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Bible Commentaries
Ezequiel 44

Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo TestamentoComentario de Sutcliffe

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Versículos 1-31

Ezequiel 44:5 . F�jate bien, mira con tus ojos y oye con tus o�dos. Todo lo que se ve en esta visi�n del templo presagia la gloria celestial y, por lo tanto, exig�a la m�s profunda atenci�n. La ley era una sombra de las cosas buenas que vendr�an.

REFLEXIONES.

La sustancia de este cap�tulo es muy similar a los cap�tulos veintiuno y veintid�s del Lev�tico, bajo los cuales se encontrar�n reflexiones adecuadas. Pero aqu� es importante notar que la forma en que entr� la gloria fue peculiarmente santa. El pueblo no debe entrar por ese camino, no sea que lo ensucie con sus pies; y los sacerdotes, en muchos de sus servicios m�s sagrados, oficiaban descalzos. El pr�ncipe o el sacerdote solo pod�an entrar por esa puerta, despu�s de la debida purificaci�n de su persona.

Esto nos recuerda que el Se�or Jes�s entr� en los cielos por un camino nuevo y vivo; y que no podemos seguirlo hasta que primero seamos hechos reyes y sacerdotes para Dios su Padre, a quien sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Am�n.

Los incircuncisos de coraz�n y los incircuncisos de carne fueron excluidos del templo del Se�or. Esto nos muestra que los no regenerados no ver�n el reino de Dios; en consecuencia, todo el que desee entrar al cielo debe ascender con los pasos regulares del arrepentimiento, la fe y la santidad. �sta es la �nica manera en que los hombres pecadores pueden acercarse al Dios santo; y sin santidad nadie ver� al Se�or.

Los diversos preceptos que se refieren a las purificaciones y la vestimenta de los sacerdotes, impresionan notablemente nuestras mentes con la gran santidad que Dios concede al ministerio. Los cuerpos de los ministros deben conservarse en santificaci�n y en honor. El que hace la obra y da la palabra de Dios, debe vivir habitualmente como servidor y amigo de Dios. Nada en su persona, en su comida, en su vestimenta o en su conducta, debe rebelar a los fieles contra la palabra y las ordenanzas del Se�or.

Por el contrario, todo lo relacionado con el sacerdote debe ser atractivo y calculado para recomendar la religi�n mediante una nube de virtudes y cualidades atractivas. Si la religi�n no hace a los ministros santos y felices, �qu� esperanza puede quedar para el pueblo?

La prohibici�n de los sacerdotes de contaminarse a s� mismos por la muerte de su sobrino, sobrina, primo o amigo, marca tambi�n la gran importancia del ministerio. El servicio y la gloria de Dios no deben descuidarse por las bajas de la vida; la salvaci�n y el consuelo de los santos, y la salvaci�n de las almas de la muerte, son m�s importantes que las preocupaciones dom�sticas en su crisis m�s grave. Que Dios sea engrandecido en su casa, que los intereses de la religi�n sean exaltados y que los asuntos seculares se pospongan a las horas de ocio y retiro dom�stico.

�Qu�, entonces, dir� el Se�or a aquellos ministros que descuidan tanto sus estudios como los deberes m�s sagrados de su profesi�n, para asistir a las recreaciones profanas de la vida? �C�mo aparecer�n entre los pastores y los m�s pobres del reba�o, cuando se hayan resentido de manera peculiar por la vida y los modales de los caballeros consumados!

Información bibliográfica
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre Ezekiel 44". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jsc/ezekiel-44.html. 1835.
 
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