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Bible Commentaries
Zacarías 14

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

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Versículo 1

He aqu�, viene el d�a del Se�or, un gran D�a del Juicio, y tu bot�n, ganado por los enemigos al vencer a Jerusal�n, ser� dividido en medio de ti, estando los enemigos tranquilos y seguros en la ciudad conquistada.

Versículos 1-11

El juicio y la redenci�n

Versículo 2

Porque reunir� a todas las naciones para la batalla contra Jerusal�n, reclutando enemigos de todos los pa�ses del mundo; y la ciudad ser� tomada y las casas saqueadas y las mujeres violadas, un cuadro de un aparente derrocamiento total de la Iglesia como lo experiment� durante la Edad Media; y la mitad de la ciudad ir� al cautiverio, cediendo al poder del Anticristo, y el resto del pueblo no ser� cortado de la ciudad, algunos al menos permanecer�n fieles al Dios verdadero en la Iglesia de la Reforma.

Versículo 3

Entonces el Se�or saldr� y pelear� contra esas naciones, como cuando pele� en el d�a de la batalla, en las muchas ocasiones en que sali� a pelear con ellas y por ellas.

Versículo 4

Y sus pies estar�n en ese d�a sobre el monte de los Olivos, siendo este lugar considerado el centro de la tierra y el trono del Se�or, mientras �l prepara para el juicio, que est� delante de Jerusal�n al este, y el monte de los Olivos. se dividir� en medio de ella hacia el oriente y hacia el occidente, un terremoto que tendr� este efecto como se estremeci� la tierra bajo las pisadas de Jehov�, y habr� un valle muy grande; y la mitad del monte se mover� hacia el norte y la otra mitad hacia el sur, abriendo as� un camino desde Jerusal�n hacia el oriente.

Versículo 5

Y huir�is al valle de los montes, que ofrecer� escondites seguros; porque el valle de los montes llegar� hasta Azal, una peque�a ciudad al este del monte de los Olivos; s�, huir�is, como hu�steis antes del terremoto en los d�as de Uz�as, rey de Jud�; y el Se�or, mi Dios, vendr�; sus hijos esperan su advenimiento con gozosa expectaci�n, y todos los santos, los santos �ngeles contigo. La imagen esbozada por el profeta muestra a Jehov� prepar�ndose para juzgar a las naciones, mientras los creyentes huyen a �l en busca de refugio, sabiendo que su salvaci�n est� cerca.

Versículo 6

Y suceder� en ese d�a que la luz no ser� clara, es decir, no habr� plena luz del d�a, ni oscuridad, literalmente, "las cosas gloriosas se retirar�n", evidentemente dicho de las luces del cielo, la sol, luna y estrellas;

Versículo 7

pero ser� un d�a, un d�a de lo m�s singular en todos los sentidos, que ser� conocido por el Se�or, conociendo solo �l su verdadera naturaleza, no el d�a ni la noche, porque las luces del cielo habr�n perdido su poder de brillar; pero suceder� que a la hora de la tarde amanecer�. Esta imagen representa a la Iglesia de la Edad Media hundi�ndose gradualmente en las tinieblas a medida que sus l�deres oscurec�an la luz de la Palabra de Dios. Afortunadamente, sin embargo, el Se�or, a trav�s de la Reforma, hizo brillar una vez m�s la luz gloriosa de Su Evangelio.

Versículo 8

Y ser� en ese d�a, despu�s de la restauraci�n de la luz de la Palabra en su posici�n original, que saldr�n aguas vivas de Jerusal�n, de la Iglesia del Se�or en su estado renovado, Cf Ezequiel 47:1 ; la mitad hacia el mar anterior, hacia el este, y la mitad hacia el mar posterior , hacia el oeste, para que las bendiciones del Evangelio se distribuyan por todo el mundo; en verano y en invierno ser�, sin descanso.

Versículo 9

Y el Se�or ser� Rey sobre toda la tierra, como el gobernante de su reino de gracia; en ese d�a habr� un Se�or, el Dios Triuno una vez m�s aceptado por la Iglesia como se hab�a revelado en Cristo, y Su nombre uno, para ser glorificado dondequiera que se proclame Su Palabra.

Versículo 10

Toda la tierra se convertir� en una llanura, sin m�s monta�as que obstaculicen la obra de la Iglesia, desde Geba, unas doce millas al norte de Jerusal�n, hasta Rimm�n, al sur de Jerusal�n, en el l�mite sur de Jud�; y ser� levantada, Jerusal�n sola ser� puesta en alto, y habitada en su lugar, o "habitar� en su lugar". desde la puerta de Benjam�n, en el muro del lado norte de la ciudad, hasta el lugar de la primera puerta, al oriente o al noreste, hasta la puerta de la esquina, la que est� al occidente, y desde la torre de Hananeel, en la esquina noreste. de la ciudad, Nehem�as 3:1 ,a los lagares del rey, en los jardines reales al sur de la ciudad.

Versículo 11

Y los hombres habitar�n en ella, y no habr� m�s destrucci�n total, como la que sobrevino a la Iglesia por la iniquidad del Anticristo; pero Jerusal�n ser� habitada con seguridad. La Iglesia, renovada por la Reforma, permanecer�, en general, en posesi�n de la verdad y sus bendiciones.

