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Bible Commentaries
1 Corintios 9

Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviarComentario Crítico Sin Abreviar

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Versículos 1-27

CAPITULO 9

PABLO CONFIRMA SU ENSE�ANZA EN CUANTO A NO PONER TROPIEZO EN EL CAMINO DEL HERMANO (cap. 8:13), Y PONE SU PROPIO EJEMPLO AL NO APROVECHAR EL SUS INDUBITABLES DERECHOS DE APOSTOL, CON EL FIN DE GANAR A LOS HOMBRES PARA CRISTO.
1. �No soy ap�stol? �no soy libre?-Los manuscritos m�s antiguos leen: ��No soy libre? �no soy ap�stol?� Pablo hace alusi�n aqu� al cap. 8: �esta libertad vuestra.� Si la invoc�is, yo os llamo a vosotros por testigos: �no la tengo yo tambi�n? �no soy libre?� Si lo sois vosotros, mucho m�s lo soy yo. Porque ��no soy ap�stol?� As� que puedo invocar no s�lo la libertad cristiana sino tambi�n la apost�lica. �no he visto a Jes�s-corporalmente, no en mera visi�n (comp. cap. 15:8). El ap�stol no hubiera podido ratificar el hecho de la resurrecci�n, si no hubiese sido por esta aparici�n corporal de Jes�s que le fu� concedida como a Pedro y a los dem�s ap�stoles. En Act 9:7, Act 9:17 el contraste entre las frases �los hombres que con �l estaban no viendo a nadie,� y �Jes�s que se te apareci� en el camino,� demuestra que Jes�s en realidad se apareci� a Pablo en el camino a Damasco. Cuando vi� a Cristo en el templo (Act 22:17) fu� s�lo �en visi�n.� El ser testigos de la resurrecci�n de Cristo era una de las funciones dominantes de los ap�stoles (Act 1:22). �no sois vosotros mi obra en el Se�or?-Vuestra conversi�n fu� efectuada por �l (Eph 2:10) por mi instrumentalidad.
2. el sello de mi apostolado sois vosotros-Vuestra conversi�n por medio de mi predicaci�n acompa�ada con milagros (�se�ales de un ap�stol,� Rom 15:18-19; 2Co 12:12), y vuestros dones por m� conferidos (cap. 1:7), atestiguan la realidad de mi apostolado as� como el sello puesto en un documento atestigua su autenticidad (Joh 3:33. Rom 4:11).
3. Esta es mi respuesta a los que me preguntan-A los que ponen en duda mi apostolado, a saber: que vosotros sois el sello de mi apostolado.
4. �no tenemos potestad-O seg�n el griego: �derecho,� �autoridad,� o poder legal, equivalente a la �libertad� reclamada por los corintios (cap. 8:9). El �nosotros� incluye con �l a sus colegas en el apostolado. La interrogativa griega expresa: �Seguramente no dir�is que no tenemos potestad: �verdad?� ��Acaso no tenemos el derecho de comer y beber?-sin trabajar con las manos (vv. 11, 13, 14). El que San Pablo no aprovechara este derecho lo usaron sus opositores como pretexto para insinuar que �l mismo era consciente de no ser ap�stol verdadero (2Co 12:13-16).
