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Bible Commentaries
1 Tesalonicenses 2

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Versículos 1-20

La vida del coraz�n del ap�stol Pablo

1 Tesalonicenses 2:1

PALABRAS INTRODUCTORIAS

El vers�culo inicial de este cap�tulo extraordinario trae reminiscencias de la entrada de Pablo a Tesal�nica. Esto debe estudiarse en relaci�n con los cap�tulos diecis�is y diecisiete de los Hechos que dan en detalle los datos que se sugieren en los vers�culos uno al dos.

1. Hay una referencia a que �l fue suplicado vergonzosamente en Filipos. Esta historia ocupa el cap�tulo diecis�is de Hechos y les es familiar a todos.

Dejando Troas, Pablo lleg� por un rumbo directo a Samotracia y, al d�a siguiente, a Neapolis; y de all� a Filipos. Leemos que Filipos era la ciudad principal de esa parte de Macedonia. Todos conocemos la historia de la conversi�n de cierta mujer llamada Lydia.

Sin embargo, cuando cierta doncella que tra�a mucho dinero a sus patrones con sus adivinaciones se convirti�, se desat� una gran tormenta entre la gente, causada por los hombres que vieron que su esperanza de lucro se hab�a esfumado. Atraparon a Pablo y a Silas y los llevaron al magistrado. As� la escena termin� con Pablo y Silas siendo encarcelados, seguido de la apertura de la prisi�n, milagrosamente; y la conversi�n del carcelero y su casa.

Despu�s de su libertad, Pablo y Silas entraron en la casa de Lidia; y cuando vieron a los hermanos, los consolaron y se fueron. Al salir, llevaban en el cuerpo las marcas de los golpes. Esto resume brevemente los tr�gicos y, sin embargo, benditos acontecimientos de Filipos.

Dejando Filipos, pasaron por Anf�polis y Apolonia, y llegaron a Tesal�nica.

2. Est� la referencia a su manera de entrar en Tesal�nica. Leemos en el vers�culo dos: "Fuimos valientes en nuestro Dios para hablaros el Evangelio de Dios con mucha contenci�n". El m�todo de Pablo para entrar en Tesal�nica fue el mismo que us� en todas partes. En Hechos 17:2 leemos: "Y Pablo, como era su costumbre, entr� a ellos, y tres d�as de reposo discuti� con ellos bas�ndose en las Escrituras.

"Ser�a muy interesante observar el m�todo de predicaci�n de Pablo. Nuestro vers�culo dos dice que les habl� el Evangelio de Dios. Hechos 17:1 nos dice lo que habl�, y por lo tanto nos dice su concepci�n del Evangelio. Aqu� est� la declaraci�n: "Pablo * * razon� con ellos a partir de las Escrituras, abriendo y alegando, que Cristo ten�a que haber padecido y resucitado de entre los muertos, y que este Jes�s, a quien yo os predico, es Cristo". Hay tres cosas en este vers�culo, que Pablo llama el Evangelio.

(1) Existe la declaraci�n de que Cristo debe haber sufrido. Esto nos lleva de regreso a la Cruz, donde Cristo muri� por nuestros pecados, el justo por los injustos. Ese es el primero, el mensaje primordial del Evangelio.

(2) Est� la declaraci�n de que Cristo resucit� de entre los muertos. Este, por supuesto, es el segundo gran mensaje del Evangelio, y nos lleva al sepulcro vac�o, y tambi�n al Cristo vivo y exaltado. Gracias a Dios que el Evangelio no solo nos habla del Calvario y su obra redentora; tambi�n nos habla de Cristo vivo y exaltado, que es nuestro gran sumo sacerdote, que administra nuestros asuntos y nos da poder para el servicio y para un caminar santo.

