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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario del Pobre Hombre de Hawker Comentario del Pobre Hombre
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto Cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con Permiso.
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Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Haggai 2". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/haggai-2.html. 1828.
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Haggai 2". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/
Versículo 1
CONTENIDO
Este es un Cap�tulo muy bendito, lleno de Evangelio y lleno de Cristo. El Profeta, hablando por el Esp�ritu del Se�or, anima a la gente a la obra del Templo. Hay promesas de gracia al final de la profec�a a Zorobabel.
Versículos 1-2
En el mes s�ptimo, a los veinti�n d�as del mes, vino la palabra del SE�OR por medio del profeta Hageo, diciendo: (2) Habla ahora a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Jud�, y a Josu�, hijo. de Josedec, el sumo sacerdote, y al resto del pueblo, diciendo: "
El Profeta ha sido particular al se�alar las fechas de la palabra del Se�or que le lleg�; lo cual puede servir para ense�ar al pueblo de Dios en todas las edades de la Iglesia, la utilidad de hacer memorandos de todas sus visitas a Betel tambi�n. Zorobabel y Josu� eran ambos tipos del Se�or Jes�s y, por lo tanto, son honrados de manera significativa en esas comisiones del Profeta.
Versículo 3
"�Qui�n ha quedado entre vosotros que vio esta casa en su primera gloria? �Y c�mo la veis ahora? �No es en vuestros ojos en comparaci�n con ella como nada?"
Es digno de menci�n que el per�odo desde que la Iglesia se reuni� fuera de Egipto, hasta el momento en que Salom�n construy� el primer Templo, fue de unos cuatrocientos ochenta a�os. Y desde que los hijos de Israel fueron librados de Babilonia hasta la venida del Se�or Jesucristo, fueron como quinientos a�os. Se nos dice que al construir el segundo templo, los ancianos lloraron y el menor grit� de alegr�a. Esdras 3:11 .
Versículos 4-5
Pero ahora esfu�rzate, oh Zorobabel, dice el SE�OR; esfu�rzate, oh Josu�, hijo de Josedec, el sumo sacerdote; y esfu�rzate todo el pueblo de la tierra, dice el SE�OR, y trabaja; porque yo estoy con vosotros, dice el SE�OR de los ej�rcitos: (5) Seg�n la palabra que pact� con vosotros cuando salisteis de Egipto, as� quedar� mi esp�ritu entre vosotros; no tem�is.
Ruego al lector particularmente que me comente esas dulces expresiones del Se�or, estoy contigo. Y de nuevo, de acuerdo con la palabra que pact� con ustedes cuando salieron de Egipto. Y nuevamente, porque mi esp�ritu permanece entre ustedes. Yo preguntar�a humildemente, y pero preguntar�a, sin presumir de decidir sobre un tema tan infinitamente sublime y misterioso, �no est�n todas las personas de la Deidad descritas aqu�, en su car�cter de oficio, en la redenci�n? �No est� la presencia de Dios Padre con la Iglesia? �No es el Verbo Increado, con quien es el pacto de redenci�n, y quien es en verdad el pacto mismo, y toda la suma y sustancia del mismo? �Y no ha estado Dios Esp�ritu Santo constantemente con la Iglesia desde el principio? �Lector! No olvide que esos benditos privilegios de la Iglesia de Cristo nunca han cesado y nunca lo har�n. Mateo 28:20 .
Versículos 6-9
Porque as� ha dicho Jehov� de los ej�rcitos: A�n una vez, dentro de poco har� temblar los cielos, la tierra, el mar y la tierra seca; (7) Y har� temblar a todas las naciones y a la tierra. El deseo de todas las naciones vendr�; y llenar� de gloria esta casa, dice el SE�OR de los ej�rcitos. (8) M�a es la plata, y m�o es el oro, dice el SE�OR de los ej�rcitos. (9) La gloria de este �ltimo. Casa ser� m�s grande que la anterior, dice Jehov� de los ej�rcitos; y en este lugar dar� paz, dice Jehov� de los ej�rcitos.