5. �No tenemos potestad de traer con nosotros una hermana mujer-Es decir, �una hermana como esposa;� una hermana en aquella fe, a que hace que todos los creyentes sean hermanos y hermanas en la familia de Dios: �una mujer� por el convenio matrimonial. San Pablo da a entender que �l no ejerc�a su indubitable derecho a casarse y a �llevar� una creyente (es decir: que le acompa�ase), porque as� conven�a al trabajo cristiano, as� como para ahorrar a las iglesias los gastos de mantenerla en las largas giras que �l efectuara como tambi�n para poder entregarse sin distracciones a la edificaci�n de la iglesia de Cristo (cap. 7:26, 32, 35). Contr�stese la falta de abnegaci�n de parte de los corintios quienes ejerc�an su �libertad� para destruir, en vez de edificar la iglesia (cap. 8:9, 10). como los otros ap�stoles-Lo que indica que algunos de ellos aprovecharon el derecho que ten�an para contraer matrimonio. Sabemos por Mat 8:14 que Cefas, o Pedro, era casado. Esta es una confutaci�n en contra de los que se llaman seguidores de San Pedro, los romanistas, quienes privan al clero del derecho de casarse. Clemente de Alejandr�a, Stromata (Miscel�neo), 7. sec. 63, recuerda una tradici�n tocante a Pedro de que cuando era llevado a la muerte anim� a su esposa diciendo: �Acu�rdate, mi amada, del Se�or.� V�ase Eusebio, Historia Eclesi�stica, 3:30. y los hermanos del Se�or-a quienes se les ten�a en especial estima a causa de su relaci�n con Jes�s (Act 1:14; Gal 1:9). Jacobo, Jos�, Sim�n y Judas. Probablemente primos hermanos de Jes�s: por cuanto los primos hermanos eran llamados �hermanos� por los jud�os. Alford opina que se trata de los hermanos carnales de Jes�s, hijos de Jos� y Mar�a. y Cefas?-Se�alado aqu� acaso por cuanto su nombre ten�a grande influencia con una secci�n partidista de Corinto. �Si vuestro jefe favorito hace as�, yo puedo, por cierto, hacerlo tambi�n� (cap. 1:12; 3:22).
6. Bernab�-Quien estuvo largo tiempo asociado con Pablo, y como �l, estaba acostumbrado a la abnegaci�n y renunciaba a su derecho de recibir manutenci�n como ministro del Evangelio. As� pues, Pablo se mantuvo haciendo tiendas (Act 18:3; Act 20:34; 1Th 2:9; 2Th 3:8).
7. El ministro es espiritualmente un soldado (2Ti 2:3), un labrador (cap. 3:6-8; Son 1:6), y un pastor (1Pe 5:2, 1Pe 5:4). �qui�n planta vi�a, y no come de su fruto?-Los manuscritos m�s antiguos omiten �su.�
8. �Digo esto seg�n los hombres?-�como hombre;� yo hablo as� no solamente de acuerdo con el criterio humano, sino tambi�n con la sanci�n de la ley divina.
9. No pondr�s bozal al buey que trilla-(Deu 25:4.) En el Oriente, hasta el d�a de hoy, no llevan las gavillas al granero, sino a alg�n sitio al aire libre para que sea trillado el trigo bajo las patas de bueyes, o bien, por alguna maquinaria (comp. Mic 4:13). �Tiene Dios cuidado de los bueyes?-�Es el animal el objeto final por el cual se di� esta ley? No. Dios cuida de los animales inferiores (Psa 36:6; Mat 10:29), pero el prop�sito final es el bienestar del hombre, la cabeza de la creaci�n animal. En la humana consideraci�n demostrada hacia el animal inferior, aprendemos que aun m�s debiera ser demostrada en el caso del hombre, quien es el objeto ulterior de la ley; y que el obrero humano (as� el espiritual como el temporal) es digno de su salario.
10. �O d�celo enteramente por nosotros?-�Fu� dicho, sin duda alguna, por el Autor de la ley, en bien de nosotros? Ser�a falso decir que Dios lo dice enteramente (en el sentido solamente) por nosotros, pero es la verdad que absolutamente lo dice para nuestro provecho, como el principal objetivo en el mundo inferior. Grocio, sin embargo, traduce: �especialmente,� en vez de �enteramente.� porque-�significando que� (Alford ): con esperanza ha de arar el que ara-La obligaci�n de no permitir que su ministro sirva sin remuneraci�n recae sobre el pueblo. y el que trilla, con esperanza de recibir el fruto-Los manuscritos y versiones m�s antiguos y los �padres� leen: �el que trilla (debe trillar) con la esperanza de participar� (del fruto de la trilla). �El que ara� espiritualmente, es el que primero planta la iglesia en una parte (comp. cap. 3:6, 9); y �el que trilla,� es el ministro que cuida de la iglesia ya plantada.
11. Si nosotros os sembramos �es gran cosa si seg�remos-enf�tico en el griego. Nosotros, quienes hemos sembrado en vosotros los infinitamente m�s preciosos tesoros del Esp�ritu, podemos reclamar al menos en recompensa la sola cosa que vosotros ten�is para dar, a saber, lo que alimenta a la carne (�lo vuestro carnal�).