(3) Est� la declaraci�n: "Este Jes�s, a quien yo os predico, es el Cristo". Esta es la tercera fase del Evangelio. Definitivamente se dice que Pablo predic� tres d�as de reposo. Nos preguntamos si el primer d�a de reposo no abri� las Escrituras sobre la muerte de Cristo; mientras que el segundo d�a de reposo predic� acerca de la resurrecci�n de Cristo; y el tercer d�a de reposo les dijo que el Se�or Jes�s, que muri� y resucit�, es el Cristo de Dios, el Ungido, que ha de volver.

Estamos seguros de que predic� la Segunda Venida, que es el tercer gran mensaje del Evangelio, porque cuando lo arrestaron y lo llevaron al gobernante, gritaron contra Pablo, diciendo que �l ense�aba que hab�a otro rey, un Jes�s. .

3. Est� la referencia a la recepci�n que los tesalonicenses dieron al Evangelio. Esto se encuentra en los dos �ltimos vers�culos del cap�tulo uno, de la Ep�stola de Pablo a los Tesalonicenses.

(1) Se volvieron a Dios de sus �dolos. Quiz�s hicieron esto como Pablo les dijo sobre el Cristo del Calvario.

(2) Sirvieron al Dios vivo y verdadero. Este fue sin duda el resultado de la predicaci�n de Pablo sobre el Cristo resucitado,

(3) Comenzaron a esperar a Su Hijo del Cielo. En estos tres resultados, de la triple predicaci�n de Pablo, tienes tanto la historia del contenido del Evangelio como los resultados de un mensaje completo del Evangelio.

I. LA VIDA INTERNA DE PABLO SE REVELA COMO UNA LIBRE DE M�TODOS OBJECIONABLES ( 1 Tesalonicenses 2:3 )

1. Su exhortaci�n no fue de enga�o, ni de inmundicia, ni de enga�o. El Ap�stol no fue taca�o, en lo que hizo o dijo. Habl� al aire libre. No hab�a nada cubierto y escondido. �l no enga�� ni enga�ar�a a la gente bajo ninguna condici�n. No hab�a nada inmundo en sus m�todos. Sin vulgaridad. Nada que atrajera los viles afectos de las personas malvadas a las que hablaba. No hab�a nada de enga�o, como si Pablo estuviera tratando de arrebatarlos con una doctrina extra�a y con la astucia astuta de los hombres, con la cual acechan para enga�ar.

2. Su exhortaci�n no fue un esfuerzo por agradar al hombre, sino a Dios. Dios le hab�a permitido confiarle el Evangelio. Sent�a no solo la dignidad de su confianza, sino la solemnidad de la misma. Se dio cuenta de que hab�a que rendir cuentas al que lo envi� y no a los que lo escucharon. Por tanto, Pablo procur� agradar a Dios y no agradar a los hombres.

Tememos que haya algunos que, como los laodicenos de anta�o, complacen a los hombres y desean un nombre entre el pueblo; hombres que viven del aplauso y la alabanza humanos. Pablo predic�, d�ndose cuenta de que era Dios quien probaba los corazones, y era Dios quien lo probar�a. Fue por esta causa que nunca us� palabras lisonjeras, ni us� un manto de codicia, cuando lleg� entre la gente.

Nos preguntamos cu�ntos de nosotros seremos aprobados en ese d�a, cuando le demos cuenta a Dios. �Es lo que construimos oro, plata y piedras preciosas? �O es madera, heno y rastrojo? Si somos complacientes con los hombres, ciertamente habremos tenido nuestra recompensa aqu�. Recuerda c�mo est� escrito: "Si a�n agradara a los hombres, no ser�a siervo de Cristo". Escuche, por tanto, las palabras de este incomparable predicador de la verdad. En el vers�culo seis dice: "Ni de los hombres buscamos gloriamos, ni de ti, ni de otros". Gracias a Dios por tal ministro.

II. LA VIDA INTERNA DE PABLO FUE SUAVE, AFECTIVA Y TENDIDA ( 1 Tesalonicenses 2:7 )

1. Pablo dice: "Fuimos amables entre ustedes". El poder de un ministro no reside en su dureza y aspereza. Uno de los frutos del Esp�ritu es la mansedumbre. Alguien puede argumentar: "Yo predico el fuego del infierno y los juicios de Dios, y su ira contra el pecado; por lo tanto, soy severo y vigoroso en mis denuncias". Nos parece que ese es el momento en que uno necesita ser amable, lleno de compasi�n y amor.

