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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario Completo de Trapp Comentario de Trapp
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Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Información bibliográfica
Trapp, John. "Comentario sobre Job 32". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jtc/job-32.html. 1865-1868.
Trapp, John. "Comentario sobre Job 32". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/
Versículo 1
As� que estos tres hombres dejaron de responder a Job, porque �l [era] justo a sus propios ojos.
Ver. 1. As� que estos tres hombres dejaron de responder a Job ] Estaban tan tranquilos como los hombres en s�bado, por eso la palabra importeth; se hab�an cansado de hablar, y ahora estaban resueltos a descansarlos, y m�s bien, porque juzgaban que hab�a poco bien que hacer por algo que deb�an decir; para Job se estableci�.
Porque era justo a sus propios ojos ] Y por eso no hab�a m�s esperanza de un necio que de �l. Pertinaces lo retuvieron y contenciosos, presuntuosos y obstinados; lo cual, de hecho, era un car�cter correcto de ellos mismos, si hubieran podido verlo. Solo era constante consigo mismo y con la verdad; de lo cual se mostr� un campe�n robusto y resuelto. Solo que, como toda granada tiene algunos granos podridos; de modo que Job ten�a sus debilidades, sus arrebatos, causados ??por un dolor extremo y un exceso de pasi�n; por lo que estos tres le hicieron mal al entregarlo por deplorado y desesperado.
Versículo 2
Entonces se encendi� la ira de Eli� hijo de Barachel el buzita, de la familia de Ram: contra Job se encendi� su ira, porque se justific� a s� mismo antes que a Dios.
Ver. 2. Entonces se encendi� la ira de Eli� ] O, Luego quem� la nariz de Eli�; per�frasis de ira, que aparece en la nariz, los ojos y otras partes del cuerpo. Quis enim celaverit ignem? �Qui�n puede esconder el fuego? Los rabinos tienen un dicho, que un hombre muestra lo que es becos, bechis, becagnas, con su bolsa, sus copas y su ira; que, si es temerario y desaconsejado, es pecado mortal, y no venial (como los papistas infieren falsamente de Mateo 5:22), despojando a un hombre de su ingenio y raz�n, y desfigurando su cuerpo con ferocidad de la cara, hinchaz�n de las venas, tartamudeo de la lengua, crujir de dientes y muchas otras conductas impotentes y poco masculinas.
Por eso se aconsej� a los hombres enojados, en el calor de su ataque, que se miraran a s� mismos en un espejo, donde podr�an verse hinchados como un sapo, resplandecientes como un diablo, etc. Pero la ira de Eli� no era de este tipo. Fue un fuego, pero la llama de Dios, como se llama el celo santo, Cantares de los Cantares 8:6 , una llama muy vehemente (como se dice all�) encendida en el coraz�n de su coraz�n por el esp�ritu de juicio y de ardor, Isa�as 4:4 , y lo que muchas aguas no pudieron apagar, porque el celo es el calor extremo de todos los afectos; y sus carbones, carbones encendidos, Cantares de los Cantares 8:6, solo debemos ver que arda claro y r�pido, sin todo el humo del pecado; en el que, aunque Eli� cometi� alguna falta, sin embargo, debido a que era el adecuado para lo principal, todo estaba bien.
Somos propensos a mezclar el pecado con nuestras mejores acciones y, por lo tanto, a arar con un buey y un asno. Pero Dios considera de qu� estamos hechos, y bondadosamente pone el dedo de misericordia sobre las cicatrices de nuestros pecados, como ese pintor de la historia.
De Eli� hijo de Barachel el Buzita ] Descendiente era de buenos padres ( Fortes creantur fortibus, et bonis ) que le dieron un buen nombre, que significa, �l es mi Dios, o, Mi Dios es Jehov�; para recordarle su deber, para lo cual necesitamos todas las ayudas que puedan ser. El nombre de su padre, Barachel, significa Aquel a quien Dios ha bendecido; lo ha bendecido en verdad con un hijo tan bueno, que no pudo sino hacer de �l un padre feliz, Proverbios 10:1 .
El Buzita se le llama, ya sea por su progenitor Buz, el hijo de Nacor, que era el hermano de Abraham, y tuvo por Milca, Huz, su primog�nito (de quien algunos creen que vino Job), y Buz, su hermano, G�nesis 22:21 ; o de su pa�s, la ciudad de Buz, una ciudad de Idumea, Jeremias 25:23 .
Jer�nimo har� que este Eli� sea el mismo con Balaam, quien, cuando era joven, fue un profeta de Dios, y trat� as� divinamente a Job, pero despu�s, siendo corrompido por Balac, se convirti� en el pantano del diablo. Esto lo veo como una tradici�n jud�a, no hay mucho que dar cr�dito. Su pedigr� se describe aqu� con m�s detalle, Ut certitudo historiae ostenderetur, dice Mercer, para que no dudemos de la verdad y certeza de la historia as� circunstanciada; como tambi�n, porque Eli� lo hizo mejor que el resto de los amigos de Job, quienes no resultaron mejores que los instrumentos de Satan�s.
