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Bible Commentaries
1 Corintios 3

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

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Introducción

La leche es apta para los ni�os. Lucha y divisi�n, argumentos de una mente carnal. El que planta y el que riega, nada es. Los ministros son colaboradores de Dios. Cristo el �nico fundamento. Hombres los templos de Dios, que deben ser santificados. La sabidur�a de este mundo es locura para Dios.

Anno Domini 57.

Por lo que se dice en este cap�tulo, parece que el falso maestro hab�a representado a San Pablo, como ignorante o infiel, porque no hab�a instruido completamente a los corintios antes de su partida. El mismo maestro tambi�n se hab�a jactado de s� mismo, que les hab�a dado una instrucci�n completa. La refutaci�n de estas calumnias el ap�stol introdujo con gran propiedad, despu�s de haber hablado ampliamente en el cap�tulo anterior acerca del conocimiento perfecto del evangelio, dado a los ap�stoles por el Esp�ritu. Por tanto, habiendo observado en ese cap�tulo que los hombres animales no reciben las cosas del Esp�ritu de Dios, comenz� este cap�tulo diciendo a los corintios que, aunque era un ap�stol plenamente instruido, no pod�a, durante su morada con ellos, h�bleles como a espirituales, pero como a personas carnales o d�biles, incluso como abeb�s en el cristianismo, 1 Corintios 3:1 . Este fue un duro golpe para el orgullo de los griegos.

A pesar de su presumido dominio de las ciencias, eran hombres carnales o d�biles, y beb�s en asuntos religiosos. Parece que su admiraci�n por su propia filosof�a, su confianza en la raz�n humana como el gran juez de la verdad y el predominio de sus pasiones animales, los hab�a vuelto en gran medida incapaces de comprender y disfrutar de las cosas espirituales. Por tanto, les hab�a dado leche y no carne, porque entonces no pod�an llevar carne; ni eran capaces todav�a de soportarlo, 1 Corintios 3:2 � Que los corintios todav�a eran carnales, era evidente por las contiendas y divisiones que hab�a entre ellos, a causa de los maestros particulares a quienes se hab�an apegado, 1 Corintios 3:3 uno dec�a: Yo soy de Pablo, y otro, yo de Apolos, 1 Corintios 3:4 .

De esto aprendemos que hab�a dos facciones principales en la iglesia de Corinto, una de las cuales se adhiri� a San Pablo, y la otra a una persona que aqu� se llama Apolos en sentido figurado, para evitar ofender, cap. 1 Corintios 4:6pero qui�n, con toda probabilidad, era el falso maestro: que este maestro se jactaba de San Pedro, por quien fue convertido y bautizado, como un ap�stol superior a San Pablo; y �l y sus seguidores, siendo disc�pulos de San Pedro, pretend�an estar mucho mejor instruidos que los disc�pulos de San Pablo; y que pose�an autoridad superior y respeto por ese motivo. Pero al atribuir as� a un ap�stol m�s honor que a otro, y al atribuirse m�s a uno que a otro, los corintios ten�an mucha culpa. Porque ninguno de sus maestros era un maestro. Todos eran menos siervos empleados por Cristo para convertir a los hombres. Y su �xito en la obra depend�a, no de ellos mismos, sino de los dones que Cristo les hab�a otorgado a cada uno de ellos, y de la bendici�n con que acompa�aba sus labores, 1 Corintios 3:5. � Adem�s, les dijo, que al convertir el mundo, a los ministros de Cristo se les asignaron diferentes partes.

Se hab�a plantado, y Apolos hab�a reg�, pero Dios hizo lo que hab�an sembrado y regado para crecer, 1 Corintios 3:6 .-As� que el todo depend�a de la cooperaci�n y la bendici�n de Dios, 1 Corintios 3:7 .- Pero aunque a los ministros de Cristo se les asignaron diferentes partes, �l les asegur� que todos eran uno, con respecto al fin por el cual trabajaron; y que cada uno ser� recompensado de acuerdo con la sinceridad y diligencia con que ha trabajado, 1 Corintios 3:8 � Los Ap�stoles, por tanto, y los otros ministros de la palabra, eran colaboradores de Dios; y el pueblo era el campo de Dios, que deb�an cultivar, y el edificio de Dios, que deb�an cultivar, 1 Corintios 3:9 .

El edificio del que habla el Ap�stol es la iglesia cristiana, llamada 1 Corintios 3:16 y en otros pasajes, el Templo de Dios; porque la iglesia cristiana, que consiste en todos los que creen en Cristo, fue formada para preservar el conocimiento y la adoraci�n de Dios en el mundo, y para ser una habitaci�n del Esp�ritu de Dios, por las gracias y virtudes, que deb�an ser ejercidas en eso.

