Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
Attention!
Take your personal ministry to the Next Level by helping StudyLight build churches and supporting pastors in Uganda.
Click here to join the effort!

Bible Commentaries
Isaías 64

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Buscar…
Enter query below:

Introducción

La iglesia ora por la ilustraci�n del poder de Dios: celebrando la misericordia de Dios, confiesa sus corrupciones naturales; se queja de su aflicci�n.

Antes de Cristo 698.

Versículos 1-3

�Oh, si te rasgaras, etc.! Te desgarrar�as, etc. Isa�as 64:2 como el fuego enciende la le�a seca; como el fuego hace hervir las aguas, etc. Lowth. Las ideas aqu� se toman del descenso de Dios al monte Sina� y son muy similares a Jueces 5:4 . La conexi�n es esta: "�Ojal� descendieras para que las monta�as fluyeran ante tu presencia! Tu indignaci�n tan furiosa, como un fuego brota de palos secos, (para que el original pueda ser traducido) y extiende las llamas alrededor y como un fuego m�s vehemente hace hervir el agua ". Se adjunta: Dar a conocer tu nombre a tus adversarios, es decir, "para consumir en tu ira"; que responde al miembro anterior: - para que las naciones se conmuevan ante tu presencia,que responde al �ltimo miembro; es decir, tan emocionado, como el fuego hace hervir el agua.

Cuando hiciste cosas terribles, que no esper�bamos, a saber, "cuando descendiste para librarnos de Egipto y formarnos en un pueblo, los montes fluyeron, etc." Ver �xodo 19:18 . Deuteronomio 32:22 ; Deuteronomio 32:52 . Salmo 18:7 . &C. y Vitringa.

Versículo 4

Porque desde el principio, etc.� V�ase 1 Corintios 2:9 . El significado de la frase, ni el ojo ha visto, oh Dios, fuera de ti, es, "nadie puede relatar o explicar, como nadie ha visto, lo que s�lo Dios conoce, en todas sus maravillosas operaciones, cuya poderosa sabidur�a trasciende el pensamiento y el consejo humanos ". San Pablo ha expresado esto parafr�sticamente, Ni han entrado en el coraz�n del hombre las cosas, etc. Comp. ch. Lev�tico 8:9 .

Versículos 5-7

T� encuentras al que se regocija, etc.� T� encuentras con gozo a los que obran justicia; que en tus caminos se acuerda de ti. �Lo! est�s enojado; porque hemos pecado; por nuestras obras; porque hemos sido rebeldes: y todos somos como cosa contaminada; y como un vestido desechado son todas nuestras buenas obras; y como una hoja, todos nosotros nos secamos; y nuestros pecados, como el viento, nos han llevado. No hay quien invoque tu nombre, que se levante para asirse de ti; por tanto, has escondido tu rostro de nosotros; y nos entregaste en mano de nuestras iniquidades.Lowth. Aqu� se repite la s�plica interrumpida por el voto ferviente del vers�culo anterior. Los suplicantes reconocen su apostas�a com�n de Dios y su corrupci�n generalizada; mientras tanto, alabando y celebrando la conducta de la divina Providencia hacia los verdaderos adoradores; cuya confesi�n de su falta, y reconocimiento de la justicia del juicio divino, se encuentran en estos vers�culos.

El sexto vers�culo alude a la lepra, que era el grado m�s alto de impureza entre los jud�os. Los profetas con frecuencia toman prestadas sus im�genes de las costumbres recibidas y las ceremonias rituales de las naciones, entre las cuales la distinci�n entre cosas limpias e inmundas no es poca cosa; y bajo estas im�genes describen frecuentemente defectos morales y ofensas religiosas, como en el presente pasaje; que inmediatamente refiri�ndose a los jud�os, la palabra justicia, o justificaciones, alude a todas aquellas ceremonias y servicios externos en los que pusieron m�rito, y de donde esperaban la justificaci�n. Ver Romanos 10:3 y Vitringa.

