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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario completo de Henry sobre la Biblia Completo de Henry
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público y son derivados de una edición electrónica disponible en el sitio web de la Biblioteca Cristiana de Clásicos Etéreos.
Estos archivos están en el dominio público y son derivados de una edición electrónica disponible en el sitio web de la Biblioteca Cristiana de Clásicos Etéreos.
Información bibliográfica
Henry, Matthew. "Comentario completo sobre Job 33". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/job-33.html. 1706.
Henry, Matthew. "Comentario completo sobre Job 33". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/
Introducción
* Elihu ofrece razonar con Job. (1-7) Elihu culpa a Job por reflexionar sobre Dios. (8-13) Dios llama a los hombres al arrepentimiento. (14-18) Dios env�a aflicciones para bien. (19-28) Elihu suplica la atenci�n de Job. (29-33)
Versículos 1-7
1-7 Job hab�a deseado que un juez decidiera su apelaci�n. Elihu era uno seg�n su deseo, un hombre como �l. Si con raz�n convencer�amos a los hombres, debe ser por raz�n, no por terror; con argumentos justos, no con mano dura.
Versículos 8-13
8-13 Elihu acusa a Job de reflexionar sobre la justicia y la bondad de Dios. Cuando o�mos decir algo al deshonor de Dios, debemos dar nuestro testimonio en su contra. Job hab�a representado a Dios como severo al marcar lo que hac�a mal. Eli� insta a que haya hablado mal, y que debe humillarse ante Dios, y arrepentirse para no decirlo. Dios no nos rinde cuentas. No es razonable que las criaturas d�biles y pecaminosas luchen con un Dios de sabidur�a, poder y bondad infinitas. Act�a con perfecta justicia, sabidur�a y bondad, donde no podemos percibirlo.
Versículos 14-18
14-18 Dios nos habla por conciencia, por providencias y por ministros; de todos estos discursos de Elihu. No hubo entonces, que sepamos, ninguna revelaci�n divina por escrito, aunque ahora es nuestra gu�a principal. Cuando Dios dise�a el bien de los hombres, por las convicciones y los dictados de sus propias conciencias, abre el coraz�n, como el de Lydia, y abre los o�dos, para que la convicci�n encuentre o force su camino. El fin y el dise�o de estas advertencias son mantener a los hombres del pecado, particularmente el pecado del orgullo. Mientras los pecadores persiguen prop�sitos malvados y complacen su orgullo, sus almas se apresuran a la destrucci�n. Lo que aleja a los hombres del pecado, los salva del infierno. �Qu� misericordia es estar bajo las restricciones de una conciencia despierta!
Versículos 19-28
19-28 Job se quej� de sus enfermedades y juzg� por ellos que Dios estaba enojado con �l; sus amigos tambi�n lo hicieron, pero Eli� muestra que Dios a menudo aflige al cuerpo para bien del alma. Este pensamiento ser� de gran utilidad para que nos recuperemos de la enfermedad, en la cual Dios habla a los hombres. El dolor es fruto del pecado; sin embargo, por la gracia de Dios, el dolor del cuerpo a menudo se convierte en un medio de bien para el alma. Cuando las aflicciones hayan hecho su trabajo, ser�n removidas. Se encuentra un rescate o propiciaci�n. Jesucristo es el Mensajero y el rescate, as� que Elihu lo llama, como Job lo hab�a llamado su Redentor, porque �l es tanto el Comprador como el Precio, el Sacerdote y el sacrificio. Tan alto era el valor de las almas, que nada menos las redimir�a; y tan grande el dolor causado por el pecado, que nada m�s lo compensar�a, que la sangre del Hijo de Dios, quien dio su vida en rescate por muchos. Un bendito cambio sigue. La recuperaci�n de la enfermedad es una misericordia cuando procede de la remisi�n del pecado. Todos los que verdaderamente se arrepientan de sus pecados, encontrar�n misericordia con Dios. Las obras de las tinieblas son obras sin fruto; todas las ganancias del pecado ser�n muy inferiores al da�o. Debemos, con un coraz�n roto y contrito, confesar nuestros pecados a Dios, 1 Juan 1:9. Debemos confesar el hecho del pecado; y no tratar de justificarnos o disculparnos. Debemos confesar la culpa del pecado; He pervertido lo que era correcto. Debemos confesar la locura del pecado; Tan tonto he sido e ignorante. �No hay una buena raz�n por la que deber�amos hacer tal confesi�n?
Versículos 29-33
29-33 Elihu muestra que el gran y gracioso dise�o de Dios hacia los hijos de los hombres es salvarlos de ser para siempre miserables y hacerlos felices para siempre. Por cualquier medio que nos alejemos de nosotros, bendeciremos al Se�or para ellos al menos, y debemos bendecirlo por ellos aunque sean dolorosos y angustiosos. Los que perecen para siempre no tienen excusa, porque no ser�an sanados.