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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario popular de Schaff sobre el Nuevo Testamento Comentario del NT de Schaff
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
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Información bibliográfica
Schaff, Philip. "Comentario sobre 1 Corinthians 16". "Comentario popular de Schaff sobre el Nuevo Testamento". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/scn/1-corinthians-16.html. 1879-90.
Schaff, Philip. "Comentario sobre 1 Corinthians 16". "Comentario popular de Schaff sobre el Nuevo Testamento". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-4
Colecta para los Santos Pobres de Jerusal�n, 1-4.
La ocasi�n de esta �colecci�n� fue la �gran escasez� que un profeta cristiano que vino de Jerusal�n a Antioqu�a predijo que vendr�a sobre el Imperio, y que sucedi� durante el reinado de Claudio. Cay�, como sabemos, con gran severidad sobre Jerusal�n; y los pobres cristianos all�, que tal vez ahora sufr�an por el calor de su generosidad en los primeros d�as de Pentecost�s, lo sentir�an profundamente.
Ante la perspectiva de la calamidad venidera, los conversos de la Iglesia gentil de Antioqu�a determinaron de inmediato hacer una colecta para sus hermanos jud�os en la sede de la fe, solicitando a Bernab� y a Saulo que la entregaran a los ancianos en Jerusal�n ( Hechos 11:27-30 ). La gran mente de nuestro ap�stol, empe�ada en calmar los prejuicios de sus hermanos jud�os contra los conversos gentiles incircuncisos, parece haber resuelto utilizar la idea de los cristianos de Antioqu�a, organizando una colecta general de las otras iglesias gentiles para el alivio de la cristianos pobres de Jerusal�n; y las Ep�stolas a los Romanos, Corintios y G�latas est�n tan llenas de este tema como para mostrar que �l debe haber puesto su coraz�n en ello.
Parece que primero plante� la propuesta en Corinto, donde fue adoptada con gran celo ( 2 Corintios 9:1-2 ; 2 Corintios 8:10 ). Animado por esto, present� la propuesta a continuaci�n ante �las iglesias de Macedonia� en Filipos, en Tesal�nica, y grupos m�s peque�os de cristianos esparcidos por esa regi�n ( Romanos 15:26 ; 2 Corintios 8:1-2 ; 2 Corintios 9:1-2 ), luego ante �las Iglesias de Galacia� ( 1 Corintios 16:1 ), probablemente con otros cuerpos de gentiles conversos.
Por la forma abrupta en que se introduce aqu� el tema por primera vez, parece claro que este era uno de los temas sobre los que los corintios le hab�an escrito para que lo guiara; y como sus instrucciones son muy expl�citas y tienen una relaci�n importante con la beneficencia cristiana en general, le damos un lugar distinto como un tema complementario.
1 Corintios 16:1 . En cuanto a la colecta para los santos, como mand� a las iglesias de Galacia, as� tambi�n haced vosotros. El gran objeto a la vista, m�s all� del alivio temporal que esta colecta dar�a, siendo suavizar los prejuicios de los jud�os conversos contra sus hermanos gentiles, la mente pr�ctica del ap�stol procur� planear alguna forma de transmitir todo esto a Jerusal�n en el Mismo tiempo; una cosa de cierta dificultad, por la distancia de las iglesias entre s�. El plan fijado se dio primero, al parecer, como un "orden a las iglesias de Galacia", y no se podr�a haber ideado ning�n plan m�s adecuado para el prop�sito.
1 Corintios 16:2 . En el primer d�a de la semana, que cada uno de vosotros guarde junto a �l, seg�n prospere (Gr., 'todo lo que pueda hacer'), para que no se hagan colectas cuando yo vaya. N�tese aqu� (1) que no es una ofrenda semanal en sus reuniones para el culto p�blico, sino que cada uno en su propia casa debe poner su propia contribuci�n semanal, para ser entregada solo al final como un regalo completo.
La ofrenda semanal en las reuniones de la iglesia fue una modificaci�n posterior de �sta, que pronto se hizo universal. (2) No se nombra ninguna suma definida como designaci�n divina o incluso como conveniente; pero cada uno deb�a juzgar por s� mismo lo que deb�a dar �seg�n pudiera prosperar�. Si el principio del diezmo hubiera sido reconocido como obligatorio, como alegan algunos, �podr�a haberlo escrito as� el ap�stol? (3) El principio establecido aqu� para que las iglesias act�en sobre un fondo que se recaude para alg�n objeto espec�fico, y que se componga de sucesivas acumulaciones peri�dicas, se recomienda de inmediato a todos los cristianos como llenos de sabidur�a.