Versículo 12

�Vas a refrenar� Te contendr�s en estas cosas, OH JEHOV�? &C. Lowth.

REFLEXIONES.� Primero, tenemos aqu�,

1. La petici�n de la iglesia, deseando alguna manifestaci�n gloriosa, como en los d�as de anta�o: que Dios apareciera para la salvaci�n de su pueblo y, con la venganza ardiendo como el fuego m�s vehemente, aterrorizara y consumiera a sus enemigos. Y esto puede referirse a la primera venida de Cristo en la carne, para destruir a los enemigos espirituales de su pueblo creyente; o esa manifestaci�n de su gloria que se har� cuando fuego descienda del cielo, consuma el trono del anticristo y destruya su tiran�a; o esa aparici�n de Jes�s en las nubes del cielo, cuando vendr� a juzgar al mundo, y toda la naturaleza creada se disolver� en una conflagraci�n universal. Nota; Dios se dar� a conocer a todos; a su pueblo fiel en misericordia, a sus enemigos en terrible juicio.

2. Dios hab�a obrado extra�as maravillas en la antig�edad, por lo tanto, su pueblo que ora espera la misma interposici�n. Cuando hiciste cosas terribles que no esper�bamos; cuando abatidos en Egipto no vieron esperanzas de liberaci�n, entonces Dios mostr� sus maravillas grandes y terribles; descendiste, como en el monte Sina�, con toda la pompa de terrible majestad; los montes fluyeron ante tu presencia; y si todav�a le agrada aparecer, todas las monta�as de dificultad desaparecer�n r�pidamente; y todos los opresores, aunque sublimes como la cumbre de estas imponentes colinas, ser�n reducidos al polvo.

3. Las promesas de las grandes cosas que est�n reservadas para el pueblo fiel de Dios, m�s de lo que ojo ha visto u o�do o�do, fortaleci� su fe y aviv� sus deseos de que �l apareciera gloriosa y prontamente para ayudarlos. Porque desde el principio del mundo, los hombres no oyeron, ni percibieron con el o�do, ni el ojo vio, oh Dios, fuera de ti, lo que ha preparado para el que le espera: grande como las maravillas de la misericordia de Dios en la liberaci�n de su pueblo ha aparecido, sin embargo, otras maravillas de misericordia y gracia, conocidas solo por Dios, a�n est�n reservadas para los que lo aman. El ap�stol, 1 Corintios 2:9aplica particularmente estas palabras al conocimiento de las verdades evang�licas, que ni la luz de la naturaleza, ni las investigaciones m�s profundas de la sabidur�a humana, podr�an descubrir sin una revelaci�n de Dios; ni siquiera entonces, hasta que dio el ojo que ve y abri� el entendimiento para entender las Escrituras; y cuando los ojos est�n en cierta medida iluminados y comprendemos muchas verdades, todav�a sabemos s�lo en parte; muchas verdades reveladas siguen siendo misteriosas e incomprensibles; y esperamos un estado m�s perfecto, en el que conoceremos como somos conocidos.

T� encuentras al que se alegra y obra en justicia; se regocija en Dios su Salvador, en la gracia concedida y la gloria prometida; y, en consecuencia, camina bajo la influencia del Esp�ritu de santidad, deseando agradar a Dios en todas las cosas: los que se acuerdan de ti en tus caminos; en todas las ordenanzas instituidas, medios de gracia y providencias; mejorarlos, para mantener una comuni�n m�s cercana con Dios. Ahora, donde las almas se encuentran as�, esperando en Dios, �l las encontrar� con sus misericordias, denotando su disposici�n a escucharlas, perdonarlas y salvarlas de todos sus problemas. Nota;(1.) La fe en Dios producir� una espera paciente en �l, y eso nunca ser� defraudado. (2) A�n desconocemos mucho de las riquezas de la gracia que podemos alcanzar en esta vida, y m�s con respecto a la gloria preparada para los fieles en la eternidad. (3.) Los que quieren encontrarse con Dios, deben ser hallados en el camino de la justicia; de eso no podemos esperar su presencia o bendici�n.

