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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario de Coke sobre la Santa Biblia Comentario de Coke
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
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Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Revelation 20". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/revelation-20.html. 1801-1803.
Coke, Thomas. "Comentario sobre Revelation 20". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/
Introducción
Satan�s atado por mil a�os. La primera resurrecci�n: son bienaventurados los que tienen parte en ella. Satan�s se solt� de nuevo. Gog y Magog. El diablo arrojado al lago de fuego y azufre. La �ltima y general resurrecci�n.
Anno Domini 96.
Versículo 1
Apocalipsis 20:1 .�Este cap�tulo representa un nuevo estado de la iglesia, tras su liberaci�n de la persecuci�n y corrupci�n del tercer per�odo, o durante el reinado de las dos bestias, o 1260 d�as o a�os prof�ticos. Ese largo estado de opresi�n ser� seguido por una larga continuidad de paz y prosperidad. Se describe un cuarto per�odo que, entre otros personajes, durar� mil a�os. Los dos primeros per�odos terminaron con la liberaci�n de la iglesia; pero esas liberaciones fueron de corta duraci�n y estuvieron acompa�adas de defectos considerables; pero ahora, despu�s de que la iglesia haya pasado por esta tercera prueba de fe y paciencia, alcanzar� un estado de gran prosperidad y permanecer� en �l por un per�odo de tiempo considerable.
Este es ese estado feliz de la iglesia, que, a partir de la continuaci�n de ella durante mil a�os, generalmente se llama elMilenio. La descripci�n que tenemos de ella en este cap�tulo es muy breve, est� contenida en los primeros seis versos: los int�rpretes, sin embargo, han aportado abundantemente lo que pensaban que faltaba en el relato prof�tico, �por su propia invenci�n, es de temer, m�s que de seguro y bien. -principios de juicio fundamentados.
No es de extra�ar, entonces, que hayan diferido tanto sobre el verdadero significado de una profec�a, en la que han mezclado tantas de sus propias imaginaciones; de modo que las disputas no parecen tanto cu�l es la intenci�n del Esp�ritu de profec�a, como cu�l de los int�rpretes tiene la imaginaci�n m�s fina o m�s c�lida. Esforc�monos entonces por distinguir cuidadosamente lo que el Esp�ritu de profec�a pretende claramente, de lo que las conjeturas inciertas o los razonamientos dudosos pueden sugerir a nuestras mentes, para un relato m�s distinto y particular.
Versículos 1-6
Y vi a un �ngel descender de los cielos, etc. Despu�s de la destrucci�n de la bestia y del falso profeta, todav�a queda el drag�n, que les hab�a delegado su poder; esa serpiente antigua, que es el diablo y Satan�s, Apocalipsis 20:2 . pero est� atado por un �ngel, un ministro especial de la Providencia; y comienza el famoso milenio, o el reinado de los santos sobre la tierra por mil a�os. Atadlo con una gran cadena, arroj�ndolo al abismo, encerr�ndolo y poni�ndole un sello ( Apocalipsis 20:3 ) Son figuras fuertes, para mostrar la restricci�n estricta y severa bajo la cual debe ser sometido,para que no enga�ara m�s a las naciones durante todo este per�odo.
Reprimida la maldad, triunfa el reino de la justicia; y los m�rtires y confesores de Jes�s, no solo los que fueron decapitados o sufrieron cualquier tipo de muerte bajo los emperadores romanos, sino tambi�n los que se negaron a cumplir con el culto id�latra de la bestia y su imagen, resucitan de entre los muertos, y tener la parte principal de las felicidades del reino de Cristo sobre la tierra, Apocalipsis 20:4 .
