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Bible Commentaries
Zacarías 2

El Ilustrador BíblicoEl Ilustrador Bíblico

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Versículos 1-4

Un hombre con una l�nea de medici�n en la mano.

El hombre con una medida

El profeta pregunta a d�nde va el hombre, y la respuesta es: "para medir"; y luego muestra cu�l ser�a la medida de Jerusal�n, que de ahora en adelante se extender�a m�s all� de los muros, ya que esa br�jula no contendr�a la gran cantidad de personas.

�Dios extender�, dice, �por todas partes la santa ciudad; ya no estar� confinado como antes a sus propios muros, sino que estar� habitado en todas sus aldeas ". Entonces no hay duda de que Dios quiso aqu� dar testimonio respecto a la propagaci�n de Su Iglesia, que iba a seguir mucho tiempo despu�s, incluso despu�s de la venida de Cristo. Porque aunque Jerusal�n se hizo rica y tambi�n grande en su �mbito, y, como es bien sabido, una ciudad triple, y los escritores paganos dicen que estaba entre las primeras de las ciudades del Este cuando Babilonia todav�a exist�a, sin embargo, esta profec�a fue no verificado en el estado de Jerusal�n, porque no estaba habitada sin sus muros, ni se extend�a por toda Judea.

Por tanto, concluimos que aqu� se describe la Jerusal�n espiritual, que difiere de todas las ciudades terrenales. Aqu� se describe la Jerusal�n celestial, que no est� rodeada por muros, pero est� abierta a todo el mundo, y que no depende de su propia fuerza, sino que habita con seguridad aunque est� expuesta por todos lados a los enemigos; porque el profeta dice, no sin raz�n, �por las aldeas ser� habitada Jerusal�n�; es decir, estar� habitada en todas partes, de modo que no tendr� necesidad de defensa para contener o impedir que los enemigos se acerquen; porque se le dar� un descanso seguro, cuando cada uno ocupe tranquilamente su propio lugar.

Aunque pocos regresaron del exilio, Dios todav�a pudo aumentar la Iglesia y convertirla en una vasta multitud, y esto fue cierto y decretado, porque la visi�n mostr� que, por muy desiguales que fueran con sus enemigos, Dios todav�a estaba suficientemente fuerte y poderoso para defenderlos; y que por m�s desprovistos que estuvieran de todas las bendiciones, Dios todav�a era lo suficientemente rico para enriquecerlos, siempre que confiaran en la bendici�n que les hab�a prometido. ( Juan Calvino ) .

El optimismo de la fe

Zacar�as fue el m�s uniformemente optimista de todos los profetas. El era un hombre joven. Su librito es obra de una mente joven e imaginativa, ricamente dotada de dones po�ticos, as� como impregnada de la fuente divina de la inspiraci�n. Vio todas las cosas ba�adas en la gloria de la ma�ana. El tiempo en el que escribi� fue cerca del final del cautiverio babil�nico. El profeta dibuja un cuadro tras otro de las cosas gloriosas que estaban cerca.

Aqu� el profeta ve a un joven que va con un cordel en la mano y pregunta: ��Ad�nde? Para medir Jerusal�n �, es la respuesta, y luego sigue su camino. Entonces aparecen los �ngeles y uno le dice al otro: �Ve tras ese joven y dile que su cordel de medir es demasiado corto. Jerusal�n se expandir� m�s all� de todos los l�mites y todas las medidas, debido a la cantidad de personas en ella. Dile que va a medir lo inconmensurable ". Esta alegor�a contiene estas dos verdades del Evangelio.

1. La fe se da cuenta de lo que no existe.

2. Estas cosas divinas que la fe comprende son tan grandes que ni siquiera la fe puede medirlas.

I. La fe se da cuenta de lo que ha de ser. Este joven iba a hacer un aparente absurdo. Iba a medir una ciudad que a�n no se hab�a construido. Toda la gente pr�ctica, materialista y pr�ctica del mundo llamar�a a eso el cl�max mismo de la locura. El Evangelio del sentido com�n dice: No nos hagamos ilusiones. Danos hechos, porque cualquier cosa que no se base en hechos es una tonter�a.

Nuestra religi�n se entrega en todo momento a esta necedad, si es que necedad se le puede llamar. Faith se da cuenta de la ciudad que a�n no est� construida, capta los acontecimientos venideros como si ya estuvieran presentes. Todos los mejores y m�s grandes hombres y mujeres que han estado en esta tierra han vivido, movido y tenido su ser en lo que se llam� un mundo de sue�os, un mundo, es decir, de hermosas y dulces esperanzas, de tesoros y de glorias que a�n no se hab�a creado.

Ilustrado por Abraham, David, etc. Es la fuente y el secreto de toda nuestra fuerza y ??confianza, que donde otros ojos solo ven imperfecciones, vemos una ciudad de Dios que �l seguramente construir�.

II. Estas cosas divinas que la fe se da cuenta antes de que lleguen a existir son tan grandes que ni siquiera la fe puede medirlas. El �ngel le habla al joven para reprenderlo por la presunci�n de pensar que puede medir la ciudad: es inconmensurable. No podemos medir nada de lo que Dios construye. No se pueden medir las influencias morales o tabular las fuerzas espirituales. No hay ca�da en picado que pueda sonar las profundidades del amor Divino.

Podr�as haber medido al gigante Goliat, pero no podr�as haber medido la fe y el coraje del joven que subi� a su encuentro en el nombre del Se�or. Ilustrado de la compa��a llevada por el Mayflower ; o comparando la Revoluci�n Francesa con el comienzo de la empresa misionera. No se puede medir la Iglesia, la Iglesia de Cristo. Es infinitamente m�s amplio, m�s grande, m�s fuerte de lo que muestran las estad�sticas m�s halagadoras. ( JG Greenhough, MA )

El hombre con el hilo de medir

Fue bastante natural. So�amos con lo que ocupa nuestros pensamientos de vigilia; y probablemente Jerusal�n estaba llena de agrimensores, ocupados en trazar las nuevas calles y murallas.

1. El pesimista viene con su l�nea de medir y traza el plano de la ciudad dentro de los l�mites m�s estrechos posibles. Justifica su pron�stico citando un texto como "No temas, manada peque�a"; o "Estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan". A veces teme que no entrar�, otras veces duda de todos los dem�s menos de s� mismo.

2. El fan�tico viene con su l�nea de medir e insiste en que las murallas de la ciudad deben coincidir con su shibboleth y seguir las huellas de su credo.

3. El experimentador tiende a negarse a considerar cristianos a aquellos que no han experimentado exactamente las mismas dudas, temores, �xtasis, liberaciones y limpiezas que �l mismo ha sentido.

4. El universalista va al otro extremo y pr�cticamente construye sus muros alrededor de toda la raza humana, incluyendo dentro de su circunferencia a todos los miembros de la familia humana. No nos corresponde a nosotros fijar los l�mites o insistir en nuestras concepciones. Estas son cosas secretas que pertenecen al Se�or nuestro Dios. As� ser� con los salvos. No tenemos derecho a incluir en sus filas a nadie que no conozca a Dios y no obedezca el Evangelio de nuestro Se�or Jes�s, que ha amado m�s las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

Pero aparte de �stos, habr� una multitud que nadie podr� contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas; como estrellas en el cielo de medianoche, o como granos de arena en la orilla del mar. ( PB Meyer, BA )

Un futuro interesante del mundo

I. El futuro aumento de hombres buenos en la tierra. Se sugieren dos comentarios sobre el alcance de la religi�n genuina. Est�&mdash

1. Medible solo por lo Divino. �Qui�n ten�a el "hilo de medir"? No un simple hombre, no una inteligencia creada, sino el Dios-hombre, el Mes�as. Los hombres no pueden medir el crecimiento de la piedad en el mundo. Lo intentan, pero cometen terribles errores. Se ocupan de las estad�sticas, cuentan el n�mero de iglesias en el mundo y el n�mero de fieles profesos. Pero la piedad no se puede medir de esta manera.