Habiendo mencionado el edificio o templo de Dios , el ap�stol les dijo a los corintios que, como arquitecto h�bil, hab�a puesto los cimientos de ese templo de manera adecuada en Corinto; y que el falso maestro solo hab�a edificado sobre �l. Pero deseaba que todos prestaran atenci�n a los materiales con los que edificaba, a fin de que fueran adecuados para el cimiento, 1 Corintios 3:10 . �Porque ning�n otro cimiento del templo de Dios, ni el Ap�stol ni el maestro inferior pudieron poner, que lo que hab�a puesto, a saber, que Jes�s es el Cristo, 1 Corintios 3:11 . �Si, por lo tanto, alg�n maestro edificaba sobre ese fundamento conversos sinceros, representados metaf�ricamente por oro, plata y piedras preciosas;o si edificaba sobre �l profesores hip�critas, representados por madera, heno y rastrojo, les dijo, el fuego de la persecuci�n, que estaba a punto de caer sobre el templo o la iglesia de Dios, descubrir�a la naturaleza de la obra de todo maestro, 1 Corintios 3:12 . Si alg�n maestro convertido permanec�a firme en el d�a de la persecuci�n, a trav�s de los dolores que hab�a tenido bajo la gracia de Dios al instruirlos, deber�a ser recompensado, 1 Corintios 3:14 . Pero si alg�n maestro se convert�a apostatadas, perecer�an, pero el maestro mismo se salvar�a con dificultad; siempre que, al hacer tales conversos, hubiera predicado el evangelio con sinceridad, 1 Corintios 3:15. � Y, para que los corintios entendieran de qu� se trataba el edificio del que hablaba, les dijo que ellos mismos, como iglesia, eran el templo de Dios, y que el esp�ritu de Dios moraba en ellos, como iglesia, 1 Corintios 3:16 . �Si, por lo tanto, si alg�n maestro intencionalmente saquea el templo de Dios, edificando en �l a hombres inicuos, es decir, si a sabiendas tergiversa las doctrinas y preceptos del Evangelio, y adula a los imp�os en sus pecados, los induce a entrar en la iglesia cristiana, como hab�a hecho el falso maestro en Corinto, a �l lo destruir� Dios: porque el templo de Dios debe estar compuesto de personas santas, 1 Corintios 3:17. � Y aunque el maestro, que de esta manera incorpora a los imp�os en la iglesia, se crea sabio al hacerlo, se enga�a a s� mismo; y para llegar a ser verdaderamente sabio, le conviene seguir el camino que el mundo considera insensato: debe predicar el evangelio con sinceridad, cualesquiera que sean los inconvenientes que pueda ocasionarle a s� mismo oa los dem�s, 1 Corintios 3:18 . 1 Corintios 3:18 la sabidur�a del mundo es locura ante los ojos de Dios: seg�n est� escrito: Atrapa al sabio, etc., 1 Corintios 3:19 . �La obra del falso maestro, al edificar el templo de Dios en Corinto, es del tipo aqu� descrito y condenado, este pasaje fue una severa reprimenda, tanto para �l como para sus seguidores.

Por tanto, para inducirlos a aplicarlo a s� mismos, el Ap�stol les exhort� a no jactarse de ning�n maestro, como si les perteneciera en particular. Todos los maestros y todas las bendiciones del Evangelio pertenecen a los creyentes en general; y los creyentes pertenecen todos a Cristo como sus disc�pulos; que es un motivo real de jactancia, porque Cristo pertenece a Dios, 1 Corintios 3:21 . Por lo tanto, teniendo a Cristo como su Maestro com�n, y teniendo todos los mismos derechos al beneficio de las labores de los ministros de Cristo y a los privilegios del Evangelio, era incorrecto contender unos con otros, ya sea por sus maestros o por su privilegio.

Versículo 1

Y yo, hermanos, etc.La siguiente cuesti�n de jactancia, que la facci�n utiliz� para dar preeminencia y preferencia a su l�der por encima de San Pablo, parece haber sido la siguiente: que su nuevo maestro los hab�a llevado m�s lejos y les hab�a dado una visi�n m�s profunda de los misterios del Evangelio que San Pablo hab�a hecho. Para quitarles la gloria por este motivo, les dice San Pablo, que eran carnales y no eran capaces de esas verdades m�s avanzadas, o cualquier cosa m�s all� de los primeros principios del cristianismo que les hab�a ense�ado; y aunque hab�a venido otro y reg� lo que hab�a plantado, sin embargo, ni el plantador ni el bebedor pod�an presumir de gloria alguna de all�, porque era s�lo Dios quien daba el crecimiento. Pero cualesquiera que sean las nuevas doctrinas que puedan pretender recibir de su nuevo Ap�stol magnificado, ning�n hombre podr�a poner ning�n otro fundamento en una iglesia cristiana, pero lo que �l (San Pablo) hab�a dicho; verbigracia. queJes�s es el Cristo; y por lo tanto no hab�a raz�n para gloriarse en sus maestros, porque sobre este fundamento posiblemente podr�an edificar doctrinas falsas o err�neas, por las cuales no recibir�an gracias de Dios, aunque, continuando en la fe, podr�an ser salvos.

Parte del heno y el rastrojo que este l�der trajo a la iglesia en Corinto, parece se�alarlo particularmente, cap. 1 Corintios 3:16 saber. su profanaci�n de la iglesia reteniendo, y como puede suponerse condescendiente, al fornicario, que deber�a haber sido expulsado; ch. 1 Corintios 5:7 . A�ade adem�s que estos exaltados jefes de sus partidos eran, en el mejor de los casos, sino hombres, y ninguno de los miembros de la iglesia deber�a gloriarse en los hombres; incluso para Pablo, y de Apolos, y Pedro,y todos los dem�s predicadores del Evangelio eran para uso, beneficio y gloria de la iglesia, como la iglesia lo era para la gloria de Cristo. Adem�s, les muestra que no deben envanecerse a causa de estos sus nuevos maestros, para desvalorizarlo , aunque es cierto que han aprendido m�s de ellos que de �l mismo, por estas razones. : 1.

