Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
advertisement
advertisement
advertisement
Attention!
Tired of seeing ads while studying? Now you can enjoy an "Ads Free" version of the site for as little as 10¢ a day and support a great cause!
Click here to learn more!
Click here to learn more!
Bible Commentaries
Comentario de Grant sobre la Biblia Comentario de Grant
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
Información bibliográfica
Grant, L. M. "Comentario sobre 1 Corinthians 8". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lmg/1-corinthians-8.html. 1897-1910.
Grant, L. M. "Comentario sobre 1 Corinthians 8". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/
Versículos 1-13
Los cap�tulos 1 Timoteo 4 han dado la respuesta de Dios a la sabidur�a mundana; Los cap�tulos 5 a 7 se han ocupado de cuestiones relativas a la carne: ahora el cap�tulo 8 se centra en el tema de la influencia sat�nica, y esto se analiza con m�s detalle en el cap�tulo 10 y el comienzo del cap�tulo 12. Los corintios eran muy poco conscientes de la sutileza de todos tres de estas malas influencias, el mundo, la carne y el diablo.
Pero evidentemente hab�an cuestionado a Pablo en cuanto a comer cosas sacrificadas a los �dolos. Todos los cristianos sab�an que el �dolo no era realmente nada. Pero el mero conocimiento por s� solo envanecer�a a uno con el orgullo de saber. El amor, por otro lado, edificar�a o edificar�a. Si uno se enorgullece de saber algo, que recuerde que en realidad no sabe nada como deber�a saberlo. Porque si sabemos algo correctamente, no habr� orgullo en el hecho de saber, sino preocupaci�n por actuar en amorosa coherencia con ese conocimiento, un deseo tanto de comprender como de actuar m�s correctamente. Y al amar a Dios, uno es conocido por Dios: cu�nto m�s precioso es esto que enfatizar nuestro propio conocimiento.
Por tanto, para aplicar este principio, queda claro que un �dolo no es nada en el mundo: hay un solo Dios. Es cierto que existen aquellos "llamados dioses", ya sea por el hombre, o incluso en las Escrituras, donde los ancianos de Israel fueron llamados as�, simplemente como representantes de Dios en la tierra ( Salmo 82:6 ; Juan 10:34 ); pero nunca en el �ltimo caso como d�ndoles un lugar de culto.
Si hab�a "muchos dioses y muchos se�ores", estos eran simplemente asteroides sin luz en comparaci�n con el sol. Para nosotros hay un solo Dios, el Padre, creador de todas las cosas, y somos el fruto de su propia obra. Esta es la revelaci�n del cristianismo, en contraste con la ignorancia de la idolatr�a. El Esp�ritu de Dios no se menciona porque el tema no es el poder din�mico detr�s de escena, sino la supremac�a manifiesta de Dios el Padre y la autoridad del Se�or Jesucristo.
Pero todo hombre no tiene este conocimiento claro y adecuado: algunos piensan que un �dolo tiene alg�n significado espiritual o poder maligno en s� mismo; y si comiera algo ofrecido a un �dolo, lo pensar�a como tal, por lo que su conciencia se ver�a afectada; aunque en realidad esto no cambi� la comida, y ante Dios no era ni mejor ni peor si com�a.
Pero si uno tiene la libertad de comer carne ofrecida a los �dolos, sin escr�pulos de conciencia, debe tener cuidado de no hacer tropezar a aquellos cuya conciencia es d�bil. El verdadero conocimiento es considerado, no autoritario. Si el que ten�a conocimiento se sentaba a la mesa en el templo del �dolo, esto podr�a animar a otros a hacer lo mismo, en un momento en que su propia conciencia hablaba en contra. Este principio puede aplicarse a diversas circunstancias en las que nos encontramos hoy.
Un cristiano d�bil puede ver a otro ir a un lugar al que su propia conciencia le proh�be ir; pero debido a que el cristiano m�s fuerte se ha ido, tambi�n lo hace. Por tanto, el m�s fuerte ha animado al otro a ignorar su conciencia. Y se pregunta: `` �Por tu conocimiento perecer� el hermano d�bil por quien Cristo muri�? ''. No es que Dios permitir�a que pereciera ning�n creyente, pero mi trato despiadado hacia �l es pr�cticamente sin preocuparme de si incluso lo har�a. perecer. �Pero Cristo muri� por �l!
Tal descuido por la conciencia de mi hermano es pecado, y no solo contra mis hermanos, sino contra Cristo. Consideremos esto seriamente.
El ap�stol entonces toma la firme posici�n de que si su comer carne hiciera tropezar a su hermano, se abstendr�a por completo. Por supuesto, si otro le exigiera a Pablo que no comiera carne debido a la conciencia del otro, esto es totalmente diferente: no podr�a someterse a tal legalidad. Pero debe considerarse una conciencia genuinamente d�bil. �Qu� bueno si uno puede renunciar voluntariamente a su propia libertad por el bien de los dem�s! Este es un uso adecuado del conocimiento.