Pero el resto de los muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil a�os, Apocalipsis 20:5 . de modo que esta era una prerrogativa peculiar de los m�rtires y confesores, por encima del resto de la humanidad. Esta es la primera resurrecci�n, una resurrecci�n particular, que precede a la general por lo menos mil a�os. Bienaventurado y santo tambi�n el que particip� en la primera resurrecci�n; Apocalipsis 20:6 . �l es santo en todos los sentidos de la palabra; santo, como separado de la suerte com�n de la humanidad; santo, dotado de todas las cualidades santas y virtuosas; y nadie m�s que tales son admitidos para participar de este estado bendito:�En tales casos, la muerte segunda no tiene poder.
La segunda muerte es una frase jud�a para el castigo de los malvados despu�s de la muerte. La par�frasis caldea de Onkelos, y las otras par�frasis de Jonat�n Ben Uziel, y de Jerusal�n, en Deuteronomio 33:6 .
Viva Rub�n, y no muera, di: "No muera la segunda muerte, por la cual mueren los imp�os en el mundo venidero". Por tanto, los hijos de la resurrecci�n no volver�n a morir, sino que vivir�n en eterna bienaventuranza, y disfrutar�n de todas las glorias del milenio; ser�n sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinar�n con �l mil a�os. Nada es m�s evidente que esta profec�a del milenio,y de la primera resurrecci�n, a�n no se ha cumplido, aunque la resurrecci�n se tome en sentido figurado. Pues, contamos los mil a�os desde el tiempo de Cristo, o contamos desde el tiempo de Constantino, sin embargo, ninguno de estos per�odos, ni de hecho ning�n otro, responder� a la descripci�n y el car�cter del milenio, la pureza y la paz, la santidad y felicidad de ese bendito estado.
Antes de Constantino, la iglesia estaba ciertamente en mayor pureza, pero gem�a bajo las persecuciones de los emperadores paganos: despu�s de Constantino, la iglesia estaba en mayor prosperidad, pero pronto fue sacudida y perturbada por herej�as, cismas, incursiones, devastaciones, corrupciones, idolatr�a, maldad y crueldad. Si Satan�s fue entonces atado, � cu�ndo se puede decir que fue desatado? �O c�mo podr�an los santos y la bestia, Cristo y el anticristo, reinar al mismo tiempo? Por lo tanto, esta profec�a a�n no se ha cumplido, aunque la resurrecci�n se tome solo como una alegor�a; que a�n el texto no puede admitir, sin la mayor tortura y violencia.
Porque �con qu� propiedad se puede decir que algunos de los muertosque fueron decapitados, vivieron y reinaron con Cristo mil a�os, pero los dem�s muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil a�os, a menos que los moribundos y los vivos volvieran a ser lo mismo en ambos lugares: una muerte y una resurrecci�n apropiadas.
De hecho, la muerte y resurrecci�n de los testigos, cap. 11 parecen, de las circunstancias concurrentes de la visi�n, ser figurativas; pero la muerte y resurrecci�n aqu� mencionadas deben, por las mismas razones, concluirse como reales. Si los m�rtires resucitan solo en un sentido espiritual, entonces el resto de los muertos resucita solo en un sentido espiritual; pero si el resto de los muertos realmente resucita, los m�rtires resucitan de la misma manera. No hay diferencia entre ellos; y debemos ser cautelosos y tiernos en hacer de la primera resurrecci�n una alegor�a, no sea que otros reduzcan la segunda a una alegor�a tambi�n, como los que menciona San Pablo, 2 Timoteo 2:17. En general, que habr� un per�odo tan feliz como el milenio, es la doctrina clara y expresa de Daniel 7:27 . Salmo 2:8 .
Isa�as 11:9 . Romanos 11:25 ; Romanos 11:36 . y de todos los profetas, as� como de San Juan; y oramos diariamente para que se cumpla, al decir, venga tu reino.Pero de todos los profetas, San Juan es el �nico que ha declarado particularmente, y en t�rminos expresos, que los m�rtires se levantar�n para participar de las felicidades de este reino; y que continuar� sobre la tierra por mil a�os; y la iglesia jud�a antes de �l, y la iglesia cristiana despu�s de �l, han cre�do y ense�ado a�n m�s, que estos mil a�os ser�n el s�ptimo milenio del mundo. Se podr�a producir un pomposo mont�n de citas con este prop�sito, tanto de escritores jud�os como cristianos; pero para enumerar solo algunos de ambos tipos: entre los escritores jud�os, est�n el rabino Ketina, y la casa de El�as: entre los escritores cristianos, est�n St.
