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Bible Commentaries
Zacarías 1

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

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Versículo 1

En el octavo mes del segundo a�o de Dar�o, es decir, en el a�o 520 a.C., vino palabra del Se�or a Zacar�as, hijo de Berequ�as, hijo de Iddo, profeta, diciendo:

Versículos 1-6

Un llamado al arrepentimiento

Versículo 2

El Se�or se ha enojado con gran ira contra vuestros padres , como se muestra en la destrucci�n de Jerusal�n, la destrucci�n del templo y el destierro en Babilonia.

Versículo 3

Por tanto, diles: As� ha dicho Jehov� de los ej�rcitos, Soberano todopoderoso del universo: Convert�os a m�, dice Jehov� de los ej�rcitos , un llamamiento impresionante a los hijos de los primeros transgresores al arrepentimiento. y me volver� a vosotros, dice Jehov� de los ej�rcitos.

Versículo 4

No se�is como vuestros padres, los de antes del destierro, a quienes clamaron los profetas anteriores, diciendo: As� ha dicho Jehov� de los ej�rcitos: Convert�os ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras, siendo �sta la esencia de muchas amonestaciones en los primeros profetas, Cf Isa�as 31:6 ; Jeremias 3:12 ; Jeremias 18:11 ; Ezequiel 18:30 ; Oseas 14:1 ; pero no me oyeron ni me escucharon, dice el Se�or. Cf 2 Reyes 17.

Versículo 5

Tus padres, �d�nde est�n? Y los profetas, �viven para siempre? Los antiguos miembros de Israel y Jud� hab�an perecido, como Dios hab�a amenazado; y si el pueblo dijera que tambi�n los profetas est�n muertos, el Se�or les recordar�a el hecho de que Sus palabras, tal como fueron dichas por medio de estos profetas, no est�n muertas, sino que se han cumplido en abundancia.

Versículo 6

Pero mis palabras y mis estatutos, que orden� a mis siervos los profetas, a saber, que los proclamaran, amenazando con el castigo del Se�or en caso de desobediencia, �no se apoderaron de vuestros padres? los castigos amenazados los sobrepasaron como veloces mensajeros. Y ellos, los padres antes del destierro, volvieron y dijeron, reconociendo sus aflicciones como resultado de su iniquidad, como el Se�or de los ej�rcitos pens� hacernos, seg�n nuestros caminos y seg�n nuestras obras, como ellos lo hab�an hecho. lo merec�a, as� ha tratado con nosotros.

Este era el estado mental que el Se�or quer�a encontrar en medio de su pueblo al darles a conocer los maravillosos hechos contenidos en las visiones de Zacar�as.La actitud apropiada para escuchar y aprender la Palabra de Dios es la de un humilde reconocimiento. de la pecaminosidad de uno.

Versículo 7

El d�a veinticuatro del und�cimo mes, que es el mes de Sebat, cinco meses despu�s de que se hab�a reanudado la construcci�n del templo, en el segundo a�o de Dar�o, vino la palabra del Se�or a Zacar�as, hijo de Berequ�as, el hijo de Iddo, el profeta, diciendo:

Versículos 7-17

La visi�n de los caballos entre los mirtos

Versículo 8

Vi de noche, en una visi�n nocturna, en alg�n momento entre las seis de la tarde y las seis de la ma�ana, y vi a un hombre montado en un caballo rojo, del color de la guerra y el derramamiento de sangre, y se par� entre los mirtos que estaban en el fondo, probablemente un valle en las cercan�as de Jerusal�n; y detr�s de �l hab�a caballos rojos, moteados o casta�os, del color del fuego y de las llamas y del ardor, y blancos, en este sentido el color de la victoria.

Versículo 9

Entonces dije, ansioso por saber qu� pretend�a el Se�or dar a conocer a trav�s de esta visi�n: Oh mi Se�or, �qu� son estos? Y el �ngel que habl� conmigo me dijo: Te mostrar� cu�les son, porque el Se�or quer�a que Zacar�as supiera el significado de la visi�n para poder revelarlo a otros.

Versículo 10

Y el hombre que estaba entre los mirtos, el primer �ngel, respondi� y dijo: Estos son los que el Se�or ha enviado a caminar de un lado a otro por la tierra, para averiguar c�mo estaban las cosas en todas partes.

Versículo 11

Y ellos respondieron al �ngel del Se�or, ese peculiar �ngel Increado, el Hijo de Dios cuando se revel� a los creyentes del Antiguo Testamento, que estaba entre los mirtos, y dijo: Hemos caminado de un lado a otro por la tierra, y he aqu�, toda la tierra est� quieta y en reposo, la gran conmoci�n entre las naciones, de la cual hab�a hablado el profeta Hageo, 2: 7. 8, a�n no hab�a comenzado, es decir, a�n no hab�a llegado el momento de la aparici�n del Mes�as en la carne, una declaraci�n que naturalmente tuvo un efecto muy deprimente sobre los jud�os. Pero el Se�or tiene preparada una palabra de consuelo para ellos.