Porque todos los predicadores del Evangelio son administradores de los misterios de Dios; y por lo tanto no deber�an ser algunos de ellos ensalzados y ensalzados, y otros deprimidos y culpados por sus oyentes aqu�, hasta que venga Cristo su Se�or; y luego �l, sabiendo c�mo se han portado en su ministerio, les dar� su recompensa. Adem�s, estos mayordomos no tienen nada m�s que lo que han recibido y, por lo tanto, no tienen gloria por ello. 2. Porque si estos l�deres fueran (como se pretend�a) Ap�stoles,el honor y la opulencia exterior aqu� no habr�an sido su porci�n, ya que los Ap�stoles fueron designados para la miseria, el desprecio y la persecuci�n. 3. No deben ser honrados, seguidos y glorificados como Ap�stoles, porque no ten�an el poder de los milagros, que �l ten�a la intenci�n de que vinieran en breve y mostrara que no ten�an, cap. 1 Corintios 3:1 .-Iv. 20. Ver Locke.

En cuanto a lo espiritual : seg�n algunos grandes comentaristas, lo espiritual se opone aqu� a lo carnal, como en el cap. 1 Corintios 2:14 es natural o animal; de modo que, seg�n ellos, tenemos aqu� tres clases de hombres: 1. Carnal; es decir, los que se mueven por pasiones e intereses carnales: 2. Animal; es decir . los que buscan la sabidur�a, o un camino a la felicidad, s�lo por la fuerza y ??la gu�a de sus propias partes naturales, sin ninguna luz sobrenatural proveniente del Esp�ritu de Dios; �por la raz�n, sin revelaci�n; �por la filosof�a, sin Escritura: 3. Espiritual; es decir. los que buscan su direcci�n hacia la felicidad, no en los dictados de la raz�n natural y la filosof�a, sino en las revelaciones del Esp�ritu de Dios en las Sagradas Escrituras. Por ni�os en Cristo, se entienden aquellos que a�n no ten�an sus entendimientos completamente abiertos a los verdaderos fundamentos de la religi�n cristiana, pero que retuvieron muchos pensamientos infantiles acerca de ella, como aparec�an por sus divisiones, uno de los cuales estaba a favor de la doctrina de su maestro. Paul; otro por el de su amo Apolos; que, si hubieran sido espirituales,es decir, si hubieran considerado que la doctrina del Evangelio proven�a �nicamente del Esp�ritu de Dios, y que solo se obtendr�a por revelaci�n, no podr�an haberlo hecho: porque entonces todas las mezclas humanas de cualquier cosa derivaban de Pablo o de Apolos, o cualquier otro hombre, habr�a sido totalmente excluido.

Pero ellos, en estas divisiones, profesaban mantener su religi�n, una de un hombre y otra de otro; y luego se dividieron en partidos. Esto, les dice, era ser carnal y caminar como hombres, ser guiados por principios puramente humanos; es decir, fundar su religi�n sobre las partes naturales y los descubrimientos de los hombres; mientras que el Evangelio fue construido enteramente sobre la revelaci�n divina, y la aplicaci�n de la misma por el Esp�ritu de Dios, y nada m�s; y s�lo de all� lo tomaron los que eran espirituales . Ver a Locke.

Versículo 2

Los he alimentado con leche: "Siendo ustedes tan ni�os, tan simples principiantes en la vida divina, no pude llegar tan lejos como deseaba en las grandes doctrinas de la religi�n cristiana; pero me vi obligado a contentarme con instruirlos en el primeros principios, las doctrinas m�s obvias y f�ciles de ello. No podr�a aplicarme a ustedes, como a hombres espirituales, que podr�an comparar lo espiritual con lo espiritual, una parte de la Escritura con otra. Ver Hebreos 12:14 . Cl�sicos sagrados de Locke y Blackwall, vol. 1: p�g. 72.

Versículo 3

�Y andar como hombres? - Hablar seg�n el hombre, significa, hablar seg�n los principios de la raz�n natural, en contraposici�n a la revelaci�n. Ver cap. 1 Corintios 9:8 . G�latas 1:11 y, por tanto, aqu� debe entenderse el andar seg�n el hombre . Ver en 1 Corintios 3:1 .

Versículo 4

Yo soy de Apolos � De este vers�culo, comparado con el cap. 1 Corintios 4:6 puede que no sea una conjetura improbable, dice el Sr. Locke, que la divisi�n en su iglesia se debi� a dos partes opuestas, de las cuales uno se adhiri� a San Pablo, el otro defendi� su cabeza, un falso Ap�stol , quien se opuso a San Pablo. Porque los Apolos a quien San Pablo menciona aqu� fue uno, como �l nos dice, 1 Corintios 3:6 que entr� y reg� lo que hab�a plantado; es decir, cuando San Pablo hab�a plantado una iglesia en Corinto, este Ap�stol entr� en ella, y pretendi� instruirlos m�s, y se jact� de sus actuaciones entre ellos, de las cuales San Pablo toma nota nuevamente, 2 Corintios 10:15 . Ahora los Apolosde quien habla aqu�, �l mismo nos dice, cap. 1 Corintios 4:6 era otro hombre, bajo ese nombre prestado.