�Tienes balanzas para pesar el amor genuino? �Alg�n n�mero con el que contar los pensamientos, aspiraciones y voliciones sagrados? �Alguna regla para medir la inteligencia espiritual? �Tienes alguna ca�da en picado para sondear incluso las profundidades del afecto de una madre? Nadie m�s que Dios puede pesar y medir las experiencias santas de las almas santas.

II. La seguridad futura de los hombres buenos en la tierra. �Qui�n penetrar� un enorme muro de fuego? Pero ese muro es Dios mismo, omnipotente en fuerza. La omnipotencia es la guardiana del bien.

III. La gloria futura de los buenos hombres de la tierra. Los buenos hombres son los destinatarios y los reflectores de la gloria divina. Son los templos en los que mora el Esp�ritu Santo y revelan m�s de �l que todo el universo material. Las almas m�s santas son Sus manifestaciones m�s elevadas. ( Homilista. )

La verdadera gloria de la Iglesia

1. Aunque Sion a�n no ha alargado sus cuerdas ni ha ensanchado sus estacas hasta los l�mites se�alados, sin embargo, ha avanzado la l�nea de medici�n que le da l�mites para ser la tierra habitable. Por tanto, si esta futura ampliaci�n fue motivo para el jud�o, en su obra de levantar el templo de madera y piedra, mucho m�s lo es para nosotros en nuestra obra de erigir el gran templo espiritual sobre los cimientos, Jesucristo ( Zacar�as 2:1 ).

2. Aprendemos aqu� la verdadera gloria de la Iglesia. No est� en ninguna pompa o poder externo, de ning�n tipo; no en almenas fruncidas, ya sea de pretensiones temporales o espirituales; no en ritos y ceremonias, por muy venerado que sea el musgo; no en espl�ndidas catedrales y magn�ficas vestiduras, y el oleaje de la m�sica, y el brillo de la elocuencia, sino en la gloria del Dios invisible que habita en nosotros. Sus ritos y ceremonias exteriores, por lo tanto, solo deben ser como lo que es la atm�sfera de la tierra para los rayos del sol, un medio de transmisi�n puro y transparente ( Zacar�as 2:5 ).

3. El castigo de los imp�os declara verdaderamente la gloria de Dios como la salvaci�n de los justos ( Zacar�as 2:8 ).

4. Los malvados ser�n finalmente esclavos de sus propias concupiscencias; aquellos apetitos y pasiones que fueron dise�ados para ser meramente sus sirvientes obedientes, se convertir�n en sus tiranos atormentadores e inexorables ( Zacar�as 2:9 ).

5. La encarnaci�n de Cristo y su morada en la Iglesia son motivo de la mayor alegr�a ( Zacar�as 2:10 ).

6. Cristo es un Salvador divino. En Zacar�as 2:10 , tenemos a un Jehov� enviando a otro, y el Jehov� enviado se identifica con el �ngel del pacto, que iba a venir y morar en la Iglesia, a quien sabemos que es Cristo. Por lo tanto, a menos que haya dos Jehov� distintos, uno Divino y el otro no, Cristo, el Jehov�, �ngel de este pasaje, es Divino.

7. La Iglesia de Dios cubrir� la tierra y llegar� a ser, de hecho, lo que es correcto, la agencia m�s poderosa en la historia de la humanidad. Aunque ahora d�bil y despreciada, un d�a incluir� a muchas naciones, y toda rodilla se doblar�, y toda lengua confesar� que Jes�s es el Se�or, para gloria de Dios Padre ( Zacar�as 2:11 ).

8. La demora en el castigo no es prueba de impunidad. Dios a menudo parece estar dormido, pero solo espera el tiempo se�alado; al final, cuando todo parezca como era desde la fundaci�n del mundo, se oir� el clamor del heraldo: Calla, tierra, porque Jehov� ha despertado para su terrible obra, y el d�a de su ira ha llegado. Que los hombres besen al Hijo mientras a�n est� en el camino, antes de que Su ira se encienda un poco, y perezcan ante �l como rastrojo ante un torbellino de llamas. ( TV Moore, DD )

El hombre con el hilo de medir

En esta visi�n, Dios present� al profeta, y por medio de �l a la naci�n en general, la perspectiva y la seguridad de la restauraci�n de Jerusal�n y el restablecimiento del estado jud�o como hab�a sido antes del cautiverio. La ciudad no solo deber�a ser reconstruida, sino que deber�a ampliarse enormemente: el templo deber�a restaurarse y la adoraci�n de Jehov� deber�a reanudarse; Su presencia deber�a estar con Su pueblo, y ellos deber�an disfrutar de Su protecci�n; y mientras fueran bendecidos as�, el juicio deber�a caer sobre las naciones que los hab�an oprimido, y deber�an tener supremac�a sobre aquellos por quienes hab�an sido esclavizados.

Todo esto se cumpli� literalmente. Pero incluso en estas promesas parece haber una referencia a cosas de mayor importancia y significado espiritual �Qui�n puede ser tal hablante sino ese Ser que en la plenitud de los tiempos apareci� en nuestro mundo, uniendo en Su �nica persona lo humano y lo humano? las naturalezas divinas? �No podemos decir, entonces, que hay aqu� una promesa de bendici�n para la Iglesia a trav�s del advenimiento del Redentor? Entonces ciertamente la gloria fue llevada al templo del Se�or.

La Iglesia de Dios, bajo la �ltima dispensaci�n, puede tomar para s� misma el consuelo y el aliento que esas promesas, dadas a la Iglesia en los tiempos antiguos, ten�an la intenci�n de transmitir. La seguridad, la protecci�n, la gloria, la gracia, la bendici�n, la extensi�n y el triunfo final le est�n aseguradas por la promesa de Aquel cuya palabra no puede fallar. ( WL Alexander, DD )

Versículo 4

Corre, habla con este joven

J�venes

El Se�or me dijo: �Corre, habla con este joven�, y le pregunt�:

I. "Se�or, �cu�l?" Primero, este. Es hijo de padres piadosos, fue amamantado en el regazo de la piedad y acunado en oraci�n. En la aceptaci�n general de la palabra, es un buen tipo. La casa es m�s luminosa cuando �l est� en ella. Los padres se alegraron mucho por su presencia. "�Es �l, Se�or, el �nico?" No, "habla con este joven". Ah, lo veo ahora. Su experiencia ha sido muy diferente a la anterior.

Nunca surgieron oraciones en su favor; nunca lo rodearon influencias santas; sus primeros recuerdos son juramentos. "�Hay m�s, Se�or, con quien tengo que hablar?" "S�, este." Es un joven de considerable capacidad mental, que se abre camino r�pidamente en el mundo. Un futuro brillante parece abrirse ante �l. Sentado a su mano derecha veo a otro al que tengo que dirigirme. Tiene un sello de car�cter muy diferente.

Cre� haberlo escuchado decir hace un momento: �Bueno, gracias a Dios, no soy un adicto al dinero. No me importa tanto seguir adelante en la vida como ver la vida ". Su lema es, "deja el cuidado aburrido"; s�, por cualquier medio mientras dure.

II. �Por qu� deber�a hablar con �l? A esta pregunta llegaron tres respuestas a la vez.

1. Habla con �l porque el peligro lo aguarda. Lo m�nimo que podemos hacer por un hombre en peligro es despertarlo a una sensaci�n de peligro si lo ignora. La humanidad misma lo dictar�. No importa asustar a la tripulaci�n, es mejor hacerlo antes de que todos se pierdan por falta de advertencia.

2. Estoy obligado a hablarles, porque un paso en falso conducir� a muchos.

3. Habla, porque si no, muchos lo har�n. Nadie conoce las tentaciones que rodean a los j�venes, sino un joven. Si hay pocos que lo lleven bien, hay muchos que lo desviar�n. Los compa�eros imp�os lo har�n. Luego, tambi�n, tiene al atractivo predicador llamado mundo, que como una hermosa sirena sentada en una roca junto al estanque mortal, sonr�e pero para enga�ar. �H�blale�, todav�a dice mi Se�or, �porque si no lo haces, Satan�s lo har�.

