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Bible Commentaries
Zacarías 4

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

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Versículos 1-14

CAPITULO 4

LA QUINTA VISION. El candelero de oro y los dos olivos. El templo ser� terminado con la ayuda del Esp�ritu de Dios.

1. volvi� � y despert�me�El profeta estaba en un estado de adormecimiento ext�tico con el asombro de la visi�n previa. �Volvi� � y despert�me,� no quiere decir que el �ngel se hubiese ido y vuelto, sino que es un modismo para decir �despert�me otra vez.�

2. candelero�que simboliza la teocracia jud�a; y finalmente a la iglesia de la cual la parte jud�a ha de ser la cabeza: el portador de luz (significado del original de �luces,� Mateo 5:14, Mateo 5:16; Filipenses 2:15) para el mundo. todo de oro�pur�sima en doctrina y pr�ctica, preciosa e indestructible; tal es el verdadero ideal de la iglesia; y tal ser� ella (Salmo 45:13). su vaso sobre su cabeza�Tocante al candelero del tabern�culo se usa el plural, �copas� ( �xodo 25:31). El hebreo da a entender que era la fuente o dep�sito de aceite para las l�mparas. Cristo �sobre la cabeza� de la iglesia es la verdadera fuente, de cuya plenitud del Esp�ritu todos nosotros recibimos gracia ( Juan 1:16). sus siete l�mparas�unidas en un solo tronco; as� en �xodo 25:32. Pero en Apocalipsis 1:12 los siete candeleros est�n separados. Las iglesias gentiles no realizar�n su unidad, hasta que la Iglesia Jud�a, una como el tronco, todas las l�mparas en un solo candelero ( Romanos 11:16). Las �siete l�mparas,� en Apocalipsis 4:5, son �los siete esp�ritus de Dios.� siete canales�tubos alimentadores, siete para cada l�mpara desde el dep�sito. (Maurer y Calvino.): lit. siete y siete; cuarenta y nueve en total. Cuanto m�s grande el n�mero de tubos alimentadores de aceite, m�s brillante la luz de las l�mparas. La explicaci�n del v. 6 es: que por el poder del hombre no puede ni retardar ni adelantar la obra de Dios, y que el motivo real de poder es el Esp�ritu de Dios. Las siete veces siete, denota los m�ltiples modos por los cuales la gracia del Esp�ritu es impartida a la iglesia en su m�ltiple obra de iluminar al mundo.

3. dos olivas�M�s bien, �olivos:� que suministraban el aceite al vaso. El Esp�ritu Santo, que llena con su plenitud al Mes�as (el ungido: el �vaso�), del que mana abundancia de gracia a la iglesia. sobre �l�Es decir, crecido de modo de excederlo algo en altura. Para la explicaci�n de los �dos,� v�anse los vv. 12, 14,

4. Al profeta se le instruye en las verdades expresadas, para que podamos leerlas con la mayor reverencia y atenci�n. (Calvino.)

5. �No sabes ��No un reproche de su ignorancia, sino un est�mulo para reflexionar sobre el misterio. No, Se�or m�o�confesi�n ingeniosa de ignorancia; como un ni�ito, se echa a los pies del Se�or, para recibir instrucci�n.

6. No con ej�rcito (�poder,� Versi�n Inglesa)sino con mi esp�ritu�Como las l�mparas ard�an continuamente, provistas de aceite desde un origen (los olivos vivientes) que el hombre no hizo, as� Zorobabel no debe desanimarse a causa de su debilidad, porque como la obra es una que debe ser efectuada por el Esp�ritu viviente (v�ase Hageo 2:5) de Dios, la debilidad del hombre no es obst�culo, porque el poder de Dios, de la flaqueza perfecciona la fuerza ( Oseas 1:7; 2 Corintios 12:10; Hebreos 11:34). �Poder� y �fuerza� expresan la fuerza humana de toda descripci�n, f�sica, mental, o moral. O bien, �el poder� es la fuerza de muchos (lit., �ej�rcito�); �la fuerza,� el de un hombre solo. (Pembellus.) Dios puede salvar, �ya sea con muchos, ya con aquellos que no tienen poder� ( 2 Cr�nicas 14:11; v�ase 1 Samuel 14:6). As� en la conversi�n de los pecadores ( 1 Corintios 3:6; 2 Corintios 10:4). Se dirige la palabra a �Zorobabel� como la principal autoridad civil para dirigir la obra.

