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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento Comentario de Sutcliffe
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Información bibliográfica
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre Deuteronomy 25". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jsc/deuteronomy-25.html. 1835.
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre Deuteronomy 25". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/
Versículos 1-19
Deuteronomio 25:5 . Si los hermanos habitan juntos. No en la misma casa, sino cerca unos de otros en el antiguo lote de tierra que pose�a la familia; porque Mois�s habla a menudo como si el pueblo ya estuviera fijo en la tierra prometida.
Deuteronomio 25:7 . Si a un hombre no le gusta tomar la esposa de su hermano. Con respecto a desatar el zapato, los turcos en divorcio permiten que una mujer se suba la zapatilla en presencia de la corte, una insinuaci�n silenciosa de que su marido se ha separado de su sociedad. La p�rdida del zapato fue una p�rdida de rango moral; clasificaba a un hombre entre los pobres, que a menudo caminaba descalzo.
Deuteronomio 25:11 . Cuando dos hombres luchan, primero se desnudaron inmodestamente para luchar.
REFLEXIONES.
La forma sumaria de castigar los delitos que no son capitales es sabia y saludable. El infractor recibi� su castigo en presencia del magistrado. El dolor de espalda no lo detendr�a por mucho tiempo del trabajo, ni ser�a corrompido y empeorado por un largo encarcelamiento. Por lo general, recib�a trece golpes de una correa de cuero cortada en tres; de ah� que la verg�enza p�blica ser�a un castigo mayor que el dolor de los azotes.
La compasi�n debe extenderse tanto a los animales como a los hombres. El buey que pis� una m�quina para trillar el ma�z, no debe llevar bozal: esto habr�a sido un crimen contra la naturaleza. Por lo tanto, seg�n San Pablo, cuando los ministros trabajan arduamente en estudios y ejercicios privados para dar comida a la gente, no se les debe negar la provisi�n de sus necesidades. Si una bestia laboriosa tiene derechos sobre su amo por la comida, los ministros no tienen menos derecho a una remuneraci�n del pueblo.
Luego tenemos el mandato de que un hermano menor, o los parientes m�s cercanos, a quienes a menudo se les llama hermanos en las Escrituras, se case con la viuda de su hermano que hab�a muerto sin descendencia. Esta era una ley antigua de los patriarcas, como se desprende del caso de Tamar. G�nesis 38:8 . Mantuvo vivo el nombre de su hermano; mantuvo unidas a las familias; y conserv� todo el terreno para la misma familia.
Eran matrimonios de prudencia, pero no forzados contra el afecto; y si Dios no reclam� el derecho de hacer esto, ning�n padre deber�a asumir m�s que Dios. Los padres tienen derecho a una negativa; pueden obstaculizar un matrimonio imprudente; pero obligar a un ni�o a casarse en contra de sus inclinaciones puede tener serias consecuencias.
El corte de la mano a la mujer cruel e inmodesta es un caso notable en la administraci�n de justicia hebrea. Aqu� los jueces no pod�an seguir la ley del ojo por ojo y diente por diente; pero la inmodestia es odiosa a los ojos de Dios y de los hombres. Y seguramente deber�a ser el primer objeto de la educaci�n femenina inspirarles delicadeza, timidez y todas esas gracias retra�das que son los primeros adornos del sexo bello: y estos son adornos no s�lo de inestimable valor en s� mismos, sino que todo pobre el hombre puede dejar como mejor legado a sus hijos.
Aqu� se hace cumplir de nuevo la ley del peso y la medida justa: un hombre que recurre a esos trucos mezquinos y s�rdidos, roba principalmente a los pobres y hace que su nombre sea odioso para el p�blico.
Inmediatamente despu�s de la ley de pesos y medidas, sigue una repetici�n de la sentencia contra Amalec: el asesinato de los israelitas enfermos y d�biles todav�a clamaba al cielo. �xodo 17 . Dios puso a esa naci�n en sus balanzas, y todav�a se encontraron deficientes. No se arrepintieron, no se reformaron, ni hicieron propuestas de paz para disminuir las consecuencias de su culpa.
Dios hab�a contemplado durante mucho tiempo el declive del equilibrio, hab�a suspendido el golpe durante mucho tiempo; pero la venganza lleg� por fin; y aunque lento en su aproximaci�n, fue repentino y tremendo en la ejecuci�n. 1 Samuel 15 .