Es cierto que San Pablo en sus Ep�stolas a los Corintios, generalmente habla de estos sus opositores en plural; pero hay que recordar que tambi�n habla as� de s� mismo; que, como era la forma menos odiosa con respecto a s� mismo, era la forma m�s suave hacia su oponente; aunque parece dar a entender claramente que fue un l�der quien fue puesto en su contra. Otros, que difieren en sentimiento del Sr. Locke, piensan que es mucho m�s probable que el cap. 1 Corintios 4:6 que San Pablo eligi� hacer uso del nombre de Apolos,para que no ofende, y para mostrar que debe lamentar y condenar cualquier divisi�n entre ellos, aunque fuera a favor de �l mismo, o del amigo m�s querido que ten�a en el mundo; - y no pueden pensar que San Pablo hubiera describi� a este supuesto falso Ap�stol como regando su plantaci�n que m�s bien desperdici�; de haber hablado de s� mismo y del mensajero de Satan�s como uno solo. Ver 1 Corintios 3:8 .

Versículo 5

Entonces, �qui�n es Pablo, etc.? Algunos leer�an este y el siguiente vers�culo as�: �Qui�n es Pablo y qui�n es Apolos, sino ministros en quienes cre�steis? Y como el Se�or dio a cada uno, yo plant�, Apolos reg�, &C. V�ase Markland sobre Lysias, p�g. 560.

Versículo 8

Son uno - Este es otro argumento convincente contra la divisi�n, - que aunque sus labores eran diferentes, y sus recompensas proporcionales, sin embargo ten�an en general un solo oficio, y fueron empleados como obreros juntos por Dios, para plantar las semillas de la gracia y santidad en las almas de los hombres y llevarlas a la perfecci�n. San Pablo introduce aqu� un excelente discurso de las felices consecuencias de la fidelidad en la obra ministerial, y el terrible relato de ello para ser entregado a Dios: un tema familiar a su propia mente; y tan apropiado para sus maestros, que si hace que la ep�stola sea menos regular, equilibra la cuenta, haci�ndola mucho m�s �til. Ver Apostol de Craddock. Hist. pag. 156.

Versículo 9

Porque somos colaboradores de Dios, porque somos colaboradores de Dios. Doddridge.

Versículos 12-15

Ahora bien, si alguno edifica, etc.� "Aunque ning�n hombre que pretenda ser un predicador del Evangelio pueda edificar sobre otro fundamento que el de Jesucristo, no deb�is gritar a vuestro nuevo instructor, que ha venido y ha edificado. sobre el fundamento de que me puse, por las doctrinas que se construye sobre la misma, como si no hubiera ning�n otro ministro del Evangelio pero �l, porque es posible que un hombre puede construir sobre esa base verdadera madera, heno y hojarasca, lo que no resistir� la prueba, cuando vendr� la prueba de fuego en el �ltimo d�a; (cap. 1 Corintios 4:5 ) en ese d�a la obra de todo hombre ser� probada y descubierta, de la clase que sea. s� sano y bueno, y resistir� la prueba, como plata,y el oro y las piedras preciosas permanecen en el fuego; ser� recompensado por su trabajo en el evangelio; pero si ha introducido doctrinas falsas o err�neas en el cristianismo, ser� como un hombre cuya construcci�n, siendo de madera, heno y rastrojo, es consumida por el fuego; todos sus dolores en la construcci�n se han perdido, y sus obras destruidas y desaparecidas, aunque �l mismo debe escapar y ser salvo. "En lugar de como por fuego, el griego podr�a traducirse m�s propiamente como a trav�s del fuego. Ser un tiz�n arrancado de la quema, es bien conocida como una expresi�n proverbial, para significar un escape por los pelos de un peligro extremo.

Ver Zacar�as 3:2 . Am�s 4:11 y especialmente Isa�as 33:11 , a lo que algunos han pensado que aqu� alude el Ap�stol. La frase ??? ????? se usa para pasar por el fuego, como ?? ??????, 1 Pedro 3:20 significa ser salvado del agua al pasar por ella, como lo hizo el arca. Ver Judas 1:23 . � Los escritores paganos m�s aprobados usan la frase en este sentido. Muchos te�logos han demostrado cu�n lejos est� este texto de brindar apoyo a un purgatorio papista. V�ase Locke, Whitby, Stillingfleet y Elsner.

Versículo 16

�No sab�is que sois el templo, etc. - "Os dije que sois el edificio de Dios, 1 Corintios 3:9 Ahora observo m�s que eso: vosotros sois el templo de Dios, en el cual mora su Esp�ritu". Muchos de los primeros escritores antiguos representan una mente santa como el templo de Dios, y hablan en los t�rminos m�s elevados y en�rgicos de las obligaciones que tienen los hombres de mantener sus templos intactos y sin contaminaci�n.

