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Bible Commentaries
Zacarías 4

Comentario de Grant sobre la BibliaComentario de Grant

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Versículos 1-14

La quinta visi�n: el candelabro

(vv. 1-14)

La pr�xima visi�n requiere que Zacar�as sea despertado por el �ngel que habl� con �l. Nuestra inclinaci�n natural no discernir�a la verdad de una visi�n como esta: somos naturalmente insensibles con respecto a estas cosas y necesitamos un despertar por el poder divino. La esencia de la visi�n se expresa en el vers�culo 6: "No con ej�rcito, ni con fuerza, sino con mi Esp�ritu, dice el Se�or de los ej�rcitos", y 1 Corintios 2:14 nos recuerda: "El hombre natural no recibe las cosas. del Esp�ritu de Dios, porque para �l son locura; y no puede conocerlos, porque se han de discernir espiritualmente ". Nosotros tambi�n necesitamos un despertar de un poder externo a nosotros mismos si queremos entender las cosas que Dios nos ha dado gratuitamente. Debe ser por revelaci�n divina.

El �ngel pregunta qu� ve Zacar�as, porque quiere toda su atenci�n. Zacar�as dice: "He mirado". La visi�n fue de un candelabro de oro, record�ndonos el candelero en el tabern�culo ( �xodo 25:31 ), con un cuenco en la parte superior y siete l�mparas de aceite que eran alimentadas por siete tubos evidentemente del cuenco. Adem�s, hab�a dos olivos a su lado, uno a la derecha y otro a la izquierda. El aceite vino de esos �rboles.

El candelabro habla de Cristo en quien se manifiesta toda la gloria dorada de Dios. �l es el Sustentador de todo verdadero testimonio de Dios, del que habla la luz. En el tabern�culo, las l�mparas deb�an encenderse para "que alumbren delante de �l" (el candelabro). La luz no era simplemente para iluminar la habitaci�n, sino para exhibir el candelero mismo, as� como la luz de Dios se enfoca en el Se�or Jes�s, el Sustentador del testimonio de Dios.

La interpretaci�n de los dos olivos se encuentra al final del cap�tulo, por lo que esperaremos hasta entonces para considerar esto.

El inter�s de Zacar�as se despierta con esta visi�n (v. 4), aunque tiene que admitir al �ngel su ignorancia de lo que significa (v. 5). Esto trae el mensaje del �ngel de Dios, que es de la consecuencia m�s vital, no solo para Israel, sino para la humanidad en todas las esferas y en todas las �pocas. Es la Palabra del Se�or dirigida a Zorobabel, porque representa el poder y el poder del gobierno. Se le dice: "No con ej�rcito ni con fuerza, sino con mi Esp�ritu, dice el Se�or de los ej�rcitos.

"Recientemente hemos visto el colapso alarmante del gobierno autoritario en varios pa�ses comunistas. La irritaci�n del pueblo contra tal gobierno debe eventualmente estallar en rebeli�n. Qu� bueno saber que la gran autoridad y poder del Se�or Jes�s est� perfectamente equilibrada por el gracia de su sacerdocio! Los reyes del mundo no saben nada de esto.

Zorobabel significa "derretido por Babilonia" que representa la humilde gracia del Se�or Jes�s al identificarse con Israel al sentir el profundo dolor de su humillaci�n en cautiverio a la tiran�a de Babilonia. El que siente con raz�n la humillaci�n de la verg�enza de Israel es Aquel que puede librarla de la esclavitud de la opresi�n de los gentiles. Por lo tanto, la pregunta: "�Qui�n eres, oh gran monta�a?" (v. 7), llama nuestra atenci�n sobre los poderes gentiles, comenzando con Babilonia, que han sido un gran obst�culo para la bendici�n de Israel. Pero antes de Zorobabel, esta monta�a se reducir�a a una llanura, sin obst�culo alguno. Ciertamente, Zorobabel es una imagen del Se�or Jes�s en este caso.

M�s que esto, "�l sacar� la piedra angular, con gritos de gracia, gracia". La piedra angular o piedra superior del edificio (el templo) significa su finalizaci�n. As� como Cristo es el fundamento del edificio, as� tambi�n es su plena consumaci�n. La gracia tambi�n se ver� predominantemente, en contraste con "fuerza" y "poder". La gracia provocar� gritos de j�bilo por parte del pueblo.

Esto ser� especialmente cierto en el d�a de la restauraci�n de Israel, pero hoy los creyentes tienen el privilegio de conocer de antemano la realidad de la gracia de Dios. Esta gracia se ve en el Se�or Jes�s como el fundamento del edificio espiritual, la Iglesia de Dios, y como "Consumador de la fe", el que lleva a una culminaci�n perfecta todos los consejos de Dios acerca de la Iglesia.

La palabra del Se�or tiene m�s instrucciones para Zacar�as con respecto a esta quinta visi�n. "Las manos de Zorobabel pusieron los cimientos de este templo; sus manos tambi�n lo terminar�n. Entonces sabr�s que el Se�or de los ej�rcitos me ha enviado a ti" (v. 9). Aunque hab�a transcurrido un tiempo considerable entre la colocaci�n de los cimientos del templo y el tiempo de esta profec�a, el templo estaba lejos de estar terminado.

