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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento Comentario de Sutcliffe
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre 1 Corinthians 13". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jsc/1-corinthians-13.html. 1835.
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre 1 Corinthians 13". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/
Versículos 1-13
Habiendo hablado el ap�stol de los adornos de la iglesia, que es el cuerpo de Cristo, procede ahora a tratar de su gloria interior; y esa gloria es caridad, porque sin ella, todas las dem�s dotes son el oprobio del mundo cristiano. Esto se indica con las palabras que preceden: "pero os mostrar� un camino m�s excelente". Algunos soportan mucho a nuestro Stephen Langton, abp. de Canterbury, quien dividi� la Biblia en vers�culos, por separar esas palabras de este cap�tulo.
Aunque se equivoc� en algunos lugares, toda Europa adopt� su plan. Or�genes hab�a dividido su Hexapula en secciones, comenzando cada una (principalmente en el medio de una l�nea) con una letra may�scula, cuyos lados estaban descritos con una pluma fina, y el medio se hab�a llenado sucesivamente con bermell�n, con amarillo y azul de lapisl�zuli, que confer�a mucha belleza a la p�gina. A veces se empleaban �xidos de oro y plata, y a veces se escrib�an manuscritos completos con ellos.
Esta caridad se demuestra por sus frutos, como en 1 Corintios 13:4 . Eclipsa todas las dotes de profec�a, de lenguas y de conocimiento. Esta caridad transmite su gloria a un mundo futuro, y con todo el brillo del aumento.
"Durando su l�mpara, y sin consumir su llama".
1 Corintios 13:1 . Aunque hablo en lenguas de hombres, cuya elocuencia los elev� de un nacimiento humilde al m�s alto rango en el Senado; hombres que pudieran apoderarse de las multitudes reunidas y convertirlas en r�os de agua.
Y de �ngeles. Pablo puede hacer aqu� una referencia especial a los coristas en los atrios celestiales. Aunque los �ngeles se hablan entre s� en su propio idioma, no hay duda de que conocen todos los idiomas que se hablan entre los hombres.
Y no tengo caridad. Si no amo al Se�or supremamente, con un amor que emana de un coraz�n puro, una buena conciencia y una fe sincera, me convertir� en un metal que resuena o en un c�mbalo tintineante. Los platillos son bien conocidos y se utilizan principalmente en bandas militares. Generalmente est�n hechos de esta�o, mezclado con otros metales sonoros; y en la figura de un plato que tiene una cavidad en el medio, que se agarra con la mano. Sosteniendo uno en cada mano, marcan el ritmo de la m�sica y superan con creces el sonido de la trompeta.
1 Corintios 13:2 . Y tener todos los conocimientos, conocimientos elementales de las ciencias, incluido el aprendizaje del hebreo en general. El Dr. Lightfoot traduce aqu�, que �Hillel el mayor ten�a ochenta alumnos, treinta dignos del Esp�ritu Santo para descansar sobre ellos, como descansaba sobre Mois�s. Treinta para quienes el sol podr�a detener su curso, como lo hizo con Joshua.
Los veinte restantes ten�an un rango medio. El principal de estos fue Jochanan, erudito en las Escrituras, la Mishn�, la Guemar�, los modismos de la ley. Los escribas entendieron ilustraciones, comparaciones, ecuaciones, geometr�a, par�bolas, etc. "
Si tuviera fe para remover monta�as, para superar imposibilidades; sin embargo, sin caridad todo ser�a in�til.
1 Corintios 13:3 . Aunque doy todos mis bienes para alimentar a los pobres. El hijo pr�digo entrega todas sus riquezas con la locura y la concupiscencia de su coraz�n, y deja reproches en su memoria. El buen hombre, por el contrario, distribuye sus cosechas y sus riquezas a imitaci�n de Dios. Los personajes filantr�picos merecen un r�cord en la iglesia.
El benevolente Thornton, de Londres, imitado por John Crosse, vicario de Bradford; el filantr�pico Reynolds, de Bristol, imitado por su vecino Bonville; a Howard, la admiraci�n de Europa; todos estos son nombres "como ung�ento derramado".