En efecto, no podemos concebir un argumento m�s contundente a favor de la pureza interior que este, que nos lleva a considerar nuestro cuerpo como el templo de Dios, habitado por su Esp�ritu siempre bendito y sant�simo. La palabra traducida profanar, en el siguiente vers�culo, significa m�s propiamente destruir, y deber�a leerse as�, para mantener el contraste. V�ase el �til tratado de Elsner, Wetstein, Calmet y Ostervald "sobre la impureza".

Versículo 17

Si alg�n hombre ... No es descabellado pensar que, por cualquier hombre, San Pablo dise�a a un hombre en particular; a saber, el falso Ap�stol, quien, es probable, por la fuerza de su partido, apoyando y reteniendo al fornicario mencionado, cap. 5 en la iglesia, la hab�a contaminado . Podemos considerar que la mayor�a de los des�rdenes en esta iglesia se deben al falso Ap�stol; que es la raz�n por la que San Pablo se opone tanto a �l en estas dos ep�stolas, y hace de ellas una tarea principal apartar a los corintios de este l�der; juzgando, como es probable, que la iglesia no podr�a reformarse, siempre y cuando esa persona tuviera cr�dito y tuviera una fiesta entre ellos. Ver a Locke.

Versículo 18

Que nadie se enga�e a s� mismo.� No era necesario que San Pablo, escribiendo a los corintios, que conoc�an el hecho, particularizara en qu� hab�a aparecido la astucia de la persona aqu� mencionada: por tanto, nos quedaba a nosotros adivinar; y posiblemente no saldremos mucho, si lo tomamos como el evitar que el fornicario sea censurado, en el que tanto insisti� San Pablo, cap. 5. Que por ?????, o sabio, - [ parece ser sabio en este mundo ] el Ap�stol se refiere a un hombre astuto en los negocios, es claro por su cita en el siguiente vers�culo, donde los sabios de los que se habla son los astutos."Si alguno se cree a s� mismo oa los dem�s sabio en la sabidur�a mundana, de modo que se enorgullezca de sus partes y de su destreza para cumplir su prop�sito, que renuncie a toda esta sabidur�a, para que pueda llegar a ser verdaderamente sabio al no aceptar ni poseer otro conocimiento la sencillez del Evangelio ". Ver a Locke. Algunos dir�an la �ltima parte de este vers�culo: Si alguno es sabio entre vosotros, sea un necio en este mundo para que llegue a ser sabio. Ver Bengelius y 1 Timoteo 6:17 .

Versículos 21-23

Todas las cosas son tuyas, etc.� � Cu�n magn�ficamente son los felices privilegios de los cristianos, por medio de Cristo, expresados ??en este noble j�bilo! Primero, aqu� hay una enumeraci�n completa y vehemente de detalles; y luego una noble gradaci�n, que se eleva al cielo y termina en Dios mismo. Vea Sacred Classics de Blackwall y Bengelius.

Inferencias.� Quien, que desea el bienestar de la iglesia de Cristo, no debe lamentar esos tristes restos de carnalidad, ( 1 Corintios 3:1 ) Que a menudo se encuentran entre aquellos que tienen las mayores ventajas para volverse espirituales, �Mientras los mismos principios contenciosos, fermentados, sin duda, por el mismo enemigo maligno de todo el cuerpo, inhalan tantos de sus miembros y difunden una especie de veneno que a la vez lo hincha y lo atormenta? �Qu� envidias, contiendas y facciones entre aquellos que deber�an unirse como hermanos y conocer un solo inter�s! 1 Corintios 3:3 . �Qu� deseo, en muchos casos, de aumentar las cargas de los dem�s, en lugar de llevar ellos con simpat�a amistosa!

Que los cristianos pueden curar de esta uni�n deshonrosa y fatal que se distinguen partes, y los nombres de humanos! Que los ministros sientan m�s ese esp�ritu generoso y noble que expresa este gran Ap�stol, 1 Corintios 3:4 Su razonamiento tiene todav�a la misma fuerza. Los ministros todav�a est�n destinados a ser solo los instrumentos para producir y establecer la fe en sus oyentes, y a�n dependen tan �ntimamente como siempre de la bendici�n de Dios para aumentar sus labores, 1 Corintios 3:5 .

A eso pueden mirar todos los d�as; consciente de que no son nada sin �l; y que con �l su papel es tan peque�o, que apenas merecen ser mencionados. Que sus manos y corazones est�n m�s unidos; y, conservando el debido sentido del honor que Dios les hace, al emplearlos en su vi�a y en su edificio, ( 1 Corintios 3:8 ). Que trabajen fielmente, no como para s� mismos, sino para los grandes Propietario; hasta que llegue el d�a en que los recordar� en toda proporci�n a su fidelidad y diligencia.