III. �Por qu� deber�a correr?

1. Porque est� corriendo. Los pecadores nunca se arrastran hacia la ruina. Lentos como la tortuga estamos en el camino al cielo; veloz como el ciervo saltando al infierno. El camino a la perdici�n es cuesta abajo hasta el final. El coraz�n natural que es una carga tan pesada hacia el cielo, da un �mpetu tremendo a nuestro rumbo descendente.

2. Porque el tiempo corre. El tiempo es un barco que nunca echa anclas, un �guila que siempre vuela, una lanzadera que siempre vuela, un oc�ano que nunca refluye.

3. Corre, porque hay oportunidades.

4. Corre, porque la muerte corre. El d�spota sombr�o nos persigue a cada uno de nosotros, nada puede cambiar su curso, se r�e de todos los sobornos hasta el desprecio, y cada momento nos gana; su guada�a se balancea con la velocidad del rel�mpago, y nunca se vuelve contundente en su trabajo.

5. Corre, porque el infierno corre. Leemos en el Libro de Apocalipsis que la muerte cabalgaba sobre un caballo blanco y que el infierno lo segu�a, para cada pecador impenitente los dos van juntos.

IV. Y cuando lo alcance, Se�or, �qu� le dir�? Hijo de padres piadosos, con muchas cualidades nobles y amables, d�jame decirte esta palabra: "Tu moralidad no te salvar�". A menos que �nazcas de nuevo�, estar�s tan perdido como si nunca tuvieras nada. Joven, t� que no has tenido m�s que mal ejemplo desde la infancia, d�jame hablar contigo. No creas que eso te libera de la responsabilidad.

Los pecados de tus padres no te eximir�n de los tuyos. Si ellos lideraron, ustedes los han seguido de buena gana. Recuerde tambi�n que ya no puede alegar ignorancia en cuanto al camino de la salvaci�n, porque lo acaba de escuchar, si es que nunca antes. Joven, tan ocupado en progresar en este mundo, solo te har� una pregunta y te dejar� dar la respuesta. Es esto: "�De qu� le aprovechar� al hombre si gana el mundo entero y pierde su propia alma, o qu� dar� el hombre a cambio de su alma?" ( AG Brown. )

Que decirle a un joven

1. D�gale que tiene un coraz�n malvado.

2. Debe convertirse en cristiano.

3. Debe mejorar la temporada de la juventud.

4. Debe tener cuidado con las malas compa��as.

5. Debe prestar atenci�n a la lectura de la Biblia y la oraci�n. ( G. Brooks. )

La misi�n del joven

Zacar�as es, de todos los profetas, el m�s notable por el prop�sito simple y pr�ctico con el que emplea los s�mbolos prof�ticos m�s grandiosos. El texto es el discurso de un �ngel a otro �ngel con respecto a un joven que, en una acci�n simb�lica significativa de la redenci�n y el engrandecimiento de Israel, sal�a con un cordel para medir a lo largo y ancho de Jerusal�n. Usando el texto simplemente como un acomodo, puede tener una doble direcci�n.

I. A m� mismo, como predicaci�n a los j�venes. Es una ferviente exhortaci�n al ministro cristiano a trabajar especialmente con los j�venes. La conversi�n de los j�venes es tan importante:

1. Porque, en la mayor�a de los casos, si no se convierten mientras son j�venes, nunca se convertir�n. La gracia divina, en su misma soberan�a, opera de acuerdo con las leyes de nuestra naturaleza moral e intelectual. La juventud es el per�odo m�s favorable para las impresiones religiosas.

2. Ser causa del poder peculiar de los j�venes para lograr grandes cosas para Dios y su generaci�n. Los hombres j�venes tienen esperanzas; los j�venes son valientes; los j�venes son f�rtiles en inventos: y por tanto, los j�venes son fuertes en todas las cualidades que aseguran el �xito terrenal. Los cimientos de toda verdadera grandeza deben establecerse en los primeros a�os de vida. La energ�a de la juventud es la influencia m�s poderosa del mundo; y esa influencia es especialmente necesaria en la Iglesia.

II. A ustedes, como j�venes y cristianos. Las palabras exponen los medios, los objetivos y la forma de un gran deber cristiano.

1. Los medios. "Hablar." Utilice ese gran poder de expresi�n articulada; es casi el mejor regalo del hombre. El lenguaje es raz�n, avanza con tremenda energ�a en medio de los intereses vitales de la raza. Considere el maravilloso t�tulo del Divino Hijo: el Verbo.

2. Los objetos de su trabajo. Piense en algunas clases distintas de j�venes con quienes est� llamado a trabajar fervientemente.

(1) Extra�os que acaban de entrar en tu esfera.

(2) El joven comienza a asociarse con compa�eros malvados. El holgaz�n lamentable. El joven de moda. El derrochador. El empleador deshonesto. El hombre abiertamente profano e impuro. Corruptores de la juventud, etc.

(3) El joven esc�ptico.

(4) Los j�venes cuyas vidas ya son pr�cticamente inmorales. El profano. El quebrantador del s�bado. El deshonesto. El impuro.

3. La forma de su trabajo. "Correr." El alcance de su influencia sobre los dem�s depender� no tanto de sus talentos como de su discreci�n. Sea sincero, completamente serio,

(1) Porque estos j�venes est�n en peligro inminente y mortal.

(2) Porque el trabajo en s� es muy importante. ( C. Wadsworth. )

Simpat�a por los j�venes

En la reuni�n anual de la YMCA Central, en Exeter Hall, Londres, el recientemente consagrado obispo de Sierra Leona dijo que hab�a estado conectado con la YMCA durante unos veinte a�os, y dio la siguiente raz�n para convertirse en miembro y, posteriormente, tomar una gran decisi�n. Inter�s por los j�venes: �Cuando era muy joven me pusieron en la mano unos papeles sobre la infidelidad. Me preocupaban considerablemente y no sab�a a qui�n acudir en busca de consejo y simpat�a.

Por fin fui a ver a un ministro de la Palabra, pensando que seguramente simpatizar�a conmigo. Pero en lugar de hacer eso y orar conmigo, tom� los papeles, los tir� al fuego y me despidi�. Esto me desanim� tanto que no me atrev� a contarle mi problema a nadie m�s, pero al final llev� mis dificultades a Dios, y �l me dio una respuesta, como siempre lo ha hecho cuando voy a �l con mis problemas. Ese d�a le ped� a Dios que me diera un coraz�n de amor y simpat�a por los j�venes. La YMCA extiende una simpat�a mutua a los hombres j�venes que es de gran ayuda y muy apreciada ".

Hablando a los j�venes

"Se�or. Birch, que trabajaba mucho en el Free Trade Hall de Manchester, en una ocasi�n iba de Cork a Dubl�n, y en una peque�a estaci�n cerca del campamento de Curragh vio a varios oficiales j�venes en camino para un baile en Dubl�n, que entr� en el carruaje en el que viajaba el se�or Birch. Pronto se sacaron los puros y uno de ellos, mirando al se�or Birch con una cara seria-c�mica, dijo: "Espero que no se oponga a fumar" y, sin esperar permiso, se encendieron.

El Sr. Birch sac� su Biblia y le dijo al joven que se hab�a dirigido a �l: "�Crees en Jesucristo?" '�C�llate!' exclam� el oficial. 'Porque', continu� el Sr. Birch, 'si no crees en el Se�or Jesucristo, estar�s perdido'. �Escuchaste a ese viejo est�pido? dijo otro de los oficiales; '�Qu� le haremos?' R�pidamente, el predicador del Evangelio se volvi� hacia el segundo orador y le dijo: '�Crees en el Se�or Jes�s? porque, si no lo hace, estar� perdido.