Sin embargo, Dios decret� claramente que Zorobabel lo terminar�a. Cuando tuviera lugar la terminaci�n, ser�a la demostraci�n m�s clara de que era "Jehov� de los ej�rcitos" quien "me hab�a enviado a ustedes". �Qui�n es este que fue enviado? El lenguaje tiene la intenci�n de enfatizar el car�cter t�pico de esta profec�a de mirar hacia el futuro templo en Jerusal�n, que Israel sabe que ser� construido por el Mes�as en Su propio tiempo.

Aquel, pues, a quien ha enviado Jehov� de los ej�rcitos es el Mes�as de Israel, el Se�or Jes�s. Ser� �l quien d� instrucciones tanto para la colocaci�n de los cimientos del templo como para el edificio terminado. En el presente, esta es una imagen de la casa espiritual, la Iglesia, de la cual el Se�or Jes�s mismo es el fundamento, la piedra angular y la piedra angular. �l es el constructor y participa personalmente en la construcci�n de todo el edificio.

A la llegada de la era gloriosa por venir, se le manifestar� plenamente a Israel que ciertamente es el Se�or de los ej�rcitos, el Dios de Israel, quien ha enviado al Se�or Jesucristo, el Mes�as. No quedar� ninguna duda en la mente de la gente, aunque cuando �l vino primero en humilde gracia, lo rechazaron como el Hijo de Dios enviado por el Padre.

Mientras tanto, mientras la maravillosa gloria del Milenio se mantiene en suspenso, y solo vemos una gran debilidad en lugar de poder, mucho fracaso en lugar de victoria, el Se�or hace una pregunta de suma importancia: "�Qui�n ha despreciado el d�a de las peque�as cosas?" Mientras esperamos el pr�ximo d�a de gloria, debemos regocijarnos en cada peque�a ocasi�n de verdadera bendici�n espiritual que Dios da en gracia para alentar la fe genuina.

En la actualidad, Dios est� tratando de inculcarnos la verdad de las palabras del Se�or Jes�s: "El que es fiel en lo muy poco, tambi�n en lo m�s es fiel" ( Lucas 16:10 ). Si no nos da una gran bendici�n en nuestro testimonio en cuanto a la verdad del Evangelio o la verdad de la Asamblea, puede ser porque nos ha faltado fidelidad para mantener la bendici�n que �l ha dado. De todos modos, la fe no desprecia las peque�as cosas y puede esperar pacientemente las grandes cosas prometidas.

"Estos siete se regocijan al ver la plomada en la mano de Zorobabel". Zorobabel describe a Cristo como el Constructor cuyo edificio es perfectamente cuadrado tanto vertical como horizontalmente. Los siete ojos se refieren a Zacar�as 3:9 , los ojos en una piedra (Cristo), que son los ojos del Se�or que se extienden por toda la tierra.

Esto se compara con Apocalipsis 5:6 , "los siete Esp�ritus de Dios enviados a toda la tierra", es decir, el poder s�ptuple del Esp�ritu de Dios que se deleita en llamar la atenci�n sobre Cristo como el gran Constructor de Su casa. Estos ojos de perfecto discernimiento conocen tambi�n todo lo que ocurre en toda la tierra. Al hacerlo, no encuentran nada que pueda compararse ni remotamente con la dignidad de la persona de Cristo.

El inter�s de Zacar�as se despierta especialmente por los dos olivos, uno a cada lado del candelero (v. 11), y pregunta al �ngel sobre esto. Pero antes de recibir una respuesta, pregunta m�s sobre las dos ramas de olivo junto a las dos tuber�as de oro que vac�an el aceite dorado de s� mismas. Estos no se hab�an mencionado en los vers�culos 2 y 3, pero evidentemente las ramas de los �rboles conectadas con dos tubos de oro llevaron el aceite a las siete l�mparas.

Adem�s de que el candelabro y los tubos son de oro, se dice que el aceite es aceite de oro. Esto enfatiza la deidad del Esp�ritu de Dios, as� como la gloria de la deidad de Cristo se enfatiza en el candelero de oro.

El �ngel responde que los �rboles con sus ramas son "los dos ungidos que est�n junto al Se�or de toda la tierra" (v. 14). El significado de esto se comprende f�cilmente cuando recordamos que tanto los sacerdotes como los reyes eran com�nmente ungidos con aceite en Israel, y si consideramos Zacar�as 6:13 , Cristo ser� sacerdote en Su trono.

En la historia del Antiguo Testamento, esto nunca pudo suceder, porque los sacerdotes solo pod�an provenir del linaje de Aar�n, y los reyes no pod�an provenir de ese linaje. Pero Cristo ser� Sumo Sacerdote y Rey.

Por tanto, los olivos simbolizan el sacerdocio y la realeza del Se�or Jes�s. Estos dos preciosos hechos proveen aceite para la l�mpara de oro del testimonio, es decir, el poder del Esp�ritu de Dios se ve en sus maravillosas caracter�sticas en conexi�n con el Se�or Jes�s como el Rey escogido de Dios y en Su ser Sumo Sacerdote de Dios. Adem�s, como hemos visto, el candelero de oro enfatiza la deidad de esta misma Persona bendita como Sustentador de todo testimonio de Dios.

Información bibliográfica
Grant, L. M. "Comentario sobre Zechariah 4". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lmg/zechariah-4.html. 1897-1910.
 
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