�Con qu� deleite puede el cristiano examinar este gran inventario, 1 Corintios 3:21 y, consciente de que es de Cristo, llamar a todas las cosas suyas! �Con qu� placer contemplar los diversos dones y gracias de los ministros y considerarlos como dados por Dios para su edificaci�n! Con qu� complacencia mirar a su alrededor las cosas presentes, y hacia adelante las cosas por venir, en este sentido, y llamar al mundo suyo; y contar no solo la vida, sino la muertes� mismo entre sus tesoros! Ambos, en sus diferentes aspectos, est�n subordinados al feliz prop�sito de glorificar a Dios; y seguramente cuando por medio de la muerte podamos hacerlo de manera m�s eficaz, la muerte deber�a ser m�s bienvenida que la vida.

Y debe ser realmente bienvenido para cada creyente, como el medio designado para transmitirlo a la vista y disfrute de Dios, y la posesi�n de mejores bendiciones que las que Pablo o Apolos podr�an describir, o cualquier cosa presente, o cualquier cosa por venir, en este mundo, jam�s podr�a permit�rselo.

�C�mo pueden estos puntos de vista sublimes elevar al cristiano por encima de aquellas ocasiones de contienda que, por no ascender a tan nobles contemplaciones, son a menudo la fuente de innumerables males! Tampoco dejemos de agregar esa otra consideraci�n, 1 Corintios 3:16 .

Si somos los templos del Esp�ritu Santo; si los cristianos en verdad, estamos habitados por Dios, - incluso por su Esp�ritu. Dejemos que esto nos comprometa a tener el m�s estricto cuidado de no contaminarnos a nosotros mismos ni da�ar a nuestros hermanos; no sea que, en cualquiera de los dos puntos de vista, sea resentido y castigado por el Santo DIOS, como una profanaci�n sacr�lega.

�Qu� motivo tenemos para sobrevalorar la sabidur�a de este mundo, cuando la consideramos tan poco considerada por el DIOS omnisapiente? ( 1 Corintios 3:19 .) No nos preocupemos mucho, si los necios consideran nuestra sabidur�a como necedad y nuestra vida como locura. As� censuraron a los profetas y ap�stoles antes que nosotros; ni nuestro Maestro mismo escap� a semejante calumnia e indignaci�n. Felices, suficientemente felices seremos si aprobamos nuestra fidelidad a �l, si construimos una superestructura sabia sobre Cristo ( 1 Corintios 3:11 ) como el gran y �nico fundamento.

Sus ministros, especialmente, deben ser sol�citos para que no pierdan el trabajo de sus vidas, eligiendo infelizmente emplearlos en lo que no resultar� en nada en el gran d�a de su aparici�n. Que examinen cuidadosamente sus materiales: 1 Corintios 3:10 . Seguramente si tienen los sentidos ejercitados espiritualmente, no puede ser dif�cil distinguir entre las doctrinas sustanciales e indudables del cristianismo, que son como el oro, la plata y las piedras preciosas, y esos puntos ficticios, o en el mejor de los casos, dudosos e intrincados, que en comparaci�n con los primeros, son madera, heno y rastrojo: 1 Corintios 3:12. Y si, al instarlos, arremeten apasionadamente contra sus hermanos y se esfuerzan por ponerlos en desprecio o sospecha, �qu� hacen, sino cimentar estos materiales combustibles con azufre?

Dejemos que las frecuentes visiones de ese �ltimo fuego de b�squeda , ese gran per�odo de todos, est�n en nuestros pensamientos; ese d�a, ( 1 Corintios 3:13 .) cuando no s�lo las obras de los ministros, sino de toda persona privada, deben pasar, por as� decirlo, por las llamas. �Que seamos salvos, no con dificultad, sino con alabanza y honor! Que nuestras obras, cualquiera que sea su naturaleza, permanezcan para ser consideradas dignas de aplauso y, por la gracia divina, reciban una distinguida recompensa.

REFLEXIONES.� 1�, El Ap�stol prosigue,

1. Para reprender la carnalidad y las contiendas que reinaban entre los miembros de la iglesia de Corinto. Yo, hermanos, (porque como tal os considero, a pesar de las muchas imperfecciones que percibo entre vosotros) no podr�a hablaros como espirituales, sino como carnales, como a ni�os en Cristo; para, en gran medida como muchos de ustedes se enriquecen en regalos, (v�ase cap. 1 Corintios 1:5 .) Sin embargo, en gracia a sus logros son muy bajos, y sus afectos demasiado servil todav�a en la tierra: y por lo tanto, como ni�os te han alimentado con leche, con las verdades m�s sencillas y claras del Evangelio, y no con carne, los puntos m�s sublimes de revelaci�n y lo profundo de Dios;porque hasta ahora no pod�as soportarlo, ni ahora puedes; no habr�as sido edificado por ellos, sino que hab�as abusado de ellos y los hab�as hecho ministrar a tu orgullo y humor conflictivo. Porque todav�a sois carnales, y demostr�is demasiado de un esp�ritu no renovado; porque, considerando que hay entre vosotros envidia, contienda y disensi�n, �no sois carnales y andamos como hombres? Mientras est�s bajo el poder de tales temperamentos malvados, �en qu� te distingues del mundo que yace en la maldad? Porque mientras uno dice: soy de Pablo, y otro, soy de Apolos, �no sois carnales? �No prueba tal esp�ritu de fiesta los restos profundos e inmortal de la carnalidad en sus corazones? Ciertamente.