"Si�ntate sobre �l", sugiri� uno. ��chalo por la ventana�, propuso otro. "Eso no alterar�a el hecho", dijo el intr�pido siervo de Dios. En ese momento el tren empez� a reducir la velocidad y se oy� un grito general de '�Oh, salgamos! �Cambiemos de carruaje! "Su salida no alterar� el hecho", dijo nuevamente el Sr. Birch. �Adi�s, viejo! gritaron los oficiales, mientras saltaban del carruaje.

"Adi�s", fue la respuesta; 'pero recuerde que eso no altera el hecho. Si no crees en el Se�or Jesucristo, estar�s perdido '. Hab�an pasado cuatro a�os y el evangelista viajaba por Inglaterra cuando un caballero alto de aspecto militar entr� en el carruaje. Tan pronto como vio al Sr. Birch, se inclin� hacia adelante y dijo: 'Disculpe, pero creo que nos hemos conocido antes.

�Te acuerdas, hace algunos a�os, de un grupo de j�venes que entraban en el compartimento de un tren en el que viajabas a Dubl�n? Yo era el joven que se sent� a tu lado. Fuimos a nuestro baile esa noche; pero, a pesar de toda nuestra alegr�a, estaba consciente de esa terrible frase que resonaba en mis o�dos: "Si no crees en el Se�or Jes�s, estar�s perdido". Beb� mucho esa noche, pero el champ�n no me revivi�; ya una hora temprana sal� del sal�n de baile y me dirig� a mi hotel, donde, en la soledad de mi propia habitaci�n, me arrodill� y clam� a Dios por misericordia. Desde esa noche he sido cristiano y me he esforzado por hacer que los que est�n bajo mi mando conozcan y amen al Salvador '�( John Robertson ) .

Versículo 5

Ser� para ella un muro de fuego

La protecci�n de Sion

I. El pueblo que ser� as� defendido. Jerusal�n es la que hay que defender; y eso incluir� tres cosas: el templo, las habitaciones de la gente y la gente misma. Se habla del pueblo de Dios como el templo de Dios. �Pertenecemos al templo del Se�or? Si pertenecemos al templo del Se�or, el Se�or Jesucristo ser� nuestro �nico fundamento. Hay dos cosas que hacen del Se�or Jes�s el fundamento:

1. Como fin de la ley para justicia. �l trae justicia eterna.

2. Como el fin del pecado. �l es espiritual, legal, propia y enteramente el fin del pecado; Su sangre limpia de todo pecado. Como es el fundamento en car�cter, as� el edificio debe coincidir en car�cter con el fundamento. El fundamento es de gracia gratuita. Por lo tanto, no solo somos justificados por gracia, sino que somos salvados por gracia. La primera caracter�stica que se le da a este edificio es la piedad. Entonces es un edificio de gracia gratuita.

La tercera caracter�stica es la certeza. Es posible que estemos sobre los cimientos correctos y, sin embargo, no estamos bien construidos. Se habla del pueblo de Dios como una ciudad; tienen viviendas que requieren ser defendidas. Considere estas habitaciones como las verdades del Evangelio, donde habita el pueblo de Dios. Elecci�n de la gracia; predestinaci�n; La justicia de Cristo; la expiaci�n; Se puede hablar de todas las promesas de Dios como moradas.

II. La defensa. Note las formas bajo las cuales el Se�or se representa a s� mismo como alrededor de su pueblo: todo indica dos cosas, destrucci�n para el adversario, seguridad para el amigo. El Se�or rodea a su pueblo como un cercado; y como monta�as; y como guardia de fuego, como la que usan los hombres para protegerse de las fieras.

III. La gloria en medio. �l est� en medio, el Dios viviente, el Dios vivificante. �l es la gloria en medio siendo el templo en medio. ( James Wells. )

protegido por Dios

En una de las grandes ciudades del continente, las insignias no se guardan tras las rejas de hierro como en la Torre de Londres, sino que se encuentran sobre una mesa abierta. Podr�a parecer que cualquier mano despiadada podr�a arrancar cualquier joya o diamante del reluciente conjunto; y, sin embargo, nadie se atreve a extender la mano para tomar una, porque esa mesa est� cargada con una fuerte corriente el�ctrica. No puedes ver la protecci�n, pero ah� est�. Y as�, si un hombre solo vive en comuni�n diaria y cada hora con Cristo, el diablo no puede tocarlo m�s de lo que un ladr�n puede tocar esas joyas. ( FB Meyer. )

El muro y la gloria de Jerusal�n

En este cap�tulo hay una visi�n de un hombre con un cordel de medir en la mano, para mostrar que el Se�or estaba listo para construir y restaurar la ciudad y el templo. Dos grandes desalientos con los que se encontr� la gente: peligro y desprecio. El Se�or aqu�, mediante una promesa de gracia, los fortalece contra el temor de ambos. Contra el miedo al peligro, prometiendo ser su protecci�n; y contra el temor del desprecio, prometiendo ser su gloria. El Se�or es para su pueblo todo el bien que quiera. "Ser� un muro".

1. Un muro de separaci�n, para separar a la Iglesia del mundo.

2. Un muro de conjunci�n, uniendo las partes juntas en un inter�s com�n.

3. Un muro de protecci�n y defensa. El Se�or protege su Iglesia como un muro,

(1) En forma de promesa.

(2) En una forma de poder.

(3) A modo de providencia.

(4) A modo de gracia.

Su protecci�n es como la de un muro. Es cercano, adecuado e inexpugnable. Considere la ciudad amurallada, el tema de Su defensa. La Iglesia es Su propiedad, Su reposo, Su peculiar tesoro. El Se�or es la gloria en medio de su pueblo;

1. Por su residencia espiritual y su presencia llena de gracia con ellos.

2. Por sus santas ordenanzas.

3. En gloriosos privilegios e inmunidades pertenecientes a todos los ciudadanos de la Nueva Jerusal�n.

�Qu� insensatez, entonces, y qu� maldad, oponerse a la Iglesia de Dios, zarzas para contender con las llamas! No es necesario que hagamos uso de la sabidur�a carnal y los medios pecaminosos de protecci�n. No envidies la gloria del mundo. Sobre todo, af�rrate a Dios y a Su presencia. Dios estar� contigo mientras est�s con �l. Si Dios es as� tu gloria, deja que tu gloria sea s�lo en �l. ( T. Hannam. )

La gloria en medio de ella,

Gloria interior y defensa exterior

Habla de la influencia del texto en nuestras vidas individuales.

1. Si elegimos, podemos tener la gloria Divina en lo m�s profundo de nosotros. La �gloria� del Antiguo Testamento era ese s�mbolo material pero sobrenatural de la presencia divina que brillaba sobre el propiciatorio en el lugar sant�simo. Esa casita en la colina del templo no ten�a nada de santidad en comparaci�n con el templo del coraz�n cristiano. La verdadera morada de Dios es el hombre. El esp�ritu habita en el esp�ritu en un sentido m�s profundo que en el espacio o en la creaci�n material. �Tienes la gloria en el centro de tu ser? Todos podemos tener la gloria de Dios que mora en nosotros, si queremos.

2. Si Dios es para gloria interior, ser� una muralla de fuego alrededor. No es solo un muro, sino un muro de fuego. Su protecci�n no es meramente pasiva que protege del mal, sino activa y preservadora.

3. Si Dios es un muro de fuego a nuestro alrededor, no queremos ning�n otro muro. Dios es todo lo que necesitamos y no encontramos en ning�n otro lugar; y al tenerlo a �l, no queremos nada m�s. Pero la vida de la mayor�a de nosotros no parece como si crey�ramos que lo �nico necesario era Dios y que, al tenerlo a �l, no necesit�bamos nada m�s. Abandonemos toda nuestra confianza en nosotros mismos y descansemos en �l, y solo en �l. ( A. Maclaren, DD )

La ciudad sin murallas

Zacar�as fue el profeta de los exiliados que regresaban, y su gran obra fue animarlos para su dif�cil tarea, con sus peque�os recursos y sus muchos enemigos, e insistir en que la condici�n principal para el �xito, por parte de esa parte de la naci�n que hab�a vuelto, era santidad. Y esa exuberante promesa se habl� sobre la Jerusal�n por la que Cristo llor� cuando previ� su inevitable destrucci�n.

