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Bible Commentaries
1 Samuel 14

Comentario de Grant sobre la BibliaComentario de Grant

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Versículos 1-52

Los filisteos parec�an contentos con intimidar a Israel con su tremenda demostraci�n de fuerza, en lugar de atacar a Sa�l. Un hombre, sin embargo, no debe dejarse intimidar. Jonat�n, ante el poder de los filisteos y ante la pat�tica debilidad y el miedo de Israel, decide actuar sin la aprobaci�n de su padre o incluso con su conocimiento. La fe de Jonat�n es un contraste refrescante con la vacilante indecisi�n de Sa�l. Recluta solo a su escudero para que lo acompa�e a la guarnici�n de los filisteos.

No hay duda de que hay una interesante instrucci�n espiritual en el hecho de que Sa�l permaneciera "bajo un granado". La granada es un fruto lleno de semillas, hablando de la gran fecundidad que la naci�n de Israel disfrutar� en el futuro milenio de bendiciones terrenales. �No nos dice esto que, hablando t�picamente, Sa�l estaba excusando su laxitud actual recurriendo a la promesa del futuro? Es cierto que debemos apreciar profundamente las promesas de Dios en referencia a la gran bendici�n futura, pero esto deber�a impulsarnos a ejercer una fe vital en el presente dando testimonio verdadero de Aquel que nos ha dado tales "preciosas y grand�simas promesas". La fe genuina no fomenta la laxitud, aunque es posible que tenga que esperar alg�n tiempo para recibir la direcci�n de Dios.

El vers�culo 3 nos dice que Ah�as (llamado Ahimelec en el cap�tulo 22: 9), el nieto de El�, era sacerdote en ese momento. Sin embargo, el sacerdocio no ten�a importancia para Sa�l, ni Jonat�n pens� en consultar al sacerdote. El sacerdocio no hab�a recuperado ning�n poder desde los d�as de El�, y la profec�a de Dios de que no habr�a un anciano de los descendientes de El� resultar�a solemnemente cierta en este caso, cuando Sa�l hizo que Ahimelec y otros sacerdotes fueran asesinados por Doeg el edomita (cap.22: 18) .

Estas cosas se mencionan como una indicaci�n de que las circunstancias no animaron la fe de Jonat�n. Esto se enfatiza a�n m�s en el vers�culo 4 por las dos rocas afiladas que estaban a cada lado del pasaje que eligi� Jonat�n. Bozez significa "resplandeciente", lo que indica el aparente triunfo brillante de los filisteos sobre Israel en este momento; mientras que Seneh significa "espinoso", quiz�s t�pico del sufrimiento de Israel bajo la disciplina de espinas de Dios. Porque Bozez estaba al norte en el lado de los filisteos, de modo que el sol del sur brillaba en su rostro, mientras que Seneh estaba en el lado del sur, hacia el campamento de Israel.

Jonat�n no le habla a su escudero con descarada confianza en s� mismo, sino con una dependencia que s�lo dice: "Puede ser que el Se�or trabaje por nosotros: porque el Se�or no tiene restricci�n para salvar por muchos o por pocos. " El escudero evidentemente conoc�a a Jonat�n lo suficientemente bien como para tener confianza en la realidad de su fe, y est� listo para respaldarlo plenamente, dici�ndole: "Estoy contigo seg�n tu coraz�n".

El plan de ataque de Jonathan no ten�a estrategia militar alguna. Los dos hombres quedan a la vista de los filisteos, quienes tienen la ventaja de estar muy por encima de ellos. Primero deciden que si los filisteos les dicen que se queden donde est�n hasta que bajen a ellos, lo har�n y esperar�n el resultado. Sin embargo, si se les dice que se acerquen a ellos, lo tomar�n como una se�al del Se�or de que les est� asegurando la victoria.

Por supuesto, si algunos hubieran venido a Jonat�n, estos ser�an los �nicos que podr�an morir, pero como Jonat�n y su escudero hab�an sido invitados a subir, estaban en medio del campamento. Los filisteos hablan con desprecio cuando ven a los dos hombres, diciendo que han salido de los agujeros donde se hab�an escondido. Piensan que no representan ninguna amenaza y les dicen: "Vengan a nosotros y les mostraremos una cosa".

Tomando esto como la respuesta del Se�or, trepan valientemente de pies y manos, sin dejarse intimidar ni por el empinado ascenso ni por el desprecio del enemigo. Sin embargo, observe que Jonat�n no dice: "El Se�or los entreg� en nuestras manos", sino "en la mano de Israel". Aunque Israel en su conjunto no ayud� a Jonat�n, su coraz�n estaba m�s preocupado por el verdadero bienestar de la naci�n que por �l mismo.

