Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
Attention!
StudyLight.org has pledged to help build churches in Uganda. Help us with that pledge and support pastors in the heart of Africa.
Click here to join the effort!

Bible Commentaries
San Juan 21

Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviarComentario Crítico Sin Abreviar

Buscar…
Enter query below:

Versículos 1-25

CAPITULO 21

Vers. 1-23. DETALLES SUPLEMENTARIOS. (Se ha sostenido que este cap�tulo ha sido a�adido por otra mano, contra clara evidencia en contra, por algunos cr�ticos modernos, principalmente porque el evangelista hab�a conclu�do su parte de la obra con el cap. 20:30, 31. Pero ni en las Ep�stolas del Nuevo Testamento, ni en otros autores buenos, es inusitado intercalar asuntos suplementarios, y por consiguiente, tener m�s de una sola terminaci�n].
1, 2. Despu�s se manifest� Jes�s � y manifest�se de esta manera-Esta forma de hablar indica que despu�s de su resurrecci�n, �l no se mostraba sino ocasional e inesperadamente, y de manera sobrenatural, mas real y corporalmente. Natanael-V�ase la nota acerca de Mat 10:3.
3-6. D�celes Sim�n: A pescar voy-V�ase la nota acerca de Luk 5:11. aquella noche no cogieron nada-como cuando la primera pesca milagrosa (v�ase la nota acerca de Luk 5:5); sin duda as� dispuesto por Dios para que el milagro los impresionara tanto m�s por el contraste. El mismo principio se ve en operaci�n durante gran parte del ministerio de Cristo, y es en efecto una gran lev del proceder espiritual de Dios con su pueblo.
4. Jes�s se puso-Cf. cap. 20:19, 26. mas los disc�pulos no entendieron que era Jes�s-Tal vez hab�a habido alg�n intervalo considerable desde la �ltima manifestaci�n, y habi�ndose puesto de acuerdo para volver a su empleo secular, ellos no estaban preparados para verlo. Mozos-Este t�rmino no lo identificar�a necesariamente, por no ser inusitado de parte de alguna persona de rango superior; pero cuando ellos lo reconocieran, se dar�an cuenta de que esto era muy propio de su Maestro. �ten�is algo de comer?-�provisiones�, �abastecimientos�, queriendo decir en este caso0 pescado. Respondi�ronle: No-Esto fu� en su estilo acostumbrado, haciendo que ellos dijeran su situaci�n, para prepararlos as� para lo que ven�a.
6. Y �l les dice: Echad la red a la mano derecha del barco-sin duda, por esta direcci�n concreta, queriendo revelarles su conocimiento del mar y su poder sobre �l.
7-11. aquel disc�pulo, al cual amaba Jes�s, dijo a Pedro: El Se�or es-nuevamente teniendo la ventaja de su hermano en la celeridad de reconocimiento (v�ase el cap. 20:8), a ser seguido por una actividad en Pedro muy propia de �l. estaba desnudo-con solamente la ropa interior. ech�se a la mar-en la parte poco profunda, a menos de cien metros de la ribera (v. 8); no pensando nadar, sino llegar a Jes�s m�s pronto que en el barco lleno, el cual dif�cilmente pod�an llevar remando hasta la ribera.
9. vieron ascuas puestas, y un pez encima de ellas, y pan-Cotejando esto con 1Ki 19:6, y pasajes similares, aparecer�n los medios invisibles por los cuales Jes�s hizo esta provisi�n.
10. D�celes Jes�s: Traed de los peces que cogisteis ahora-Obs�rvese la provisi�n doble as� lograda: la de �l y la de ellos. El significado de esto tal vez aparecer� luego.
11. Subi� Sim�n Pedro-a bordo. y trajo la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres: y siendo tantos, la red no se rompi�-La referencia manifiesta aqu� a la pesca milagrosa anterior (Luk 5:1-11), nos da la clave a esta escena. All� la pesca fu� simb�lica del �xito de su m�nisterio futuro: Mientras un �temor le hab�a rodeado [a Pedro], y a todos los que estaban con �l, de la presa de los peces que hab�an tomado � Jes�s dijo a Sim�n: No temas: desde ahora pescar�s hombres.� Tambi�n, cuando fueron llamados la primera vez, en el acto de echar �la red en la mar; porque eran pescadores�, la misma referencia simb�lica fu� hecha a su ocupaci�n secular: �Venid en pos de m�, y os har� pescadores de hombres�. (Mat 4:18-19). Aqu�, entonces, si solamente tenemos en cuenta la misma referencia simb�lica, ser� claro todo el prop�sito de esta escena. La multitud y el tama�o de los peces que ellos tomaron, simb�licamente prefiguraban el inmenso �xito de su ministerio que ya estaba acerc�ndose, y �sta s�lo como un principio de futuras pescas, por medio del ministerio cristiano, hasta que �la tierra ser� llena del conocimiento de la gloria de Jehov�, como las aguas cubren la mar.