No sabemos c�mo lleg� a hacer uno entre ellos. Se concibe que, al enterarse de que los otros tres iban por consentimiento para visitar a Job, �l tambi�n fue a escuchar sus conferencias, sin dudar de que de ese modo obtendr�a mucho beneficio de su entendimiento. Pero fallando en sus expectativas, y encontrando a ambas partes incorrectas en sus discursos, da un paso adelante y toma la audacia de intervenir como �rbitro o moderador, culpando a ambas partes y comenzando, en los seis cap�tulos siguientes, esa determinaci�n de la diferencia entre ellos, que Dios mismo terminar� despu�s.
Mientras tanto, la erudita Beza observa bien que Eli�, al culpar a Job (ya que hab�a una causa), en su mayor parte interpreta las palabras de Job de manera muy diferente de lo que �l quiso decir; y, adem�s, que incluso al encontrar faltas en aquellas cosas que con justicia deb�an ser criticadas, no siempre mantuvo la moderaci�n necesaria; lo cual es evidente para los hombres piadosos, y especialmente para aquellos que son de naturaleza y disposici�n m�s fervientes; Tan dif�cil es, incluso cuando lo hacemos bien, no ofender por un lado ni por el otro.
Pero si consideramos hasta qu� punto Job, impulsado por la importunidad de sus acusadores, y su calamidad m�s intolerable, se apart� del camino correcto, y c�mo se nos ha dado a todos, incluso al m�ximo, para defender y mantener nuestro cr�dito. y estimaci�n, especialmente cuando en �l nos tocan aquellos hombres que deber�an haber hecho lo mismo, y menos que todos los dem�s; confesaremos que era muy requisito y necesario que Job fuera censurado de esta manera tan tajante, como lo fue, que de otra forma m�s suave; al final, ser�a mejor que se reconociera y se humillara ante Dios; como siempre lo hab�a hecho, hasta que, a trav�s de los discursos difamatorios de sus amigos, se vio arrastrado a estos altercados.
De la familia de Ram ] E familia Syra, as� Tremellius; como si Ram fuera puesto para Aram. El caldeo dice, se pone para Abraham, que se llam� primero Ram, en segundo lugar Abram, en tercer lugar Abraham. Pero Eli� era m�s de la familia de Nacor que de Abraham; y Ram parece haber sido un hombre famoso de esa familia.
Porque se justific� a s� mismo antes que a Dios ] Esto no lo hizo directamente, et totidem verbis; pero por consecuencia; y Eli� se encendi� por ello. Es una bendici�n tener est�mago para Dios y ser volado por su causa, como Mois�s, �xodo 32:19,20 , El�as con su Zelando zelavi, Finees, David, Cristo, Juan 3:17 , el �ngel de �feso, Apocalipsis 2:2 ; estar todos en un fuego ligero con amor a Dios, e indignaci�n contra todos los que le deshonran de palabra o de hecho.
Job hab�a pronunciado algunos discursos de descontento contra Dios; que reflexion� sobre su justicia y bondad; tambi�n hab�a perdido la esperanza de una restauraci�n y deseaba fervientemente la muerte, etc., por lo que parec�a justificarse a s� mismo en lugar de a Dios; este buen Eli� no pod�a soportarlo.
Versículo 3
Tambi�n contra sus tres amigos se encendi� su ira, porque no hab�an encontrado respuesta, y [sin embargo] hab�an condenado a Job.
Ver. 3. Tambi�n contra sus tres amigos se encendi� su ira ] El verdadero celo es de una naturaleza sumamente masculina, desinteresada y valiente; como el fuego, atrapa por todos lados y es imparcial. Eli� era un hombre hecho todo de fuego, que caminaba entre rastrojos, como dijo Cris�stomo de Pedro. Y, seguramente, el que no se enoja contra el pecado, ya sea en s� mismo o en los dem�s, es porque o no lo sabe o no lo odia como deber�a.
Tambi�n se mantuvo dentro de los l�mites de la modestia y la moderaci�n, y se expres� sin amargura. Leemos sobre Idacio, que necesitar�a estar haciendo con Salviano e Instantio, ambos priscilianistas. Pero con su lenguaje apasionado e intemperante no s�lo no los convirti�, sino que los empeor� (Sulp. Sever. L. Ii., P. 171).
Porque no hab�an encontrado respuesta ] Estaban gravosos y desconcertados, ya que los m�dicos papistas a menudo eran los m�rtires, Philpot, Ridley, etc., s�, los de la clase m�s d�bil, como Anne Askew, Alice Driver, etc. El prolocutor en convocatoria, 1553 d.C., confes� que esos ministros abatidos (luego m�rtires) ten�an la palabra de su lado, pero los prelados ten�an la posesi�n de la espada, y esa era su mejor respuesta a los argumentos de los dem�s.
Y, sin embargo, hab�a condenado a Job ] Lo conden� por imp�o, como la palabra significa. De modo que los m�dicos papistas cometieron inocentes Cranmer de adulterio, herej�a y traici�n; Philpot, de parricidio, herej�a, etc. Acusar fue f�cil, pero �cu�n vergonzosamente fallaron en la prueba! Estos tres, despu�s de que tambi�n se interesaron por Dios mismo en su impetuosa acusaci�n de Job, se vieron obligados a entregarlo.
Versículo 4
Ahora Eli� hab�a esperado hasta que Job hab�a hablado, porque eran mayores que �l.