Aunque entregue mi cuerpo para ser quemado; literalmente, ser consumido en el fuego, como los m�rtires, atestiguar la verdad de la religi�n, de nada sirve si no sufro por el amor de Cristo. Ser "abrasado por el fuego" disuade del sentido del texto y de las glosas de los padres.
1 Corintios 13:4 . La caridad es sufrida, refrena la ira, es paciente, indulgente, como dice Ambrosio, como Dios nos ha soportado. Y es amable. Hay una urbanidad, una dulzura y una gracia en los cristianos que han vivido mucho tiempo en el disfrute de la verdadera religi�n, que supera con creces la descripci�n. La caridad ante agravios, fraudes y agravios, no busca lo suyo provocando rencillas en la sociedad y pleitos vejatorios ante la ley: prefiere sufrir el agravio.
1 Corintios 13:5 . La caridad no se comporta indecorosamente, �indecorosamente� (como dicen todas las versiones) en cualquier estado o posici�n en que se encuentre. No se irrita f�cilmente: ???????????, no se irrita, no se exacerba. Tremellius. Ne s 'aigrit point. Versi�n de Mons.
El �rabe y todas las dem�s versiones est�n de acuerdo. Pero Tirino, el jesuita, da otro comentario. Non facil� concitatur ad iram, no se excita f�cilmente con la ira; pero una glosa no es una versi�n. El adverbio entrometido, f�cilmente, cambia la lectura y pervierte el sentido. La palabra griega aparece en Hechos 17:16 . El esp�ritu de Pablo se conmovi� dentro de �l cuando vio que Atenas estaba totalmente entregada a la idolatr�a.
Tambi�n en Hechos 15:39 , se dice que �la contienda fue tan aguda� entre Pablo y Bernab�. La ira, como todas las otras pasiones, es santa y noble, mientras est� bajo las riendas del juicio; pero cuando gana el dominio, un hombre se sonroja como si hubiera sido vencido por el vino.
1 Corintios 13:6 . No se alegra de la iniquidad. Regocijarse por el pecado es una pasi�n muy profana y maligna, y se pone aqu� en oposici�n a la verdad o justicia. Andar en la verdad es servir a Dios en santidad y justicia.
1 Corintios 13:8 . La caridad nunca deja de ser , ????????; es decir, dice Teofilacto, nunca se desv�a, lo logra todo y apunta a la consumaci�n. Nunca se aparta de su car�cter propio, y esto se dice en oposici�n a los dones del cap�tulo anterior; a las profec�as que ser�n reemplazadas, a las lenguas que cesar�n, y al conocimiento que se desvanecer�.
1 Corintios 13:12 . Ahora, vemos a trav�s de un cristal oscuro. La palabra vidrio perturba el sentido; fue descubierto recientemente cuando Paul escribi�. La lectura literal es, Ahora vemos en un esp�culo, (un espejo met�lico pulido) en �nigmas; porque en un padre terrenal, vemos al Padre celestial, y en todo el lenguaje figurado de las Escrituras, vemos la gloria celestial designada.
Milton nos da un hermoso verso sobre Eva, cuando lleg� a casa de Ad�n, y le cont� la figura que hab�a visto en el estanque de agua, de una mujer que se mov�a mientras se mov�a, y cuando se retir�, la figura se retir�.
1 Corintios 13:13 . El mayor de ellos es la caridad, en lo que respecta a la excelencia de la naturaleza, y la permanencia de la duraci�n. La caridad es el padre de la fe y la esperanza. La caridad subsistir� cuando la fe reciba su consumaci�n en promesas y la esperanza en el fruto de la gloria eterna.
REFLEXIONES.