Bernab� en el siglo I, Justino M�rtir en el siglo II, Tertuliano a principios del III y Lactancio a principios del siglo IV. En resumen, la doctrina del milenio se cre�a generalmente en las tres primeras y m�s puras edades; y esta creencia fue una de las principales causas de la fortaleza de los cristianos primitivos: incluso codiciaron el martirio, con la esperanza de ser part�cipes de los privilegios y glorias de los m�rtires en la primera resurrecci�n. Posteriormente, esta doctrina se desprestigi� por varias razones: algunos, tanto escritores jud�os como cristianos, la han degradado con una mezcla de f�bulas.
Ha sufrido por las tergiversaciones de sus enemigos, as� como por las indiscreciones de sus amigos: ha sido abusada incluso para los peores prop�sitos; se ha convertido en un motor de facci�n. Adem�s, dondequiera que se haya extendido la influencia y la autoridad de la iglesia de Roma, ella se ha esforzado por todos los medios para desacreditar esta doctrina; y ciertamente no sin raz�n suficiente, este reino de Cristo est� fundado sobre las ruinas del anticristo.
No es de extra�ar, por tanto, que esta doctrina haya estado deprimida durante muchas edades; pero surgi� de nuevo con la Reforma y florecer� junto con el estudio del Apocalipsis. Todo el peligro est�, por un lado, en podarlo y cortarlo demasiado; y, por el otro, de sufrir que se vuelva demasiado salvaje y exuberante. Se requiere mucha precauci�n y juicio para mantenerse en el medio.
Con algunos, tampoco deber�amos interpretarlo en alegor�a; ni, con otros, permitirse una fantas�a extravagante, ni explicar con demasiada curiosidad la manera y las circunstancias de este estado futuro: es m�s seguro y mejor adherirse fielmente a las palabras de las Escrituras y descansar satisfecho con el relato general, hasta que el tiempo logre y aclare todos los detalles.
Versículo 7
Apocalipsis 20:7 .�Los siguientes vers�culos de este cap�tulo aApocalipsis 20:11. inf�rmanos, que los d�as felices de la iglesia, profetizados en la visi�n anterior, tendr�n por fin su per�odo: aunque continuar�n por mucho tiempo, y no expirar�n hasta despu�s de mil a�os; sin embargo, entonces habr� un intento m�s contra la pureza de la religi�n y contra la paz y la prosperidad de la iglesia.
Satan�s ser� liberado por un tiempo o temporada; pero en esa peque�a temporada enga�ar� a muchos; y seducirlos hasta el punto de convencerlos de que se unan a �l en su apostas�a. Este nuevo atentado contra la verdad y la justicia terminar� en la ruina total de los enemigos de Cristo y su religi�n: ser�n totalmente derrotados y su obstinada iniquidad castigada con destrucci�n eterna. Este estado de la Iglesia y del mundo, tan diferente al anterior, merece ser considerado como un nuevo per�odo, que ser� por tanto el quinto en orden.
Versículos 7-10
Cuando terminen los mil a�os, etc.� Al terminar los mil a�os, se quitar� el freno a la iniquidad, - Satan�s ser� desatado, y har� un esfuerzo m�s para restablecer su reino. As� como enga�� a nuestros primeros padres en el Para�so, tendr� el artificio de enga�ar a las naciones despu�s del milenio, para mostrar que ning�n estado o condici�n en la tierra est� a salvo del pecado. Las naciones a las que enga�ar� se describen como que viven en las partes m�s remotas del mundo, en los cuatro rincones , o m�s literalmente, en los cuatro �ngulos o esquinas de la tierra; y se distinguen por los nombres de Gog y Magog,y se dice que son tan numerosos como la arena del mar, Apocalipsis 20:8 . Gog y Magog parecen haber sido anteriormente los nombres generales de las naciones del norte de Europa y Asia, como lo han sido los escitas desde entonces y los t�rtaros en la actualidad.