� Y mientras que, en la primera ,pesca milagrosa, la red �se romp�a� por el peso de lo que conten�a-expresivo de la dificultad con que, despu�s de �pescados los hombres�, ellos ser�an capaces de retener, o evitar que escaparan para volver al mundo-aqu�, �siendo tantos, la red no se rompi�, �no nos hace recordar dichos como �stos (cap. 10:28): �Yo les doy [a mis ovejas] vida eterna; y no perecer�n para siempre ni nadie las arrebatar� de mi mano�? [Luthardt]. Pero no por medio del ministerio cristiano son juntados todos los disc�pulos verdaderos. Jes�s mismo, por m�todos invisibles, recoge a algunos, quienes despu�s son reconocidos por los pescadores de hombres ya constitu�dos, y quienes participan de los frutos de sus labores. Y �no son �stos simbolizados por aquella porci�n del refrigerio galileo que hallaron los pescadores, de alg�n modo invisible, ya preparada para ellos.
12-14. Y ninguno de los disc�pulos osaba preguntarle: �T�, qui�n eres? sabiendo que era el Se�or-dando a entender que les habr�a gustado o�rle decir: �Yo soy�; pero teniendo evidencia tan convincente, ellos ten�an miedo de ser censurados por �su incredulidad y dureza de coraz�n�, si osaran hacerle la pregunta.
13. toma el pan, y les da; y asimismo del pez-V�ase la nota acerca de Luk 24:30.
14. Esta era ya la tercera vez que Jes�s se manifest� a sus disc�pulos-a sus disc�pulos reunidos; pues si contamos sus apariciones a disc�pulos individuales, ser�an m�s veces.
15-17. Y cuando hubieron comido, Jes�s dijo-Parece que el silencio hab�a reinado durante la comida; ininterrumpido por parte de �l, para que por su observaci�n muda de �l tuvieran ellos tanto m�s comprobada la seguridad de su identidad; y de parte de ellos, por cortedad reverente de hablar mientras �l no hablara. Sim�n, hijo de Jon�s, �me amas m�s que �stos?-refiri�ndose cari�osamente a aquellas palabras tristes de Pedro, un poco antes que negara a su Se�or: �Aunque todos sean escandalizados en ti, yo nunca ser� escandalizado� (Mat 26:33), y pensando por esta alusi�n traer toda la escena viva ante su mente, y avergonzarlo. Si, Se�or: t� sabes que te amo-El no agrega �m�s que �stos�, pero antepone una apelaci�n afectuosa a la misma omnisciencia del Salvador por la verdad de su protestaci�n, lo que hace que sea totalmente diferente de su dicho anterior. D�cele: Apacienta mis corderos-Es seguramente equivocado considerar este t�rmino como un mero diminutivo de cari�o, y como queriendo decir lo mismo que �las ovejas� [Webster y Wilkinson]. Est� mucho m�s de acuerdo con la usanza entender por �corderos� los disc�pulos j�venes y tiernos, ya sea en edad o en experiencia cristiana (Isa 40:11; 1Jo 2:12-13), y por las �ovejas� los m�s maduros. �Diremos (con muchos) que Pedro fu� rehabilitado aqu� en su puesto? No exactamente, puesto que en realidad no fu� exclu�do de �l. Pero despu�s de un comportamiento como el de �l, despu�s de la profunda herida que hab�a recibido el honor de Cristo, la mancha tra�da sobre su puesto, el da�o hecho a su alta posici�n entre los hermanos, y aun su propio consuelo, en perspectiva de la gran obra delante de �l, hac�a falta alguna renovaci�n semejante de su llamamiento y restablecimiento de su posici�n
16. Vu�lvele a decir la segunda vez ��me amas? etc.-En esta segunda repetici�n, aunque se pensaba reabrir la her�da, no se repiten las palabras �m�s que �stos�; porque Cristo es m�dico tierno como tambi�n h�bil, y el silencio de Pedro sobre este punto fu� confesi�n bastante de su pecado y locura. Como Pedro repite su protestaci�n en las mismas palabras, el Se�or se eleva m�s alto en la manifestaci�n de su gracia restauradora. Apacienta mis ovejas-Se ha dicho que la palabra aqu� es cambiada a prop�sito de una usada en el v. 15, que qu�ere decir simplemente dar de comer � a los corderos�, a una que quiere decir atender, cuidar como pastor, dando a entender el ejercicio permanente, continuado de aquella vocaci�n, y en sus funciones m�s elevadas.
