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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Talleres de versículos de la Biblia de Spurgeon Talleres de versículos de Spurgeon
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Spurgeon, Charles Haddon. "Comentario sobre Daniel 9". "Talleres de versículos de la Biblia de Spurgeon". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/spe/daniel-9.html. 2011.
Spurgeon, Charles Haddon. "Comentario sobre Daniel 9". "Talleres de versículos de la Biblia de Spurgeon". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-11
Daniel 9:1. en el primer a�o de Darius, hijo de ahasueros, de la semilla de los medos, que se hizo rey sobre el reino de los caldeos; En el primer a�o de su reinado, Daniel entendi� por los libros el n�mero de los a�os, de lo que la Palabra del Se�or vino a Jerem�as, el profeta, que lograr�a setenta a�os en las desolaciones de Jerusal�n. .
Daniel era �l mismo un profeta, pero estudi� las profec�as inspiradas de Jerem�as. Si un hombre as� necesita leer las Escrituras, �cu�nto m�s nos debe! Cualquiera que sea la luz, podemos suponer que detenernos dentro de nosotros, haremos bien para caminar por la mera palabra de profec�a segura.
Daniel 9:3. y puse mi rostro al Se�or Dios, busque por oraci�n y s�plicas, con ayuno, y saco, y cenizas: y or� a el Se�or mi Dios, y le hizo mi confesi�n, y dijo mi confesi�n. , Oh, Se�or, el gran y terrible Dios, manteni�ndoles el pacto y la misericordia que lo aman, y para ellos que mantienen sus mandamientos; Hemos pecado, y hemos comprometido la iniquidad, y lo han hecho malvadamente, y se han rebelado, incluso al partir de tus preceptos y de tus juicios: .
Daniel ciertamente se hab�a rebelado menos que cualquiera de sus compatriotas, y sin embargo, �l es el primero en hacer confesi�n en su nombre. Entonces, mis hermanos, cuando hemos confesado nuestros propios pecados, y hemos encontrado misericordia, entonces deber�amos comenzar a ser intercesores para otros. Debemos hacer confesi�n por los pecados de nuestras familias, por los pecados de nuestra ciudad, por los pecados de nuestro pa�s. Si ya no necesitamos, supuplamos la salvaci�n por nosotros mismos porque lo hemos obtenido, d�mosle la plena vigencia de nuestras oraciones en beneficio de los dem�s.
Daniel 9:6. tampoco hemos escuchado a tus sirvientes los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, nuestros pr�ncipes y nuestros padres, y a todas las personas de la tierra. .
Aumenta enormemente el pecado cuando pecamos contra las advertencias enviadas de Dios. Daniel confiesa esto.
Daniel 9:7. Oh Se�or, la justicia pertenece a ti, pero a nosotros confusi�n de las caras, como en este d�a; a los hombres de Jud�, y a los habitantes de Jerusal�n, y a todo Israel, que est�n cerca, y que est�n lejos, a trav�s de todos los pa�ses que los has llevado, debido a su traspaso que tienen traspasado contra ti. Oh, Se�or, a nosotros, pertenece la confusi�n de la cara, a nuestros reyes, a nuestros pr�ncipes, y a nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. Al Se�or nuestro Dios pertenece misericordias y perdones, aunque nos hemos rebelado contra �l; .
�Qu� verso gracioso que es! Seguramente podr�a imprimirse en letras de oro, y cada temblor, pecador penitente podr�a verlo hasta que, por fin, los rayos de la luz deben darte a la oscuridad de su desesperaci�n.
Daniel 9:10. tampoco obedecemos a la voz del Se�or nuestro Dios, caminar en sus caminos, que se puso ante nosotros por sus sirvientes los profetas. S�, todo Israel ha transgrido tu ley, incluso al partir, que podr�an no obedecer tu voz; Por lo tanto, la maldici�n se vierte sobre nosotros, y el juramento que est� escrito en la ley de Mois�s, el siervo de Dios, porque hemos pecado contra �l. .
Versículos 1-13
Daniel 9:1. en el primer a�o de Darius, hijo de ahasueros, de la semilla de los medos, que se hizo rey sobre el reino de los caldeos; En el primer a�o de su reinado, Daniel entendi� por los libros el n�mero de los a�os, de lo que la Palabra del Se�or vino a Jerem�as, el profeta, que lograr�a setenta a�os en las desolaciones de Jerusal�n. .
Y, por lo tanto, descubriendo que el final del cautiverio casi hab�a llegado, se propuso declararse poderosamente con Dios que ahora convertir�a la mano de su amor sobre la ciudad destruida y desolada de Jerusal�n. Observe que Daniel recoleci� la fecha exacta cuando el cautiverio deb�a terminar; Y cuando usted y yo hemos tenido un t�rmino en cualquier juicio o castigo de Dios, deber�amos recordarlo, y registrarlo entre nuestros memorandos especiales. Me temo que no siempre es as�. No olvidamos cuando un gran dolor nos super�; Podemos, probablemente, recordar cuando algo querido muri�; Recordamos el mismo d�a de la semana y el mes cuando eso sucedi�; �Pero somos igualmente tenaz de la memoria de la inteligencia amorosa de Dios? Tengo miedo de no; Sin embargo, deber�a ser as�. Deber�amos poder escribir sobre esto como definitivamente como lo hizo Daniel cuando dijo: �En el primer a�o de Darius, hijo de Ahasuerus, de la semilla de los medos; �Y luego mencione el momento en que tuvimos una comuni�n peculiarmente la elecci�n con Dios, o cuando nos llevaron a gritar en una oraci�n m�s que generalmente, o cuando ten�amos una respuesta especialmente graciosa de nuestro Dios.
