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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario de Coke sobre la Santa Biblia Comentario de Coke
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
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Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre 1 Samuel 29". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/1-samuel-29.html. 1801-1803.
Coke, Thomas. "Comentario sobre 1 Samuel 29". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/
Introducción
Los pr�ncipes de los filisteos le piden al rey Aquis que despida a David, no sea que resulte ser un adversario en la batalla: Aquis lo despide con grandes elogios por su fidelidad.
Antes de Cristo 1055.
Versículo 1
Los israelitas acamparon junto a una fuente que est� en Jezreel - Como se nos informa en el cap�tulo anterior, 1 Samuel 29:4 que los filisteos hab�an llegado a Sunem, los verbos en este vers�culo deben leerse en tiempo pasado, se hab�an reunido, - hab�a plantado: �La partida de David del ej�rcito de los filisteos antes de que Sa�l consultara a la mujer en Endor. El arzobispo de Tiro nos dice que los reyes cristianos de Jerusal�n sol�an reunir sus fuerzas en una fuente entre Nazaret y Seforis, que fue muy celebrada por ese motivo. Siendo este considerado como casi el centro de su reino, desde all� pod�an marchar a cualquier lugar donde se quisiera su presencia. Tambi�n menciona otrofuente, cerca de un pueblo llamado Little Gerinum, que, dice, era el antiguo Jezreel. Cerca de esta fuente, Saladino instal� su campamento en beneficio de sus aguas, mientras Balduino, rey de Jerusal�n, hab�a, como de costumbre, reunido su ej�rcito en el primer lugar mencionado.
Esta solicitud, en los pr�ncipes de estos climas bochornosos, por echar cerca de fuentes; esta menci�n de uno por Jezreel, y esta costumbre de reunir sus ej�rcitos en el centro de su reino, sirven para ilustrar el pasaje presente, que habla del campamento de Israel en una fuente,considerablemente distante del propio pa�s de los filisteos, justo antes de la batalla fatal que concluy� el reinado de Sa�l. Si los filisteos hab�an extendido sus territorios en este momento hasta el monte Carmelo; si sol�an hacer sus irrupciones en la tierra de Israel de esa manera, en esa �poca; o si Sa�l hab�a recibido inteligencia de tal dise�o en este momento; Estas circunstancias, o cualquiera de ellas, explicar�a a�n m�s la conveniencia de este lanzamiento junto a la fuente de Jezreel: pero lo que dice Guillermo de Tiro acerca de las administraciones de los reyes cristianos de Jerusal�n de sus d�as, y de sus predecesores, es solo un hecho m�s ilustraci�n clara de este pasaje que la que nos han proporcionado los comentaristas. Observaciones, p�g. 335.
Versículo 3
En estos d�as, o en estos a�os ... lo suficiente, incluso dos a�os. Houb.
Versículo 4
Haz volver a este hombre� Los pr�ncipes de los filisteos sospechaban de los prop�sitos de David; y, en lugar de depositar esa confianza en �l como lo hizo Aquis, insisten en su destituci�n. Sin duda, su placer debi� de ser grande al verse liberado de una situaci�n tan delicada como la que hab�a atravesado, en la que podr�a haber habido una lucha entre su gratitud hacia su amigo y su amor por su pa�s; y en el que posiblemente no sab�a qu� papel ten�a que actuar, o qu� estaba obligado a actuar.
Versículo 6
Ciertamente, vive el Se�or. Se puede observar que Aquis en esta ocasi�n hace uso de esa forma de juramento que se obtuvo entre los jud�os, como vive el Se�or;de lo que algunos han llegado a la conclusi�n de que Aquis hab�a aprendido una parte de la religi�n de David; y otros van a grandes extremos del otro lado; para lo cual, reconozco, no veo motivos. David era un hombre de direcci�n suficiente; sab�a muy bien c�mo conversar con los reyes; ni fue Aquis el primero cuyo favor le hab�an ganado sus logros. Con toda probabilidad, estipul� el libre ejercicio de su religi�n, antes de lanzarse a su servicio; y tal estipulaci�n naturalmente podr�a ir acompa�ada de una disculpa a su favor. Tampoco el car�cter de David nos permitir� suponerlo tan fr�o y despreocupado en ese punto, como para omitir cualquier oportunidad de recomendar su religi�n de la mejor manera; porque seguramente ning�n mortal lo tuvo m�s en el coraz�n; especialmente despu�s de esa declaraci�n, que �l mismo hizo en el Salmo 119, sec. 6.
( vau ) Hablar� de tus testimonios aun delante de los reyes, y no me avergonzar�. �Qu� es de extra�ar entonces si David deber�a haber instruido, y Aquis se benefici� en este punto de la conversaci�n de David? Pero despu�s de todo, posiblemente, Aquis podr�a haber jurado por Jehov� en esta ocasi�n, como lo hizo el jud�o por Jes�s, a quien el viejo duque de Ormond, (tan propiamente y con una s�tira tan fina sobre esa profanaci�n demasiado com�n entre los cristianos) reprendi�. por su seguridad, al presumir de jurar como un cristiano.
Versículo 8
Y David dijo: �qu� he hecho? & c.� El Dr. Chandler observa que "esta respuesta fue prudente, y tal como se convirtieron en las circunstancias en las que se encontraba entonces; pero no prometi� nada, y era solo en general, que nunca le hab�a dado a Achish ninguna raz�n para sospechar de su gratitud y fidelidad No dice nada acerca de luchar contra Sa�l y el ej�rcito hebreo, sino contra los enemigos del rey.Contra los enemigos del rey, indudablemente, habr�a luchado, donde podr�a haberlo hecho consecuentemente con su honor y deber; donde no pod�a, cualquiera que sea el sentido que Aquis pudiera poner en las palabras de David, David se habr�a negado a luchar contra ellos. En general, es cierto que no hay el menor indicio, en cualquier cosa que dijera, de que volver�a imp�amente sus armas contra su rey y su pa�s, lo que ni su conciencia ni su inter�s le permitir�an hacer; y es cierto, que si hubiera podido mantener su fidelidad a Aquis, sin prestar su ayuda a la destrucci�n de su naci�n, lo habr�a hecho. "Dr.
no le quedaba otra opci�n. Le deb�a lealtad a Aquis; porque la protecci�n exige lealtad: pero no le deb�a nada a Sa�l; y no hay duda de que estaba decidido a pagar su deuda; y por lo tanto no puedo dejar de acreditar hasta ahora el relato que Josefo nos da de este asunto, que le prometi� a Aquis su ayuda y le asegur� que aprovechar�a esta ocasi�n para recompensar su bondad lo mejor que pudiera.
Que se lo prometi� de mala gana, no tengo ninguna duda; y no puedo tener ninguno que �l le prometi� fielmente. Ver Salmo 7 . El hombre que pudo salvar a Sa�l, no pudo traicionar a Aquis. "Pero, cualesquiera que fueran sus prop�sitos, agrad� a Dios, muy providencialmente, librarlo de este gran dilema.