17. D�cele la tercera vez: Sim�n, hijo de Jon�s, �me amas? Entristeci�se Pedro de que le dijese la tercera vez, etc.-Esta fu� la incisi�n m�s honda del m�dico en la herida, cuando Pedro todav�a sent�a el dolor de los dos sondeos anteriores. Hasta ahora Pedro no se hab�a dado cuenta todav�a del objeto de esta serie de sondeos. La tercera vez lo revela todo, trayendo ante su vista tal arremetida de tristes recuerdos de que �tres veces neg� que lo conoc�a� que lo siente en lo m�s vivo. Conven�a que lo sintiera; se quer�a que lo sintiese. Pero logrado su prop�sito, el di�logo doloroso termina con un grato: �Apacienta mis ovejas�; como si dijera el Se�or: �Ahora, Sim�n, se ha disipado la �ltima manchita de la nube que te hac�a sombra desde aquella noche de noches: Desde ahora eres para m� y mi obra como si no hubiese acaecido aquella escena.�
18, 19. Cuando eras m�s mozo-abarcando todo el per�odo de la vida hasta el borde de la vejez. te ce��as, e ibas donde quer�as-eras due�o de ti mismo. cuando ya fueres viejo, extender�s tus manos-para ser atado para la ejecuci�n, aunque no necesariamente en una cruz. Sin embargo, no hay motivo para dudar la tradici�n antigua de que Pedro muri� crucificado. esto dijo, dando a entender con qu� muerte hab�a de glorificar a Dios-No es pues una mera predicci�n de la manera de su muerte, sino del honor que ser�a conferido a �l por morir en nombre de su Se�or. Y, en efecto, sin duda, esta predicci�n fu� propuesta para sellar su triple restauraci�n: �S�, Sim�n, no s�lo dar�s a comer a mis corderos y atender�s a mis ovejas, sino despu�s de una larga carrera de tal servicio, ser�s contado digno de morir por el nombre del Se�or Jes�s.� Y dicho esto, d�cele: S�gueme-Uniendo as� esta predicci�n con la invitaci�n a seguirlo, indicar�a el evangelista el sentido m�s profundo en el cual fu� entendido este llamamiento, de no acompa�arlo meramente en aquel momento, sino de venir en pos de �l �llevando su cruz�.
20, 21. Volvi�ndose Pedro-indicando que �l segu�a inmediatamente como se le mand�. ve a aquel disc�pulo al cual amaba Jes�s que segu�a, el que tambi�n se hab�a recostado a su pecho en la cena, y le hab�a dicho: Se�or, �qui�n es el que te ha de entregar?-El evangelista hace estas alusiones a la familiaridad peculiar a la cual hab�a sido admitido en la m�s memorable de todas las ocasiones, tal vez afectuosamente para dar raz�n de la pregunta un tanto osada de Pedro acerca de �l; lo que es m�s bien probable, como fu� por la sugesti�n de Pedro, que Juan hizo la pregunta acerca del traidor que aqu� se recuerda (cap. 13:24, 25). Pedro � dice a Jes�s: Se�or, �y �ste, qu�?-��Qu� de este hombre�? o, ��C�mo le ir� a �l?�
22, 23. D�cele Jes�s: Si quiero que �l quede hasta que yo venga, �qu� a ti? S�gueme t�-Por el hecho de que Juan solo de los Doce sobrevivi� la destrucci�n de Jerusal�n, y as� fu� testigo de aquella serie de acontecimientos que pertenece a �los �ltimos d�as�, muchos int�rpretes buenos creen que �sta es una predicci�n virtual del hecho, y no una mera suposici�n. Pero esto es muy dudoso, y parece m�s natural considerar que nuestro Se�or no pensaba dar ninguna indicaci�n positiva de la suerte de Juan, sino que era un asunto que pertenec�a al Se�or de los dos, quien lo revelar�a o lo encubrir�a seg�n creyera propio, y que le correspond�a a Pedro prestar atenci�n a sus asuntos propios. De acuerdo con esta interpretaci�n, en el �s�gueme t��, la palabra �t�� es enf�tica. N�tese la disposici�n absoluta de la vida humana que pretende Cristo como suya por derecho: �Si quiero que �l quede hasta que yo venga�, etc. Sali� entonces este dicho entre los hermanos, que aquel disc�pulo no hab�a de morir-creencia en la cual ellos cayeron tanto m�s f�cilmente por la expectativa general de que la segunda venida de Cristo estaba entonces cerca. Mas Jes�s no le dijo, No morir�-El evangelista es celoso por el honor de su Se�or, el cual se podr�a creer que la muerte de Juan comprometer�a, si tal malentendido no fuera corregido.


