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the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Job 24

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

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Versículos 1-25

Vaya, ver los tiempos no est�n ocultos al Todopoderoso.

Grandes cr�menes no siempre seguidos de un gran castigo en esta vida.

I. Grandes cr�menes han prevalecido en la tierra desde los tiempos m�s remotos. Entre los delitos especificados en este cap�tulo se encuentran:

1. Robo. Hubo quienes robaron a otros sus tierras y reba�os, y robaron a la viuda y al hu�rfano su comida y ropa ( Job 24:2 ). Hay&mdash

2. Crueldad. �Arrancaron a los hu�rfanos del pecho�, hicieron �gemir a los hombres fuera de la ciudad�. Hay&mdash

3. Asesinato. "El homicida, levant�ndose con la luz, mata al pobre y al necesitado". Hay&mdash

4. Adulterio. �El ojo del ad�ltero aguarda el crep�sculo�, etc.

El hecho de que estos cr�menes prevalecieron en la tierra y los tiempos de Job implica:

1. Que en aquellas escenas y �pocas lejanas exist�a el mismo est�ndar de moral que tenemos nosotros. Consideraban que el robo, la crueldad, el asesinato y el adulterio eran malos; nosotros tambi�n.

2. Que en aquellas escenas y tiempos lejanos los hombres ten�an las mismas propensiones pecaminosas que tienen ahora.

II. Que aunque el gran Dios es consciente de esos cr�menes, no siempre los visita con castigo en esta vida. Job comienza con la pregunta: "�Por qu�, dado que los tiempos no est�n ocultos al Todopoderoso, los que le conocen no ven sus d�as?" El significado es: �Por qu�, dado que los cr�menes no est�n ocultos al Todopoderoso, sus amigos no ven Sus juicios? Demuestra que a estos grandes criminales les va tan bien aqu�, tanto en vida como en muerte, como a otros.

�Por qu� es esto? No porque el Todopoderoso ignore sus cr�menes, o porque sus cr�menes no sean aborrecibles para Su naturaleza. Cualquiera que sea la causa, el hecho es innegable; y este hecho que Job presenta aqu� para refutar la doctrina de sus amigos, es decir, que un gran sufrimiento implica un gran crimen. ( Homilista. )

Consideraci�n por los dem�s

"Preferir�a tardar uno o dos a�os m�s en llevar a cabo mis prop�sitos que alcanzarlos pisoteando los corazones y los hogares de los hombres". ( J. Ruskin. )

Versículo 12

Los hombres gimen desde fuera de la ciudad.

Los gemidos de la ciudad

La verdad es que, al caminar sobre la superficie de la tierra, el hombre no ve m�s que la superficie de sus habitantes. Bien es que no vemos m�s. Si pudi�ramos ir bajo la superficie, aunque fuera un poco, nuestro conocimiento podr�a volvernos locos. Deber�a hacerlo. El pensamiento es terrible en su asombro, y asombroso en su terror del conocimiento que el "Dios de los esp�ritus de toda carne" necesariamente tiene del poderoso conjunto de las depravaciones de la tierra, - abarcando en Su visi�n ilimitada cada iniquidad que es, o alguna vez fue, meditado o ejecutado, desde la primera entrada del mal en la esfera de Sus dominios, hasta el �ltimo acento de desaf�o que ser� arrojado a Su trono.

El estremecimiento de tal pensamiento a veces atemoriza a las almas santas. Aqu� parece haber estado agarrando al patriarca. Su s�plica es que, aunque los hombres "gimen en la ciudad", Dios, el juez de todos, parece en este momento no llamar a ninguno de ellos para que rinda cuentas por sus fechor�as. Con uno de los modernos podr�amos exclamar: "Es muy sorprendente ver tanto pecado con tan poco dolor" (Dr.

Arnold). Pero, �es Job totalmente esc�ptico en cuanto a su castigo? Lejos de ahi. Est� dejando a Elifaz a la inferencia de que si su razonamiento es correcto de que un hombre debe ser culpable porque est� afligido, estos malhechores deben ser inocentes porque no est�n afligidos. Sin embargo, �conoc�amos el mundo tal como es, no como parece? Si pudi�ramos ir bajo la superficie de la sociedad, podr�amos familiarizarnos con los secretos de la maldad que algunos de los malvados nunca so�aron, y con los tormentos de la existencia. del cual los virtuosos apenas creer�an.

