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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario Popular de la Biblia de Kretzmann Comentario de Kretzmann
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre 1 Samuel 8". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/1-samuel-8.html. 1921-23.
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre 1 Samuel 8". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-9
Samuel disgustado por el insistente deseo Rev. 1. Y sucedi� que cuando Samuel fue anciano, nombr� a sus hijos jueces sobre Israel, y las crecientes enfermedades de la vejez lo impulsaron a dar este paso, por el cual sus hijos se convirtieron en sus ayudantes.
Versículo 2
Ahora, el nombre de su primog�nito fue Joel (Jehov� es Dios), y el nombre de su segundo, Ab�as (Jehov� es Padre); eran jueces en Beerseba, en el extremo sur de Cana�n, importante en aquellos d�as como estaci�n en la ruta comercial entre Asia y Egipto. Los mismos nombres que Samuel dio a sus hijos son una evidencia de su piedad incluso en los d�as de la miseria y la desgracia de Israel.
Versículo 3
Y sus hijos no anduvieron en sus caminos, no siguieron el ejemplo piadoso de su padre, sino que se desviaron en busca de ganancias, fueron codiciosos, avaros, desearon dinero, aceptaron sobornos y pervirtieron el juicio, transgrediendo as� la Ley del Se�or. Se�or, �xodo 23:6 ; Deuteronomio 16:19 , y desprestigiar el cargo judicial a los ojos del pueblo, haciendo que este �ltimo desee una autoridad superior para guiar los asuntos de la naci�n.
Versículo 4
Entonces todos los ancianos de Israel se reunieron y vinieron a Samuel en Ram�, como una delegaci�n que representaba a todo el pueblo,
Versículo 5
y le dijo: He aqu�, eres viejo, y tus hijos no andan en tus caminos, su edad avanzada le estaba robando el vigor y la energ�a necesarios en el gobierno de la naci�n, y el mal gobierno de sus hijos result� en una degeneraci�n general. de toda autoridad; ahora haznos un rey que nos juzgue como todas las naciones. Todas las naciones paganas alrededor ten�an reyes para gobernarlas, y esta fue la petici�n de los ancianos, que sin duda ten�a en mente Deuteronomio 17:14 , enfatiz�, especialmente porque Mois�s virtualmente ten�a tal contingencia en mente .
Versículo 6
Pero aquello le desagrad� a Samuel cuando dijeron: Danos un rey que nos juzgue. No fue la referencia a la mala administraci�n de sus hijos ni a su propia edad avanzada lo que hiri� a Samuel, sino el hecho de que su fe no se basaba suficientemente en Jehov�, quien hasta ahora hab�a administrado directamente los asuntos de la naci�n. Quer�an un reino externo y visible como medio de seguridad y protecci�n contra sus enemigos, mientras que el gobierno real e invisible de Jehov� hasta ahora hab�a sido completamente suficiente para protegerlos.
Y Samuel or� al Se�or, llevando este asunto dif�cil a Jehov� para que lo solucionara. En lugar de simplemente insistir en su propio deseo, este h�roe humilde y consagrado, en esta importante crisis en la historia de su pueblo, demostr� que su confianza en Dios no pod�a ser quebrantada, que se pod�a confiar en que el Se�or tomar�a la decisi�n correcta.
Versículo 7
Y el Se�or dijo a Samuel: Escucha la voz del pueblo en todo lo que te digan, la demanda del pueblo estuvo de acuerdo con el consejo de Dios. �l estaba listo para establecer un reino temporal en Israel; porque no te han desechado a ti, sino que me han desechado a m� para que yo no reine sobre ellos. Aunque estaba dispuesto a concederles su petici�n, sin embargo, expres� su descontento con esa actitud de mente y coraz�n de su parte que mostraba que no apreciaban el gobierno divino, sino que se opon�an a la majestad real de Dios.
Versículo 8
Conforme a todas las obras que han hecho desde el d�a que los saqu� de Egipto hasta el d�a de hoy, con las cuales me abandonaron y sirvieron a otros dioses, as� tambi�n lo hacen contigo. As� que fue la disposici�n de sus corazones y mentes lo que desagrad� al Se�or, el estado de �nimo que les hab�a hecho rebelarse contra el gobierno de Jehov�, abandonar a Jehov� con el prop�sito de servir a otros dioses. En la persona de Samuel, rechazaron al Se�or y Su reino, porque tontamente creyeron que sus intereses no estaban suficientemente salvaguardados bajo el arreglo actual.
Versículo 9
Ahora, por tanto, escuche su voz, �l deb�a acceder a sus demandas; sin embargo, prot�gelos solemnemente y mu�strales la conducta del rey que reinar� sobre ellos. Samuel deb�a explicarle al pueblo en detalle qu� cargaban sobre sus propios hombros al pedir un rey, cu�les eran los derechos del rey y qu� poderes pod�a arrogarse a s� mismo; y �l deb�a dar testimonio y presentar ante ellos su pecado contra Jehov� para que pudieran purificar sus corazones de su temperamento orgulloso y desconfiado.