24, 25. LA TERMINACION FINAL DE ESTE EVANGELIO. Este es aquel disc�pulo que da testimonio de estas cosas, y escribi� estas cosas-identificando as� al autor de este libro con todo lo que dice de este disc�pulo-y sabemos que su testimonio es verdadero-Cf. cap. 19:35. Y hay tambi�n otras muchas cosas que hizo Jes�s-V�ase el cap. 20:30, 31. si se escribiesen cada una � pienso-expresi�n usada para dar a entender que lo que sigue no hay que tomarlo demasiado literalmente. ni aun en el mundo � cabr�an los libros, etc.-no una expresi�n meramente hiperb�lica, distinta de la sublime sencillez de este escritor, sino dicho para hacer entender al lector que, aun ahora cuando �l hab�a terminado de escribir, le parec�a que faltaba mucho para agotar todos los materiales; que �l mismo estaba rebosando, y podr�a multiplicar �Evangelios� hasta casi cualquier extensi�n dentro de los l�mites estrictos de lo que �Jes�s hizo�. Pero en la limitaci�n de estas Historias incomparables, en cuanto a n�mero, hay tanto de aquella sabidur�a divina que ha presidido y penetra los or�culos vivos, como en su variedad y plenitud.



TABLA CRONOLOGICA DE LOS MILAGROS DE CRISTO

Sobre el orden de algunos de los Milagros y de las Par�bolas de nuestro Se�or, habiendo escasos datos, existe considerable diferencia de opini�n.


MILAGROS D�nde se verificaron D�nde se relatan
El agua hecha vino Can� de Galilea 2Jo 2:1-11
Los comerciantes arrojados del templo Jerusal�n 2Jo 2:13-17
El hijo del noble sanado Can� 2Jo 4:46-54
La primera pesca milagrosa Mar de Galilea Luk 5:1-11
El leproso sanado Capernaum Mat. 8:2-4; Mar. 1:40-45; Luk 5:12-15.
El siervo del centuri�n sanado Capernaum Mateo 8:5-13; Luk 7:1-10
El hijo de la viuda resucitado Na�n Luk 7:11-17
El endemoniado sanado Capernaum Mar. 1:21-28; Luk 4:31-37
La suegra de Pedro sanada Capernaum Mat. 8:14, 15; Mar. 1:29-31; Luk 4:38-39
El paral�tico sanado Capernaum Mat. 9:2-8; Mar. 2:1-12; Luk 5:17-26
El hombre impotente sanado Jerusal�n 2Jo 5:1-16.
El hombre de la mano seca sanado Galilea Mat. 12:10-14; Mar. 3:1-6; Luk 6:6-11
El endemoniado ciego y mudo sanado Galilea Mateo 12:22-24; Luk 11:14
La tempestad calmada Mar de Galilea Mat. 8:23-27; Mar. 4:35-41; Luk 8:22-25
Los endemoniados gadarenos sanados Gadara Mat. 8:28-34; Mar. 5:1-20
La hija de Jairo resucitada El flujo de sangre sanado Capernaum Cerca de Capernaum } Mat. 9:18-26; Mar. 5:22-24; Luk 8:41-56
Los dos hombres ciegos sanados Capernaum Mateo 9:27-31
El endemoniado mudo sanado Capernaum Mateo 9:32-34
Los cinco mil alimentados Dec�polis Mat. 14:13-21; Mar. 6:31-44; Luk 9:10-17; 1Jo 6:5-14
Jes�s camina sobre las aguas Mar de Galilea Mat. 14:22-33; Mar. 6:45-52; 1Jo 6:15-21
La hija de la mujer sirofenisa Costas de Tiro y Sid�n Mat. 15:21-28; Mar. 7:24-30
El sordo y tartamudo sanado Dec�polis Marcos 7:31-37
Los cuatro mil alimentados Dec�polis Mat. 15:32-39; Mar. 8:1-9
Un ciego sanado Betsaida Marcos 8:22-26
El joven lun�tico sanado Cerca de Cesarea de Filipo Mat. 17:14-21; Mar. 9:14-29; Luk 9:37-43.
La provisi�n milagrosa de tributo Capernaum Mateo 17:24-27
Los ojos del ciego de nacimiento abiertos Jerusal�n 2Jo 9:1-41
La mujer enferma desde hac�a 18 a�os sanada [Perea] Luk 13:10-17
El hidr�pico sanado [Perea] Luk 14:1-6
Los diez leprosos limpiados Frontera de Samaria Luk 17:11-19
L�zaro resucitado Betania 2Jo 11:1-46
Los dos mendigos ciegos sanados Jeric� Mat. 20:26-34; Mar. 10:46-52; Luk 18:35-43
La higuera est�ril maldita Betania Mat. 21:12, 13, 18, 19; Mar. 11:12-24
Los comerciantes arrojados del templo Jerusal�n Luk 19:45, 46
La oreja de Malco sanada Getseman� Mat. 26:51-54; Mar. 14:47-49; Luk 22:50, 51; 1Jo 18:10, 11
La segunda pesca Mar de Galilea 2Jo 21:1-14
TABLA CRONOLOGICA DE LAS PARABOLAS DE CRISTO