Cuando los romanos arrojaron una antorcha en el templo y las calles de la ciudad estaban llenas de sangre, �qu� hab�a sido del sue�o de Zacar�as de un muro de fuego alrededor de ella? Entonces, �se puede apagar el fuego divino? Si. �Y qui�n lo apag�? No los romanos, sino la gente que viv�a dentro de esa muralla en llamas. "Si Dios no perdon� a las ramas naturales, mira que no te perdone tambi�n a ti".

I. "Ser� un muro de fuego alrededor de ella". No necesito detenerme en la viveza y la belleza de esa met�fora. Estas llamas circundantes consumir�n todo antagonismo y desafiar�n todo acercamiento. Pero perm�tanme recordarles que la promesa condicional estaba destinada a Judea y Jerusal�n, y se cumpli� literalmente. Mientras la ciudad obedeciera y confiara en Dios, era inexpugnable, aunque todas las naciones la rodeaban como perros alrededor de una oveja.

El cumplimiento de la promesa ha pasado, con todo lo dem�s que caracteriz� la posici�n de Israel, a la Iglesia cristiana, y hoy, en medio de todas las agitaciones de opini�n y todos los alardes de los hombres sobre un cristianismo deca�do e iglesias muertas, Es tan cierto como siempre que la Iglesia de Dios viviente es eterna. Si no hubiera sido Dios como un muro de fuego alrededor de la Iglesia, habr�a sido borrado de la faz de la tierra hace mucho tiempo.

Si nada m�s lo hubiera matado, las faltas de sus miembros lo habr�an hecho. La permanencia de la Iglesia es un milagro perpetuo, cuando se tiene en cuenta la debilidad y los errores y las locuras y las estupideces y las estrecheces y los pecados de las personas que en un d�a determinado la representan. No conviene a ning�n cristiano tener el m�s m�nimo destello de temor de que el barco que lleva a Jesucristo no llegue a tierra o se hunda en medio de las aguas.

Pero no olvidemos que esta gran promesa no pertenece solo a la Iglesia en su conjunto, sino que tenemos que llevarla a cada uno a nuestra propia vida individual y estar bastante seguros de esto, que a pesar de todo ese sentido dice, a pesar de todo lo que los corazones temblorosos y los ojos llorosos parezcan probar, hay un muro de fuego alrededor de cada uno de nosotros, si nos mantenemos cerca de Jesucristo. Solo, tenemos que interpretar esa promesa por fe y no por sentido, y tenemos que hacer posible que se cumpla manteni�ndonos dentro del muro y confiando en �l. A medida que la fe se desvanece, el muro de fuego se apaga y el mal puede atravesar sus ascuas y llegar a nosotros.

II. Una Gloria �en medio� de nosotros. El uno es la defensa externa; la otra iluminaci�n interior, con todo lo que la luz simboliza: conocimiento, alegr�a, pureza. Hay incluso m�s que eso que significa esta gran promesa ". Porque f�jense en esa palabra enf�tica "la" - la gloria, no una gloria - en medio de ella. Ahora, todos saben lo que fue "la gloria". Fue esa Luz simb�lica la que habl� de la Presencia especial de Dios, y fue con los hijos de Israel en sus vagabundeos, y se sent� entre los querubines.

No hubo "shekinah" - como se le llama t�cnicamente - en ese segundo Templo. Pero, sin embargo, el profeta dice, "la gloria" - la presencia real de Dios - "estar� en medio de ella", y el significado de esa gran promesa nos lo ense�a la �ltima visi�n en el Nuevo Testamento, en que el vidente del Apocalipsis dice, �la gloria del Se�or la alumbr� (evidentemente citando a Zacar�as), �y el Cordero es su lumbrera.

"As� que la ciudad est� iluminada como por un resplandor central de resplandor que destella sus rayos en cada rinc�n, y por lo tanto" no habr� noche all� ". Ahora bien, esta promesa tambi�n afecta a las iglesias y a las personas. Sobre la Iglesia en su conjunto se lleva a cabo de esta manera: el �nico medio por el cual una comunidad cristiana puede cumplir su funci�n y ser la luz del mundo es teniendo la presencia de Dios, en ninguna met�fora, la presencia real de el Esp�ritu que ilumina en medio de �l. Lo mismo ocurre con las personas. Para cada uno de nosotros, el secreto del gozo, de la pureza, del conocimiento es que mantenemos una estrecha comuni�n con Dios.

III. "Jerusal�n ser� sin muros". Ser� como las aldeas indefensas esparcidas por todo Israel. No hay necesidad de baluartes de piedra. El muro de fuego est� alrededor. Cuanto m�s independiente sea una comunidad cristiana de los apoyos y defensas materiales externos, mejor. Lutero nos cuenta en alg�n lugar, a su manera parab�lica, de personas que lloraron porque no hab�a pilares visibles para sostener los cielos, y ten�an miedo de que el cielo se les cayera encima.

No, no, no hay miedo de que eso suceda, porque una mano invisible los sostiene. Una Iglesia que se esconde detr�s de las fortificaciones de la construcci�n de su abuelo no tiene espacio para la expansi�n; y si no tiene espacio para expandirse, no continuar� tan grande como es. Debe crecer m�s o crecer, y merece crecer menos. Lo mismo es cierto acerca de nosotros mismos individualmente. La profec�a de Zacar�as nunca tuvo la intenci�n de prevenir lo que �l mismo ayud� a promover, la construcci�n de los muros reales de la ciudad actual.

Y nuestra dependencia de Dios no debe interpretarse de tal manera que debamos renunciar a nuestro propio sentido com�n y nuestro propio esfuerzo. Tenemos que construirnos alrededor, en este mundo, con otras cosas que no sean el "muro de fuego", pero en todo nuestro edificio tenemos que decir: "Si el Se�or no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican". "A menos que el Se�or guarde la ciudad, los vigilantes vigilan en vano". Pero, sin embargo, ni Jerusal�n ni la Iglesia ni el estado terrenal de ese creyente que vive m�s plenamente la vida de fe agota esta promesa. Espera el d�a en que la ciudad descienda, �como una novia adornada para su marido, sin necesidad del sol ni de la luna para la gloria. .. lo aclara ". ( A. Maclaren, DD )

Versículos 6-9

Te he esparcido por el exterior, etc

Alma-exilio

Este es un llamado de Jehov� a los jud�os cautivos en Babilonia para que regresen a su propia tierra.

Estas palabras pueden ilustrar el exilio moral de la humanidad. El punto que se sugiere es la renuencia del exiliado a regresar. Esta reticencia se ve

I. En la sinceridad de la s�plica divina. "Regreso", es la palabra. "Huid de la tierra del norte". Es la tierra de la corrupci�n y la tiran�a.

II. En la potencia de las razones divinas. Las razones de la devoluci�n son:

1. La grandeza de su separaci�n.

2. El tierno inter�s de Dios en ellos.

3. La oposici�n del Todopoderoso a sus enemigos.

Conclusi�n - �Por qu� los pecadores deber�an ser tan reacios a regresar a Dios? �Qu� hizo que los jud�os fueran tan reacios a separarse de Babilonia? �Fue indolencia? �Fue amor al mundo? �Fue una vieja asociaci�n? �No act�an todos estos ahora para evitar que los pecadores salgan de la Babilonia moral? ( Homilista. )

Versículo 7

L�brate, oh Sion, que moras con la hija de Babilonia.

Separaci�n del mundo, deber y privilegio de un cristiano

Zacar�as profetiz� en Jerusal�n despu�s del regreso de los jud�os de su cautiverio en Babilonia; y un gran objetivo de su ministerio era incitarlos a un sentido m�s vivo de los deberes y privilegios peculiares que tra�a consigo su liberaci�n.