7. Todos los gigantescos obst�culos ( Isa�as 40:4; Isa�as 49:11) en el camino de Zorobabel ser�n quitados, de modo que la piedra superior del �ngulo ser� colocada, y la terminaci�n de la obra ser� reconocida como enteramente de �gracia.� Antit�picamente, el �ltimo enemigo anticristiano de Israel, el obst�culo que impidiera su establecimiento en Palestina, pronto ha de ser quebrantado delante del Mes�as, es probablemente lo que se quiere decir (Jeremias 51:25; Daniel 2:34, Daniel 2:44; Mateo 21:44). sacar� la primera piedra�en primer lugar, la sacar� del lugar donde fu� labrada, y la dar� a los trabajadores que la coloquen en la parte superior del edificio. Era costumbre que los magistrados principales pusieran la piedra fundamental, y la piedra de la coronaci�n de la obra (v�ase Esdras 3:10). Antit�picamente, la referencia es al tiempo cuando el n�mero completo de la iglesia espiritual ser� integrado, y tambi�n cuando �todo Israel ser� salvo� (v�ase Romanos 11:26; Hebreos 11:40; Hebreos 12:22; Apocalipsis 7:4). Gracia, gracia�La repetici�n expresa: la gracia desde el principio hasta el fin ( Isa�as 26:3; Isa�as 66:19). De este modo se insta a los jud�os a orar perseverante y encarecidamente, que la misma gracia que complet� la obra, siempre la preserve. �Aclamaciones� acompa�aron la colocaci�n del fundamento del templo literal ( Esdras 3:11, Esdras 3:13). As� tambi�n las aclamaciones de ��hosana!� saludaron al Salvador al entrar en Jerusal�n ( Mateo 21:9), cuando estaba por completar la compra de la salvaci�n por su muerte: siendo su cuerpo el segundo templo, o sea, lugar de la morada de Dios ( Juan 2:20). As�, cuando el n�mero de los santos y de Israel est� completo, y diga Dios: �Consumado es,� entonces ser� o�da �una gran voz de grande compa��a en el cielo� que atribuir� todo a la �gracia� de Dios, diciendo: ��Aleluya! Salvaci�n, y gloria, y honor, y poder, sean al Se�or nuestro Dios� ( Apocalipsis 19:1, Apocalipsis 19:6). El Salmo 118:22 lo considera como �la piedra de cabeza de esquina,� eso es, la piedra fundamental. V�ase las aclamaciones de los �ngeles en su nacimiento, Lucas 2:14. Aqu� es la piedra de cabeza. El Mes�as es, no solamente el �Autor,� sino tambi�n el Consumador ( Hebreos 12:2). La �Gracia� es atribu�da a �ella,� o sea, a la piedra, el Mes�as. De aqu� que empieza la bendici�n: �Que la gracia del Se�or Jesucristo �� ( 2 Corintios 13:14).

9. Zorobabel � sus manos la acabar�n�( Esdras 6:15), en el sexto a�o del reinado de Dar�o. Jehov� � me envi� a vosotros�( Esdras 2:9.) El Angel divino anuncia que, en lo que ha hablado, �l ha sido comisionado por el Padre.