El poco tiempo se habla en referencia al c�lculo del tiempo del Se�or, y no al nuestro. Mil a�os a sus ojos son como un d�a. Pasaron ahora unos quinientos a�os antes de que Cristo abriera el tabern�culo en sustancia de nuestra carne; y, sin embargo, el Se�or lo llama �s�lo un poquito! �Piensa, lector! de la eternidad de su naturaleza y esencia, por esas distinciones de car�cter! Y observe lo que va a presentar este glorioso Siloh; el Se�or har� temblar a todas las naciones, s�, los mism�simos cielos y la tierra; es decir, levantar y derribar reinos y poderes; las monarqu�as persa, griega y romana, cada una iba a ministrar, a su vez, y todas a este evento.
�Pero lector! sobre todo, marque la caracter�stica bendita por la que se describe a Cristo; es decir, el deseo de todas las naciones. Y as� es para todo pobre pecador de la tierra, a quien se le revela. Si no es as�, la raz�n es que no conocen sus propias necesidades, ni su idoneidad, ni su plenitud suficiente y su gracia para suplir. Pero en todas las naciones, en todos los climas, lenguas, pueblos y lenguas, donde se siente el pecado y se da a conocer a Cristo, nada m�s que Cristo puede satisfacer.
Y ruego al lector que comente a�n m�s, cu�n despreciablemente habla el Se�or de la plata y el oro. El primer templo de Salom�n ten�a una gran abundancia de oro y plata. Mientras que este segundo templo ten�a pocos ornamentos en los d�as de Hageo. �Pero que hay de eso? La gloria de esta �ltima casa ser� mayor que la de la primera. Y as� fue m�s eminentemente, cuando el Hijo de Dios en nuestra naturaleza entr� en �l.
Yo mismo no concibo que los jud�os de la antig�edad, que lloraban ante la vista del segundo templo, lo hicieran solo por la falta de elementos ornamentales. Pero hab�a asuntos, de momento superior, en los que estaba defectuoso. Los jud�os confiesan que el segundo templo no ten�a ninguno de los cinco signos que ten�a el primer templo; es decir, 1er. el Arca, con el Propiciatorio y Querubines: 2�. la Shejin�: tres veces.
el Esp�ritu de Profec�a: cuarto. el Urim y Tumim: y quinto. el Fuego Santo en el altar. Pero, en la presencia del Se�or Jes�s, ten�an m�s que todos estos; porque, estos eran s�lo el tipo. Cristo la sustancia. Para que nada pueda ser m�s decisivo, en la confirmaci�n de esta bendita profec�a de Hageo, se�alando a Cristo, y en el cumplimiento de Cristo. Y �l es, de hecho, toda la paz de su pueblo.
Versículos 10-19
A los veinticuatro d�as del mes noveno, en el a�o segundo de Dar�o, vino la palabra del SE�OR por medio del profeta Hageo, diciendo: (11) As� ha dicho el SE�OR de los ej�rcitos: Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley: diciendo: (12) Si alguno lleva carne santa en la falda de su manto, y con su falda toca pan, o potaje, o vino, o aceite, o cualquier carne, �ser� santa? Y los sacerdotes respondieron y dijeron: No.
(13) Entonces dijo Hageo: Si alguno de ellos, inmundo por un cad�ver, toca alguno de ellos, �ser� inmundo? Y los sacerdotes respondieron y dijeron: Ser� inmunda. (14) Entonces respondi� Hageo y dijo: As� es este pueblo, y as� es esta naci�n delante de m�, dice Jehov�; y as� es toda obra de sus manos; y lo que all� ofrecen, inmundo. (15) Y ahora, te ruego que consideres desde este d�a en adelante, desde antes de que se pusiera una piedra sobre otra piedra en el templo del SE�OR: (16) Desde que eran esos d�as, cuando uno llegaba a un mont�n de veinte medidas , eran diez: cuando uno vino a la prensa para sacar cincuenta vasijas de la prensa, hab�a veinte.
