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Bible Commentaries
1 Tesalonicenses 5

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

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Introducción

�l procede en la descripci�n anterior de la venida de Cristo al juicio, y da diversos preceptos; y as� concluye la Ep�stola.

Anno Domini 52.

EL Ap�stol, despu�s de describir la venida de Cristo para resucitar a los muertos y llevar a los justos con �l al cielo, no abandona el tema del regreso de Cristo; pero procede, en este cap�tulo, a predecir el terror que su aparici�n ocasionar� a los malvados, y el castigo que luego les infligir�. Esta circunstancia merece la atenci�n del lector, porque prueba que, al describir el regreso de Cristo a la tierra, el ap�stol tuvo una visi�n m�s amplia, adem�s de consolar a los tesalonicenses ante la muerte de sus parientes. Porque si este hab�a sido su �nico prop�sito, no era necesario nada m�s que decirles que si cre�an que Jes�s muri� y resucit�, as� tambi�n Dios traer� con �l a los que duermen en Jes�s.Por tanto, dado que, en el cap�tulo anterior, no s�lo menciona la resurrecci�n y salida de los justos al cielo, sino que entra en una descripci�n particular de las circunstancias de la venida de Cristo al juicio, por medio de las cuales su poder y grandeza, como Hijo de Dios y Gobernador del mundo, se manifestar�; Adem�s, dado que en este cap�tulo pasa a predecir el terror que el regreso de Cristo ocasionar� a los imp�os, y el castigo que les infligir�, me parece claro que su principal prop�sito en todo esto era mostrar, que Al encomendar el juicio del mundo a Cristo, el Padre ha confirmado el evangelio de su Hijo eterno y lo ha autorizado, como Rey Mediador, a castigar a todos los que no lo obedezcan; como tambi�n afirma expresamente el Ap�stol, 2 Tesalonicenses 1:8 .

Sin embargo, a la autoridad de Cristo como juez, y al argumento a favor del original divino del evangelio fundado en �l, se puede objetar que no tenemos evidencia de ello, excepto la profec�a del ap�stol y la propia predicci�n de Cristo de que �l lo har�. volver como juez. Por lo tanto, respondo que aunque, en casos ordinarios, una profec�a no prueba nada hasta que se cumpla, tenemos evidencia completa en la resurrecci�n de Cristo de entre los muertos, que las profec�as concernientes a su regreso para juzgar al mundo, a su debido tiempo, se cumplir�n. Porque, viendo a los principales sacerdotes y a los ancianos de los jud�os condenarlo a muerte por enga�ador, porque se llam� a s� mismo el Cristo, el Hijo del Dios bendito , y porque afirm� quedeber�an verlo sentado a la diestra del poder, y viniendo en las nubes del cielo, es decir, para resucitar a los muertos y juzgar al mundo, su resurrecci�n de entre los muertos es ciertamente una demostraci�n de que �l es el Hijo de Dios; que ahora est� a la diestra del poder; y que vendr� en las nubes del cielo para juzgar a la humanidad.

Por eso los primeros predicadores del evangelio siempre apelaron a la resurrecci�n de Cristo, como prueba de su regreso al juicio. Por ejemplo, San Pablo, en su discurso a los eruditos atenienses, Hechos 17:31 . Juzgar� al mundo con justicia por aquel hombre a quien ha ordenado, de lo cual ha dado seguridad a todos los hombres en que lo levant� de los muertos. - 2 Corintios 4:14 . Sabiendo que el que levant� de los muertos al Se�or Jes�s, tambi�n a nosotros nos resucitar� por medio de Jes�s, y nos presentar� contigo. �Y en esta ep�stola, 1 Tesalonicenses 1:10 . Y esperar a su Hijo del cielo, a quien resucit� de los muertos, Jes�s, que nos libr� de la ira que est�venir. De ah� que tambi�n, en la prueba del original divino del evangelio que estamos considerando, el Ap�stol conecta muy bellamente el regreso de Cristo al juicio con su resurrecci�n de entre los muertos; y produce los dos eventos as� conectados como su cuarto argumento, 1 Tesalonicenses 4:14 .

Porque si creemos que Jes�s muri�, por llamarse a s� mismo Hijo de Dios y juez del mundo, y resucit� para probar que estos personajes realmente le pertenecen, as� tambi�n debemos creer que los que duermen en Jes�s ser�n Dios traer con �l de entre los muertos al cielo. La verdad es que no podemos creer en la resurrecci�n de Jes�s sin creer que �l es el Hijo de Dios y el juez del mundo; y si creemos que es el Hijo de Dios y el juez del mundo, debemos creer que su evangelio es Divino.

Adem�s, el argumento tomado del poder y la dignidad de Cristo como juez, se introduce en esta prueba del original divino del evangelio, con peculiar propiedad; porque elimin� eficazmente los prejuicios que se abrigaban desde el principio contra Cristo y su evangelio, por haber sido ejecutado p�blicamente, como enga�ador, por los principales sacerdotes. Porque su crucifixi�n, aunque una piedra de tropiezo para los jud�os, fue necesaria para su resurrecci�n, por lo que su dignidad como Hijo de Dios y su poder como juez del mundo se han establecido m�s all� de toda contradicci�n.