10. Los que menospreciaron � las peque�eces�Les censura la ingrata incredulidad que tuvieron a causa del humilde comienzo, comparado con la magnitud de la empresa; y los anima con la seguridad de que su progreso en la obra, aunque poco, era garant�a del gran �xito final, porque el ojo de Jehov� est� sobre Zorobabel y sobre la obra, para sostenerlo con su favor. Contr�stese: �grande es el d�a de Jezreel� ( Oseas 1:11) con �el d�a de las peque�eces� aqu�, alegrar�n � Aquellos siete � los ojos de Jehov���Porque �qui�nes menospreciaron el d�a de cosas peque�as? porque ellos se alegrar�n con aquellos siete; ellos son los ojos �� M�s bien, �aquellos siete ojos de Jehov� (v�ase 3:9), que recorren � se regocijar�n y ver�n (es decir, ver�n con regocijo) la plomada (lit., la piedra de esta�o) en la mano de Zorobabel� (Moore): la plomada en su mano indica que la obra va adelante hasta su terminaci�n. La puntuaci�n hebrea, sin embargo, favorece la Versi�n Inglesa, en la cual el sentido es: Los que �despreciaron� tales principios �peque�os� de la obra, como ahora est�n hechos, ver�n con gozo que va adelante a su terminaci�n bajo zorobabel, �con (la ayuda de) aquellos siete,� es decir, los �siete ojos sobre una piedra� (3:9): que se explica son �los ojos de Jehov� que recorren toda la tierra.� (Pembellus.) As�, miran diferentemente los hombres y Jehov� los �peque�os� comienzos de la obra de Dios ( Esdras 3:12; Hageo 2:3). Los hembres �menospreciaron� la obra en sus primeras fases: Dios la mira con regocijo, y seguir� haci�ndolo as�. recorren por toda la tierra�Nada escapa al ojo de Jehov� en toda la tierra, as� que �l puede detener todo peligro de su pueblo, venga de donde viniere, al proseguir su obra ( Proverbios 15:3; 1 Corintios 16:9).

