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Bible Commentaries
Isaías 5

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

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Versículo 1

Ahora cantar� a mi Bienamado un c�ntico de mi Amado, el profeta cantando a Jehov�, acerca del Se�or, pero al mismo tiempo expresando los pensamientos del Se�or, tocando Su vi�a, la de Su Iglesia en el tiempo del profeta. Mi Bienamado tiene una vi�a en una colina muy f�rtil, literalmente, "en el cuerno o cumbre de un hijo de aceite", la vi�a est� situada sobre una colina y tiene la tierra m�s f�rtil;

Versículos 1-7

La decepci�n de la vi�a

Versículo 2

y lo cerc�, m�s bien, lo removi� o cav� minuciosamente, y recogi� las piedras que imped�an el debido cultivo de la tierra, y lo plant� con la vid m�s selecta, una variedad de uva oriental muy fina, llamada sorek, y construy� una torre en medio de ella, que es la torre de vigilancia habitual, y tambi�n en ella se hizo un lagar, el abrevadero inferior al que flu�a el mosto del lagar propiamente dicho; y esperaba que diera uvas, el fruto de la excelente vid que hab�a plantado all�, y produjo uvas silvestres, el producto amargo de la vid silvestre o de una planta similar.

Versículo 3

Y ahora, oh habitantes de Jerusal�n y hombres de Jud�, a quienes el profeta se dirige espec�ficamente a s� mismo, apelando a ellos como jueces en esta dif�cil situaci�n, juzgad, os ruego, entre m� y mi vi�a, tomando su decisi�n sobre la base de de los hechos que se les presentaron, que eran visibles incluso para el espectador casual.

Versículo 4

�Qu� m�s se le podr�a haber hecho a Mi vi�a que yo no haya hecho en ella? El Se�or hab�a mostrado a Su pueblo misericordia, bondad y verdad de tantas maneras que, por as� decirlo, hab�a agotado Su amor por ellos. No hab�a llegado al l�mite de Su gracia al tratar con ellos, pero las cosas ciertamente hab�an llegado a un punto en el que no pod�an esperar m�s de Su mano. �Por qu�, cuando esperaba que diera uvas, dio uvas silvestres? Sin duda, si el Se�or ahora abandonaba esta vi�a, la gente misma debe admitir que merec�an plenamente ese trato, que solo ten�an la culpa de su destrucci�n, como el Se�or ahora declara.

Versículo 5

Y ahora ve a; Les dir� lo que har� con Mi vi�a, anunciando el Juez mismo el castigo que hab�a decidido: Le quitar� el seto, uno de espinos y cardos es la protecci�n habitual de los vi�edos en Oriente, y ser� ser devorado, y derribar su muro, como un segundo medio de mantener alejados a los merodeadores, y ser� pisoteado, siendo la afirmaci�n enf�tica del original "para un pisoteo";

Versículo 6

y la asolar�, para una completa ruina; no se podar�, para quitar los brotes superfluos, ni se cavar�, para aflojar el suelo para la entrada de aire a las ra�ces; pero crecer�n cardos y espinos, haciendo imposible el crecimiento de vides del tipo correcto y agradable; Tambi�n ordenar� a las nubes que no derramen lluvia sobre ellas.

Versículo 7

Porque la vi�a del SE�OR de los ej�rcitos es la casa de Israel y los hombres de Jud� su planta agradable, literalmente, "la planta de su voluntad"; y esperaba juicio, que la gente har�a lo que es justo y bueno, pero he aqu� la opresi�n, la violaci�n de los derechos por soborno y otras formas de maldad; por justicia, es decir, un trato exterior de acuerdo con las exigencias de una conducta justa, pero he aqu� un clamor, es decir, el de las personas que sufren el mal.

La explicaci�n de la par�bola se indica aqu� brevemente. Israel era la vi�a del Se�or, separada por �l de todas las naciones, colocada en una tierra rica y f�rtil y dotada de bendiciones insuperables en todos los aspectos, entre ellos los nobles del pueblo, los patriarcas, los reyes, los sacerdotes, los profetas. . La atalaya de Dios en medio de su pueblo era el gobierno de David y de su casa.