12. Si otros tienen-sea ya ap�stoles aut�nticos (v. 5), o falsos (2Co 11:20). �no m�s bien nosotros?-Considerando las labores de mayor importancia que efectuamos a vuestro favor (2Co 11:23). Mas � antes lo sufrimos todo-sin lamentarnos. Deseamos encubrir (lit., guardar como en vaso herm�tico) todo lo que sufrimos en circunstancias apremiantes. El mismo vocablo griego se usa en el cap. 13:7. por no poner ning�n obst�culo al evangelio-Por no impedir su progreso dando ocasi�n a la cr�tica de parte de personas ego�stas, en caso de recibir el sost�n de parte del reba�o. Cuanto menos sean los impedimentos y los gastos causados a la iglesia, y cuanto m�s trabajo se haga, tanto mejor para la causa del evangelio (2Ti 2:4).
13. los que trabajan en el santuario-�en cosas santas�: los sacerdotes y levitas judaicos. El griego especialmente se aplica a los primeros, los que ofrec�an sacrificios. comen del santuario-Una porci�n de las v�ctimas se destinaba para el servicio del altar, y el resto se repart�a entre los sacerdotes (Lev 7:6; Num 18:6, etc.; Deu 18:1, etc.).
14. As� tambi�n orden� el Se�or-La �nica inferencia que se puede sacar de este pasaje es, no que el ministerio cristiano sea de un car�cter sacrificial como el sacerdocio judaico, sino sencillamente, que como �ste era mantenido por las contribuciones del pueblo, as� tambi�n aqu�l deb�a serlo. El salario del clero era pagado al principio de ofrendas voluntarias que se hac�an al celebrarse la cena del Se�or. En la fiesta de amor que le preced�a, todo creyente, seg�n su capacidad, presentaba una donaci�n; y al quedar cubierto el gasto de la mesa, el obispo pon�a a un lado una porci�n para si, otra para los presb�teros, y otra para los di�conos; y con lo que restaba se ayudaba a las viudas, a los hu�rfanos, a los confesores, y a los pobres en general. [Tertuliano, Apolog�a, cap. 39.] a los que anuncian el evangelio-Claramente se�alando como el deber del ministro cristiano, en contraste con los deberes del se cerdocio judaico y los levitas, quienes serv�an en los sacrificios (as� se entiende el griego) y en el altar (v. 13). Si la cena del Se�or fuese un sacrificio (como lo pretende ser el dogma de la misa), entonces el v. 14 de seguro hubiera sido dictado de manera que correspondiera al v. 13. N�tese que el mismo Se�or �ordena� los ritos del Antiguo Testamento y los del Nuevo (Mat 10:10; Luk 10:7).
15. El don especial de Pablo de la continencia, que le facilitaba abstenerse del casamiento sin interrumpir seriamente su mi nisterio, hac�a conveniente para �l lo que ordinariamente era inconveniente: a saber, que el ministerio no fuese sostenido por el pueblo. Lo que para �l era un deber, ser�a lo opuesto para aquel a quien Dios ha encomendado una familia, sin otro medio de sost�n. yo de nada de esto me aprovech�-De ninguno de estos derechos o �potestad� he hecho uso (vv. 4-6, 12). ni tampoco he escrito esto-M�s bien: �no obstante, no he escrito �� para que se haga as� conmigo-lit., �en mi caso:� como se hace en el caso de un soldado, de un labrador, de un pastor de ovejas, de un arador, y de un sacerdote que sacrifica (vv. 7, 10, 13). tengo por mejor morir, antes que nadie haga vana esta mi gloria-Antes de que se me prive de mi privilegio de predicar el evangelio sin remuneraci�n (2Co 11:7-10). Pablo hubiera muerto de hambre antes de impedir el progreso del evangelio por alg�n pretexto o denuncia que se hiciese en su contra acus�ndolo de tener motivos interesados (2Co 12:17-18) Comp�rese el caso similar de desinter�s de parte de Abrah�n (Gen 14:22-23).
16. pues bien � no tengo por qu� gloriarme-Es decir, si predico el evangelio y lo hago para recibir remuneraci�n, no tengo motivo de �gloriarme.� Porque la �necesidad� que me est� impuesta de predicar (v�ase Jer 20:9, y el caso de Jon�s) quita todo motivo de �jactancia.� Mi gloria consiste en que predico de balde (v. 18): puesto que no hay necesidad de que lo haga as�, es un acto voluntario m�o por amor al evangelio.