�Qu� desdicha se revelar�a donde s�lo vemos los emblemas del deleite! �S�, qu� imperio de muerte espiritual en un universo de vida natural y artificial! La descripci�n que hace el patriarca de la ciudad es tan cierta y tan terrible en su verdad a esta hora como en el d�a en que la pronunci�. Tan cierto en Londres o Par�s ahora como en Babilonia o N�nive de anta�o. La ciudad es un lugar �desde el cual gimen los hombres, y el alma de los heridos clama.

�� Toda la creaci�n �, a trav�s de la apostas�a del hombre, es representada por el gran ap�stol como� gimiendo �; pero siendo la ciudad siempre una vasta concentraci�n de culpa, lo que es verdad de toda la tierra es preeminentemente verdad de ella. En la ciudad, la transgresi�n es una especie de art�culo, una suma enorme, de hecho, en sus preocupaciones diarias. Todas las grandes ciudades son culpables de grandes pecados. Los que habitan la ciudad son habitantes de un lugar en el que cada d�a y cada noche se cometen iniquidades multiplicadas, tan seguramente como el d�a y la noche se suceden.

Espantosos en la ciudad son los gemidos de conciencia. Es cierto que el mundo parece alegre y desconsiderado. Los ojos brillantes y los labios alegres ofrecen sus encantos por todos lados. No obstante, se encontrar� que las terribles verdades del estado eterno tienen un dominio m�s fuerte sobre la mayor�a de los hombres de lo que generalmente se imagina. Entre los gemidos de la ciudad est�n los quejidos de quienes han deshonrado una profesi�n cristiana con ofensas manifiestas; gime estos que durante a�os pueden no tener respuesta sino sus propios ecos; heridas inconcebiblemente dolorosas, sonrojadas como lo hacen con la marea carmes� del Cordero de Dios �crucificado de nuevo.

�Entre estos gemidos de la ciudad est�n los gemidos de santos y santas mujeres por los pecados de quienes los rodean. Piensa en el mundo tal como es y, si puedes, reprime un gemido. Por eso el cristiano gime en esp�ritu por los pecados del mundo; siendo afligido por Cristo, como Cristo fue afligido por �l. ( Alfred Bowen Evans. )

Versículo 13

Rebelde contra la luz.

Luz usada figurativamente

La luz se puede considerar de dos formas. Bien o en sentido figurado.

1. Podemos entender el texto de la luz en un sentido apropiado, y algunos insisten principalmente en eso. Se rebelan contra la luz misma del sol o la luz del d�a ordinaria. Los malvados aman las tinieblas; odian incluso la luz natural, la luz del sol, porque rara vez sirve, pero a menudo obstaculiza, sus ocasiones.

2. Tome la luz en sentido figurado por la luz del conocimiento. As� que es m�s cierto que los malvados se rebelan contra ella. La luz contra la que se rebela es m�s una luz interior, esa luz que brilla en el alma, que la que brilla en los ojos; y hay una luz interna doble, contra la cual se puede decir que los hombres inicuos se rebelan.

(1) La luz de la naturaleza o luz interior natural; hay una luz de la conciencia natural, que todo hombre lleva a su alrededor, con respecto al bien y al mal, o lo que se debe hacer y lo que se debe dejar sin hacer.

(2) Hay una luz de revelaci�n divina, que brilla en el alma desde las Escrituras o la Palabra de Dios escrita. Las verdades divinas inspiradas y dictadas por el Esp�ritu de Dios est�n escritas all� como con los rayos del sol. Sin embargo, el imp�o se rebela contra los descubrimientos m�s claros y completos de la mente de Dios.