Ver. 4. Ahora Eli� hab�a esperado hasta que Job hab�a hablado ] S�, aunque su discurso fue muy largo, sin embargo lo escuch�, aunque �l mismo estaba encinta para hablar. Broughton lo rinde, esper� para hablar con Job; no se lanzar�a hasta que todos hubieran hecho sus discursos. �sta era su modestia, aunque era un hombre de habilidades singulares. Raram facit virtus cum scientia mixturam. Seguramente, el culpable fue Gregory, por pensar tan mal y escribir con tanta dureza sobre este buen joven, como si hubiera sido orgulloso y arrogante; descant�ndose con ese prop�sito sobre su nombre, pa�s y parientes.
Porque eran mayores que �l . aunque parece, por todo lo que sigue, que en esta controversia �l vio m�s adentro, juzg� m�s justo y reprendi� a Job con m�s seriedad y sabidur�a que cualquiera de ellos; de modo que Job estaba completamente convencido y no respondi� en absoluto; no m�s de lo que hizo Jon�s cuando Dios lo dej�, Job 4:11 : tan contundentes son las palabras justas.
Versículo 5
Cuando Eli� vio que [no hab�a] respuesta en la boca de [estos] tres hombres, se encendi� su ira.
Ver. 5. Cuando Eli� vio que no hab�a respuesta ] Y por lo tanto, Job se consider� a s� mismo como uno que hab�a ganado el d�a. San Austin profesa que esto fue lo que lo anim� y lo hizo triunfar en su antiguo maniquecismo, que se encontr� con d�biles oponentes, y que su ingenio �gil fue capaz de derrotar f�cilmente. Y cuando Carolostadius se opuso a la consubstanciaci�n de Lutero, pero d�bil e insuficientemente, Zuinglio dijo que lamentaba que una causa tan buena, non satis humerorum haberet, careciera de hombros.
entonces se encendi� su ira ] a saber. Por su frialdad, como Nehem�as 3:20 . Baruc se repar� con seriedad ( se accendit, estall� en celo, enojado con la pereza propia y ajena); as� que Eli� aqu�, cuando vio que la elocuencia de Job triunfaba sobre la sabidur�a de ellos, y que su silencio era un fuerte reconocimiento de su derrota, se enoj� m�s que antes; y, llenos de celo, les diga muy en�rgicamente:
Versículo 6
Y Eli� hijo de Barachel el buzita respondi� y dijo: Yo soy joven y vosotros muy viejos; por tanto, tuve miedo y no me atrev� a mostrarte mi opini�n.
Ver. 6. Soy joven y vosotros muy viejos ] Sin embargo, no era nada inferior a ninguno de ellos en ingenio, piedad y erudici�n; hab�a vivido mucho en poco tiempo, y era (como se dice de Macario) ?????????????, un joven "viejo" (Niceph.); como si hubiera sido un alban�s , qui albo crine nascuntur, que vino al mundo con la cabeza blanca, como lo hizo S�neca; y de ah� su nombre, como Cassiodorus piensa, quod canus, cuasi senior natus sit, Canitiem habent auspicium capillarum (Solin).
Algunos j�venes maduran temprano y est�n m�s listos que sus antepasados; como lo fue David, Salmo 119:100 , y como lo fue Salom�n, un ni�o rey, pero muy sabio; por el contrario, su hijo y sucesor Roboam entr� en el reino a una edad madura, sin embargo, Salom�n era el hombre y Roboam el ni�o. La edad no es una medida justa de sabidur�a. Hay sabios imberbios y ni�os canosos. No los antiguos son sabios, pero los sabios son antiguos, como nos dir� Eli� en los siguientes vers�culos.
Por tanto, tuve miedo y no me atrev� a mostrarte mi opini�n ] Heb. mi conocimiento; es decir, la verdad, hasta donde yo la entiendo, siquid ego aut capio, aut sapio, si tengo alg�n juicio. As� se entrega en t�rminos modestos, utilizando muchos prefacios. Y si en lo sucesivo parece jactarse y ponerse por encima de los dem�s, como lo hace, es por su celo por Dios, cuya honra busca, y no la suya propia.
Las palabras aqu� traducidas, tuve miedo y para mostrar, son ambas sir�acas. Puede parecer que Eli�, por su familia de Ram o Aram, es ese compatriota y tiene un toque de ese dialecto, como Livio lo ten�a de su patavinidad.
Versículo 7
Dije: Los d�as deber�an hablar y la multitud de a�os deber�a ense�ar sabidur�a.
Ver. 7. Dije: Los d�as deber�an hablar ] Esto parece haber sido un proverbio en aquellos d�as; y corri� mucho en la mente de Eli�. Sol�amos decir que en las reuniones los j�venes deben ser mudos y los ancianos vocales. De Arsatius, que sucedi� a Cris�stomo en la sede de Constantinopla, se registra (pero nada digno de elogio) que a los ochenta a�os era tan elocuente como un pez y tan �gil como una rana.