En medio de la Iglesia cristiana tambi�n se encuentran una y otra vez hombres que se oponen al yugo f�cil de Cristo y a la instrucci�n ben�fica de la Palabra divina, exigiendo, en cambio, que el honor y el orgullo de este mundo sean introducidos en la Iglesia. Tales tendencias son una fuente de dolor para el Se�or y para todos los cristianos sinceros.
Versículo 10
Y Samuel cont� todas las palabras del Se�or al pueblo que le ped�a un rey, exhort�ndolos al arrepentimiento.
Versículos 10-22
Las desventajas se manifiestan en la gente
Versículo 11
Y �l dijo: Esta ser� la manera del rey, la manera en que probablemente se comportar�, que reinar� sobre ti: tomar� a tus hijos y los nombrar� para �l, los pondr� en su propio servicio, para sus carros. , es decir, como conductores, y para ser sus jinetes, para formar la caballer�a en su ej�rcito o en su guardaespaldas; y algunos correr�n delante de sus carros, como corredores o heraldos. Es una descripci�n de la habitual cabalgata real oriental en ocasiones estatales.
Versículo 12
Y lo nombrar�, simplemente presiona en el servicio, capitanes de miles y capitanes de cincuenta, hombres para cada posici�n en su ej�rcito, desde el m�s alto hasta el m�s bajo; y los pondr� a orar su tierra, a labrar la tierra del dominio real, y a recoger su cosecha, y a hacer sus instrumentos de guerra y los instrumentos de sus carros, las herramientas, vasijas y veh�culos que usaba en tiempos de paz. .
Versículo 13
Y tomar� a vuestras hijas para que sean reposteras, para preparar aceites y ung�entos finos para perfumer�a, cocineras y panaderas, porque la casa de un pr�ncipe oriental estaba organizada en una escala gigantesca, con mucho lujo y pompa.
Versículo 14
Y tomar� sus campos y sus vi�edos y sus olivares, incluso lo mejor de ellos, la tierra m�s selecta para fines agr�colas y hort�colas, y se los dar� a sus siervos, a sus cortesanos.
Versículo 15
Y tomar� la d�cima parte de tu semilla y de tus vi�as, y se la dar� a sus oficiales, los eunucos de los atrios orientales, y a sus siervos.
Versículo 16
Y tomar� a tus siervos y a tus siervas, los mismos esclavos que hab�an comprado para su propio trabajo, y a tus mejores j�venes, m�s bien, tus bueyes y tus asnos, y los pondr� a trabajar.
Versículo 17
Tomar� la d�cima parte de tus ovejas, el ganado menor, incluidas las cabras; y ser�is sus siervos, perder�an toda su libertad pol�tica y social y pondr�an un yugo en el cuello que no podr�an quitar.
Versículo 18
Y clamar�is en aquel d�a a causa de vuestro rey que hab�is elegido; encontrando su condici�n insoportable, orar�an por liberaci�n; y el Se�or no te escuchar� en ese d�a, todas sus lamentaciones ser�an in�tiles, como un justo castigo del Se�or; el yugo una vez asumi� que deb�an soportar para siempre. La descripci�n dada por Samuel resume la tiran�a y el despotismo del monarca oriental promedio, especialmente en la antig�edad, y algunas de las opresiones mencionadas fueron luego experimentadas por Israel en su totalidad.
Versículo 19
Sin embargo, el pueblo se neg� a obedecer la voz de Samuel, no se desanim� de su intenci�n; y ellos dijeron: No; pero tendremos un rey sobre nosotros,
Versículo 20
para que tambi�n nosotros seamos como todas las naciones, como todas las gentes que las rodean; ya no quer�an la orgullosa distinci�n de ser gobernados �nicamente por Jehov�; y que nuestro rey nos juzgue y salga delante de nosotros y pelee nuestras batallas. Esos eran los deberes del rey, tal como ellos los ve�an, ser el l�der y el gobernador del pueblo, en la paz y en la guerra.
Versículo 21
Y Samuel escuch� todas las palabras del pueblo, y las repiti� en los o�dos del Se�or, y volvi� a exponer todo el asunto al Se�or, despu�s de su infructuoso trato con el pueblo.
Versículo 22
Y el Se�or dijo a Samuel: Escucha su voz y hazlos rey. Y Samuel dijo a los hombres de Israel: Id, cada uno a su ciudad. Necesitaba alg�n tiempo para considerar, con el consejo del Se�or, los pasos necesarios para la selecci�n de un rey. As�, el Se�or, al ceder a la demanda del pueblo, les impuso un castigo. Los hombres pecadores no pueden ser reprimidos sino por la fuerza y ??la opresi�n; eso es el resultado de la desobediencia natural del hombre.