Entonces, dado que el regreso de Cristo al juicio es indudable, los justos pueden regocijarse en la perspectiva: firmemente persuadidos de que si contin�an adhiri�ndose a Jes�s, obtendr�n la resurrecci�n a la vida eterna, prometida en el evangelio. Por otra parte, los malvados pueden temblar cuando piensan en las circunstancias de la venida de Cristo predicha por su Ap�stol, y en ese terrible castigo que luego les infligir� y del que ninguno de ellos escapar�.

Su descripci�n del castigo de los imp�os el Ap�stol introduce con la observaci�n de que no hab�a necesidad de que �l escribiera nada a los Tesalonicenses, con respecto al tiempo de la acu�aci�n de Cristo para juzgar al mundo, 1 Tesalonicenses 5:1 . les hab�a dicho anteriormente, sab�an perfectamente que el momento de la misma es incierto, no habiendo sido revelado a nadie; y que ser� repentino e inesperado, 1 Tesalonicenses 5:2 - y ocasionar� gran terror y asombro a los imp�os, cuando venga a castigarlos.

Y su terror aumentar� enormemente por esto, que, cerca del tiempo de la venida de Cristo, se prometer�n a s� mismos paz y seguridad por una gran cantidad de a�os. Pero mientras se encuentren en este estado de seguridad, vendr� sobre ellos destrucci�n repentina, y ninguno de ellos escapar�, 1 Tesalonicenses 5:3 Esto es todo lo que el Ap�stol consider� apropiado escribir en este momento acerca del castigo de los malvados.

Luego, habiendo expuesto el castigo que se infligir� a los imp�os en la venida de Cristo, bajo la idea de una destrucci�n repentina, el Ap�stol les dijo a los Tesalonicenses que, habiendo sido plenamente instruido acerca del dise�o de la venida de Cristo, ese evento no ser� terrible para ellos. ellos, 1 Tesalonicenses 5:4 . �Sin embargo, no deb�an vivir de manera holgazana y segura, como los malvados, sino que deb�an velar continuamente, 1 Tesalonicenses 5:6 . de enemigos, siempre deb�an llevar la armadura cristiana, 1 Tesalonicenses 5:8 �porque Dios no los hab�a designado para la ira, esa no era su voluntad con respecto a ellos; sino para obtener la salvaci�n por medio de Jesucristo, 1 Tesalonicenses 5:9. � Quien muri� por este fin, que si sus santos fieles eran del n�mero de los muertos o de los vivos en su venida, pudieran vivir en felicidad infinita con �l, 1 Tesalonicenses 5:10 . segunda vez, para edificarse mutuamente, haciendo de los grandes descubrimientos contenidos en esta Ep�stola los temas de sus conversaciones diarias, 1 Tesalonicenses 5:11 .

Terminado su dise�o principal, el Ap�stol advirti� a los hermanos de Tesal�nica contra aquellos errores e irregularidades que Timothy le hab�a informado a�n m�s o menos prevalec�an entre ellos. En particular, debido a que muchos no eran tan sumisos a sus gu�as espirituales como deb�a ser, les rog� que fueran obedientes a los que trabajaban entre ellos en el ministerio, y a aquellos cuyo deber era amonestarlos y reprenderlos por sus faltas. , 1 Tesalonicenses 5:12 . � Y estimarlos muy en alto por causa de sus obras, 1 Tesalonicenses 5:13. � Por otra parte, a los ministros tesalonicenses, que, tal vez, hab�an sido negligentes en amonestar y reprender a los defectuosos entre ellos, exhort� a ser muy claros en amonestar y reprobar a los que andaban desordenadamente; y apoyar con afecto a los d�biles, administr�ndoles los consuelos adecuados; y tener paciencia con todos, 1 Tesalonicenses 5:14 . � y cuidar que ninguno de sus reba�os rinda mal por mal a nadie, 1 Tesalonicenses 5:15 . � Luego, dirigi�ndose a los pastores y al pueblo conjuntamente, les dio una variedad de consejos pr�cticos, 1 Tesalonicenses 5:16 . �Despu�s de lo cual or� fervientemente por la santificaci�n de los tesalonicenses, 1 Tesalonicenses 5:23 . � les rog� que oraran por �l y sus ayudantes, 1 Tesalonicenses 5:25 . 1 Tesalonicenses 5:25 puso a los gobernantes de la iglesia bajo juramento de hacer que esta, su Ep�stola, fuera le�da a todos los santos hermanos; es decir, en su propia ciudad y en las iglesias vecinas, 1 Tesalonicenses 5:27 . Luego les dio su bendici�n apost�lica, 1 Tesalonicenses 5:28 .

Versículos 1-2

Pero de los tiempos y las estaciones, etc.� "Les he dicho que el d�a solemne del juicio universal ciertamente vendr�; y me he esforzado por llevar sus mentes a esos puntos de vista que deben ser m�s vivificantes para todo verdadero creyente: pero con respecto a los tiempos y estaciones particulares de este gran evento, con el cual la econom�a de la Providencia en este mundo va a cerrar, y con respecto a algunos sucesos maravillosos que lo preceder�n, estoy satisfecho, hermanos m�os, de que no tienen necesidad de mi escrito para ti en gran parte.