Y muchos a�os deber�an ense�ar sabidur�a ] Heb. Debe dar a conocer la sabidur�a; Carolina del Sur. lo que consiste en el conocimiento de Dios y de su voluntad, de nosotros mismos y de nuestros deberes. Esto est� mucho m�s all� de todo lo que los sabios paganos, de los siete sabios de Grecia, de Arqu�medes de Siracusa, que ten�an un nombre en la fama, dice Plutarco, no de humano, sino de una especie de sabidur�a divina. Lo mismo hizo S�crates, tambi�n Apolonio, de quien Filostrato dice que fue non doctus, sed natus sapiens, no ense�ado, sino que naci� sabio, ??? ?????????? ???? ????????? ????? ???????? (Plut.
). Todos estos eran los magos del mundo; y lo que vinieron, para ver Romanos 1:21,23 1Co 1:11 Lactancio verdaderamente nos dice (Instit. 1. 3, c. 30), en nombre de toda la comunidad de cristianos, que toda la sabidur�a de un hombre Consiste en esto, conocer a Dios y adorarlo correctamente. Y que estos ancianos deber�an haber ense�ado y notificado tal sabidur�a, Eli� hab�a esperado mucho, pero result� lo contrario.
Versículo 8
Pero [hay] un esp�ritu en el hombre, y la inspiraci�n del Todopoderoso le da entendimiento.
Ver. 8. Pero hay un esp�ritu en el hombre: y la inspiraci�n del Todopoderoso] O, Ciertamente hay un esp�ritu en el hombre, pero la inspiraci�n, etc. El hombre tiene un alma razonable y un juicio natural, por lo que se diferencia de las bestias brutas; y no s�lo eso, sino que hay algunos que s� animam excolere, como Cicer�n y Arist�teles; mejoran sus habilidades naturales mediante el arte y, por lo tanto, superan con creces el valor de los dem�s; difiriendo de los ignorantes casi tanto como un hombre de una bestia.
He aqu�, tal esp�ritu hay en algunos hombres; lo cual, sin embargo, no equivale a sabidur�a sin la concurrencia del buen Esp�ritu de Dios para santificarlo todo, como el altar santifica el oro del altar. Si esto no se logra, cuanto m�s sabio es un hombre, m�s vanidoso demuestra, Romanos 1:22 . El Se�or conoce los pensamientos de los sabios (incluso de los hombres m�s escogidos y escogidos entre ellos) que son vanos, 1 Corintios 3:20 . Y a ellos podemos decir, como Austin escribi� una vez a un hombre de gran talento : Ornari abs te diabotus quaerit, el diablo desea ser enga�ado por ti.
Y la inspiraci�n del Omnipotente les da entendimiento ] �l es el hombre sabio, cuando todo est� hecho, a quien, ya sea joven o viejo, el Esp�ritu de Dios, que act�a m�s libremente, se complace en inhalar. Y aunque las artes y la edad sean buenas, ayudan al conocimiento, sin embargo, todas ellas deben ser ense�adas por Dios que ser� sabio para la salvaci�n; y como estos, cuanto m�s envejecen, m�s sabios son, en su mayor parte; y si son santos j�venes, se convierten en �ngeles viejos.
Es cierto que Dios no es deudor de nadie; tampoco una vida m�s larga por s� misma merece nada de las manos de Dios; porque cuanto m�s viven, m�s pecados cometen. Pero, sin embargo, la promesa es que al que tiene, se le dar� y se le multiplicar�. "Tambi�n el justo se mantendr� en su camino, y el de ligaduras limpias ser� cada vez m�s fuerte", Job 17:9 .
Sin embargo, los primeros d�as de algunos buenos hombres han sido sus mejores d�as; y han sufrido no peque�as decadencia en su intelecto espiritual; al igual que Salom�n, Asa, Jo�s y quiz�s estos tres amigos de Job, a quienes se dirige este discurso. Cierto es que es un hombre raro y feliz de quien se puede decir, en un sentido espiritual (como se dijo de Mois�s), que, despu�s de una larga profesi�n de religi�n, su vista no se empa�a, ni su santidad. el calor disminuy�.
Los sabios paganos tienen motivos para exhortarnos a que prestemos atenci�n a la vejez; como aquello que no viene solo, sino que es en s� mismo una enfermedad, y siempre est� acompa�ado de muchas enfermedades, tanto del cuerpo como de la mente. Eli� parece dar esto por sentado aqu� (la experiencia sella a ello), que la verdadera sabidur�a no depende de la autoridad, el poder, el conocimiento, la experiencia o la vejez de ning�n hombre; pero bajo la inspiraci�n del Todopoderoso, 2 Pedro 1:21 2 Timoteo 3:16 .
Y, por lo tanto, las Sagradas Escrituras deben ser necesariamente el almac�n de la sabidur�a, el libro de estatutos del cielo, como ???????????, inspirado por Dios, como dice Pablo, el coraz�n y el alma de Dios, como Gregorio.
Versículo 9
Los grandes hombres no son [siempre] sabios: ni los ancianos comprenden el juicio.
Ver. 9. Los grandes hombres no siempre son sabios ] Los rabinos no son los grandes de la tierra; los que parecen ser algo, G�latas 2:6 , y se enferman si no se les tiene en cuenta, no siempre son sabios, o no son ninguno de los m�s sabios. Non sunt sapientes magistri, as� lo lee Brentius. Nuestros maestros ( ut sunt magistri nostri Parisienses ) no han absorbido toda la sabidur�a.