En Ezequiel hay una famosa profec�a sobre Gog y Magog; y esta profec�a alude a eso en muchos detalles. Tanto el de Ezequiel, como el de San Juan, a�n est�n por cumplirse; y, por lo tanto, no podemos estar absolutamente seguros de que ambos no se relacionen con el mismo evento; pero parece m�s probable que se relacionen con diferentes eventos. Se espera que uno entre en vigor antes, pero el otro no entrar� en vigor hasta despu�s del milenio. Gog y Magog, en Ezequiel 38:6 ; Ezequiel 39:2 .
se dice expresamente que proceden de los barrios del norte y de las partes del norte; pero en St. John vienen delcuatro cuartos; o rincones de la tierra. Gog y Magog en Ezequiel env�an sus fuerzas contra los jud�os reasentados en su propia tierra; pero en San Juan marchan contra los santos y la iglesia de Dios en general.
Se supone que Gog y Magog en Ezequiel, con muy buenas razones, son los turcos; pero los turcos son los autores del segundo ay, que pas� antes del tercer ay; y el tercer ay precede al tiempo aqu� tratado. Por lo tanto, se puede concluir, que Gog y Magog, as� como Sodoma, y Egipto, y Babilonia, son nombres m�sticos en este libro; y los �ltimos enemigos de la iglesia cristiana se denominan as�, porque Gog y Magogparecen ser los �ltimos enemigos de la naci�n jud�a. No podemos pretender decir con certeza qui�nes ser�n; pero quienes sean, subir�n de los cuatro extremos de la tierra, sobre la anchura de la tierra, y rodear�n el campamento de los santos.
y la ciudad amada, la nueva Jerusal�n, con los santos acampando alrededor de ella, como acamparon los israelitas alrededor del tabern�culo en el desierto. Pero no tendr�n �xito en sus intentos; ellos no podr�n da�ar la iglesia y la ciudad de Dios, sino que ser�n destruidos de una manera extraordinaria por fuego del cielo, Apocalipsis 20:9 .
Y el mismo diablo, el promotor y l�der de esta nueva apostas�a y rebeli�n contra Dios y su Cristo, no solo ser� confinado como antes, sino que ser� arrojado al lago de fuego y azufre, donde ser� castigado, junto con el bestia y falso profeta, por los siglos de los siglos, Apocalipsis 20:10 .
Versículo 11
Apocalipsis 20:11 .�El curso de estas profec�as, despu�s de muchas visiones importantes que describen el estado de la iglesia y el mundo en esta vida presente, nos lleva por fin al gran y final juicio, cuando toda la escena y el misterio de la Providencia y la Gracia. ser� terminado. Luego la gran doctrina, que recorre todas estas profec�as; ser� plenamente verificado, que la verdad y la justicia ciertamente prevalecer�n al final contra el error y toda iniquidad; la felicidad eterna ser� la recompensa de los fieles, y la destrucci�n eterna el castigo de los imp�os.
Esto se representa como unsextoper�odo de la Providencia, despu�s del cual habr�, en els�ptimo,uns�badoeterno; un estado de descanso y felicidad eternos para todos los justos, y de la m�s perfecta adoraci�n a Dios en las alabanzas y devociones de la iglesia celestial.
