dios de Jerusal�n (v. 2) estaba unida a su santificaci�n ( Juan 15:16; Romanos 8:29); por eso el orden que conecta la bendici�n prometida con la obediencia. mi ordenanza�las ordenanzas, rituales y morales ( N�meros 3:28, N�meros 3:31, N�meros 3:38; Josu� 1:7; 1 Reyes 2:3; Ezequiel 44:16). gobernar�s mi casa�t� por largo tiempo presidir�s sobre las ceremonias del templo como sumo sacerdote ( Lev�tico 10:10; Ezequiel 44:23; Malaqu�as 2:7). (Grocio.) O bien, gobernar�s sobre mi casa, o sea, mi pueblo (Maurer) ( N�meros 12:7; Oseas 8:1). Sabemos por Deuteronomio 17:9 que el sacerdote juzgaba los casos judiciales. No solamente hab�a de obedecer el mismo a la instituci�n mosaica, sino tambi�n ver que fuera obedecida por los dem�s. El pueblo de Dios similarmente ha de ejercer el juicio en lo futuro, como el premio de su presente fidelidad ( Daniel 7:18, Daniel 7:22; Lucas 19:17; 1 Corintios 6:2); en virtud de su real sacerdocio ( Apocalipsis 1:6). guardar�s mis atrios�guardar�s mi casa de la profanaci�n. te dar� plaza�libre entrada y salida ( 1 Samuel 18:16; 1 Reyes 3:7; 1 Reyes 15:17), de modo que puedas ir por entre estos �ngeles ministradores que est�n cerca de Jehov� ( 1 Reyes 4:14; 1 Reyes 6:5; 2 Reyes 23:19) hasta la misma presencia de Dios, desempe�ando tu funci�n sacerdotal. En Ezequiel 42:4 la misma palabra hebrea se usa con respecto al caminar delante de las c�maras de los sacerdotes en el futuro templo. Zacar�as probablemente se refiere aqu� a tal caminar o camino: T� no meramente caminar�s entre sacerdotes como t�, sobre las calzadas del antiguo templo, sino entre los mismos �ngeles como tus asociados. Hengstenberg traduce: �Yo te dar� gu�as (de) entre �stos �� Pero no hay tal �de� en el hebreo. La Versi�n Inglesa es por lo tanto mejor. Los sacerdotes son llamados �ngeles, o �mensajeros� ( Malaqu�as 2:7); por eso son tenidos por dignos de ser asociados con los �ngeles celestiales. As� �stos est�n presentes en las asambleas de los verdaderos adoradores cristianos ( 1 Corintios 11:10; Eclesiast�s 5:6; Efesios 3:10; Apocalipsis 22:9).

8. Escucha pues�A causa de la magnitud de lo que est� por decir, sin demora, demanda solemne atenci�n. Tus amigos que se sientan delante de ti�tus colegas subordinados en el sacerdocio; no que estuviesen en efecto sentados delante de �l entonces; sino que la postura usual de ellos en las deliberaciones era de estar en sillas o bancos delante de �l, mientras que �l se sentaba en un asiento elevado como presidente. porque son ��De hablar con Josu�, pasa a hablar de �l y de ellos, en la tercera persona, dirigi�ndose a los �ngeles servidores (v�ase el v. 9). son varones simb�licos�En el hebreo, �varones de maravilla:� es decir, que tienen un car�cter t�pico ( Isa�as 8:18; Isa�as 20:3; Ezequiel 12:11; Ezequiel 24:24). Josu� el sumo sacerdote tipifica al Mes�as, as� que los colegas de Josu� tipifican a los creyentes, a quienes el Mes�as admite para compartir el sacerdocio ( 1 Pedro 2:5; Apocalipsis 5:10). Este, su car�cter t�pico, entonces, es una garant�a para asegurar a los jud�os desalentados, que el sacerdocio ser� preservado hasta que venga el gran Antitipo. Puede haber tambi�n una reprobaci�n indirecta de la incredulidad de la multitud, que �se admira� incr�dulamente de los siervos de Dios y hasta del Hijo de Dios (Salmo 71:7; Isa�as 8:18; Isa�as 53:1, etc.). He aqu��se�alando la grandeza de lo que sigue. mi Sierve�el t�tulo caracter�stico del Mes�as ( Isa�as 42:1; Isa�as 49:3; Isa�as 50:10; Isa�as 52:13; Isa�as 53:11; Ezequiel 34:23). el Pimpollo�el Mes�as, un v�stago o renuevo tierno, de la casi extinguida l�nea real de David ( Ezequiel 6:12; Isa�as 4:2; Isa�as 11:1; Jeremias 23:5; Jeremias 33:15). En Lucas 1:78, donde por �Oriente� (�la aurora,� Versi�n Inglesa), puede ser sustitu�do ( Malaqu�as 4:2, sin embargo, favorece la Versi�n Inglesa). La referencia no puede ser a Zorobabel (como piensa Grocio), porque �l estaba entonces en pleno desempe�o de su oficio, mientras que �el V�stago� aqu� es considerado como futuro.