Versículo 12

Y esta ser� la plaga, el castigo especial, con el cual el Se�or herir� a todo el pueblo que ha luchado contra Jerusal�n, a los que se oponen a la Iglesia y su obra :. Su carne se consumir� mientras est�n de pie, de modo que se pudrir�n en una muerte en vida, y sus ojos se consumir�n en sus agujeros, y su lengua se consumir� en su boca, y todos estos castigos los har�n incapaces de soportar. m�s ataques a la ciudad de Dios.

Versículos 12-21

El Remanente de las Naciones Salvado

Versículo 13

Y suceder� en aquel d�a que habr� entre ellos gran alboroto, confusi�n y p�nico de parte del Se�or; y cada uno echar� mano de la mano de su pr�jimo, y su mano se levantar� contra la mano de su pr�jimo. Siempre ha sido una cuesti�n de buena fortuna, en lo que concierne a la Iglesia, que sus enemigos est�n en desacuerdo entre ellos y, por lo tanto, a menudo frustran sus propias malas intenciones.

Versículo 14

Y Jud� tambi�n pelear� en Jerusal�n, la Iglesia misma participando en la guerra contra los enemigos que amenazan su vida; y se juntar�n las riquezas de todas las naciones de alrededor, los tesoros del enemigo, sus posesiones m�s preciosas, ser�n tomadas por la Iglesia, oro y plata y vestidos, en gran abundancia.

Versículo 15

Y as� ser� la plaga del caballo, del mulo, del camello y del asno, y de todas las bestias que habr� en estas tiendas, como esta plaga, para que la derrota del enemigo sea completa en todos los sentidos. Todos los enemigos de la Iglesia de Dios que persisten en su enemistad ser�n finalmente, inevitablemente, destruidos.

Versículo 16

Y suceder� que todo el que quede de todas las naciones que vinieron contra Jerusal�n, despu�s de la destrucci�n de los enemigos que no se arrepintieron, subir� de a�o en a�o para adorar al Rey, el Se�or de los ej�rcitos, y celebrar la Fiesta de los Tabern�culos, unirse a la Iglesia en su adoraci�n del �nico Dios verdadero.

Versículo 17

Y suceder� que los que no suban de todas las familias de la tierra a Jerusal�n para adorar al Rey, el Se�or de los ej�rcitos, no habr� lluvia sobre ellos, y las bendiciones espirituales del Se�or les ser�n negadas.

Versículo 18

Y si la familia de Egipto, representante de todas las potencias mundiales y enemigos que han tratado de oprimir a la Iglesia de Dios a lo largo de la historia, no sube y no viene que no tiene lluvia, o la falta de lluvia ser�a su plaga o imposici�n; Habr� la plaga con la cual el Se�or herir� a los paganos que no suban a guardar la Fiesta de los Tabern�culos, se nieguen a ser recibidos en la Iglesia y participen en su adoraci�n.

Versículo 19

Este ser� el castigo de Egipto y el castigo de todas las naciones que no suban a celebrar la Fiesta de los Tabern�culos. Es un hecho confirmado por la historia y la experiencia que los enemigos del Se�or, al oponerse a Su Iglesia y negarse a aceptar Su Palabra, se atrincheran detr�s de un muro de su propia necedad y se excluyen de las m�s altas bendiciones espirituales. Mientras tanto, el Se�or est� edificando Su Iglesia a un estado de gloriosa perfecci�n.

Versículo 20

En ese d�a estar� sobre las campanas de los caballos, aquellos colgados de sus arneses, que tintinearon mientras marchaban hacia adelante en una procesi�n triunfal, Santidad al Se�or; y las ollas en la casa del Se�or, usadas para el hervor de la carne del sacrificio, ser�n como los tazones delante del altar, en los cuales se guardaba la sangre de los sacrificios. En otras palabras, la diferencia entre lo sagrado y lo profano se eliminar�a por completo, y todo lo que se usa en el servicio del Se�or ser�a igualmente sagrado a Sus ojos. Cf 1 Timoteo 4:4 .

Versículo 21

S�, toda vasija en Jerusal�n y en Jud� ser� santidad para el Se�or de los ej�rcitos, todas las distinciones de la Ley Ceremonial ser�n eliminadas; y todos los que sacrifiquen vendr�n, tomar�n de ellos y hervir�n en ellos, prepar�ndose para las fiestas de los sacrificios sin temor a la contaminaci�n; y en ese d�a ya no habr� m�s cananeos en la casa del Se�or de los ej�rcitos, ni se permitir� a ning�n pueblo abiertamente imp�o como miembros de la Iglesia de Dios.

Cuanto m�s se acerca la Iglesia a su perfecci�n, m�s clara se muestra la divisi�n entre los que son en verdad los siervos del Se�or y los que simplemente llevan el nombre de Sus ministros; y la revelaci�n final de aquellos que en el tiempo aceptado, en el d�a de la salvaci�n, estuvieron a favor y en contra del Se�or Jehov�, se concretar� en el D�a Postrero.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Zechariah 14". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/zechariah-14.html. 1921-23.
 
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