El ap�stol entr� en Tesal�nica poco despu�s de haber sido golpeado y encarcelado en Filipos. Sin embargo, no entr� con esp�ritu de censura. El ap�stol entr� en Filipos, donde reinaban el pecado y Satan�s, y la idolatr�a dominaba. Sin embargo, no critic� su maldad. �l era amable entre ellos, como una ni�era acaricia a sus hijos.

Pensamos en el Se�or Jes�s, cuando pronunci� esos terribles anatemas y ayes, contra los escribas y fariseos. Todo est� registrado en Mateo 23:1 . �Te imaginas a nuestro Se�or gritando, con ojos brillantes y enojados, esas terribles maldiciones? �Nunca! Si quieres conocer el coraz�n de Cristo mientras hablaba, lee las �ltimas palabras que cierran el cap�tulo.

Aqu� est�n: "�Oh, Jerusal�n, Jerusal�n, t� que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! �Cu�n a menudo hubiera reunido a tus hijos, como la gallina junta sus pollos debajo de sus alas, y quisieras! no."

2. Pablo dice que los deseaba cari�osamente. Pi�nselo todo y comprender� por qu� era amable. Era gentil porque los amaba. Se sinti� impelido cari�osamente, mientras hablaba. �l dice: "Est�bamos dispuestos a impartirles, no solo el Evangelio de Dios, sino tambi�n nuestras propias almas, porque nos eran queridos".

Realmente creemos que nadie est� completamente preparado para predicar, hasta que se consuma con un amor ardiente hacia aquellos a quienes predica. Piense en el digno ap�stol que dijo: "Ustedes nos quer�an". No puedes predicar correctamente a las naciones hasta que te sean queridas; no se puede predicar eficazmente a los vagabundos y marginados, en los pasillos de la misi�n, hasta que los ama. No puedes entregar con �xito el mensaje de Dios a tu propia iglesia, a menos que tu coraz�n est� lleno de deseos a favor de ellos.

3. Pablo dice: "Hermanos, os acord�is de nuestro trabajo y dolores de parto". El ap�stol llam� a su predicaci�n, trabajo arduo y doloroso. Escuchen, trabajaba d�a y noche, no solo con su voz, sino tambi�n con sus manos, para no serles responsable, mientras les predicaba el evangelio de Dios.

III. LA VIDA INTERNA DE PABLO SE REVELA POR SU COMPORTAMIENTO ENTRE LA GENTE ( 1 Tesalonicenses 2:10 )

Todo sin saberlo y sin quererlo, el ap�stol nos est� dando puntos de vista de los latidos de su coraz�n y de su caminar diario entre la gente, mientras les predicaba. Lo vemos, no como una rosa en capullo, sino en flor. La fragancia de su propio ser, las palpitaciones de su propio coraz�n, est�n siendo descubiertas.

1. Pablo se comport� con toda santidad entre los que cre�an. Hay algunas personas que parecen jactarse de sus malos caminos. Al menos se burlan de sus pecados. El ap�stol, por el contrario, dijo: "Cu�n santamente * * nos hemos portado entre vosotros". �No es este el llamado de Dios para ti y para m�? �No es esta la voluntad de Dios, incluso nuestra santificaci�n? De hecho, est� escrito: "Dios no nos llam� a inmundicia, sino a santidad".

Un predicador me dijo el otro d�a: "No quieres mezclarte con ese grupo. Ellos predican la santidad", eso es lo que deber�an predicar. Eso no es solo lo que deben predicar, sino lo que deben vivir. No estamos hablando de la erradicaci�n de la vieja naturaleza. Estamos hablando de una vida santa.