Daniel 9:3. y puse mi cara al Se�or Dios, busque por oraci�n y s�plicas, con ayuno, y sacudidas, y cenizas; .
�Le puse mi cara al Se�or Dios. �Esta expresi�n est� llena de significado. Cuando los hombres ponen resueltamente sus caras a la oraci�n, doblando toda su mente de esa manera, buscando a Dios, con sus caras hacia �l, no en pretensi�n, sino en una seriedad profunda y solemne, entonces es que tienen �xito con su s�plica. Daniel habla de �oraci�n y s�plicas", por lo cual podemos entender que or� mucho en medio or� a menudo, estableciendo una parte regular y considerable de su tiempo para el ejercicio santo. Era un hombre muy ocupado, porque era el primero de los presidentes de m�s de ciento y veinte pr�ncipes; Sin embargo, para todo eso, o por eso, �l tendr�a su tiempo para la comuni�n con Dios; y fue sabio en actuaci�n tan actuando, porque cualquier parte de nuestro tiempo que es robada de la oraci�n tambi�n es robada de nosotros mismos. El viejo dicho es cierto, "la oraci�n y el proviando obstaculizan el viaje de nadie. �.
Daniel 9:4. y or� a el Se�or mi Dios, y le hizo mi confesi�n, y dije, Oh, Se�or, el gran y terrible Dios, manteniendo el pacto y la misericordia de los que lo aman, y para ellos que siguen sus mandamientos; .
Debes haber notado c�mo, en la oraci�n, los hombres santos de los viejos eran para variar los nombres de Dios. Aqu�, encontramos a Daniel dirigi�ndolo como �el gran y terrible dios; "Pero ese t�tulo no fue elegido en el azar, porque el profeta sinti� que, como Jerusal�n se hab�a mantenido tanto en una desolaci�n, el terrible aspecto del car�cter de Dios era m�s conspicuo incluso que el tierno; Sin embargo, se acopl� con ella que la verdadera verdad, "Mantener el pacto y la misericordia de ellos que lo aman, y para ellos que mantienen sus mandamientos. �.
Daniel 9:5. Hemos pecado, y hemos cometido la iniquidad, y lo hemos hecho malvadamente, y se han rebelado, incluso al partir de tus preceptos y de tus juicios: tampoco hemos escuchado a tus sirvientes los profetas, que hablaban en Tu nombre a nuestros reyes, nuestros pr�ncipes y nuestros padres, y a todas las personas de la tierra. .
Daniel confiesa los pecados de la naci�n, y no repara ep�tetos adecuados para describirlos: �Hemos pecado y han cometido la iniquidad, y lo han hecho malvadamente, y se han rebelado. �Vio al menos una sombra de un significado diferente en cada palabra que emple�. Estas no son repeticiones vanas; Daniel multiplic� sus expresiones porque ten�a un intenso sentido del pecado del pecado y la culpa de su pueblo. Observe, tambi�n, c�mo se�ala la agravaci�n de su pecado en su negativa a escuchar los mensajes que Dios los hab�a enviado por sus sirvientes. Si hay algo en el mundo que pueda hacer que el pecado sea m�s que normalmente pecaminoso, es cuando se persiste el pecado en a pesar de las advertencias manifiestas de Dios.
Daniel 9:7. Oh Se�or, la justicia pertenece a ti, pero a nosotros confusi�n de las caras, como en este d�a; a los hombres de Jud�, y a los habitantes de Jerusal�n, y a todo Israel, que est�n cerca, y que est�n lejos, a trav�s de todos los pa�ses que los has llevado, debido a su traspaso que tienen traspasado contra ti. .
Este verso podr�a ser tan verdaderamente hablado ahora como en el primer a�o de Darius, el Mede, porque tambi�n podemos decir, �Oh Se�or, la justicia pertenece a ti; �" No podemos encontrarlo en ning�n otro lugar; y la otra parte del verso es igualmente cierta, porque a nosotros pertenece la confusi�n de caras, como lo hizo a los hombres del D�a de Daniel.
Daniel 9:8. Oh Se�or, a nosotros pertenece la confusi�n de la cara, a nuestros reyes, a nuestros pr�ncipes y a nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. Al Se�or nuestro Dios pertenece misericordias y perdones, aunque nos hemos rebelado contra �l; .