PARABOLAS D�nde se pronunciaron D�nde se relatan
Los dos deudores [Capernaum] Luk 7:40-43
El hombre fuerte armado Galilea Mat. 12:29; Mar. 3:27; Luk 11:21, 22.
El esp�ritu inmundo Galilea Mat. 12:43-45; Luk 11:24-26
El sembrador Costa del Mar de Galilea Mat. 13:3-9, 18-23; Mar. 4:3-9, 14-20; Luk 8:5-8, 11-15
La ciza�a y el trigo Costa del Mar de Galilea Mateo 13:24-30, 36-43
El grano de mostaza Costa del Mar de Galilea Mat. 13:31, 32; Mar. 4:30-32; Luk 13:18, 19
La semilla que crece secretamente Costa del Mar de Galilea Marcos 4:26-29
La levadura Costa del Mar de Galilea Mat. 13:33; Luk 13:20, 21
El tesoro escondido Costa del Mar de Galilea Mateo 13:44
La perla de gran precio Costa del Mar de Galilea Mateo 13:45, 46
La red de pescar Costa del Mar de Galilea Mateo 13:47-50
El siervo cruel Capernaum Mateo 18:21-35
El buen samaritano Cerca de Jerusal�n Luk 10:29-37
El amigo de media noche Cerca de Jerusal�n Luk 11:5-8
El rico insensato Galilea Luk 12:16-21
La higuera est�ril Galilea Luk 13:6-9
La gran cena Perea Luk 14:15-24
La oveja perdida Perea Mat. 18:12-14; Luk 15:3-7
La moneda perdida Perea Luk 15:8-10
El hijo pr�digo Perea Luk 15:11-32
El buen pastor Jerusal�n 2Jo 10:1-18
El mayordomo infiel Perea Luk 16:1-8
El rico y L�zaro Perea Luk 16:19-31
Los siervos in�tiles Perea Luk 17:7-10
La viuda insistente Perea Luk 18:1-8
El fariseo y el publicano Perea Luk 18:9-14
Los obreros de la vi�a Perea Mateo 20:1-16
Las minas Jeric� Luk 19:11-27
Los dos hijos Jerusal�n Mateo 21:28-32
Los labradores malvados Jerusal�n Mat. 21:33-44; Mar. 12:1-12; Luk 20:9-18
Las bodas del hijo del rey Jerusal�n Mateo 22:1-14
Las diez v�rgenes Monte de Olivas Mateo 25:1-13
Los talentos Monte de Olivas Mateo 25:14-30

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre John 21". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfu/john-21.html. 1871-8.
 
adsfree-icon
Ads FreeProfile