Es el principio, de hecho, de la 'Beneficencia Sistem�tica', como ahora se le llama. Cuando se realizan llamadas urgentes, es posible que no se disponga de los fondos necesarios; que cuando un fondo se ha ido acumulando gradualmente, incluso mediante adiciones peri�dicas muy peque�as, puede recurrirse a �l, en caso de emergencia, en una medida que de otro modo ser�a impracticable; y al darlo entonces y as�, se siente algo de esa satisfacci�n de la que dice el ap�stol: �Jehov� ama al dador alegre � ( 2 Corintios 9:7 ).
(4) Esta contribuci�n semanal deb�a reservarse para �el d�a del Se�or�. Esto hace cierto, dicho sea de paso, que ese d�a ya era considerado por todos los cristianos como un d�a sagrado y, como tal, el d�a propio (como encontramos en Hechos 20:7 ) para el culto p�blico. Desde este punto de vista, su colocaci�n por su suma semanal en ese d�a estampar�a la contribuci�n con un car�cter sagrado y santificar�a y estimular�a el principio generoso mismo.
Y seguramente nada podr�a tender m�s a engrosar los recibos de las iglesias para todos los objetos cristianos y ben�volos, as� como a estimular y fortalecer el principio de la generosidad cristiana, que tener esta pr�ctica de beneficencia sistem�tica llevada a efecto general, y especialmente si el modo adoptado fue el aqu� �ordenado� de hacer la ofrenda de cada uno semanalmente, y �el primer d�a de la semana�.
1 Corintios 16:3 . Y cuando yo llegue, a quienquiera que aprob�is por cartas, lo enviar� para traer vuestra generosidad a Jerusal�n. El ap�stol, con gran delicadeza, deja que los corintios elijan ellos mismos a los portadores de su merced a Jerusal�n, y dice que les dar� "cartas" a las autoridades correspondientes en Jerusal�n, para que las entreguen junto con su contribuciones.
(Nuestra Versi�n Autorizada, al insertar � vuestro� antes de �letras�, da el significado de que los corintios deb�an escribir cartas al ap�stol mismo; siguiendo err�neamente a Calvino, Beza, etc.)
1 Corintios 16:4 . y si es necesario que yo tambi�n vaya, ellos ir�n conmigo: 'Si esto resulta una ocasi�n apropiada para m� para llevar a cabo mi prop�sito de ir otra vez a Jerusal�n (como se insin�a en Hechos 19:21 ; Hechos 20:3 ) , llevar� a tus delegados conmigo. Pero como esto todav�a no estaba definitivamente arreglado, ahora procede a contarles sus puntos de vista actuales en cuanto a sus movimientos para el futuro.
Versículo 5
Asuntos varios, 5-18.
1 Corintios 16:5 . Pero vendr� a vosotros cuando haya pasado por Macedonia; porque paso por Macedonia 'lo voy a hacer'. (Los que escribieron la suscripci�n de esta Ep�stola, malinterpretando estas palabras, como si significaran: 'Ahora paso por Macedonia', dicen que "fue escrita desde Filipos" (ver Hechos 16:12 ); mientras que el octavo vers�culo de este cap�tulo deja bastante claro que fue escrito desde �feso.
) El ap�stol hab�a dado a los corintios que esperaran dos visitas de �l, una de camino a Macedonia y la otra a su regreso de Macedonia ( 2 Corintios 1:15-16 ). Ahora anuncia s�lo una visita, y eso en su viaje de regreso. Por este cambio de planes se le hab�a acusado capciosamente de �ligereza� (inconstancia, falta de sinceridad, 2 Corintios 1:17 ); mientras que fue por ternura hacia ellos, despu�s de la severidad con la que les hab�a ordenado expulsar al miembro incestuoso de su iglesia, que se vio inducido a posponer su visita hasta su regreso de Macedonia.
Versículo 6
1 Corintios 16:6 . Pero con vosotros puede ser que me quede, o incluso el invierno que en realidad hizo, como aprendemos de Hechos 20:2-3 , donde se dice: �Entramos en Grecia (es decir, Corinto, su capital, con la cual �l ten�a m�s que hacer), y all� se quedaron tres meses�, que eran meses de �invierno�.