�Y por qu�? Spiritus non est alligatus Rabbinorum authoritati, et magistrorum nostrorum capitiis, & c .: esp�ritu de conocimiento y de temor de Jehov�, es de ninguna manera obligados a tales, ni se mantienen cautivos sus dones por cualquiera, pero libremente distribuidos de acuerdo a la benepl�cito de su voluntad, que obra todo y en todos. Paphnutius era m�s sabio que todo el concilio; John Wycliffe, que la Universidad de Oxford; Daniel, que todos los magos de Babilonia, Patres legendi cum venia.
Padres de la lectura con favor. Agust�n, oprimido por la autoridad de los Padres, dice que no considera a Quis, sino a Quid; quien habla algo, pero lo que habla.
Tampoco los ancianos entienden el juicio ] La prudencia no es propia de la vejez; y aunque el conocimiento sea hija del tiempo, no siempre sucede que los m�s ancianos sean los m�s doctos. La sabidur�a nunca se apoya en un bast�n ni mira a trav�s de anteojos. La experiencia nos permite ver tanto a viejos necios como a j�venes sabios, algunos de cada tipo. Cuando el Estado de Venecia envi� una vez a dos j�venes embajadores ante el emperador Federico IV, y �l, ofendido por su edad, se neg� a admitirlos; le pidieron que supiera, que si los venecianos hubieran valorado a los hombres por su seriedad y barbas bien crecidas como los �nicos sabios, sin duda habr�an enviado a su embajada un par de cabras bien barbudas: porque,
Si prolixa facit sapientem barba, quid obstat
Barbatus possit quin caper esse Plat�n?
Versículo 10
Por eso dije: Escuchadme; Tambi�n mostrar� mi opini�n.
Ver. 10. Por eso dije: "�Esc�chame!" . Habla de esto a modo de ap�strofe a Job, con quien de buena gana congraciarse, para poder prevalecer mejor para convencerlo de su trato grosero con Dios, cuya causa defiende plenamente. Eli� hab�a esperado haber aprendido mucho de esta conferencia celebrada por tales jefes, Nunquam a te nisi doctior redeo; pero, al encontrarlo de otra manera, se convierte en un tantum auditor del ego Semper? Esc�chame un poco m�s, para que Dios te escuche. Escuchen, digo, todos ustedes; pero t�, Job, sobre todo; porque contigo est� mi principal negocio, Tu nominatim et notanter.
Tambi�n mostrar� mi opini�n]. No dice mi juicio (que podr�a tener sabor a arrogancia en un hombre tan joven), sino mi opini�n o conocimiento; Ofrecer� mis pensamientos, te juzgar� por ellos como quieras. Vea Job 32:6 . Eli� estaba lejos del esp�ritu de Bacon, el carmelita, que no soportar�a adivinar ni dudar; y fue, por tanto, llamado Doctor Resolutissimus, por exigir que todos pensaran como pensaban: esto era demasiado magistral.
Versículo 11
He aqu�, esperaba tus palabras; Escuch� tus razones, mientras buscabas qu� decir.
Ver. 11. He aqu�, esper� tus palabras ] Mientras t� ten�as algo que decir, me qued� en silencio, y de ninguna manera molesta ni escandalosa. Esto les dice a los amigos de Job, que ten�an libertad para hablar mientras lo hac�an sin interrupci�n; y, por lo tanto, ahora deber�an contentarse con escuchar (aunque tal vez lo que no quisieran) si Dios de ese modo pudiera ser glorificado y Job mejor convencido.
Escuch� tus razones ] Heb. A su entendimiento. Usque ad intelligentias vestras, con los mejores argumentos y demostraciones m�s elaboradas, Ut cum dicitur, Redite usque ad me, Joel 2:12 ; por el cual has eviscerado tus sesos y casi has roto tus candelabros, pero todo en vano; ya que flotas en generales; y, rechazando lo que era el asunto principal en cuesti�n (como avefr�as, que gritan m�s lejos del nido), trajiste solo las razones que no eran convincentes, y usaste discursos como nec coelum, nec terram attingere, para no tocar ni ni el cielo ni la tierra, nunca entres en el negocio; que no era mejor que una laboriosa p�rdida de tiempo.
Versículo 12
S�, os atend�, y he aqu�, [no hubo] ninguno de vosotros que convenciera a Job, [o] que respondiera a sus palabras:
Ver. 12. S�, le atend� ] Et usque ad yes perpendebam, sopes� a fondo sus palabras y las consider� correctamente (como sol�a hacer nuestro se�or Bradshaw en las reuniones de ministros, y por lo tanto se le llamaba el pesaje divino), que puede que piensen que no respondo al asunto antes de entenderlo, como hacen los necios, para su verg�enza, 2 Pedro 2:12 , atrevi�ndose a reprender lo que no comprendo, como hizo ese expositor papista, que llama insulsam a la descripci�n de Ezequiel del templo . descriptionem, una descripci�n absurda (Sanctius in cap. 40, Ezek. in argum.).
Y he aqu�, ninguno de ustedes convenci� a Job, o que respondi� a sus palabras ] Y, sin embargo, pensaron que hab�an hecho ambas cosas con eficacia; y que fue simplemente su terquedad para enfrentarse a ellos. Listos estaban para entregarlo por inconsejable; y entregarlo a Dios con un non convertetur, ya ha pasado nuestra curaci�n, no podemos hacerle ning�n bien; nadie m�s que Dios puede sacarlo de su buen engreimiento de s� mismo, etc.
