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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario Popular de la Biblia de Kretzmann Comentario de Kretzmann
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Haggai 2". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/haggai-2.html. 1921-23.
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Haggai 2". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/
Versículo 1
En el s�ptimo mes, el d�a uno y veinte del mes, ni siquiera un mes despu�s de que se hubiera reanudado la construcci�n del templo, lleg� la palabra del Se�or por medio del profeta Hageo, diciendo:
Versículos 1-9
Una seguridad reconfortante
Versículo 2
Habla ahora a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Jud�, y a Josu�, hijo de Josedec, el sumo sacerdote, y al resto del pueblo, a los dem�s que ahora se hab�an vuelto de Babilonia, diciendo:
Versículo 3
�Qui�n queda entre vosotros que vio esta casa en su primera gloria? el Templo de Salom�n con su rica ornamentaci�n casi inigualable. �Y c�mo lo ves ahora? �Qu� impresi�n les caus� este segundo templo mientras lo observaban? �No es a tus ojos, en comparaci�n con �l, como nada? Cualquier tipo de comparaci�n era tan desventajosa para este segundo templo que los ancianos se hab�an puesto a llorar incluso cuando vieron los cimientos terminados y el altar del holocausto colocado, Esdras 3:10 ss.
Versículo 4
Sin embargo, ahora esfu�rzate, oh Zorobabel, dice el Se�or, llena de consolador consuelo; y esfu�rzate, Josu�, hijo de Josedec, el sumo sacerdote; y sed fuertes, todos los habitantes de la tierra, dice el Se�or, todos llenos de la misma tranquilidad y obra, para completar la construcci�n del Templo; porque yo estoy con vosotros, dice Jehov� de los ej�rcitos;
Versículo 5
conforme a la palabra que hice convenio con ustedes cuando salieron de Egipto, cuando Israel fue formalmente aceptado como pueblo de Jehov� en la gran asamblea en el monte Sina�, as� Mi Esp�ritu permanece entre ustedes para fortalecerlos para que concluyan con �xito su obra. �No tem�is!
Versículo 6
Porque as� ha dicho Jehov� de los ej�rcitos, el mismo Dios poderoso del pacto que hab�a entrado en comuni�n con ellos en Horeb: Sin embargo, una vez, es un poquito, pero un corto tiempo como los hombres calculan el tiempo, y har� temblar los cielos y la tierra y el mar y la tierra seca, en una gran conmoci�n que involucr� pr�cticamente a todo el mundo conocido, como la que tuvo lugar cuando los emperadores romanos ordenaron sus censos peri�dicos del imperio,
Versículo 7
y sacudir� a todas las naciones, todas ellas siendo arrastradas a esta agitaci�n, y vendr� el Deseado de todas las naciones, el Mes�as tan esperado ; y llenar� de gloria esta casa, ahora tan humilde y sin pretensiones , dice el Se�or de los ej�rcitos.
Versículo 8
M�a es la plata, y m�o es el oro, dice el Se�or de los ej�rcitos, por lo que le resultar�a de poca importancia llenar cualquier casa terrenal con ornamentos y tesoros m�s all� de los sue�os de la avaricia. Pero esa no es la principal preocupaci�n del Se�or.
Versículo 9
La gloria de esta �ltima casa, de la Iglesia del Nuevo Testamento, de la cual este segundo Templo era s�lo un tipo d�bil y sombra, ser� mayor que la de la primera, de la Iglesia Jud�a del Antiguo Testamento, de la cual fue el Templo de Salom�n. un tipo, dice el Se�or de los ej�rcitos; y en este lugar dar� la paz, es decir, la paz de la redenci�n obtenida por el Mes�as prometido, dice el Se�or de los ej�rcitos.
De esta manera, el contenido del mensaje evang�lico del Nuevo Testamento fue proclamado incluso en el Antiguo Testamento, y los creyentes en ambos casos descansan su fe en la misma esperanza. Cf. Lucas 2:14 ; Efesios 2:14 .
Versículo 10
En el d�a veinticuatro del noveno mes, poco m�s de dos meses despu�s, en el segundo a�o de Dar�o, lleg� la palabra del Se�or por medio de Hageo, el profeta, nuevamente por inspiraci�n directa, diciendo:
Versículos 10-19
Una advertencia amonestadora sobre la justicia falsa
Versículo 11
As� ha dicho Jehov� de los ej�rcitos: Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo:
Versículo 12
Si alguien lleva carne santa en la falda de su manto, es decir, la carne de los sacrificios que se ha ofrecido, y con su falda toca pan o potaje, cualquier alimento sagrado que se empap�, o vino, aceite o cualquier carne, tal como se us� para ofrecer sacrificios o en conexi�n con comidas de sacrificio, �ser� santo? Y los sacerdotes respondieron y dijeron: No. Esto estaba de acuerdo con la Ley, Lev�tico 6:20 ; porque aunque el vestido mismo fue santificado por tal comida consagrada, no pod�a impartir santidad a alguien que, al descuidar la voluntad del Se�or, se hab�a vuelto imp�o.