Porque ustedes mismos ya saben con certeza que, dondequiera que vengamos, lo convertimos en una de nuestras primeras doctrinas, que el gran d�a del Se�or, al que nuestros ojos y corazones est�n tan dirigidos, llega como un ladr�n en la noche, y sorprender� a los habitantes del mundo en general con una espantosa alarma, cuando est�n durmiendo en la m�s profunda seguridad ".

Versículo 2

El d�a del Se�or� Esta frase puede entenderse en sentido figurado, de la venida de Cristo en juicio sobre los jud�os; o literalmente, de su venida en gloria para juzgar al mundo. A veces, de hecho, se usa en el primer sentido; pero es m�s generalmente empleado en este �ltimo, por los escritores del Nuevo Testamento; y el contexto muestra claramente que este �ltimo es el sentido en el presente pasaje. Hay un �nfasis notable en la siguiente expresi�n: Un ladr�n se acerca a la gente cuando est� dormida; y se despiertan con asombro y confusi�n, y se encuentran desarmados y en una postura desamparada.

Una vez m�s, una mujer 1 Tesalonicenses 5:3 dolores, 1 Tesalonicenses 5:3 cuando est� comiendo o bebiendo, y pensando nada menos que en esa hora: y aqu� se dice, no que el d�a del Se�or vendr� as�, sino que es realmente viene; lo que aumenta el horror de la representaci�n.

Versículo 5

Todos sois hijos de la luz, - Habiendo comparado la aparici�n repentina e inesperada de nuestro Se�or con la llegada de un ladr�n en la noche, retoma la comparaci�n, 1 Tesalonicenses 5:4 y la prosigue hasta 1 Tesalonicenses 5:10 llamando santo y hombres justos, hijos del d�a y de la luz, id�latras e imp�os, ignorantes de la verdad, hijos de la noche y de las tinieblas. Esta comparaci�n se menciona con frecuencia en las Sagradas Escrituras, as� como en los poetas paganos, con la mayor justicia y belleza. Se representa a los malvados merodeando en la noche, como aves de rapi�a, o como murci�lagos y topos, cuyos ojos no soportan la luz. Job 24:13 .

Mateo 8:12 . Por otro lado, los hombres buenos no temen a la luz, ya que sus obras ser�n examinadas. Este era el estado del que los conversos entre los gentiles id�latras hab�an emergido feliz y notablemente. Ver Romanos 13:12 . Efesios 5:7 . Colosenses 1:12 .

Versículo 8

Poni�ndose la coraza de fe y amor, etc.� El pecho y la cabeza estaban particularmente expuestos en la batalla, y las heridas en estas partes eran extremadamente peligrosas, los antiguos defendieron cuidadosamente el pecho y la cabeza de sus soldados con una armadura, a lo que el Ap�stol aqu� se comparan las gracias cristianas de la fe y el amor.El pectoral de la fe y el amor, hecho de materiales m�s preciosos que cualquier metal y de un tejido verdaderamente celestial, har� invulnerable el coraz�n, el asiento de los afectos. El significado del Ap�stol, despojado de la met�fora, es este; que para defender nuestros afectos contra la impresi�n de objetos externos y sensibles, nada es tan eficaz como la fe en las promesas de Cristo y el amor a Dios y al hombre. San Pablo tuvo el h�bil y feliz discurso de utilizar figuras y semejanzas, que ser�an bien entendidas, no, y enf�ticas, en el pa�s y entre las personas a las que escrib�a. As�, en su Ep�stola a los Romanos, compara la santidad y el pecado con dos amos, que ten�an cada uno de ellos sus esclavos; y se detiene durante alg�n tiempo en esa costumbre, que era tan com�n entre los romanos, para que comprendieran m�s claramente su significado.

Al escribir a los efesios, usa el estilo de arquitecto, cap. 1 Tesalonicenses 2:20 ya que toda Asia ten�a pensamientos tan sublimes del c�lebre templo de Diana en �feso. Al escribir a los cristianos hebreos , compara el cristianismo con casi toda la econom�a mosaica, y muestra cu�nto sobresale la dispensaci�n del evangelio: as� que, al escribir a los tesalonicenses de Macedonia, habla el mismo idioma de ese pueblo belicoso; y como el Asia menor estaba tan bien familiarizado con las costumbres similares, �l hace uso de la misma alusi�n, Efesios 6:10 . Vea las notas all�.

Versículo 9

Porque Dios no nos ha designado para ira, - El dise�o principal de Dios al enviar a su Hijo a este mundo, no fue condenar al mundo, sino salvarlo. No revel� el evangelio para que los hombres pudieran pecar con mayor agravaci�n y, por lo tanto, ser castigados a�n m�s; pero el motivo fue el amor, y el designio fue la misericordia: y no ha designado a nadie para que se enoje, sino a los que voluntaria y obstinadamente se niegan a creer y obedecer el evangelio.

Versículo 10

Quien muri� por nosotros, los Ap�stoles ponen un gran �nfasis en esto, que Cristo no solo fue encarnado, sino que muri� tambi�n para salvar a los penitentes, creyentes y obedientes; y por lo tanto tiene un derecho justo a nuestro amor y obediencia. Ver Romanos 5:6 ; Romanos 14:8 . 1 Corintios 6:20 .

