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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento Comentario de Sutcliffe
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Información bibliográfica
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre 2 Chronicles 31". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jsc/2-chronicles-31.html. 1835.
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre 2 Chronicles 31". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/
Versículos 1-21
2 Cr�nicas 31:1 . En Efra�n y Manas�s, porque muchos de ellos hab�an asistido a la pascua y se hab�an colocado nuevamente debajo de la casa de David.
2 Cr�nicas 31:21 . Lo hizo con todo su coraz�n. El rey Ezequ�as era justo lo contrario de su padre.
REFLEXIONES.
Ezequ�as, incapaz por proclamaci�n de purgar a su pueblo de los �dolos, calent� sus corazones probando la piedad de sus padres, y luego triunf� entre los mejor dispuestos. De buena gana salieron en compa��as y demolieron toda obra de superstici�n. En vano gritaron los Miqueas: "Hab�is quitado mis dioses, �y qu� tengo yo m�s?" No solo debemos quitar nuestros pecados, sino tambi�n las ocasiones en que pecamos, e incluso en las cosas l�citas siempre que tengamos motivos para temer un peligro futuro. Es mucho m�s seguro hacer un peque�o sacrificio que cometer un gran pecado.
La piedad no solo calienta el coraz�n, tambi�n expande y agranda los afectos. El pueblo desecha sus �dolos; y creyendo en Dios, voluntariamente dieron sus diezmos a los diligentes levitas y sacerdotes, con abundancia de ofrendas voluntarias para el Se�or. Es raro que los hombres hagan mucho por Dios sin probar su buena palabra de gracia: los levitas trabajaron para el pueblo y el pueblo trabaj� para los levitas.
Los sirvientes del santuario ten�an suficiente, y un excedente almacenado en graneros para el invierno, para que nada se da�ara y los pobres pudieran comer durante las fiestas, como el Se�or hab�a ordenado.
Este buen rey, habiendo restablecido las filas de los sacerdotes y levitas, vino luego a ver la abundancia de abundancia que atestaba el templo y a nombrar oficiales sobre �l. Cuando hay gracia en el coraz�n y armon�a en la disciplina, la obra del Se�or prospera y las sonrisas del cielo coronan todo. Cu�n feliz para la iglesia y la naci�n cuando los gobernantes se visten de justicia y los sacerdotes de salvaci�n. Este buen rey obtuvo por piedad un largo respiro y una nube de bendiciones para su pa�s ap�stata. Que su bendito ejemplo anime a otros a hacer todo lo posible en su �poca y naci�n.