(4.) La alegr�a en los caminos de Dios es el adorno de nuestro caminar, as� como tambi�n nuestro deber. Los cristianos l�gubres y melanc�licos son un desaliento a su servicio. (5.) Como todos los caminos de Dios son rectos, record�moslo en todos; en la prosperidad agradecido y humilde, en la adversidad resignado y paciente; alab�ndolo en todos y por todos, y seguro de que todos trabajar�n juntos para nuestro bien.

4. Deseando volver a �l, todav�a esperan y conf�an en sus promesas, a pesar de sus pecados. He aqu�, est�s enojado por, o porque, hemos pecado, y justamente provocado el disgusto de Dios. En esos hay continuidad; en los caminos de la justicia se les asegurar�a el favor de Dios; y, por tanto, seremos salvos en esos caminos bienaventurados. Algunos traducen las palabras, ?????? ???? ??? bahem olam venivvasheang, En esos, nuestros pecados, hemos sido siempre, siendo as� concebidos, y desde el vientre transgresores; sin embargo, seremos salvos,viniendo a ti sinceramente a trav�s de las riquezas de la gracia de un Redentor que se extiende al caso del pecador m�s desesperado. Nota; Mientras vemos y lamentamos nuestros pecados, reconocemos la justicia de Dios en nuestro castigo y echamos nuestras almas a sus pies, no podemos perecer all�.

2�, Hab�an confesado: Hemos pecado; ahora se alargan sobre sus transgresiones, confes�ndolas y lament�ndolas, justificando a Dios en sus aflicciones, reconociendo su propia indignidad de la gracia que ped�an y, alegando su miseria, se arrojan en su misericordia.

1. Confiesan su estado de culpabilidad. Pero todos somos como una cosa o persona inmunda , que es el estado de todo hombre por naturaleza; y aquellos cuyos ojos est�n m�s iluminados para conocer su verdadera condici�n, m�s lamentar�n su profunda y desesperada culpa y corrupci�n interior, hasta que Cristo sea plenamente revelado. Esto tambi�n respet� particularmente el estado deplorable del pueblo jud�o, que se hundi� casi universalmente en las heces de la iniquidad.

Y todas nuestras virtudes son como trapos de inmundicia, naturalmente sumamente impuros: lo cual es cierto, no solo en lo que respecta a la rectitud ceremonial de las formas, los ritos y las devociones externas, sino a toda la rectitud moral que surge de la confianza en nosotros mismos, y que tiene la intenci�n de recomendarnos a Dios por el perd�n y la aceptaci�n.

2. Reconocen el descuido general y la negligencia de la adoraci�n a Dios. Y no hay quien invoque tu nombre; ninguno, comparativamente hablando, que tuviera alg�n deseo de buscar a Dios por perd�n o gracia. No hay quien se mueva a agarrarte; los que realizaban sus devociones, lo hac�an para mantener una buena opini�n de s� mismos, o por la fuerza de la costumbre, y estaban tan sin vida, tibios y negligentes en ellos, que no sab�an nada de la importunidad de la oraci�n, o las luchas de fe; y tales servicios se sumaban al n�mero de sus pecados.

Nota; (1.) No hay una prueba m�s segura de un alma descuidada y perdida que el descuido de la oraci�n privada. (2.) La vida de oraci�n es fe, que se aferra a las promesas de Dios y no lo abandonar� sin una bendici�n. (3.) Nuestros corazones fr�os necesitan mucho que sean estimulados a la obra de la oraci�n, porque la pereza espiritual es penosamente propensa a arrastrarse incluso sobre los creyentes.