17. �Si estoy haciendo esto (el predicar) espont�neamente (lo que no es el caso, puesto que me est� impuesta una necesidad semejante a la que obliga al esclavo a obedecer al amo) tengo recompensa; pero si lo hago (como es el caso) involuntariamente (Act 9:15; Act 22:15; Act 26:16; no de mi propia voluntad natural, sino por la gracia constre�idora de Dios; Rom 9:16; 1Ti 1:13-16), me ha sido confiada una dispensaci�n (la del evangelio) (y as� no puedo reclamar �recompensa� alguna, dado que s�lo �he hecho lo que era mi deber, Luk 17:10, pero me expongo al �ay,� v. 16, si en ella falto).
18. �Cu�l, pues, es mi merced?-O �recompensa�. La respuesta est� en el v. 19, a saber: que predicando el evangelio sin cobrar, cuando hubiera podido reclamar con justicia mi derecho a la manutenci�n, pueda �ganar a m�s.� Que � ponga el evangelio de Cristo de balde-Los manuscritos m�s antiguos omiten estas palabras. para no usar mal-M�s bien: �para no aprovechar plenamente mi derecho.� Esta era la base de su �gloria�; pero la �recompensa� final que �l anhelaba era ganar a cuantos m�s le fuese posible (v. 19). Lo primero, que incluye tambi�n esto, viene a ser la respuesta a la pregunta: ��Cu�l es mi merced?� Pero en realidad, la �merced� o �recompensa� era la finalidad principal de su predicaci�n gratuita, a saber: para ganar a m�s. Con este prop�sito, y no por tener de que gloriarse, rehusaba la remuneraci�n.
19. siendo libre para con todos-Esto es, libre del poder de todos los hombres. me he hecho siervo de todos por ganar a m�s-lit., �a los m�s,� a cuantos m�s me sea posible. �Ganar� es una expresi�n propia por tratarse de una �recompensa� (1Th 2:19-20); por lo tanto, la repite frecuentemente (v. 20-22).
20. Heme hecho a los Jud�os como Jud�o-No en las cosas definidas por la ley, sino por el uso judaico. No judaizando en lo esencial, sino en asuntos que no compromet�an sus principios (comp. Act 16:3; Act 21:20-26); coincidencia que no fu� premeditada entre la historia y la ep�stola, y que es una prueba de la autenticidad de �sta. a los que est�n sujetos a la ley, como sujeto a la ley-En las cosas definidas por la ley, tales como las ceremonias que entonces no estaban en pugna con el cristianismo. Tal vez la raz�n para distinguir esta clase de la anterior, es que Pablo pertenec�a nacionalmente a �los jud�os�, pero no pertenec�a por sus creencias, a la clase de aquellos �que estaban bajo la ley.� Esta opini�n est� confirmada por la leccion insertada aqu� por los manuscritos m�s antiguos, otras versiones, y los �padres�: �aunque yo no sea (no est�) sujeto a la ley�.
21. A los que son sin ley-Es decir, los que no tiene una ley revelada; los paganos (comp. Rom 2:12, con v. 15). como si yo fuera sin ley-No imponi�ndoles las ceremonias y las �obras de la ley,� sino �la fe que es por el oir� (Rom 10:17 Gal 3:2). Asimismo, hablando de la manera como ellos lo hac�an, como en Atenas, con argumentos sacados de sus mismos poetas (Act 17:28). no estando yo sin ley de Dios-�Al mismo tiempo que estaba de acuerdo con otros en asuntos de poca trascendencia, me cuidaba de no estar sin ley con respecto a Dios, y en la ley (responsable a la ley) con respecto a Cristo.� Esta es la posici�n verdadera del cristiano con respecto al mundo, a s� mismo, y a Dios. Todas las cosas se desarrollan conforme a la ley que les rige. As� el cristiano, aunque ya no est� sujeto a una ley literal que le constri�a desde fuera, est� sujeto a un principio o ley interior: el esp�ritu de fe en Cristo que obra desde dentro como el germen de una vida nueva. No dice en el griego �bajo (como en el v. 21) la ley de Cristo;� sino que usa la expresi�n m�s blanda, �en la ley,� responsable a la ley. Cristo estuvo sujeto a la ley por nosotros, de modo que nosotros ya no estamos sujetos a la ley (Gal 3:13, Gal 3:24), sino a �l, como los miembros a la Cabeza (cap. 7:22; Rom 8:1-4; Pedro 2:16). Los cristianos servimos a Cristo en novedad de esp�ritu, ya no en la vejez de la letra (esto es, la antigua ley externa como tal), Rom 7:4-6. El Padre ha delegado propiamente su autoridad a Cristo, como cabeza del hombre (Joh 5:22, Joh 5:27); de ah� que el ap�stol sustituya a �Cristo� por �Dios� en la segunda cl�usula, �no sin ley de Dios, m�s en la ley de Cristo.� La ley de Cristo es la ley del amor (Gal 6:2; v�ase 5:13).