Llegan a la cima del cerro, donde el despreciativo enemigo esperaba burlarse de ellos. Pero inmediatamente atacaron con una fuerza engendrada por la fe en el Dios viviente. Los filisteos caen uno a uno ante la espada de Jonat�n, y su escudero se asegura de que los hombres sean muertos. Unos veinte hombres fueron despachados r�pidamente en este primer asalto repentino. Pero no termin� ah�. La confusi�n se extendi� entre las filas de los filisteos, y toda la guarnici�n tembl� junto con las compa��as de saqueadores, aparentemente pensando que muchos israelitas hab�an invadido el campamento de alguna manera.

Al mismo tiempo, Dios luch� por Israel enviando un terremoto que confundi� a�n m�s a los filisteos. Los centinelas de Sa�l, observando desde la distancia, se asombraron al ver la lucha y los golpes unos a otros, porque evidentemente los filisteos lucharon entre s�, sin saber qui�nes eran los enemigos.

Por supuesto, Sa�l estaba perplejo, y su perplejidad no se alivi� al descubrir que, de su propio ej�rcito, solo faltaban Jonat�n y su escudero. Llam� al sacerdote Ah�as para que trajera el arca, sin duda con la intenci�n de preguntarle a Dios. Pero mientras hablaba con Ah�as, el creciente ruido en el campamento de los filisteos lo excita tanto que le dice a Ah�as: "Retira tu mano". Pr�cticamente est� diciendo. "No necesitamos la direcci�n de Dios ahora: el ruido de la batalla decide el asunto por nosotros".

Llevando a su ej�rcito consigo al escenario de la batalla, Sa�l descubre que los filisteos est�n peleando entre s�. Tambi�n los hebreos que hab�an estado entre los filisteos, ya fueran cautivos o desleales por temor, ahora se pusieron del lado de Israel. Otros israelitas que se hab�an escondido se volvieron valientes al enterarse de la derrota del enemigo y se unieron a las filas de los perseguidores. Pero estaba claro para cualquiera que tuviera ojos para ver que no fue el hombre, sino el Se�or mismo quien salv� a Israel ese d�a.

Sin embargo, el orgullo ego�sta de Saulo interpone un elemento muy inoportuno. No tuvo nada que ver con la derrota de los filisteos, pero pronunci� una maldici�n sobre cualquiera de sus soldados que coman alimentos durante todo el d�a hasta la noche, para, como �l dice, "que me vengue de mis enemigos". �C�mo esperaba que se mantuvieran durante el conflicto? Este es el mismo principio que el de decirle al siervo del Se�or que debe concentrarse en pelear las batallas del Se�or, �y que no debe alimentarse de la Palabra de Dios antes de hacerlo! Uno no necesita pasar TODO su tiempo comiendo, pero si no digiere la verdad de la Palabra de Dios, ser� menos efectivo en la guerra cristiana.

La gente estaba muy angustiada por la cruel prohibici�n de Sa�l en cuanto a comer, pero se abstuvieron de comer. Sin embargo, al llegar a una zona boscosa encontraron miel en el suelo y cayeron, evidentemente de un �rbol. El haber comido un poco de esta comida energizante no habr�a tomado pr�cticamente nada de su tiempo, pero aunque Dios hab�a hecho que la comida fuera f�cil de obtener, la orden arbitraria de Saulo se la neg�.

Esta es la misma actitud legal de los fariseos al criticar al Se�or por permitir que sus disc�pulos comieran grano en el d�a de reposo ( Lucas 6:1 ). La respuesta del Se�or muestra el coraz�n de Dios de fiel cuidado por los hombres cuando tienen hambre; porque a David y sus hombres se les permiti� incluso comer el pan de la proposici�n, lo cual no era l�cito en condiciones normales (v. 3-4). Pero en su r�gida legalidad, Sa�l ni siquiera pretend�a actuar para Dios, sino para su propia satisfacci�n al vengarse de sus enemigos.

Jonat�n hab�a estado actuando para Dios en el momento en que Sa�l pronunci� su prohibici�n, por lo que no estaba all� para escucharlo. Con la punta de su vara moj� miel de un panal de miel. Al comerlo, sus ojos se iluminaron, lo que ciertamente implica un renacimiento de la fuerza. La miel es t�pica del ministerio de la Palabra de Dios. As� como las abejas obreras digieren el n�ctar antes de almacenar la miel para el uso de toda la colmena, as� los creyentes, meditando en la Palabra, la digieren antes de presentarla a otros en el ministerio.