9. Porque�expresando la raz�n para alentar a los jud�os a edificar el templo: Yo (Jehov�) he puesto la piedra (fundamental) como el perito arquitecto, delante (en la presencia) de Josu�, por �la mano de Zorobabel� ( Malaqu�as 4:10; Esdras 3:8), para que vuestra labor al edificar no sea en vano. Antit�picamente, la piedra (fundamental) aludida es Cristo, llamado antes �el Pimpollo� (�V�stago�). Para que no pensaran algunos por ese t�rmino que su reino fuese d�bil, lo llama ahora �la piedra,� a causa de su solidez y firmeza, como el fundamento que ha de ser de la iglesia, firmeza con la cual quebrantar� todos los reinos del mundo (Salmo 118:22; v�ase Isa�as 28:16; Daniel 2:45; Mateo 21:42; 1 Corintios 3:11; 1 Pedro 2:6). El �ngel, se�alando a la piedra principal echada delante de s�, da a entender que est� simbolizando un misterio m�s profundo que el templo material. Moore piensa que la �piedra� es la Iglesia Jud�a, a la cual Jehov� se compromete celosamente a guardar. El templo m�s bien, lo es simb�licamente. Pero el antitipo de la piedra fundamental es el Mes�as. sobre esta (�sobre una�) piedra hay siete ojos�o sea, los �ojos� vigilantes del cuidado de Jehov� siempre fijos �en� ella ( 1 Pedro 4:10). (Maurer.) El ojo es el s�mbolo de la Providencia: �siete,� de la perfecci�n ( Apocalipsis 5:6; 2 Cr�nicas 16:9; Salmo 32:8). Antit�picamente, �los siete ojos sobre la piedra� son los ojos de todos los �ngeles ( 1 Timoteo 3:16), y de todos los santos ( Juan 3:14; Juan 12:32), y de los patriarcas y profetas ( Juan 8:56; 1 Pedro 1:10), fijos en Cristo; sobre todo, los ojos del Padre que siempre reposan con agrado sobre el Hijo. Calvino (quiz�s mejor) considera que los siete ojos est�n esculpidos en la piedra, eso es, no los ojos del Padre, ni de los �ngeles, ni de los santos, siempre fijos en �l, sino en su propia s�ptupla (perfecta) plenitud de gracia y de los dones del Esp�ritu ( Isa�as 11:2; Juan 1:16; Juan 3:34; Colosenses 1:19; Colosenses 2:9), y su vigilante providencia ahora para con los jud�os en la edificaci�n del templo, y siempre para su iglesia, su templo espiritual. As� la �piedra� no es como otras piedras insensibles, sino viviente y llena de ojos de perfecta inteligencia ( 1 Pedro 2:4, �piedra viva�), que no solamente atrae los ojos ( Juan 12:32) de su pueblo, sino que emite iluminaci�n a fin de dirigirlos hacia s�. grabar� su escultura�sugiriendo la extraordinaria belleza y preciosidad del Mes�as: aludiendo a las lustradas piedras del templo: Cristo las super� a aqu�llas, tanto como Dios, que �aparej� el cuerpo� ( Hebreos 10:5; Juan 2:21) es superior a todos los edificadores humanos. quitar� el pecado de la tierra en un d�a�es decir, la iniquidad y sus consecuencias, o sea, el castigo, al cual los jud�os hasta ahora estaban expuestos ( Hageo 1:6, Hageo 1:9). La remisi�n del pecado es la fuente de todas las bendiciones. El �un d�a� de �quitar� (el pecado) es en primer orden el d�a de la expiaci�n nacional, celebrado despu�s de la terminaci�n del templo ( Lev�tico 23:27) en el d�a d�cimo del s�ptimo mes. Antit�picamente, la expiaci�n hecha por el Mes�as para con todos los hombres, una vez por todas (�un d�a�) ofrecida que no necesita repetici�n como los sacrificios mosaicos ( Hebreos 10:10, Hebreos 10:12, Hebreos 10:14)

10. debajo de la vid � higuera�emblema de tranquila prosperidad ( 1 Reyes 4:25). Tipo de la paz espiritual con Dios por medio de Cristo ( Romanos 5:1); y de la felicidad milenial ( Miqueas 4:4).

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Zechariah 3". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/zechariah-3.html. 1871-8.
 
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