Si nos despertamos o dormimos, significa, si vivimos o morimos; "Ya seamos del n�mero de los que dejan esta vida antes de la venida de Cristo, o de los que sobreviven hasta ese momento". El Ap�stol se refiere a lo que hab�a dicho, cap. 1 Tesalonicenses 4:13 , etc.

Versículo 11

Por tanto, consolaos juntos, - hab�a usado esta expresi�n cap. 1 Tesalonicenses 4:18 . Todo lo que ha dicho desde entonces, sobre el tiempo de la venida de Cristo y la necesidad de prepararse para �l, debe considerarse como un par�ntesis o digresi�n, aunque sumamente apropiada y �til: y aqu�, al usar esta expresi�n nuevamente, muestra que est� regresando a donde lo dej� y cerrando esta parte de su Ep�stola.

Versículo 12

1 Tesalonicenses 5:12 . En una iglesia que se hab�a plantado tan recientemente, y que en medio de tanta confusi�n y oposici�n, no es de extra�ar que haya varios des�rdenes. Entre otras cosas, muchos de ellos no se comportaron con la debida deferencia y respeto hacia quienes los presid�an como iglesia, instruy�ndolos, dirigi�ndolos y amonest�ndolos; y en particular, parecen haber rechazado el cumplimiento de sus instrucciones en lo que respecta a la regulaci�n de su culto p�blico. El Ap�stol, por tanto, los exhorta a que se les preste la debida atenci�n, en1 Tesalonicenses 5:12despu�s de lo cual concluye su ep�stola con instrucciones pr�cticas; algunos de ellos se adaptan solo a una iglesia donde muchos de ellos ten�an dones espirituales extraordinarios, aunque otras de las direcciones son adecuadas para todos los cristianos. El Dr. Heylin lee la �ltima parte de este vers�culo, Quien labora en el ministerio, quien lo preside en el Se�or y lo instruye. Vea Hebreos 13:17 .

Versículo 14

Aquellos que son rebeldes, - el Dr. Heylin, con el margen de nuestras Biblias, traduce el original ????????, por desorden. Es un t�rmino militar, que expresa el car�cter de los soldados, que no mantienen sus filas y no conocer�n sus colores.

Versículo 16

Regoc�jate para siempre. " Regoc�jate siempre en medio de tus pruebas y aflicciones, sabiendo que puedes tener siempre la presencia reconciliada y aprobatoria de tu Dios y Salvador, de la cual puedes derivar continuamente satisfacci�n y deleite indecibles, suficiente para sostenerte en todo. tus sufrimientos ".

Versículo 17

Oren sin cesar. "Y, a fin de mantener y mejorar este gozo santo, oren incesantemente. Sean constantes en sus devociones declaradas en sus estaciones de regreso, y procuren mantener sus mentes habitualmente preparadas para esas piadosas eyaculaciones que tienen una tendencia tan feliz. para promover el temperamento cristiano ". Ver Lucas 18:1 ; Lucas 24:53 . Hechos 2:46 .

Versículo 19

No apagu�is el Esp�ritu. Esto generalmente se ha expuesto en el sentido de que se refiere a los dones del Esp�ritu; cuyo ejercicio, en s� mismos o en otros, no debe verse obstaculizado. Ver 1 Timoteo 4:14 . 1 Corintios 14:39 . La frase usada aqu�, ????????, apagar o extinguir, seg�n algunos, tiene una referencia al descenso del Esp�ritu, como en llamas de fuego; como tambi�n la palabra original ???????????, 2 Timoteo 1:6. El significado extenso de las palabras puede expresarse as�: "No apagu�is los dones espirituales en los dem�s, impidi�ndoles ejercerlos en la asamblea solemne; ni los exting�is en vosotros, por orgullo, holgazaner�a, ausentismo de la asamblea solemne, o por el ejercicio desordenado de ellos all�, mucho menos por la maldad o la apostas�a.

No, m�s bien aviva los dones que te fueron dados por la imposici�n de mis manos: deja que otros, a su vez, ejerzan sus dones; y mediante la lectura, la meditaci�n, la oraci�n y la alabanza, al frecuentar la asamblea solemne, y mediante el uso de sus dones espirituales all�, que pueda volverse m�s para la edificaci�n de los dem�s, junto con una constante perseverancia en la fe y el amor, y una santa conversaci�n cristiana; por estos medios suscite y mejore sus dones espirituales, hasta que esa santa religi�n, de la que atestiguan, por el poder de la gracia divina, purifique completamente sus corazones y vidas, y resplandezca tan brillante, como para dar luz a Todo alrededor tuyo."

Versículo 20

No desprecies las profec�as. Al profetizar, aqu�, no debemos entender apenas una predicci�n de eventos futuros, sino una predicaci�n por inspiraci�n inmediata; es decir, hablar lo que tend�a a instruir o establecer, convertir o confirmar, reprender o consolar a la humanidad, en asuntos relacionados con la fe o la pr�ctica. Ver 1 Corintios 14:3 . Si solo tuvi�ramos esta de todas las ep�stolas de San Pablo, tal vez no hubi�ramos podido comprender la raz�n y el dise�o de esta breve direcci�n; aunque los tesalonicenses podr�an entenderlo f�cilmente, por su conocimiento profundo del estado de su propia iglesia: pero al escribir a otras iglesias, que probablemente eran m�s culpables de la misma falta, �l ha abierto su mente m�s completamente.