Un poco de esta dulzura puede ser un est�mulo maravilloso para fortalecer las almas de los santos para el conflicto. �No ocurre a menudo que nuestros ojos se iluminan s�lo con un peque�o ministerio dado por Dios de alguien que ha digerido la verdad que ministra?

Entonces se le cuenta a Jonat�n de la maldici�n que su padre hab�a pronunciado. Pero a esto se le suma el aviso pertinente, "y la gente se desmay�". Jonat�n se da cuenta de que su padre hab�a perturbado la tierra. Su propio consumo de miel demostr� que su padre estaba equivocado. Por lo tanto, responde correctamente que si al pueblo se le hubiera permitido comer del bot�n del enemigo, habr�a tenido la fuerza para lograr una victoria mucho mayor.

La distancia que atravesaron ese d�a fue de entre veinticinco y veinte millas, si su derrota hab�a sido directa, lo que probablemente no lo fue desde que participaron en una batalla en el camino. Por supuesto, estaban extremadamente d�biles cuando lleg� la noche.

Tan pronto como la maldici�n de Sa�l fue levantada por la noche, la gente mat� y comi� con avidez los animales que hab�an tomado como bot�n, sin tomarse el tiempo para drenarles la sangre, seg�n el mandamiento de Dios. Esto le fue informado a Saulo, quien era insensible al hecho de que �l mismo hab�a ocasionado esta desobediencia a Dios, dici�ndole al pueblo: "Hab�is transgredido" y pidi�ndoles que le hicieran rodar una gran piedra, evidentemente sobre la cual sacrificar los animales. .

Luego se hizo circular entre la gente la orden de llevar sus animales a Sa�l y matarlos all�, asegur�ndose de que la sangre fuera derramada. Pod�a ser meticuloso en asuntos de este tipo, mientras que en otros asuntos, igualmente serios, pod�a ignorar tranquilamente los derechos de Dios.

En ese momento, Sa�l construy� su primer altar al Se�or. Pero, �por qu� lo hizo? �No fue porque se hab�a vengado de SUS enemigos? No fue por la propia gloria de Dios entre Su pueblo Israel, sino m�s bien porque pens� que Dios hab�a respaldado su propia importancia en esta victoria. �No es esto un mero razonamiento infantil?

Se vuelve bastante valiente cuando sabe que los filisteos est�n derrotados y propone que los persigan de noche para lograr lo que hab�a sido obstaculizado por su insensata interdicci�n. La gente no se mostr� entusiasmada y le dijo que hiciera lo que le pareciera bueno. Cu�n diferentes fueron sus palabras de las del escudero de Jonat�n en el vers�culo 7: "Yo estoy contigo seg�n tu coraz�n". En este caso, el sacerdote aparentemente dudaba y sugiri� que preguntaran a Dios.

Pero Dios no respondi� a las preguntas de Sa�l. Ciertamente, �l ten�a una raz�n sabia para esto, y permiti� que las cosas se desarrollaran tal como lo hizo para mostrarle a Sa�l que no podr�a hacer lo que quisiera solo porque era rey. Era necesario que se mostrara a Saulo como equivocado ante la gente. Si se hubiera tomado esto en serio, su historia posterior podr�a haber sido diferente, pero ignor� muchas se�ales de peligro que Dios puso en su camino.

Sa�l decidi� que Dios no le respondi� porque alguien hab�a pecado; as� que adopt� el m�todo de Josu� en el caso de Ac�n ( Josu� 7:16 ) para encontrar al ofensor; pero ignor� la cuesti�n de las tribus: m�s bien puso a todo el pueblo de un lado y solo �l y Jonat�n del otro. Debi� haber sospechado mucho de Jonat�n, porque declar� que si el pecado estaba en Jonat�n, seguramente morir�a.

En realidad, su propia prohibici�n hab�a sido pecado. El hecho de que Jonat�n comiera la miel no fue pecado en absoluto. Pero Dios no sac� las cosas de esta manera. M�s bien, en respuesta al echado de suertes, Dios tom� a Jonat�n, de acuerdo con la idea de Sa�l de lo que era el pecado.