Nuestro ap�stol, pasando de los adornos exteriores a los interiores de la iglesia, llega a esa caridad divina que es la principal excelencia de la mente. El conocimiento de idiomas, acompa�ado de una elocuencia popular, fue una gran gloria en el mundo oriental. El don de profec�a, como en 1 Corintios 11:4 , fue tambi�n un talento muy edificante, especialmente cuando se combina con todo el conocimiento sagrado y literario que puede adornar la mente, y con toda la benevolencia para con los pobres y el valor en el sufrimiento. que posiblemente puede agregar brillo al car�cter; sin embargo, todos eran oscuros donde faltaba la caridad divina.
Esta caridad, este amor de Dios derramado en el coraz�n, es para todos los logros como el sol para el universo; confiere gracia a cada acci�n y el resplandor del cielo a cada sentimiento. Un hombre de dotes superiores, desprovisto de amor, se encuentra m�s pr�ximo a empa�ar todo su brillo con la avaricia, la vanagloria y los h�bitos s�rdidos.
Los elogios superiores que San Pablo concede aqu� a la caridad, prueban que conoc�a perfectamente la religi�n de su Maestro. Tanto Mois�s como Cristo han resuelto toda la ley en el amor de Dios y de nuestro pr�jimo. Esta caridad es, por tanto, el fin del mandamiento y la prueba m�s justa de nuestra adopci�n. Dios es amor; y el que vive en el amor, en Dios permanece, y Dios en �l.
Los diecis�is caracteres aqu� dados de caridad s�lo tienen que ser pesados ??y copiados en nuestro coraz�n y en nuestra vida, para realzar su valor en nuestra estima. Es sufrida y paciente en soportar a los hombres malos y en retribuir sus obras con bondad. no tiene envidia, no se jacta de s� mismo, siendo consciente de un valor que viene de arriba. Est� tan absorto en admirar la gloria y la perfecci�n de Dios que pierde de vista su propia superioridad.
Y en lugar de envidiar a otro por su conocimiento y elocuencia superiores, un car�cter seguro de una mente m�s mezquina, se regocija de ser peque�o a los ojos de Dios y santificado en su estima. Todo lo cree cuando un vecino hace una defensa honesta; espera lo mejor, poniendo las glosas m�s caritativas en toda su conducta. Cu�n preferible es esto a una sospecha habitual, el efecto natural de la culpa ingeniosa.
S�, y donde un hombre es sorprendido por una falta, la caridad nunca falla en la esperanza y en el uso de medios para la restauraci�n del descarriado. Cu�n justa, pues, es la caridad, gracia que pueden tener todos los pobres y analfabetos, preferida al conocimiento que se desvanece.
La humillaci�n deber�a acompa�ar siempre al conocimiento, porque sabemos, pero en parte. Los santos y adorables misterios de la revelaci�n deben humillarnos a los pies de Cristo. Aunque nos ha revelado los misterios del reino de los cielos, conocemos s�lo una peque�a parte de la profundidad tanto de la sabidur�a como del conocimiento de Dios. Por eso nos postramos con los �ngeles al estrado del trono y adoramos en el m�s bajo abatimiento.
Tambi�n temblamos por ti, oh t�, profano sociniano, que est�s mostrando tu desd�n e ingenio profano con respecto a los santos misterios de nuestra fe. Mientras que San Pablo confes� que sab�a solo en parte, y vio oscuramente en el espejo de la revelaci�n, o por el �nigma del lenguaje figurado, tu lengua est� profanando las doctrinas de la Trinidad, de la Expiaci�n y del Esp�ritu Santo. Pero recuerde, que el que confundi� a los burladores en el arca, viene en llamas de fuego contra todos los que menosprecian el evangelio.
La caridad divina no solo es m�s grande que el conocimiento y los dones, sino que sobrepasa tanto la fe como la esperanza, que son esenciales para la salvaci�n y deben permanecer en todas las edades de la iglesia militante. La fe, que obra por el amor, purifica el coraz�n; y la esperanza, amando la aparici�n de Cristo, aguarda su venida firme como un ancla. Pero cuando �stos sean reemplazados, la caridad en el cielo adquirir� consumaci�n eterna y resplandecer� en las emanaciones de Dios con un ardor insaciable.