(17) Te her� con a�ublo, moho y granizo en todos los trabajos de tus manos; pero no me volvisteis, dice el SE�OR. (18) Considera ahora desde este d�a en adelante, desde el d�a veinticuatro del mes noveno, desde el d�a en que se echaron los cimientos del templo del SE�OR, consid�ralo. (19) �Est� todav�a la semilla en el granero? aun no han producido vid, ni higuera, granado, ni olivo; desde hoy os bendecir�.
Este es otro de los sermones de Hageo, y es uno de los m�s llamativos. Humildemente concibo, por la figura de la impureza de la que se habla aqu�, el Se�or quiso exponer el estado contaminado y completamente perdido de toda nuestra naturaleza; y que la purificaci�n solo puede ser en Cristo. Los azotes, las explosiones y el moho son expresiones figurativas de los dolores, las desilusiones y los problemas, consecuencia del pecado. Pero, desde el d�a en que se funda el templo en Cristo, toda la faz de las cosas cambia.
Las bendiciones temporales, espirituales y eternas est�n con el pueblo del Se�or. Cuando Dios el Padre viene a bendecir un alma en redenci�n por medio de su amado Hijo, lo bendice con todas las bendiciones espirituales en los lugares celestiales en Cristo Jes�s. Efesios 1:3 . Teniendo a Cristo como nuestra porci�n, tenemos todas las cosas en Cristo y con Cristo; una porci�n para vivir en el tiempo y por toda la eternidad.
Versículos 20-23
Y vino palabra de Jehov� a Hageo en el d�a veinticuatro del mes, diciendo: (21) Habla con Zorobabel, gobernador de Jud�, y dile: Har� temblar los cielos y la tierra; (22) Y yo Derrocar� el trono de los reinos, y destruir� la fuerza de los reinos de las naciones; derribar� los carros y a los que viajan en ellos; y los caballos y sus jinetes descender�n, cada uno por la espada de su hermano.
(23) En aquel d�a, dice el SE�OR de los ej�rcitos, te tomar�, oh Zorobabel, siervo m�o, hijo de Salatiel, dice el SE�OR, y te pondr� como anillo, porque yo te escog�, dice el SE�OR. de anfitriones ".
Hageo recibe el encargo de cerrar su profec�a con un mensaje particular y especial a Zorobabel, gobernador de Judea. Y esto lo aprendo principalmente, como t�pico de Cristo. Porque aunque el Se�or, al sacudir reinos y naciones, pudiera decirle a este gobernador que no se sintiera alarmado, esto no pod�a tener la intenci�n de presentarle a Judea, o al gobernador de Judea, paz en las cosas temporales en medio de la conmoci�n; porque de hecho no fue as�.
Judea se convirti� en una provincia sujeta a Roma, antes de la venida de Cristo. Sin duda, por lo tanto, el temblor del que se habla aqu� alud�a al derrocamiento del reino y el poder de Satan�s; la idolatr�a pagana y todos los que se oponen a Cristo y su bendito evangelio. Y en esto, como un s�mbolo del Se�or Cristo, Zorobabel tiene dulces seguridades. Pero, lector, mira a Jes�s y el tipo se pierde en la realidad. �Se llama a Zorobabel sierva de Jehov�? Aqu� se convirti� en el tipo del glorioso Mediador.
He aqu� mi siervo, dice Jehov�, a quien yo sostengo. Isa�as 42:1 . �Se llama a Zorobabel el elegido del Se�or? Aqu� de nuevo tipific� a Cristo. �Es Zorobabel un sello? Seguramente volvemos a descubrir aqu� el tipo que lo representa a �l, a quien Dios Padre sell�. Juan 6:27 .
De hecho, �no se llama Cristo Zorobabel, como se le llama con mucha frecuencia David? Ver Zacar�as 4:7 . El Targum traduce las palabras en el �ltimo verso, porque te he elegido a ti: en ti me complazco: lo que nunca se puede decir de nadie m�s que de Cristo, y de �l se dice repetidamente, Mateo 3:17 y Mateo 17:5 . �Preciosos testimonios de nuestro Se�or Jesucristo!