De todo esto, un buen int�rprete saca las siguientes conclusiones: 1. Que debemos escuchar y sopesar diligentemente lo que otros dicen antes de proceder a censurarlos. 2. Que no debemos censurar ninguna parte de un discurso, sino tomarlo todo junto antes de emitir un juicio. 3. Que cuando hayamos sopesado todo bien y sabiamente, no debemos tolerar ning�n error, sino expresar libremente lo que hacemos, verdadera y justamente pensamos de �l.
4. Para que pensemos cosas suficientemente refutadas por los eruditos y que todav�a ten�an que ser investigadas m�s a fondo. 5. Que un hombre m�s joven a veces vea m�s en un asunto que muchos otros de mayor trayectoria y experiencia. 6. Que se estimen obstinados y obstinados los hombres que no son menos. 7. Que la multitud y la antig�edad no son m�s que cifras en la divinidad, etc.
Versículo 13
No sea que dig�is: Hemos descubierto la sabidur�a: Dios lo derriba, no el hombre.
Ver. 13. No sea que dig�is: Descubrimos sabidur�a ] O, Mirad que no dig�is: No necesitamos buscar palabras, como Job 32:11 . Porque hemos descubierto la sabidur�a, rem acu pertigimus, hemos dado en el clavo y hemos dicho lo suficiente para convencerlo, si es que alguna raz�n lo har�a, mientras afirmamos que
Dios lo empuja hacia abajo (por as� decirlo, con un golpe en la espalda), y no el hombre] �Qui�n podr�a hacer mal, pero Dios no puede hacerlo? �Qui�n, por cuanto pelea contra Job, arroj�ndolo como una pelota de tenis, o como el viento hace una hoja seca, de una aflicci�n a otra, qui�n puede dudar de que lo considera un malvado? Esto, dice Eli�, es una forma de razonar muy d�bil; por lo tanto, nunca se complazcan en �l como convincente, Hoc argumentum tam facile diluitur quam vulpes comest pyrum, como uno lo expres� alegremente.
No se puede juzgar a una persona ni a una causa por el bien o el mal �xito de las cosas, ya que nadie en el infierno ha sufrido m�s que los hijos m�s queridos de Dios: atestigua ese librito de los m�rtires, Heb 11: 1-40. Aceleraba mejor aqu� que los peores hombres, turcos, papistas, perseguidores, etc.
Versículo 14
Ahora bien, no ha dirigido [sus] palabras contra m�, ni yo le responder� con tus discursos.
Ver. 14. Ahora no ha dirigido su discurso contra m� ] Y por eso no tengo ninguna ventaja o rencor en particular contra �l, no tiene ninguna raz�n para pensar que vengo prejuiciado o exasperado. Este Eli� habla a prop�sito, para meterse dentro de Job; para que �l pudiera convencer mejor con �l. Debemos esforzarnos por conservar en el partido con quien prevalezca una opini�n de nuestro amor y buen cari�o hacia �l; porque de lo contrario perderemos todas nuestras dulces palabras, ya que el hombre es una criatura enfadada y enfadada; duci vult, trahi non vult, gu�alo puedes, arrastralo no debes.
Tampoco le responder� con tus discursos ] Sino con mejores; obtendr� de m� palabras suaves y argumentos duros; Me acercar� a �l de una manera m�s suave y con un mejor prop�sito; mientras, movido simplemente por un celo por la gloria de Dios, le mostrar� sus abortos involuntarios, no con mis propias palabras, sino con las de Dios. �se es un dicho verdadero del erudito Junius, Personatae reprehensiones frigent; inter�s plurimumque ex animo omnia, ut conscientia fert animusque, facias; an de industria.
Versículo 15
Quedaron asombrados, no respondieron m�s: dejaron de hablar.
Ver. 15. Estaban asombrados ] Como si hubieran visto la cabeza de Medusa, Gr. Mito. Una de las tres Gorgonas cuya cabeza, con serpientes por pelo, convert�a en piedra al que la miraba; Perseo la mat�, y su cabeza se fij� en la �gida o escudo de Atenea. o alg�n espect�culo tan terrible que los hubiera dejado mudos. Lo suficientemente conversadores han sido cuando no hab�a tal necesidad; pero ahora que pueden hablar con alg�n prop�sito, permanecen como cepos y est�n mudos como peces, por lo que confunden su ignorancia y necedad.
El silencio en algunos casos es sepes sapientiae, como hablan los rabinos (Pirkeaboth), el fruto y el sentido de la sabidur�a, Am�s 5:13 ; Ver Trapp en " Amo 5:13 " Pero adem�s hay un silencio pecaminoso, del cual Lutero no deseaba nunca ser declarado culpable, Modo impii silentii non arguar. Y es el diablo, sin duda, el que amordaza a la gente cuando se les llama para hablar de Dios, o para �l, como eran estos amigos de Job en este tiempo, no responden m�s.