Los meses de verano de ese a�o los hab�a pasado en Macedonia, y deb�a estar en Jerusal�n en Pentecost�s ( Hechos 20:16 ); pero como el mar Egeo no era propicio para la navegaci�n hasta la primavera, pas� el invierno intermedio en Corinto, para que pod�is adelantarme en mi viaje, o 'acompa�adme un trecho', como significa esta frase favorita ( Hechos 15:3 ). ; Hechos 20:38 ; Hechos 21:5 ; Romanos 15:24 ; 2 Corintios 1:16 ; Tito 3:13 ; 3 Juan 1:6 ), dondequiera que vaya, lo que implica que sus planes no estaban definitivamente fijados.
Versículo 7
1 Corintios 16:7 . Porque no quiero veros ahora por el camino , como antes estaba previsto (ver 1 Corintios 16:5 ), porque espero quedarme alg�n tiempo con vosotros, si el Se�or (el Se�or Jes�s, seg�n parece) me lo permite , es decir, si llegado el tiempo parece que el camino ha sido dejado abierto por Aquel que es �Cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia�.
Versículo 8
1 Corintios 16:8 . Pero me quedar� en �feso hasta Pentecost�s. n�tese bien
La alusi�n aqu� a Pentecost�s fija la fecha de esta Ep�stola, mientras que la de �feso muestra de d�nde fue escrita.
Versículo 9
1 Corintios 16:9 . porque una puerta grande y eficaz se me ha abierto [1] , y hay muchos adversarios. Est� ansioso por entrar en un campo amplio y muy esperanzador de utilidad misionera, nada intimidado por la resistencia esperada: compare 2 Corintios 2:12 , �Cuando vine a Troas a predicar el evangelio de Cristo, se me abri� una puerta de El Se�or;" Colosenses 4:3 , �Sin orar tambi�n por nosotros, que Dios nos abra la puerta de la palabra, para hablar el misterio de Cristo;� 2 Tesalonicenses 3:1 , �Ruega por nosotros para que la palabra del Se�or corra y sea glorificada�; Hechos 14:27, �Contaron todo lo que Dios hab�a hecho con ellos, y c�mo hab�a abierto una puerta de fe a los gentiles.
Qui�nes fueron los �adversarios� en este caso se describe minuciosamente en Hechos 19 : all� encontramos que a consecuencia del gran �xito de su obra entre los jud�os en Corinto, la ira de los incr�dulos estall� sobre �l, pero que los frustr� retir�ndose de la sinagoga y ense�ando en la escuela de Tirano, donde su �xito fue a�n mayor.
Despu�s de eso, hicieron un intento impotente de atribuir su �xito a una alianza con esp�ritus malignos para su propia confusi�n y la promoci�n del Evangelio. No es de extra�ar entonces que el ap�stol diga aqu�, �una puerta grande y eficaz se me ha abierto�, y vemos aqu� algunos de �muchos adversarios�. Pero los adversarios gentiles eran a�n m�s formidables en �feso; cuando, al encontrarse con los "adoradores de la gran diosa Diana", fue como si las "bestias de �feso" lo despedazaran.
[1] El verbo griego es ad perf. actuar en sentido pasivo.
Versículo 10
1 Corintios 16:10 . Y si viniere Timoteo, mirad que est� con vosotros sin temor. Probablemente fue su juventud ( 1 Timoteo 4:12 ), su delicada constituci�n ( 1 Timoteo 5:23 ), y posiblemente cierta mansedumbre y suavidad de car�cter engendradas por ello, lo que dict� esta amable palabra, para animarlo en caso de que viniera a Corinto.
Aprendemos de Hechos 19:22 que Timoteo y Erasto hab�an sido enviados a Macedonia; y Timoteo, al menos, hab�a sido instruido para ir a Grecia, para visitar Corinto en su camino ( 1 Corintios 4:17 ). Aqu� habla de la llegada de Timoteo a Corinto como algo incierto, pero en caso de que lo haga, el ap�stol est� ansioso de que sea bien recibido, porque �l hace la obra del Se�or (Jes�s), como yo tambi�n. V�ase un excelente testimonio similar de Timoteo en Filipenses 2:19-22 .
