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Bible Commentaries
Job 30

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

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Versículo 1

CONTENIDO

Job todav�a est� procesando su discurso en este cap�tulo. Habiendo se�alado en el primero el d�a de su prosperidad, aqu� establece un contraste melanc�lico, en una visi�n del estado de adversidad al que ahora se encuentra.

Versículos 1-18

(1) ?� Pero ahora se burlan de m� los que son m�s j�venes que yo, a cuyos padres hubiera desde�ado poner con los perros de mi reba�o. (2) S�, �de qu� me beneficiar� la fuerza de sus manos, en quienes pereci� la vejez? (3) Por necesidad y hambre estaban solitarios; huyendo al desierto en otro tiempo desolado y desolado. (4) que cortan malvas de los arbustos y ra�ces de enebro para su carne.

(5) Fueron expulsados ??de entre los hombres, (clamaron tras ellos como tras un ladr�n;) (6) Para habitar en los acantilados de los valles, en las cuevas de la tierra y en las rocas. (7) Entre los arbustos rebuznaban; bajo las ortigas se juntaron. (8) Eran hijos de necios, s�, hijos de hombres viles; eran m�s viles que la tierra. (9) Y ahora soy yo su canci�n, s�, soy su sin�nimo. (10) Me aborrecen, huyen lejos de m�, y no escatiman en escupirme en la cara.

(11) Por cuanto solt� mi cuerda y me afligi�, tambi�n han soltado las riendas delante de m�. (12) A mi diestra se levanta el joven; alejan mis pies, y levantan contra m� los caminos de su perdici�n. (13) Marcan mi camino, hacen avanzar mi calamidad, no tienen quien los ayude. (14) Me atacaron como un gran rompimiento de las aguas; en la desolaci�n se abalanzaron sobre m�.

(15) ?� Se han vuelto sobre m� terrores; Persiguen mi alma como el viento, Y mi bienestar se desvanece como una nube. (16) Y ahora mi alma se derrama sobre m�; los d�as de aflicci�n se han apoderado de m�. (17) Mis huesos son traspasados ??en m� de noche, y mis tendones no descansan. (18) Con la gran fuerza de mi enfermedad fue cambiado mi vestido: me ce��a como el cuello de mi t�nica.

Incluyo la queja de Job a trav�s de todos estos vers�culos en un punto de vista, no solo por ser breve, sino tambi�n porque las observaciones generales sobre ellos se adaptar�n igualmente al conjunto. En este lamento, el patriarca est� razonando con sus tres amigos. Habiendo visto, en el cap�tulo anterior, su alta exaltaci�n, lo que una vez fue, ahora los dirige a contemplar lo que es ahora. Y de ambos, el Patriarca deseaba hacer un llamamiento a sus sentimientos y compasi�n.

Pero espero que el lector no haya fallado, al leer esos vers�culos, en mirar m�s all� de Job, y que su mente haya sido extra�da, al contemplar a un infinitamente m�s grande que Job, acerca de quien muchas de las expresiones aqu� mencionadas dif�cilmente pueden, Deber�a pensar, ser le�do, sin contemplarlo en ellos. De hecho, tan asombrosamente exponen al SE�OR JES�S, en varias partes de su humillaci�n en los d�as de su carne, que uno podr�a ser inducido a pensar, aunque no se encuentre en la palabra de DIOS, que las diversas expresiones estaban destinadas principalmente a se�alarle.

�No fue JES�S, cuando dej� los reinos de gloria y condescendi� al tabern�culo en nuestra carne, para la redenci�n de nuestra naturaleza, no se burl� de �l e hizo el canto del borracho? �Se queja Job de miseria, hambre y lugares solitarios? �Y puede el creyente pasar por alto a Aquel que, en el mismo momento en que fue bautizado con la plenitud del ESP�RITU, fue llevado al desierto para habitar con las fieras y ser tentado por el diablo? �Se quej� Job de ser escupido, aborrecido y abandonado? �Y podemos olvidar c�mo Jes�s fue golpeado y tratado as�, y c�mo todos sus disc�pulos lo abandonaron y huyeron? El alma de Job fue perseguida, los terrores se volvieron sobre �l; su alma se derram�, y sus huesos fueron traspasados; �Y alguien puede omitir recordar c�mo el CORDERO de DIOS fue abrumado por los terrores en el jard�n y en la cruz, cuando derram� su alma hasta la muerte, y fue contado con los transgresores; sus manos y su costado perforado; y, como dijo de �l el esp�ritu de profec�a, fue derramado como agua, y todos sus huesos estaban descoyuntados; �Su coraz�n, como cera, se derriti� en medio de sus entra�as? �Oh, Salvador sangrante, moribundo y vilipendiado! Nunca olvide mi alma tus sufrimientos, ni te pierda de vista, y tus inigualables dolores, mientras lee los dolores de tu pueblo.

T� mismo, querido JES�S, has marcado la gran diferencia: cuando hablas de las aflicciones de tus afligidos, has se�alado su liberaci�n en DIOS. Nuestros padres confiaron en DIOS; ellos confiaron, y t� los libraste; pero yo soy gusano y no hombre, oprobio de los hombres y despreciado del pueblo. Salmo 22:4 .

Versículos 19-31

(19) Me arroj� en el lodo, y me convert� en polvo y ceniza. (20) A ti clamo, y no me escuchas; me levanto y no me escuchas. (21) Te has vuelto cruel conmigo; con tu mano fuerte te opones contra m�. (22) Me elevas al viento; me haces cabalgar sobre �l y disuelves mi sustancia. (23) Porque s� que me llevar�s a la muerte y a la casa se�alada para todos los vivientes.

