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Bible Commentaries
Ezequiel 27

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

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Versículo 1

Vino a m� la palabra del Se�or, diciendo:

Versículos 1-11

Descripci�n de la gloria y el poder de Tiro

Versículo 2

Ahora, hijo de hombre, escucha un lamento, un canto de duelo o un canto f�nebre por Tiro,

Versículo 3

y di a Tiro, la direcci�n directa intensificando la fuerza del lamento, oh t� que est�s situado a la entrada del mar, su doble puerto le da f�cil acceso al mar Mediterr�neo y a todas las aguas del mundo, que es un mercader del pueblo de muchas islas, sus relaciones comerciales la llevaron a las costas de muchas islas y de muchos pa�ses a lo largo del Mediterr�neo y m�s all�, as� dice el Se�or Dios, oh Tiro, has dicho, con orgullo satisfecho de s� mismo, soy de perfecta belleza, en parte por su inexpugnable ubicaci�n, en parte por su hermoso edificio.

Versículo 4

Tus fronteras est�n en medio de los mares, literalmente, "en el coraz�n del mar", porque era esto lo que rodeaba la metr�poli de la isla; Tus constructores perfeccionaron tu hermosura. La imagen cambia gradualmente a la que describe una hermosa embarcaci�n, ya que la ciudad, rodeada por un mar de m�stiles, ten�a la apariencia de una gran embarcaci�n.

Versículo 5

Han hecho todas las tablas de tus barcos, la madera utilizada en su construcci�n, de abetos de Senir, siendo el cipr�s del Anti-L�bano conocido por su capacidad para resistir la influencia de los elementos; Han tomado cedros del L�bano, largos, delgados y resistentes, para hacerte m�stiles.

Versículo 6

De las encinas de Bas�n, al este del Jord�n, desde Jaboc hasta Herm�n, hicieron tus remos, porque la madera de encina es fuerte y dura; la compa��a de los asuritas, h�biles obreros convocados desde Asiria, han hecho tus bancos, aquellos en los que se sentaban los remeros o los que estaban en las cubiertas, de marfil, tra�dos de las islas de Quitim, literalmente, "incrustados en alerce o boj, "de las islas de Chittim, es decir, de Chipre, que era famosa por sus excelentes materiales para la construcci�n de barcos.

Versículo 7

Lino fino con bordados de Egipto, Biso en varios dise�os bordados, fue lo que extendiste para que fuera tu vela; azul y p�rpura de las islas de Elishah, las del mar J�nico o las de la costa de Grecia, era lo que te cubr�a, sirviendo como un toldo sobre la cubierta, mientras pend�an banderines o emblemas de los m�stiles.

Versículo 8

Los habitantes de Zidon, la ciudad m�s antigua y el otro gran centro comercial de Fenicia, y Arvad, una isla rocosa al norte de Tr�polis, eran tus marineros, los marineros que tripulaban los barcos de Tiro; Tus sabios, oh Tiro, que estaban en ti, expertos en el saber del mar, fueron tus pilotos, ocupando los puestos de responsabilidad.

Versículo 9

Los antiguos de Gebal, ciudad fenicia entre Beirut y Tr�poli, y sus sabios, h�biles artesanos o mec�nicos, fueron en ti tus caldereros, los obreros empleados para tapar los agujeros y grietas de una vasija; todas las naves del mar con sus marineros estaban en ti para ocupar tus mercanc�as, para hacer comercio con esta principal metr�poli mar�tima.

Versículo 10

Los de Persia, el gran imperio asi�tico, y de Lud y de Phut, de dos poderosos estados africanos, estaban en tu ej�rcito, tus hombres de guerra, como un ej�rcito mercenario; te colgaron el escudo y el yelmo, ejerciendo todos los derechos de un ej�rcito nativo; ellos exponen tu hermosura, enfatiz�ndola ante todo el mundo.

Versículo 11

Los hombres de Arvad, tambi�n un grupo contratado, con tu ej�rcito estaban sobre tus murallas alrededor, la mayor parte de la guarnici�n propiamente dicha consist�a en tropas nativas, y los gammadims estaban en tus torres, tropas valientes y valientes; colgaron sus escudos en tus muros en derredor; han perfeccionado tu belleza, completando la belleza de su conjunto militar. La descripci�n completa del poder y la gloria de Tyre sirve para mejorar el efecto de la amenaza de ca�da.

Versículo 12

Tarsis, o Tartessus en Espa�a, conocido por la riqueza de su plata y otros metales, era tu comerciante en raz�n de la multitud de todo tipo de riquezas, por las que intercambiaban sus riquezas; con plata, hierro, esta�o y plomo comerciaron en tus ferias por los productos que Tiro ten�a para ofrecer.