3. Algunos entienden por la "luz" aqu�, Dios mismo, que es luz. La misma raz�n por la que se rebelan contra la luz de la naturaleza y la luz de la raz�n es porque la primera tiene algo de Dios en ella, y la segunda mucho de Dios. Porque as� como Dios es luz, as� toda la luz proviene de Dios. ( Jos� Caryl. )

Rebel�ndose contra la luz

Evidentemente, estos ten�an la luz, y esto debe estimarse como un privilegio no peque�o, ya que vagar por las oscuras monta�as es una terrible maldici�n. Sin embargo, este privilegio puede convertirse en una ocasi�n de maldad. La mayor�a de nosotros hemos recibido luz en varias formas, como instrucci�n, conciencia, raz�n, revelaci�n, experiencia, el Esp�ritu Santo. El grado de luz es diferente, pero cada uno de nosotros ha recibido alguna medida.

La luz tiene una soberan�a en ella, de modo que resistirla es rebelarse contra ella. Dios lo ha dado para que sea una exhibici�n de s� mismo, porque Dios es luz; y lo ha revestido con una medida de su majestad y poder de juicio. La rebeli�n contra la luz tiene un alto grado de pecado. Podr�a ser una virtud rebelarse contra las tinieblas, pero �qu� se dir� de los que resisten la luz? resistiendo la verdad, la santidad y el conocimiento?

I. Detecta a los rebeldes. Personas bien instruidas, que se han acostumbrado a ense�ar a otros y, sin embargo, se desv�an al mal; estos son traidores atroces. Hijos de padres cristianos que pecan contra su educaci�n temprana; sobre quienes se desechan la oraci�n y la s�plica, el precepto y el ejemplo. Oidores de la Palabra, que apagan las convicciones de forma deliberada, frecuente y con violencia. Hombres de agudo sentido moral, que se apresuran, a pesar de las riendas de la conciencia que deber�an reprimirlos. Profesores lascivos que, sin embargo, hablan de ortodoxia y condenan a los dem�s, pronunciando as� con seguridad su propia condenaci�n.

II. Describe las formas de esta rebeli�n. Algunos rechazan la luz, porque no est�n dispuestos a saber m�s de lo que ser�a conveniente; por lo tanto, se niegan a s� mismos el tiempo para pensar, se ausentan de los sermones, descuidan la lectura piadosa, evitan la compa��a piadosa, evitan la reprensi�n, etc. , convi�rtase en su refugio y refugio.

Las personas act�an en contra de ella en sus vidas; de prop�sito establecido, o por descuido deliberado. Alejarse de la luz es rebelarse contra ella. Poner tus propios deseos en oposici�n a las leyes de la moral y la santidad es una rebeli�n abierta contra la luz. Muchos presumen de poseer la luz, imaginando que el conocimiento y la creencia ortodoxa los salvar�n. Muchos lo oscurecen para otros, obstaculizando su funcionamiento entre los hombres, ocultando su propia luz bajo un celem�n, ridiculizando los esfuerzos de los dem�s, etc. Toda oscuridad es una rebeli�n contra la luz. "No participemos en las obras infructuosas de las tinieblas".

III. Denuncia el castigo de esta rebeli�n. Quitar la luz. Perder los ojos para verlo incluso cuando est� presente. Permanecer sin perd�n, como culpables con los ojos vendados por la muerte, como lo hacen los que resisten la luz del Esp�ritu Santo. Pecar con diez veces la culpa, con terrible obstinaci�n de coraz�n. Descender para siempre a esa oscuridad que aumenta en negrura a lo largo de la eternidad.

IV. Declare la locura de esta rebeli�n. La luz es nuestro mejor amigo, y es prudente obedecerla; resistirlo es rebelarnos contra nuestro propio inter�s. La luz sigue triunfando. Los b�hos ululan, pero la luna brilla. La oposici�n a la verdad y la justicia es in�til; incluso puede promover aquello que pretende prevenir. La luz conducir�a a m�s luz. Conc�ntrate, porque ser� beneficioso para tu propia alma. La luz conducir�a al cielo, que es el centro de la luz.