Evidentemente se refiere a las disputas sobre el ejercicio de los dones espirituales, Romanos 12:3 y a�n m�s evidentemente, 1 Corintios 12 ; 1 Corintios 13 Corintios 13; 1 Corintios 14 Corintios 14 donde trata este tema en general; mostr�ndoles que profetizar era el m�s valioso de todos los dones espirituales que hab�a entre ellos, ya que era el que m�s conduc�a a la edificaci�n. Vea las notas all�.

Versículos 21-23

Probad todas las cosas, etc. Aunque no deb�an despreciar las profec�as, no deb�an recibir todo lo que pudiera llamarse as�; sino para probar y examinar todas las cosas que iban bajo ese nombre. Tampoco iban a detenerse aqu�; pero cuando los hubieran separado, o pudieran distinguir entre ellos, deb�an rechazar el mal y aferrarse al bien.

Estos dos vers�culos y el vers�culo anterior deber�an haberse unido, y entonces la conexi�n habr�a sido m�s evidente. Esta direcci�n fue dada, no solo a los que presid�an entre ellos, sino a todos los cristianos de Tesal�nica en general. Comp. 1 Juan 4:1 .

Versículo 23

Y el mismo Dios de paz, etc.� "Y que el mismo Dios, que es reconciliado con ustedes por la sangre de Cristo, y es el autor, dador y aprobador de la paz unos con otros, y en sus propias conciencias, y de toda forma de prosperidad; que �l limpie por completo toda tu persona de toda iniquidad y te haga part�cipes eminentemente de su santidad ". Yo traducir�a el original ????????? ????, tu persona completa, porque la palabra significa la totalidad de una cosa dada por sorteo, en consecuencia, la totalidad de cualquier cosa; y aqu� todo el marco de nuestra naturaleza, toda nuestra persona. En consecuencia, el Dr. Chandler ha demostrado que esta palabra se aplica a una ciudad, cuyos edificios est�n todos en pie; y a un imperio,que tiene todas sus provincias; ya un ej�rcito, cuyas tropas no han disminuido por ning�n accidente o calamidad.

Todo su esp�ritu y alma y cuerpo, - los pitag�ricos, plat�nicos y estoicos, dividen la parte inmaterial del hombre en el esp�ritu y el alma; opini�n que parecen haber derivado de la tradici�n m�s antigua, fundada, quiz�s, en el relato mosaico de la formaci�n del hombre, G�nesis 2:7 donde se dice que Dios form� al hombre, su cuerpo, del polvo del tierra, y sopl� en el hombre aliento de vida, o vidas; y, mediante esta uni�n, el hombre se convirti� en alma viviente,participante de una vida sensible y racional. En resumen, la oraci�n del ap�stol al menos incluye esto: que puedan ser completamente santificados, de cu�ntas partes constituyentes, cualquiera que sea su naturaleza. El Dr. Heylin lo tiene, que cada parte de ti, tu esp�ritu, etc.

Versículo 27

Os lo exhorto por el Se�or, etc.� Esto fue en la naturaleza de un juramento solemne , que el ap�stol en ocasiones utiliz� �l mismo, y por el cual aqu� obliga a los tesalonicenses. Ver Josu� 6:26 . Mateo 26:63 . San Pablo no estaba a favor de que la Escritura fuera cerrada a la gente com�n, ni les recomend�, en primer lugar, que leyeran un sistema de divinidad, elaborado por hombres falibles y sin inspiraci�n. Ver Colosenses 4:16 .

Cu�n f�cil fue para los cristianos primitivos distinguir las ep�stolas genuinas de San Pablo de las falsas, cuando las envi� a las varias iglesias por personas aprobadas, y com�nmente por algunos de sus propios compa�eros y asistentes, cuando orden� que fueran le�das. p�blicamente al recibirlos, y se preocup� de poner su nombre, escrito de alguna manera distintiva peculiar, o con alguna marca muy particular anexada: y si el hecho se comprob� una vez, �qu� f�cil fue transmitirlo a la posteridad! Ver Filem�n 1:19 .

Inferencias. Dado que continuamente vemos a tantos a nuestro alrededor sorprendidos repentinamente en el mundo eterno, y fijos en ese estado en el que el juicio los encontrar�, deber�amos tener mucho cuidado de que el d�a del Se�or no nos sorprenda como ladrones, sino que mantener una vigilancia continua . �Cu�ntos est�n en esta hora hablando paz y seguridad a s� mismos, sobre cuyas cabezas se cierne la destrucci�n instant�nea ? �tal destrucci�n, de la que nunca podr�n escapar, nunca podr�n recuperarse, si una vez los alcanza!

Esforc�monos, a trav�s de la gracia, por despertarnos a nosotros mismos ya los dem�s al debido sentido de estas cosas. �Somos realmente hijos del d�a? Entonces, d�monos masacres y usemos la luz; para que por medio de �l podamos despachar nuestros trabajos y, favorecidos por �l, estar protegidos contra los ataques m�s repentinos de nuestros enemigos espirituales. Seamos sobrios y vigilantes, no sea que nuestro adversario, el diablo, nos sorprenda; que las armas inesperadas con las que nos ataca pueden hacer a�n m�s peligrosas.