Versículo 12

Entonces el �ngel del Se�or respondi� y dijo, la segunda persona de la Deidad misma d�ndoles una palabra tranquilizadora de consuelo, oh Se�or de los ej�rcitos, �hasta cu�ndo no tendr�s misericordia de Jerusal�n y de las ciudades de Jud�, contra las cuales has �Tuvo indignaci�n estos sesenta y diez a�os? de modo que los setenta a�os del destierro parec�an prolongados, como si la aflicci�n del cautiverio no fuera a terminar nunca.

Versículo 13

Y el Se�or respondi� al �ngel que hablaba conmigo con buenas palabras y palabras reconfortantes, palabras de salvaci�n y bendici�n, que �l, por supuesto, deb�a transmitir inmediatamente a la congregaci�n del Se�or.

Versículo 14

De modo que el �ngel que habl� conmigo, el que primero hab�a dado una interpretaci�n de las intenciones del Se�or expresadas en la visi�n, me dijo: Clama, diciendo: As� ha dicho Jehov� de los ej�rcitos, aquel cuyo mensaje exacto el profeta trajo a Jud�. , Tengo celos de Jerusal�n y de Sion, se agitaba con el celo de su amor por su congregaci�n, con un gran celo.

Versículo 15

Y estoy muy disgustado con los paganos que se sienten c�modos, creyendo que hab�an sido permanentemente victoriosos sobre el pueblo del Se�or; porque yo estaba un poco disgustado, ya que Su castigo cay� sobre Su pueblo durante setenta a�os, y ellos ayudaron a superar la aflicci�n, se amotinaron en los sufrimientos del Israel indefenso y estaban ansiosos por prolongarlos.

Versículo 16

Por tanto, as� dice el Se�or, he vuelto a Jerusal�n con misericordia, porque los hab�a retenido de su pueblo por un tiempo para castigarlos, pero ahora estaba una vez m�s listo para aceptar a sus hijos arrepentidos; En ella se edificar� mi casa, es decir, el templo como sede de la presencia misericordiosa del Se�or en medio de su congregaci�n, dice el Se�or de los ej�rcitos, y se extender� un cordel sobre Jerusal�n, en este caso el linaje del constructor significa la reconstrucci�n de la ciudad.

Versículo 17

Clama a�n, diciendo: As� ha dicho Jehov� de los ej�rcitos: Mis ciudades a trav�s de la prosperidad a�n se extender�n por el aire, rebosantes con la presi�n exterior de abundante crecimiento como un arroyo desborda sus riberas; y el Se�or consolar� a�n a Sion, la Iglesia de Su amor, y a�n elegir� Jerusal�n, la comuni�n de Sus santos. As�, el Se�or, que ocasionalmente ha castigado a Su Iglesia con fuertes azotes, vuelve a mentir a Sus hijos con la riqueza de Sus bendiciones en el Evangelio.

Versículo 18

Entonces, despu�s de que la primera visi�n hab�a llegado a su fin, levant� mis ojos y vi, en una segunda visi�n distinta, y he aqu� cuatro cuernos, el s�mbolo b�blico com�n de fuerza.

Versículos 18-21

La visi�n de los cuatro cuernos y los cuatro herreros

Versículo 19

Y le dije al �ngel que hablaba conmigo: �Qu� son estos? el profeta nuevamente deseoso de conocer su significado. Y �l me respondi�: Estos son los cuernos que dispersaron a Jud�, Israel y Jerusal�n, las naciones paganas que destruyeron a las doce tribus como pueblo.

Versículo 20

Y el Se�or me mostr� cuatro carpinteros, m�s bien, cuatro artesanos de hierro, cuatro herreros.

Versículo 21

Entonces dije: �Qu� vienen a hacer estos? �Cu�l fue el objetivo de introducirlos en la imagen? Y habl�, diciendo: Estos son los cuernos que esparcieron a Jud�, de modo que ninguno alz� la cabeza, desalentado por completo; pero �stos han venido para deshilacharlos, para aterrorizar a las grandes potencias del mal, para echar fuera los cuernos de los gentiles, para quebrarlos, que alzaron su cuerno sobre la tierra de Jud� para esparcirla. Siempre ha sido una caracter�stica de los enemigos del Se�or que se regocijan por la desgracia de Su pueblo; pero al final la Iglesia triunfar�.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Zechariah 1". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/zechariah-1.html. 1921-23.
 
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