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Bible Commentaries
Ezequiel 46

Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviarComentario Crítico Sin Abreviar

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Versículos 1-24

CAPITULO 46

Vv. 1-24. CONTINUACION DE LAS ORDENANZAS PARA EL PRINCIPE Y PARA EL PUEBLO EN SU CULTO. 2. El pr�ncipe ha de pasar por la puerta oriental exterior (abierta s�lo en d�a de s�bado, para se�alar su peculiar santidad) hasta la entrada de la puerta del atrio interior; �l no debe avanzar m�s, sino �estar� al umbral de la puerta� (v�ase 1Ki 8:14, 1Ki 8:22, donde Salom�n est� junto al altar de Jehov� en presencia de la congregaci�n; tambi�n 2Ki 11:14; 2Ki 23:3, �junto a la columna�, el lugar acostumbrado), como el atrio interior pertenec�a exclusivamente a los sacerdotes. All�, como representante del pueblo, en una relaci�n peculiarmente cercana a Dios, �l debe presentar sus ofrendas a Jehov�, mientras a una distancia mayor, el pueblo estar� adorando junto a la puerta exterior de la misma entrada. Las ofrendas de los s�bados son m�s grandes que las de la ley mosaica, d�ndose a entender que el culto a Dios ha de ser dirigido por el pr�ncipe y el pueblo en un esp�ritu m�s mun�fico de liberalidad de sacrificio que anteriormente.
9. Los adoradores en las grandes fiestas hab�an de pasar de un lado al otro, por los atrios del templo, para que, a pesar del gent�o que asist�a a los festejos, la entrada como la salida quedasen libres de modo que los que sal�an no estorbaran a los que entraban.
10. el pr�ncipe � en medio de ellos-no aislado como en otras ocasiones, sino unido con el gran gent�o de adoradores, a su cabeza, seg�n el ejemplo de David (Psa 42:4, �ir� con ellos hasta la casa de Dios, con voz de alegr�a y de alabanza, haciendo fiesta la multitud�): el de rango m�s alto animando las devociones de los dem�s por su presencia y ejemplo.
12-15. No s�lo debe �l cumplir los actos oficiales de culto en d�as santos y fiestas, sino que con ofrendas �voluntarias� diariamente, ha de mostrar su celo individual haciendo que sobrepujen a las de todo el pueblo en liberalidad, d�ndoles as� un ejemplo noble.
16-18. Las posesiones del pr�ncipe ser�n inajenables, y cualquier porci�n dada a un siervo tiene que entregarse a los hijos en el a�o de jubileo, para que no tenga la tentaci�n de despojar a su pueblo de su heredad, como anteriormente (v�ase Acab y Naboth, 1 Reyes 21). La menci�n del a�o de jubileo da a entender que hay algo literal indicado, adem�s del sentido espiritual. El a�o de jubileo fu� restablecido despu�s de la cautividad. [Josefo, Antig�edades,Psa 14:10, Psa 14:6; 1Ma 6:49]. Tal vez ser� restablecido en el reino futuro del Mes�as. V�ase Isa 61:2-3, donde �el a�o aceptable del Se�or� se une estrechamente con la consolaci�n de los que lamentan en Si�n, y �el d�a de venganza� sobre los enemigos de Si�n. La menci�n de los hijos del pr�ncipe es un argumento m�s en contra de que sea indicado el Mes�as por �el pr�ncipe�.
19-24. La debida consideraci�n habr� de prestarse a la santidad de los alimentos de los sacerdotes oficiantes, por medio de atrios de cocinas provistos cerca de sus c�maras. Un n�mero de departamentos para cocinar deb�an estar en los �ngulos del atrio interior, reservado para la carne de las ofrendas por el pecado, comida s�lo por los sacerdotes como requisito previo (Lev 6:25; Lev 7:7), antes que salieran a unirse nuevamente con el pueblo; otro n�mero de cocinas en los �ngulos del atrio exterior, para cocinar la carne de las ofrendas pac�ficas, de las cuales participaba el pueblo junto con los sacerdotes. Todo esto da a entender que nunca m�s ha de confundirse lo com�n e impuro con lo sagrado y divino, sino que aun en las cosas menores, como el comer y beber, la gloria de Dios debe ser el motivo (1Co 10:31).
22. patios juntos-Fairbairn traduce �techados� o �abovedados�. Pero parece que estos departamentos para cocinar estaban sin techo, para permitir que se escapasen m�s f�cilmente el humo y el olor de la carne. Estaban �unidos� a las paredes del patio en los �ngulos del mismo. a los rincones-al pie de las hileras, es decir, en la parte m�s baja de los muros, donde estaban los lugares para cocinar la carne.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Ezekiel 46". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfu/ezekiel-46.html. 1871-8.
 
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