Nuestra armadura est� descrita y provista, si la buscamos en la revista de Dios. Dejemos que la fe y el amor defiendan siempre nuestro pecho; dejemos que la esperanza de la salvaci�n cubra nuestra cabeza. Adoramos la clemencia y la misericordia divinas, y disfrutemos de la visi�n de esa salvaci�n que Jesucristo debe obtener. Como �l ha hecho su parte para procurarnosla, habiendo muerto por este importante prop�sito, sea nuestro cuidado esforzarnos en nuestra esfera apropiada para asegurarla, a fin de que podamos asirnos de la vida eterna:entonces podemos ser felizmente indiferentes a la vida o la muerte. Mientras continuamos en el cuerpo; - y cuando eso est� durmiendo en la tumba, y nuestras almas permanecen en el mundo invisible; - y cuando nuestro polvo dormido sea desbastado, y tanto el alma como el cuerpo vivan con incesante vigor y energ�a, m�s all� del necesidad de ese reposo que ahora es tan necesario; sin embargo, en cada uno de estos diferentes estados, los fieles vivir�n con �l; y �l har� que la progresi�n del alma de un estado de ser a otro, su progresi�n a fases de aumento de la bondad y la alegr�a. En la persuasi�n de esto, consuelemos, exhortemos y edifiqu�monos unos a otros; y sentiremos la energ�a de las exhortaciones que damos y la dulzura de los consuelos que administramos.

�Qu� variedad de excelentes instrucciones contiene el breve cierre de este cap�tulo! s�, la cantidad se expresa en algunas de sus frases m�s cortas, -en este habitual alegr�a en Dios, -esta constante disposici�n a la oraci�n, -esta agradecidos temperamento que, despu�s de cada llamada, se desborda en acci�n de gracias, -esta abstinencia de toda especie de mal ! "Bendito Padre de misericordias, necesitamos un Esp�ritu mejor que el nuestro para ense�arnos estas cosas. Que tu gracia est� con nosotros, y que ninguno de nosotros apague tu Esp�ritu, ni desprecie esas ordenanzas.que, por sus comunicaciones celestiales, a menudo se permite poseer. O puede que procurar, por la insistencia de la oraci�n diaria, a participar m�s de sus influencias eficaces y purificaci�n, para santificar todo el marco de nuestra naturaleza, nuestros esp�ritus, y las almas, y cuerpos; as� entenderemos y escogeremos, as� amaremos y deleitaremos en las cosas divinas, y mantendremos ese constante dominio sobre nuestros apetitos de carne y sangre, para estar continuamente aptos para la aparici�n de tu amado Hijo, y m�s como lo que esperamos tener. ser�, cuando se presente ante la presencia de su gloria ".

Para promover esto, velemos unos a otros en el Se�or: que las sociedades cristianas conserven una disciplina regular, con la debida mezcla de celo y ternura; que la amistad de los particulares se someta mutuamente al mejoramiento religioso; y se preste la debida consideraci�n a los que trabajan entre ellos y los presiden en el Se�or. No requerir�n una sumisi�n ciega a sus dictados, si comprenden correctamente el evangelio que han de ense�ar: permitir�n, alentar�n, instar�n a sus oyentes a probar todas las cosas; que incluso los mismos ap�stoles , con toda su plenitud de inspiraci�n,No pens� que fuera inferior a ellos hacerlo. Pero aquellos que as� lo preguntan con franqueza y est�n decididos a retener lo que es verdaderamente bueno, sabiendo cu�n excelente es el oficio del ministerio ; sabiendo cu�nto depende de ello la edificaci�n de la iglesia; se estima a los que la llevan, muy alto en el amor, por causa de su obra; y, en cualquier caso que puedan verse obligados por lo que ellos juzgan que es la evidencia de la verdad, a diferir de sus hermanos, o incluso de sus maestros, estar�n sol�citos en mantener la armon�a y el amor en la sociedad a la que pertenecen, como se vuelve a hacer que son los disc�pulos de esa sabidur�a de lo alto,que les ha ense�ado a conectar inseparablemente sus aspectos con la pureza y la paz.

REFLEXIONES.� 1�, Habiendo mencionado la segunda venida del Se�or Jes�s, el ap�stol les pide que se preparen para ella.

1. Respetando el tiempo preciso de su venida, queda en una terrible incertidumbre, para que estemos siempre preparados, pero de los tiempos y las estaciones, hermanos, no ten�is necesidad de que os escriba; porque vosotros mismos lo sab�is perfectamente, que el d�a del Se�or viene como ladr�n en la noche, tan repentina e inesperadamente. Nota; Es una curiosidad innecesaria desear conocer precisamente la hora de la venida de Cristo; pero una pieza de sabidur�a muy necesaria para estar siempre listo para su aparici�n.

2. Su venida ser� el terror y la sorpresa de un mundo imp�o. Porque cuando ellos, que est�n seguros en sus pecados, digan: Paz y seguridad, prometi�ndose largos a�os de placeres e indulgencias pecaminosas, entonces vendr� sobre ellos destrucci�n repentina, como los dolores de parto de una mujer encinta; Y ellos no escapar�n. Nota; Cuando llegue el d�a del Se�or, esparcir� una terrible alarma en un mundo que yace en la maldad; y entonces el imp�o y el pecador clamar�n en vano a las rocas y monta�as para cubrir sus cabezas culpables.