Nos gusta esa peque�a palabra "c�mo". El ap�stol dijo cu�n santamente nos comportamos. Podemos decir de Daniel cu�n santamente se comport�. El enemigo no pudo encontrar nada contra Daniel en su trato con la gente. Era justo, honesto y veraz, tanto con el rey y el gobierno como con las masas.

Cu�n santamente debe haber vivido Job. Dios dijo a Satan�s: "�Has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como �l en la tierra, un hombre perfecto y recto, que teme a Dios y se aparta del mal?" �Podr�a decirse esto de ti y de m�? Si no, y nuestro propio coraz�n nos condena, no estamos preparados para llevar los vasos del Se�or.

2. Pablo se port� con toda justicia entre los que creyeron. No solo era santo, era justo. Se requiere absolutamente un trato honesto, dar a cada hombre lo que le corresponde a los que predican para Dios y a los que le sirven en cualquier capacidad. Si no tratamos a nuestra gente con toda justicia y honor, no podemos ser aceptados por Dios ni por ellos. Los escribas y los fariseos pusieron sobre su pueblo cargas pesadas que ellos mismos no quisieron llevar.

Nos dice que ataron cargas pesadas y dif�ciles de llevar, y las pusieron sobre los hombros de los hombres; y ellos mismos no los mover�an con uno de sus dedos. �Alguna vez les preguntamos a los dem�s qu� no har�amos? �Les pedimos que den lo que nosotros no damos? para ir, donde no vamos; sufrir, donde nosotros no sufrimos?

3. Pablo se port� sin censura entre los que creyeron. Este era su anhelo por todos los santos. Or� por los santos, para que todo su esp�ritu, alma y cuerpo se conservaran sin mancha hasta la venida del Se�or Jesucristo. Oh, que cada uno de nosotros sea aprobado.

IV. LA VIDA INTERIOR DE PABLO SE MANIFEST�, COMO UNA VIDA DE PADRE HACIA SUS HIJOS ( 1 Tesalonicenses 2:11 )

1 Tesalonicenses 2:11 dice: "Vosotros sab�is c�mo exhortamos, consolamos y acusamos a cada uno de vosotros, como un padre con sus hijos".

1. Consideremos el coraz�n de un padre hacia sus hijos. Recuerde que est� escrito: "Como un padre se compadece de sus hijos, as� el Se�or se compadece de los que le temen". El Se�or ense�� a los disc�pulos a orar diciendo: " Padre nuestro que est�s en los cielos". Cuando hablamos de la Trinidad, hablamos de Dios Padre, Hijo y Esp�ritu Santo. En la Ep�stola a los Efesios, leemos: "Doblo mis rodillas ante el Padre.

" Nuevamente leemos:" Por medio de �l ambos tenemos acceso por un mismo Esp�ritu, al Padre ". La expresi�n" la paternidad de Dios "es correcta cuando se usa para toda la familia redimida en el cielo y en la tierra.

As�, hemos aprendido que la palabra "Padre" se usa no solo para expresar el coraz�n interno de Pablo hacia aquellos con quienes trabaj�, sino tambi�n para expresar ese coraz�n interno de Dios. Si queremos tener �xito en el servicio de Dios, tambi�n nosotros debemos tener un coraz�n de padre, un amor de padre y una compasi�n de padre.

2. Consideremos las amonestaciones de un padre hacia sus hijos. El padre no s�lo exhorta a sus hijos y los consuela; pero les acusa de c�mo deben vivir y qu� deben hacer. Aqu� est� el coraz�n paterno de Pablo, encargando a los tesalonicenses que anden dignos de Dios, quien los ha llamado a Su reino y Su gloria.

Uno de mis hijos me dijo un d�a: "Padre, mi gran deseo es vivir de tal manera que pueda honrar tu nombre, el nombre que yo tambi�n llevo". Cu�nto m�s debemos procurar andar dignos del santo y celestial nombre que llevamos.