Pero esta vi�a hab�a decepcionado amargamente al Se�or en Sus expectativas, de modo que finalmente envi� Su castigo en toda su extensi�n, no solo el cautiverio babil�nico, sino el derrocamiento definitivo de la naci�n y la Iglesia jud�as en el a�o 70 dC Cf. Salmos 80; Mateo 21:33 . Dejemos que la Iglesia cristiana y todos los que profesan ser miembros de la Iglesia reciban advertencia, porque el Se�or escudri�a las riendas y los corazones y en todo momento espera verdaderos frutos de justicia de todos aquellos que son llamados por Su nombre.

Versículo 8

�Ay de los que se juntan de casa en casa, en una codicia de riqueza que nunca se satisface, que ponen un campo a otro, y su codicia les hace agregar una propiedad a otra, hasta que no hay lugar, no hay lugar para nadie m�s! , para que ellos, literalmente, "vosotros", porque el profeta aqu� se dirige directamente a los jud�os, puedan ser puestos solos en medio de la tierra, violando as� los estatutos relacionados con la herencia de bienes ra�ces y el a�o de jubileo, N�meros 27:9 ; Lev�tico 25:10 .

Versículos 8-30

Sexto ay de los jud�os transgresores

Versículo 9

En mis o�dos dijo el Se�or de los ej�rcitos, el gran Gobernador del universo mismo d�ndole a conocer a Su profeta, De cierto, muchas casas ser�n desoladas, incluso grandes y hermosas, las hermosas casas de los ricos, sin habitante, como castigo. sobre su codicia.

Versículo 10

S�, diez acres de vi�edo dar�n una ha, un balde de vino, unos siete galones y medio, y la semilla de un homer, unos ocho bushels, dar� un efa, un poco m�s de tres picotazos, produciendo as� la tierra. s�lo alrededor de una d�cima parte de la cantidad de semilla sembrada en la primavera, es decir, una cosecha de hambre.

Versículo 11

Ay de los que se levantan temprano por la ma�ana para seguirlos, perseguirlos con avidez, bebida fuerte, una especie de brandy preparado con d�tiles, manzanas, granadas, miel y cebada; que contin�an hasta la noche, prolongando su sesi�n de libertinaje hasta el fresco de la tarde y m�s all�, hasta que el vino los inflama, poni�ndolos en una condici�n en la que est�n listos para todas las obras de las tinieblas. Tenga en cuenta que el uso moderado de bebidas incluso intoxicantes no est� condenado en s� mismo, sino toda forma de exceso, como muestra la descripci�n adicional.

Versículo 12

Y el arpa, o c�tara, y la viola, un instrumento parecido a una guitarra, el tabret, la pandereta y la flauta, una especie de flauta, y el vino est�n en sus fiestas, de estos consisten sus banquetes, esto es todo lo que tienen en mente en la planificaci�n y ejecuci�n de sus borracheras; pero no consideran la obra del Se�or, fueron sordos al mensaje de Jehov� en la naturaleza, en la historia, especialmente en la predicaci�n de Sus profetas, ni consideran la operaci�n de Sus manos al preparar el castigo de justicia para todos los culpables .

Versículo 13

Por tanto, mi pueblo, como el Se�or todav�a lo llama cari�osamente, ha ido al cautiverio, y la visitaci�n del cautiverio babil�nico ya est� ocurriendo, porque no tienen conocimiento, no solo porque endurecieron su coraz�n contra todo entendimiento, sino porque el la calamidad, por esta raz�n, tambi�n los tom� desprevenidos; y sus hombres honorables pasan hambre, literalmente, "se mueren de hambre", la gente sufre hambre, y su multitud se seca de sed, una descripci�n v�vida de Israel cuando fue conducido al exilio. Tal es siempre la consecuencia cuando las personas amantes de los lujos de este mundo excluyen deliberadamente de sus corazones la comprensi�n de las cosas espirituales.