3. Este ser� un d�a de luz y triunfo para el pueblo fiel de Dios. Pero vosotros, hermanos, no est�is en tinieblas, durmiendo en seguridad pecaminosa y sensual, sino llevados a la luz maravillosa del evangelio; y por lo tanto, no deben asustarse de que ese d�a los sorprenda como un ladr�n, aunque deben estar preparados. Vosotros todos sois hijos de la luz e hijos del d�a, caminando bajo los brillantes rayos del sol de justicia: no somos de la noche, ni de las tinieblas, en la ignorancia pagana y bajo la ceguera de la mente natural; sino recorre la senda resplandeciente de la verdad, esperando y apresur�ndose a la venida del Hijo del Hombre. Nota;Es una bendici�n indescriptible ser liberados de las tinieblas del coraz�n ca�do y, caminando en la luz de la vida, tener siempre a nuestra vista la brillante corona de justicia que no se desvanece. Entonces podemos decir: Ven, Se�or Jes�s, ven pronto.

2. En las consideraciones anteriores, el ap�stol fundamenta sus exhortaciones al ejercicio de varios deberes necesarios.
1. Por tanto, no durmamos como los dem�s, en el descuido de estas preocupaciones eternas, desaprovechando el precioso momento de la oportunidad; pero velemos y oremos, despiertos a los grandes asuntos de nuestras almas inmortales, siempre escuchando cuando el sonido He aqu� que viene, Salid a recibirle, llegue a nuestros o�dos. Bienaventurado el siervo a quien su Se�or, cuando venga, encuentre velando. Y,

2. Sea sobrio, moderado en el uso de todas las criaturas de Dios, no sobrecargado de saciedad o embriaguez, ni de los cuidados o placeres de esta vida. Porque los que duermen, duermen de noche; y los que se emborrachan, se emborrachan de noche, y buscan las tinieblas para esconder sus cabezas culpables, aturdiendo sus conciencias hasta que la hora espantosa los sorprenda en la sensibilidad. Pero los que somos del d�a y andamos a la luz de la verdad, seamos sobrios y vigilantes, no embriagados con actividades o placeres terrenales, sino buscando en primer lugar el reino de Dios y su justicia.

3. Debemos estar armados y en guardia; ponerse el pectoral de la fe y el amor, y como casco la esperanza de salvaci�n; estas son las gracias cardinales, por las cuales el alma, como un guerrero completamente revestido de armadura, es capaz de resistir todo ataque del enemigo, ileso en medio de todos los dardos de fuego que el pecado y Satan�s pueden lanzar contra ella. Nota; (1.) Tenemos poderosos enemigos con los que luchar, y necesitamos estar bien armados contra ellos. (2.) Donde la fe se basa en Cristo, el amor en el ejercicio vivo y la esperanza con ojos penetrantes mirando hacia las cosas eternas, entonces ninguno de nuestros enemigos podr� hacernos da�o, ni ninguno de los lazos de este mundo podr� prevalecer. aparta nuestros afectos de Dios y de las cosas de arriba.

4. Los anima, por experiencias pasadas, con confianza todav�a a confiar en el Se�or. Porque Dios no nos ha puesto para la ira; pero, como es evidente por su gracia que ya hemos recibido, quiere y ruega que obtengamos la salvaci�n por nuestro Se�or Jesucristo, que muri� por nosotros, para comprarnos el perd�n, y para todos sus santos fieles la redenci�n eterna; para que, despertemos o durmamos, seamos contados entre los vivos o entre los muertos; en el d�a de su aparici�n, vivamos juntamente con �l en la gloria eterna. Por tanto, consolaos unos a otros y exhortaos o edificaos unos a otros, como tambi�n lo hac�is; nada que ofrezca una base tan animada de esperanza y sirva para avivar el alma en todo santo caminar delante de Dios, como estas benditas perspectivas y expectativas.

Nota; (1.) Cuanto m�s seamos capacitados para ejercer la confianza en Cristo, m�s firmemente soportaremos toda oposici�n. (2.) Los cristianos deben deleitarse en exhortarse, consolarse y edificarse unos a otros; y nada puede proporcionarles materia m�s abundante que la esperada venida de su Se�or.

En tercer lugar, el ap�stol pasa a otras exhortaciones necesarias.
1. Les ordena respetar y honrar a sus ministros. Y os rogamos, hermanos, que reconozc�is a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Se�or, que preside en sus asambleas de culto, y amonestar e instruir a que en los caminos buenos del Se�or, y que los teng�is en mucha estima y amor por el bien de su trabajo. Nota; (1.) El deber de los ministros es trabajar con celo y diligencia por el bien de las almas de su pueblo, estar sobre ellos, velando por su bien, como el pastor apacienta su reba�o, con una mirada constante al gran Pastor que ha les confi� su confianza; y amonestaren p�blico y en privado, sin parcialidad, instruy�ndolos en toda la santa voluntad de Dios. (2) El deber del pueblo para con sus ministros es amarlos , estimarlos altamente por su trabajo, conocerlos y reconocerlos, con agradecimiento por sus labores y seria atenci�n a sus consejos.