22. Me he hecho � flaco por ganar a los flacos-es decir, para establecer, en vez de hacer tropezar, a los cristianos inexpertos (cap. 8:7). Rom 14:1 dice: �D�biles de la fe.� Alford piensa que los �d�biles� no son los cristianos, porque �stos ya est�n �ganados�; sino los que est�n a�n fuera de la iglesia, los que est�n a�n �sin fuerza� para creer (Rom 5:6). Pero cuando los cristianos �d�biles� son guardados por el amor condescendiente de los hermanos m�s fuertes, para que no caigan de la fe, bien se puede decir que son �ganados.� para que de todo punto-Usando �todos los medios.� salve a algunos-Vale el empleo de �todos los medios� para ganar a pocos. Condescend�a con los sentimientos de muchos que pertenec�an a las diferentes clases sociales. para ganar de entre ellos a algunos.
23. esto hago � por hacerme � participante de �l-�Coparticipante� de las bendiciones del evangelio prometidas para cuando Cristo venga por segunda vez. De ellos, (no de �l, a saber, los �ganados� por m� para el evangelio.
24. �No sab�is que los que corren-Refiri�ndose a los juegos �stmicos, de los que la carrera a pie era el principal, los cuales eran, por supuesto, bien conocidos, y eran tema de patri�tico orgullo para los corintios que viv�an en la region contigua. Estos juegos peri�dicos eran a los griegos una pasi�n m�s bien que un mero entretenimiento; de ah� que se usaran correctamente como una figura del ardor cristiano. en el estadio-Seg�n el griego: �campo de carreras.� todos � corren mas uno lleva el premio-Aunque supi�semos que uno solo se salvar�a, con todo vale bien la pena todo el esfuerzo que hagamos de nuestra parte. [Bengel.] Asimismo, en la carrera cristiana no �todos� los que corren ganan (cap. 10:1-5). Corred de tal manera que lo obteng�is-dicho parent�ticamente. Con estas palabras los instructores de los gimnasios y los espectadores exhortaban a los estudiantes para estimularlos a hacer el m�ximo esfuerzo. El gimnasio era un rasgo prominente de toda ciudad griega. Cada candidato ten�a que jurar que hab�a consagrado diez meses a su preparaci�n, y que no violar�a ninguno de los reglamentos (2Ti 2:5; comp. 1Ti 4:7-8). Se manten�a a una dieta estricta, absteni�ndose del vino y de los manjares deliciosos, y soportando el fr�o, el calor y la disciplina m�s rigurosa. El �premio� que se adjudicaba era una guirnalda de hojas verdes; en el Istmo, se usaban las del pino ind�gena, por las que se sustitu�a temporalmente el perejil (v. 25). En el griego el t�rmino traducido �obtener� implica el �obtener completamente.� Es en vano empezar, a menos de que perseveremos hasta el fin (Mat 10:22; Mat 24:13; Rev 2:10). El �de tal manera� significa con una perseverancia, para la carrera celestial, semejante a la que exhiben �todos� los corredores de la carrera terrenal aludida, a fin de alcanzar el premio.