Versículo 11
1 Corintios 16:11 . Por tanto, nadie lo menosprecie: sino p�nganlo adelante (al partir) en su viaje en paz, para que pueda venir a m�: porque lo espero con los hermanos , esos hermanos, probablemente, mencionados en el vers�culo siguiente, adem�s de Erasto. Y vino en consecuencia; porque lo encontramos con el ap�stol cuando escribi� su Segunda Ep�stola ( 2 Corintios 1:1 ).
Versículo 12
1 Corintios 16:12 . Pero en cuanto a nuestro hermano Apolos, le rogu� mucho que viniera a vosotros con los hermanos probablemente una delegaci�n de hermanos (Tito y otros dos) enviados a Corinto para completar su "colecci�n" antes de la llegada del ap�stol ( 2 Corintios 8:6 ; 2 Corintios 8:18 ; 2 Corintios 8:22 ).
Si es as�, probablemente deseaba que Apolos tomara la iniciativa en esa diputaci�n, y es posible que Tito solo se haya fijado en �l cuando Apolos declin�. En este caso, el deseo del ap�stol de que fuera, y la declinaci�n de Apolos, eran igualmente honorables al alto principio y al afecto fraternal de ambos, considerando los celos que sus respectivos nombres hab�an despertado en Corinto. Apolos consinti�, como veremos ahora, en ir en un tiempo futuro; pero esta vez parec�a inoportuna.
Versículo 13
1 Corintios 16:13 . Vigilad, permaneced firmes en la fe, abandonad como los hombres 'haced el hombre', 'sed varoniles', sed fuertes. En el griego del Antiguo Testamento encontramos estas palabras m�s de una vez juntas ( Salmo 27:14 ; Salmo 31:24 ).
Versículo 14
1 Corintios 16:14 . Que todo lo que hag�is sea hecho con amor. Mientras que las cuatro cosas anteriores expresan los rasgos m�s severos del deber cristiano, esto les da suavidad y, siendo en s� mismo "el v�nculo de la perfecci�n", rodea y embellece todo el car�cter.
Versículo 15
1 Corintios 16:15 . Ahora os ruego, hermanos (vosotros conoc�is la casa de Stephanas, que es la primicia de Acaya), los primeros aqueos convertidos. En Romanos 16:5 esto, seg�n el texto recibido, se dice de Epaneto; pero la lectura all� es incorrecta: deber�a ser �las primicias de Asia para Cristo�, es decir, del Asia romana o proconsular.
Acaya era el nombre del sur de Grecia, cuya capital, Corinto, sin duda se refiere aqu�, aunque solo se nombra la provincia, y el hecho de que se hayan propuesto ministrar a los santos la hizo su especial cuidado (ver Lucas 8:3 ; Romanos 12:7 ). La referencia aqu� no es a la �colecci�n�, sino a los servicios que estaban dentro de su propia esfera.
Versículo 16
1 Corintios 16:16 . que vosotros tambi�n os somet�is a los tales con respetuosa deferencia hacia ellos, como estimables siervos de Cristo, y a todo aquel que ayuda en la obra y se afana. La misma ubicaci�n de "trabajo" y "trabajo" se encuentra en 1 Corintios 15:58 ; 1 Tesalonicenses 1:3 ; Apocalipsis 2:2 .
Versículo 17
1 Corintios 16:17 . Y me regocijo por la venida de Est�fanas lo mismo, sin duda, como en 1 Corintios 16:15 y 1 Corintios 1:15 , y Fortunatus [1] y Achaicus de quienes solo sabemos que eran miembros de la Iglesia de Corinto que hab�an visitaron al ap�stol en �feso, y probablemente fueron los portadores de la carta de Corinto a la que se refiere en 1 Corintios 7:1 , y le transmitieron, probablemente, la presente carta en respuesta a ella, porque lo que faltaba de su parte ellos provisto , es decir, 'la falta de tu propia presencia ha sido suplida por la de ellos como tus diputados'.
[1] Bengel conjetura que este Fortunatus era un hijo de los anteriores, y Stanley lo cree probablemente un pentagrama que hab�a recibido el nombre de su maestro; pero (como Osiander pregunta acertadamente) �por qu� no �l mismo?
Versículo 18
1 Corintios 16:18 . Porque refrescaron mi esp�ritu y el de ustedes como si el refrigerio de su esp�ritu con su visita fuera un refrigerio del de ellos que los envi�, tan completamente identifica �l sus sentimientos con los de ellos (ver 2 Corintios 7:3 ), reconozcan, pues, a los que son los tales reconocen su valor y les hacen un retorno adecuado.