Versículo 14

Por tanto, el infierno, en este caso el reino de la muerte en la medida en que estaban sujetos a castigo en el lugar reservado para los malvados, se ha ensanchado y ha abierto la boca sin medida, para recibir el gran n�mero de v�ctimas; y su gloria, el esplendor de su maldad, y su multitud, y su pompa, el tumulto y el ruido de sus gritos de borrachos, y el que se regocija, los que encuentran su gozo en los excesos de este mundo, descender�n a �l. Entonces toda la risa y los gritos de los ni�os de este mundo se convertir�n en gritos de aflicci�n, acompa�ados de llantos y crujir de dientes.

Versículo 15

Y el hombre mezquino ser� derribado, y el valiente ser� humillado, los hombres de todo rango y posici�n ser�n incluidos en la condenaci�n del Se�or, y los ojos de los sublimes ser�n humillados, de modo que ya no se enorgullezcan m�s. ;

Versículo 16

pero el Se�or de los ej�rcitos, el que ejerce autoridad ilimitada sobre el mundo y todas sus fortunas, ser� exaltado en el juicio, la mism�sima destrucci�n de los imp�os redundar� en su gloria, y Dios que es santo ser� santificado en justicia, dar� evidencia de Su santidad al ejercer justicia sobre los imp�os.

Versículo 17

Entonces los corderos se alimentar�n a su manera, como en sus pastos habituales, y los lugares desolados de los gordos comer�n los extra�os, las tribus n�madas del desierto nuevamente ocupando la tierra que hab�a sido pose�da por personas similares en la antig�edad. As�, la tierra de Cana�n se convertir�a en un monumento de la justicia punitiva de Dios, como resultado de la apostas�a de Israel.

Versículo 18

�Ay de los que arrastran la iniquidad con cuerdas de vanidad, siendo sus primeras excusas para s� mismos como hilos de cabello, pero su creciente insensibilidad finalmente les hace atraer valientemente su culpa hacia ellos como con cuerdas pesadas, y pecar, por as� decirlo, con un cuerda de carreta, se la enganchan como caballos de tiro que arrastran una carreta pesada, dej�ndose en las huellas con todas sus fuerzas, ignorando por completo la idea de un d�a de venganza;

Versículo 19

que dicen: Que apresure y apresure su obra para que podamos verla, es decir, la retribuci�n amenazada, y que el consejo del Santo de Israel se acerque y venga para que lo sepamos. Su burla blasfema es como la de la que escribe el ap�stol Pedro, 2 Pedro 3:3 , y seguramente atraer� sobre ellos el castigo del Se�or.

Y en lo que respecta a los burladores de nuestros d�as, llegar� el momento en que, vencidos por el terror por la revelaci�n del juicio de Dios sobre ellos, llamar�n a los montes para que caigan sobre ellos ya los collados para cubrirlos.

Versículo 20

Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, invirtiendo as� todos los principios de la verdadera moralidad; que ponen la oscuridad por la luz y la luz por las tinieblas, particularmente para paliar la maldad del pecado, al representar la avaricia, el lujo, la lujuria de la carne como faltas inofensivas; que ponen lo amargo por dulce, condenando a los piadosos, los hijos de Dios, como enemigos de la humanidad, y lo dulce por amargo, al pasar por alto la transgresi�n y as� conducir a los hombres a la destrucci�n eterna.

Versículo 21

�Ay de los sabios a sus propios ojos, arrogantes en su presunci�n, una ofensa que tambi�n es reprendida por San Pablo, Romanos 12:16 , y prudentes en su propia vista, tales personas est�n m�s all� de la necesidad de aprender, su falta de humildad hace que rechacen toda instrucci�n que se les d� a conocer, especialmente el mensaje de los siervos del Se�or.

Versículo 22

�Ay de los valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebidas alcoh�licas, campeones de la vida disoluta, que venden justicia para obtener los medios para entregarse al servicio de las riquezas y el lujo;

Versículo 23

que justifican al imp�o por recompensa, buscando abiertamente sobornos y, al cumplir las promesas hechas con la fuerza de tales dones, le quitan la justicia al justo, decidiendo contra �l en los tribunales y frustrando as� los fines de la justicia. Tenga en cuenta que todos los pecados que aqu� se condenan con palabras tan duras se encuentran en nuestra �poca y seguramente estar�n sujetos al castigo del Se�or, como en los d�as de Isa�as.