�Qu� precioso seguridad es! Solo en proporci�n a su sentido del pecado, lo valorar�. Si sientes que la confusi�n de la cara te pertenece, tambi�n te regocijas a saber que las misericordias y los perdones pertenecen al Se�or, y que �l est� esperando para otorgarlos a todos los que buscan su rostro en la penitencia y la fe.
Daniel 9:10. tampoco obedecemos a la voz del Se�or nuestro Dios, caminar en sus leyes, que se puso ante nosotros por sus sirvientes los profetas. S�, todo Israel ha transgrido tu ley, incluso al partir, que podr�an no obedecer tu voz; Por lo tanto, la maldici�n se vierte sobre nosotros, y el juramento que est� escrito en la ley de Mois�s, el siervo de Dios, porque hemos pecado contra �l. .
Era parte de ese antiguo pacto que, si pecaron contra el Se�or, deber�an estar dispersos entre todos los pueblos de la Tierra, y sus sufrimientos exactamente contados con lo que Dios hab�a amenazado. Este hecho es utilizado por el Profeta en cierta medida como fuente de consolaci�n, ya que argumenta que, si Dios es fiel al lado negro del Pacto, �tambi�n ser� fiel al lado bueno de �l; Y es as�, el que cumple fielmente sus amenazas, tal como mantendr� fielmente sus promesas.
Daniel 9:12. y �l ha confirmado sus palabras, que habl� contra nosotros, y contra nuestros jueces que nos juzg�, al traer a nosotros un gran mal: por debajo de todo el cielo, no se ha hecho ya que ha sido hecho. Sobre Jerusal�n. Como est� escrito en la Ley de Mois�s, todo este mal se encuentra sobre nosotros: pero no hicimos nuestra oraci�n ante el Se�or nuestro Dios, para que podamos desviarnos de nuestras iniquidades, y entender tu verdad. .
�Oh, triste dureza de coraz�n e impenitencia de que, aunque Jerusal�n hab�a estado tan amarrado, pero la gente no le volvi� a Dios en oraci�n!
Versículos 14-23
Daniel 9:14. Por lo tanto, el Se�or observ� al malvado, y lo llev� a nosotros: por el Se�or, nuestro Dios es justo en todas sus obras que �l hace; porque no obedec�amos su voz. Y ahora, se�or nuestro Dios, que ha tra�do a tus pueblos de la tierra de Egipto con una mano poderosa, y te has vuelto fan�ticos, como en este d�a; Hemos pecado, hemos hecho perversamente. Oh, SE�OR, seg�n toda tu justicia, lo ruego, dej� que la ira y tu furia se aparten de tu ciudad Jerusal�n, tu Holy Mountain: Porque por nuestros pecados y por las iniquidades de nuestros padres, Jerusal�n y tus pueblos se convierten en un reproche a todos los que son sobre nosotros. Ahora, por lo tanto, Oh, nuestro Dios, escucha la oraci�n de tu sirviente, y sus s�plicas, y causan tu rostro para brillar en tu santuario que est� desolado, por el amor del Se�or. Oh, Dios m�o, inclino el o�do, y escucha; abren tus ojos, y he aqu� nuestras desolaciones, y la ciudad que se llama por tu nombre: porque no presentamos nuestras s�plicas antes que para nuestras justicias, sino por tus grandes misericordias. Oe se�or, oye; Oh Se�or, perdona; Oh Se�or, escuchan y hazlo; No, no, por tu propio bien, oh Dios m�o: para tu ciudad y tu gente es llamada por tu nombre. Y cuando estaba hablando, y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y presentando mi s�plica ante el Se�or mi Dios por la Santa Monta�a de Dios m�o; S�, cuando estaba hablando en oraci�n, incluso el hombre Gabriel, a quien hab�a visto en la visi�n al principio, lo que hac�a volar r�pidamente, me tocaba sobre el momento de la oblaci�n de la tarde. .
Ese es el momento en que la oraci�n siempre se escucha, cuando se ofrece el Cordero, y su sangre est� espolvoreada, y bendita sea Dios, el sacrificio en el que confiamos se ha ofrecido una vez para todos. El Cristo, que ha ido al cielo como un cordero que hab�a sido asesinado, tiene, por su �nica ofrenda, hizo la oblaci�n perpetua a la m�s alta de nuestro nombre. As� que reza cuando lo haremos, podemos esperar una respuesta. Mira lo r�pido que fue en el caso de Daniel: �Whiles I hablaba en oraci�n�, el �ngel Gabriel, en forma de hombre, apareci� a �l, y le llev� la respuesta a su petici�n.
Daniel 9:22. y �l me inform�, y habl� conmigo, y dijo, oh Daniel, ahora viene para darte habilidad y comprensi�n. Al comienzo de tus s�plicas, apareci� el comandante, y viene a shew thee; Porque eres muy amado: por lo tanto, entiende el asunto, y considera la visi�n. .
Y luego le dijo al Mes�as que ven�a, de todo lo que le suceder�a, de la semana de respiro, y luego de la incumplimiento final cuando Dios permitir�a al Pr�ncipe extranjero venir y destruir la ciudad y el santuario, y Para verter sobre ellos las desolaciones que hab�a decidido a infligirlas.