Se van hablando ] Abandonan una buena causa, o la traicionan con un cobarde silencio. Puede temerse que el esp�ritu de fe no habita, donde la puerta de los labios no se mueve correctamente, 2 Corintios 4:13 . Habla as� de esos tres mayores en tercera persona, a modo de iron�a y desprecio, dirigiendo su discurso a los transe�ntes, de los cuales es probable que fueran muchos; o (como piensa Tremellius) a Job, con quien busca congraciarse.
Versículo 16
Cuando esper� (porque no hablaron, sino que se quedaron quietos, [y] no respondieron m�s);
Ver. 16. Cuando esper�, porque no hablaron, sino que se detuvieron ] O, viendo que he esperado, pero no han hablado, etc. Nada parece m�s que un espect�culo mudo, un silencio profundo, como el que Eli� se maravill� mucho, y por lo tanto lo expresa con muchas palabras, todo con un solo prop�sito. Vea Job 32:15 .
Versículo 17
Job 32:17 [dije], responder� tambi�n mi parte, tambi�n mostrar� mi opini�n.
Ver. 17. Dije: Yo tambi�n responder� a mi parte ] Es una virtud estar adelante y adelante poniendo en lo que es bueno; y un vicio de ser t�mido y avergonzado. Un cristiano debe aprovechar las oportunidades de hacer y recibir el bien, debe estar listo para toda buena obra; como la abeja ocupada, tan pronto como sale el sol, sale a recoger miel y cera.
Tambi�n mostrar� mi opini�n ] Heb. mi conocimiento, como Job 32:6 , y as� lo lee la Vulgata. Entonces Gregorio, tomando a Eli� (pero no bien) por una persona arrogante, muestra que tanto amor por jactarse de s� mismos, y por ostentaci�n para exponer sus buenas partes a la vista del p�blico; y son en �l semejantes a un vaso sin tapa, sobre el cual la ley dice que ser� contado por inmundo.
As� �l. Pero expresar el conocimiento de un hombre para beneficio de otros, como lo hizo el bueno de Eli�, no es orgullo, sino celo, sin embargo el mundo lo censura. Y tienen, sin duda, una gran cuenta que hacer quienes esconden sus talentos; y, teniendo un gran tesoro de habilidades raras, no se sentir� atra�do para impartirlas; el chancro de la gran habilidad de estos hombres ser� un testigo r�pido contra ellos. Vile latens virtus ... virtud oculta sin valor.
Versículo 18
Porque estoy lleno de materia, el esp�ritu dentro de m� me constri�e.
Ver. 18. Porque estoy lleno de materia ] Heb. De palabras; los que son pesados ??y sofocantes, empapados de mi entendimiento (como Plutarco dice que fueron las palabras de Foci�n), y muy bien digeridos. Soy ?????? ??????????, en muy buen caso para hablar; tan lleno de argumentos s�lidos como la luna est� de luz. Si Eli� habla esto con arrogancia y de la carne o del esp�ritu, no lo determino, dice Brentius aqu�.
Pero es seguro que palabras como estas, por m�s que parezcan arrogantes y carnales, possunt tamen esse spiritualissima, sin embargo, pueden ser muy espirituales, como Jerem�as 4: 1-31 Jeremias 20:1,18 . Y seguro que debemos estar en compa��a como nubes llenas o papillas, que se duelen con plenitud hasta que se les quita la leche.
El esp�ritu dentro de m� me constri�e ] Heb. El esp�ritu de mi vientre; es decir, el Esp�ritu Santo de Dios que habita en mi coraz�n y me anima a tan buena obra. "El amor de Cristo nos constri�e", 2 Corintios 5:14 . Tiene no s�lo una facultad impulsiva, sino compulsiva. Rumperer medius, si non erumperet sermo intra me conceptus, como Brentius parafrasea aqu�; Incluso estallar�a si no desahogara mis concepciones, las cuales, como un ni�o en el �tero a tiempo completo, o como el viento en las entra�as, necesitan espacio y presionan para salir, Sal 39: 3 Jeremias 20:9 . Sicut flatus in ventre conclusus magno impetu exitum quaerit: sic zelus mentis quaerit exitum per sermonem (Pisc.).
Versículo 19
He aqu�, mi vientre es como vino que no tiene salida; est� a punto de reventar como botellas nuevas.
Ver. 19. He aqu�, mi vientre es como vino sin salida ] Con esta elegante semejanza, Eli� ilustra lo que hab�a dicho antes; donde (como bien observa Merl�n) compara las palabras encerradas en la mente del que desea pronunciarlas con vino nuevo, a�n no completamente purgado, el alma a los odres, el silencio al tap�n, que se guarda en el vino, la pena luego a la rotura de esas botellas, discurso a la apertura de las mismas, quitando el tap�n del silencio.
Y aunque en este discurso puede parecer que Eli� pone m�s palabras de las que requiere el asunto, no lo hace; porque no dice m�s de lo que dice el salmista, Salmo 45:1 , y Jerem�as, Jeremias 6:11 , y los ap�stoles, Hechos 4:20 , "No podemos dejar de hablar", etc.