Versículos 12-25

Descripci�n del comercio de Tyre

Versículo 13

Jav�n, los jonios de Asia Menor, Tubal y Mesec, siendo estos dos �ltimos pa�ses o estados entre el Mar Negro y el Mar Caspio, eran tus comerciantes; comerciaban con personas de hombres, en el tr�fico de esclavos que entonces se practicaba, y con vasos de bronce en tu mercado, porque las minas de cobre del este de Asia Menor eran famosas.

Versículo 14

Los de la casa de Togarmah, es decir, Armenia, comerciaban en tus ferias, en el intercambio de mercanc�as, con caballos, jinetes y mulas, porque Armenia era conocida en la antig�edad por su riqueza en estos productos.

Versículo 15

Los hombres de Ded�n, cerca del Mar P�rsico, Isa�as 21:13 , eran tus mercaderes, porque la ubicaci�n de su pa�s los colocaba en la gran calzada entre el Este y el Oeste; muchas islas eran mercader�a de tu mano, actuando como agentes en la promoci�n del comercio de Tiro; te trajeron como regalo, literalmente, "a cambio de valor", es decir, como pago mediante trueque o comercio, cuernos de marfil y �bano.

Versículo 16

Siria era tu comerciante debido a la multitud de productos que hac�as, siendo la industria manufacturera de Tiro un art�culo muy importante en su riqueza; ocupaban tus ferias, pagando los productos que compraban en los mercados de Tiro, con esmeraldas, p�rpura y bordados, y lino fino, la rica tela de bisus de Oriente, y coral y �gata o rub�es, para Siria era rica en piedras preciosas.

Versículo 17

Jud� y la tierra de Israel, todo el pa�s de Palestina, eran tus comerciantes; comerciaban en tu mercado con trigo de Minnith, una ciudad en el distrito de Ammonitish al este del Jord�n, y Pannag, que se ha definido como un b�lsamo o producto de miel, y miel, aceite y b�lsamo, por lo que el pa�s de los jud�os eran famosos.

Versículo 18

Damasco, la metr�poli del norte de Siria, era tu comerciante en la multitud de tus productos, es decir, tambi�n un cliente importante en la compra de manufacturas de Tiro, por la multitud de todas las riquezas, debido a la abundancia de las riquezas ofrecidas, en el vino de Helb�n, de Alepo, famoso por sus vinos, y lana blanca, de la m�s rica y fina especie.

Versículo 19

Dan tambi�n, o Wedan, probablemente un distrito en Arabia, y Javan, en este caso un asentamiento en Arabia, yendo y viniendo ocupados en tus ferias, participando igualmente en el comercio de Tiro; Hierro brillante, hierro forjado usado para hojas de espada, casia, una especie de canela y c�lamo, tambi�n una especia �rabe, estaban en tu mercado.

Versículo 20

Ded�n, un distrito del norte de Arabia, era tu comerciante en preciosas ropas para carros, ya fueran los finos tapices u otros adornos ornamentales usados ??en los caballos de montar y en los carros de batalla.

Versículo 21

Arabia, todo el pa�s como tal, y todos los pr�ncipes de Cedar, los jeques del interior de Arabia, ocuparon contigo, ocupados en el comercio con Tiro, en corderos y carneros y cabras; en estos estaban tus mercaderes, porque como tribus n�madas depend�an de los productos de sus reba�os y reba�os.

Versículo 22

Los comerciantes de Sab�, en Arabia F�lix, y Rama, en el golfo P�rsico, eran tus comerciantes; se ocuparon en tus ferias, en el intercambio de mercanc�as, con la principal de todas las especias, con los m�s excelentes perfumes, y con todas las piedras preciosas y el oro, por los que se conoc�an las monta�as de Yemen.

Versículo 23

Har�n, en Mesopotamia, y Canneh, el posterior Ctesifonte, un centro comercial en el Tigris, y Ed�n, en Mesopotamia, los comerciantes de Saba, Asur o Asiria, y Chilmad , al oeste del �ufrates, eran tus comerciantes.

Versículo 24

Estos, es decir, toda la lista enumerada, eran tus comerciantes en todo tipo de cosas, en ropa azul, finas envolturas o mantos, y trabajos de bordado, y en cofres de ropa rica, utilizados para almacenar, atados con cuerdas y hechos de cedro. Entre tus mercanc�as, el valor del cedro para este fin se conoc�a desde los primeros d�as.