3. Consideremos el gozo de un padre hacia sus hijos. El vers�culo trece da este toque delicioso: "Por esto, tambi�n, damos gracias a Dios sin cesar". Examinaremos las razones del agradecimiento de Pablo en un momento. Ahora, simplemente mencionamos que dio gracias. Se regocij� en sus hijos, como el padre terrenal se regocija en los suyos. Se regocij� en sus victorias, sus logros, su servicio.

�Ha notado que la ep�stola comienza con una nota de acci�n de gracias a Dios por los tesalonicenses? Otras ep�stolas de Pablo comienzan de la misma manera. Pablo no tard� en decirles a los que amaba, cu�nto los amaba y cu�nto lo alegraban.

V. LA VIDA INTERNA DE PABLO MARCADA POR SU RECONOCIMIENTO DE LAS VIRTUDES DE LOS DEM�S ( 1 Tesalonicenses 2:13 )

Nunca nos demoremos en decirles a quienes amamos lo que significan para nosotros. �Por qu� no mencionar sus buenas obras, su fidelidad, su bondad, su obediencia a Dios? Es costumbre dejar las cosas buenas que tenemos que decir de las personas, para su funeral. Si alguien es malo, estamos dispuestos a condenarlo. Entonces, si son buenos, �por qu� no elogiarlos? No malcriar� a sus hijos en casa, ni a los miembros de su iglesia, si, con toda honestidad y sinceridad, agradece a Dios ya ellos por lo bueno que hay en ellos. Solo les ayudar� a encontrar las alturas m�s altas.

1. Pablo agradeci� a Dios por la actitud de los tesalonicenses hacia la Palabra de Dios. �l dijo en 1 Tesalonicenses 2:13 , "* * damos gracias a Dios sin cesar, porque cuando hab�is recibido la Palabra de Dios que hab�is o�do de nosotros, no la recibisteis como palabra de hombres, sino como es en verdad. , la Palabra de Dios, que obra eficazmente tambi�n en vosotros los que cre�is.

"Los tesalonicenses cre�an en un libro inspirado, dado y escrito por Dios. Cre�an en una Biblia que ten�a poder para lograr grandes cosas. Era algo que obraba dentro de ellos. De ellos sali� la Palabra de Dios. No s�lo lo creyeron, pero lo proclamaron, lo contaron.

2. �Podemos agradecer a Dios porque nuestro pueblo ha exaltado Su Palabra por encima de Su nombre?

Cuando pensamos en la gente y en su actitud hacia Dios, nuestra mente, naturalmente, se dirige al predicador mismo. �Por qu� los santos de Tesal�nica recibieron la verdad como Palabra de Dios y no como palabra de hombre? Creemos que fue porque el ap�stol Pablo lo predic�. No dijo simplemente que la Biblia era la Palabra de Dios, sino que la proclam� como la Palabra de Dios; mostrando, adem�s, por sus maravillas de declaraci�n, tan verdadero y tan fiel, hist�rica, prof�tica, teol�gicamente, que era la Palabra de Dios en verdad.

Si la gente en el banco duda de la inspiraci�n de las Escrituras, es porque el pastor en el p�lpito duda de ello.

Hay otra raz�n por la que los tesalonicenses y todos los creyentes creen que la Biblia es la mism�sima palabra de Dios. Es porque obra perpetuamente en ellos. Cuando lo leen, algo sucede dentro de ellos. Aporta consuelo, gu�a, luz, vida y muchas otras cosas en su eficacia interior.

VI. LA VIDA INTERNA DE PABLO MANIFESTADA POR SU GRAN DESEO DE VER A AQUELLOS QUE �L HAB�A LLEVADO A CRISTO ( 1 Tesalonicenses 2:14 )

1. Pablo deseaba ver a los cristianos tesalonicenses para fortalecerlos en cuanto a su sufrimiento por Cristo. En el vers�culo catorce les dice que eran seguidores de las iglesias de Dios, que, en Judea, est�n en Cristo Jes�s. "Porque * * vosotros tambi�n hab�is padecido lo de vuestros propios compatriotas, como ellos han padecido de los jud�os, que mataron al Se�or Jes�s ya sus propios profetas, y nos persiguieron a nosotros".