En respuesta a la demanda de Sa�l sobre lo que hab�a hecho, Jonat�n ni siquiera mencion� que no hab�a estado presente cuando Sa�l pronunci� su maldici�n, pero reconoci� que hab�a probado un poco de miel con la punta de su vara, y agrega que para esto. debe morir. En el caso de Ac�n, hab�a robado y escondido algunos bienes valiosos, sabiendo muy bien de la maldici�n de DIOS sobre Jeric� ( Josu� 8:20 ).

Jonat�n, que ten�a hambre, hab�a comido alimentos que Dios hab�a puesto en su camino con gracia. Era algo perfectamente normal y correcto. Pero Sa�l consider� que su est�pida maldici�n era tan seria como la maldici�n de Dios; y aunque Jonat�n lo hab�a ignorado, Sa�l usa el nombre de Dios para respaldar su cruel declaraci�n de que Jonat�n debe morir.

Sin embargo, Dios habla a trav�s del pueblo, que discierne que Saulo est� rompiendo los l�mites del honor y la justicia. Insisten firmemente en que Jonat�n, que hab�a trabajado para Dios en esta gran salvaci�n de Israel, no debe sufrir a causa de lo que fue solo la arrogancia de su padre. Rescataron a Jonathan de una sentencia tan injusta. De esta manera Dios aprovech� la ocasi�n para humillar a Saulo ante el pueblo.

Los hombres com�nmente usan su posici�n de autoridad solo para salirse con la suya, pero Dios sabe c�mo derribar a tales hombres, como lo hizo con Nabucodonosor ( Daniel 4:29 ).

Por supuesto, en este momento Sa�l no retuvo energ�a y poca influencia con el pueblo para presionar a�n m�s la persecuci�n de los filisteos, y los filisteos regresaron a casa, tampoco ansiosos por iniciar m�s guerras en ese momento.

Sin embargo, cuando Sa�l tom� el reino, leemos en el vers�culo 47 de su lucha contra cinco enemigos diferentes de Israel. Moab (que significa "�qu� padre?") Habla de la religi�n sensual, opulenta y Jeremias 48:11 que se establece en la engre�da autocomplacencia ( Jeremias 48:11 ). Amm�n (que significa "pueblo") es t�pico de la falsa doctrina sat�nica que le da a la gente el honor que pertenece solo a Dios. Su rey era Nahash ("una serpiente" - 2 Samuel 10:1 ).

Edom significa lo mismo que Ad�n ("tierra roja") y representa simplemente al hombre en la carne. Zobah significa "una estaci�n" o "de pie", aparentemente indicando el orgullo religioso de haber "llegado" al fin �ltimo. Los filisteos (que significa "revolcadores") hablan de la religi�n formal con su masa de rituales en los que los hombres quedan abrumados. Sin embargo, no se dice que Sa�l los derrot�, sino que solo los "enfureci�".

Por otro lado, debido a que los amalecitas estaban saqueando a Israel, Sa�l reuni� un ej�rcito y los derrot�, liberando a Israel de sus manos. Amalek significa "lamer" y habla de los deseos de la carne que continuamente amenazan al pueblo de Dios. A Sa�l se le dio poder de Dios para derrotar a ese enemigo, aunque en el pr�ximo cap�tulo no llevar�a a cabo plenamente el juicio de Dios contra Amalec y m�s tarde fue un Amalecita quien le inform� a David que hab�a matado a Sa�l ( 2 Samuel 1:6 ).

El vers�culo 49 nos dice que Sa�l tuvo tres hijos, siendo Jonat�n evidentemente el mayor: Is-boset (Ishui) figura por un tiempo en la historia posterior: de Melchi-shua leemos muy poco. Tambi�n se mencionan dos hijas, de las que volveremos a o�r. No se nos dice nada de su esposa excepto su nombre y el nombre de su padre, Ahimaaz. Parece dudoso que este fuera el mismo hombre que fue un mensajero de David, porque el suegro de Sa�l probablemente ser�a demasiado mayor para ser corredor en el momento de la historia de 2 Samuel 17:17 ; 2 Samuel 18:19 .

En ese momento, sin embargo, el t�o de Sa�l (Abner) era el capit�n del ej�rcito de Sa�l. Se mencionan los nombres de su padre y abuelo. Los filisteos eran (al menos para Sa�l) los principales enemigos, y la guerra continu� con ellos durante todo el reinado de Sa�l. �l nunca los someti� por completo. Siempre busc� hombres fuertes para aumentar su fuerza.

Información bibliográfica
Grant, L. M. "Comentario sobre 1 Samuel 14". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lmg/1-samuel-14.html. 1897-1910.
 
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