Versículo 19
Conclusi�n, 19-24.
1 Corintios 16:19 . Las iglesias de Asia os saludan Asia Proconsular o Romana, de la cual �feso fue la capital. Siete de estas iglesias se nombran en el libro de Apocalipsis. Este �saludo� cristiano no era una ceremonia sin sentido: era el hebreo �Paz a vosotros� en su sentido m�s elevado y c�lido, que fue pronunciado por primera vez en ese nuevo sentido por nuestro Se�or mismo ( Lucas 24:36 ; Juan 20:21 ). , y dejado por �l mismo como Su legado a los Suyos en palabras que lo han llevado a mir�adas de senos receptivos en cada tierra, y har�n, mientras haya tales en la tierra, las palabras, no necesitamos decir, de Juan 14:27 .
Aquila y Prisca [1] os saludan mucho en el Se�or (el Se�or Jes�s), con la iglesia que est� en su casa. Esta encantadora pareja expulsada de Roma por el edicto perseguidor de Claudio ( Hechos 18:2 ) la encontramos establecida en Corinto, donde se les uni� Pablo, siendo los dos de la misma ocupaci�n secular.
Despu�s de un tiempo acompa�aron a nuestro ap�stol a �feso, y all� se establecieron, prestando un eminente servicio a la causa de Cristo. Porque all� fue donde Apolos tuvo el privilegio de abrir puntos de vista tan ampliados del Evangelio, como, hasta entonces, no hab�a tenido oportunidad de aprender. En otra ocasi�n, cuando la vida del ap�stol en �feso estaba en peligro inminente, se interpusieron por su rescate a riesgo de sus propias vidas, recibiendo por ello el testimonio perdurable de su propia gratitud y la de la Iglesia ( Romanos 16:4 ).
Y aqu�, nuevamente, los encontramos con una �iglesia�, reuni�ndose regularmente �en su casa�, y enviando a sus antiguos hermanos de Corinto sus m�s cordiales saludos. De esta y otras referencias similares a las iglesias que se reun�an regularmente en las casas privadas de sus miembros, es claro que hasta este momento y probablemente por mucho tiempo despu�s, los cristianos se reun�an solo en casas privadas; tal vez realizando distintas reuniones, seg�n la capacidad de la �casa.
Ninguna casa ser�a mejor para tal fin que la de Aquila, cuya ocupaci�n requer�a grandes locales. En estas reuniones hogare�as, el progreso del Evangelio y el estado de varias iglesias parecen haber sido informados a veces por comunicaciones escritas (como aprendemos de Colosenses 4:16 ; 1 Tesalonicenses 5:27 ), a veces oralmente por personas que hab�an recibido inteligencia, o ellos mismos lo hab�an tra�do (como aparece en 3 Juan 1:3 ); y entonces se dar�a la ocasi�n para acci�n de gracias y oraci�n especiales. De este modo, el v�nculo entre los cristianos de las distintas localidades y entre las mismas peque�as comunidades se estrechar�a y se sentir�a como una bendita realidad.
[1] Esta forma abreviada de la palabra �Priscila� que en Romanos 16:3 es ciertamente la lectura correcta, y probablemente tambi�n en 2 Timoteo 4:19 , tambi�n est� mejor atestiguada aqu�.
Versículo 20
1 Corintios 16:20 . Todos los hermanos te saludan. Saludaos unos a otros con �sculo santo. Esta costumbre, que prevaleci� entre los jud�os, vino sin duda de Oriente, donde todav�a prevalece como modo de reconocimiento amistoso. Su adopci�n en las iglesias, como s�mbolo de una comuni�n superior, ser�a, en estas circunstancias, casi instintiva, espont�nea e inmediata.
En el caso que nos ocupa, el ap�stol probablemente quiso decir que, al leer en voz alta su Carta en las asambleas, con los saludos expresados ??en ella, deb�an expresar as� su mutuo afecto (cf. Romanos 16:16 ; 1 Tesalonicenses 5:26 ; 1 Pedro 5:14 ).