Nota; (1.) Los ministros deben ser fieles a las almas del pueblo y nunca adular. (2.) Puede haber grandes logros en el conocimiento y, sin embargo, poca gracia en el coraz�n; y esta sabidur�a se envanece. (3.) Entre los verdaderos cristianos, se pueden observar grandes diferencias; algunos son d�biles como beb�s; otros, fuertes como hombres maduros. Nuestra sabidur�a, como ministros, es, por tanto, dar a cada uno su porci�n a su debido tiempo. (4) Nada es m�s contrario al esp�ritu del cristianismo que las disputas airadas y las divisiones cism�ticas.

2. El Ap�stol atribuye a la rica gracia de Dios todo el �xito que el Evangelio hab�a obtenido entre ellos. Lleg� a ser eficaz, no a trav�s de instrumentos humanos, sino por energ�a divina. �Qui�n, pues, es Pablo y qui�n es Apolos, sino ministros en quienes cre�steis, como el Se�or dio a cada uno? Los hombres eran meros instrumentos; fue el Se�or solo quien hizo que su ministerio fuera eficaz. Yo plant�, al predicarles primero el Evangelio; Apolos reg�, ayud�ndome a trabajar entre vosotros; pero Dios dio el crecimiento, sin cuya operaci�n y poderosa influencia, por grande que hayan sido las habilidades naturales de ambos, deb� plantar y Apolos reg� en vano.

As� que, ni el que planta nada, ni el que riega, sino Dios que da el crecimiento, a quien debe atribuirse toda la gloria, excluyendo todos los instrumentos que le agradaba emplear. Y, por tanto, no deben ser considerados autores del Evangelio ni causantes de su eficacia. Nota; Los ministros siempre deben tener cuidado de atribuir a Dios la gloria de todo el �xito que encuentran; No somos nada; �l es todo en todos.

2�, Todos los ministros fieles est�n comprometidos con la misma causa bendita, y tienen un solo fin en mente, glorificar a Cristo y salvar almas inmortales; y no perder�n su recompensa. Ahora bien, el que planta, al predicar primero la palabra del Evangelio, y el que riega la semilla sembrada al venir despu�s de �l, son uno en afecto e intenci�n: y por tanto, los que se convierten bajo su predicaci�n deben unirse tambi�n, ni pensar en establecer unos contra otros; y cada uno recibir� su recompensa, seg�n su propio trabajo;cuando venga el gran Maestro, dar� a cada uno seg�n sea su obra; asegurar su aprobaci�n debe ser, por lo tanto, nuestro gran designio, y no el honor vac�o que proviene �nicamente del hombre, que algunos de ustedes afectan.

Porque somos colaboradores de Dios, unidos en el mismo servicio, y honrados abundantemente por la misma obra que nos ha sido encomendada: siendo vosotros la labranza de Dios, vuestros corazones el campo donde �l siembra la semilla de la vida espiritual; sois el edificio de Dios, el templo espiritual que �l erige, y donde se complace en establecer su morada; porque sois la habitaci�n de Dios por el Esp�ritu. De este edificio podemos observar,

1. El fundamento es Jesucristo. Seg�n la gracia de Dios que me ha sido dada, quien me nombr� para el oficio y me capacit� para el servicio, como sabio maestro de obras, he puesto el fundamento de su fe y esperanza en un Jes�s crucificado; y otro edifica sobre ella, los ministros sucesivos han llevado a cabo la obra bendita comenzada en vuestros corazones; pero, es una advertencia importante y necesaria, que cada uno mire c�mo edifica sobre ella. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que est� puesto, el cual es Jesucristo, la roca de los siglos, la �nica esperanza de los miserables, y de quien no hay salvaci�n.

2. La superestructura debe corresponder con la cimentaci�n. Ahora bien, si alguno edifica sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas, inculcando las santas doctrinas del Evangelio y exhortando a los hombres a una conversaci�n celestial que pueda adornarlos, la obra de tal obrero soportar� el m�s severo escrutinio y resplandecer� gloriosamente; pero si construyen madera, heno, rastrojo, insistiendo en sus propias presunciones y fantas�as, y con celo por cosas insignificantes y no esenciales, mientras se descuidan los asuntos m�s importantes, la obra de cada hombre se manifestar�; para el d�a del juicio ser� en breve a conocer, pues ser� revelada por el fuego; y, mientras el refinador prueba el metal en el horno,el fuego probar� la obra de cada uno, de la clase que sea; el escrutinio exacto de ese d�a probar� si las opiniones y pr�cticas de los hombres correspond�an con la norma de las Escrituras o no; y las consecuencias del juicio ser�n espantosas. (1.) Si permanece la obra de alguno que ha edificado sobre ella, y ante el gran Juez se manifiesta que ha seguido su plan, y correspondido con sus designios, al edificar las almas de los hombres en las doctrinas de la gracia y la santidad, �l recibir una recompensa, eminente y distinguida, seg�n su labor y fidelidad.