En el texto se dirige a la parte de la naci�n que a�n quedaba en la tierra de Caldea. As� como su dispersi�n hab�a sido el efecto del justo desagrado de Dios, as� el camino ahora abierto para su regreso no era menos claramente una evidencia de Su misericordia y favor que regresaban. Pero muchos no estaban dispuestos a regresar; la verdadera causa de su decisi�n fue su indiferencia hacia la religi�n, su desconfianza en la Palabra de Dios y su atraso para obedecerle y mostrarse como sus siervos.

A ellos les lleg� la amonestaci�n del texto. �Podemos aplicar este pasaje a los tiempos actuales y se�alar su sentido espiritual? El mundo es ahora, para los cristianos, lo que Babilonia era entonces para los jud�os. Por el mundo, se entiende este mundo, con respecto a su estado moral; a sus h�bitos, m�ximas y pr�cticas; a sus principios, modas y costumbres: el mundo tal como est� ahora corrompido por la depravaci�n del hombre.

Por cristianos se entiende todos los llamados as�; todos los que, por nombre y profesi�n, son cristianos. Nacen y crecen en medio del pecado y la iniquidad del mundo. Desde su m�s tierna infancia est�n rodeados de sus ejemplos, expuestos a sus encantos y familiarizados con sus pr�cticas. Lo que m�s se les ense�a a admirar y codiciar son las cosas del mundo. Pero pertenecen, no al mundo, sino a Cristo.

Se dice que son s�bditos de ese reino espiritual que Cristo ha establecido en el mundo. No pueden poseer y disfrutar de sus privilegios mientras viven en el mundo. Los jud�os deben regresar a su hogar en Judea antes de poder regocijarse como jud�os. �Y qu� deben hacer los cristianos si quieren regocijarse como cristianos? Deben levantarse y, dando la espalda al mundo, deben cumplir con el anuncio del Evangelio.

"Sal y sep�rate". Es una parte de la salvaci�n del Evangelio, que "nos libra de este presente mundo malo". Si las personas vinieran sinceramente a Cristo en busca de liberaci�n, seguramente �l las liberar�a. Las personas con las que rogar�amos son aquellas que, bajo el atuendo de una profesi�n cristiana, conservan manifiestamente un esp�ritu mundano y, por su conformidad con las modas y locuras del mundo, traicionan su influencia sobre sus corazones. Considerar&mdash

1. La inconsistencia de tal estado con su profesi�n de cristianismo.

2. La verg�enza de ello.

3. El peligro de su estado actual. Si usted no camina como cristiano ahora, nunca ser� reconocido como cristiano por fin.

4. La felicidad que resultar� de cumplir con la amonestaci�n del texto. ( E. Cooper. )

Versículo 8

El que os toca, toca a la ni�a de sus ojos

El inter�s divino en su pueblo

1.

Si bien desconocemos la referencia de la primera porci�n de la visi�n a los tiempos del Evangelio y a la Jerusal�n espiritual o del Nuevo Testamento, estamos muy lejos de desconocer la aplicabilidad a la �ltima de lo que se dice en la primera. Cualesquiera que sean los dichos aqu� con respecto a la extensi�n, la seguridad y la gloria de la Jerusal�n literal, son igualmente ciertos de lo espiritual y lo celestial.

2. El pueblo de Dios puede ahora, al igual que en el pasado, y a�n m�s enf�ticamente, apropiarse de la seguridad divina: "El que os toca a vosotros, toca a la ni�a de su ojo". Se identifica con su pueblo y sus propios intereses con los de ellos. �Qu� fuente de consuelo para los creyentes en cada hora de oscuridad!

3. Debemos ser sinceros en persuadir al pueblo de Dios de que �salga� y �huya� de la m�stica Babilonia. ( Ralph Wardlaw, DD )

Una figura ret�rica con un significado gracioso.

Es expresivo de ...

1. Uni�n �ntima.

2. Gran reconocimiento.

3. Atenci�n seria.

4. Intensa simpat�a.

5. Cuidado atento. ( G. Brooks. )

La Iglesia y la cr�tica injusta

En un peri�dico religioso apareci� un simposio sobre �La Iglesia y el Reino de Dios� - En �l se nos dice que �una de las herej�as m�s peligrosas actuales es la identificaci�n del reino de Dios con la Iglesia�. "El reino de Dios nunca puede encarnarse en una instituci�n". "Estoy empezando a creer a rega�adientes que el cristianismo, tal como est� organizado, es el obst�culo m�s grave en el camino de la realizaci�n del cristianismo de Cristo". Cr�ticas similares llenan el aire por todas partes. Deben cumplirse estas restricciones.

1. Lo primero que hay que decir en respuesta es que, aunque el reino de Dios es espiritual, sin embargo, �l y la organizaci�n externa que llamamos Iglesia son pr�cticamente id�nticos. Hay muy poco del esp�ritu real del reino fuera de esa instituci�n. Cuando los hombres se imbuyen del esp�ritu del reino de Dios, generalmente est�n listos para entrar en la Iglesia. La raz�n por la que se quedan afuera es porque no han captado ese esp�ritu.

�D�nde est�n las organizaciones filantr�picas, organizaciones ben�ficas, establecimientos, colegios, seminarios, asilos, hogares, refugios de los que tanto se habla, fundados por hombres o sociedades fuera de la Iglesia de Dios? Cuando los esc�pticos y otros devotos del mundo den una mil�sima parte por el avance de la moralidad y la elevaci�n de la humanidad, como dan los miembros de la Iglesia, entonces ser� tiempo suficiente para satirizar a la Iglesia.

2. El esp�ritu en este mundo necesita un cuerpo a trav�s del cual trabajar. El hombre es un esp�ritu, pero no puede hacer nada aqu� sin un cuerpo. Es as� con el reino de Dios; es un reino espiritual, pero debe encarnarse en una instituci�n para su propagaci�n. Cuando uno se vuelve tan espiritual que quiere que el alma trabaje sin el cuerpo y que el reino de Dios avance en el mundo sin una organizaci�n temporal, es demasiado et�reo para esta esfera mundana.

Deber�a tomar sus alas e irse. �Qu� pasa si Jes�s usa la palabra �iglesia� solo dos veces? �l fund� la Iglesia y evidentemente instruy� a sus disc�pulos para que la criaran con escrupuloso cuidado. Y si las iglesias est�n �en una lucha por seguir adelante�, �qu� pasa con eso? �Probar�a eso que eran completamente in�tiles? Ese tipo de conversaci�n no ayudar� en el reino de Dios. El trabajo es lento, es cierto; eso es en parte, al menos, porque es una empresa prodigiosa.

Para limpiar este planeta del pecado. �Qu� audacia para seres finitos de intentar una empresa tan infinita! Pero la Iglesia est� logrando mucho cuando simplemente existe en este mundo. Pero realmente parece que la Iglesia estaba haciendo algo m�s que simplemente existir. �Qui�n puede medir la influencia de la Iglesia en la sociedad, los negocios, la legislaci�n? Si la pol�tica es tan mala con el cristianismo, �qu� ser�a sin �l? �Qui�n puede medir las abismales profundidades a las que todos los gobiernos y pueblos cristianos se hundir�an sin la influencia que mantiene y preserva la Iglesia? ( FB Perry. )

Versículos 10-13

Vengo y habitar� en medio de ti

El restaurador de Israel y Jud�

Tenga en cuenta que el nombre de �el Se�or� o �Jehov� se aplica a dos personas distintas; al que env�a, y al que es enviado.

Tenga en cuenta tambi�n que en esta profec�a se habla de la futura restauraci�n de los jud�os, as� como de su asentamiento en Jerusal�n despu�s del cautiverio babil�nico. Las palabras del texto evidentemente se relacionan con la restauraci�n futura. A�n est� por llegar un per�odo de gloria para Dios y de prosperidad para el pueblo de Israel y Jud�; y que el Hijo de Dios, el Mes�as, morar� entre ellos, reconocido y honrado como el Se�or de los ej�rcitos. Note algunas de las circunstancias que marcar�n esa temporada del cumplimiento de las promesas de Dios a su pueblo.