25. aquel que lucha-Esta es una forma de juego aun m�s severa que la carrera a pie. de todo se abstiene-As� tambi�n Pablo se disciplinaba abnegadamente dejando de reclamar para s� su manutenci�n por amor a la �recompensa,� a saber, �el ganar a m�s� (vv. 18, 19). para recibir una corona corruptible-pronta a marchitarse, ya que era hecha simplemente de las hojas de los abetales que rodeaban los estadios �stmicos. mas nosotros incorruptible-(1Pe 1:4; 1Pe 5:4; Rev 2:10). El t�rmino �corona� aqu� no se refiere a la de un rey (el que se expresa por otro vocablo griego diferente que significa �diadema�), sino una guirnalda.
26. As� que, yo-El ap�stol vuelve a su tema principal: su propia abnegaci�n y los m�viles de su acci�n. corro, no como a cosa incierta-No como un corredor que dudara del premio. Vosotros corintios, no alcanz�is ninguna finalidad con entrar en los templos idol�tricos y comer lo ofrecido a �dolos. Pero yo, por mi parte, en todos mis hechos, ya sea haci�ndome �todo a todos los hombres,� o rehusando el sost�n por parte de los convertidos, tengo en vista un prop�sito determinado, a saber: �ganar a m�s� creyentes. Yo s� cu�l es mi meta, y qu� hacer para alcanzarla. El que corre con prop�sito claro, mira hacia adelante, hacia la meta. como su sola finalidad; arroja de s� todo estorbo (Heb 12:1-2), le es in diferente la opini�n de los espectadores, y a veces una ca�da s�lo sirve para estimularle tanto m�s. [Bengel.] no como quien hiere el aire-en vez de pegar al adversario. Aludiendo a la esciamaquia o boxeo en la escuela de combate simulado (comp. cap. 14:9), donde daban golpes al aire como a un adversario imaginario. El adversario real es Satan�s, que obra en nuestra contra por medio de la carne.
27. Antes hiero mi cuerpo-lit., golpeo mi rostro debajo de los ojos dej�ndolo as� amoratado, para castigar mi cuerpo en la parte m�s sensible. V�ase �mortific�is las obras de la carne,� Rom 8:13; tambi�n 1Pe 2:11. No son los ayunos ni las maceraciones asc�ticas del cuerpo lo que aqu� se recomienda, sino la sujeci�n de nuestro ego�smo natural, para poder consagrarnos, cual Pablo, enteramente a la gran obra de Cristo. La expresi�n �mi cuerpo�, se refiere al viejo hombre, y lo que queda de los deseos carnales, es decir hasta donde la carne se oponga al esp�ritu [Estio] (Gal 5:17). Los hombres pueden tratar severamente el cuerpo y, al mismo tiempo, satisfacer sus concupiscencias. El asc�tico �descuido del cuerpo� puede ser siempre un modo sutil de �satisfacer la carne� (Col 2:23). A menos de que el alma tenga sujeto el cuerpo, el cuerpo sujetar� el alma. Uno puede hacer de su cuerpo un siervo bueno o un mal amo. y lo pongo en servidumbre-Como un esclavo llevado cautivo; as� se entiende el original griego. no sea que, habiendo predicado a otros-anunciado, pregonado a otros. Pablo sigue pensando en el campo de carreras. Los pregoneros llamaban a los corredores a la pista [Plat�n, Legg. 8.833], y colocaban la guirnalda en la cabeza de los ganadores, haciendo saber el nombre de los mismos. [Bengel.] Probablemente anunciaban las reglas del combate, lo que correspond�a a la predicaci�n de los ap�stoles. El predicador cristiano tambi�n participaba en la lucha, y en esto se distingu�a del heraldo en los juegos. yo mismo venga a ser reprobado-perdiendo con pena el premio yo mismo, despu�s de haber llamado a otros a la lucha, y siendo rechazado por Dios, el Juez de la carrera cristiana, a pesar de haber yo, por mi predicaci�n, conducido a otros ante �l para que fuesen aceptados. Comp�rese el termino equivalente en Jer 6:30; 2Co 13:6. Pablo ense�a que si aun hac�a falta tal vigilancia abnegada y constante de parte de �l, a pesar de todas sus labores efectuadas a favor de otros, para hacer m�s segura su propia vocaci�n, cuanto m�s hac�a falta esta vigilancia a los corintios, quienes, muy al contrario, abusaban hasta el extremo, de la libertad cristiana.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 1 Corinthians 9". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfu/1-corinthians-9.html. 1871-8.
 
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