11, 12. Zacar�as tres veces (vv. 4, 11, 12) pregunta qu� son los dos olivos, antes de recibir una respuesta: la pregunta se vuelve minuciosa cada vez. Lo que al principio llama �dos olivos,� despu�s lo llama �ramas�, mientras que mirando m�s de cerca, observa que las �ramas� de los �rboles (ol�vos) son canales, a trav�s de los cuales un continuo chorro de aceite ca�a dentro del dep�sito de las l�mparas (v. 2), y que esto es el prop�sito para el cual estaban los dos olivos al lado del candelero. En primer lugar, los �dos� se refieren a Josu� y Zorobabel. Dios�dice Auberlen�en cada uno de los per�odos de transici�n de la historia del mundo, ha enviado grandes hombres para guiar a la iglesia. As� los dos testigos aparecer�n antes de la destrucci�n del Anticristo. Antit�picamente, �los dos ungidos� (v. 14) son el doble apoyo de la iglesia: el poder civil (correspondiente a Zorobabel) y el eclesi�stico (que corresponde a Josu�, el sumo sacerdote) los cuales en el restaurado gobierno pol�tico jud�o y el templo �est�n delante del Se�or,� eso es, administran �al Se�or de toda la t�erra,� como se le llamar� el d�a que �l establezca sutrono en Jerusal�n ( 1 Corintios 14:9; Daniel 2:44; Apocalipsis 11:15). V�ase la descripci�n de los oficios de los �sacerdotes� y del �pr�ncipe� ( Isa�as 39:23 y Ezequiel 44, 45, y 46.) Como en Apocalipsis 11:3, los �dos testigos�, son identificados con los dos olivos y los dos candeleros. Wordsworth los explica como que significan la Ley y el Evangello: los dos Testamentos que en la iglesia atestiguan la verdad de Dios. Pero esto est� en desacuerdo con el sentido aqu�, el cual requiere que Josu� y Zorobabel sean los indicados en primer t�rmino. As� como Mois�s (el profeta y legislador de la Ley) y Aar�n (el sumo sacerdote) ministraron al Se�or, entre el pueblo del pacto en el �xodo; Ezequiel (el sacerdote) y Daniel (un gobernador), en la cautiv�dad babil�n�ca; as� ser� en el Israel restaurado. Algunos creen que El�as aparecer� otra vez (v�ase la transfiguraci�n, Mateo 17:3, Mateo 17:11, con Malaqu�as 4:4; Juan 1:21) con Mois�s. Favorece esta opini�n Apocalipsis 11:6, el cual menciona los mismos milagros ejecutados por El�as y Mois�s (que cerr� el cielo el primero, para que no lloviera, y convirti� el agua en sangre el segundo) (v�ase �xodo 7:19; 1 Reyes 17:1; Lucas 4:25; Santiago 5:16). El per�odo es el mismo, los �tres a�os y seis meses;� el escenario tambi�n est� en Israel ( Apocalipsis 11:8), �donde nuestro Se�or fu� crucificado.� Se supone que en los primeros tres a�os y medio de la semana (Hebd�mada, Daniel 9). Dios ser� adorado en el templo; en los �ltimos tres a�os y medio, el Anticristo romper� el pacto ( Daniel 9:27), y se establecer� en el templo para ser adorado como Dios ( 2 Tesalonicenses 2:4). Los dos testigos profetizan durante la primera mitad, mientras prevalecen las corrupciones y escasea la fe ( Lucas 18:8); luego son muertos, y permanecen muertos tres a�os y medio. Probablemente, adem�s de testigos individuales y a�os literales, hay un cumplimiento en largos per�odos y testigos generales, tales como la iglesia y la Palabra, los poderes civiles y religiosos hasta donde los mismos hayan testificado por Dios. As� �la bestia� de Apocalips�s corresponde al poder civil de la apostas�a; �el falso profeta,� al poder espiritual. El hombre necesita al Sacerdote que exp�e la culpa, y al profeta real que ense�e la santidad con autoridad de rey. Estos dos t�picamente unidos en Melquisedec fueron divididos entre dos hasta que se encuentren en el Mes�as, el Antitipo. Malaqu�as 6:11 concuerda con esto. El Esp�ritu Santo en este su doble poder de aplicar al hombre la gracia de la expiaci�n y la de la santificaci�n, debe, en un punto de vista, ser representado por los dos olivos que dan el aceite al dep�sito en la cabeza, del candelero (eso es, el Mes�as a la cabeza de la iglesia); porque es �l quien llen� a Jes�s de toda la plenitud de su unci�n ( Juan 3:34). Pero esto no excluye la aplicaci�n principal a Josu� y Zorobabel, �ungidos� (o �hijos de aceite,� v. 14) de la gracia para ministrar a la Iglesia Jud�a: y as� es aplicable a los sostenedores dobles de la Iglesia Jud�a, que est�n ungidos del Esp�ritu, o sea, el pr�ncipe y el sacerdote, o ministro. por medio delit., por la mano de, es decir, por la agencia de � ramaslit., espigas; as� se llaman las ramas del olivo, porque como las espigas est�n llenas de grano, as� las ramas de olivo est�n llenas de aceitunas. vierten de s��Las ordenanzas y los ministros son canales, o conductos, de las bendiciones de la gracia, pero no son la gracia misma. El suministro viene, no de un dep�sito muerto de aceite, sino a trav�s de olivos vivientes (Salmo 52:8; Romanos 12:1) alimentados por Dios. aceite como orolit., l�quido dorado.

13. �No sabes qu� es esto?�. Dios quisiera despertar en su pueblo el celo de aprender su verdad.

14. Estos dos hijos de aceite�es decir, los �ungidos� Josu� el sumo sacerdote, y Zorobabel el gobernador civil. Debieron ser ungidos primero de la gracia ellos mismos, para poder ser los instrumentos de suministrarla a otros (v�ase 1 Juan 2:20, Joel 2:20, 1 Juan 2:27, Joel 2:27).

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Zechariah 4". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/zechariah-4.html. 1871-8.
 
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