As�, la pr�ctica lleg� a tener un lugar fijo en el servicio de la iglesia que llegaba generalmente despu�s de la celebraci�n de la Cena del Se�or. Continu� en uso durante mucho tiempo; pero a medida que la Iglesia se extend�a hacia el oeste, encontrando ideas m�s serias y h�bitos menos demostrativos, la pr�ctica se volver�a menos frecuente. Como cuesti�n de principio, siempre ser� sabidur�a de las iglesias, en tales asuntos, estudiar el estado de la sociedad y las ideas y costumbres locales; porque lo que en un lugar se considera como una expresi�n com�n de buenos sentimientos, en otro se pensar�a que raya en la falta de delicadeza.
Versículo 21
1 Corintios 16:21 . El saludo de mi Pablo con mi propia mano. Este �que era se�al en cada Ep�stola� suya ( 2 Tesalonicenses 3:17 ) fue su forma de testimoniar la autenticidad de la Carta.
Esto, al parecer, estaba lejos de ser superfluo; porque aprendemos de 2 Tesalonicenses 2:2 que ep�stolas espurias fueron empalmadas en su nombre, para alistar su autoridad para cosas que �l condenaba. Ten�a la costumbre de emplear a un amanuense, a quien dictaba sus ep�stolas, simplemente agregando un saludo final de su propia mano.
La �nica excepci�n es la Ep�stola a los G�latas, que nos dice que escribi� en caracteres grandes (como significa la palabra) de su propia mano ( G�latas 6:11 ).
Versículo 22
1 Corintios 16:22 . Si alguno no ama al Se�or [1], es decir, al Se�or Jes�s, sea anatema ver 1 Corintios 12:3 ; tambi�n G�latas 1:8-9 .
[1] No puede haber duda de que las palabras �Jesucristo� aqu� no estaban en el texto original.
Maran atha. Esta es la expresi�n aramea o sir�aca para 'Nuestro Se�or viene'; una advertencia solemne de que el venidero advenimiento del Se�or ver�a caer esa terrible maldici�n sobre los tales. V�ase Mateo 25:41 , donde esta terrible maldici�n se conecta por primera vez con �el Hijo del hombre que viene en su gloria� ( Mateo 13:41-43 ).
Es imposible decir por qu� esto se expres� en forma de exclamaci�n sir�aca; pero como debe haber sido inteligible para los lectores de esta ep�stola, parece que surgi� primero entre los primeros conversos de Palestina, quienes usaban la lengua vern�cula; de ellos haber llegado a ser una palabra familiar de c�lido amor al Se�or Jes�s, unos con otros; y de all� haber pasado a las iglesias gentiles.
Puede agregarse, sin embargo, que la palabra que se usa aqu� para "amor" no es la que expresa afecto personal , [1] que naturalmente deber�amos haber esperado, sino que expresa distintivamente el amor de car�cter lo que se llama el 'amor de complacencia'. ;' [2] como si hubiera dicho: 'Lo que quiero decir es que si alguno no tiene tal amor por Aquel que dio su vida por nosotros, que dar�a su propia vida por �l, goz�ndose de ser tenido por digno de sufrir por nosotros. Su nombre, '�Y qui�n dice esto? Es el hombre que una vez pens� que era su misi�n especial acabar con ese Nombre execrado de la tierra.
Entonces, �ha transferido simplemente su furia fan�tica de una direcci�n a la opuesta? El cr�tico m�s prejuicioso, al observar la serenidad con que se cierra esta ep�stola, dif�cilmente puede ver en este verso un estallido de fanatismo intercalado. Desde el punto de vista de la psicolog�a, el amor ardiente por cualquiera que se considere supremamente digno de �l puede engendrar un sentimiento de asombro, de dolor y, en algunos casos muy probables, incluso de indignaci�n por la falta de �l en otros.
Ciertamente, no se le atribuir� un sentimiento de odio incluso hacia sus enemigos m�s ac�rrimos al que escribi� las palabras de Romanos 9:1-5 y Romanos 10:1
[1] ?????
[2] ? ??? ? ?
Versículos 23-24
versi�n 23. La gracia del Se�or Jesucristo sea con vosotros.
versi�n 24. Mi amor est� con todos vosotros en Cristo Jes�s. Am�n. Algunos cr�ticos toman esto como indicativo, �Mi amor est� con todos ustedes�. Pero esto parece plano. La de nuestra Versi�n Autorizada es mucho m�s expresiva, y el �Am�n� final parece confirmarlo.