Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
advertisement
advertisement
advertisement
Attention!
For 10¢ a day you can enjoy StudyLight.org ads
free while helping to build churches and support pastors in Uganda.
Click here to learn more!
free while helping to build churches and support pastors in Uganda.
Click here to learn more!
Bible Commentaries
Comentario Popular de la Biblia de Kretzmann Comentario de Kretzmann
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Estos archivos están en el dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre 1 Samuel 26". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/1-samuel-26.html. 1921-23.
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre 1 Samuel 26". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/
Versículo 1
Y los de Zif, que antes hab�an traicionado a David, vinieron a Sa�l en Guibe�, diciendo: �No se esconde David en el monte Hachila, que est� delante de Jesim�n, al sur del desierto?
Versículos 1-12
David en el campamento de Sa�l
Versículo 2
Entonces Sa�l se levant� y descendi� al desierto de Zif, habiendo olvidado, aparentemente, que deb�a su vida a la magnanimidad de David, 1 Samuel 24:18 , con tres mil hombres escogidos de Israel con �l, evidentemente su guardia permanente y el n�cleo de su ej�rcito permanente, 1 Samuel 13:2 , para buscar a David en el desierto de Zif.
Versículo 3
Y Sa�l acamp� en la colina de Hachilah, porque todo el vecindario llevaba este nombre, la monta�a con sus estribaciones y laderas m�s bajas, que est� delante de Jeshimon, por cierto, en el conocido camino alto que pasa cerca de la monta�a. Pero David se qued� en el desierto, habi�ndose retirado del monte Hachilah, y, o porque vio, se enter� por medio de sus exploradores, que Sa�l ven�a tras �l al desierto.
Versículo 4
David, por lo tanto, envi� esp�as, y entendi� que Sa�l hab�a venido de hecho, recibi� informaci�n definitiva en ese sentido, el asunto estaba fuera de toda duda.
Versículo 5
Y David se levant� y lleg� al lugar donde hab�a acampado Sa�l, �l mismo hizo un viaje de exploraci�n por la noche, acompa�ado por al menos algunos de sus hombres fieles; y David, habiendo llegado a un lugar desde donde pod�a pasar por alto todo el campamento de Sa�l, vio el lugar donde yac�an Sa�l, y Abner, el hijo de Ner, el capit�n de su ej�rcito; y Sa�l yac�a en la trinchera, dentro de la fortificaci�n de la carreta, o terrapl�n, y la gente lo rodeaba.
Versículo 6
Entonces respondi� David y dijo a Ahimelec, el hitita, porque partes de esta naci�n pagana hab�an permanecido y se fusionaron gradualmente con los israelitas, y con Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab, hijo de la hermana de David y luego uno de los hijos de David. capitanes, 1 Cr�nicas 2:16 ; 2 Samuel 18:2 ; 2 Samuel 20:6 ; 2 Samuel 23:19 , diciendo: �Qui�n me acompa�ar� a Sa�l en el campamento? Fue un viaje muy peligroso con el prop�sito de reconocer el campamento del rey. Y Abisai dijo: Ir� contigo.
Versículo 7
Entonces David y Abisai vinieron al pueblo de noche; y he aqu�, Sa�l yac�a durmiendo dentro de la trinchera, probablemente considerando el baluarte de los carros una salvaguardia suficiente, y su lanza , el signo de la autoridad real, clavada en el suelo junto a su cabecera, cerca de su cabeza, para estar listo para cualquier emergencia. ; pero Abner y la gente yac�an a su alrededor, profundamente dormidos.
Versículo 8
Entonces dijo Abisai a David: Dios ha entregado hoy a tu enemigo en tus manos; porque as�, seg�n el uso de la guerra, miraba a Saulo; ahora, pues, te ruego que lo golpee con la lanza hasta la tierra de una vez, y no lo golpear� por segunda vez. Este comentario sombr�o, de que no habr�a necesidad de un segundo golpe, muestra c�mo se sent�an los hombres de David acerca de la expedici�n de b�squeda de Sa�l.