Versículos 11-15
Vi un gran trono blanco, etc. - Grande, para mostrar la amplitud y extensi�n; blanco, para mostrar la justicia y equidad del juicio; y uno sentado sobre �l, es decir, el Hijo de Dios; porque el Padre confi� todo el juicio al Hijo,
Juan 5:22 . �La expresi�n de que fue �l de cuya faz huyeron la tierra y el cielo, es inconcebiblemente grande; es tan simple, que no necesita, y tan majestuoso y grandioso, que excede el comentario y la par�frasis: nos muestra que �ste es propiamente el fin del mundo. El muerto, tanto peque�os como grandes, de todos los rangos y grados, as� los que perecieron en el mar, y fueron enterrados en las aguas, como los que murieron en la tierra, y fueron enterrados en fosas, est�n planteadas, y de pie ante el tribunal de Dios, donde son juzgados cada uno seg�n sus obras, exactamente como si todas sus acciones hubieran sido registradas en libros; Apocalipsis 20:13. Los que no son dignos de inscribirse en los registros del cielo, son arrojados al lago de fuego; donde tambi�n fueron arrojados la muerte y el infierno, o el sepulcro, que se personifican aqu�, como tambi�n en otros lugares de la Sagrada Escritura.
Puede parecer extra�o que la muerte sea arrojada al lago de fuego, que es la muerte segunda; Apocalipsis 20:14 . Pero el significado es que la muerte temporal, que hasta ahora hab�a ejercido dominio sobre la raza de los hombres, ser� totalmente abolida y, con respecto a los imp�os, se convertir� en muerte eterna. Entonces, como dice San Pablo, se cumplir� lo que est� escrito, etc. 1 Corintios 15:54 .
Inferencias y REFLEXIONES.��Qu� glorioso tiempo de luz, libertad, amor y paz, pureza, gozo y triunfo disfrutar� la iglesia de los verdaderos creyentes en la tierra, despu�s de muchos a�os de oscuridad, problemas y opresi�n! El Se�or Jes�s atar� y encerrar� a Satan�s, la serpiente antigua, el diablo, como en la c�rcel; la causa de la verdad y la santidad revivir� con gran poder, espiritualidad y esplendor; y ellos, que, con la constancia, la paciencia y la esp�ritu de m�rtires, hab�an renunciado valientemente a toda idolatr�a, maldad y error, y hab�an mantenido una buena profesi�n de Cristo y de su evangelio en los peores tiempos, vivir�n y reinar�n con �l, junto con sus sucesores del mismo esp�ritu, bajo su protecci�n y sonrisas, durante mil a�os sobre la tierra.
Y �oh, con qu� honor y aceptaci�n aparecer�n entonces ante �l como sacerdotes reales, y ante Dios Padre por medio de �l! �Pero cu�n vano ser�a esperar una continuaci�n eterna de un estado tan feliz en esta tierra! Al final de los mil a�os, Satan�s, en cierta medida, ser� liberado nuevamente por un tiempo, y se le permitir� salir, una vez m�s, para enga�ar a las naciones de todo el mundo y reunir a todas sus innumerables fuerzas de entre ellos, que pueden compararse conGog y Magog, esos �ltimos enemigos de Israel, para atacar y perturbar a los santos, la amada ciudad del Se�or.
Pero, bendito sea Dios, este poder recuperado y este �ltimo esfuerzo ser� muy breve, y ciertamente terminar� en la destrucci�n total del diablo y de todos sus adherentes, quienes ser�n consumidos por fuego del cielo y arrojados en llamas eternas con �l. : porque Cristo pondr� su trono para juicio, y la estructura actual de la tierra y el cielo a�reo se disolver� en su aparici�n. Entonces habr� una resurrecci�n general de los muertos, dondequiera que fueron enterrados, en la tierra o en el mar; y el juicio final de toda la humanidad, tras la prueba de los libros que se abrir�n, determinar� p�blica e inalterablemente el estado eterno de cada uno de ellos para la felicidad o la miseria inexpresable, seg�n sus respectivas obras, ya sean buenas o malo.
Entonces todos los imp�os, cuyos cuerpos estaban muertos, y cuyas almas hab�an estado en un estado separado, de acuerdo con la justa sentencia dictada sobre ellos por sus malas acciones, ser�n arrojadas a las llamas eternas. Pero �oh alegr�a de los justos! como se describe en el siguiente cap�tulo!