(24) Sin embargo, no extender� su mano al Seol, aunque clamen en su destrucci�n. (25) �No llor� yo por el que estaba en apuros? �No se entristeci� mi alma por los pobres? (26) Cuando esperaba el bien, vino el mal; y cuando esperaba la luz, vinieron las tinieblas. (27) Herv�an mis entra�as y no descansaban; los d�as de aflicci�n me imped�an. (28) Me fui de luto sin el sol: me levant� y llor� en la congregaci�n.

(29) Soy hermano de dragones y compa�ero de b�hos. (30) Mi piel est� ennegrecida sobre m�, y mis huesos est�n quemados por el calor. (31) Mi arpa tambi�n se convirti� en duelo, y mi �rgano en la voz de los que lloran.

Aqu� Job est� cambiando su forma de queja. En la primera parte del cap�tulo, estaba razonando con sus amigos; en esta �ltima parte, parece hablar de DIOS y quejarse con DIOS. Sin duda, los dolores de Job fueron muy grandes y opresivos, cuando consideramos c�mo fue herido con llagas. Pero, sumado a sus dolencias corporales, su mente estaba profundamente ejercitada. Y lo que estaba principalmente en el coraz�n de Job fue que el SE�OR no lo consol�; es m�s, tan lejos de consolarlo, que parec�a venir contra �l como un enemigo.

Pero perdemos toda la belleza de esta escritura, si no miramos m�s all� de Job, el hombre de Uz, en todo lo que aqu� se dice. Si esta escritura nos induce a ejercitar nuestra mente en contemplar a Aquel que, a modo de notable distinci�n, es llamado el Var�n de Dolores y conocedor del dolor, entonces, concibo, nos acercaremos m�s al dise�o del ESP�RITU SANTO, al dar esta escritura. Job se queja de la fuerza de su enfermedad, como un manto que lo ata.

Pero JES�S, aunque no se quej�, ten�a la enfermedad y todo el peso y la carga de nuestros pecados sobre su preciosa alma, como una carga que nadie menos que DIOS pod�a o�r. Job se queja de haber sido arrojado al lodo y de que se ha convertido en polvo y ceniza. JES�S habla de todas las olas y los chorros de agua de la ira divina, cuando se present� ante el Fiador de su pueblo, pasando por encima de �l. Salmo 42:7 .

Job esperaba el sepulcro, como la casa designada para todos los vivientes; pero JES�S dio voluntariamente su vida por la redenci�n de su pueblo, cuando su fuerza se sec� como un tiesto, su lengua se peg� a sus mand�bulas y fue llevado al polvo de la muerte. Salmo 22:15 . Mira, lector, y f�jate conmigo, al consultar estas preciosas escrituras, cu�n misericordioso JES�S se present� y lo que soport�, sin un pensamiento quej�ndose, al pasar por estos dolores sin igual, por la salvaci�n de su pueblo.

Salmo 22:1 ; Salmo 22:1 . No puedo cerrar este cap�tulo sin desear una vez m�s que el Lector se detenga sobre �l y pregunte a su propio coraz�n, porque presumo que no decidir� la cuesti�n, si no podemos concluir con seguridad, que el ESP�RITU SANTO ten�a un ojo puesto en JES�S, cuando exponiendo al hombre de Uz, en esta representaci�n hecha de �l? �y si no es, a la luz de esto, un tipo ilustre del siempre bendito JES�S?

Versículo 31

REFLEXIONES

Alma m�a, mira en los sufrimientos de Job, lo que es, y merecidamente deber�a ser, la suerte de la naturaleza humana. Nacido en pecado y, por tanto, nacido para el dolor. �Y se quejar� un hombre vivo, un hombre por el castigo de sus pecados? Job se destaca, en este caso, como un monumento vivo de aquello a lo que est� expuesta nuestra naturaleza, universalmente hablando. Y salvo por la interposici�n de la gracia, en la misericordia y el amor de DIOS nuestro PADRE, al dar a su amado Hijo, y al Hijo de DIOS en la venida, y el ESP�RITU SANTO al traer a los pobres pecadores a conocer esta rica salvaci�n, todas las angustias temporales. de Job, agravado por los dolores eternos que le siguieron, habr�a sido nuestra porci�n para siempre. �Oh! �Qu� daremos a DIOS por sus misericordias? �Gracias, gracias a DIOS por su don inefable!

Pero alma m�a, mientras contemplas los dolores de Job y la graciosa interposici�n del cielo para suavizarlos y quitarlos, no mirar�s a JES�S una y otra vez; mientras lees la miseria de Job y, en un tipo tan vivo de tu sufrimiento Redentor, �sientes que todos tus tiernos y afectuosos poderes se manifiestan en amor, alabanza, apego y obediencia a tu bendito y adorado Salvador? �Soport� JES�S, en los d�as de su carne, la contradicci�n de los pecadores contra s� mismo, para que su pueblo no se cansara ni desmayera? �Oh! �CORDERO de DIOS! �C�mo te sometiste, en tu estado degradado y humilde, a todas las indignidades, dolores, dolores, heridas, magulladuras! �Qui�n describir� los espantosos dolores y las agon�as como las de una mujer que da a luz en el huerto y en la cruz,

�Oh, Dios precioso! ver�s la aflicci�n de tu alma, porque as� lo prometi� el PADRE, y quedar�s satisfecho. Justificar�s a muchos. El roc�o de tu nacimiento ser� como el vientre de la ma�ana. Y ahora, bendito Redentor, habiendo librado por tu muerte a tus redimidos de la muerte, y resucitando a la vida habi�ndolos engendrado para vida eterna: ahora ya no recuerdas m�s la angustia de tus dolores de parto en la obra de redenci�n, por el gozo de que tus hijos son nacido en el mundo de la gracia, y en el m�s all� estar� contigo en gloria. Am�n.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Job 30". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/job-30.html. 1828.
 
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