Versículo 23
REFLEXIONES
�LECTOR! Haga una pausa y considere, mientras repasa esta bendita profec�a, acerca de la persona, obra, car�cter y oficios del Se�or; si Aquel, que aqu� dice Jehov� mismo, que es el deseo de todas las naciones, es el primer y �ltimo y completo objeto de todo vuestro deseo; por la vida y la muerte, por el tiempo y la eternidad? Contempla al Se�or Jes�s en este punto de vista tan bendito y delicioso. Otro Profeta profetiz� dulcemente de �l que rociar�a muchas naciones.
Y cuando lo descubrimos como la �nica ordenanza grande y gloriosa del cielo para salvaci�n, no hay salvaci�n en ninguna otra: cuando lo miramos como el regalo de Jehov�, para el com�n y �nico remedio, por los pecados de un mundo entero: Cuando conocemos la idoneidad y toda suficiencia del Se�or Jes�s por un lado, y la franqueza, plenitud, grandeza y naturaleza eterna de esa rica gracia de Dios el Padre por el otro; seguramente el Se�or Jes�s aparece respondiendo tan bienaventuradamente a este car�cter, como el deseo de todas las naciones.
Y si todas las naciones lo conocieran, todas las naciones estar�an enamoradas de �l. Como un sol en los cielos responde por todo el mundo; y un oc�ano abastece a toda la tierra; de modo que un Se�or Jesucristo es suficiente para todos y responde a las necesidades de todos. �Lector! Traiga el punto a su propia persona, y pregunte si �l es tan encantador en su opini�n, como para ser el m�s hermoso y principal entre diez mil. De hecho, es verdaderamente bendecido cuando la propia experiencia de un hombre se corresponde con el testimonio divino; y Cristo es formado en el coraz�n, como el �nico deseo del coraz�n y la esperanza de gloria.
�Precioso Se�or Jes�s! T�, que por tu apariencia en nuestra carne, en tu templo, llenaste la �ltima casa de mayor gloria que la primera; llena tu Iglesia ahora sobre la tierra, como llenas tu Iglesia en el cielo, con tu presencia. �Ciertamente, t� mismo, oh Se�or, eres el templo, el altar, el propiciatorio, la propiciaci�n, el Sumo Sacerdote y el sacrificio! Todo, todo est� centrado en ti, porque todo lo que tienes delante no eran m�s que tipos y sombras.
T�, a quien Jehov� ha escogido, eres t�, sello de Jehov� de los ej�rcitos, y sello del pacto de paz entre el cielo y la tierra. �Oh! Entonces, precioso Jes�s, concede que sobre ti, como fundamento, edificada toda tu Iglesia, todos tus redimidos sobre la tierra crezcan hasta convertirse en un templo santo en el Se�or, para morada de Dios por medio del Esp�ritu, hasta que nos unamos a la Iglesia. arriba, cuando la �ltima piedra del edificio espiritual sea tra�da a casa con gritos, clamor, gracia, gracia.
�Adi�s Hageo! Damos gracias a tu Se�or y al Se�or nuestro por tu ministerio y testimonio acerca de nuestro Jes�s. Una vez en la tierra, fuiste testigo del llanto de algunos y del gozo de otros al contemplar el segundo templo. Dentro de poco contemplar�s todo el cuerpo de Cristo, formando un templo, de su cuerpo la Iglesia, en gloria. Y luego, cuando el Cordero est� en su trono, y rodeado por la innumerable multitud de Patriarcas, Profetas y Ap�stoles, y todos los redimidos de cada naci�n, tribu y clima, entonces se cantar� el himno de salvaci�n en medio de la vasta anfitri�n, donde todas las l�grimas son enjugadas de todos los ojos, y el c�ntico de redenci�n a Dios y al Cordero, ser� el c�ntico eterno del cielo. Am�n.