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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario de Grant sobre la Biblia Comentario de Grant
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
Información bibliográfica
Grant, L. M. "Comentario sobre 1 Samuel 3". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lmg/1-samuel-3.html. 1897-1910.
Grant, L. M. "Comentario sobre 1 Samuel 3". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/
Versículos 1-21
Nuevamente se enfatiza el contraste en el ni�o Samuel con lo anterior: �l ministr� al Se�or antes que El�. El� fue testigo de su sencilla fidelidad al Se�or; pero aunque sin duda lo apreciaba, no tuvo el efecto de incitar a El� a una obediencia m�s sincera. En ese momento, la Palabra del Se�or era rara: las condiciones eran tales que el Se�or no se revel� a S� mismo como lo hab�a hecho con Mois�s, Josu� y algunos de los Jueces. Sin embargo, el vers�culo 21 muestra que Samuel se convirti� en la �nica excepci�n.
La primera revelaci�n de Dios de Samuel llega en un momento en que El� se hab�a acostado a dormir y sus ojos hab�an comenzado a oscurecerse. Sin duda, esto tiene la intenci�n de que tambi�n lo apliquemos espiritualmente. El formalismo siempre se vuelve miope, mientras que la fe se despierta por completo. Mientras que la l�mpara de Dios en el templo estaba virtualmente lista para apagarse, Dios ten�a Su propia manera de provocar un avivamiento. Samuel se hab�a acostado, pero no estaba dormido cuando Dios lo llam�.
La rapidez de la respuesta del ni�o indica un esp�ritu maravillosamente obediente. Corri� hacia El�, porque no hab�a nadie m�s all�, por lo que Samuel sab�a. Eli solo pudo decirle que no hab�a llamado. En la segunda llamada, El� deber�a haber sido alertado por esta experiencia inusual, pero le dice a Samuel nuevamente que se acueste. No fue sino hasta la tercera vez que comenz� a darse cuenta de que el Se�or estaba llamando a Samuel. Samuel era tan joven que a�n no conoc�a al Se�or, y El� le indica que espere otra llamada y responda: "Habla, Se�or, que tu siervo escucha".
Todo esto ten�a la intenci�n de Dios para estimular el ejercicio tanto de Samuel como de El�. Ciertamente, Samuel permanecer�a bien despierto durante la cuarta llamada, a la que responde: "Habla, que tu siervo oye". Omite la palabra "Se�or", sin duda porque antes no hab�a sido instruido en cuanto al Se�or mismo, lo cual es muy posible incluso cuando est� rodeado por el reconocimiento formal de Sus cosas: de hecho, tales cosas a menudo tienden a oscurecer el conocimiento real. de s� mismo.
El mensaje del Se�or a Samuel es terrible. Puede parecernos demasiado aterrador para los o�dos de un ni�o; pero Dios es m�s sabio que nosotros, de hecho, son los "ni�os peque�os" quienes son advertidos contra el anticristo en 1 Juan 2:18 . Samuel sab�a de la maldad de los hijos de El�, y era necesario que �l tambi�n conociera los pensamientos de Dios al respecto.
La paciencia de Dios en cuanto a esto llegar�a a un abrupto final en Su obra en Israel lo que har�a que cada o�do hormigueara. Confirma a Samuel lo que le hab�a dicho antes a El�, que cumplir�a contra �l todo lo que hab�a dicho acerca de su casa: una vez que esto comenzara, no habr�a demora en su cumplimiento.
Por supuesto, El� no le habr�a dicho esta profec�a a Samuel, pero Dios le dice a Samuel que �l le hab�a dicho a El� que juzgar�a su casa para siempre debido a la iniquidad que �l mismo conoc�a y no hab�a corregido. Sus hijos se hicieron viles y �l no los refren�. Sus suaves protestas no fueron ninguna restricci�n. En contraste, las palabras de Dios para �l fueron confirmadas por un solemne juramento de que esta iniquidad nunca ser�a purgada con sacrificio u ofrenda. Por este pecado voluntario no hubo ofrenda: Dios debe actuar en juicio.
Samuel permaneci� en cama hasta la ma�ana, pero no se dice que durmi�. Este primer mensaje de Dios para �l seguramente se grabar�a en lo m�s �ntimo de su alma, de modo que nunca lo olvidar�a; sino que m�s bien han grabado en su coraz�n el mayor respeto por la santidad del Dios con quien ten�a que tratar. Podemos entender f�cilmente su temor de contarle a El� lo que Dios hab�a dicho. De manera similar, cualquier verdadero profeta de Dios tendr� algo de temor en cuanto a declarar todo el consejo de Dios, porque sabe que no siempre ser� bienvenido por los hombres. Pero no debe ceder a su miedo, porque cuando Dios habla, no nos permitir� ninguna excusa para ocultar su palabra.
El�, llamando a Samuel, le pidi� que le contara todo lo que Dios hab�a dicho. Seguramente se dio cuenta de que no ser�a un asunto sencillo de lo que Dios le hablara a Samuel, y probablemente se relacionara con la condici�n corrupta del sacerdocio. Samuel respondi� cont�ndole todo, sin ocultarle nada. Por lo tanto, a una edad temprana, actu� como un verdadero profeta de Dios. El� no pudo menos que reconocer que este era el mensaje solemne de Dios para �l, y habla sumisamente, aunque parece haber ido m�s all� de cualquier pensamiento de ejercicio para cambiar las cosas �l mismo. El suyo era un pat�tico estado de pasividad sin ejercicio.
�Cu�n diferente fue el conmovedor ejercicio del alma de Samuel desde su juventud! El Se�or estuvo con �l mientras crec�a y no permiti� que ninguna de sus palabras cayera a tierra. �Cu�n pocos tienen una reputaci�n de este tipo! Porque si no somos dados a las palabras da�inas, al menos con demasiada frecuencia permitimos que de nuestros labios salgan palabras in�tiles, en lugar de palabras siempre verdaderas y correctas. Pero un personaje de este tipo en un lugar p�blico como el templo no pod�a permanecer oculto: todo Israel pronto supo que estaba establecido para ser un profeta del Se�or.
Silo fue bendecido por la aparici�n del Se�or, pero fue solo para Samuel, y esto "por la palabra del Se�or". Hoy la palabra del Se�or para nosotros se ha completado en las Escrituras, y solo por esta palabra escrita �l comunica Su mente a Sus profetas ahora.