Versículo 24

Por tanto, como el fuego devora el rastrojo, y la llama consume la paja, en destrucci�n repentina y total, as� su ra�z, el supuesto agarre firme de estos transgresores, ser� como podredumbre, enmohecida y podrida, y su flor, su exterior. apariencia pr�spera, subir� como polvo, volando como part�culas peque�as, porque han desechado la ley del Se�or de los ej�rcitos, en un rechazo deliberado y blasfemo, y despreciado la Palabra del Santo en Israel, por medio de la cual �l quiso para llamarlos al arrepentimiento.

Versículo 25

Por tanto, la ira del Se�or se ha encendido contra su pueblo, y ha extendido su mano contra ellos y los ha herido, volvi�ndose a pintar la escena ante los ojos del pueblo, para instarlos al arrepentimiento; y temblaron las colinas, bajo el golpe de Jehov�, como de un gran terremoto, y sus cad�veres fueron arrancados en medio de las calles, tirados all� como esti�rcol, como hab�a sucedido antes, 2 Cr�nicas 28:6 .

Por todo esto, aunque el castigo del Se�or ha salido repetidas veces, su ira no se apaga, pero su mano todav�a est� extendida. Tan grande fue la apostas�a en Israel que la ira del Se�or a�n no se apacigu�, especialmente porque la naci�n no mostr� se�ales de verdadero arrepentimiento; fue la ira del Juicio final.

Versículo 26

Y �l, al dar el �ltimo gran golpe, alzar� un estandarte a las naciones lejanas, como se�al e invitaci�n para que ataquen a Israel, y les silbar� desde los confines de la tierra, siendo la figura tomada del obra del apicultor, que saca a las abejas de sus colmenas con un silbido; y he aqu�, vendr�n r�pidamente, ansiosos por cumplir la voluntad del Se�or sobre Israel.

Versículo 27

Ninguno se fatigar� ni tropezar� entre ellos; nadie dormir� ni dormir�, ni se desatar� el cinto de sus lomos para retardar sus movimientos, ni se romper� la correa de sus zapatos, todo esto es descriptivo de su incansable actividad, su incansable celo y su disposici�n para la batalla;

Versículo 28

cuyas flechas son afiladas y todos sus arcos doblados, listos para enviar las flechas a su objetivo; los cascos de sus caballos se contar�n como el pedernal, atributo m�s importante para una campa�a de guerra llevada a tales distancias, y sus ruedas como un torbellino, porque su rodar parec�a el sonido de una tempestad que avanzaba;

Versículo 29

su rugido ser� como un le�n, un grito de batalla terrible, como leoncillos rugir�n, �vidos de su presa; s�, rugir�n y se apoderar�n de la presa, Israel se convertir� en una v�ctima f�cil, y la llevar� a salvo, y nadie la librar�, nadie ser� lo suficientemente fuerte como para acudir en ayuda de Israel en esta emergencia impuesta por el Se�or. .

Versículo 30

Y en aquel d�a rugir�n contra ellos como el bramido del mar, el oleaje rompiendo en la orilla escarpada con un trueno terrible; y si uno mira a la tierra, buscando un punto de apoyo firme, ve tinieblas y dolor, y la luz se oscurece en sus cielos, literalmente, "tinieblas angustia y luz noche en las nubes del cielo arriba", es decir, tribulaci�n y alivio. cambiar�a r�pidamente en el destino de Israel; pero el resultado final ser�a la noche m�s oscura, apagando toda la luz. Ese, en resumen, es el bosquejo de la historia de Israel hasta el exilio, no solo la conquista de Nabucodonosor, sino tambi�n la de los romanos en el a�o 70 d.C.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Isaiah 5". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/isaiah-5.html. 1921-23.
 
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