2. Pablo deseaba verlos, porque hab�a muchos que dec�an que los gentiles no pod�an ser salvos. Incluso le prohibieron a Pablo hablar a los gentiles, porque estaban destinados a la condenaci�n. Tememos que hoy en d�a haya una antipat�a contra los jud�os que casi los pronuncia como Anathema Maranatha. Los jud�os de anta�o rechazaron a los gentiles la Palabra de vida. Ahora, en algunos lugares, al menos, los gentiles est�n rehusando a los jud�os esa misma bendita Palabra.

3. Pablo deseaba verlos porque quer�a compensar con ellos lo que faltaba a los dem�s. �l les dice en 1 Tesalonicenses 2:17 , "Siendo quitado de ustedes por poco tiempo, en la presencia, no en el coraz�n; se esforz� m�s abundantemente por ver su rostro con gran deseo". Otros pueden haberlos rechazado. No lo hizo.

De hecho, Dios lo hab�a llamado como ap�stol de los gentiles para que diera testimonio ante ellos. As� sucedi� que, despu�s de que �l sali� de Tesal�nica, el Se�or se par� a su lado por la noche y le dijo: "Ten �nimo, Pablo, porque como has testificado de m� en Jerusal�n, as� es necesario que testifiques tambi�n en Roma". Al cerrar este pensamiento, nos gustar�a citar un peque�o vers�culo, que esperamos que exprese nuestra actitud hacia la predicaci�n a los que est�n lejos. Aqu� est�: "Para predicar el Evangelio en las regiones m�s all� de ti".

VII. LA VIDA INTERIOR DE PABLO EN SU GRAN ANTICIPACI�N ( 1 Tesalonicenses 2:19 )

Los dos vers�culos con los que cerramos nuestro estudio de hoy, dicen as�: �Porque �cu�l es nuestra esperanza, o gozo, o corona de regocijo? �No est�is aun vosotros, en la presencia de nuestro Se�or Jesucristo en su venida, son nuestra gloria "en Cristo.

1. La esperanza cristiana es la venida del Se�or. Leemos en Tito 2:11 sobre "Esperando la esperanza bienaventurada y la manifestaci�n gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo". El Esp�ritu Santo, a trav�s de Juan, nos dice que quien tiene esta esperanza puesta en �l, se purifica a s� mismo. Todo creyente debe vivir esperando, apresur�ndose y ocupando hasta que el Se�or venga.

En nuestros d�as, millones de personas est�n mirando ansiosamente, esperando y anhelando la venida del Se�or. El clamor de medianoche ha salido: "He aqu� que viene el esposo". Esto se escucha en todas partes.

2. La esperanza, el gozo y la corona de los cristianos son los santos; en la presencia del Se�or, en su venida. Sin duda queremos ver a Cristo mismo por encima de cualquier otro. �l es nuestro mayor gozo y corona. Sin embargo, debemos recordar que cuando el Se�or venga, primero habr� la resurrecci�n de los muertos; y luego, los que viven en Cristo ser�n arrebatados junto con ellos, para encontrarse con el Se�or en el aire.

Primero, en el momento, nos encontramos con los santos resucitados; luego viene la gran reuni�n de los vivos con los santos de la resurrecci�n. Despu�s de eso, nos encontramos con ellos, y el Se�or es el pensamiento central de todos nosotros. Sin embargo, ahora estamos considerando el gran gozo y la corona de regocijo que pertenecer�n a aquellos que hayan ganado muchos para Cristo.

Oh, todo esfuerzo valdr�a la pena

Si en el cielo alg�n d�a feliz

Nos reuniremos con alegr�a y escucharemos a algunos decir

Me mostraste el camino celestial.

Información bibliográfica
Neighbour, Robert E. "Comentario Pozos de agua viva en 1 Thessalonians 2". "Agua viva". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lwc/1-thessalonians-2.html.
 
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