1. La conversi�n del pueblo de Israel y Jud�.

2. La restauraci�n de todas las tribus a su propia tierra.

3. El pueblo de Dios ser� restaurado a su tierra natal en medio de guerras y tumultos. Su regreso ser� precedido por violentas convulsiones y por una temporada de desastre y tribulaci�n, como el mundo nunca ha presenciado.

4. La primera y m�s notable circunstancia en la condici�n del pueblo de Dios despu�s de su asentamiento en su propia tierra, es Su presencia inmediata entre ellos.

5. Dios har� un nuevo pacto con ellos. Implicar� un grado mucho mayor de conocimiento religioso.

6. El perd�n de los pecados se menciona como una de las promesas del nuevo pacto.

7. La consecuencia de este abundante perd�n y conocimiento superior es la mayor pr�ctica de la virtud. Este grado superior de pureza y santidad en el pueblo de Dios, es el don de Dios mismo, el efecto de esa abundante efusi�n del Esp�ritu que adornar� la Iglesia bajo su propio cuidado inmediato.

8. Las ventajas no se limitar�n a Israel, sino que fluir�n hacia otros pueblos.

9. Jud�os y gentiles unidos como un solo cuerpo de adoradores fieles, un servicio puro y santo ser� rendido a Dios en Jerusal�n. La gente disfrutar� de todas las bendiciones mundanas y espirituales. Tratemos de obtener una parte de estas bendiciones venideras. ( T. Bowdler, AM )

El gozo de la presencia Divina

1 Ninguna dificultad o estrechez puede quitar a la Iglesia la verdadera causa de su gozo, ni excusarla por no regocijarse en �l, porque cuando los jud�os son ahora un pu�ado despreciable, abandonados por sus hermanos, molestos por sus enemigos y algunos de ellos mismos conspiran contra ellos, sin embargo, ella es llamada a este deber: "Canta y regoc�jate".

2. La propia presencia del Se�or en y con Su pueblo, es Su elecci�n y don incomparable, que �l est� dispuesto a dar antes que cualquier otra cosa, y que, como no desde�ar� otorgar en la condici�n m�s baja de Su pueblo, as� es un regalo que les debe ocasionar mucha alegr�a y refrigerio.

3. Como la presencia del Se�or con Su propio pueblo escogido es perpetua y traer� familiaridad y amor �ntimos; As� que �l mismo se esforzar� en hacer esta uni�n, no ser�, por el pecado apart�ndolo, por as� decirlo, por un tiempo, para que se mantenga alejado, y tendr� esta comuni�n todav�a en la mano en crecimiento hasta que ellos llegar� a su plenitud, porque �l habitar� constante y familiarmente "en medio de ti".

4. Es el gran fundamento del est�mulo de la Iglesia y la fuente de todas las dem�s manifestaciones de Dios, que el Hijo de Dios se hizo hombre, que su Redentor es Dios, que vino y habit� en nuestra naturaleza, y fue como nosotros en todas las cosas sin pecado; y para que podamos reunirnos con Dios en Cristo hombre, y saber que nuestra Fianza de coraz�n tierno es tambi�n Dios sobre todos, bendito para siempre, y capaz de salvar hasta lo sumo.

Esta encarnaci�n de Cristo es a lo que esta promesa finalmente se�ala como la base de su gozo. �Canta, porque yo vengo, y habitar� en medio de ti, dice Jehov�. ( George Hutcheson. )

El gozo de la Iglesia milenaria

Las palabras apuntan a los per�odos brillantes en los que el reino del Mes�as se extender� hasta el punto de abarcar "muchas naciones". Se sugieren tres comentarios sobre este gozo.

I. Es justo. No solo est� divinamente autorizado, sino tambi�n ordenado. �Canta y regoc�jate, hija de Sion�. A menudo, los maestros religiosos nos informan que el gozo es un privilegio, pero rara vez nos dicen que el gozo es un deber. Verdaderamente es un pecado contra el cielo estar espiritualmente sombr�o y triste, como ser socialmente falso y deshonesto. �Canta y regoc�jate, hija de Sion�. Se encuentran mandatos similares en otras partes de las p�ginas de las Sagradas Escrituras.

�Prorrumpid en gozo, cantad juntos� ( Isa�as 52:9 ). �Clama y da voces de j�bilo, moradora de Sion� ( Isa�as 12:6 ). La gratitud es alegr�a; �No deber�a la gratitud llenar a toda alma? La admiraci�n es alegr�a; �Y no deber�a toda alma estar llena de admiraci�n por la excelencia divina? El amor es alegr�a; �Y no deber�amos amar a todas las criaturas con el amor de la benevolencia y al Creador con el amor de la adoraci�n?

II. Es razonable. Pero aqu� se sugieren las razones de esta alegr�a. �Qu� son?

1. La presencia de Dios. �He aqu� yo vengo, y habitar� en medio de ti, dice el Se�or�. La mayor felicidad de una criatura inteligente es la presencia del objeto que ama supremamente. "En tu presencia hay plenitud de gozo".

2. El aumento del bien. "Muchas naciones se unir�n al Se�or en ese d�a". �No es �sta una buena raz�n para la alegr�a: ver las nubes del error en el cielo humano que se rompen, se disuelven, se desvanecen, y el Sol de la Verdad se eleva, se extiende y penetra en toda la tierra con sus rayos vivificantes? �No es �sta una raz�n sublime para el gozo vivificante: "Muchas naciones se unir�n al Se�or", como las ramas se unen a las ra�ces del �rbol, como los miembros del cuerpo se unen a la cabeza?

3. La restauraci�n de los jud�os. "Porque el Se�or heredar� a Jud�, su porci�n en la tierra santa, y volver� a elegir a Jerusal�n".

III. Es reverencial. "Calla, oh toda carne, delante del Se�or, porque �l ha sido levantado de su santa morada". �El Se�or est� en su santo templo, que toda la tierra guarde silencio delante de �l�. Las emociones m�s profundas del Alma son siempre mudas. Los sentimientos superficiales son ruidosos y parlanchines. El arroyo poco profundo traquetea entre las colinas. El r�o profundo avanza sin ser escuchado. La alegr�a profunda es silenciosa como las estrellas.

Es as� con el alma piadosa. En presencia de la belleza suprema, se llena de una alegr�a que no puede hablar. Si somos s�bditos leales del gran imperio espiritual, bien podr�amos ser felices. ( Homilista. )

Versículo 12

La tierra sagrada

Esos campos sagrados

No hay lugar en la faz del globo tan atractivo como Palestina.

No disminuye el inter�s que los pueblos del mundo siempre han mostrado por �l.

I. �Qu� lo hace atractivo? �C�mo es posible que esta tierra tenga tanta influencia en los corazones de hombres de distintas religiones y razas? �Es por la excelencia de su gobierno? �Es por la fuerza y ??el poder de sus brazos? �Es por su tama�o, sus colosales proporciones?

II. Su conexi�n con Jesucristo. La Tierra Santa es amada por los corazones de los hombres porque el Hijo de Dios camin� por sus calles y la santific� para siempre con su vida santa y su muerte en sacrificio. All�, el Se�or Jesucristo, el Hijo de Dios, dio a conocer al hombre que perec�a el amor de Dios por un mundo perdido.

III. La tierra santa es sorprendente e interesante en muchos de sus aspectos. Su clima es el m�s notable del mundo. Su posici�n no es menos llamativa. En la antig�edad se cre�a que era el centro mismo de la tierra. Y entonces es m�s alto y mejor sentido. Fue all� donde se represent� el gran misterio de la Encarnaci�n. El monte Calvario es el punto central de la vida y el pensamiento religiosos del mundo.

Si alguna vez se realiza esa fraternidad universal del hombre, que el mundo anhela, llegar� en la misma medida en que los hombres suban al monte Calvario y se encuentren en amor en la cruz de Cristo. ( Charles Leech, DD )

Versículo 13

Calla, oh toda carne, delante del Se�or, porque �l ha sido levantado de su santa morada.

Carne silenciada por el surgimiento de Dios

1 .

La visi�n en s�. El hombre con una l�nea en la mano.