2. Los exhorta al desempe�o de aquellos deberes que, como cristianos, se deb�an el uno al otro.
(1.) Est�n en paz entre ustedes, cultivando esa armon�a y amor mutuos entre ustedes y con sus ministros, que, como iglesia, tender�n muy especialmente a su establecimiento.

(2.) Ahora os exhortamos, hermanos, a advertir a los rebeldes, reprenderlos por su andar desordenado, y amenazarlos con las censuras de la iglesia si no enmendan sus caminos; consuele a los d�biles mentales, cuyos corazones est�n dispuestos a hundirse bajo sus pruebas, y est�n abatidos por la tentaci�n o la aflicci�n, an�melos a soportar y sugiera todos los motivos reavivadores para alegrar sus esp�ritus deca�dos; apoyar a los d�biles, cuyos logros son bajos en gracia y conocimiento y, por lo tanto, se ofenden m�s f�cilmente; por tanto, debemos soportar sus debilidades y esforzarnos por fortalecer su fe; ten paciencia con todos los hombres, aguantan toda afrenta o provocaci�n, soport�ndose y perdon�ndose unos a otros en amor, y todav�a esperando y esperando su enmienda.

(3.) Procura que nadie pague mal por mal a otro, en apariencia, palabra o hecho; pero sigan siempre lo que es bueno, tanto entre ustedes como con todos los hombres; hagan el bien a sus cuerpos y almas, y est�n listos para toda obra y labor de amor.

En cuarto lugar, tenemos diversas exhortaciones breves y de peso.
1. Regoc�jate siempre en Dios como tu porci�n, en Cristo como tu Redentor, en el Esp�ritu como tu Consolador; unos en otros, en todas las ordenanzas santas y bajo toda tribulaci�n.

2. Ore sin cesar; Est�n ocupados diariamente y con frecuencia en esta obra bendita, en privado, en sus familias o entre los fieles, y en oraci�n eyaculatoria y mental. Nota; Vivir sin oraci�n es la prueba segura de un coraz�n no regenerado.

3. Den gracias en todo , bajo toda dispensaci�n de la Providencia, no solo por las misericordias recibidas, sino tambi�n bajo toda aflicci�n, manteniendo todav�a un esp�ritu alegre; porque esta es la voluntad de Dios en Cristo Jes�s para con ustedes, y la constante, agradecida la recompensa que debemos por la rica redenci�n que hemos obtenido en su amado Hijo.

4. No apague el Esp�ritu, complaciendo cualquier mal genio en su coraz�n, o permitiendo el pecado en su conducta; resistiendo sus movimientos de gracia, o descuidando esos medios de gracia con los que se te comunican sus influencias divinas. (Vea las anotaciones).

5. No desprecies las profec�as o las profec�as, que todav�a contienen la materia m�s �til y deben ser le�das y consideradas constantemente; y atiende a los ministerios de la palabra. Consulte las anotaciones para ver otras vistas de este texto.

6. Demuestren todas las cosas y prueben, mediante la prueba del evangelio, toda doctrina que se presente, para que no sean presa de los enga�adores: retengan lo bueno, sin que los seductores de ustedes los conmuevan, ni las persecuciones de sus enemigos de sin.

7. Abstenerse de toda apariencia de maldad, temiendo el pecado en sus enfoques m�s distantes y evitando todo lo que pueda tener una tendencia a conducirle al mal, por muy inocente que se le presente.

En quinto lugar, el ap�stol concluye:
1. Con sus oraciones por ellos. Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; que �l, que es el autor y dador de paz a vuestras conciencias, y que os une en este v�nculo feliz, os limpie de toda iniquidad y os perfeccione en santidad; y ruego a Dios con todo el esp�ritu y el alma, y el cuerpo, en cada miembro y en cada facultad, sea ??conservado sin mancha hasta la venida de nuestro Se�or Jesucristo. Nota; La oraci�n es uno de los grandes medios de santificaci�n.

2. Expresa su confianza en las promesas y la protecci�n de Dios. Fiel es el que os llama, el cual tambi�n lo har�; nunca ha fallado, nunca puede fallar, aquellos que contin�an confiando en �l.

3. Suplica inter�s en sus oraciones. Hermanos, oren por nosotros. Los ministros m�s grandes necesitan las oraciones de todo su pueblo; y cuanto m�s se acuerden de ellos en un trono de gracia, m�s bien recibir�n de sus ministraciones.

4. Agrega su saludo. Saludad a todos los hermanos con beso santo. Que cada miembro de la iglesia tenga la seguridad de mis m�s cordiales y afectuosos saludos.

5. Les insta solemnemente a leer esta ep�stola a toda la iglesia. Os mando por el Se�or, en su nombre, que esta ep�stola sea le�da a todos los santos hermanos. Nota; (1.) Todos los cristianos est�n obligados a leer las escrituras con diligencia; ni puede haber una marca m�s fuerte del Anticristo que el mantener estos registros sagrados sellados en una lengua desconocida. (2.) Que la adoraci�n p�blica es muy defectuosa, donde las escrituras no se leen en la congregaci�n.

6. Cierra con su bendici�n habitual. La gracia de nuestro Se�or Jesucristo sea con ustedes. Que el favor ilimitado y eterno del adorado Jes�s sea tu porci�n ahora y por siempre. �Am�n!

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre 1 Thessalonians 5". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/1-thessalonians-5.html. 1801-1803.
 
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