La luz incluso aqu� dar�a paz, consuelo, descanso, santidad y comuni�n con Dios. No nos rebelemos contra la luz, sino cedamos a su liderazgo; s�, salta hacia adelante para seguir su bendito camino. Convirt�monos en los aliados de la luz y difundamosla. Es algo noble vivir como portadores de luz del "Se�or y Dador de Luz". Caminemos en la luz, como Dios est� en la luz; y as� nuestro disfrute personal apoyar� el trabajo de nuestra vida. La luz debe ser nuestra vida para que nuestra vida sea liviana. ( CH Spurgeon. )

Odio a la luz

El diablo teme a la luz, y esta es una de las razones por las que debemos mantenerla siempre encendida. Un gobernador de las Bahamas, que estaba a punto de regresar a Inglaterra, prometi� hacer todo lo posible para obtener del Gobierno Nacional cualquier favor que los colonos pudieran desear. Y lo que piensas fue su respuesta un�nime: "Diles que derriben los faros, est�n arruinando la Colonia". �Los hombres eran demoledores y odiaban la luz! Y el diablo odia tanto la luz que derribar�a todos los faros espirituales de la tierra si pudiera. ( C�rculo del domingo. )

Versículo 17

Los terrores de la sombra de la muerte.

Muerte

La Escritura habla de la muerte de dos maneras. Job llama a la muerte "el Rey de los Terrores". De un santo y m�rtir se dice: "Se durmi�".

I. �Qu� es lo que hace que la muerte sea terrible?

1. Es el desgarro de lo que Dios ha unido. Cuerpo y alma. Qu� es la vida y qu� es la muerte, lo sabemos por los marcados signos externos; pero �qu� es el alma, de d�nde viene, ad�nde va, qui�n sabe, excepto en lo que Dios nos ha ense�ado?

2. Es el pasaje al juicio. "Despu�s de esto el juicio".

3. Es la ruptura de todo lo que amamos, deseamos y cuidamos aqu�.

II. Vaya al otro lado de la imagen: �qu� es lo que hace que la muerte sea pac�fica?

1. El cuerpo y el esp�ritu volver�n a unirse. "En Cristo todos ser�n vivificados".

2. El juicio ser� el "tribunal de Cristo". El juicio es terrible donde est� el pecado; pero el pecado lavado en la sangre de la Cruz no tiene aguij�n, no queda terror.

3. El tesoro del cristiano est� arriba, su esperanza est� llena de inmortalidad. La muerte del cristiano es la esperanza segura y segura de una vida mejor. ( Puerto Alfred, BD )

Versículo 23

Sin embargo, sus ojos est�n sobre tus caminos.

Dios observa los caminos de los malvados

Para llamarlos para dar cuenta de ellos. Tenemos aqu� un triple acto de providencia acerca de los malvados opresores, a quienes Dios a�n sufre para prosperar.

1. Que el ojo de Dios est� sobre ellos, para marcar todas sus degradaciones.

2. Que despu�s de su exaltaci�n por un tiempo, son cortados.

3. Que todav�a esto se hace pero de una manera ordinaria, como sucede con todos los dem�s. A medida que se cortan y recogen las puntas de las mazorcas maduras.

Aprender&mdash

1. La seguridad exterior es en s� misma una misericordia. Por lo tanto, los hombres deben mejorar esta misericordia correctamente, y deben ser conscientes de su mala mejora cuando se ven privados de ella.

2. La seguridad viene de Dios y es un regalo de �l. Ning�n hombre puede asegurarse sin Dios.

3. Dios, en su longanimidad e indulgencia, puede poner a salvo a los malvados por un tiempo, como una trampa para ellos.

4. Es una plaga para los malvados que descansen y se sientan seguros en el disfrute de las misericordias externas.

5. Es, en particular, una plaga para los malvados, que su seguridad exterior y su seguridad acalla todos sus temores, de modo que no tengan ninguna duda del favor de Dios, o de su propia buena condici�n, mientras se encuentren en tal situaci�n. condici�n.

6. Dios no da seguridad a los malvados porque los apruebe o no vea su maldad; pero �l los vigila todo el tiempo, y particularmente se da cuenta de c�mo abusan de estas providencias.

7. Aunque el Se�or no est� todav�a castigando a los imp�os, sin embargo, es triste que todav�a est� observando y marcando todos sus caminos, para llamarlos a rendir cuentas por ellos en un d�a de ajuste de cuentas. ( George Hutcheson ).

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Job 24". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/job-24.html. 1905-1909. Nueva York.
 
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