Versículo 9
Y David dijo a Abisai: No lo mates; porque �qui�n extender� su mano contra el ungido del Se�or y ser� inocente? David no hab�a cambiado su posici�n con respecto a la persona de Sa�l, consider�ndola sagrada e inviolable en virtud de su reinado, 1 Samuel 24:6 .
Versículo 10
Y David dijo adem�s: Vive el Se�or, que el Se�or lo herir�, o, a menos que el Se�or lo hiera, porque el juramento de David puso la venganza enteramente en la mano de Dios, o su d�a llegar� a morir, o descender� a la batalla y perecer, siendo estas tres las contingencias que David tuvo en cuenta: muerte s�bita por un derrame cerebral, una muerte normal y muerte en la batalla.
Versículo 11
No permita el Se�or que extienda mi mano contra el ungido del Se�or; �l no quer�a, por parte del Se�or, por cuenta del Se�or, tomar venganza por su propia mano; pero te ruego que tomes ahora la lanza que est� a su cabecera, a su cabecera, y el c�ntaro de agua, el c�ntaro de agua, y v�monos.
Versículo 12
Entonces David, que actuaba en su lugar, Abisai, tom� la lanza y el c�ntaro de agua de la cabecera de Sa�l; y los recogen; y nadie lo vio, ni lo supo, ni despert�; porque todos estaban dormidos, porque un sue�o profundo de parte del Se�or hab�a ca�do sobre ellos, expresando as� Jehov� Su aprobaci�n por la expedici�n de David. Esa es la disposici�n de los hijos de Dios, no para buscar su propia venganza, sino para poner su asunto en manos del Se�or, porque �l ha dicho: "M�a es la venganza, yo pagar�".
Versículo 13
Entonces David pas� al otro lado y se par� en la cumbre de una colina a lo lejos; habiendo cruzado el valle, volvi� a subir a la cima de la colina de la que probablemente hab�a bajado al anochecer; hab�a un gran espacio entre ellos, porque David confiaba tan poco en Sa�l que prefer�a tener una gran distancia entre �l y el rey.
Versículos 13-25
Sa�l vencido por la s�plica de David
Versículo 14
Y David clam� al pueblo ya Abner, hijo de Ner, diciendo: �No respondes, Abner? Esto se parece mucho a nuestra expresi�n, �Eh! o, �Hola! Entonces Abner respondi� y dijo: �Qui�n eres t� que clamas al rey? A Abner le molest� este llamamiento al rey, por lo que su descanso se vio perturbado.
Versículo 15
Y David dijo a Abner: �No eres t� un hombre valiente, un guerrero al que se ha confiado la protecci�n y la seguridad del rey? �Y qui�n como t� en Israel? �Por qu�, pues, no has guardado al se�or, tu rey? El deber especial del general era velar por la vida del rey. Porque vino uno del pueblo para matar al rey, tu se�or; Sa�l hab�a estado en peligro real de vida.
Versículo 16
No es bueno lo que has hecho. Vive el Se�or, que sois dignos de morir, literalmente, "Hijos de muerte sois vosotros", porque no hab�is guardado a vuestro se�or, el ungido del Se�or; merec�an la muerte por su negligencia en el deber. Y ahora mira d�nde est� la lanza del rey y la vasija de agua que estaba junto a su cabecera.
Versículo 17
Y Sa�l conoci� la voz de David y dijo: �Es esta tu voz, hijo m�o David? Dado que David estaba tan lejos y a�n no hab�a amanecido, Sa�l solo pudo reconocerlo por su voz. Y David respondi�: �Es mi voz, rey se�or m�o!
Versículo 18
Y dijo, una vez m�s instando a su inocencia, que se destac� con m�s fuerza en vista del hecho de que hab�a salvado la vida de Sa�l una vez m�s: �Por qu� persigue as� mi se�or a su siervo? Por que he hecho �O qu� mal hay en mi mano? Su manera de dirigirse a Saulo es tan humilde, gentil y reverente como siempre.