2. La interpretaci�n de la visi�n. Jerusal�n ser� edificada y la ciudad ser� habitada.

3. Un triple ap�strofe que el Se�or infiere de esto:

(1) Dirigido a los jud�os que a�n continuaban en Babilonia. El Se�or los llama. Es esterilidad y humildad de esp�ritu no aceptar la liberaci�n. "L�brate a ti mismo".

(2) La noticia es para los enemigos que eran sus vecinos.

(3) Para ambos. Que los enemigos acallen sus murmuraciones, acallen sus calumnias. Que los santos acallen sus inquietudes, acallen sus dudas. En las palabras del texto hay dos cosas.

I. Una propuesta. "El Se�or ha sido levantado de su santa morada". La expresi�n "habitaci�n de su santidad" se usa de dos maneras en las Escrituras. A veces se pone para el cielo; a veces para el templo, el lugar de la presencia de Dios entre su pueblo, manifestado en ordenanzas. �C�mo se dice que Dios "resucit�"? Es un levantamiento como lo es despu�s de despertar del sue�o. Pero, �c�mo se puede decir que Dios duerme? El cese de los actos de la providencia es el sue�o de Dios.

Presentarlos es el despertar y el despertar de Dios. El significado de la frase es este: Cuando el Se�or se aparezca por Su pueblo como respuesta a sus oraciones, cuando el Se�or se levante gloriosamente por ellos, para su liberaci�n, y sus enemigos derriben, entonces se dice: �El Se�or se levanta de su santa morada ". Dos observaciones: el gran consuelo de los santos en todos sus apuros y dificultades radica en esto, cuando ven que Dios se levanta por ellos. Los experimentos del levantamiento de Dios en actos de providencia son una gran base para que Su pueblo mantenga su fe, que Dios continuar�, �l llevar� Su obra a la perfecci�n. Abre esto bajo tres cabezas.

1. Hay un momento en que Dios parece dormir.

2. La gran labor de los santos en todas sus angustias es despertar a Dios, para que Dios se levante. Llamamos a la puerta del cielo; rodeamos a Dios; beleaguer Dios con nuestras oraciones; nosotros, por as� decirlo, arrebatamos la misericordia de sus manos.

3. Los consuelos de los santos deben ser muy grandes por el surgimiento de Dios para ellos en sus tratos providenciales. Cuando el Se�or se levante, todo lo que se oponga debe caer. Cuando Dios se levanta, domina los esp�ritus de los hombres, para que efect�en y cumplan el fin. Cuando Dios se levanta, �l tiene abundancia. �Cu�ndo, seg�n nuestros ojos espirituales, podemos discernir que Dios ha resucitado?

1. La oraci�n es el camino de Dios por el cual �l es levantado.

2. Cuando el Se�or derrota los consejos del enemigo, vuelve sus complots sobre sus cabezas.

3. Cuando el Se�or quita el coraz�n de sus enemigos.

4. Cuando el Se�or act�e con los esp�ritus de su pueblo con resoluciones elevadas, nobles e invencibles.

5. Cuando el Se�or avanza en caminos de misericordia y extrae Su bondad amorosa. Los experimentos (experiencias) que los santos tienen de la resurrecci�n de Dios son una garant�a segura de su fe en que �l continuar�; No dejar� la obra hasta que la haya perfeccionado. La inferencia es, - entonces "callen toda carne delante de �l". Algunos hombres guardan silencio en la pol�tica, porque no se descubrir�an a s� mismos hasta un momento conveniente.

Pero todo el pueblo de Dios que quiera aprobarse a s� mismo, debe guardar silencio en su deber. Hay un silencio de verg�enza y un silencio de miedo y asombro. El Se�or les dice a estos jud�os: silencian tus dudas y silencian tus inquietudes. ( W. Strong. )

Dios se levant� de su santa morada

I. El sentido de la frase. Expresiones relativas a la localidad o! la presencia Divina surgi� de las circunstancias de Su morada en el tabern�culo de Mois�s; de Su descanso cuando el campamento descansaba, y de marcharse delante de ellos cuando avanzaban. Cuando Dios se levant� as�, sali� de Su santa morada. Cuando se habla de Dios en lenguaje humano, las ideas locales y corporales deben entrar en �l. La concepci�n de nuestras mentes, en cuanto a las operaciones de Dios, es ayudada por tal fraseolog�a.

Puede aplicarse en general a las dispensaciones de la providencia. Cuando prevalece la maldad, cuando se propaga el error, cuando la Iglesia se desperdicia, entonces se representa al Todopoderoso cerrando los ojos, volviendo el rostro, reteniendo la mano y descansando en su lugar santo. Pero cuando �l se manifiesta en juicio o misericordia, cuando tiene naciones para castigar o bendecir, cuando Su Iglesia pide protecci�n y ayuda, entonces �l es "levantado de Su santa morada" y "toda carne" es ordenada. para "guardar silencio" ante �l.

II. Las ocasiones que procuran esta interposici�n de Dios.

1. Es levantado por los vicios incorregibles de los hombres. Cuando abunda la maldad, por un tiempo parece ignorarla, o interviene con suaves correcciones; pero hay un l�mite para su paciencia y tolerancia.

2. El orgullo y la opresi�n lo levantan de su habitaci�n. "Aquellos reinos que caminan con orgullo �l los humillar�". Todo poder que se oponga a las leyes de Dios debe ser derrocado; y cuanto m�s orgulloso y opresivo es, m�s seguro, r�pido y marcado es su ruina.

3. Dios es levantado para la manifestaci�n de su verdad. A cada pueblo, Dios originalmente le dio un sistema salvador, y todas las naciones podr�an haberlo preservado. Que no lo hayan hecho es una prueba de la depravaci�n humana. Si no hubiera sido por interposiciones especiales de Dios, la verdad habr�a perecido por completo; y con �l todas las esperanzas del mundo deben haber terminado para siempre. Aqu� est� la misericordia de Dios.

4. Dios es levantado por las oraciones de sus santos. La oraci�n mueve al que mueve el universo. Todo anima a la oraci�n. Lo que es nuestro privilegio se convierte en nuestro deber. Conoces la eficacia de la oraci�n. Es la oraci�n la que llama a Sus visitaciones, le interesa en tu causa y te asegura la gracia para ayudar en todo momento de necesidad. No menos esencialmente est� relacionado con todo plan para la difusi�n de Su Evangelio y la prosperidad de Su Iglesia.

5. El cumplimiento de Su promesa al Mes�as levanta a Dios de Su santa morada. �l hab�a dicho: "Te dar� las naciones por tu herencia". Este decreto a�n no se ha cumplido en su totalidad. Dios ha sido levantado en parte para lograrlo; pero en breve expondr� su poder de una manera a�n m�s gloriosa. Incluso ahora ha sido levantado para este prop�sito.

III. La impresi�n que deben causar estas extraordinarias dispensaciones. Se ordena silencio; pero el silencio en tal caso es el resultado de una poderosa impresi�n mental.

1. Es el efecto de un inter�s profundo e intenso.

2. La reprensi�n produce silencio.

3. La satisfacci�n produce silencio. A toda carne, as� como a la Iglesia, se le ordena guardar silencio ante Dios.

IV. Pero, �el conjunto va a producir emoci�n? Ciertamente no. Dios es levantado de Su lugar, para levantarnos del nuestro. Debemos ser colaboradores en la verdad. Es nuestro aliento que Dios sea "levantado de su santa morada"; y esto nos har� imperdonables si nos negamos a cooperar. Si Dios es as� levantado, tenemos muchos est�mulos para el esfuerzo. Tenemos la sanci�n Divina. La oraci�n debe ser escuchada. No querremos cooperaci�n. No podemos querer el �xito. Seremos imperdonables si nos negamos a abrazar Su causa. ( R. Watson. )

Información bibliográfica
Exell, Joseph S. "Comentario sobre "Zechariah 2". El Ilustrador Bíblico. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tbi/zechariah-2.html. 1905-1909. Nueva York.
 
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