Versículo 13
Entonces dijo Hageo: Si alguien que es inmundo por un cad�ver, tocando un cad�ver, toca alguno de estos, �ser� inmundo? Y los sacerdotes respondieron y dijeron: Ser� inmunda, otra vez en perfecto acuerdo con la Ley Ceremonial de los Jud�os, Lev�tico 22:4 ; N�meros 5:2 ; N�meros 9:10 .
Versículo 14
Entonces respondi� Hageo y dijo: As� es este pueblo, y as� es esta naci�n delante de m�, dice el Se�or, en su presencia como gobernante y juez; y as� es toda obra de sus manos, todo lo que puedan emprender; y lo que ofrecen all� es inmundo. Los hijos de Israel estaban en desgracia por no haber terminado la casa del Se�or, y aunque su tierra era tierra santa, consagrada al Se�or, sus frutos no hallaron gracia ante Sus ojos y no pudieron servir para limpiar al pueblo. por un mero servicio externo, siempre y cuando sus corazones no estuvieran en la relaci�n correcta con �l, de modo que estuvieran obligados a darle el culto que deseaban.
Versículo 15
Y ahora, les ruego, consideren desde este d�a en adelante, aplicando sus corazones a este problema, desde antes de que se pusiera una piedra sobre otra piedra en el Templo del Se�or, antes de que se reanudara su reconstrucci�n;
Versículo 16
ya que aquellos d�as eran, cuando uno llegaba a un mont�n de veinte medidas, un mont�n de gavillas que promet�an un rendimiento de veinte fanegas o picotazos, hab�a s�lo diez; cuando uno vino a la prensa para sacar cincuenta vasijas de la prensa, pensando que la cosecha deber�a haber tra�do esa cantidad, s�lo hab�a veinte.
Versículo 17
Te her� con voladura, con tiz�n de los frutos y granos, y con moho, por exceso de humedad, y con granizo en todos los trabajos de tus manos, las cosechas sobre las cuales hab�an trabajado tan duro; pero no me volvisteis, dice el Se�or, ninguno de sus castigos surti� el efecto deseado.
Versículo 18
Considere ahora desde este d�a en adelante, aplicando su coraz�n a la consideraci�n de lo que correspond�a a sus mejores intereses, desde el d�a veinticuatro del noveno mes, incluso desde el d�a en que se echaron los cimientos del Templo del Se�or, consid�relo. , durante todo el per�odo de tiempo desde que los jud�os, de acuerdo con el decreto de Ciro, hab�an puesto los cimientos por primera vez hasta el d�a de la asamblea en la que se pronunciaron estas palabras, fue un tiempo durante el cual no se derram� la bendici�n del Se�or. en su m�xima medida, porque todo su trabajo para el nuevo templo hab�a sido intermitente.
Versículo 19
�Est� la semilla todav�a en el granero? Segu�an sufriendo como consecuencia de la escasez. S�, todav�a la vid, la higuera, el granado y el olivo no hab�an producido, los resultados de su anterior falta de celo todav�a estaban en evidencia; desde este d�a te bendecir�. Los tiempos cambiar�an ahora, ya que estaban mostrando evidencia del cambio que se hab�a apoderado de sus corazones. Si los hombres se vuelven al Se�or en verdadero arrepentimiento, �l puede volverse a ellos con misericordia y darles las bendiciones de esta vida en abundancia.
Versículo 20
Y vino nuevamente palabra de Jehov� a Hageo en el d�a veinticuatro del mes, siendo esta una segunda revelaci�n en el mismo d�a, diciendo:
Versículos 20-23
Una promesa especial a Zorobabel
Versículo 21
Habla con Zorobabel, gobernador de Jud�, diciendo, en un mensaje de aliento que sin embargo estaba destinado a toda la asamblea de los exiliados que regresaron, har� temblar los cielos y la tierra, poniendo en marcha su maquinaria en inter�s de sus planes para su pueblo. ;
Versículo 22
y derribar� el trono de reinos, todas las potencias mundiales que se oponen a Su reinado, y destruir� la fuerza de los reinos de los paganos, todas las fuerzas del mal que se oponen a la Iglesia del Se�or; y derribar� los carros. y los que cabalgan en ellos, los jefes de las fuerzas hostiles; y los caballos y sus jinetes descender�n, derribados y destruidos, cada uno por la espada de su hermano; porque eso, al final, es una condici�n que favorece el reino del Se�or, el hecho de que los enemigos a menudo no est�n en paz entre ellos, sino que vuelven sus armas unos contra otros.
Versículo 23
En aquel d�a, dice Jehov� de los ej�rcitos, te tomar�, oh Zorobabel, siervo m�o, hijo de Salatiel, dice Jehov�, Zorobabel como miembro de la familia de David, s�mbolo del Mes�as venidero, y har� t� como un sello, una posesi�n muy preciosa a los ojos de su poseedor oriental; porque yo te he escogido, dice Jehov� de los ej�rcitos. El cumplimiento de la profec�a de Tills se encuentra en Jesucristo, el hijo de David y descendiente de Zorobabel, porque �l estableci� el reino de Su padre David en a. de la manera m�s singular, como regla y reino espiritual, que durar� por toda la eternidad. Cfr. Lucas 1:32 .