Versículo 19
Ahora pues, te ruego que mi se�or el rey oiga las palabras de su siervo. Si el Se�or te ha incitado contra m�, que acepte una ofrenda, literalmente: "Si Jehov� te incit� contra m�, huela una ofrenda de paz", siendo la idea que Sa�l reconciliara a Dios consigo mismo mediante una ofrenda que hab�a el prop�sito de restaurar la relaci�n correcta entre Jehov� y Sus hijos; pero si los que incitaron al rey son hijos de hombres, malditos sean delante de Jehov�; porque me han echado hoy de vivir en la heredad del Se�or, diciendo: Ve, sirve a otros dioses.
Su enemistad ten�a como objetivo hacer que David huyera del pa�s donde el Se�or viv�a entre Su pueblo en Su Santuario y as� tentarlo a cometer idolatr�a, porque no pod�a adorar a Jehov� en los altares erigidos en Su honor.
Versículo 20
Ahora, por lo tanto, no dejes que mi sangre caiga a la tierra ante la faz del Se�or, Sa�l no continuar�a su enemistad hasta el punto de obligar a David a morir en una tierra extra�a; porque el rey de Israel ha salido a buscar una pulga, porque con este nombre David enfatiza su propia insignificancia en el pa�s, Cf 1 Samuel 24:14 , como cuando se caza una perdiz en los montes, por a. No vale la pena cazar una perdiz suelta en las monta�as, ya que las aves se pueden encontrar f�cilmente en bandadas en los campos.
Versículo 21
Entonces dijo Sa�l, con la misma emoci�n moment�nea que hab�a mostrado antes, 1 Samuel 24:16 , he pecado; Vuelve, hijo m�o David; porque no volver� a hacerte da�o, porque mi alma era preciosa a tus ojos este d�a. He aqu�, me he burlado y me he equivocado en gran manera. En lugar de volverse al Se�or en verdadero arrepentimiento y pedirle gracia y poder para vencer la maldad de su coraz�n, hace una promesa que no es m�s sincera que la del mismo tipo que hizo en la ocasi�n anterior.
Versículo 22
Y David respondi� y dijo: �He aqu� la lanza del rey! Y que venga uno de los j�venes a buscarlo.
Versículo 23
El Se�or dar� a cada uno su justicia y su fidelidad, dicho esto con referencias especiales a s� mismo; porque el Se�or te entreg� hoy en mi mano, pero yo no quise extender mi mano contra el ungido del Se�or. Hab�a resistido la prueba cuando le perdon� la vida a Saulo y mostr� su justicia y fidelidad.
Versículo 24
Y he aqu�, como tu vida estaba muy puesta en este d�a a mis ojos, literalmente, "engrandecida", estimada en gran medida , as� que mi vida sea mucho m�s puesta a los ojos del Se�or, en cuyas manos David se entreg� confiadamente, y que me libre de toda tribulaci�n, de toda la miseria y angustia que todav�a le preparar�a la hostilidad de Saulo.
Versículo 25
Entonces Sa�l dijo a David: Bendito seas, hijo m�o David, que a�n hablas bajo la influencia del fugaz sentimiento mejor que despert� en �l la noble conducta de David; ambos har�s grandes cosas, y tambi�n prevalecer�s, emprender�s y tambi�n cumplir�s plenamente, porque Sa�l no pod�a cerrar los ojos al hecho de que la bendici�n de Jehov� descansaba sobre David. Entonces David sigui� su camino, sin aceptar la invitaci�n de Sa�l de regresar con �l, y Sa�l regres� a su lugar.
Por lo tanto, estos dos hombres se separaron para siempre, porque la enemistad de Sa�l continu� y oblig� a David a huir a territorio pagano. Cuando una persona ha endurecido tanto su coraz�n que toda bondad no deja una impresi�n duradera, su condena final es solo cuesti�n de tiempo.