Versículo 25

Los barcos de Tarsis cantaban de ti en tu mercado, literalmente, "eran tus caravanas", tu tr�fico, porque realizaban en el mar lo que las caravanas en tierra transportaban mercanc�as; y fuiste reabastecido, siempre abundantemente abastecido de bienes, y hecho muy glorioso en medio de los mares. Note cu�n v�vida es la descripci�n del profeta del comercio de Tiro, c�mo presenta un cuadro completo y concreto de las grandes rutas comerciales y de los principales art�culos manufacturados en aquellos d�as. La descripci�n de la grandeza de Tyre, sin embargo, sirve como un contraste para hacer que su ca�da se destaque de manera a�n m�s evidente.

Versículo 26

Tus remeros te han llevado a grandes aguas, y una vez m�s se representa a Tiro como una majestuosa embarcaci�n de la variedad de galeras, impulsada por una o m�s filas de remos en manos de poderosos remeros. El viento del este, que a menudo sopla en r�fagas repentinas y furiosas, te ha quebrantado en medio de los mares, en un naufragio que signific� el golpe mortal de Tiro en medio de su gloria.

Versículos 26-36

La Ca�da de Tiro

Versículo 27

Tus riquezas, todas las maravillosas riquezas acumuladas en sus bancos y almacenes, y tus ferias, las mercanc�as con las que comerciaba, tus mercader�as, tus marineros y tus pilotos, tus calkers y los ocupantes de tus mercader�as, los que realmente manejaban y vendi� los bienes, y todos tus hombres de guerra que est�n en ti, y en toda tu compa��a que est� en medio de ti, es decir, todos los habitantes de la ciudad, caer�n en medio de los mares en el d�a de tu ruina, siendo la destrucci�n total, como en el caso de un barco naufragado, que se hunde con todos los que est�n a bordo.

Versículo 28

Los suburbios, las ciudades m�s peque�as que dependen inmediatamente de Tiro, temblar�n al o�r el grito de tus pilotos, ya que ellos, los mismos de quienes depend�a la nave del Estado, se encontraron enfrentando la aniquilaci�n.

Versículo 29

Y todos los que manejan el remo, los marineros y todos los pilotos del mar, es decir, los de otras naves y naciones, descender�n de sus naves, desembarcando a causa de la intensidad del horror que sintieron, se mantendr�n en pie. sobre la tierra,

Versículo 30

y har� o�r su voz contra ti con gran lamento, y clamar� amargamente y echar� polvo sobre sus cabezas, cf Job 2:12 ; se revolcar�n en las cenizas, cf. Jeremias 6:26 , Jeremias 6:26 , siendo estos �ltimos actos signos de un dolor profundo e incontrolable;

Versículo 31

y se har�n completamente calvos por ti, afeit�ndose la cabeza como otra se�al de profundo luto, y se ce�ir�n de cilicio, como sol�an hacer los dolientes, y llorar�n por ti con amargura de coraz�n, en exceso de dolor y amargo llanto.

Versículo 32

Y en su lamento, levantar�n lamentaci�n por ti y se lamentar�n por ti en un canto f�nebre, diciendo: �Qu� ciudad es como Tiro, como la destruida en medio del mar? ahora tan silenciosa despu�s del antiguo bullicio que la caracterizaba.

Versículo 33

Cuando tus mercanc�as salieron de los mares, como plantas y frutos de la tierra, es decir, en virtud del hecho de que las muchas embarcaciones de sus actividades comerciales trajeron las mercanc�as, llenaste a mucha gente, satisfaciendo su demanda de bienes de cada descripci�n; enriqueciste a los reyes de la tierra con la multitud de tus riquezas y de tus mercanc�as, porque Tiro hab�a incluido en su comercio los bienes m�s ricos y costosos de la tierra.

Versículo 34

En el tiempo en que seas quebrantado por los mares, o, "ahora que has sido destrozado", o "te has hundido", en las profundidades de las aguas caer�n tus mercader�as y toda tu compa��a en medio de ti, todos sus habitantes est�n incluidos en el juicio de destrucci�n sobre ella.

Versículo 35

Todos los habitantes de las islas se asombrar�n de ti, todos los que se beneficiaron del comercio de Tyre quedar�n horrorizados ante su ca�da, y sus reyes, sus gobernantes comerciantes, se aterrorizar�n, se turbar�n en su semblante, temblando de miedo. comparten su destino.

Versículo 36

Los mercaderes del pueblo te silbar�n, porque la envidia siempre puede producir un gozo malicioso cuando un rival es derrotado; ser�s un terror, un objeto de horror, y nunca m�s lo ser�s. Cf. Ezequiel 26:21. Es un pasaje v�vidamente impresionante, que concluye esta secci�n de la profec�a contra Tiro, una que expone la justa ira de un Dios santo.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Ezekiel 27". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/ezekiel-27.html. 1921-23.
 
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