3. Admiten que sus aflicciones son fruto de sus pecados. Todos nos desvanecemos como una hoja; nuestras profesiones se marchitan, nuestra ra�z est� sin savia, nuestras ramas arruinadas; y nuestras iniquidades, como el viento, nos llevaron. Como las r�fagas oto�ales sacuden la hoja seca y la arrojan, as� la ira de Dios, a causa de sus iniquidades, los dispers� primero en Caldea y en los pa�ses de la monarqu�a babil�nica; y ahora la dispersi�n se ha vuelto universal.

Porque escondiste de nosotros tu rostro con enojo, y nos consumiste a causa de nuestras iniquidades. Nota; Los falsos profesores, por muy florecientes que parezcan durante un tiempo, ser�n r�pidamente atacados: por lo general, en este mundo, sus decadencia son manifiestas; por lo menos, al morir caen sus hojas, y el viento de la venganza los arroja al infierno.

4. Abogan por su relaci�n con Dios, a pesar de la iniquidad prevaleciente. Algunos todav�a eran fieles y, como pueblo, Dios no los hab�a desechado a todos. Pero ahora, Se�or, t� eres nuestro Padre; aunque hemos hecho tanto contra ti, no podemos dejar esta relaci�n tan querida: corr�genos como a un padre, pero no nos desheredes por completo. Somos el barro, y t� nuestro alfarero; amoldanos a tu voluntad; estamos contentos de ser y sufrir seg�n tu voluntad; s�lo recuerda, todos somos obra de tu mano, creados por tu poder, por misericordia peculiar reunidos en un pueblo, por lo tanto, no destruyas tu propia obra.

5. Suplican, si no la eliminaci�n de sus sufrimientos, pero una mitigaci�n de ellos y alguna perspectiva de su fin. No te enojes mucho, oh Se�or; corr�genos pero con mesura, no con el ardor de la ira, para que no seamos consumidos del todo; ni te acuerdes de la iniquidad para siempre; pero perdona al fin y aparta de nosotros tu mano dura. He aqu�, mira, te suplicamos, todos somos tu pueblo; y, por tanto, aunque visites nuestras iniquidades con vara, y nuestro pecado con azotes, no quites totalmente de nosotros tu misericordia.

6. Difunden su miserable estado ante Dios. Sus ciudades desoladas y en ruinas, su pa�s un desierto, y los palacios de Sion yacidos en el polvo; y, lo que todav�a era una causa m�s amarga de angustia, su santa y hermosa casa, ese templo tan magn�fico y glorioso, donde la Shejin� una vez moraba, y se ofrec�a un culto santo a Dios, donde sus padres de anta�o alababan al Se�or, ahora est� quemado. con fuego, que fue la consumaci�n de sus miserias; y todas nuestras cosas placenteras fueron destruidas; no s�lo sus palacios y posesiones arruinados, sino, sobre todo, sus sacrificios cesaron, sus fiestas de alegr�a terminaron, la adoraci�n de Dios interrumpida y no m�s c�nticos de alabanza resuenan en los atrios de la casa del Se�or. Nota;(1.) La miseria humana es objeto de la compasi�n divina. (2.) Aquellos que verdaderamente se preocupan por los intereses del reino de Dios, est�n m�s preocupados por las desolaciones del templo espiritual que por las p�rdidas propias.

7. Hablan con humildad y seriedad ante el Se�or por su infeliz caso. �Quieres abstenerte de estas cosas? �No despertar�n los celos de tu propia gloria? �Tus entra�as de misericordia anhelan nuestras miserias? �Quieres callar, como espectador despreocupado de estas cosas, y afligirnos mucho? �No habr� fin ni disminuci�n de nuestros sufrimientos? Ciertamente no contender�s para siempre: lev�ntate, oh Se�or, defiende tu causa y la de tu pueblo. Nota; Aunque Dios aflija larga y severamente a los pecadores, que no se desesperen por completo, si sinceramente desean y deciden volver a �l.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Isaiah 64". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/isaiah-64.html. 1801-1803.
 
adsfree-icon
Ads FreeProfile