(2.) Si se quema la obra de un hombre, y sus opiniones y pr�cticas se encuentran contrarias a las Escrituras y son err�neas, por mucho que se haya valorado a s� mismo por sus habilidades, sufrir� p�rdidas y ver� destruidas todas sus ideas delicadas; pero , si �l mismo ha sido fundado en Cristo, y, aunque d�bil o equivocado, sin embargo no fue permitido perverso o licencioso, �l mismo ser� salvo de la ira venidera, pero como por fuego, con tanta dificultad como un hombre escapa desnudo. de su casa cuando est� en llamas. Nota;(1.) Antes de que llegue el gran d�a de prueba, a menudo deber�amos estar examin�ndonos a nosotros mismos por la palabra de Dios por la cual al fin debemos ser justificados o condenados. (2.) No debemos librarnos de las censuras precipitadas sobre los estados eternos de los hombres; pero, mientras condenamos sus opiniones, debemos dejar sus corazones al gran Juez.

En tercer lugar, el Ap�stol,

1. Presiona sobre ellos el argumento de la santidad a partir de la consideraci�n sugerida, 1 Corintios 3:9 . �No sab�is que sois el templo de Dios, dise�ado de una manera m�s peculiar para su morada que la casa que construy� Salom�n? y que el Esp�ritu de Dios mora en ustedes, en su presencia llena de gracia y poderosas operaciones? Si alguno profana el templo de Dios y busca, al hablar de sus opiniones corruptas, subvertir el fundamento, o mediante malas pr�cticas para seducir y apartar a los hombres de la verdad del Evangelio, Dios lo destruir� con un juicio m�s terrible de lo que era. amenazado contra los profanadores del templo material: porque el templo de Dios es santo, apartado para �l;qu� templo sois, y por lo tanto est�is obligados a ser santos en toda forma de conversaci�n.

2. Les advierte del peligro de la vanidad en sus dones y logros. Nadie se enga�e a s� mismo con altas imaginaciones de su propia excelencia superior y, en consecuencia, propague como verdad sus propias opiniones err�neas. Si alguno de ustedes parece ser sabio en este mundo y se valora a s� mismo por sus logros en filosof�a y literatura humana, que se vuelva tonto, para que sea sabio, renunciando a todo en la medida en que engendre razonamientos perversos contra el verdades humillantes de la revelaci�n, y contentarse simplemente con abrazar la doctrina de la cruz, que el mundo sabio considera una locura; porque s�lo as� el hombre puede llegar a ser sabio para la salvaci�n; porque la sabidur�a de este mundo es necedad para con Dios,Todos sus sistemas de teolog�a, y sus eruditas disquisiciones sobre religi�n, son meras locuras comparadas con su glorioso plan de salvaci�n a trav�s de un Redentor moribundo: porque est� escrito: �l toma a los sabios en su propia astucia, sus razonamientos finos son las redes. en donde se enredan y ellos mismos la ruina: una y otra vez: el Se�or conoce los pensamientos de los sabios que sean , pero vanos; todos sus proyectos y dise�os, por muy ocultos que est�n, est�n abiertos a sus ojos; y comparado con sus pensamientos, debilidad, necedad y vanidad, y estampado en ellos.

Nota; (1.) Ning�n hombre puede llegar a ser verdaderamente sabio hasta que, consciente de su ignorancia espiritual, como un ni�o peque�o, llegue a la palabra de Dios para aprender los primeros elementos de la verdad. (2.) Cu�n asombrosamente tonta aparecer� pronto toda la sabidur�a de este mundo, cuando aquellos que confiaron en los poderes de su raz�n ca�da para conducirlos a la felicidad, encontrar�n que ha sido como el meteoro enga�oso, una luz que solo enga�a. ellos en la oscuridad eterna.

3. Les advierte contra exaltar a los hombres, incluso a los mejores y m�s sabios, o seguir impl�citamente a cualquier ministro, cuando su fe debe basarse, no en la sabidur�a de los hombres, sino en el poder de Dios. Por tanto, nadie se glor�e en los hombres, siendo disc�pulos de tal o cual hombre, despreciando a los dem�s y subestimando su ministerio; porque todo es vuestro, destinado para vuestra bendici�n y provecho; ya sea Pablo, Apolos o Cefas; sus dones les son otorgados para la edificaci�n del cuerpo de Cristo; o el mundo; la administraci�n est� en manos de Jes�s, y �l le dar� a su pueblo la porci�n que sea m�s para su bien; o vida;preservar� a su pueblo fiel durante tanto tiempo, y en tales circunstancias, como sea m�s para su gloria y su felicidad eterna; o muerte; lo desarmar� de su aguij�n, y, de cualquier manera que venga sobre los justos, har� que demuestre su mayor ganancia; o cosas presentes; los santos ser�n vigilados durante su peregrinaje por su gracia providencial; o cosas por venir; una eternidad de gloria est� ante sus santos; todos son suyos, todo se convierte en una bendici�n para las almas santas, y todas las cosas les ayudan a bien: y ustedes son de Cristo, el objeto de su amor, la compra de su sangre, los miembros de su cuerpo; y Cristo es de Dios, el Mediador designado, el gran jefe del Pacto, que tiene todas las cosas en sus manos, y vive siempre para perfeccionar la salvaci�n de sus santos fieles, y para llevarlos a reinar con �l en el Cielo, para la eterna alabanza de la gloria de la gracia de Dios.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre 1 Corinthians 3". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/1-corinthians-3.html. 1801-1803.
 
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