Y mientras que Gregorio dice que todo esto proviene del orgullo de Eli�, Cris�stomo lo alaba m�s (y en eso tiene raz�n) por su celo, que se desahogar�, o el coraz�n se unir�; como las aguas socavan cuando no pueden desbordarse. En cuanto a lo que se insta a Eli�, que Dios dice de �l, como de un r�probo y a quien no conoc�a: "�Qui�n es �ste que oscurece el consejo con palabras sin conocimiento?" Job 38:2 , est� claro que Dios habla all�, no de Eli�, sino de Job, y por eso Job lo entendi� y lo aplic�, Job 42:2 ; y que Dios no habla del sacrificio de Job por �l, como por los otros tres, es m�s por su alabanza que otra cosa; y muestra que hab�a hablado de Dios lo que era correcto, lo que ellos no hab�an hecho, Job 42:7 .
Versículo 20
Hablar� para refrescarme; abrir� mis labios y responder�.
Ver. 20. Hablar� para ser reconfortado ] Heb. para que pueda respirar: esto lo hicieron muchos m�rtires, aunque con la p�rdida de sus preciosas vidas; como los que vinieron a los tribunales y gritaron: Christiani sumus, somos cristianos, cu�lganos, quemennos, apedreen, etc. , Modo Iesum nostrum nanciscamur, para que consigamos a nuestro Jes�s. Y cuando se les dijo que iban a morir, Non pro fide, sed pro obstinatione, no por su religi�n, sino por su obstinaci�n, Tertuliano respondi�: Pro hac obstinatione fidei morimur, Por esta obstinaci�n religiosa morimos con gusto.
En cuanto a aquellos que no hicieron una buena confesi�n, pero que negaron o disimularon su religi�n, por respeto pol�tico, cu�ntos disturbios encontraron en sus conciencias, hasta que mejor se declararon o revocaron sus retractaciones; como Bilney, Bainham, Benbridge, Abbes, Sharp, adem�s de Or�genes, y todos los de anta�o? Hable el hombre con valent�a y sinceridad por una buena causa cuando sea llamado a ella, y ser� reconfortado; porque as� como cada flor tiene su dulce olor, as� toda buena palabra y obra tiene su consuelo.
Abrir� mis labios y responder� ] a saber. Libre y plenamente, como Efesios 6:19 , con gran presteza de esp�ritu y vehemencia de habla. Alg�n tipo de respuesta que pueda dar un hombre, aunque no abra los labios; como lo hizo, �qui�n, cuando se le pregunt� qu� era la vida del hombre? luego le dio la espalda y sigui� su camino. Tambi�n Teodoreto, sobre Mateo 5:2 , observa que nuestro Salvador ense�� algunas veces cuando a�n no abri� la boca; verbigracia. por la vida santa y las maravillas.
Versículo 21
No me dejes, te ruego, aceptar la persona de ning�n hombre, ni me dejes dar t�tulos halagadores a los hombres.
Ver. 21. Te ruego que no me dejes aceptar la persona de ning�n hombre] qd Este permiso debes darme, o al menos sabio debo tomarlo, ya que mi vida depende de que sea imparcial y sencillo, echando la culpa donde sea. luces, y ahorr�ndose los dolores de los poemas agradables y parasitarios de insinuaciones oratorias y ret�ricas. Nihil loquar ad gratiam, etc. No conocer� a ning�n hombre seg�n la carne en este negocio, ni mirar� a ning�n rostro.
Si Job encontr� esta falta con sus otros tres amigos, Job 13:7 , no tendr� ning�n motivo para hacerlo conmigo; pero, como moderador adecuado, escuchar� hablar argumentos y no personas; Dejar� fuera a mi amigo, o mi mayor, y dir� la verdad con amor. Diem hominis non desideravi, dice Jerem�as, Jeremias 17:16 .
Y, si a�n agrado a los hombres, ya no soy siervo de Cristo, G�latas 1:10 ; Ver a Trapp en " Gal 1:10 "
Tampoco d�jeme dar t�tulos halagadores] Praenomen aut cognomen, los que parecen ser algo, sean lo que sean, no me importar�n; Dios no G�latas 2:6 la persona de nadie, G�latas 2:6 . Llamar� a las cosas por su nombre, contar� a cada uno lo suyo sin circunloquios, y no calmar� ni suavizar� a ning�n hombre (aunque nunca tan grande) en sus pr�cticas pecaminosas.
Semper Augustus es un t�tulo que todav�a se da a los emperadores alemanes. Pero Segismundo, otrora emperador, cuando un tipo lo adulaba desmesuradamente y lo exaltaba a los cielos, le daba al adulador una buena caja en la oreja, y cuando le preguntaba: �Por qu� me golpeas? �l respondi�: �Por qu� me clavas?
Versículo 22
Porque no s� dar t�tulos lisonjeros; [al hacerlo] mi creador pronto me llevar�a lejos.
Ver. 22. Porque s� que no dar, etc. ] Tengo tan poco arte en �l (est� fuera de mi camino) como coraz�n. Para,
Al hacerlo, mi creador deber�a llevarme lejos ] es decir, matarme y enviarme a empacar al infierno. Pronto me arrebatar�a; me quemar�a, como algunos dicen; tan peligroso es el pecado de la adulaci�n. Un predicador llam� a Constantino el Grande, Bendito, en su cara, pero se fue con un cheque. �Qu� les dir� Dios a los que pensamos? (Euseb. De Vita Const. L. Iv. C. 4.)